Examen de Arquitectura Histórica de Valencia PDF

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Este documento contiene un resumen sobre la arquitectura histórica de Valencia. El documento cubre diferentes periodos como la época romana, paleocristiana, islámica, gótica y renacentista.

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1 LA VALENCIA ROMANA Foro romano de Valencia. La ciudad de Valencia fue fundada por Décimo Junio Bruto en 138 a.C en un lugar donde brotaba fácilmente el agua y a la que se atribuía propiedades curativas. Por tanto el origen de la ciudad tiene que...

1 LA VALENCIA ROMANA Foro romano de Valencia. La ciudad de Valencia fue fundada por Décimo Junio Bruto en 138 a.C en un lugar donde brotaba fácilmente el agua y a la que se atribuía propiedades curativas. Por tanto el origen de la ciudad tiene que ver con las aguas medicinales que los romanos creían don del dios Asclepio. Hoy en día se ha excavado parte del forum de Valentia, siendo posible visitarlo en el Museo mal llamado de L’Almoina. Nombre equívoco y desafortunado que no habla en absoluto de su contenido, pues L’Almiona esa una casa de beneficencia de origen medieval que se encontraba en las proximidades de la portada románica de la catedral y donde se repartía limosna (=almoyna) a los pobres. Nada que ver, pues, el nombre del museo con lo que se expone en su interior. Valencia. Foro Republicano e Imperial, en el interior del Museo de L’Almoina. La ciudad republicana fue fundada en 138 a.C., destruida por Pompeyo en 75 a.C., abandonada durante casi un siglo y después refundada durante el Imperio en el s. I a.C. En cambio la museografía es magnífica y está considerada una de las mejores de Europa. Allí se pueden contemplar las piscinas del dios Asclepio, junto al ninfeo o asclepeion, donde los enfermos realizaban sus inmersiones, más tarde invadidas por el alcázar musulmán. También el cardo y decumano de la ciudad, con su red de alcantarillado registrable y una fuente pública algo reconstruida. Edificios públicos todos a nivel de cimentación pero acompañados de simulaciones 3D que permiten pasar de la arqueología a la arquitectura: el horreum, la factoría, la curia o senado local, la basílica, la plaza porticada, monumentos funerarios, etc. También se ha recuperado los llamados pozos fundacionales, excavaciones profundas realizadas al momento de la fundación o de la refundación donde se vertían alimentos, sangre animal, etc., en señal de reparación o de agradecimiento a los dioses por la tierra recién apropiada. **** Primer cristianismo. La Roma cristiana se reconoce en este museo en la primitiva capillita de San Vicente, venerado desde su martirio a comienzos del s. IV, que está rodeada de sepulturas cristianas. Tras la caída del imperio romano (s. V) la Valentia visigoda construyó en las proximidades la primera catedral de San Vicente, de cuyo baptisterio queda un fragmento (visitable en este museo) y una capilla funeraria episcopal (visitable en la mal llamada “Cárcel de San Vicente”) (ver siguiente ficha). 2 LA VALENCIA CRISTIANA La Valencia paleocristiana. Los primeros siglos de cristianismo en Valencia están vinculados a la memoria de San Vicente mártir. Este joven diácono fue capturado en el curso de una persecución romana y encarcelado en el foro de la ciudad. Allí sufrió toda clase de tormentos: atado a una cruz en forma de aspa [X] y arrojado al río con una rueda de molino, murió como mártir en 304. Poco después el cristianismo sería legalizado en todo el Imperio romano por Constantino (313). En memoria de San Vicente mártir, los primeros cristianos de la ciudad construyeron una pequeña capilla de la que sólo queda parte del ábside semicircular (visitable en el Museo del foro romano, mal llamado de l‟Almoina). Los cristianos se hacían sepultar junto a esta minúscula capilla, de ahí el cementerio cristiano que existió en ese lugar. La basílica de San Vicente, primera catedral de Valentia. La catedral visigoda de Valencia, construida en el siglo VI y dedicada a San Vicente, se levantaba junto al lugar de la actual catedral. Consistía en un gran templo de tres naves y ábside semicircular, construido mediante sillería de piedra bien labrada como suele ser habitual en las construcciones visigodas. Anexo a los lados del ábside había un baptisterio y una capilla funeraria. Basílica de San Vicente, Valencia, s. VI (=catedral visigoda de Valencia), desaparecida y reemplazada por la actual. Hipótesis de reconstrucción Formaba parte del conjunto episcopal levantado sobre el antiguo foro romano tras la caída del Imperio romano en 476. ¿Qué queda de aquella catedral? De la basílica visigoda de San Vicente (s. VI) casi nada queda. Tan sólo unos muros del baptisterio anexo (visitables en el Museo de L„Almoina), un fragmento del ábisde y especialmente una capilla funeraria relativamente bien conservada que se visita en la (mal llamada) “Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente”. Esa capilla funeraria es la única arquitectura valenciana altomedieval que se conserva: Valencia, Basílica de San Vicente (s. VI) junto al antiguo foro romano, y restos existentes Capilla funeraria de época visigoda. Su interés reside en que se trata del único resto arquitectónico de la primitiva cristiandad local llegado a nuestros días. Esta capilla-mausoleo en planta de cruz latina (hoy griega) estaba anexa a la basílica visigoda de San Vicente, y se ubicaba en el lado de la epístola junto al ábside del templo. Fue construida en el siglo VI como sepultura de algún eclesiástico local. Se conserva todo el muro perimetral de la capilla, construido con materiales aprovechados de antiguas construcciones romanas y grandes bloques de sillería visigoda, así como la bóveda de uno de los brazos. De gran valor son unas interesantes cancelas de piedra del siglo VI que servían para compartimentar el espacio de acuerdo con el rito litúrgico altomedieval. El edificio se puede visitar en la mal llamada “Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente mártir”. Otro nombre equívoco, pues San Vicente no estuvo allí encarcelado ni sepultado, ni esto es una “cárcel”. Es cierto que su prisión estuvo muy cerca de allí, en el foro romano, pero la capilla funeraria perteneció a un prelado que vivió dos siglos después del protomártir valenciano. Capilla funeraria visigoda, Valencia, s. VI 3 LA VALENCIA MUSULMANA Balansiya (=Valencia): restos de la muralla. La antigua Valentia romana y visigoda pasó a denominarse Balansiya tras la invasión musulmana en 711. Esta ocupación fue muy prolongada en el tiempo (711-1238) dejando abundante arte y arquitectura, sin embargo la mayoría de edificios fueron destruidos tras la reconquista cristiana en 1238. Los escasos restos arquitectónicos que tenemos son tardíos y todos del siglo XII, momento de esplendor de Balansiya. Por entonces el poder almohade que gobernaba la ciudad levantó una muralla de la que hoy quedan mínimos restos: poco más que un fragmento de muralla en la calle Salinas y un torreón en la plaza del Ángel. La Valencia islámica (Balansiya) levantó una muralla defensiva en el siglo XII. A la izquierda, restos de la muralla almohade Anillo interior: muralla islámica. La nueva muralla cristiana en la calle Salinas. (anillo exterior) fue construida en el s. XIV por el Rey Pedro 4 LA VALENCIA GÓTICA Jaime I y la reconquista cristiana. Este monarca de Aragón ha pasado a la historia como “El Conquistador”, quien se apropió de los territorios en manos musulmanas derrocando al poder almohade y tomando la ciudad de Valencia el 9 de octubre de 1238. El nuevo reino cristiano acogió inmediatamente el modo francés o arquitectura gótica que por entonces ya se difundía por los reinos cristianos de Europa. La iglesia de San Juan del Hospital es la más primitiva de las iglesias góticas de la ciudad de Valencia. Fue construida tras la reconquista cristiana de Jaime I en 1238 en un gótico muy austero. Es la única que cubre su nave mediante una bóveda cañón ojival reforzado con arcos fajones, a diferencia de otras iglesias góticas de la ciudad que emplean bóvedas de nervios en todos sus tramos. Junto a esta iglesia de la Orden sanjuanista existió un hospital y un cementerio que todavía conserva una pequeña capilla (llamada del rey don Jaime) considerada como vía de entrada en Valencia. S. Juan del Hospital, s. XIII. Vista de la nave hacia el altar Valencia de las bóvedas normandas o nervadas. Catedral de Valencia, iniciada en 1238 para reemplazar a la mezquita mayor totalmente demolida. La catedral, dedicada a Santa María, ofrece distintos estilos superpuestos de todas las épocas como románico, gótico, renacimiento, barroco y noeaclasicismo, resultando un catálogo de la mejor arquitectura histórica valenciana. Su portada románica, inspirada en la tradición románica hispánica, se construyó antes que las CINCO destacables obras maestras góticas (fotos abajo): la portada de los Apóstoles en el lado opuesto del transepto, donde se impuso el gótico francés más ortodoxo; las naves de crucería simple, el campanario octogonal (=El Micalet) con su cuerpo superior puramente gótcio (después rematado por una espadaña clásica); la Sala Capitular cuya policromía ha sido parcialmente recuperada, y finalmente el cimborrio donde la técnica gótica alcanza la perfección. P. románica, s. XIII Portada gótica, s. XIII Naves góticas, s. XIII Micalet, XIV Capítulo, s. XIV Cimborrio, XIV-XV Otras iglesias góticas. Tras la reconquista de Valencia en 1238, nueve iglesias góticas fueron levantadas sobre las bases de 9 mezquitas islámicas. Todas estas iglesias serían más tarde barroquizadas, y sólo algunas han recuperado en la actualidad su primitiva imagen gótica (la citada San Juan del Hospital, Santa Catalina y San Agustín). Otras, en cambio, conservan todavía su transformación barroca (San Martín, San Esteban, San Juan de la Cruz, San Nicolás, Santos Juanes…) por lo que no es fácil reconocer en estas últimas la fábrica gótica original al estar semioculta tras abundante decoración barroca. Santa Catalina, s. XIII-XIV, con adiciones barrocas Claustros góticos. También las distintas órdenes religiosas levantaron en la ciudad de Valencia numerosos conventos y monasterios. Entre los claustros góticos llegados a nuestros días destaca el del convento de Santo Domingo (hoy Capitanía), al ser el único que presenta tracería en algunos vanos. En cambio los demás claustros góticos de la ciudad son todos de ojiva Valencia, Claustro de Santo Domingo, ss. XIII-XV, con ampliaciones clasicistas. simple (La Trinidad, El Carmen) El Almudín era el almacén de grano de la ciudad medieval. Se trataba de un edificio almenado con patio central a cielo abierto, y en el que predomina su fábrica medieval típicamente valenciana (la tapia Real) que consiste en disponer ladrillos horizontalmente y sin riguroso orden entre los cajones de una tapia, resultando una textura característica. El almudín medieval sufrió una radical transformación en el siglo XVI al recibir una cubierta, que hasta entonces nunca tuvo, y ser modificado su ingreso lateral por otro a eje longitudinal, siendo renovada la fachada con una serliana. El resultado fue un espacio de aspecto basilical que ha sido rehabilitado como Valencia, Almudín, fund. fecha incierta. Estado actual tras la restauración museo de exposiciones temporales. Dos portales de la muralla cristiana del siglo XIV son los únicos que permanecen hoy en pie de los doce que tuvo, pues los otros diez fueron demolidos en 1865 junto con la muralla (de la que queda sólo un fragmento junto al portal de Quart). El Portal de Serranos fue levantado a finales del siglo XIV por Pere Balaguer con una sólida sillería de piedra según la solución habitual en la Corona de Aragón: Dos torres ochavadas con matacán almenado unidas por un cuerpo central por una puerta con balconada interior para el control del paso. El Portal de Quart es más tardío, del siglo XV, obra de Francesc Baldomar. Aunque de fábrica constructiva menos elegante, la solidez de su tapia se confía al gran espesor de muros. De hecho las tropas napoleónicas provocaron múltiples impactos de artillería sin lograr derribarlas. Ambos portales tenían una función defensiva en la cara extramuros y celebrativo-festiva en el Valencia, Portal de Serranos (izq.), 1390 y Portal de Quart, 1444. lado intramuros. Puente de la Trinidad. De los 5 puentes históricos de la ciudad de Valencia sólo uno procede de la Valencia gótica: el de la Trinidad (1405). Todos los demás fueron completamente arrasados durante la riada de 1517, siendo reconstruidos durante los siglos XVI (puentes de Serranos y del Real) y XVII (San José y del Mar). En cambio el puente de la Trinidad es el único que resistió relativamente las muchas embestidas del río Turia: entre las más memorables la de 1517, en la que perdió los pretiles y el tercio central, y la última en 1957. Es un puente de bóveda ojival de ramas muy abiertas sobre grandes pilas con tajamares angulares Valencia, Puente de la Trinidad, 1405. conforme al uso medieval. LAS DOS OBRAS MAESTRAS DE LA ARQUITECTURA GÓTICA VALENCIANA CONVENTO DE SANTO DOMINGO (Valencia) construido entre XIV-XV. En él se conservan a su vez tres joyas del gótico: El Claustro, la Sala Capitular and la Capilla Real. -Claustro gótico (ver 2 páginas atrás). -Sala Capitular, o “sala de las palmeras” (s.XIV), es una sala cuadrada con 9 crucerías de plementería a rosca. Las columnas centrales son extremadamente esbeltas (h=30 diam.) Sº Domingo, Capítulo, XIV. -Capilla Real. Desconocida por muchos valencianos, esta capilla es la mayor creación del gótico valenciano. Fue construida a mediados del siglo XV por Francesc Baldomar, maestro de Pere Compte, como capilla funeraria del rey Alfonso y su esposa doña María. Se usó piedra oscura para subrayar el carácter funerario del espacio. Sin duda lo más destacable es su espectacular bóveda anervada que evoca una especie de velo morturorio sobre la capilla. Baldomar ya había ensayado bóvedas anervadas en el portal de Quart y en el pasillo de acceso al campanario de la catedral (Micalet). Posteriormente se añadió el retablo renacentista y el túmulo central de mármol. Sº Domingo, Capilla Real, XV. LA LONJA es el único edificio valenciano declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO, con el que concluye el magnífico episodio de la arquitectura gótica valenciana. Fue comenzado en 1482 por Pere Compte por encargo de los jurados de la ciudad, quienes desde 1460 juzgaron necesaria una nueva Lonja de comercio de la seda dada la creciente actividad comercial de Valencia como importante puerto del Mediterráneo. La gran superficie ocupada exigió expropiar y demoler numerosas casas. Proyecto. Se inspira en lonjas similares de los reinos de Aragón como Perpignan y Barcelona, aunque la de Valencia se inspiró directamente en la de Palma de Mallorca. El conjunto consta de dos bloques yuxtapuestos en L bien diferenciados, la Sala de Contratación y el Consulado del Mar, entre los que se sitúa una torre con prisión en el nivel superior a la que se accede por soberbia escalera de caracol, quedando cerrada la parcela con un jardín. Técnica. Se empleó una sillería muy bien labrada. Para las bóvedas del Salón columnario Pere Compte recurrió a la bóveda nervada con nervios (terceletes) y claves, una solución menos audaz que la de Baldomar para la Capilla Real de Santo Domingo, donde su maestro sí arriesgó al decidir anervar las bóvedas. Valencia, Lonja. Vista general y planta Estado de conservación y alteraciones. El edificio tuvo poco uso como lonja de comercio pues a la conclusión de las obras, las rutas comerciales ya se desviaban hacia el Atlántico por el descubrimiento de América y el comercio mediterráneo entró en decadencia. La Lonja fue utilizada para alguna recepción oficial y después como cuartel militar, lo que provocó serios daños: el pavimento original se perdió, siendo rediseñado a comienzos del siglo XX no sin polémica; la tracería de los ventanales fue reconstruida en neogótico, incluso se añadió una escalera neogótica en el jardín interior. Además, el Salón columnario ha perdido ya el azul de sus bóvedas estrelladas. Pero el edificio conserva en lo esencial su imagen tardomedieval. Aparte de la Sala de Contratación, quedan notables detalles góticos como la escalera de caracol, las portadas, las gárgolas monstruosas y la inscripción original en latín que recorre los muros del Salón columnario y que comienza con la célebre “Casa Valencia, Lonja: Sala de Contratación, caracol y una gárgola famosa soy, en quince años edificada…” 5 LA VALENCIA RENACENTISTA La consolidación del nuevo lenguaje renacentista ocurrió tras el descubrimiento de América, en época virreinal, bajo el virreinato de Germana de Foix (1523-36) quien promovió la construcción de las primeras estructuras y edificios a la italiana. A diferencia de otras ciudades europeas, Valencia no fue sometida a ordenación urbana de conjunto ni al rigor geométrico, conservando su trama medieval de herencia musulmana. Se mantenía la compartimentación de la ciudad en barrios de trazado orgánico y los edificios monumentales se levantaban como piezas aisladas. El Germana de Foix, virreina de centro cívico continuaba siendo, como lo fue siempre, la plaza del Mercado. Valencia (1523-36) Ya en las últimas décadas del siglo XVI el Arzobispo San Juan de Ribera, más conocido por El Patriarca, impuso en la ciudad y Reino de Valencia el espíritu y directrices artísticas de la Contrarreforma. Fomentó la construcción de numerosos conventos que dieron a la ciudad su fuerte impronta religiosa. Su fundación predilecta fue el Colegio del Corpus Christi conocido popularmente como Colegio del Patriarca. Fue éste un periodo muy fructífero, de gran actividad constructora, en el que también se promueve obra civil como los Silos de Burjassot. EL RENACIMIENTO ITALIANO ARRAIGA EN VALENCIA La Obra Nova de la catedral es una de las muestras más tempranas del renacimiento en la ciudad de Valencia. Trazada por G. Gregori, se trataba de una tribuna desde donde el cabildo de la catedral seguía los actos públicos en la plaza de la Virgen. Su planta consiste en un arco elíptico adosado al ábside gótico de la catedral. El alzado está Valencia. Obra nova de la formado por tres niveles de arquerías de medio punto Catedral. ciegas en el primer nivel. En el segundo encontramos la solución clásica romana (y albertiana) del medio punto sobre pilar y orden ornamental adosado, mientras que en el tercer nivel se reconoce el motivo manierista del arco de Valencia, Obra nova de la medio punto entre dinteles (motivo palladiano o serliana). Catedral, 1520. Estado antes El último piso fue transformado en una absurda pantalla de la intervención del siglo XX de arcos al ser eliminado el forjado en las obras de (grabado) y dos fotografías del restauración de la catedral llevadas a cabo en el siglo XX. estado actual El Antiguo Hospital de folls e malalts es un conjunto hospitalario proyectado por Gaspar Gregori en el s. XVI (hoy biblioteca pública) del que se conserva la enfermería en forma de cruz. Se trata de una estructura de dos plantas con brazos cubiertos por modernas bóvedas vaídas y cimborrio poligonal cerrado con una bóveda elíptica. El conjunto fue demolido de forma absurda en el s. XX salvándose la enfermería principal, la portada gótica de Francesc Baldomar y la ermita de Santa Lucía. En el s. XVI el Almudín medieval fue ampliado con la construcción de una crujía recayente a la plaza de San Luis Beltrán. Recientemente, durante unas obras de restauración fue descubierto un pórtico de cantería bien labrada formando una serliana o motivo palladiano. LA OBRA CUMBRE DEL RENACIMIENTO VALENCIANO La fábrica del Monasterio de San Miguel de los Reyes constituye sin duda la empresa más ambiciosa de la Valencia del siglo XVI. Se trata de una obra promovida por los virreyes de Valencia Germana de Foix y Fernando de Aragón que, además de un monasterio jerónimo, iba a albergar el panteón donde se iba a enterrar la pareja. El proyecto trazado por Alonso de Covarrubias uno de los grandes arquitectos españoles del renacimiento, tenía previsto conservar la iglesia medieval existente y construir dos nuevos claustros a los lados. Sin embargo, el proyecto apenas se empezará y quedará detenido durante años hasta la construcción del claustro sur. El claustro principal o claustro sur del Monasterio de San Miguel de los Reyes fue construido a principios del s. XVII modificando el alzado previsto inicialmente por Covarrubias, y está claramente inspirado en el patio de los Evangelistas de El Escorial con solución a la romana rematada por balaustrada según enseñanza de Miguel Angel. La iglesia del Monasterio de San Miguel de los Reyes es más tardía y fue construida durante el s. XVII adoptando ya la moderna planta jesuítica con coro a los pies, tribunas, testero plano y cúpula con tambor, semiesfera y linterna. Su portada constituye una de las muestras más interesantes de fachada retablo de la arquitectura valenciana. El tambor al exterior presenta orden ornamental (adosado) mientras que el casquete de la cúpula aparece revestido de la característica teja azul de cerámica vidriada tan habitual desde entonces en Valencia. El conjunto pasó a funcionar como prisión a partir de la desamortización (1835), para lo que se elaboró un proyecto de adaptación a cárcel que incluyó la ejecución del patio norte, aunque fue resuelto sin arquerías. El uso como prisión se mantuvo hasta bien entrado el s. XX, llevando a cabo posteriormente su restauración y acondicionamiento como sede de la Biblioteca Valenciana. EL COLEGIO DEL CORPUS CHRISTI COMO PARADIGMA El Colegio del Corpus Christi o del Patriarca destaca como la última gran obra del renacimiento valenciano, ya en el cambio de siglo XVI a XVII. La fábrica fue promovida por San Juan de Ribera, siendo la principal muestra del periodo de intensa actividad constructora patrocinada por el arzobispo y virrey de Valencia. Se trata de un seminario, tipología que se multiplica tras el concilio de Trento, ubicado justo enfrente de la sede de la Universidad ya que los seminaristas asistían a las lecciones impartidas en sus aulas. El conjunto cuenta con iglesia, claustro y demás dependencias propias de toda fundación conventual sin haber sufrido cambios importantes desde su construcción. Sus lienzos de fachada constituyen la primera muestra de adaptación del modelo de fachada civil del palacio gótico a la arquitectura religiosa con la presencia de una galería de huecos de medio punto y pilastras toscanas labrada en ladrillo. Atribuida a Gaspar Gregori, la iglesia del Corpus Christi (1590-1604) es pionera en Valencia al ser la primera en adoptar la moderna PLANTA JESUÍTICA o contrarreformista de acuerdo con las directrices del Concilio de Trento, materializada por vez primera en la iglesia romana del Gesú de Vignola. De nave única, capillas entre contrafuertes aún no comunicantes y cabecera plana, presenta el arcaísmo de las bóvedas de nervios que desaparecen posteriormente en San Miguel de los Reyes donde fueron sustituidas por un moderno cañón de ladrillo tabicado. La iglesia, decorada con magníficos frescos, no tiene acceso directo desde el exterior al tratarse de la capilla privada del seminario. Sobre el crucero se levanta una moderna cúpula tiripartita (tambor, casquete y linterna) que se convertirá en el modelo de multitud de cúpulas valencianas a partir de entonces. El claustro presenta un alzado con una arcaica articulación renacentista (arco sobre columna, motivo ya utilizado por Brunelleschi en el s. XV) dispuesta canónicamente en dos niveles con orden dórico en el primer nivel y jónico en el segundo rematado con antepecho y bolas de influencia herreriana. Para su construcción se utilizó columnas de mármol blanco procedente de Italia y piedra oscura El alzado del tambor y de la linterna con órdenes adosados se convierte de Ribarroja. El claustro, como el desde su construcción en un claro referente para futuras construcciones vestíbulo y la iglesia, presenta una de donde destaca el dominio del corte del LADRILLO APLANTILLADO para las primeras muestras de ZÓCALOS configurar elementos ornamentales, muestra del desarrollo de la albañilería DE AZULEJERÍA CERÁMICA de la en la arquitectura valenciana desde el s. XVI. Lo mismo sucede con su arquitectura valenciana, llamada a MODERNO CAMPANARIO, cuyo cuerpo de campanas con hueco de tener gran éxito desde entonces tanto medio punto flanqueado por órdenes quedó convertido en modelo para en la arquitectura culta como numerosas torres-campanario levantadas durante los siglos XVII y XVIII. vernácula. Epílogo al renacimiento valenciano. Hacia 1600 se construye la nueva cabecera de la iglesia parroquial de los Santos Juanes, donde se configura un nuevo lienzo de fachada adecuado escenográficamente a la plaza del Mercado. Como ya ocurrió en la iglesia del Patriarca, el alzado traduce los modelos de la arquitectura civil con una hilera superior de huecos adintelados con pilastras toscanas rematada por un antepecho ciego, pináculos y bolas de influencia herreriana y otros elementos barroquizantes. Valencia, Iglesia de los Santos Juanes, ca. 1600 6 LA VALENCIA BARROCA La nueva sensibilidad barroca fue en Valencia, como en toda Europa, una de las consecuencias de la crisis económica del s. XVII que pretendía camuflar la miseria con la ostentación. Las nuevas directrices decorativas se apartaron de la austeridad impuesta por el Concilio de Trento dando paso a una rica ornamentación que pretendía mostrar la imagen del Poder. Los modelos de la sobria arquitectura herreriana fueron progresivamente desplazados y los valencianos empezaron a ornamentar sus construcciones con estatuas y una moderada profusión decorativa incluyendo obra civil como los puentes o los pretiles del río. Uno de los fenómenos más característicos del barroco valenciano es el recubrimiento del interior de iglesias parroquiales o conventuales de origen gótico donde se volteaba una falsa bóveda de cañón que ocultaba las crucerías medievales y se transformaba el alzado interior con arcos de medio punto y ordenes clásicos integrados habitualmente con talla de escayola y mármoles multicolores. Juan Pérez Castiel, el gran arquitecto del s. XVII valenciano y autor de la reforma barroca del presbiterio de la catedral, trabajó en la renovación de muchas de estas iglesias como las de San Nicolás, San Esteban o San Valero con un repertorio ornamental relativamente moderado, cayendo pocas veces en los excesos churriguerescos y adoptando una alegre ornamentación con esgrafiados polícromos, altorrelieves, guirnaldas de flores o angelotes. TRANSFORMACIONES BARROCAS DE TEMPLOS GÓTICOS En el tránsito del siglo XVII al XVIII se interviene el interior de la iglesia parroquial de los Santos Juanes. En estos trabajos, llevados a cabo por dos artífices italianos, J. Bertesi y A. Aliprandi se transforma la nave gótica con numerosas esculturas de bulto redondo según una línea de intervención poco habitual en el barroco valenciano. En las obras se incorpora la construcción de una gran bóveda de cañón con lunetos que fue decorada con el notable conjunto de frescos de Antonio Palomino gravemente dañados en el incendio de 1936. La intervención incluyó también la labra de una galería superior de huecos en la fachada lateral que ocultaba la fábrica medieval, la ejecución de las actuales portadas barrocas y la terminación de la fachada a la plaza del Mercado así como el recrecido barroco del campanario medieval. Hacia 1690 se lleva a cabo la renovación barroca de la iglesia parroquial de San Nicolás. La intervención es diametralmente opuesta a la de Santos Juanes, ya que se trata del recubrimiento que mejor integra la fábrica gótica con el lenguaje clásico, por tanto más respetuoso con la iglesia medieval. En este caso se dejó a la vista las crucerías desmontando sólo las claves. Sobre la plementería fueron pintados magníficos frescos según el programa iconográfico de Antonio Palomino. El alzado de la nave fue modificado con arcos de medio punto y órdenes clásicos integrados con yeserías de Juan Pérez Castiel. LA OBRA CUMBRE DEL BARROCO VALENCIANO La construcción más importante del siglo XVII es la Basílica de la Virgen de los Desamparados, obra iniciada a mediados de siglo para conmemorar el final de una epidemia de peste. Se trata de un templo de planta oval inscrito en una caja mural trapezoidal. Se desconoce el nombre el tracista, pero las obras fueron dirigidas por Diego Martínez Ponce de Urrana. La nave se cubre con una cúpula ovalada con linterna y tambor en una disposición poco habitual (exterior envolviendo la base de la cúpula). La cúpula tiene dos hojas: la superior, estructural, con nervaturas y decoración esgrafiada. A finales de siglo XVII se construyó la hoja inferior únicamente ornamental, con el notable conjunto de frescos de Antonio Palomino. La basílica fue ampliada en un tramo (izq.) en el s. XVIII incluyendo la construcción del camarín y la transformación del austero revoco original en otro almagra (=rojizo). Antes de la ampliación del camarín, la fachada era rigurosamente simétrica. Dcha.: el orden gigante es incorporado también al alzdo interior disponiendo vanos y edículos de recuerdo miguelangelesco. Valencia. Basílica de la Virgen de los Desamparados, s. XVII. Planta y sección. El orden empleado en las pilastras Las fachadas se articulan gigantes de la fachada no es con orden gigante y ninguno de los cinco clásicos. Se originalmente presentaban una fábrica de ladrillo trata del llamado sexto orden, en caravista similar a la del cuyo capital se integran elementos tambor, siendo una de las de los capiteles toscano y corintio, mejores muestras del conocido también como orden del desarrollo de la albañilería Hermano Bautista. valenciana. ELEMENTOS DE ARQUITECTURA BARROCA VALENCIANA Uno de los motivos ornamentales más característicos del barroco vernáculo son los ESGRAFIADOS. Este recurso decorativo, consistente en la talla de estuco a pequeña escala, se convierte en protagonista de numerosas iglesias parroquiales y en templos o dependencias conventuales. La intervención en la iglesia parroquial de San Esteban, atribuida a Juan Pérez Castiel, integra la talla de escayola con un notable revestimiento de esgrafiado. Otras muestras destacadas de la ciudad son la capilla de Santa Bárbara de San Juan del Hospital o la capilla de la Comunión de San Valero. Los jesuitas son protagonistas en la difusión de este motivo ornamental conservado aún en una escalera del colegio San Pablo o en diversas Esgrafiados de la iglesia parroquial de San Esteban dependencias de la antigua Casa profesa. Otro recurso decorativo habitual, combinado muchas veces con los esgrafiados, son los ZÓCALOS DE AZULEJERÍA CERÁMICA que ornamentan los paramentos interiores de naves, capillas y dependencias conventuales. Sus diseños evolucionan desde los motivos geométricos de principios del s. XVII a los motivos figurativos del XVIII. Antiguo colegio de San Pablo. Detalle del zócalo cerámico Iglesia parroquial de San Andrés de la escalera principal (hoy San Juan de la Cruz). Detalle de panel cerámico Son escasas las fundaciones de nueva planta levantadas en el s. XVII. Entre ellas está el convento del Pilar, antiguo de los dominicos. Se trataba de un conjunto mucho más modesto consistente en un claustro desaparecido y una iglesia (hoy parroquial del Pilar). La fachada posee la habitual PORTADA BARROCA a base de una puerta de trazado moderno (rectangular) enmarcado por un orden fragmentado, a veces reinterpretado, con hornacina superior enmarcada por edículo acabado en frontón partido. El conjunto remata en un HASTIAL MIXTILINEO muy frecuente en la arquitectura valenciana del XVIII. En planta la iglesia adopta la moderna planta jesuítica con bóveda de cañón y lunetos, cabecera rectangular y cúpula sobre el crucero. Al tratarse de una fundación modesta la cúpula carece de tambor y linterna. El revoco interior es todavía muy contenido de acuerdo con las pautas decorativas de principios del s. XVIII. El barroco valenciano favoreció el DESARROLLO DE LA ALBAÑILERÍA debido a las condiciones de pobreza del país y la consiguiente caída en desuso del corte de cantería. Buena muestra de ello es la larga relación de claustros conventuales de ladrillo (de izda. a dcha.: Claustros Sª Mª del Puig, Casa profesa de los jesuitas y Colegio de Santo Pío V (Valencia). Pieza singular del barroco valenciano es la CAPILLA DE LA COMUNIÓN. Se trata de estructuras de planta central añadidas a las iglesias parroquiales, comunicadas con la nave del templo principal a través de una de sus capillas, con acceso y portada independiente, normalmente retranqueada con respecto a la fachada de la iglesia, generando una pequeña plazuela o espacio urbano. Su cúpula, provista de la característica teja vidriada azul en la tradición valenciana, reproduce el esquema de la cúpula de la iglesia del Patriarca a pequeña escala (Izq.: San Nicolás: Capilla de la Comunión; Dcha: Santos Juanes: Cúpula de la Capilla de la Comunión) Otras estructuras propias del barroco valenciano son los numerosos CAMPANARIOS de nueva planta construidos junto a las iglesias parroquiales de origen medieval. Se trata de construcciones de planta cuadrada con cuerpo de campanas de ladrillo o, menos habitual, de cantería, con vano de medio punto flanqueado por pares de órdenes y segundo cuerpo de remate (foto izda.: campanario de la iglesia de los Santos Juanes,) Menos numerosos pero muy significativas son los de planta hexagonal como el campanario de Santa Catalina (foto dcha.). Construido por Juan Pérez Castiel, destaca la presencia de columnas salomónicas tanto en el cuerpo de campanas como en el cuerpo de remate. La fachada barroca más propia de la tradición local fue durante décadas la llamada FACHADA-RETABLO, que consiste en un gran telón o imafronte de cantería al que adosa una compleja portada formando un verdadero retablo pétreo como el de la fachada de la iglesia del Convento del Carmen (izquierda). La Puerta de los Hierros de la catedral de Valencia constituye una de las fábricas más importantes del tránsito al s. XVIII (dcha: foto anterior al derribo de la antigua calle Zaragoza). Se trata de una fachada vanguardista, la primera de líneas curvas en la arquitectura española, donde el tracista K. Rudolf se inspiró en el modelo italiano de Borromini. Se compone de un cuerpo central convexo y dos laterales cóncavos resultando una gran fachada- retablo que rinde homenaje a santos y papas valencianos. EPÍLOGO La iglesia de Santo Tomás y San Felipe Neri es lo único que se conserva del desaparecido convento oratoriano. Se trata de un templo de planta jesuítica aunque ya sin arcaísmos (el transepto está alineado en planta). Su decoración es muy contenida, en la línea de la iglesia del Pilar e integrada en un zócalo cerámico de azulejos. Sorprendentemente la fachada constituye el primer ejemplo tardío de fachada vignolesca con volutas pergaminadas en la arquitectura valenciana. El último eco de la arquitectura rococó de origen francés es el palacio del Marqués de Dos Aguas donde destaca la portada de ingreso labrada en alabastro por Ignacio Vergara. El neoclasicismo oficial se imponía sólo en los edificios públicos mientras que en los palacios señoriales persistió durante largo tiempo el rococó, sobre todo en portadas y balcones. 7 LA VALENCIA ILUSTRADA Carlos III, gran monarca constructor, dotó a Valencia del magnífico edificio de la antigua Aduana (hoy Tribunal Superior de Justicia) donde se controlaba todo el comercio marítimo. El edificio fue construido por Antonio Gilabert a partir de 1758 en un austero clasicismo con ecos de la arquitectura de Miguel Ángel. La fachada recurre a la tradición constructiva hispánica ejecutando un paramento con fingido de ladrillo caravista superpuesto a la fábrica. El alzado, articulado con un orden gigante de severas pilastras toscanas, se resuelve con alternancia de frontones (triangulares y curvos) en la planta noble y antepecho con balaustrada, estatuas, hornacinas y candelabros prolongando el orden gigante entre nichos barrocos. La vieja catedral gótica no era aceptable para el nuevo gusto académico. El arquitecto Antonio Gilabert, a finales del s. XVIII, revistió las naves de la catedral con un recubrimiento neoclásico que le daba uniformidad al interior aunque desfiguraba la fábrica medieval. El alzado de las naves fue articulado con una doble escala de órdenes, un orden principal compuesto y un segundo menor corintio. A su vez, las capillas medievales fueron demolidas y construidas de nueva planta coronadas por cúpulas semiesféricas y ovales. También se planteó reformar el exterior (incluyendo un proyecto de remodelación neoclásica de la portada de los Apóstoles) si bien la intervención quedo limitada a la construcción de la casa del Magistre, actualmente desaparecida. Antonio Gilabert fue también el constructor de las Escuelas Pías de Valencia (1767-73), cuya iglesia es una gran rotonda cubierta con una cúpula de 24 metros de diámetro. El alzado interior está articulado en tres niveles inspirado claramente en el Panteón de Roma, mientras que el exterior de la cúpula responde todavía a la tradición valenciana de cúpulas barrocas de tres cuerpos de fábrica de ladrillo La Casa Vestuario junto a la Catedral fue reedificada en el año 1800 en un severo clasicismo, huecos adintelados y composición clásica con potente basamento de cantería, planta noble con alternancia de frontones y cuerpo de remate bajo alero. Al igual que la Carlos III hizo construir el convento de Aduana y la Basílica de la la Orden militar de Montesa, el Virgen los paramentos se Temple, según planos traídos de resuelven de nuevo con Madrid con algún elemento de la ladrillo caravista tradición valenciana 8 LA VALENCIA CONTEMPORÁNEA La renovación urbana. Como en todas las ciudades europeas, en 1865 comienza el derribo de la muralla medieval que impedía la expansión de la ciudad. Valencia ya está en disposición de crecer hacia el sur, con los Ensanches, y hacia el mar buscando la conexión con el Grao. El plano del primer Ensanche (1887) seguía un trazado hipodámico inspirado en el Plan del Eixample de Barcelona. Los nuevos materiales industriales van penetrando en la arquitectura mientras distintos historicismos conforman la imagen de la Valencia contemporánea. La renovación estética vendrá desde principios del siglo XX con el modernismo. Los nuevos materiales. Invernadero del Jardín Botánico (1859), Sebastián Monleón. La gran estufa de plantas del Jardín Botánico constituye el primer ejemplo valenciano de construcción realizada con estructura de hierro y vidrio y uno de los primeros de la península. Su diseño interpreta a pequeña escala la estructura modular del Crystal Palace (1851) de J. Paxton. I. HISTORICISMOS Plaza de Toros (1859), Sebastián Monleón. Construido inicialmente extramuros, se trata del edificio público más importante de su época y una destacada muestra de la pervivencia del clasicismo a mitad del siglo XIX. Su severo alzado en ladrillo caravista está estructurado en cuatro galerías de arcos superpuestas con pilastras sencillas y parece interpretar de manera simplificada referentes de la arquitectura romana como el anfiteatro de Nimes, El Coliseo o quizás el Teatro Marcelo de Roma. Se trata además de una de las primeras construcciones donde se utilizaron columnas de fundición, en este caso en la cubierta del anillo superior Neogótico. El Asilo del Marqués de Campo (izquierda), 1863, Su Neobarroco. El Banco de Valencia (1934-42), J. fachada de cantería, con vanos ojivales y detalles ornamentales Goerlich y otros arquitectos, es lo más destacado del tardogóticos, hacen del edificio una de las principales muestras del neobarroco valenciano. Los novedosos proyectos neogótico valenciano. Destaca la iglesia, ejecutada en estructura iniciales de líneas expresionistas fueron descartados metálica con columnas de hierro. El Palacio de la Exposición Regional tras la Guerra Civil imponiéndose el casticismo local Valenciana de 1909 (derecha), de F. Mora, era el edificio emblemático de imperante en los años 40. Construido en un solar la Exposición Regional de 1909. Aquí se quiso evocar edificios del gótico triangular, el edificio adopta la composición clásica de valenciano como la Lonja o el campanario del Micalet fachada con el chaflán destacado por un templete. II. ARQUITECTURA RESIDENCIAL ECLÉCTICA La Valencia ecléctica se reconoce en sus magníficos edificios de viviendas. En los antiguos Almacenes Isla de Cuba la planta baja consta de una logia de columnas de fundición. Los pisos superiores se destinaban a viviendas de alquiler y presentan una repetición de huecos muy decorados de policromías con motivos griegos, grandes frisos ornamentales y robustas columnas clásicas de hierro. La policromía se extiende por toda la fachada mediante el contraste de diferentes materiales: piedra, ladrillo, hierro, madera, estucos, loza y cerámica vidriada. Enfrente, el Edificio Sánchez de León utiliza policromías en marrones y ocres. Como era habitual, la planta baja se articula juntamente con el entresuelo y las viviendas presentan balcones o miradores. Sobre el último cuerpo de buhardilla vuela un potente alero de madera que Izquierda: Edificio de los Almacenes Isla de Cuba (1895). Derecha: Edificio Sánchez de León (1896), Plaza de la Reina con calle San Vicente (Valencia) remata eclécticamente en una cúpula. III. ARQUITECTURA PÚBLICA MODERNISTA: Grandes equipamientos Estación del Norte (1906-1917) es uno de los mejores ejemplos del modernismo valenciano. El proyecto de Demetrio Ribes resolvió el fondo de una avenida mediante la nueva estación de ferrocarril. En planta dispone tres alas a modo de C en cuyo interior se encuentran los andenes con su asombrosa cubierta de hierro. Es evidente la influencia de la Sezession vienesa, en particular del modernismo geométrico de Otto Wagner. En el interior el modernismo valenciano alcanza su cumbre en el mobiliario y en el mosaico o trencadís con motivos regionales de carácter orgánico. Mercado de Colón (1914). El proyecto de F. Mora plantea el mercado en el Ensanche noble como un espacio basilical de 3 naves y voladizos colaterales. Su estructura está formada por soportes de fundición, cerchas metálicas y cubierta a dos vertientes. Las fachadas de los lados cortos se resuelven de modo distinto: la de la calle Jorge Juan dispone un cuerpo alto rematado por cúpulas de teja vidriada donde se alojaba la Tenencia de Alcaldía (hoy lujoso restaurante). La opuesta (foto) remite claramente a Gaudí por su colosal arco parabólico y sus esbeltas torretas circulares de ladrillo aplantillado, en cuya base existen unos puestos de flores protegidos con ondulantes cubiertas revestidas de mosaico e imaginativas marquesinas de vidrio. Mercado Central (1915-26). Proyectado por arquitectos catalanes de la Escuela de Domènech i Montaner para un concurso, el Mercado Central es pieza nuclear de la arquitectura modernista valenciana. Su imponente volumetría se inserta perfectamente en el corazón de la ciudad adaptando el perímetro al entorno y ajustando la escala de las fachadas a la de las calles adyacentes. En planta ocupa más de 8000 m2 y su estructura metálica (con ingeniosas soluciones constructivas) está soportada por esbeltos pilares de fundición que hacen diáfano el espacio. Dos cúpulas revestidas de cerámica iluminan adecuadamente el interior: la mayor se sitúa sobre el cruce de los dos ejes principales, mientras que la menor, de base elíptica, ilumina y ventila la pescadería.

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