Principios de Renovación en el Liderazgo Cristiano - PDF
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Este documento analiza los principios de renovación en el liderazgo cristiano, destacando la importancia de mantener la motivación y la efectividad en el ministerio a pesar de los desafíos y la fatiga. Se exploran las causas de la pérdida de entusiasmo en la labor ministerial y cómo afrontarlas, así como las dificultades que surgen en la vida personal y profesional del líder.
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**Principios de renovación** Colosenses 4:17 "¡Cómo he caído! Yo, cuyas actividades no tenían límites y mi cabeza nunca descansaba. He sido lanzado hacia un estupor letárgico. Debo hacer un esfuerzo para levantar mis párpados. A veces solía dictar, sobre diferentes tópicos, a cuatro o cinco secret...
**Principios de renovación** Colosenses 4:17 "¡Cómo he caído! Yo, cuyas actividades no tenían límites y mi cabeza nunca descansaba. He sido lanzado hacia un estupor letárgico. Debo hacer un esfuerzo para levantar mis párpados. A veces solía dictar, sobre diferentes tópicos, a cuatro o cinco secretarios, que escribían tan rápidamente como yo hablaba. Pero yo era Napoleón entonces; hoy no soy nada\... Tan sólo vegeto, ya no vivo."[^1^](#fn1){#fnref1.footnote-ref} La frase que brotó del célebre emperador francés muy bien podría ponerse en los labios de miles de ministros del día hoy, de hombres y mujeres que también están llegando al final de su carrera. E igualmente, me temo, podrían ponerse en los labios de millares de guías del rebaño de Dios que apenas están entrando en la mediana edad. En un tiempo, al igual que Napoleón, estaban empeñados en grandes conquistas. Sus **\[PAG. 217\]** corazones ardían con el fuego del amor a Dios y a las almas. Acometieron la tarea con el entusiasmo de Don Quijote al encarar los molinos de viento. Los resultados avalaban la gestión; la mano de Dios se abría en bendición. El futuro llamaba lleno de esperanza. Todo era optimismo y anticipación de cosas mayores y mejores. El compromiso era del más alto nivel, las energías sobraban, la mente estaba siempre fresca, el cuerpo ágil. *Superman* y *Superpastor* eran sinónimos. La omnipotencia y la omnipresencia parecían estar al alcance de la mano\... Pero algo sucedió. Hoy las cosas ya no son iguales. El servicio ha perdido su brillo, ha llegado a ser una carga. Por momentos, parecería que ya no se quiere ni se puede oír más de problemas. Si suena el teléfono se tiembla ante la posibilidad de otra mala noticia. Producir un nuevo sermón cada semana es un desafío de proporciones colosales para el intelecto. Se están cuestionando seriamente si esto de haber entrado al ministerio no habrá sido un gran error, o si las cosas se han tornado tan cuesta arriba porque actualmente no se está en el centro de la voluntad de Dios. Lo cierto es que el ministerio ha perdido gran parte del atractivo que tuvo en su momento. El idealismo ha dado paso a la realidad desnuda y, al igual que un maratonista que debe encarar la recta final, se cuestionan si tendrán los recursos para soportar el esfuerzo y llegar a la meta. O si tan siquiera existe la voluntad de hacerlo. Si al leer estas páginas usted se ha identificado aunque sea parcialmente con el proceso que estamos describiendo, ¡aliéntese! No está solo, pues es parte de una compañía numerosa. Moisés y Elías pidieron la muerte. Job se arrepintió de haber nacido. Jeremías, ante la magnitud de la tarea y la oposición, rehusaba seguir adelante, se sentía descalificado para la tarea. Hace un tiempo asistí a un seminario donde se discutían diferentes aspectos del ministerio. Todos los alumnos éramos ministros dedicados a tiempo completo, cuyas edades oscilaban entre los 40 y 55 años de edad. En un determinado momento el profesor preguntó: "¿Hubieran entrado en el **\[PAG. 218\]** ministerio si hubieran sabido entonces todo lo que saben ahora?" Se produjo un largo y pesado silencio mientras cada uno hurgaba en lo más profundo de su alma. Si Ud. se siente escandalizado por lo que estamos diciendo, hay una de tres posibilidades. Tiene menos de 40 años, está en una crisis de negación, o es norteamericano. Digo que tiene menos de 40 años porque antes de esa edad uno no comprende el tópico que estamos discutiendo. Lo digo por propia experiencia. Cuando era joven y mis maestros hablaban de la importancia de tener un día de descanso a la semana o de tomar vacaciones, pensaba que habían perdido el Espíritu Santo por alguna grieta, si es que no tenían alguna fisura en el cerebro\... Después que tuve cinco accidentes automovilísticos (en los cinco casos me golpearon desde atrás) y mi cuerpo quedó irreparablemente lesionado, es que comencé a prestar atención. El Dr. Archibald D. Hart, el profesor a que me refiero en el párrafo anterior, nos contaba que había ofrecido el seminario que estaba dictando a estudiantes de nivel de maestría en teología (la edad promedio oscila entre 25 y 35) y nadie se interesó en el tema. Pero cuando lo ofreció a nivel de doctorado, donde el estudiante más joven ya entró en la cuarta década de vida, llegó a ser el seminario más asistido del programa doctoral; de manera que debió poner límite al número de solicitantes. En cierto momento pensé titular este capítulo "Prohibido para menores de cuarenta". Y si usted tiene menos de esta edad, le ruego que si sigue leyendo lo haga en la inteligencia de que tal vez ahora no le sea demasiado útil. Pero recuerde: Algún día en el futuro lo agradecerá. Entonces, cuando sea más humano, vuélvalo a leer y le será de mayor bendición. La segunda posibilidad es que usted viva continuamente en una tremenda crisis de negación; que sea de aquellos idealistas que todo lo resuelven con una palabra de oración, o con una cuota extra de dedicación; que es muy pronto a caer como una tonelada de ladrillos sobre sus hermanos porque no llegan al ideal cristiano de perfección absoluta, y usted es uno de los pocos distinguidos que sí lo ha logrado. Excepto cuando **\[PAG. 219\]** alguien le pregunta a su esposa o a sus hijos, "¿cómo está el santo estos días?" Y responden: "Mi esposo es el hombre más maravilloso con quien se pueda vivir en la plataforma\..., pero en casa, la vida diaria es una historia muy distinta". O: "Mi padre es un monstruo tan exigente que ha perdido a todos los hijos tratando de hacerlos cristianos por la fuerza". Hace un tiempo estaba tratando de compartir el evangelio con una persona que conocí en forma accidental. Cuando me contó algo de su peregrinaje personal, resultó ser la hija de un pastor evangélico. Con dolor me contaba que había llegado a repudiar la fe cristiana como resultado de la conducta perfeccionista de su padre. "Sólo cuando sepultó a su segunda esposa algo se resquebrajó en su caparazón y, por fin, la gracia de Dios comenzó a sanarle\..." Pero ya era demasiado tarde para los ocho hijos de los dos matrimonios, los cuales rechazaron las demandas de Jesucristo. Si usted está en una crisis de negación, es mi oración que Dios también pueda penetrar su caparazón y la gracia del Señor comience a sanarle. Lo que sigue más adelante le será de ayuda genuina si tiene la humildad de prestar oído. La tercera posibilidad es que usted sea norteamericano, vale decir, alguien con una mentalidad triunfalista extrema, alguien que siempre ve el arco iris y nunca las nubes tormentosas que amenazan. Hace años escuchaba a un célebre maestro radial exponer el pasaje donde Moisés pide la muerte. Y con toda fuerza y elocuencia este maestro afirmaba: "El ministerio es siempre divertido, siempre es alegría". Creo que no hacen falta mayores comentarios. El único problema para el triunfalismo o para cualquier verdad llevada a un extremo es que, quien se aferra a ella, termina convirtiéndose en un ingenuo. Y ser ingenuo es terminar siendo propenso al engaño. En este capítulo hablaremos de principios de renovación en el ministerio y el liderazgo cristiano, a fin de terminar la carrera con los brazos en alto. Cómo crecer en efectividad a pesar de los cambios, la magnitud de la tarea, el desgaste físico de la edad, y los desgastes emocionales del ministerio. Cómo, **\[PAG. 220\]** pese a que el hombre exterior se va desgastando, el interior puede irse renovando constantemente. Cualquier leñador comprende la importancia de este tema. Sabe que si no se detiene a afilar el hacha, cada vez tendrá que golpear más duro y logrará menos. Todo líder debe desarrollar una estrategia a largo plazo que lo lleve a la meta final. Pero antes de hablar de renovación, debemos considerar brevemente algunas de las razones que hacen obligatoria la renovación para todos los que sirven a Dios. El ministerio cristiano no reconoce términos medios, sólo admite extremos. No creo que haya una profesión donde se puedan recoger tantas alegrías y simultáneamente tantas tristezas. Qué alegría nos da cuando Dios hace fructificar abundantemente nuestros esfuerzos; cuando vemos su mano moverse con poder; cuando los pecadores responden a su oferta de salvación; cuando los santos crecen vigorosamente en su gracia y su conocimiento personal; cuando los creyentes llegan a formar un ejército poderoso; cuando la marcha del pueblo de Dios es triunfante y las puertas del infierno no pueden prevalecer contra nosotros; cuando el reino de Dios se establece sobre corazones y ciudades; cuando las iglesias prosperan y se reproducen empujando los límites del reino de las tinieblas. Al ver milagros, al oír testimonios elocuentes del poder de nuestro Cristo resucitado, ¿quién se atrevería a cambiar un minuto de bendición de nuestro Dios por todo lo que este mundo pudiese ofrecer? ¿Hubiésemos entrado al ministerio si se nos llamase nuevamente? Una y mil veces, ¡sí! ¿Qué otra vocación podríamos elegir, en qué otro puesto podríamos servir, luego de servir como ministros del Rey de reyes? Con el Dr. Martyn Lloyd‐Jones bien podemos exclamar: "La tarea de predicar es el llamamiento más elevado, más grande y más glorioso, al cual alguien puede ser llamado" No obstante, la otra cara de la moneda es que no hay otra profesión que pueda traernos tantas tristezas como el ministerio. Las razones son demasiadas. Primero, están nuestras propias limitaciones humanas. ¿Quién no ha sentido el impulso **\[PAG. 221\]** de gemir desde lo más profundo de su ser, "miserable hombre de mi; ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?" Nuestro cuerpo que un día nos llevaba con vigor desbordante, a medida que van pasando lo años comienza a servirnos con energías decrecientes. A diferencia de un deportista que se retira porque ya no puede lograr lo mismo que ayer, nosotros no podemos detenernos. Y las demandas de los demás no sólo no cesan, sino que se incrementan cuanto mayores sean las bendiciones. Mientras antes nos reponíamos con unas pocas horas de sueño, ahora el sueño se hace cada vez mas difícil de conciliar. En consecuencia, la vela comienza a consumirse por las dos puntas, acelerando el deterioro y mermando la efectividad. A esto se agrega nuestra propia pecaminosidad que nos fuerza a una lucha continua, demandando la más estricta disciplina. En este conflicto interno sin cuartel e interminable, es muy fácil llegar a perder el equilibrio emocional. Tratando de ser responsables, podemos llegar a ser sombríos y amargados. Buscando vivir con una conciencia transparente delante de Dios, podemos pasar a ser ultra sensibles, deprimiéndonos constantemente. Como si esto fuera poco, servir a Cristo es ir de cara contra las fuerzas del maligno, y ser el objeto concentrado de sus ataques. Los dardos más ponzoñosos siempre están dirigidos contra aquellos que mas pueden dañar su reino. Los embates más furiosos siempre se dirigirán contra el Pastor: "Heriré al pastor y las ovejas serán dispersas", siempre tendrá vigencia no importa en qué siglo vivamos. Dentro del vasto repertorio que el enemigo tiene a su disposición, la culpa, el sentirse inadecuado para la tarea, las difamaciones, los malos entendidos, los conflictos con los dirigidos y un sinfín de armas poderosas se le dispararán para abatirlo. Y cuando Satanás no logra quitarlo **\[PAG. 222\]** del puesto, si al menos logra hacerle perder el gozo del servicio, gana de todos modos. Además, luchando contra el mal es muy fácil perder la perspectiva y confundir de quién es la lucha. El 6 de Marzo de 1997, la corte suprema del estado de Florida decretó que el ex pastor Paul Hill debía morir en la silla eléctrica. La razón: En su lucha por salvar vidas inocentes del genocidio del aborto libre, decidió asesinar a un médico y a un chofer de una de las clínicas de su ciudad. Pensó que al hacerlo muchos se lo agradecerían; lo cierto es que hoy está en espera de su ejecución. Me temo que muchos obreros cristianos sufren del síntoma de Moisés, que creyó que sería el gran libertador de su nación. Moisés apenas salvó su vida; a otros no les va tan bien. La verdad es que, en la lucha contra el mal, si no somos extremadamente cuidadosos, es muy fácil que terminemos contaminados por el mal. Además nunca debemos olvidar que el ministerio cristiano es una profesión de pérdidas continuas. Aquellos que son el objeto de nuestro amor, nuestra intercesión, y nuestros esfuerzos, muchas veces terminan mal. Discípulos a quienes amamos y en quienes invertimos una cantidad cuantiosa de tiempo en su desarrollo espiritual, un día nos abandonan. Creyentes que gustaron la bondad del Señor, retroceden para hundirse más profundamente en el cieno del pecado que cuando creyeron. Otros a quienes alentamos por años, parecen no poder sacudirse el sopor que les embarga el alma. Matrimonios se divorcian, niños criados en la escuela dominical se hacen drogadictos al llegar a la juventud, aquellos que fueron liberados vuelven a ser encadenados (Mateo 12:43--45). Como si esto fuera poco, como el ministerio trata con la personalidad humana, siempre se desenvuelve en el terreno de lo intangible. Un arquitecto termina un edificio y dice: "ahí está mi obra". Con vidas humanas eso es imposible: A veces tendremos que esperar años para ver resultados concretos y, en la mayoría de los casos, nunca los veremos. Es casi imposible evaluar en forma exacta los resultados de un ministerio. Claro que bajo la bendición de Dios siempre habrá resultados **\[PAG. 223\]** visibles, pero sólo la eternidad podrá darnos la medida exacta de nuestra labor. Cuando Billy Graham cumplió 70 años, la cadena ABC le hizo una entrevista bastante extensa. Lo que más me impresionó fue cuando se le preguntó si estaba satisfecho con su labor de toda una vida. Graham respondió que sentía la futilidad de haber logrado muy poco. ¡Vaya paradoja! He aquí el hombre que siempre se da como ejemplo supremo de lo que significa ser un instrumento de Dios; he aquí el embajador más notorio que el evangelio ha tenido en su historia; el único predicador que ha sido escuchado por millones en todos los países del mundo y, sin embargo, nos recuerda que ha logró muy poco\... Pero si las pérdidas colectivas son serias, también debemos agregar las pérdidas personales. ¿Quién no ha sentido que al aceptar los términos del discipulado se cumple al pie de la letra lo dicho por el Señor: "El que pierda su propia vida\..."?. El 98% de los ministros cristianos no necesitan hacer votos de pobreza; sus congregaciones se ocupan muy bien de que nunca levanten la cabeza por sobre la línea de la miseria. Para la gran mayoría de ministros, la ración sobre la mesa es escasa, las ropas de segunda mano; ni siquiera cuentan con las herramientas indispensables (como los libros) para hacer más rico el ministerio. Agréguense las enfermedades en la familia, la muerte de un hijo y un sinfin de pérdidas que es imposible enumerar. Y al ver que sus compañeros de escuela secundaria los sobrepasan en status, y que inclusive los creyentes que tienen un trabajo regular están en lo material en mejor situación, cuantos piensan, con o sin razón, si no erraron la vocación, si no podrían haber hecho más por el mundo dedicándose a cualquier otra profesión. Si lo dicho parece suficiente para doblar la espalda al más templado, mucho más perplejo aún nos deja el proceso que usa el Señor para desarrollarnos. Para hacernos útiles, Dios debe hacernos dependientes de él y de sus recursos. Y el único medio para lograrlo es colocarnos en el horno de la prueba y la **\[PAG. 224\]** adversidad. Para hacernos mansos, humildes y pacientes nos da algunos seguidores que nos acicatean continuamente. Para conocer sus recursos infinitos nos coloca en situaciones "imposibles", al igual que a los discípulos frente a la multitud que debían alimentar. ¡Cuántas veces a lo largo del servicio nos hace entrar en períodos de sequedad espiritual para hacernos independientes de los sentidos y así desarrollar nuestra fe! Los ejemplos son demasiados para enumerar. Cualquiera que haya estado en el ministerio el suficiente número de años, comprende muy bien lo que estamos diciendo. Cuando uno recorre las páginas de la historia cristiana, descubre que la escuela de Dios siempre ha tenido el mismo currículum. Basta leer las biografías de sus siervos más eminentes, y todo lo que decimos salta a la luz con claridad meridiana. Lutero, Wesley, Spurgeon,[^2^](#fn2){#fnref2.footnote-ref} Carey, absolutamente todos sin excepción debieron pagar el precio más elevado para alcanzar el grado más alto en utilidad a Dios. ¿Cómo pues no exclamaremos con el Apóstol: "¿ Y para estas cosas quién es suficiente?" El liderazgo cristiano es un proceso que dura toda la vida. No quisiéramos servir con eficiencia solamente por una estación ni por unos pocos años. Al contrario, quisiéramos que todos los días de nuestra vida fueran una ofrenda agradable a Dios, con resultados que glorifiquen su nombre desde el principio hasta el fin. Sin embargo, puesto que nuestro hombre exterior se va desgastando, que el conflicto siempre va en escalada, si esperamos llegar a la meta con los brazos en alto, es ineludible que aprendamos a renovar el hombre interior y exterior. De otra manera corremos el riesgo de terminar perdiendo la visión y olvidando por qué estamos en el camino después de todo. Por todas estas razones, la renovación es obligatoria para todo líder cristiano, no importa en qué capacidad sirva. Por eso en el resto de este capítulo quisiéramos señalar algunos principios que, aplicados con discernimiento a nuestra situación e individualidad distintivas, nos ayuden eficazmente a que el ministerio resulte una experiencia gozosa antes que una **\[PAG. 225\]** carga. Para ello debemos mirar cómo renovarnos en el intelecto, en el espíritu, en lo emocional y en lo físico. Ninguna de estas cuatro dimensiones puede ser soslayada; siempre deben desarrollarse equilibradamente. **I. Renovación intelectual** Cuando al Señor se le preguntó cuál era el más grande de los mandamientos, contestó con palabras que todos podemos citar de memoria: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu *mente*". Jesucristo sabía que nuestro amor a Dios debía involucrar toda la persona, incluyendo el aspecto más noble de su imagen en el ser humano: el intelecto. Pablo hace eco de las palabras del Señor cuando nos recuerda: "\...sean transformados \[en forma continua\] mediante la renovación de su *mente*"(Ro 12:1). Este proceso de renovación de nuestro intelecto es buen consejo no sólo para un creyente nuevo, sino también para el más veterano de los guerreros. El individuo que cesa de renovarse mentalmente hoy, irremediablemente muere mañana. El que deja de aprender, deja de existir. Por lo tanto, el primer consejo es: Mantenga siempre vivo el espíritu de aprendizaje. Que la llama de la curiosidad y el deseo de saber más ardan siempre en su ser. **A. *Especialícese*:** "El que mucho abarca, poco aprieta" reza el refrán popular. El dilema de todo ser humano promedio no es si está capacitado. El dilema es que la gracia de Dios nos ha provisto con tanta abundancia, que estamos sobrecapacitados. Dios nos da tantos dones y talentos, que la trampa para un verdadero líder es terminar corriendo en demasiadas direcciones simultáneamente. Como tenemos muchas habilidades, queremos hacer de todo un poco pero al costo de no brillar en ningún área en particular. Cualquier médico entiende muy bien este principio. Sabe que si va a hacer una contribución notable en el área de investigación, no podrá al mismo tiempo aspirar a ser cirujano que haga trasplantes de corazón. **\[PAG. 226\]** Cualquier profesor lo entiende también muy bien. Sabe que si es llamado a enseñar en un seminario teológico, deberá escoger un campo específico; sea Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, teología sistemática, idiomas bíblicos, etc. Las personas que hacen las contribuciones más notables son aquellas que han llegado a ser especialistas en su área de elección. Es lógico que en el proceso de maduración vayamos descubriendo más y más habilidades; cada una de ellas, como las sirenas en La Ilíada, nos llama con su voz encantadora. Sin embargo, el líder maduro evitará ser estrellado contra las rocas resistiendo tal tentación. Aprenderá a enfocar sus energías en una o dos áreas selectas y llegar a dominarlas completamente, de modo que pueda hacer una contribución de primer nivel. Y ya que siempre las demandas le exigirán cumplir varios roles, su prioridad será capacitar el mayor número posible de individuos y desarrollar un equipo de colaboradores eficientes, tal como hemos explicado en los capítulos anteriores. ¿Cómo podemos especializarnos? *1. Lea una biografía al mes*: Cuando a Isaac Newton se le preguntó el secreto de su éxito como científico, contestó: "Mi ventaja es que puedo mirar más lejos porque estoy parado sobre los hombros de los gigantes". Los gigantes eran hombres como Galileo que le habían precedido en la labor investigativa. El simplemente continuó lo que sus predecesores habían dejado inconcluso. Sea cual fuere el área de servicio en que estemos concentrados, el estudio de la vida de los gigantes que nos precedieron siempre será una fuente de instrucción e inspiración. Nada hay más árido que el conocimiento abstracto; nada más atractivo que ver el conocimiento traducido a acción; ver cómo los que nos precedieron lucharon por implementar en su contexto y su época el mismo mensaje que debemos vivir nosotros. La historia de la iglesia está repleta de biografías de gigantes que nos precedieron e hicieron un impacto en su tiempo. Aprendamos de estos especialistas.**\[PAG. 227\]** Pero no se quede solamente con la biografía de los santos; extienda su sed de conocimiento hacia otros campos: las biografías de hombres como Winston Churchill, Simón Bolívar, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, etc., siempre le ayudarán en su liderazgo. Además las historias de Alexander Flemming y su lucha para hallar una cura contra las bacterias; Beethoven batallando con la sordera o Händel con la ceguera, siempre le darán un desafío renovado. Cuando lea biografías hágalo con discernimiento. Aprenda a distinguir las variables y los principios que trascienden el tiempo y las circunstancias, para entonces poder aplicarlos a su contexto actual. Lea para aprender e inspirarse pero también para reconocer las distinciones que no pueden ser repetidas. Además tenga en cuenta que con la presión del tiempo, nunca conviene que tales biografías pasen de las 100 páginas. *2. Use los recursos disponibles*: Usted y yo tenemos el privilegio de vivir en una era cuando el conocimiento y su difusión están estallando a una velocidad cada vez mayor. Nunca hubo tantas oportunidades para capacitarse y desarrollarse en lo personal como en nuestros días. Si queremos especializarnos, abundan conferencias en cassettes sobre cualquier tópico que nos interese. Mi automóvil ha llegado a ser mi universidad privada. Aprovecho que debo pasar una buena porción de mi tiempo manejando para así escuchar sermones en audio, por supuesto, pero también aquellos que me instruyan en las áreas de mi interés particular. Si no tiene automóvil, haga una prioridad tratar de conseguir un "Walkman"; la inversión bien valdrá la pena. El principio es: Redima su tiempo; las oportunidades hay que crearlas. No siempre estaremos en quietud para aprender, pero hay minutos preciosos que esperan ser usados creativamente para lograr un bien mayor. Por otra parte, esta es la era de los seminarios. Cada año nuestras ciudades se ven inundadas con seminarios sobre los tópicos más diversos. Y muchas veces, varios a diferente **\[PAG. 228\]** nivel sobre un mismo tema. Escoja siempre el mejor, pero propóngase asistir al menos a uno por año para mantenerse actualizado y continuar creciendo. Y mirando hacia el futuro, debo mencionar la Internet. Hace un tiempo escuchaba a un experto afirmar que si los padres no aprenden a usar las computadoras y la Internet, muy pronto no podrán ayudar a sus hijos a hacer las tareas para el colegio. En algunos países esto llegará más pronto que en otros, pero que es la realidad hacia la cual avanzamos, nadie puede tener la menor duda. La internet ofrece cada vez más oportunidades de aprendizaje. Hay universidades que ya están ofreciendo programs académicos completos a través de este medio, que hacen factible que el interesado pueda hasta sacar un título sin siquiera moverse de su casa. **B. *Haga facetado*:** Uno de mis profesores era de Sudáfrica, y nos contó cómo un día su abuelo lo llevó a buscar diamantes. Primero había que aprender a reconocerlos, ya que al natural no son más que un pedazo de carbón. Una vez hallados había que facetarlos, cortarlos en varios ángulos y pulirlos, para que llegaran a desplegar el mayor nivel de belleza y artesanía. Al igual que con los diamantes, los seres humanos debemos aprender a desarrollar varias facetas. Mientras por un lado debemos estar totalmente dedicados a nuestra labor y llegar a ser especialistas en nuestra área específica, por el otro debemos ofrecer a nuestra mente diferentes clases de estímulos que nos ayuden a renovarnos. Debemos hacer el esfuerzo de concentrarnos en otras áreas de modo manera que nos sustraigan totalmente de la tarea del momento. Todos los años en nuestra ciudad, durante el verano, se hace una exhibición aérea internacional. El segundo fin de semana de agosto, durante ocho horas, las mejores escuadrillas acrobáticas y los más raros y sofisticados aviones del mundo atrapan la atención de los espectadores, y lo hacen de tal modo que es imposible distraerse un segundo. Cada vez que he podido asistir a una de estas presentaciones, al regresar siento **\[PAG. 229\]** como si hubiese tenido dos semanas de vacaciones. Tan grande es la concentración requerida que, a pesar de estar a pocos kilómetros de casa y que los problemas no se han ido, indefectiblemente regreso a la labor habitual mucho más liviano. El principio es: Encuentre alguna actividad que, dentro de su presupuesto, le permita "desenchufarse" de su rutina y tener unas "vacaciones" que, sin gastar un dineral, le den los mismos resultados. Si esta especie de escapadas siempre dan resultados positivos para nuestra mente, es aún mucho más recomendable hacer recreación intelectual con un propósito acumulativo. Algunos le llaman "hobby", otros "afición", etc. Tome la fotografía como ejemplo de lo que estamos diciendo. Con una cámara de más de veinte años ‐que se puede comprar por centavos‐ y un poco de observación y entrenamiento, se pueden obtener fotos con la calidad de un profesional. De ese modo podemos convertir un pasatiempo en algo que desafía y nos añade la satisfacción de crear algo tangible y de belleza estética. Además, un beneficio extra de una actividad así es que puede participar toda la familia y, de esta manera, tiene doble kilometraje por su esfuerzo. Este es un solo ejemplo entre muchos. Tampoco no olvide la buena música. Si hizo maravillas para un atormentado como el rey Saúl, también será terapia intensiva para su mente cansada. Use la música de adoración contemporánea, pero le desafío a que descubra la extraordinaria herencia cultural que los cristianos tenemos en el desarrollo de la música. Como nuestros hermanos se comunicaron con el mundo de sus días y legaron para la posteridad obras de valor incalculable, las vidas y la música de creyentes fervorosos como Händel y Bach siempre añadirán colorido y sabor a nuestra existencia. La riqueza de contenido teológico de autores de himnos como Isaac Watt, Charles Wesley, y otros semejantes siempre enriquecerán nuestra experiencia diaria y nuestro caminar con Dios. **\[PAG. 230\]** II. **Renovación espiritual** A. ***Cuide celosamente sus tiempos devocionales*:** Ya mencionamos la importancia de este tópico cuando hablamos de integridad y administración de nuestro tiempo. Sólo queremos reiterar una verdad que proviene de la vida diaria. Hace un tiempo hubo un corte de energía eléctrica en nuestra casa. En un instante quedamos paralizados, reducidos a la impotencia. Dejaron de funcionar la cocina, el refrigerador, la computadora, el televisor, la calefacción, etc. Sin el poder de la energía eléctrica, ninguno de los artefactos tan exquisitamente diseñados para desempeñar funciones vitales servía de mucho. Igualmente, todas nuestras habilidades, nuestra visión, nuestro ministerio, nuestra dedicación, a la larga quedarán reducidos a la impotencia a menos que tengamos renovación personal y permanente con Jesucristo. "Separados de mí nada podéis hacer", dijo el Señor. Más terminante imposible. Por el contrario, "los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán"(Isaías 40:31). En toda la Biblia esta es una de las mejores descripciones de renovación personal en nuestra relación con Dios. Que siempre sea nuestra aspiración suprema conocerle y amarle. B. ***Asóciese con gente de un mismo espíritu*:** En el plan de Dios para el ministerio no hay lugar para el líder solitario, para el hombre que se considera tan espiritual y autosuficiente que puede prescindir del apoyo espiritual y el calor humano de sus compañeros de camino. Muchos líderes se desgastan prematuramente por caminar demasiado solos. Sufren de un complejo innecesario de mártir. Al igual que Elías exclaman: "Sólo yo he quedado". Reconocemos que toda función de liderazgo lleva irremediablemente hacia la soledad. Cuanto más trepemos la montaña, tanto menos los acompañantes. Como dijera Spurgeon: "Hay muchos soldados, pocos **\[PAG. 231\]** capitanes, menos aún coroneles, y un solo comandante en jefe"[^3^](#fn3){#fnref3.footnote-ref}. Pero eso no quiere decir que no se pueda recurrir al apoyo de otros hermanos del mismo rango. Si no cuenta con un grupo que le apoye en forma regular, le desafío a que haga una prioridad para este año comenzar a formarlo. Las razones son dobles: Primero, para crecer y desafiarse mutuamente. "El hierro con hierro se afila, y el hombre con el rostro de su amigo", afirma Salomón (Proverbios 27:17). Nada hay que estimule más al crecimiento personal y nos anime a esmerarnos en nuestro esfuerzo que estar rodeado de personas imbuidas del mismo espíritu. Segundo, porque necesitamos alguien que nos confronte de tanto en tanto, que con amor nos haga las preguntas difíciles y con quien en un ambiente de aceptación, podamos ser absolutamente transparentes en las respuestas. Un grupo de tal naturaleza obviamente no puede ser formado por personas que usted dirige. De la misma manera que un padre no habla delante de sus niños los temas que son de alcoba, al sugerirle la formación de este grupo debemos insistir que debe estar formado por gente de afuera que nos ame y acepte incondicionalmente. De otra manera, nos estaremos creando un problema, no un apoyo. C. ***Diversifique sus amistades*:** Para seguir creciendo necesitamos el apoyo de personas de un mismo espíritu, pero también necesitamos diversificar nuestras amistades. El peligro está en que, cuanto más profesionales nos tornamos, corremos el riesgo de hacernos menos compasivos. Es muy lindo estar en compañía de personas sintonizadas en la misma frecuencia pero, a menos que hagamos el esfuerzo de crear un abanico de relaciones interpersonales, nuestra vida perderá profundidad y sensibilidad. Mi vida personal se ha visto enriquecida al tener la oportunidad de relacionarme con personas de todos los países de nuestro continente y muchos otros del resto del mundo. Tengo la ventaja de estar en una ciudad cosmopolita y ser parte de un ministerio donde adoramos a Cristo en ocho idiomas cada domingo. Aprender de mis hermanos de **\[PAG. 232\]** todo el mundo ha sido una experiencia transformadora. Asimismo, en un mundo donde abundan las barreras raciales, no esperemos eliminar el azote social del racismo a menos que nuestros hijos nos vean invitando a nuestros hogares a aquellos que son despreciados por ciertos sectores de la sociedad. III. **Renovación emocional** D. ***Cultive sus relaciones mas importantes*:** Cierto día visitó una de las actividades de nuestra iglesia una persona relativamente nueva en el país. Al entablar una amistad creciente, nos contó que en su nación de origen ella era una reconocida odontóloga, pero que al llegar a Canadá no había revalidar su título, por lo cual había aceptado un empleo para cuidar niños. "Usted no lo va a creer", nos comentó, "cuando vivía en mi ciudad, estaba tan absorta en avanzar en mi profesión que coloqué a mis niños al cuidado de una niñera. Y ahora que me toca cuidar niños ajenos me doy cuenta de lo que me perdí al no ver crecer a mis propios hijosʺ. La experiencia de esta mujer se repite por millares entre los obreros cristianos; las demandas y expectativas que se imponen sobre un ministro son tantas y tan variadas que es muy fácil terminar perdiendo las prioridades en sus relaciones interpersonales. Son innumerables los casos en que hombres super dedicados han terminado sacrificando a su familia sobre el altar del servicio. Y ahora, llegando al crepúsculo de la vida, están solos y llenos de remordimientos porque finalmente, al igual que la odontóloga se dan cuenta de lo que han perdido. Quisieran desandar el camino recorrido y corregir los errores cometidos, pero todo es completamente en vano. No cultivaron la relación con su esposa y ahora es como vivir con una extraña. En su momento no tuvieron tiempo para los hijos, y ahora los hijos no tienen tiempo para ellos. Se dieron de lleno a los miembros de la iglesia y ahora que necesitan ayuda éstos no están y los hijos tampoco. Nunca comprendieron que los miembros más importantes de la congregación y a quienes se **\[PAG. 233\]** debe atender primero son los de su propia casa. No comprendieron que todo éxito ministerial, por gigantesco que sea, si se logra a expensas de la familia, a la corta o a la larga nos dejará solos y con remordimientos. Bien le haría a cada líder hacerse la pregunta: ¿De qué le sirve al pastor si gana todo el mundo y pierde su familia? En este tiempo donde los criterios del mundo campean para definir el éxito ministerial, sería buena medicina que los obreros cristianos cuelguen en las paredes de sus estudios y en su corazón la verdad de Hebreos 11:7: "Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia". Permítame preguntarle; ¿está su familia en el arca? En el día de hoy, al ver una congregación tan escuálida numéricamente como la del pastor Noé, muchos dirían: "Noé fue un fracaso como predicador". Sin embargo, a la hora de las horas, lo más precioso con que contaba estaba a salvo. El funeral más triste que tuve que presidir fue cuando un hijo de un pastor murió de una sobredosis. Este hombre que había plantado doce iglesias no podía hallar consuelo. Durante los años cruciales de la niñez de sus hijos, había viajado muy a menudo cumpliendo sus tareas. Esto le imponía ausencias de semanas y hasta de meses enteros. Ahora una nueva verdad oprimía su corazón: Nada de lo que había logrado se comparaba con esta perdida cósmica. Pero lo más triste para la familia era que los otros hijos (dos de ellos no seguían a Dios), dominados por la culpa, creían que eran ellos quienes le habían arruinado el ministerio al padre. Si usted está avanzando en esta dirección, le ruego que recapacite. Analice su corazón, y pregúntese: "En todo lo que hago, ¿estoy buscando agradar a Dios o saciar mi anhelo de éxito personal y mi comezón de popularidad?" Que nadie lo confunda con un orden de prioridades invertido. En el plan de Dios, primero esta él, luego la familia, luego el servicio. Tratando de hacer el ministerio "más exaltado" muchos predican: **\[PAG. 234\]** Primero Dios, luego la iglesia, finalmente la familia. Pregunten a los hijos de tales líderes qué dicen del evangelio. Al escribir sobre este tópico tan importante, no estoy reclamando que trabaje menos horas, sino que sea sabio en la administración de su tiempo y clarificar sus prioridades. Respete los días de descanso de modo que sean exclusivamente para su familia, y aparte siempre una noche en la semana para hacer algo alegre con los suyos. Si alguien quiere interferir en ese tiempo, recuérdele que ya tiene una cita y es de primordial importancia cumplirla. Sea cuidadoso con las actividades extras que acepta. Pregúntese: "¿Qué diferencia hará en mi vida y la de mi familia si asisto a esta actividad?" Si dentro de dos años no hará ninguna diferencia vital el haber asistido, descártela. Comprenda además, que quines han sido confiados a su cuidado no son malos, pero necesitan ser constantemente educados en cuanto a estos temas. Lo que está en juego así lo requiere. Nunca lo olvide: su familia no es un obstáculo para su servicio, sino la bendición más grande que Dios le da para que llegue a ser realmente compasivo y equilibrado. Por tanto, trabaje menos en la energía natural, confíe más en el poder de Dios y verá mejores resultados. **B. *Aprenda a canalizar sus emociones constructivamente*:** "Todo lo que recibimos al final del día es una bola de nervios", se quejaba la esposa de un pastor. En este mundo no existe trabajo libre de conflictos y amarguras. En un artículo llamado "Coeficiente intelectual o emocional"[^4^](#fn4){#fnref4.footnote-ref}, la revista *Time* puso sobre el tapete una nueva realidad. Durante años se creyó que el éxito de una persona dependía exclusivamente de su coeficiente intelectual. Sin embargo, la evidencia ha comenzado a caer del lado de la habilidad que tiene un individuo para **\[PAG. 235\]** controlar sus emociones. La revista citaba el caso de muchas figuras prominentes que, habiendo alcanzado la cumbre máxima en sus respectivos campos de labor, terminaron en desgracia por tener un coeficiente emocional pobre. Dentro de la amplia gama de emociones que hemos recibido del Creador, no hay una que tenga mayor potencial para la calamidad de un líder que el enojo. El enojo es la cara oscura del amor. Destruye las relaciones interpersonales (Mateo 5:22), contrista al Espíritu Santo (Efesios 4:30--31), da lugar al diablo en nuestra vida (4:26--27), y aliena a los hijos (6:4). Moisés perdió la tierra prometida, Jonás quedó con una reputación manchada por culpa del enojo. Si alguien nos obligara a vivir con un tigre, sólo tendríamos dos opciones: domarlo o morir. Debido a las consecuencias negativas que conlleva, es imperativo que un líder cristiano aprenda a santificar y domar esta emoción vital. Para ello, lo que sigue a continuación adquiere suma importancia. **IV. Renovación física** "¡Qué mal he tratado a mi amigo el burro!", dijo San Francisco de Asís al final de su vida, refiriéndose a su cuerpo. La epístola a los Colosenses fue escrita para atacar los errores del gnosticismo; éste enseñaba que el espíritu era bueno pero la materia intrínsecamente mala. Mientras los gnósticos del primer siglo practicaban el antinominianismo llevando el cuerpo a todo tipo de excesos y desenfrenos, grandes sectores del movimiento evangélico contemporáneo también lo practican al negarle al templo del Espíritu Santo los cuidados debidos. Piensan que es señal de espiritualidad superior dedicarse exclusivamente a cultivar la vida devocional a expensas del cuerpo dado por nuestro Creador. Sin embargo, el gran mandamiento dice: "amarás a Jehová tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma, *y con todas tus fuerzas*" (Dt 6:5). Ofrecer a Dios un cuerpo sano y vigoroso, es un acto de adoración y servicio al igual que el ayuno, la oración y la **\[PAG. 236\]** predicación. Si nuestro cuerpo está debilitado por ser malos mayordomos, la depresión y el desánimo serán nuestra sombra, y en definitiva nunca tendremos muchas fuerzas para amar y servir a nuestro Salvador. *"Por lo tanto, hermanos, teniendo en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios".* Romanos 12:1 (NVI). Este es el primer consejo que el Apóstol da a los convertidos en cuanto a cómo vivir prácticamente el evangelio. De la misma manera que no era aceptable en el ritual del templo ofrecer un animal ciego, rengo o enfermo, nosotros debiéramos esforzarnos por ofrecer a nuestro Dios un cuerpo vivo. La realidad es que más allá de la voluntad soberana de Dios, cada uno de nosotros determina a qué velocidad morimos. Si quemamos la vela por las dos puntas, la luz que emitirá será el doble, pero la duración del servicio se reducirá a la mitad. El cuidado de nuestro cuerpo es fundamental, por eso al hablar de renovación física debemos mencionar tres aspectos que deben caminar unidos: A. ***Cuide su dieta***: Todo deportista, cualquiera sea su campo de competencia, debe observar una dieta rigurosa si espera lograr resultados admirables. Los evangélicos, al igual que muchos atletas, no fumamos, no usamos drogas pero, a diferencia con los profesionales del deporte, nos cavamos la tumba con el cuchillo y el tenedor. Como no somos muy creativos a la hora de la recreación, lo compensamos practicando el deporte de sentarnos alrededor de la buena mesa. Los padres apostólicos desarrollaron una lista de los que consideraban "los siete pecados capitales" y la glotonería era uno de ellos. Básico para nuestra salud es observar una dieta balanceada y rigurosa, ya que de ello dependerá nuestro nivel de energía. Y un líder sin energía vital es tan contradictorio como un reloj que no puede dar la hora. Infórmese sobre este **\[PAG. 237\]** aspecto tan importante, consulte a su médico, y siga una dieta que le permita estar mentalmente alerta para cumplir sus actividades con dinamismo. B. ***Haga ejercicio*:** "El individuo que no hace ejercicio físico es como si fumara dos paquetes de cigarrillos por día", afirma una investigación de la universidad de Montreal. Por cada minuto de ejercicio agregamos un minuto de vida. La importancia del ejercicio físico no puede ser enfatizada lo suficiente, especialmente para los que tienen una profesión sedentaria. Si podremos trabajar con dinamismo y disfrutar lo que hacemos, debemos agregar fortaleza, flexibilidad y resistencia a nuestro cuerpo. El Dr. Kenneth Cooper, el padre del aerobismo moderno, nos dice que "aquellos que son inactivos o sedentarios, tienen casi el doble de riesgos de contraer cáncer o enfermedades cardíacas". Cooper agrega: "Una acumulación de treinta minutos diarios de ejercicios moderados, tiene un impacto significativo para reducir la mortalidad cualquiera sea la causa".[^5^](#fn5){#fnref5.footnote-ref} Este es un tema que por su trascendencia debería estudiarlo detenidamente con la información provista por los especialistas. C. ***Aprenda a relajarse*:** Después de haber concluido la obra de la Creación, Dios descansó. Cuando Elías quedó exhausto debajo del enebro pidiendo morir, Dios lo alimentó y le permitió dormir hasta recuperarse. El Señor mismo cayó en un sueño tan profundo al atravesar el mar de Galilea, que ni la tormenta que amenazaba hundir la barca pudo despertarle. Evidentemente la adrenalina había cesado de fluir, sus energías humanas habían tocado fondo. Luego de una jornada de **\[PAG. 238\]** intensa lucha espiritual, él mismo llamó a sus discípulos a salir a un lugar aparte **\[PAG. 239\]** para descansar. Y una de sus promesas más hermosas, que los creyentes debemos aprender a reclamar, es su oferta de descanso (Mateo 11:28). El descanso no es una pérdida de tiempo, sino la mejor inversión a largo plazo. Ya me imagino la objeción: "Pero el diablo no descansa. El está en su puesto 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año. El no se pierde ningún culto\...". Pobre\... ¡así también le va! ¿Con qué patrón modelará usted su conducta? ¿Según el patrón marcado por el enemigo o por el creador quién estableció que debemos descansar un día en siete? Note que estamos hablando de descanso, no de pereza. Todos debemos aprender a relajarnos, por consiguiente, recuerde los tres consejos que siguen. Primero, *custodie celosamente sus días de descanso*. Ya mencionamos la importancia de este tema cuando hablamos de la renovación en lo emocional. Su familia lo necesita, pero sobre todo usted mismo lo necesita. De otro modo, lo que usted le dará a su familia y a su organización será un producto humano de muy pobre calidad. Segundo, *tómese vacaciones*. No importa si no tiene un centavo para salir de paseo. De todos modos, debe cortar la rutina por períodos más prolongados que un solo día de descanso. Esto permitirá que los relojes biológicos del organismo se reacomoden. Tercero, *pida un sabático*. El pueblo de Israel debió aprender que la tierra necesitaba descansar cada siete años y por un año completo. Y como no quisieron aprenderlo por las buenas, fueron desterrados al cautiverio babilónico(2 Crónicas 36:21). ¡Cuanto más feliz sería nuestra existencia si pudiéramos regresar a la antigua economía! Pero siendo que intentar retroceder el reloj es inútil, al menos podemos recuperar una fracción de lo que era un excelente plan de vida. Uno de los mayores beneficios que he recibí por servir en el ministerio donde estuve por casis dos décadas es que, después de siete años de trabajo, a los pastores se les permitía tomar tres meses fuera del ministerio para recargar las baterías. Este tiempo se usaba para descansar, estudiar individualmente, tomar cursos o enseñar en alguna institución teológica. Los ancianos de la congregación comprendieron un principio vital: Cuando se invierte en equipar mejor a los guías del rebaño, los mayores beneficios a largo plazo recaen sobre ellos mismos. Si está pensando que tal idea es imposible, que nadie le ha dado hasta aquí lo que merece\...nunca olvide que en la vida nadie le dará lo que merece sino sólo lo que usted pueda negociar. Si usted toma conciencia de lo que significa formar a sus dirigidos, quedará gratamente sorprendido con lo que ellos harán por usted en respuesta a su amor por ellos. "Decid a Arquipo: \`Mira que cumplas el ministerio que recibiste del Señor' ". Esa es también la exhortación para cada uno de sus siervos del día de hoy. ¡Cumplamos el ministerio que hemos recibido del mismísimo Señor con excelencia y por varias décadas! En la medida que aprendamos a renovarnos en forma intelectual, espiritual, emocional y física, de nosotros también se podrá afirmar: "¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos! Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente\... Irán de poder en poder; verán a Dios en Siónʺ (Salmo 84:5--7). Si usted hace lo que decimos, usted mismo, su amada familia, su rebaño, y todos aquellos que tengan en privilegio de conocerlo serán los benficiarios de su modo sabio de vivir y ministrar. **\[PAG. 240\]** **** Los resultados del liderazgo ---------------------------- *Por sus frutos los conocerán*, es un principio de vida que tiene vigencia en todas las áreas del quehacer humano, incluyendo el liderazgo cristiano. Después que todo se ha hecho y dicho, aquellos que le han dado su confianza al líder y recibieron su influencia serán una copia fiel de su mentor. "Vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen\..."(Gn 5:3), siempre tiene validez. Lo que se observa nítidamente en el campo biológico también se repite en el campo espiritual. Aquello que el líder es como persona, y cuan eficiente es en el cumplimiento de su mandato, se refleja con toda claridad en la vida de quienes son el objeto de su labor. Nadie puede llevar a sus dirigidos mas alto que lo que él mismo personalmente ha alcanzado. Por lo tanto, ¿qué resultados concretos podríamos esperar en la vida de los discípulos? ¿Cuáles serán algunas de las señales peculiares de un liderazgo cristiano genuino, caracterizado por la madurez espiritual? La primera señal de un liderazgo cristiano efectivo será que *los dirigidos alcanzan los objetivos establecidas por Dios*: Liderazgo cristiano es la capacidad y la actividad de motivar a otros para que **\[PAG. 241\]** alcancen las metas establecidas por Dios para sus vidas, fue la definición de liderazgo cristiano que ofrecimos en nuestro primer capítulo. ¿Cuáles son los objetivos que Cristo anhela para sus hijos? He aquí una lista tentativa: - Cristo está interesado en que vivamos para glorificar a Dios (Juan 15:8, 17:4). - Cristo quiere que le adoremos correctamente (Mateo 21:12--17; Juan 4:24). - Cristo quiere que cumplamos la Gran Comisión: hacer discípulos a todas las naciones del mundo - Cristo está interesado en restaurar santos que se han desviado (Mateo 18:15--16). - Cristo anhela ver líderes caracterizados por espíritu de servicio (Marcos 10:43--45). - Cristo desea ver matrimonios fundados sobre su plan (Mateo 5:31--32; 19:3--12). - Cristo quiere líderes que reproduzcan su ministerio (Marcos 3:13--14; 6:7; Juan 20:21--23). - Cristo está interesado en la edificación de su iglesia, una comunidad que refleje su gloria, santidad y amor en todas sus relaciones, sean civiles, sociales o comerciales (Juan 17:6--26). La lista podría crecer aun más. Sin embargo, el plan final de **\[PAG. 242\]** Jesucristo es conformar a cada uno de sus discípulos a su propia imagen (Romanos 8:29). Por esta razón fundamental, un líder cristiano siempre está creciendo personalmente en su relación con Dios; y al mismo tiempo siempre tiene un desafío creciente, ya que los discípulos también deben recorrer la misma ruta que él ha recorrido. Cuanto más refleje el líder la vida y los frutos de Jesucristo, tanto más se acercarán sus discípulos a los objetivos de Dios para sus vidas. En consecuencia, todo líder cristiano toma muy en serio el consejo de Pablo a Timoteo: "Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando. Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen" (1 Timoteo 4:15--16). Líderes que crecen engendran discípulos que crecen, y cada vez se acercan más a los objetivos establecidos por Dios. La segunda evidencia de un liderazgo cristiano efectivo será *la unidad espiritual*. Cuando un líder cristiano actúa en consonancia con las prioridades y principios del reino de Dios, y su vida se desarrolla en la llenura y el poder del Espíritu Santo, en su servicio habrá reproducción espiritual. Sus dirigidos también mostrarán los frutos y la vida del espíritu y, en consecuencia, habrá unidad espiritual. Cada uno de sus seguidores tendrá su propia personalidad básica, manifestará distintos dones espirituales, pero juntos unirán esfuerzos en el logro de la visión que Dios les ha dado. Todos comprenderán que son siervos de una misión mayor que sus metas personales y ambiciones individuales, y por lo tanto, verán con regocijo que son parte de un equipo, de una comunidad, de una familia. Cuando Jetro aconsejó a Moisés acerca de cómo debía organizar la tarea, le recordó que si seguía su consejo, podría continuar sirviendo por un período mucho más prolongado, y además "\...este pueblo irá a su lugar en paz\..."(Exodo 18:24). Los conflictos interpersonales serían reemplazados por la armonía, el espíritu de competencia por la colaboración. Cuando un líder cumple su misión acertadamente, los seguidores avanzan en unidad y cohesión hacia la meta propuesta. Un subproducto de lo que estamos proponiendo es que, donde se desenvuelve un líder eficiente siempre habrá una atmósfera de amistad, donde el fracaso nunca sea terminal. Los seguidores tendrán la oportunidad de experimentar y correr riesgos a fin de crecer en lo personal, y además comprenderán **\[PAG. 243\]** que *el peor error que puedan cometer es no hacer nada*. Por lo tanto, se esforzarán en dar lo que se espera de ellos y aun más de lo que se espera de ellos, y como resultado levantarán un equipo altamente cohesivo y eficiente, caracterizado por la unidad espiritual. La tercera señal de un liderazgo efectivo será que *los dirigidos desarrollan plenamente su potencial*. Los que sirven bajo la guía de un líder genuino pronto toman conciencia de que son personas significativas; primero por ser creación de Dios; segundo, por haber sido redimidos por Jesucristo, y tercero, porque el espíritusanto mora en ellos. Por ende, sea que hayan recibido uno o cinco talentos no hace ninguna diferencia, más bien, aceptan el desafío de que deben desarrollar esos dones al máximo para que toda la organización reciba el beneficio de su contribución. Son plenamente conscientes de que aunque su colaboración sea mínima, o que su papel sea uno de apoyo, de todas maneras al igual que la ofrenda de la viuda hace una diferencia enorme en la calidad de la familia de la fe y con gusto estarán dispuestos a añadir su esfuerzo. Comprenden que la gracia de Dios los dotó de habilidades naturales y dones espirituales que ni siquiera sabían que tenían; pero ahora están dispuestos a sacarlos a la luz, a hacerlos crecer, y a ejercitarlos para la edificación del cuerpo de Cristo. Si uno de los gozos más grandes en la vida para un padre es ver crecer a sus hijos, de la misma manera, para un mentor espiritual no hay mayor gozo que ver que aquellos en quienes vuelca sus esfuerzos, no sólo crecen sino que aun lo rebasan a él mismo. Y no sólo sus seguidores desarrollan su potencial, sino que además *otros líderes comienzan a emerger*. El legado más valioso que todo líder puede dejar como resultado de su servicio son otros líderes mas jóvenes completamente desarrollados, hombres y mujeres que no sean una fotocopia de sí mismo pero que, dentro de sus diferencias individuales, posean el mismo espíritu, se aferren a los mismos valores y lleven la antorcha durante el próximo tramo del camino. Sólo un auténtico líder, que se ha remontado a las cimas más elevadas de la **\[PAG. 244\]** madurez cristiana puede reconocer, capacitar, y dejar detrás de sí tan bendita estela. La cuarta señal de un liderazgo competente es que *el servicio resulta fascinante*. Cuando hay un líder verdadero, el trabajo es estimulante, desafiante, y sobre todo alegre. Los individuos no lo sienten como una carga, un deber o una obligación, sino como algo que vale la pena hacer, ¡y gustosamente! Una característica infalible que siempre se halla presente en todo grupo humano que crece, sea una fábrica, una empresa de aviación, o una institución educativa, es que hay un ambiente de alegría. Si este principio es cierto en el mundo secular, cuánto más debería serlo cuando hacemos el trabajo para Dios y los resultados de nuestra labor adquieren dimensión eterna. No creo que haya señal más cierta de la bancarrota espiritual de un individuo, que cuando los seguidores dicen que vienen a la iglesia por obligación, porque "tienen que cumplir". Un "líder ineficiente" (si es ineficiente no es un líder) al igual que un médico incompetente, solo hace que los pacientes se agraven y sigan perdiendo vitalidad. Una verdad empírica es que un líder genuino nunca "empuja" a sus dirigidos hacia una meta, sino que los "atrae" hacia ella. Al igual que una locomotora que inicia la marcha y los vagones se alinean automáticamente detrás de ella, así también sucede en el caso de un líder cristiano. La quinta señal de un liderazgo efectivo es que *el aprendizaje y la eficiencia se hacen vitales*. *Un liderazgo iluminado engendrará discípulos iluminados*. Cuando los individuos son impactados, transformados, inspirados y desafiados, con el correr del tiempo comienzan a preguntarse: ¿Cuál es el secreto que permite a nuestro líder ser como es? ¿Cómo llegó a poseer las cualidades que lo distinguen por sobre el resto? Comprenden que un líder no es producto de la suerte, ni de la herencia correcta, ni de talentos naturales, ni de estar en el lugar preciso en el tiempo exacto; sino la resultante de un largo y disciplinado proceso de crecimiento personal. Cuando esto ocurre, los seguidores también querrán aprender, llegar a ser expertos **\[PAG. 245\]** dentro de sus respectivos campos de labor, imitando de esa manera a quien les inspiró. El apóstol Pablo exhortaba a sus convertidos: "Sed imitadores de mí, como yo de Cristo". Pablo estaba seguro de a quién seguía, de quién era su modelo y su inspiración, y por lo tanto, con confianza podía alentar a los discípulos a que hicieran lo mismo que él hacía. Lo sorprendente es que muchas veces las personas seguirán al líder, e inclusive lo copiarán y hasta lo imitarán. Frente a esta realidad la pregunta que todo líder debe hacerse en consecuencia es: "ellos me seguirán, de modo que ¿cómo estoy yo siguiendo a Cristo?" La sexta evidencia de un liderazgo competente, es que todo buen líder *deja detrás de sí una institución que sobrevive a su actuación*. Una de las tareas más importantes que un líder debe emprender es la de institucionalizar, no fosilizar su liderazgo. A lo largo de la historia humana, toda empresa o institución ha comenzado como resultado de una visión personal. Y mientras el líder vive, su misión se cumple adecuadamente. Sin embargo, ¿qué ocurre una vez que el líder ya no está presente? ¿Quiénes deben continuar su gestión? ¿Cómo deberán desempeñar la tarea? Las páginas de la historia cristiana y secular están repletas de ejemplos de instituciones que luego de la salida o muerte del líder han cesado de existir. Peor aún, muchas se han desviado en forma completa del propósito original por el que fueron fundadas. Un ejemplo elocuente es la universidad de Harvard. Toda persona que visite esta institución académica, podrá leer en su puerta de entrada la declaración de propósitos escrita por John Harvard al iniciarla: Luego que Dios nos trajo con seguridad a Nueva Inglaterra, y habiendo edificado nuestras casas, provisto las necesidades para nuestro vivir, levantado lugares adecuados para la adoración y establecido el gobierno civil, una de las próximas cosas que hemos deseado y procurado ardientemente fue obtener conocimiento avanzado y perpetuarlo para la posteridad; **\[PAG. 246\]** tememos dejar a las iglesias un ministerio ignorante cuando nuestros actuales ministros descansen en el polvo.[^6^](#fn6){#fnref6.footnote-ref} La buena noticia es que la universidad de Harvard sobrevivió a su fundador; la mala noticia es que si John Harvard pudiese visitar su universidad en el día de hoy, quedaría sorprendido al ver el curso que ha tomado con el correr de los siglos. Una institución académica que se fundó con el noble propósito de preparar ministros educados para el reino de Dios, en el día de hoy se ha convertido en una brillante universidad secular. Cualquiera que aspire a llegar a ser presidente de Estados Unidos debe ir a estudiar leyes a Harvard. Pero, paralelamente, esa institución se ha apartado tanto de los muelles teológicos que la fundaron que, en la actualidad, ninguna denominación evangélica se atrevería a enviar a sus futuros pastores a Harvard para que sean equipados para el ministerio. Evidentemente, algo falló en el proceso. De igual manera que John Harvard tuvo un excelente deseo, D.L. Moody fue poseído por la misma visión: Fundar una institución que equipase obreros para la extensión del evangelio por todo el mundo. Uno de los frutos de su labor fue la creación del Instituto Bíblico Moody. Si en el día de hoy Moody regresara a la vida, pienso que quedaría gratamente sorprendido. Podría ver que su colegio sigue siendo el mismo Instituto que él fundó, y que permanece fiel a su visión original. Y todo esto a pesar de que, desde su muerte, ya hubo siete presidentes. No obstante, al mismo tiempo vería que es muy distinto, que ha crecido, que se han comenzado nuevos ministerios, que se ha adaptado exitosamente para continuar ayudando con eficiencia a la extensión del reino de Dios en una era de cambios vertiginosos. Cualquier líder anhelaría lo mismo para el ministerio que es la razón de su esfuerzo: que siga prosperando después de su partida. Después de todo, cuando somos siervos de la misión de Dios, ¿qué podría llegar a ser más valioso? Poder exclamar con el apóstol: "Pablo plantó, Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios" (1 Corintios 3:6).**\[PAG. 247\]** Sea una iglesia, una agencia misionera o una organización para evangelizar estudiantes universitarios, o cualquiera sea la institución a la que Dios llame a un líder a servir, debe dejar detrás de sí estructuras y sistemas que aseguren la continuidad de su labor. Por esta razón es fundamental que todo líder delinee con precisión los valores que su institución proclama, que deje claramente establecido cuáles son sus distintivos doctrinales. Pero asimismo, los mecanismos adecuados para que cuando llegue la hora de hacer la transición y elegir a un sucesor, el proceso continúe natural y exitosamente. Los ejemplos mencionados de Harvard y Moody son dos entre centenares de historias similares a lo largo de toda la historia del cristianismo, que ilustran de modo negativo y positivo la verdad que estamos señalando. Debemos recordar una vez más, que muchas veces un líder que sirve sinceramente a Dios, durante sus años de actuación ve resultados muy pobres, a pesar de los grandes sacrificios que ha hecho. En el tiempo de Dios, volviendo al ejemplo de Pablo y Apolos, la tarea del líder muy bien puede ser preparar el terreno para la cosecha abundante que vendrá después de él. Hoy en día en muchos países latinoamericanos el evangelio está corriendo como un fuego abrazador, con centenares de iglesias nuevas que se inician cada día. Bien deberíamos preguntarnos entonces: ¿podría haber sido posible la cosecha actual, si los misioneros no hubieran llegado con el mensaje hace cincuenta o cien años? Absolutamente no. Dios en sus planes tiene un tiempo de sembrar y un tiempo de cosechar. Por consiguiente comprenda su rol: ¿ha sido llamado a hacer el trabajo de Pablo, o el de Apolos? Si es el de sembrar, no desespere nunca; más bien, con ánimo renovado siga cumpliendo su llamado y espere confiado la hora de las horas. Si en el tiempo de Dios usted ha sido escogido para tener una cosecha formidable, no presuma, y dé gracias a Dios que le toca ministrar en una hora excepcional. No olvide que "a quien mucho se le ha dado, mucho se le demandará". Pero sea tiempo de siembra o de cosecha, asegúrese de que lo que Dios está **\[PAG. 248\]** bendiciendo no termine una vez que su servicio concluya. Por lo tanto, comience a desarrollar una forma bíblica de gobierno en la institución a la que sirve, y desarrolle mecanismos que garanticen una transición armoniosa de manera que permitan el avance de la institución por varias generaciones más. Hace un par de años mientras ministraba en una congregación en otra ciudad de Canadá, fui invitado a almorzar por una de las familias de la iglesia. Conversando con el dueño de casa, un caballero de unos setenta años, supe que al final del año se jubilaba de su trabajo. Su ocupación por más de cuarenta años había sido fabricar repuestos para la industria automotriz. "Pienso que estará contento al pensar que ya no debe seguir trabajando", le dije. "Oh no", contestó. "En realidad lo voy a extrañar muchísimo. ¿Y sabe lo que voy a extrañar más que nada? Los amigos que he hecho en este negocio. La mayoría de mis proveedores y clientes han sido mis mejores amigos por más de cuarenta años. Y la mayoría de mis gerentes y empleados son individuos que contraté cuando recién habían salido de la universidad o la secundaria. Todos estos años he tenido la inmensa satisfacción de ayudarlos y verlos triunfar". A medida que fue avanzando la conversación, me contó cómo había desarrollado desde cero su compañía, que empleaba a más de trescientas personas, y que ahora acababa de venderla en varios millones de dólares para poder dedicarse a colaborar más de cerca en varios proyectos misioneros que había estado apoyando durante los últimos veinte años. *Ayudarlos a triunfar, y verlos triunfar* era la mayor satisfacción que tenía este fabricante. Cuando un líder hace su trabajo correctamente, los mejores resultados siempre se verán con claridad en la vida de aquellos a quienes tuvo la oportunidad de servir. **\[PAG. 250\]** **** Los desafíos del siglo XXI -------------------------- Eclesiastés 1:9 Primero de enero del año 2000. Finalmente llegó el día más anticipado del siglo, y por fortuna no fue la catástrofe universal que mucho expertos en computación anticipaban. El famoso y ahora extinto Y2K no "mordió", tal como se predecía, y el mundo se pudo dedicar a celebrar el comienzo de un nuevo siglo y milenio. Habiendo pasado las nubes negras que presagiaban una tormenta mayor, la vida volvió a sus carriles normales. Durante los primeros días del nuevo año, los diarios, revistas, programas radiales y televisivos se vieron inundados de expertos en todos los órdenes del vivir, tratando de predecir cómo sería el nuevo siglo: qué cosas veremos, cómo viviremos, cómo el nuevo siglo afectará nuestra existencia individual y colectivamente. He aquí algunas de las opiniones y estadísticas que vale la pena reproducir: **\[PAG. 251\]** 1\. Nacionalismo: - Hay 185 países registrados en las Naciones Unidas. Ese número podría crecer hasta alcanzar 2.000 al final del siglo, gracias al libre comercio, monedas regionales, e inclinaciones nacionalistas dentro de regiones más pequeñas tales como provincias y aun ciudades. - De los 6.000 idiomas y dialectos existentes, el 90% podrían desaparecer para el 2100. 2. Comunicaciones: - La distribución y venta de grabaciones musicales desaparecerán. En su lugar las personas las bajarán de la Internet por un precio determinado. - Buenas noches correo tradicional, buenos días correo electrónico. 3. Inteligencia artificial: Las computadoras evolucionarán hasta llegar a ser realmente inteligentes, y lo serán mucho más que los seres humanos. 4. Humanidad: Nuestras mentes llegarán ser "inmortales" al lograr las computadoras registrar y absorber cada detalle de nuestras acciones y reacciones. 5. Política: Adiós a las urnas. Los votantes lo harán desde la comodidad de sus casas a través de la Internet. 6. Educación: Algunos expertos reclamarán abolir la escuela secundaria a fin de que los estudiantes vayan directamente a la universidad o a colegios tecnológicos. 7. Transporte: Los nuevos transbordadores espaciales permitirán a los pasajeros desayunar en Francia y cenar en Australia. 8. Genética: Avances en este campo permitirán hallar cura para enfermedades tales como Alzheimer, Lou Gerigg, etc. Asimismo el código genético humano será descifrado (algo **\[PAG. 252\]** que ya ocurrió al momento de escribir este capítulo), aunque por largo tiempo no sabremos qué signi‐ 9. Población: La cantidad de personas que pasan los cien años, crecerá de 135.000 en el presente a 2.200.000 para el año 2050. La población mundial se estabilizará a partir del 2035 mientras que la población de animales domésticos crecerá dramáticamente. 10. Medio ambiente: La falta de agua puede amenazar la existencia de mas de 1.000 millones de personas. 11. Gerencia/liderazgo: Los presidentes y directores serán reemplazados por equipos de expertos. 12. Religión: La necesidad humana por lo sobrenatural no disminuirá, pero la religión aceptará las explicaciones materialistas de los científicos para fenómenos tales como los éxtasis espirituales, la oración y las sanidades. Si estos datos en relación al siglo XXI son interesantes en sus proyecciones, un artículo titulado *El horizonte del tercer milenio* escrito por un reconocido periodista argentino,[^7^](#fn7){#fnref7.footnote-ref} es aun más interesante al tratar de especular sobre lo que podría ocurrir en los próximos 1000 años. Basándose en la pregunta: ¿ podrían los habitantes del año 1000 (plena Edad Media) haber anticipado lo que ocurrió en el siguiente milenio: los satélites, los viajes espaciales, las computadoras? El autor trata de proyectarse al futuro. Básicamente especula con respecto a dos dilemas que han seguido a la raza humana desde sus albores: Primero, ¿alcanzará el hombre la inmortalidad? Segundo, ¿podrá controlar los eventos de la historia, especialmente la ciencia en continuo progreso? Si la respuesta fuese afirmativa al primer interrogante, las posibilidades serían enormes: el ser humano podría encarar la conquista del espacio infinito; ya que si vivirá por siempre, estará en condiciones de sobrellevar los viajes de años luz de duración que requieren las distancias del espacio.**\[PAG. 253\]** Sin embargo, al contestar el segundo interrogante el autor concluye con una nota de advertencia muy relevante: "La tecnología avanza siempre. El hombre, ¿avanzará con ella? En el Paraíso, la serpiente tentó a Eva y Adán diciéndoles 'seréis como dioses'. Es decir, os creeréis dioses. De esta fatal ilusión resultó la expulsión del Paraíso. Si el hombre del tercer milenio llega a ser 'como' un dios sin superar sus miserias morales, sobrevendrá la catástrofe. En manos de un ser tan imperfecto como antes, el inmenso poder de la tecnología resultará ingobernable. Pero lo que hasta ahora hemos visto es que el hombre, cada día más poderoso, no es cada día más sabio. En manos de una raza de necios, las nuevas tecnologías la destruirán. Y este es el desafío que espera a nuestros sucesores: la adquisición de la sabiduría. Si la obtienen entrarán en el reino de los ángeles. Si no la obtienen, en el cuarto milenio algún otro profesor como el que imagina Updike se preguntará ante sus alumnos qué le habrá pasado a esa civilización cuyos restos retorcidos dieron nacimiento a una nueva y excitante rama de la arqueología". ¿Ocurrirán estas predicciones?[^8^](#fn8){#fnref8.footnote-ref} ¿Algunas de ellas? ¿Todas ellas? Al mirar hacia adelante sería útil recordarnos tres realidades en cuanto al futuro. Primero, que el futuro no será como el pasado. Segundo, que el futuro será muy distinto de como mucho piensan que será. Y tercero, que la velocidad del cambio será mayor que nunca antes. Tiempos tan complejos y prometedores como los que aguardan en el siglo XXI y en el nuevo milenio, demandarán grandes líderes. Los desafíos que trae consigo el nuevo siglo serán muy variados y diversos para toda la raza humana en general y para la fe cristiana en particular. ¿Cuáles serán algunos de los desafíos primordiales a los que deberá responder todo líder cristiano? Básicamente, queremos mencionar tres que ya han confrontado nuestra fe en el pasado y lo seguirán haciendo en el futuro, ya que como dijo el sabio de la antigüedad "nada hay nuevo debajo del sol": He aquí algunos ejemplos específicos que nos ayudarán a entender el concepto de modernidad. En la década del treinta cuando comenzaron los viajes comerciales por avión, algunos "maestros ungidos" advertían al pueblo de Dios que un cristiano jamás debía subirse a una aeronave. ¿La razón? Siendo que Satanás es el "príncipe de la potestad del aire" quienes volaban estaban penetrando en sus dominios y corrían el riesgo de ser dañados\... Yo nací en la década del cincuenta. En aquellos años, uno de los "pecados capitales" era ir al cine, aunque fuese a ver dibujos animados del Pato Donald. En la década del sesenta, recuerdo que ciertos maestros atacaban furiosamente a la televisión (en blanco y negro, como era entonces) que había llegado a nuestra ciudad. Y lógicamente en la década del noventa la Internet fue el blanco del ataque de ciertos sectores, aunque no recibió embestidas tan furiosas. Estos pocos ejemplos (habría una lista interminable si quisiéramos componer una ) ilustran en manera gráfica lo que queremos significar con la *modernidad*, es decir, los avances científicos y tecnológicos; e ilustran como la fe cristiana responde frente a los desafíos que conlleva para nuestro diario vivir. Si usted es menor de veinte años debe de haberse reído frente a estos ejemplos. Pero en su momento fueron temas que provocaron intensas turbulencias que dividieron iglesias, e inclusive llevaron a la formación de nuevas denominaciones. Frente al mundo que cambia vertiginosamente, grandes sectores del cristianismo evangélico han escogido rehusar pensar en las implicaciones y replegarse a un mundo de gruesas murallas, donde el pasado es la fuente de seguridad. Reconocemos que muchos adelantos tecnológicos tales como la TV y la Internet son usados por el enemigo para dañar vidas; pero que al mismo tiempo son vehículos poderosos para propagar el evangelio en muchas partes del mundo donde el acceso está negado a cualquiera que intente llevar el mensaje del evangelio. Esta realidad nos recuerda una vez más el principio, **\[PAG. 255\]** tal como decíamos al tratar el tema del poder, de que los avances tecnológicos son moralmente neutros, y pueden ser usados para el bien o para la difusión del mal. Al ser cristianos somos desafiados a vivir en medio de un mundo contaminado por el pecado. Cómo responderemos a los nuevos inventos tecnológicos que traerá consigo el siglo XXI ( y sospechamos que serán muchos, variados y bien complicados por las implicaciones que acarrearán), determinará mucho del progreso del ministerio al que sirvamos. Mirando hacia atrás nos sonreímos al considerar la ingenuidad de algunos maestros de generaciones pasadas. Sin embargo, ¿qué dirán de nosotros las generaciones futuras cuando estudien la iglesia de comienzos del siglo XXI? La modernidad siempre representará un desafío para todo líder cristiano, sin importar en qué siglo viva, o cuál sea su ministerio particular: ¿Podrá encontrar la ruta a través del bosque sin caer en los extremos destructivos? La consecuencia que trae consigo la modernidad es que el líder cristiano del siglo XXI deberá convertirse en un estudiante cuidadoso de la historia a fin de no repetir los errores de generaciones anteriores. Un patrón de creencias básicas, inventadas, descubiertas, o desarrolladas por un grupo determinado mientras aprende a tratar con sus problemas de adaptación externa e integración interna, que ha funcionado lo suficientemente bien como para ser considerado válido y por lo tanto, debe ser enseñado a los nuevos miembros como el modo correcto de percibir, pensar, y sentir en relación a esos problemas.[^9^](#fn9){#fnref9.footnote-ref} Cada país tiene una cultura nacional que lo identifica mundialmente, y varias subculturas que caracterizan diferentes regiones. El mundo cristiano evangélico contemporáneo es exactamente igual.**\[PAG. 256\]** Tuve el privilegio de crecer espiritualmente en Argentina entre cristianos que recibimos el evangelio desde Gran Bretaña. Estando allá era muy difícil entender hasta qué punto el mensaje que se nos trajo, venía envuelto en cultura inglesa. La imposición cultural llegaba hasta los detalles mínimos tales como (para muestra basta un botón), que en nuestras conferencias provinciales y nacionales, la única bebida "santificada" era el té con leche. En un país donde el café y el mate son las bebidas de preferencia popular, nuestra denominación estableció una isla cultural. Radicarme en la ciudad Vancouver, que tiene profundas raíces inglesas, me ayudó a comprender hasta qué grado la aculturación influyó en el mensaje que recibimos en nuestro país. Y comprender como la influencia cultural británica permeó desde los detalles prácticos más insignificantes hasta los puntos más complejos de teología, llegando inclusive a definir cómo se vive la vida cristiana y cómo se demuestra la verdadera espiritualidad. A comienzos del año 1976 fui invitado a asistir a un campamento de jóvenes en la ciudad de Mar del Plata. Una de las noches nos vino a visitar el trío musical que lleva el nombre de la ciudad. Nunca olvidaré esa noche, porque tan pronto la presentación musical terminó, comenzó una acalorada discusión entre los que decían "¿qué tiene que hacer el 'mundo' dentro de la iglesia?", y los que respondían "¿qué tiene de malo presentar el evangelio con la música que le gusta al pueblo?" Veinticuatro años más tarde usted vuelve a sonreírse\...[^10^](#fn10){#fnref10.footnote-ref} Estos dos ejemplos que ofrecemos ilustran una realidad y un desafío que usted debe enfrentar como líder, no importa en qué momento de la historia o en qué punto geográfico esté sirviendo.[^11^](#fn11){#fnref11.footnote-ref} La realidad es que usted ha heredado una tradición cultural que es parte integral e inseparable de la institución cristiana a la que sirve. Esa tradición, ese bagaje cultural, puede ser positivo o negativo, dependiendo de cómo responda al desafío que implica. El desafío es (usando el caso específico de Argentina): ¿cómo una iglesia que canta las canciones de los puritanos ingleses de 1600, puede relacionarse exitosamente **\[PAG. 257\]** con una cultura local que canta tango y música folklórica acompañada de guitarra, bombo y charango? Estos son apenas dos ejemplos entre los muchos que podríamos citar para ilustrar el principio que estamos considerando. A lo largo del siglo XXI surgirán nuevas modas, nuevas definiciones de la estética y del arte, nuevos gustos musicales. La cultura local siempre continuará creando nuevos medios para adaptarse al medio en que se desenvuelve. Controlada por los grandes capitales que manejan el mundo de los consumidores, continuamente se presentarán "nuevas olas" que presentarán renovados desafíos al movimiento cristiano. Frente al reto de la cultura local que cambia de modo constante, los cristianos históricamente han respondido de la misma manera que han enfrentado la modernidad. En un extremo están aquellos que rehúsan adaptarse: se visten con ropas del siglo XVIII, se transportan con carros tirados por caballos, rechazan utilizar energía eléctrica, etc. La consecuencia es que al adoptar esta actitud han llegado a ser no solo grupos muy reducidos, sino también directamente insignificantes, para el avance del reino de Dios. En el otro extremo están aquellos que han abrazado completamente la cultura local. No sabiendo distinguir dónde están los límites demarcatorios, están siendo absorbidos por ella; en lugar de redimir a la cultura para Cristo, están siendo dominados por ella. Al igual que Lot en medio de las ciudades de la llanura, están pasando a ser sal sin sabor, manteniendo un cierto testimonio pero carentes de vitalidad. ¿Cómo distinguir entre aquello que es tradición cultural heredada, y lo que es cristianismo bíblico? ¿Cómo evitar que sobre nuestros ministerios se cumpla la sentencia del Señor: "Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, pues en vano me honran, *enseñando como doctrinas mandamientos de hombres"* (Mateo 15:8--9)? ¿Cómo construir puentes que nos permitan llevar el evangelio hacia un mundo cada vez más paganizado? ¿Cómo llevar el mensaje eterno de Dios a una cultura caracterizada por los cambios permanentes? *El* **\[PAG. 258\]** *líder del siglo XXI*, al igual que Cristóbal Colón, deberá intentar hallar nuevas rutas que lo lleven al destino deseado de ministrar con relevancia a la sociedad del nuevo siglo, sin que en el proceso se lo devoren los dragones. Para ello deberá ser un estudioso disciplinado de la palabra eterna de Dios, para saber distinguir con precisión absoluta entre aquello que Dios exige que hagamos, y aquellas cosas que hacemos porque simplemente siempre se hicieron así y no son más que tradición heredada. Por lo tanto, el líder que anhele servir a Dios y a la nueva generación que está emergiendo, al igual que el rey Ezequías de la antigüedad exclamará *Nehustán* (2 Reyes 18:4)[^12^](#fn12){#fnref12.footnote-ref}, y estará dispuesto a darlo todo por los principios bíblicos, pero así también retendrá los métodos temporales que todavía sean efectivos y descartará todo aquello que sea un lastre. "Al comenzar la segunda guerra mundial Inglaterra estaba preparada para pelear la primera guerra mundial" fue la evaluación que Winston Churchill hizo una vez terminada la conflagración. De una manera cortés, estaba diciendo que en términos de armamentos, estrategias, y modo de pensar, Gran Bretaña no se había mantenido a la par de los tiempos en que vivía. Una de las acusaciones más serias que Jesucristo hizo contra la generación de sus días fue la incapacidad de no saber distinguir las señales de los tiempos. La inhabilidad de no saber reconocer en qué momento de la historia estaban viviendo y no saber hacer en consecuencia las decisiones correctas que se requerían. A comienzos de la década del setenta los adoradores del enemigo declararon el inicio de la era de Acuario: el tiempo del ataque final que conduciría a la instalación de su majestad satánica sobre el trono del universo. Desde entonces parece como si diques invisibles se hubieran roto, y en consecuencia la raza humana ha sido inundada por problemas sociales que nunca se habían conocido antes, o al menos, nunca en una **\[PAG. 259\]** escala tan elevada o de una manera tan abierta. Antes de la década del setenta no había consumo masivo de drogas, ni terrorismo internacional, ni aborto libre (este problema es más agudo en el hemisferio norte), ni SIDA, ni los índices de destrucción actuales de la familia. Ministrar en el siglo XXI será muy distinto a ministrar en la década del cincuenta. El enemigo está usando distintas armas, diferentes estrategias. Cada día inventa nuevos métodos para lograr sus antiguos propósitos de arruinar la creación de Dios. Esta realidad obligará al líder del siglo XXI no solo a conocer la Biblia y la historia, sino también a desarrollar una espiritualidad dinámica y total, donde su máxima aspiración sea reproducir el ministerio de Jesucristo. Sobre el fundamento del libro de Romanos y de las lecciones de la historia de 2000 años, deberá desarrollar un ministerio similar al de Jesucristo y al de los héroes del libro de los Hechos. Deberá tomar muy en serio la exhortación paulina de que nuestra lucha no es contra carne y sangre, y siendo que la sociedad contemporánea cada día se asemeja a la sociedad pagana de Éfeso, buscará derrotar al mal en todas sus formas mediante una disciplinada vida devocional que incluye la oración y tiempos especiales de ayuno. De esta forma buscará ser admitido dentro del grupo selecto de los hombres de Isacar que formaron el gabinete del rey David, y de quienes se dijo: "doscientos principales, *entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, y cuyo consejo seguían todos sus hermanos*"(1 Crónicas 12:32). La modernidad, cómo relacionarse exitosamente con la cultura local, y la habilidad espiritual de saber discernir los tiempos en que vivimos, serán tres inmensos desafíos que aguardan al líder del siglo XXI. Si estos desafíos parecen complejos, no olvidemos que la otra cara de la moneda es que nunca ha existido un tiempo más propicio para hacer un impacto en el nombre de Jesús en el mundo de habla hispana que la hora presente. El nuevo siglo aguarda al pueblo de Dios con puertas ampliamente abiertas para hacer un impacto a nivel mundial. El mapa de Latinoamérica se ha reconfigurado en los **\[PAG. 260\]** últimos treinta años. En la actualidad el mundo hispano se extiende desde Alaska hasta Tierra del Fuego. En más de 100 países, en los cinco continentes, hay iglesias de habla española que están evangelizando a los de su misma lengua y a los pertenecientes a la cultura local. Los campos están listos para la cosecha. Nunca antes en la historia ha existido una hora tan favorable para completar la misión de nuestro Señor de hacer discípulos a todas las naciones. Esta es una hora en la cual todo líder cristiano se alegrará de vivir y ministrar, porque por la gracia de Dios estará poniendo en movimiento fuerzas que impactarán a su generación; y si es un líder genuino quién sabe a cuántas generaciones más podrá influenciar si el Señor continúa demorando su segunda venida. **Conclusión** Al llegar al final de este libro somos plenamente conscientes de que todavía queda mucho por decir sobre este tema tan vasto y valioso. Otros autores han hecho su contribución, y probablemente otros libros que escriba en el futuro sobre distintos aspectos del tema, amplíen los puntos presentados en este volumen. Sin embargo, creemos que hemos cubierto suficiente territorio para ofrecerle una adecuada comprensión intelectual sobre liderazgo. Ahora le toca a usted poner las manos en el arado y comenzar a aplicar lo aprendido en su contexto inmediato. Por lo tanto, repasando, recuerde que liderazgo es el resultado de vivir correctamente de acuerdo a las prioridades de Dios. Quien viva así cultivará ciertas cualidades y actitudes: - Una *visión* poderosa, que le impulse a la acción. - *Tomará la iniciativa* corriendo riesgos calculados, como resultado de su fe en Dios. - *Dedicación*, pasión disciplinada al hacer su labor. - *Espíritu excelente*, dar lo mejor de sí mismo, atención a los detalles. **\[PAG. 261\]** - *Perseverancia*, la capacidad de levantarse si llegan los fracasos, la habilidad de adaptarse siendo flexible en el logro de los objetivos. - *Competencia*, conocimiento y efectividad creciente en la ejecución de sus tareas específicas. - *Creatividad*, hacer cosas que nunca se han hecho antes y de un modo nuevo las que siempre se han hecho. - *Espíritu de servicio*, motivado por un genuino amor a Dios y al prójimo. - *Integridad*, el fundamento de la credibilidad , como resultado de su amor creciente a Dios y de una vida transparente. - *Dominio propio* que le permita conquistarse a sí mismo, y a partir de allí a conquistar el reloj, llegando a ser por consecuencia altamente efectivo en el desempeño de sus tareas y las de sus subalternos. - *Espíritu de humildad* que le impulse a apoyarse en Dios y a la renovación continua. Cultivar cada una de estas cualidades siempre permitirá a todo individuo vivir una vida que inspire a los demás, que los impulse a la grandeza. Muchas veces tal vez no sea querido o apreciado, pero siempre será respetado y tendrá poder con los demás. Sobre este fundamento de su vida personal, aprenderá también a ejecutar con efectividad creciente las tareas específicas de un líder cristiano: - Recibir, desarrollar y comunicar la visión. - Diseñar una estrategia adecuada que lleve la organización a alcanzar la meta. - Saber organizarse a sí mismo y los recursos disponibles, a fin de lograr la mayor eficacia posible. - Motivar a los seguidores mediante una vida y conducta que sea ejemplo de los valores de la fe cristiana. - Delegar a seguidores calificados el mayor número de tareas posible. - Formar y desarrollar un equipo de colaboradores. **\[PAG. 262\]** - Aprender y poseer la sabiduría para introducir cambios profundos y significativos. Frente al desafío que le presenta la modernidad, se hará un estudiante cuidadoso de la historia; frente al reto de construir puentes hacia la cultura local, responderá haciéndose un estudiante apasionado y disciplinado de la Biblia; y frente al desafío de la hora en que vivimos, será un hombre de una vida devocional y de servicio creciente. Todo esto y mucho más deberá llegar a ser el líder del siglo XXI. Sin embargo, siendo claro que su deseo es servir al pueblo de Dios, buscará por sobre todas las obligaciones mantener viva y vital su relación personal con Jesucristo, ya que *liderazgo no es una actividad sino una vida que se comparte*. En el mes de abril de 1988, el noticiero televisivo de la Canadian Broadcasting Corporation ofreció una de esas notas imposibles de olvidar. La información tenía que ver con un individuo cuyo hobby era el paracaidismo. Durante años lo practicó con gran éxito. Inclusive hizo una valiosa contribución para la difusión de este deporte, especialmente desde el día en que decidió cargar su cámara de video al saltar. Por primera vez, a través de su trabajo, el mundo pudo apreciar lo que es la experiencia de saltar al vacío. Él pudo mostrar todas las acrobacias que los paracaidistas hacen mientras descienden, totalmente fuera del alcance del ojo humano. Ese segundo domingo de abril, este individuo una vez más decidió practicar su deporte favorito llevando consigo la cámara. Indudablemente el trabajo era apasionante y absorbente. Ese día hizo varios saltos, siempre cargando la cámara. Hasta que, tan concentrado estaba en la cámara y la filmación, que saltó al vacío. ¿Y a que no adivina lo que se olvidó? Cuesta creerlo, pero sí, usted pensó correctamente. ¡El paracaídas\...! Como era su último salto, decidió apretar el disparador de la cámara y filmar. Obviamente las tomas no eran de tan buena calidad si se las comparaba con las que había logrado con anterioridad. Al estar en caída libre las imágenes eran **\[PAG. 263\]** muy borrosas. Cuando ya estaba cerca del suelo, el canal cortó la muestra de imágenes que había filmado. Toda vez que recuerdo esa historia verídica, me veo obligado a examinar mi corazón, a considerar mis prioridades, y a preguntarme: ¿Por qué estoy viviendo? ¿Cuál es la razón de mi existir? ¿Cómo estoy cumpliendo con el llamado de Dios? Porque es muy fácil, al igual que el paracaidista mencionado, estar atrapado en un sinfín de cosas urgentes y perder de vista el propósito central de nuestra vida: Tener una relación personal creciente con Jesucristo, de la cual manará todo servicio a su cuerpo glorioso, la iglesia. Y cuanto más amemos a nuestro Señor, tanto más amaremos a sus hijos, y tanto más seremos usados con poder creciente. Por esta razón cerramos esta obra dejándole una de las promesas más bellas en la revelación de Dios: "Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen un corazón perfecto para con él" (2 Crónicas 16:9). De acuerdo a esta promesa Dios continúa activo, bien ocupado. Sus ojos están escudriñando constantemente el planeta en busca de un hombre o una mujer. Individuos de diferentes trasfondos culturales, estratos sociales, nivel intelectual. Personas con pies de barro, tan humanas y falibles como usted y yo. Pero sobre todo, hombres y mujeres con un corazón recto, no dividido, íntegro, delante de esos ojos que son como llama de fuego. Personas a través de las cuales pueda manifestar su gloria, fortaleciéndolos de tal manera que a cuantos observen su vida, no les quede alternativa sino exclamar: "Realmente Dios está detrás de todos estos resultados asombrosos, ya que desde el punto de vista humano es absolutamente imposible que alguien pueda haberlos logrado". Cuando le ofrezcan esa evaluación, ese día será el más feliz de su vida. Y bien podrá decir: valió la pena servir a Jesucristo y a su pueblo (Ver Malaquías 3:17--18). Y en su vida también se hará realidad la bendita descripción que hizo Pablo de la paradoja que significa ser un líder en el reino de Dios:**\[PAG. 264\]** No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea desacreditado. Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en conocimiento, en tolerancia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero; en palabra de verdad, en poder de Dios y con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero llenos de vida; como castigados, pero no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo. 2 Corintios 6:3--10 Esta es la vida, esta es la recompensa del líder cristiano. El Señor le fortalezca al tomar la decisión de querer llegar a ser todo lo que Dios tiene preparado para su vida. Y que viva una vida inspiradora que impulse a muchos a lograr cosas extraordinarias para Dios. **\[PAG. 266\]** [Apéndice] Mi declaración personal de misión Steven Covey en su libro *Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva*[^13^](#fn13){#fnref13.footnote-ref} recomienda que todo individuo debería redactar una declaración personal de misión. Este escrito debería llegar a ser su carta magna, su propia "constitución nacional", su credo personal. El equivalente a las cartas de navegación de un piloto, que deciden la totalidad del vuelo y son el sustento de su éxito final. Debería ser la expresión de sus convicciones más íntimas y sinceras; de su más profundo ser, de los valores que ha abrazado en su vida. Cuando lo leí por primera vez hace mas de diez años, me pareció una idea interesante, por lo tanto, me senté y escribí lo que sigue a continuación. Al compartirla con usted mi deseo es desafiarlo a que usted también reflexione y ponga por escrito la suya, de modo que ese escrito llegue a ser la brújula de su travesía. Esta es mi declaración; usted elabore la suya. Siendo que mi vida es un regalo de Dios, y que me ha otorgado un cierto número de capacidades, recursos y tiempo, para que sea su mayordomo; como tal mi propósito será: - El propósito supremo de mi existencia es glorificar a Dios, por lo tanto, cultivaré mi relación personal con mi Creador y Salvador personal, nuestro Señor Jesucristo, a través de los distintos medios de gracia de manera diaria. Mi ambición suprema es llegar a ser como mi Señor. **\[PAG. 267\]** - Siendo que Jesucristo me ha llamado a vivir una vida radicalmente diferente, intentaré agradarle viviendo en santidad en todas mis relaciones; sean sociales, comerciales, religiosas, familiares, etc. - La primera responsabilidad que tengo es con mi propio hogar; buscaré cultivar mi relación personal con mi esposa, viviendo en total honestidad, pureza, y dándole respeto como a un vaso más frágil. - Convencido de que mi legado más importante a la sociedad y a la próxima generación será mi hijo, como una prioridad procuraré volcar en él todo lo que soy y he aprendido. Trataré de ser su mentor, amigo y consejero. Conociendo que el valor de un buen modelo es mayor que un millón de palabras, buscaré ser modelo de las virtudes que anhelo que él se apropie y desarrolle. - Convencido de que todo ser humano que no conoce a Jesucristo está totalmente perdido en esta vida y por toda la eternidad, intentaré ser un fiel testigo de mi Salvador en toda circunstancia. Por su poder anhelo ser instrumento para conducir al mayor número posible de personas al conocimiento salvífico de Jesucristo a través de la fe. - Sabiendo que el nuevo nacimiento es apenas la puerta de entrada al camino de la fe, lucharé por discipular el mayor número posible de individuos de modo que lleguen a vivir en plenitud la vida que Jesús nos ofrece. Intentaré ser su guía hasta el día en que ellos estén en condiciones de reproducir el mismo proceso en otros creyentes más nuevos. - Siendo que la cantidad de tiempo de que dispongo es muy limitada, intentaré redimirlo al máximo, aprovechando cada oportunidad y viviendo con entusiasmo. - Dios me ha bendecido con cierta cantidad de bienes materiales, en consecuencia buscaré administrarlos de **\[PAG. 268\]** acuerdo a sus principios. Bajo su guía buscaré multiplicarlos a fin de bendecir a los que están en mi círculo inmediato de influencia, extender el reino de Dios y ministrar a los que están en necesidad. Cultivaré el espíritu de generosidad sabiendo que dar con liberalidad es la única manera de hacer una inversión eterna. - Sabiendo que mi trabajo es un servicio a Dios, buscaré desarrollar al máximo mis capacidades naturales y dones espirituales. Desempeñaré cada tarea con dedicación y excelencia, dando siempre lo mejor de mí mismo y evitando la mediocridad. - Convencido de que mi mente es el aspecto más noble de la imagen de Dios en mi vida, y de que la ruta más rápida al deterioro es la falta de renovación, lucharé por mantener siempre vivo el espíritu de aprendizaje. Para lograrlo cumpliré con mi programa diario de lecturas, acumularé el mayor número posible de experiencias, y buscaré formal e informalmente mantenerme al día en mi área de especialización. - Al vivir en un mundo donde las fuerzas del mal dominan el mundo entero, y siendo que Dios me ha llamado a combatir contra ellas (Efesios 6:10--20), por medio de una vida de oración, la práctica del ayuno y el servicio cristiano, buscaré la caída del mal en todas sus manifestaciones, y el establecimiento del reino de Dios. - Por la gracia de Dios me comprometo a llevar a cabo este programa con todas mis fuerzas, un día por vez. Una vez que complete la redacción de su declaración personal de misión, leala cada día y trate de memorizarla de modo que llegue a ser su piloto automático. Una vez que esté internalizada en su mente, toda su vida se orientará de manera automática al logro de aquello que usted siempre anheló llegar a ser. ::: {.section.footnotes} ------------------------------------------------------------------------ 1. ::: {#fn1} Citado por Ariel y Will Durant en *The Story of Civilization* (La historia de la civilización), Volumen XI, La era de