Head And Neck PDF
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Summary
This document is a chapter on head and neck anatomy and pathology. It provides detailed information on various aspects, including diagnosis, physical examination and types of tumors in the head and neck region. It is intended for medical professionals.
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CapĂtulo 9 Cabeza y cuello Abel Archundia GarcĂa HĂ©ctor Gurrola Machuca Contenido AnatomĂa Tumores benignos Abordaje diagnĂłstico Otros tumores benignos ExploraciĂłn fĂsica Tumores de las glándulas salivales Auxiliares de diagnĂłstico Lesiones seudotumorales InterpretaciĂłn de las masas gang...
CapĂtulo 9 Cabeza y cuello Abel Archundia GarcĂa HĂ©ctor Gurrola Machuca Contenido AnatomĂa Tumores benignos Abordaje diagnĂłstico Otros tumores benignos ExploraciĂłn fĂsica Tumores de las glándulas salivales Auxiliares de diagnĂłstico Lesiones seudotumorales InterpretaciĂłn de las masas ganglionares en el cuello Tumores malignos del cuello PatologĂa quirĂşrgica del cuello Tumores del tracto nasofarĂngeo y laringe Linfoma de cabeza y cuello es una exigencia que no sĂłlo incumbe al cirujano, y a los especialistas, sino al mĂ©dico general, familiar y en general a todos los trabajadores de la salud en los diversos niveles de atenciĂłn. El cuello es el soporte de la cabeza; permite sus movimientos y la une con el tronco. La forma y funciĂłn del cuello están adaptadas a la posiciĂłn erecta del humano y a la vida en bipedestaciĂłn. Aparte de la flexible arquitectura de las estructuras del raquis, que dan soporte y protecciĂłn al cráneo y a la mĂ©dula espinal, en el cuello transcurren las finas distribuciones del sistema neuroendocrino y circulan los vasos que nutren al cerebro, Ăłrgano rector de todas las funciones. Igual de vital es la forma y funciĂłn de la orofaringe y la hipofaringe que son en el cuello la encrucijada de encuentro entre las vĂas respiratorias y las digestivas. Durante la degluciĂłn, se separan dichas vĂas por la elevaciĂłn de la laringe y por el cierre de la glotis en un movimiento coordinado, y es de tal precisiĂłn que impide que se aspire cualquier elemento extraño o la interferencia con la respiraciĂłn. Por tanto, la patologĂa que obstaculice estas funciones vitales debe ser claramente comprendida y atenderse a tiempo.1 IntroducciĂłn En este capĂtulo se incluyen las lesiones quirĂşrgicas extracraneales de la cabeza y del cuello con las que es deseable que estĂ© familiarizado el mĂ©dico general. Dado que la patologĂa es muy extensa, se revisan los padecimientos que con mayor frecuencia son causa de la visita a los consultorios. A la medicina de atenciĂłn primaria acuden personas que sufren padecimientos de estas regiones y son claramente de la competencia de las especialidades; para hacer la referencia adecuada de estos enfermos no se requiere de un conocimiento profundo. Sin embargo, debido a que la patologĂa de esta regiĂłn se encuentra dominada por las lesiones que aparentan ser tumorales, es en ese nivel profesional que se requiere capacidad crĂtica para distinguir las enfermedades que ponen en peligro la vida de las lesiones intrascendentes. Es pertinente insistir en el valor decisivo que tienen la historia clĂnica y la exploraciĂłn fĂsica. Existen enormes tratados que describen la propedĂ©utica y que serĂa ocioso reproducir, por ello se reseñan sĂłlo los aspectos que a menudo pasan inadvertidos en los consultorios en los que el mĂ©dico resulta abrumado por el volumen de la demanda de sus servicios. Abordaje diagnĂłstico Dentro del esquema de la historia clĂnica, se debe investigar de manera deliberada el antecedente de infecciones respiratorias superiores como la sinusitis, amigdalitis, otitis y conjuntivitis o los problemas dentales, y en especial los de tabaquismo y alcoholismo que casi siempre están relacionados con enfermedades. Los AnatomĂa El conocimiento anatĂłmico es un prerrequisito absoluto en la cirugĂa, y tratándose de los padecimientos de la cabeza y del cuello 133 134 CirugĂa 2 antecedentes familiares son importantes en algunos tumores, un ejemplo es el cáncer medular de la glándula tiroides. El enfermo muestra una o varias tumoraciones en el cuello asintomáticas y puede quejarse de dificultad para masticar o deglutir, obstrucciĂłn nasal, epistaxis o de tener alguna tumoraciĂłn en la cavidad oral. Otros sĂntomas son ronquera o disfagia, pero la mayor parte de las veces se trata de la presencia de una masa que no da sĂntomas o puede ser un hallazgo durante la exploraciĂłn, y este hallazgo correctamente evaluado suele salvar la vida de una persona. El tumor cervical más frecuente es el crecimiento de la glándula tiroidea, y el segundo un ganglio, el cual puede ser reactivo secundario a infecciones virales o bacterianas; tambiĂ©n puede ser metastásico. Muchos de los tumores en el cuello de los niños son benignos, en tanto que los tumores en los adultos tienen mayor probabilidad de ser malignos. Es del dominio universal la regla de los “sietes”: un tumor de siete dĂas de evoluciĂłn suele ser inflamatorio, si ha estado presente por siete meses puede ser maligno, y si tiene siete años generalmente es congĂ©nito. A LĂłbulo del oĂdo ApĂłfisis mastoides Segundo molar Cavidad parotĂdea Glándula parĂłtida Conducto parotĂdeo (de Stenon) B Conducto submaxilar (de Wharton) ExploraciĂłn fĂsica La exploraciĂłn fĂsica comprende la inspecciĂłn y la palpaciĂłn minuciosa de las regiones cefálicas y del cuello, asĂ como la exploraciĂłn instrumentada de ojos, oĂdos, nasofaringe e hipofaringe siempre en la bĂşsqueda de signos de infecciĂłn o de ulceraciones. En la exploraciĂłn fĂsica, inspeccionar fosas nasales, cavidad oral, amĂgdalas, pilares amigdalinos, paladar blando, pared farĂngea posterior, y cuando lo amerite, laringoscopia indirecta. La exploraciĂłn fĂsica es determinante.2 Comenzando por la inspecciĂłn del cuello y de la boca utilizando luz frontal, se palpan las encĂas retirando las prĂłtesis dentarias si las hay, asĂ como el piso de la boca y los carrillos con las manos enguantadas. Es conveniente evertir los labios a modo que quede a la vista la superficie mucosa, con la palpaciĂłn de los labios se puede descubrir la consistencia dura de una lesiĂłn cancerosa que pudiera parecer una simple grieta o ulceraciĂłn. Se debe examinar en busca de leucoplaquias, eritroplaquias o de ulceraciones que pueden ir desde lesiones herpĂ©ticas hasta chancros sifilĂticos que se acompañan de adenopatĂa cervical. Inspeccionar la lengua en donde las Ăşlceras dentarias causadas por el borde cortante de alguna pieza dentaria quebrada, pueden ser precursoras de un cáncer. La inspecciĂłn de la orofaringe, amĂgdalas y de la retrofaringe que son asiento de procesos inflamatorios graves y que alguna vez fueron objeto de una de las cirugĂas más practicadas en todo el orbe. La palpaciĂłn de las glándulas salivales se omite con frecuencia y, por esa razĂłn, se ilustra en la figura 9-1. La laringoscopia indirecta examina las cuerdas vocales y la laringe supraglĂłtica, si es posible, se deberá hacerlo con auxilio de un laringoscopio flexible (figuras 9-2 y 9-3).3 Estas competencias no son exclusivas del especialista, sino que son recursos obligados del mĂ©dico y del cirujano general. El examen del cuello siempre debe integrarse con el que se hace de la cabeza, cara y cavidad bucal. Los mĂşsculos, huesos, Glándula salival submaxilar Cálculo Figura 9-1. PalpaciĂłn de las glándulas salivales. A) PalpaciĂłn del conducto de Stenon; B) palpaciĂłn bimanual del piso de la boca y la glándula maxilar. Figura 9-2. Laringoscopia indirecta con espejo y lámpara frontal. CapĂtulo 9 Cabeza y cuello 135 B A Cavidad nasal Lengua Epiglotis Cuerdas vocales EsĂłfago Tráquea Figura 9-3. A) Laringoscopio de fibra Ăłptica y B) laringoscopia. y Ăłrganos cartilaginosos ocultan o son confundidos con lesiones tumorales. El explorador colocado detrás del paciente debe palpar con las dos manos el cuello flexionado y extendido. El triángulo anterior del cuello se relaja al flexionar la cabeza, el triángulo posterior se examina mejor si la cabeza se inclina hacia el lado que se está examinando y la regiĂłn submentoniana se examina con la cabeza en flexiĂłn ligera (figura 9-4). Se deben recoger y registrar los siguientes puntos de la exploraciĂłn debido a que están relacionados con patologĂas especĂficas: a) UbicaciĂłn de la masa en la lĂnea media o fuera de la lĂnea b) c) d) e) f) g) h) i) j) media. Relaciones que tiene con el mĂşsculo esternocleidomastoideo. LocalizaciĂłn en el triángulo cervical anterior o en el posterior. Registrar si es lesiĂłn Ăşnica o mĂşltiple. Consistencia. Signos de inflamaciĂłn y supuraciĂłn. Desplazamiento del tumor durante la degluciĂłn. Movilidad y deslizamiento sobre los planos adyacentes. Pulsatilidad, frĂ©mitos, o ingurgitaciĂłn de los vasos venosos. AuscultaciĂłn de fenĂłmenos soplantes propios o irradiados. Algunas estructuras como una apĂłfisis transversa hipertrĂłfica o una costilla cervical son protuberancias palpables y firmes que pueden ser interpretadas como una masa tumoral fija (figura 9-5). El mĂ©dico debe saber además que no todos los linfáticos palpables son anormales ni tampoco todos los pequeños nĂłdulos son benignos. Cuando las masas fijas y duras se han diferenciado claramente de las estructuras normales, deben ser consideradas casi siempre como tumoraciones malignas. El hecho de que el paciente acuda por manifestaciones de enfermedad en la cabeza o en el cuello no excluye la exigencia de hacer la exploraciĂłn general. Los padecimientos infecciosos, hematolĂłgicos y los cánceres del pulmĂłn, mama, tracto digestivo o tracto urinario, pueden aparecer con la presencia de una masa tumoral en el cuello. Auxiliares de diagnĂłstico Si la patologĂa parece ser circunscrita, se utilizan todos los recursos de apoyo diagnĂłstico necesarios para determinar las caracterĂsticas y etiologĂa del padecimiento, y la biopsia del sitio se hace para determinar el carácter histolĂłgico de la lesiĂłn, fundar el diagnĂłstico integral y el tratamiento adecuado. Es recomendable completar el estudio diagnĂłstico con una baterĂa de exámenes que sin ser considerados de rutina, sĂ deben ser tomados en cuenta en los pacientes con lesiones tumorales en el cuello: 1. Placa simple del tĂłrax posteroanterior (PA). 2. Pruebas de la funciĂłn tiroidea. 3. Los estudios contrastados: esofagograma con bario, serie gas- troduodenal. 4. Estudios de gabinete: tomografĂa computarizada (TC) con contraste, imagen por resonancia magnĂ©tica (IRM). 5. Endoscopia larĂngea o endoscopia superior. InterpretaciĂłn de las masas ganglionares en el cuello Es conocido el hecho de que una masa cervical pueda relacionarse con un tumor maligno originado en cualquier parte del cuerpo; sin embargo, el proceso diagnĂłstico al que se enfrenta el mĂ©dico suele ser complicado. El conocimiento general es que si en el adulto la masa tumoral no es tiroidea, las dos terceras partes de estos tumores no tiroideos son malignas con origen en las porciones altas del aparato digestivo o respiratorio. Por el contrario, en los casos pediátricos la mayor parte de las masas tumorales son benignas. Estas observaciones son comunes en la medicina de primer contacto, su interpretaciĂłn se inserta en un espectro amplio de posibilidades, como pueden ser las infecciones, quistes, padecimientos hematolĂłgicos o inmunes, o las variantes anatĂłmicas, y CirugĂa 2 136 A B MĂşsculo esternocleidomastoĂdeo (borde anterior) Quiste branquial C MĂşsculo esternocleidomastoideo Figura 9-4. ExploraciĂłn del cuello. Costilla cervical ClavĂcula Columna vertebral Tumor del cuerpo carotĂdeo A Arteria carĂłtida primitiva Primera costilla B Figura 9-5. A) Los tumores del cuerpo carotĂdeo son movibles en el plano horizontal, pero no en el vertical. B) Las estructuras Ăłseas o cartilaginosas son fijas, como la costilla cervical o hipoplasia de la primera costilla. CapĂtulo 9 Cabeza y cuello pueden tener multitud de orĂgenes histolĂłgicos, por ello se insiste en que el punto de partida es contar con una buena historia clĂnica, un examen fĂsico cuidadoso y auxiliares de diagnĂłstico bien seleccionados. El uso adecuado de estos recursos estrechará el abanico de posibilidades y se podrá llegar al diagnĂłstico.4 Los ganglios linfáticos normales no son palpables ni visibles. Cuando se palpan o son visibles son ganglios linfáticos patolĂłgicos, y se debe detallar el nĂşmero; si son más de cuatro se reportan como mĂşltiples y se define su tamaño en centĂmetros. Se debe describir si están aislados o son confluentes. La confluencia es importante porque hay patologĂas como el linfoma, en el que confluyen varios ganglios formando un conglomerado. Otras caracterĂsticas a detallar son: movilidad (mĂłviles o adheridos a piel o planos profundos), consistencia (blandos, duros o pĂ©treos, o de consistencia renitente, que es la consistencia que tienen los quistes, como vejiga llena de agua, el absceso para drenar es renitente, fluctĂşa e indica presencia de lĂquido en el interior). Se debe evaluar el detalle de la localizaciĂłn en los diferentes triángulos anatĂłmicos y la sensibilidad o dolor a la palpaciĂłn. TambiĂ©n al explorar los ganglios del cuello debe de relacionarse con la existencia de ganglios aumentados de volumen en otras partes del cuerpo, los preauriculares y retroauriculares, axilares, epitrocleares e inguinales. PatologĂa quirĂşrgica del cuello A continuaciĂłn se describen ejemplos de las patologĂas representativas. Abscesos cervicales Las colecciones purulentas en el cuello se caracterizan por fiebre, tumor cervical con eritema, dolor a la palpaciĂłn y fluctuaciĂłn. La vecindad con estructuras anatĂłmicas vitales como las arterias carĂłtidas, la tráquea y los troncos nerviosos, hacen que un absceso en el cuello siempre deba ser tratado por un cirujano calificado. Sin olvidar que todavĂa suelen observarse los abscesos frĂos,5 esto es, que cursan sin dolor o sin eritema y que son caracterĂsticos de la tuberculosis ganglionar o extrapulmonar.6 Algunos abscesos por su frecuencia han recibido epĂłnimos que es frecuente escuchar en la práctica diaria: 137 MĂşsculo glenohioideo MĂşsculo milohioideo Espacio sublingual Espacio submaxilar Aponeurosis cervical superficial Figura 9-6. La angina de Ludwig es un absceso en el piso de la boca. vasculares e incluso los pares craneales. Pueden ocasionar difusiĂłn descendente con mediastinitis o erosionar las paredes de la carĂłtida. 3. Los abscesos retrofarĂngeos se producen a partir de los ganglios linfáticos retrofarĂngeos y pueden causar obstrucciĂłn respiratoria o descender al mediastino. 4. Los abscesos periamigdalinos son los más frecuentes y son complicaciones de la amigdalitis aguda; se identifican por edema ipsolateral del paladar, desviaciĂłn lateral de la Ăşvula, voz gutural o como de “papa caliente en la garganta”, trismo y disfagia. Una caracterĂstica particular es que pueden cursar afebriles o con febrĂcula. Tumores benignos Quistes del conducto tirogloso Las lesiones congĂ©nitas más frecuentes son los quistes del conducto tirogloso, los quistes y fĂstulas branquiogĂ©nicos, y los higromas quĂsticos. Son lesiones benignas que pueden aparecer en el mediastino o en el cuello a cualquier edad, y son más frecuentes en la lactancia y la niñez. 1. La angina de Ludwig —tambiĂ©n llamada flemĂłn difuso hi- EtiologĂa persĂ©ptico y gangrenoso del piso de la boca— es una infecciĂłn invasora severa y mortal de origen dental, afecta cara, cuello, vĂas respiratorias y pulmones; es un absceso originado por un trastorno dental, que ocupa el espacio sublingual y que puede ocasionar la muerte por obstrucciĂłn de la tráquea (figura 9-6), por ello puede requerir completar la desbridaciĂłn quirĂşrgica con una traqueotomĂa, en tanto que los abscesos de Bezold son localizaciones cervicales altas secundarias a infecciĂłn del oĂdo medio o de celdillas de la apĂłfisis mastoides. 2. Los abscesos parafarĂngeos tienen origen en los dientes posteriores o en las amĂgdalas, y pueden afectar las estructuras Los quistes del conducto tirogloso representan una falta de involuciĂłn del conducto tirogloso embrionario, la tiroides se origina en el agujero ciego que se localiza en el tercio posterior de la lengua y desciende centralmente hasta los cartĂlagos tiroideo y cricoideo para formar la glándula tiroides;7 el conducto tirogloso pasa por delante del hueso hioides, a travĂ©s de Ă©ste o en un plano posterior, y aunque en general está obliterado, puede persistir. TambiĂ©n llegan a persistir elementos del primordio tiroideo en cualquier sitio de su trayecto causando quistes tiroglosos, fĂstulas tiroglosas, tejido tiroideo accesorio como el tiroides lingual y neoplasias. Igualmente suelen manifestarse en la lĂnea media de las estructuras intratorácicas (figura 9-7).8 138 CirugĂa 2 A B Lengua C Lengua Lengua Conducto tirogloso Quiste Quiste lingual FĂstula Figura 9-7. Variedades de persistencia del conducto tirogloso. A) El conducto tirogloso ciego produce quiste tirogloso. B) El conducto tirogloso abierto genera una fĂstula. C) El conducto tirogloso incompleto produce quiste lingual. DiagnĂłstico Por lo general, se trata de un niño o persona alrededor de los 20 años que muestra un tumor de 2 a 4 cm de diámetro en la lĂnea media del cuello o ligeramente a la izquierda, a veces se asienta entre la regiĂłn submentoniana y la escotadura supraesternal, pero su localizaciĂłn más frecuente es en la proximidad del hueso hioides. En ausencia de inflamaciĂłn la tumoraciĂłn es redonda, lisa, y la piel se desliza sobre ellos a pesar de estar fijos al hioides. La caracterĂstica principal es que se mueven en sentido vertical durante la degluciĂłn y al sacar la lengua (figura 9-8). Las fĂstulas tiroglosas se forman como consecuencia de su abertura espontánea o por la incisiĂłn de un quiste tirogloso. TambiĂ©n pueden abscedarse o infectarse dando un cuadro inflamatorio. Los tumores tiroglosos o tiroides linguales son muy raros y con frecuencia representan la totalidad del tejido tiroideo que tiene el paciente. Aunque la agenesia concomitante de la tiroides es muy rara, es necesario documentar con auxiliares de diagnĂłstico la existencia de una glándula tiroidea normal antes de intentar la resecciĂłn del tumor, y esto es un requisito legal preoperatorio.9 El ultrasonido es la modalidad más frecuente junto con la tomografĂa axial computarizada (TAC); sin embargo, para asegurarse de que exista tejido tiroideo funcionando en la posiciĂłn normal es necesario recurrir a la gammagrafĂa. La aspiraciĂłn de aguja fina preoperatoria es un mĂ©todo barato y seguro que puede considerarse en pacientes adultos seleccionados, dando una importancia primordial a la exclusiĂłn del carcinoma.10 El diagnĂłstico diferencial incluye quistes leporino bronquiales, tumores de tiroides y bocio. Tratamiento y pronĂłstico Agujero ciego Lengua Quiste Figura 9-8. Los quistes tiroglosos se mueven en sentido vertical al sacar la lengua. La extirpaciĂłn completa del quiste tirogloso es curativa y consiste en remociĂłn de quiste, del tracto y la porciĂłn media del hueso hioides (procedimiento de Sistrunk) (figura 9-9). Si se sigue este principio, es improbable la recurrencia.11 El procedimiento es sencillo cuando se realiza de primera intenciĂłn en el tejido nativo, pero la disecciĂłn es mucho más difĂcil en un quiste o en una fĂstula previamente infectada. Quistes branquiogĂ©nicos y fĂstulas branquiales Los quistes branquiales son quistes epiteliales congĂ©nitos de la parte lateral del cuello como resultado de falla en la obliteraciĂłn del segundo arco branquial durante el desarrollo embrionario. Desde el punto de vista filogenĂ©tico, el aparato branquial está relacionado con las agallas de los peces y anfibios, de ahĂ el nombre “branquial”. Los arcos branquiales contribuyen a la formaciĂłn de diversas estructuras de la cabeza, cuello y tĂłrax.12 Son la causa CapĂtulo 9 Cabeza y cuello A B C 139 D Figura 9-9. El procedimiento de Sistrunk para resecciĂłn del conducto tirogloso. A) IncisiĂłn y resecciĂłn del quiste; B) se rodea el hueso hioides; C) se reseca una porciĂłn de hioides; D) se reconstruye la incisiĂłn. más comĂşn de masas en el cuello de origen congĂ©nito y en un estimado 2-3% de los casos son bilaterales; existe una tendencia familiar. Las anomalĂas de las hendiduras branquiales por lo general se localizan a lo largo del borde anterior del mĂşsculo esternocleidomastoideo o en el plano profundo a Ă©ste, y pueden ocurrir en cualquier punto entre el conducto auditivo externo y la clavĂcula.13 Si una parte de la hendidura branquial no involuciona, el vestigio atrapado forma un quiste. El contenido puede evolucionar a la lisis, con aumento de volumen e inflamaciĂłn que puede desarrollar un absceso, en especial durante los periodos de infecciĂłn del tracto respiratorio superior, debido a los tejidos linfoides situados debajo del epitelio. La rotura espontánea de un quiste branquial abscedado puede causar un drenaje purulento en la piel o la faringe. (RM) da una resoluciĂłn más fina y el uso de contraste con gadolinio mejora el proceso diagnĂłstico.14 La aspiraciĂłn con aguja fina puede ser Ăştil para distinguir quistes branquiales de las masas malignas de cuello. El cultivo bacteriolĂłgico del contenido aspirado puede guiar el tratamiento antibiĂłtico para quistes infectados. El diagnĂłstico diferencial debe hacerse principalmente con las metástasis de carcinoma en ganglio.15 Criterios de referencia Debido a la naturaleza de las lesiones y por las relaciones anatĂłmicas de las mismas, es recomendable con el diagnĂłstico presuncional establecido hacer la referencia al especialista en otorrinolaringologĂa o al cirujano oncĂłlogo. DiagnĂłstico Por lo general el quiste branquial se manifiesta como una masa lisa, no dolorosa y fluctuante que se localiza en el tercio inferior del borde anteromedial del mĂşsculo esternocleidomastoideo, entre el mĂşsculo y la piel en el cuello de un niño o un adulto joven. Si está secundariamente infectada puede ser dolorosa al tacto, pero tambiĂ©n puede estar abierta a la piel o a la faringe y secretando lĂquido mucoide o purulento. Puede haber historia de hinchazĂłn intermitente e hipersensibilidad o dolor en el sitio de la lesiĂłn, dolor en el curso de las infecciones de vĂas respiratorias superiores (figura 9-10). En los casos en que se forma un trayecto fistuloso se observa descarga de material seroso o purulento. En ciertas ocasiones, los pacientes pueden presentar sĂntomas de compresiĂłn local y puede existir una historia familiar de quistes branquiales. No hay pruebas de laboratorio especĂficas para hacer el diagnĂłstico. Si existe un trayecto fistuloso, se inyecta material de contraste para delinear el curso de la fĂstula y examinar el tamaño del quiste. La ultrasonografĂa ayuda a definir el carácter quĂstico de estas lesiones y una tomografĂa de contraste muestra las dimensiones, la localizaciĂłn precisa de la masa tumoral y sus relaciones o compromiso con las estructuras locales, al mismo tiempo que ayuda a la planificaciĂłn preoperatoria. La resonancia magnĂ©tica RegiĂłn de localizaciĂłn de las fĂstulas preauriculares RegiĂłn de localizaciĂłn de quistes y fĂstulas cervicales laterales MĂşsculo esternocleidomastoideo Figura 9-10. Diferentes ubicaciones de las fĂstulas cervicales, por delante del mĂşsculo esternocleidomastoideo. 140 CirugĂa 2 Tratamiento y pronĂłstico El tratamiento definitivo de los quistes branquiales consiste en la resecciĂłn quirĂşrgica de la lesiĂłn,16 que se hace por medio de incisiones diagonales escalonadas por las que se aĂsla la masa y se diseca el trayecto fistuloso, que puede ser tortuoso. A los niños pequeños, es preferible programarlos hasta que han rebasado al menos los tres meses de edad y la cirugĂa no se recomienda durante los episodios de infecciĂłn aguda o absceso evolutivo. En cambio, es muy adecuado hacer el drenaje de las fĂstulas y de los abscesos que se complementa con el uso de antibioticoterapia especĂfica. Algunos grupos han reportado buenos resultados con tratamientos esclerosantes en sustituciĂłn de la cirugĂa.17 Al paciente se le debe informar que el padecimiento que sufre es de pronĂłstico favorable, y que despuĂ©s de la extirpaciĂłn quirĂşrgica de los quistes branquiales cursa con un riesgo estimado en 3% de recurrencia; en tanto que si hay infecciĂłn o fĂstula la probabilidad de recurrir se eleva a 20%. Paragangliomas El tumor que afecta al cuerpo carotĂdeo es el paraganglioma, que en el pasado fue conocido como quimiodectoma o glomus carotĂdeo. Deriva de las cĂ©lulas de la cresta neural que migran junto con los ganglios del sistema nervioso autĂłnomo. Desde el punto de vista histoquĂmico, se ha confirmado su estirpe por la presencia de hormonas neuropeptĂdicas.18 Los paragangliomas tambiĂ©n pueden ocurrir en el oĂdo medio, faringe, nervio vago e incluso en las vĂsceras abdominales, y se han asociado con factores genĂ©ticos de carácter autosĂłmico dominante. Rara vez evolucionan a la malignizaciĂłn.19 DiagnĂłstico El paciente acude con un aumento de volumen pulsátil, pero no expansivo, esto es, no se dilata en la sĂstole y esto lo diferencia de los aneurismas, con los que podrĂa confundirse. Se localiza en el cuello por debajo de la mandĂbula y en algunos casos es bilateral. No produce molestias locales, pero algunos pacientes sienten dolor de cabeza, acĂşfenos, mareo, ronquera, disfagia y sĂncope. De manera caracterĂstica, el tumor está por delante del esternocleidomastoideo y es mĂłvil de adelante hacia atrás, pero no de arriba hacia abajo ni sigue los movimientos de la degluciĂłn. Los estudios no invasivos son el ultrasonograma y tomografĂa de cuello, determinan el compromiso con los vasos carotĂdeos. El estudio invasivo por arteriografĂa con sustracciĂłn digital o la tomografĂa contrastada muestran con precisiĂłn una imagen caracterĂstica que se aloja en la bifurcaciĂłn de las carĂłtidas, la naturaleza vascularizada del tumor en la Ăşltima fase del angiograma y las ramas de la carĂłtida externa que dan nutriciĂłn al tumor. La biopsia no está indicada. Tratamiento Es necesario que el mĂ©dico tenga el conocimiento básico de la patologĂa. La remociĂłn quirĂşrgica del tumor es la Ăşnica opciĂłn de Figura 9-11. Esquema en el que se reseca la carĂłtida externa con el tumor y se preserva la carĂłtida interna. cura y ha sido por mucho tiempo una cirugĂa de ejemplo por las relaciones anatĂłmicas, por el criterio mĂ©dico que orienta la referencia adecuada, por la particularidad de su manejo anestĂ©sico, por la destreza requerida para no comprometer la circulaciĂłn cerebral durante el procedimiento y por la respuesta barorreceptora durante la movilizaciĂłn del tumor.20 Se han reportado casos en los que fue necesario hacer reconstrucciĂłn de la carĂłtida interna.21 La radioterapia tiene su funciĂłn cuando el paciente rechaza la cirugĂa, hay riesgo quirĂşrgico alto o crecimiento rápido (figura 9-11). PronĂłstico El Ă©xito de la terapĂ©utica y la evoluciĂłn a la recurrencia o a la malignidad se observan en los seguimientos prolongados de la evoluciĂłn lenta de estos tumores en los que se reportan enfermedad metastásica Ăłsea y pulmonar cercana a 25% en seguimientos hasta de 25 años.22 Otros tumores benignos Existe un gran nĂşmero de lesiones tumorales o seudotumorales que se presentan en cabeza y cuello con menor frecuencia que los descritos, o son menos representativos y con los que el diagnĂłstico diferencial no es sencillo con la simple anamnesis y la exploraciĂłn fĂsica aun siendo complementadas con los estudios diagnĂłsticos descritos, y muchos de ellos sĂłlo podrán precisarse con el estudio histolĂłgico del nĂłdulo o nĂłdulos resecados o por la punciĂłn de biopsia con aguja fina. Con ellos se puede hacer el siguiente listado: • • Quistes tĂmicos. Quistes paratiroideos. CapĂtulo 9 Cabeza y cuello • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Teratomas. Tumores vasculares. Higromas quĂsticos. Encefaloceles. Leucoplasias y queratosis. Papilomas. PĂłlipos nasales. Lesiones fibrosas. Tumores de mĂşsculos estriados. Tumores de nervios perifĂ©ricos. Tumores de cĂ©lulas granulosas. Lesiones no dentales del maxilar inferior. Lesiones larĂngeas. Laringocele. Membranas larĂngeas. NĂłdulos vocales. LuxaciĂłn aritenoidea. Ăšlceras por contacto. Infecciones de cabeza y cuello. Tumores de las glándulas salivales Las glándulas salivales se encuentran alrededor de la boca. Producen saliva, que humecta los alimentos para ayudar con la masticaciĂłn y la degluciĂłn. La saliva contiene enzimas que comienzan el proceso de digestiĂłn y ayuda a limpiar la boca por lavado de las bacterias y partĂculas de alimentos. Al mantener la boca hĂşmeda, la saliva ayuda a conservar las dentaduras postizas, retenedores y otros aparatos ortopĂ©dicos en su lugar. Las glándulas salivales mayores son las parĂłtidas, submaxilares y sublinguales; en tanto que las glándulas menores son aproximadamente 400 a 700 glándulas que se distribuyen por toda la cavidad oral y la nasofaringe, por lo regular, todas ellas drenan a la boca. Los tumores de estas glándulas representan de 1 a 3% de los tumores que ocurren en el organismo. Predominan en la edad adulta y son poco frecuentes en los niños. Los tumores más comunes son derivados del tejido epitelial y con menos frecuencia del tejido mesenquimal de las glándulas. Alrededor de 80% de estos tumores se ubica en la glándula parĂłtida; 10-15% en la glándula submandibular, y 5-10% en la glándula sublingual y glándulas salivales menores. Tanto 80% de las neoplasias de parĂłtida, como 50% de los tumores submandibulares son benignos. En cambio, la mayorĂa de los tumores sublinguales y de glándulas salivales menores son malignos. La mayorĂa de los tumores malignos se presentan entre la quinta y la sexta dĂ©cadas de la vida; sĂłlo 2% lo hace en menores de 10 años, y 16% en menores de 30 años.23 La frecuencia difiere de los reportes en diversas áreas geográficas y diferentes grupos Ă©tnicos, y sugieren que tales observaciones pueden estar relacionadas con diferencias raciales.24 En su etiologĂa se han relacionado con causas virales. Contacto con el asbesto, productos de hule o exposiciĂłn a metales en diversas ocupaciones y se han relacionado con factores estrogĂ©nicos. Aunque en realidad, poco es lo que se conoce sobre la etiologĂa de estos tumores. A diferencia de otras neoplasias de la cabeza 141 Cuadro 9-1. ClasificaciĂłn de adenomas pleomorfos en tumores benignos y malignos Benignos Tumor mixto benigno (adenoma pleomorfo) Tumor de Warthin (cistoadenoma papilar linfomatoso) LesiĂłn linfoepitelial benigna Oncocitoma Adenoma monomĂłrfico Malignos Tumor mixto maligno Carcinoma adenoide quĂstico Adenocarcinoma Carcinoma mucoepidermoide Carcinoma de cĂ©lulas acinares Carcinoma epidermoide y del cuello, el tabaco y el alcohol no se relacionan con el desarrollo de cánceres de glándulas salivales. Tampoco se les asocia con una historia de parotiditis, litiasis o traumatismos como factores predisponentes. En cambio, se destaca que la radioterapia en bajas dosis favorece la apariciĂłn de tumores en las glándulas salivales; estos tumores afectan en 75 a 89% a la glándula parĂłtida, y cuando se originan en las glándulas salivales menores ocurren con frecuencia en el paladar. Curiosamente, en las glándulas mayores es más probable que la lesiĂłn sea de naturaleza benigna, en tanto que las glándulas menores de la lengua, del piso de la boca y el trĂgono retromaleolar son especialmente propensas a ser lesiones malignas. Los tumores de las glándulas salivales menores son raros y constituyen entre 2 a 3% de los tumores malignos de la vĂa aĂ©rea y digestiva superior, son poco comunes antes de los 20 años y raros antes de los 10; su localizaciĂłn más frecuente es en paladar duro, cavidad nasal y senos paranasales. Entre más pequeña sea una glándula salival hay más probabilidad de una tumoraciĂłn maligna El adenoma pleomorfo (tumor mixto benigno) constituye aproximadamente 80% de los tumores benignos, y ocupa la mitad de los tumores de las glándulas salivales. En la clasificaciĂłn de la OrganizaciĂłn Mundial de la Salud el listado es muy extenso, se divide en adenomas o tumores benignos, carcinomas y lesiones seudotumorales, que se sintetizan en el cuadro 9-1. Lesiones seudotumorales Sialoadenosis, oncocitosis, sialometaplasia necrosante, lesiĂłn linfoepitelial benigna y quiste de glándula salival. DiagnĂłstico Los antecedentes patolĂłgicos son relevantes, y el antecedente de VIH hace sospechar de lesiones linfoepiteliales y linfomas. El cuadro clĂnico no es particularmente expresivo y suele transcurrir un lapso considerable entre la apariciĂłn del tumor y el proceso diagnĂłstico. Los sĂntomas comunes son aumento de volumen, dolor, compromiso del nervio facial, voz engolada y trismus. El dolor en episodios repetidos, acompañado de tumefacciĂłn glandular, sugiere un proceso inflamatorio o una obstrucciĂłn al flujo salivar antes que una neoplasia. El dolor continuo o el dĂ©ficit nervioso son poco frecuentes y están siempre relacionados con un proceso maligno. 142 CirugĂa 2 Los tumores parotĂdeos benignos se presentan como una masa mĂłvil, blanda o ligeramente indurada que se localiza debajo del pabellĂłn auricular y eleva de manera caracterĂstica el lĂłbulo de la oreja. Una quinta parte de los tumores malignos ocasionan parálisis facial y se constituye asĂ en un signo de mal pronĂłstico. Los tumores salivales mĂşltiples son raros. La exploraciĂłn de la cavidad bucal es en especial importante, asĂ como exprimir la glándula tumefacta para observar las propiedades de la saliva. Los estudios de imagen permiten localizar con exactitud la magnitud de la lesiĂłn y sus relaciones con los delicados elementos anatĂłmicos de la regiĂłn, pueden auxiliar en la identificaciĂłn de las masas sĂłlidas o quĂsticas y la presencia de zonas de necrosis o determinar el carácter infiltrante de la lesiĂłn o su carácter multilocular. De mayor ayuda en el diagnĂłstico es la tomografĂa de cabeza y cuello para determinar tamaño, extensiĂłn y descartar invasiĂłn Ăłsea. Desde el punto de vista del diagnĂłstico oncolĂłgico, la biopsia incisional está contraindicada por el riesgo de diseminaciĂłn; de manera similar lo está la biopsia con aguja de Silverman. La citologĂa por punciĂłn con aguja fina no ha demostrado producir diseminaciĂłn, por lo que cada dĂa incorpora más adeptos, es de gran utilidad y permite conocer el diagnĂłstico con una sensibilidad de 95% y especificidad de 98%. Como regla general, deberĂa plantearse que la biopsia mĂnima de un tumor de lĂłbulo superficial de parĂłtida es la parotidectomĂa superficial; en cambio, si se ubica en el lĂłbulo profundo, es la parotidectomĂa total. EstadificaciĂłn Como es habitual, el estadio se determina por el tamaño, estado ganglionar y metástasis, Ă©ste, por sĂ mismo, determina el pronĂłstico del paciente pero tambiĂ©n conviene considerar por separado los otros factores que inciden sobre la supervivencia (cuadro 9-2). Cuadro 9-3. Estrategia quirĂşrgica en el tratamiento de los tumores de la parĂłtida Tratamiento El tratamiento de los tumores benignos y malignos en glándulas salivales mayores o menores es quirĂşrgico,25 y debe realizarse la resecciĂłn de parĂłtida, submandibular o sublingual, prefiriendo una acciĂłn escisional, y en sospecha de linfoma o irresecable, biopsia incisional. En tumores del lĂłbulo profundo parotĂdeo o Cuadro 9-2. ClasificaciĂłn por estadios de tumores en glándulas salivales Estadio que compromete ambos lĂłbulos, es mejor realizar una parotidectomĂa total. La presencia de metástasis cervicales en tumores de glándulas salivales es de mal pronĂłstico, y la disecciĂłn radical modificada está indicada seguida de radioterapia. Las metástasis no palpables (metástasis ocultas) están presentes en un alto porcentaje que va desde 20 a 50% en relaciĂłn con el tamaño del tumor primario y grado de malignidad. En la actualidad se justifica la disecciĂłn electiva en tumores mayores de 4 cm sin importar si son de bajo grado o en tumores de alto grado sin importar el tamaño. La indicaciĂłn de radioterapia posterior a cirugĂa se plantea cuando hay márgenes quirĂşrgicos positivos, tumor primario avanzado y alto grado de malignidad, compromiso de nervio facial o de lĂłbulo profundo en parĂłtida, ganglios positivos y cuando se produce “siembra” del tumor en la operaciĂłn por rotura de su cápsula. En los tumores de glándulas salivales menores, la resecciĂłn en tejido sano debe ser la intenciĂłn primaria, sean benignos o malignos; la enucleaciĂłn tumoral es inadecuada y hay recurrencia en 90%. En tumores de paladar duro o senos paranasales, el cirujano debe estar preparado para realizar resecciĂłn Ăłsea, ya sea de paladar o de maxilar para tener márgenes libres de tumor; esta situaciĂłn debe ser planteada al paciente y aceptada, e incluso a su entorno familiar más prĂłximo. Un tumor en el lĂłbulo profundo de la parĂłtida, sea benigno o maligno, con frecuencia no puede abordarse por la vĂa habitual preauricular, y debe recurrirse a algĂşn tipo de mandibulotomĂa que da una buena exposiciĂłn. Estos tumores pueden manifestarse con abombamiento del paladar, ya que son tumores que ocupan la fosa pterigomaxilar o el espacio parafarĂngeo. En estos casos es esencial la tomografĂa axial o IRM, que proporcionan una apreciaciĂłn objetiva de la ubicaciĂłn y extensiĂłn (cuadro 9-3). T MyN I T1 N0 M0 II T2 N0 M0 III T1, T2 o T3 T3 N1 M0 N0 M0 IVA IVB IVC T4a Cualquier T, T4b Cualquier T N0, N1, N2a, b y c, M0 N3 M0 Cualquier N, M1 Tumores benignos LĂłbulo superficial ParotidectomĂa superficial LĂłbulo profundo ParotidectomĂa total conservando el facial Tumor en recidiva ParotidectomĂa total conservando el facial Tumores malignos que no invaden el facial ParotidectomĂa total con conservaciĂłn del facial Tumores malignos que invaden el facial o avanzados ParotidectomĂa total incluyendo el facial Tumores que salen de la celda parotĂdea o con adenopatĂa ParotidectomĂa radical Cuadro modificado del original del Dr. Romeo Fazzini, Profesor de la Asignatura de CirugĂa de la Facultad de Medicina de Buenos Aires. CapĂtulo 9 Cabeza y cuello 143 PronĂłstico La mayorĂa de los tumores de las glándulas salivales no son cancerosos y son de crecimiento lento. La afecciĂłn por lo general se cura con la extirpaciĂłn quirĂşrgica del tumor. SĂłlo en casos excepcionales, el tumor es canceroso y es necesario un tratamiento adicional. La morfologĂa e histologĂa de estos tumores no siempre corresponde con la evoluciĂłn y el pronĂłstico, incluso dentro de neoplasias del mismo tipo histolĂłgico. De esta forma, se ha puesto de manifiesto la limitaciĂłn de la clasificaciĂłn histolĂłgica y el estadiaje clĂnico para realizar un pronĂłstico y predecir la respuesta a un tratamiento.26 Los resultados dependen de la compleja interacciĂłn entre el sitio de origen, la etapa clĂnica y la estirpe histolĂłgica de los tumores, pero los estudios recientes sugieren que la terapia de combinaciĂłn mejora el control local y el pronĂłstico de estos pacientes.27 Tumores malignos del cuello Nivel I I II-IV V VI VII Submentoniano y submandibular Cadena yugular Triángulo posterior Central MediastĂnico II III VI IV V VII Drenaje linfático del cuello Los conocimientos oncolĂłgicos tienen una importancia particular para el mĂ©dico general, por ello se presta atenciĂłn inicial al drenaje linfático del cuello y de su relaciĂłn con la diseminaciĂłn. La topografĂa del cuello se divide en 1) un triángulo anterior limitado por la lĂnea media del borde inferior de la mandĂbula y del borde anterior del esternocleidomastoideo, se subdivide en los triángulos submandibular, submentoniano, carotĂdeo superior y carotĂdeo inferior, y 2) un triángulo posterior formado por el borde posterior del mĂşsculo esternocleidomastoideo, el borde superior de la clavĂcula y el borde anterior del trapecio. A su vez, se subdivide en triángulos supraclavicular y occipital. Los espacios aponeurĂłticos del cuello alojan al sistema linfático. La fascia cervical subcutánea comprende al mĂşsculo cutáneo del cuello; inmediatamente debajo está la fascia o aponeurosis cervical superficial que envuelve entre sus dos hojas a los mĂşsculos trapecios hasta la lĂnea media por detrás y en la porciĂłn anterolateral a los dos esternocleidomastoideos. La fascia o aponeurosis cervical pretraqueal, tambiĂ©n llamada media o intermedia y la aponeurosis prevertebral o aponeurosis profunda.28 En el tejido celular de esos espacios aponeurĂłticos se encuentran normalmente hasta 75 ganglios linfáticos en cada lado del cuello que se distribuyen de modo regular y están organizados en las cadenas yugular profunda y espinal; a su vez, la cadena yugular se divide en grupos superior, medio e inferior, en donde se sigue en forma convencional la siguiente descripciĂłn (figura 9-12): Nivel I: ganglios submentonianos y submandibulares. Nivel II: ganglios yugulares superiores o yugulodigástricos, suboccipitales y mastoideos. Nivel III: ganglios yugulares medios o yugulocarotĂdeos medios. Limitado en su porciĂłn inferior por el mĂşsculo omohioideo. Nivel IV: ganglios yugulares inferiores, yugulocarotĂdeos inferiores o supraclaviculares mediales. Limitado por el mĂşsculo omohioideo en su parte superior y en la inferior por la clavĂcula. Figura 9-12. Niveles de los grupos ganglionares del cuello. Nivel V: ganglios del triángulo supraclavicular o triángulo posterior. Nivel VI: ganglios paratraqueales, pretraqueales y peritraqueales. Nivel VII: ganglios mediastinales. La trascendencia de establecer estos niveles, que a menudo difieren ligeramente entre escuelas de cirugĂa, radica en que los grupos ganglionares reciben los troncos linfáticos de regiones especĂficas y orientan al mĂ©dico o le sugieren el origen de infecciĂłn o la fuente de la diseminaciĂłn en su caso. I. Submentoniano submaxilar: piel facial, porciĂłn anterior de la lengua, labio y boca. II. Cadena yugular superior: cavidad oral, orofaringe, nasofaringe, hipofaringe, laringe. III. Cadena yugular media: cavidad oral, orofaringe, nasofaringe, hipofaringe, laringe, tiroides. IV. Cadena yugular inferior: orofaringe, hipofaringe, laringe, esĂłfago cervical, tiroides. V. Triángulo cervical posterior: piel cabelluda, nasofaringe, laringe y tiroides. VI y VII: tiroides, laringe, esĂłfago cervical, tráquea. Supraclavicular, descartar un primario infraclavicular. Occipital, cuero cabelludo. El cáncer primario de cabeza y cuello en su mayor proporciĂłn son carcinomas de cĂ©lulas escamosas, y el resto se compone de cáncer de la tiroides, tumores de las glándulas salivales, linfomas y otros. Tiene predominio en los varones en proporciĂłn de 4 a 1 y por lo general ocurre despuĂ©s de los 40 años de edad, y el seguimiento 144 CirugĂa 2 de las personas que lo sufren ha demostrado la existencia de un segundo tumor primario hasta en una quinta parte de los casos atendidos. Está demostrado que el uso del tabaco masticado o fumado y el consumo de alcohol son factores de riesgo relacionados con esta patologĂa.29 EstadificaciĂłn de los tumores malignos del cuello El tratamiento se planea con base en las tablas que describen la extensiĂłn anatĂłmica de la enfermedad y que se conoce como estadificaciĂłn de los tumores (TNM). Este sistema es una “notaciĂłn taquigráfica” para describir la extensiĂłn de un tumor maligno y similar a la que se aplica para otros tipos de tumor, e igualmente en ella la T cataloga la extensiĂłn del tumor primario (tamaño del tumor); la letra N se refiere a la ausencia o presencia de metástasis en los ganglios linfáticos regionales (nĂłdulos), y la M a la ausencia o presencia de metástasis a distancia (extensiĂłn de la enfermedad metastásica). En el sistema de estadificaciĂłn del cáncer de la cabeza y cuello existen diferencias relativamente sutiles, pero significativas: en primer lugar, para la T varĂan las caracterĂsticas con las que se describe el sitio primario, por ejemplo: en la boca se estadifica de acuerdo con el tamaño igual que otros tumores, en tanto que en la laringe depende de si afecta a una o ambas cuerdas vocales, la fijeza de las cuerdas y la profundidad. En el cáncer de los senos paranasales se codifica si están localizados al seno o la profundidad de la lesiĂłn, y en los cánceres de la hipofaringe y nasofaringe depende de los sitios afectados. El sistema se hace todavĂa más complejo al consignar otras diferencias en las que los tumores que están localmente avanzados, aun sin nĂłdulos o metástasis que se clasificarĂan como TIV-N0M0 y tienen mal pronĂłstico a pesar de no identificarse diseminaciĂłn linfática; de este modo, al correlacionar la estadificaciĂłn con las tablas de supervivencia se impone diseñar estrategias quirĂşrgicas diferentes que caen en el terreno de las especialidades y que serĂa prolijo tratar de reproducir en esta obra. Por ello, se recomienda al lector interesado la consulta de obras especializadas accesibles en las ligas con las redes de informaciĂłn o en las publicaciones en castellano, como puedan ser: Staging form, American Joint Committee on Cancer, AJCC, 2010. Linfoma de cabeza y cuello Un 80% de los linfomas malignos ocurre en los ganglios linfáticos de la cabeza y cuello, el más conocido es el linfoma Hodgkin, que se observa hasta en 70% de los casos en los ganglios linfáticos cervicales. Linfoma no Hodgkin La afecciĂłn extraganglionar ocurre en 20% de los pacientes con linfoma no Hodgkin, Ă©sta incluye a un grupo de enfermedades con diferente respuesta al tratamiento, y que puede ser: a) Favorable. En los linfomas nodulares y en el linfoma linfocĂti- co bien diferenciado. b) Desfavorable. 1) Linfoma linfocĂtico difuso y poco diferencia- do. 2) Linfoma histiocĂtico difuso. 3) Linfoma indiferenciado difuso y 4) linfoma histiocĂtico nodular. Linfoma Hodgkin Las caracterĂsticas histolĂłgicas de la enfermedad influyen en el pronĂłstico. a) Tipos favorables son aquellos con predominio histolĂłgico de linfocitos o de la variedad esclerosante nodular. b) Tipo de pronĂłstico reservado. Son de tipo celular mixto. c) Tipo desfavorable. Los que tienen disminuciĂłn de linfocitos. Cuadro clĂnico Se manifiesta como un ganglio cervical Ăşnico y agrandado, y el mĂ©dico dirige su atenciĂłn a la bĂşsqueda de una lesiĂłn inflamatoria extraganglionar, pero puede aparecer como varios o muchos ganglios linfáticos de consistencia firme, se describen clásicamente como ahulados. El linfoma Hodgkin se inicia en los ganglios cervicales superiores, en tanto que la enfermedad de Hodgkin se identifica en los ganglios de la cadena cervical. La enfermedad extraganglionar en el linfoma no Hodgkin corresponde a la cabeza y al cuello, en particular al anillo de Waldeyer, otros sitios son los senos paranasales, cavidad nasal, la Ăłrbita y las glándulas salivales. La mitad de los pacientes con Hodgkin sufren fiebre, sudoraciĂłn, reducciĂłn de peso y malestar general. DiagnĂłstico Por lo general, se llega al diagnĂłstico al hacer el estudio de la biopsia escisional de un ganglio linfático infartado, y en caso de haber varios ganglios se debe preferir la toma del más grande. La endoscopia siempre debe anteceder a la biopsia de un ganglio linfático con la finalidad de identificar una fuente extraganglionar primaria, como pudiera ser un tumor epitelial primario. La biopsia por congelaciĂłn es Ăştil en el diagnĂłstico de cáncer de cĂ©lulas escamosas, pero para el diagnĂłstico del linfoma es de poco valor. Como en todos los tumores, la estadificaciĂłn es importante para conocer la magnitud de la diseminaciĂłn del linfoma. Una vez hecho el diagnĂłstico por biopsia el estudio debe completarse con auxiliares de diagnĂłstico, como tomografĂa axial computarizada del tĂłrax, abdomen, biopsia de hueso y mĂ©dula Ăłsea. Segundos tumores primarios Los pacientes que han sufrido tumores orales y larĂngeos están predispuestos en 14% de los casos a presentar un segundo tumor primario dentro de los primeros dos años del diagnĂłstico original. Cuando ocurre dentro de los primeros seis meses, se les considera neoplasias sincrĂłnicas, es decir, que ocurrieron al mismo tiempo, y si se detectan despuĂ©s de los seis meses se les dice CapĂtulo 9 Cabeza y cuello metacrĂłnicas.30 Estos tumores ocurren en forma concomitante y no son ninguna sorpresa, puesto que las causas subyacentes son las mismas que desencadenaron el anterior y se observan en sitios cercanos o relacionados, como son el pulmĂłn o el esĂłfago. La incidencia y el sitio del segundo primario dependen de muchos factores, entre ellos las mismas causas desencadenantes. En los estudios de gabinete que se hacen para apoyo diagnĂłstico preoperatorio se ha incluido para el estudio de los tumores de esta regiĂłn la panendoscopia con la finalidad de descartar la presencia de segundos primarios sincrĂłnicos y hacer una correcta estrategia de tratamiento.31 Tumores del tracto nasofarĂngeo y laringe Cavidad oral El cáncer de cavidad oral es el tercero en frecuencia de los cánceres de cabeza y cuello, sĂłlo despuĂ©s del cáncer de piel y tiroides; 65% se diagnostican en etapas avanzadas, por lo que su tratamiento tiene una importante repercusiĂłn en la estĂ©tica y funciĂłn; 90% de los casos se originan de los efectos del tabaco y el alcohol. TambiĂ©n se ha relacionado con la infecciĂłn por virus del papiloma humano (VPH) tipo 16. En el caso del cáncer de labio, la exposiciĂłn de rayos ultravioleta B del Sol es un factor causal. Las lesiones premalignas son leucoplaquia, eritroplaquia e hiperplasia verrucosa, las cuales culminan en carcinoma invasor en 30, 40 y 15%, respectivamente. Los tumores malignos más frecuentes corresponden a carcinomas epidermoides (65%), mucoepidermoides (8%) y adenoideoquĂsticos (2%). Los cánceres de cavidad oral crecen, invaden y destruyen estructuras locales y adyacentes, como mandĂbula e incluso la base de cráneo. Suelen diseminarse por vĂa linfática hacia los ganglios del cuello: submentonianos, submaxilares, yugulodigástricos y yugulares medios (niveles I, II, III). Las metástasis a distancia se asocian a tumores avanzados y recurrentes en 15 a 20%. Los Ăłrganos más afectados son pulmĂłn, hĂgado y hueso. En la cavidad oral los sitios son: mĂłvil de la lengua, encĂa, labio, piso de boca, paladar duro, mucosa bucal y finalmente trĂgono retromolar. La manifestaciĂłn más comĂşn es una lesiĂłn no dolorosa de inicio superficial y pequeña, que evoluciona a una lesiĂłn elevada o ulcerada y profunda. Cuando presenta dolor se relaciona con invasiĂłn neural. El tratamiento consiste en erradicar la enfermedad quirĂşrgicamente, y en lo posible preservar la estĂ©tica y la funciĂłn. Esto se logra en tumores diagnosticados en etapas tempranas. Otra opciĂłn de tratamiento es la radioterapia que tiene la ventaja de preservar la integridad de los tejidos y su funciĂłn, pero conlleva diversos efectos secundarios, como es la inflamaciĂłn de la mucosa, disfunciĂłn de glándulas salivales llevando boca seca permanentemente. En tumores de mayor dimensiĂłn pero que aĂşn se consideran resecables, el tratamiento multimodal iniciando con quimioterapia y radioterapia se obtiene reducciĂłn de tamaño tumoral para 145 despuĂ©s realizar una resecciĂłn quirĂşrgica de la lesiĂłn conservando mayor tejido residual y mejorar asĂ los resultados cosmĂ©ticos y funcionales. En pacientes con tumores irresecables en quienes la resecciĂłn completa es improbable o bien las complicaciones secundarias a Ă©sta son inaceptables, el tratamiento consiste en quimioterapia y radioterapia concomitantes. En caso de que se reduzca el tamaño tumoral con el tratamiento establecido y se considere resecable, debe resecarse quirĂşrgicamente. Orofaringe Los tumores más frecuentes en la orofaringe son: carcinoma epidermoide, adenoescamoso y linfoma. La ingesta de alcohol y tabaco incrementan hasta 40 veces el riesgo de presentar cáncer en este sitio. En orden de frecuencia, los sitios más afectados son base de lengua, fosa amigdalina, pilares amigdalinos, paladar blando y pared posterior. Por su sitio anatĂłmico de difĂcil acceso, el tratamiento de estos tumores en etapa temprana se basa en la radioterapia; sin embargo, en etapa tardĂa debe tratarse con quimioterapia y radioterapia concomitante. Nasofaringe La nasofaringe es el espacio de forma cĂşbica que conecta las coanas posteriores con la orofaringe. Los tumores de la nasofaringe se han reportado en 1 por cada 100 000 habitantes en poblaciĂłn que no es de origen chino, en poblaciĂłn de origen chino incrementa su incidencia a 150 por cada 100 000 habitantes. Su desarrollo se ha relacionado con infecciĂłn por virus de Epstein-Barr y exposiciĂłn a polvo de maderas. El sitio anatĂłmico donde se origina con mayor frecuencia es la fosita de RosenmĂĽller, localizada detrás del sitio donde desemboca la trompa de Eustaquio en la nasofaringe. Los tumores más frecuentes son el carcinoma epidermoide y linfomas. Existe una red linfática importante en la nasofaringe, lo que explica su gran diseminaciĂłn hacia ganglios linfáticos, lo cual es la primera manifestaciĂłn del tumor hasta en 87% de los casos y con frecuencia es bilateral. Otras manifestaciones propias del tumor son epistaxis, obstrucciĂłn nasal, disfunciĂłn del III, IV y VI pares craneales por su invasiĂłn por contigĂĽidad. El tratamiento consiste en radioterapia a nasofaringe y al cuello bilateralmente, debido al gran porcentaje de afectaciĂłn ganglionar. En estos tumores la cirugĂa está reservada sĂłlo a casos donde las metástasis ganglionares cervicales permanezcan viables despuĂ©s de terminar tratamiento con radioterapia. Laringe La laringe se localiza inmediatamente debajo de la faringe, con la que se comunica, su funciĂłn primaria es la conexiĂłn de los tractos digestivo y respiratorio al mismo tiempo que impide la entrada de alimentos y de saliva a las vĂas respiratorias. Cumple funciones al facilitar la tos y la maniobra de Valsalva, al mismo 146 CirugĂa 2 tiempo que trabaja como caja de resonancia en la fonaciĂłn, pero su funciĂłn primordial es la protecciĂłn de la vĂa respiratoria. Se divide anatĂłmicamente en la porciĂłn supraglĂłtica, la glotis y la subglotis. La supraglĂłtica incluye la epiglotis, los pliegues aritenoepiglĂłticos y las falsas cuerdas vocales, la laringe glĂłtica comprende las cuerdas vocales y la laringe subglĂłtica se extiende del borde inferior de las cuerdas vocales hasta el borde inferior del cricoides. La laringe contiene tres pares de cartĂlagos: aritenoides, cuneiformes y los corniculados. Hay otros tres cartĂlagos impares: tiroideo, cricoideo y epiglotis. Estos cartĂlagos están formados de cartĂlago hialino y se llegan a osificar en la vida adulta, en tanto que la epiglotis es de cartĂlago elástico. Las articulaciones cricoaritenoideas y cricotiroideas tienen una sinovial verdadera. Todas estas estructuras están cubiertas por el epitelio respiratorio que es de tipo cilĂndrico y seudoestratificado y ciliado, exceptuando las porciones expuestas a trauma constante que son el borde de la epiglotis, los pliegues aritenoepiglĂłticos y las cuerdas vocales que están cubiertos por epitelio escamoso no queratinizante. La laringe recibe irrigaciĂłn por las arterias tiroidea superior e inferior, ricamente anastomosadas, y sus linfáticos drenan a los ganglios a las cadenas yugulares superior, media e inferior; aunque la laringe subglĂłtica drena a los ganglios inferiores y medios de la misma cadena, asĂ como a los ganglios paratraqueales y traqueoesofágicos. La inervaciĂłn motora está dada por los nervios recurrentes y larĂngeos superiores, y la inervaciĂłn sensitiva por los vagos a travĂ©s de los dos recurrentes. Cáncer de laringe Constituye 2% de las neoplasias malignas, es más frecuente en hombres que en mujeres 4.5:1, esto se ha modificado, pues en el pasado la incidencia en hombres es mayor, pero cada vez fuman más las mujeres. Es más frecuente en afroamericanos, y se presenta más en la sexta dĂ©cada de la vida, y rara vez en jĂłvenes. El principal factor de riesgo es el tabaquismo, el alcoholismo tiene un efecto sinĂ©rgico para el desarrollo de cáncer de laringe, otros factores de riesgo son el abuso de la voz, laringitis crĂłnica, reflujo gastroesofágico, exposiciĂłn a polvos de madera. AnatomĂa patolĂłgica: 95% de los cánceres de la laringe son epidermoides, el resto son sarcomas, adenocarcinomas, melanomas y tumores neuroendocrinos. Cuadro clĂnico diografĂa de tĂłrax y estudios de laboratorio completos para poder etapificar. Tratamiento En etapas tempranas, la cirugĂa conservadora de voz y la radioterapia producen resultados semejantes en tĂ©rminos de control local y supervivencia; sin embargo, en etapas avanzadas el tratamiento es multidisciplinario con base en cirugĂa radical cuando el tumor es resecable seguida de radioterapia. En tumores irresecables el tratamiento es a base de quimiorradioterapia concomitante, si el tumor se hace resecable se considera la cirugĂa. Cáncer tiroideo El cáncer de tiroides es la neoplasia endocrina más comĂşn, e incluye el cáncer diferenciado, cáncer medular y anaplásico, con grandes diferencias en cuanto al pronĂłstico. El cáncer diferenciado representa 83%, el medular 15% y el anaplásico menos de 5%. Cáncer diferenciado Incluye al carcinoma papilar y al carcinoma folicular, es el más frecuente y de mejor pronĂłstico, más comĂşn en la mujer en una relaciĂłn 4.4:1. El carcinoma papilar representa 80.4% de todos los cánceres tiroideos, y el folicular sĂłlo 2.4%. Se ha asociado a la exposiciĂłn a radiaciones y a la deficiencia de yodo. Se mantiene confinado a la tiroides por largo tiempo, las metástasis a distancia son raras y se presentan en pulmĂłn, hueso, hĂgado y cerebro. Las metástasis ganglionares son comunes sobre todo en jĂłvenes; sin embargo, tienen un impacto mĂnimo en el pronĂłstico. Cuadro clĂnico Se manifiesta como un nĂłdulo tiroideo asintomático. En aquellos de comportamiento invasivo se puede manifestar como disfonĂa, disnea o esputo hemoptoico. DiagnĂłstico Es necesaria la realizaciĂłn de un ultrasonido tiroideo para el abordaje de un nĂłdulo tiroideo, y en caso de encontrarse datos sugestivos de malignidad (lesiĂłn sĂłlida, hipoecogĂ©nica, vascularidad central) se debe realizar una biopsia por aspiraciĂłn con aguja fina. Si la biopsia no es concluyente, es necesario para el diagnĂłstico la hemitiroidectomĂa que incluya al nĂłdulo tiroideo. Los tumores de la supraglotis y subglotis no ocasionan sĂntomas y se detectan por adenomegalias cervicales que causan disfonĂa o disnea, por lo general son en etapas avanzadas, a diferencia de los de la glotis, que se diagnostican en etapas más tempranas al presentarse cambios en la voz. EtapificaciĂłn DiagnĂłstico El manejo es quirĂşrgico en caso de cáncer diferenciado de tiroides menores de 2 cm y en pacientes menores de 45 años, confinado a la tiroides; el tratamiento puede consistir en una hemitiroidectomĂa del lĂłbulo afectado, en todos los que no cumplan con Se realiza por laringoscopia directa con toma de biopsia, dentro de los estudios de extensiĂłn se solicita tomografĂa de cuello, ra- Estos tumores se clasifican de acuerdo con la AJCC en base al TNM, que no se revisará en esta obra como se expuso antes. Tratamiento CapĂtulo 9 Cabeza y cuello estos requisitos se deberá realizar tiroidectomĂa total y 131I con supresiĂłn de hormona estimulante de la tiroides. En pacientes con alto riesgo para recaĂda, como lo es invasiĂłn capsular, compromiso ganglionar, extensiĂłn extratiroidea, se deberá dar tratamiento complementario con 131I. La radioterapia externa se utiliza sĂłlo en caso de enfermedad macroscĂłpica residual que no pueda ser resecada. Cáncer medular Constituye 15% de los cánceres de tiroides, y se presenta asociado a ne