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Concepto acompañamiento del usuario (ud3) El acompañamiento como modelo de intervención socio-sanitaria significa “ir al lado de” una persona que necesita del apoyo de otra y que se encuentra en situación de vulnerabilidad, basándose en el principio de igualdad y evitando el paternal...

Concepto acompañamiento del usuario (ud3) El acompañamiento como modelo de intervención socio-sanitaria significa “ir al lado de” una persona que necesita del apoyo de otra y que se encuentra en situación de vulnerabilidad, basándose en el principio de igualdad y evitando el paternalismo. Patologias del sistema nervioso, respiratorio (ud2) Los tipos de discapacidad (física, psíquica y sensorial) - Discapacidad física: Cuando hay una ausencia de aquellos órganos que nos posibilitan la realización de ciertas actividades diarias; también, cuando algún sistema o aparato de nuestro organismo falla o está deteriorado y se producen restricciones funcionales. La persona padece - Anomalías orgánicas en el aparato locomotor o las extremidades (cabeza, columna vertebral, extremidades superiores y extremidades inferiores). - Deficiencias del sistema nervioso, referidas a las parálisis de extremidades superiores e inferiores, paraplejías y tetraplejias y a los trastornos de coordinación de los movimientos, entre otras. - Alteraciones viscerales; esto es, en los aparatos respiratorio, cardiovascular, digestivo, genitourinario, sistema endocrino-metabólico o sistema inmunitario. Estas deficiencias presentan importantes implicaciones en el ámbito de la autonomía personal, con las consecuencias que la pérdida de ella, en parte o en su totalidad, conlleva en cuanto a la calidad de vida de quien la padece - Discapacidad psíquica: Incluiría todo el espectro del retraso mental en sus grados severo, moderado y leve, además del retraso madurativo, las demencias y otros trastornos mentales (aglutinando en esta categoría trastornos tan diferentes como el autismo, las esquizofrenias, los trastornos psicóticos, somáticos y de la personalidad, entre otros). Discapacidad intelectual. Definiremos en esta apartado la discapacidad intelectual, que se caracteriza por limitaciones significativas en las funciones cognitivas y en el comportamiento adaptativo del individuo, que se reflejan en el campo de las habilidades sociales y se manifiesta antes de los 18 años. - Discapacidad sensorial: Relacionada con los órganos de los sentidos, como la vista que es la más común y el oído. Ejemplos: degeneración macular y pérdida auditiva. ¿Qué son las habilidades sociales (HHSS)? Por habilidad social entendemos la capacidad que tiene una persona para desenvolverse de forma exitosa en la interacción con otras personas y ajustarse en su medio social. Estas habilidades, que favorecen la adaptación del individuo a su entorno, son el resultado del aprendizaje continuo que se produce a lo largo de toda la historia vital y es producto de las experiencias y modelos de relaciones humanas en los que el individuo ha participado. Sintomas de demencia (amnésia, apraxia…) La enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer o demencia tipo Alzheimer es el tipo de demencia más habitual, dándose en un número de casos que oscilan entre el 50% y 75% del total. Esta patología presenta cuatro tipos de alteraciones: - Amnesia: Pérdida de memoria, especialmente de eventos recientes. - Apraxia: Dificultad para realizar movimientos y tareas motoras a pesar de tener la capacidad física para hacerlo. - Agnosia: Incapacidad para reconocer objetos, personas, sonidos, formas o olores que deberían ser familiares. - Afasia: Problemas con el lenguaje, incluyendo dificultad para encontrar palabras o comprender el habla. ¿Qué habilidades se emplean en la escucha activa? La escucha activa es fundamental para una comunicación efectiva, especialmente en el contexto de atención sociosanitaria. Algunas habilidades clave son: - Expresar elogios y apoyo: Reforzar a la persona con comentarios positivos. - Contacto visual y expresión facial: Mantener la mirada y mostrar interés con gestos y sonrisas. - Reformular y resumir: Repetir con otras palabras lo que la persona ha dicho para asegurar comprensión. - Empatizar: Ponerse en el lugar del otro para sintonizar con sus emociones y responder adecuadamente. ¿Qué tipo de actividades se emplean en las instituciones? - Actividades físicas: Incluyen estiramientos, ejercicios de flexibilidad, juegos de destreza, clases de baile, gimnasia suave, paseos, natación, automasaje y relajación. - Actividades socioculturales: Convivencias, encuentros con personas de otras instituciones, proyecciones de películas, visitas culturales, y participación en espectáculos o fiestas populares. - Actividades recreativas: Juegos, manualidades, y celebraciones de festividades religiosas y culturales. - Actividades de comunicación: Uso de Internet y otras tecnologías para facilitar la participación social y la comunicación. El uso de internet como apoyo a personas dependientes El uso de Internet puede ser un recurso valioso para apoyar a las personas dependientes en varias áreas: - Apoyo rehabilitador: Internet puede servir como un cuaderno virtual de actividades para estimular la memoria y prevenir el deterioro cognitivo. - Apoyo educativo: Participar en juegos en línea y otras actividades educativas puede ocupar el tiempo libre de manera constructiva. - Apoyo relacional: Facilita el contacto con el mundo exterior, permitiendo a las personas dependientes comunicarse y compartir experiencias a través de blogs, foros y redes sociales. - Apoyo para la integración: Permite vivir experiencias que normalmente no estarían a su alcance, como practicar deportes virtuales o contactar con personas de otros países. - Apoyo normalizador: posibilita realizar acciones de la vida cotidiana de forma accesible (por ejemplo, las compras del supermercado a través de Internet). Nombra las principales indicaciones profesionales que deben seguirse durante el desarrollo de cualquier actividad de animación social. - Crear una rutina: Las actividades deben realizarse siempre a la misma hora, de la misma forma y en el mismo lugar. - Instrucciones sencillas: Utilizar indicaciones precisas y consistentes. - Duración adecuada: Las sesiones no deben ser demasiado largas, recomendándose un máximo de 45 minutos. - Fragmentar ejercicios: Dividir la actividad en tareas simples y progresivas. - Acompañamiento activo: El cuidador debe realizar la actividad junto con la persona, no en su lugar. - Respeto al ritmo individual: Dar tiempo suficiente para que cada participante desarrolle la actividad a su propio ritmo. - Materiales adecuados: Utilizar materiales apropiados para la edad cronológica de los usuarios. - Fomentar habilidades actuales: Proponer ejercicios que pongan en juego las facultades mentales y físicas actuales de los usuarios, evitando actividades que puedan llevar al fracaso.