Cuento "Línea de gol" PDF
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Este cuento describe una discusión entre dos niños sobre una jugada en un partido de fútbol. La situación muestra como la perspectiva puede afectar la visión de un problema, un concepto que enseña sobre la importancia de la comunicación y la comprensión en situaciones de conflicto.
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“Línea de gol” Era el recreo en el colegio, y como siempre, los chicos y chicas de sexto estaban en el patio de los mayores jugando al fútbol. Sin embargo, aquel día surgió un problema. Marcos, que estaba jugando como portero, detuvo un tiro de Carla justo en la línea de la portería. Carla comenzó...
“Línea de gol” Era el recreo en el colegio, y como siempre, los chicos y chicas de sexto estaban en el patio de los mayores jugando al fútbol. Sin embargo, aquel día surgió un problema. Marcos, que estaba jugando como portero, detuvo un tiro de Carla justo en la línea de la portería. Carla comenzó a celebrar. —¡Gol! ¡Entró! —gritó emocionada, levantando los brazos. Pero Marcos negó con vehemencia. —¡No entró! ¡Lo paré justo a tiempo! Carla se detuvo y lo miró con incredulidad. —¡Claro que entró! Desde donde estoy se ve clarísimo. Marcos se puso las manos en la cintura. —Pues desde aquí se ve igual de claro que no entró. La discusión subió de tono. Sus compañeros comenzaron a rodearlos, unos apoyando a Carla, otros a Marcos. La situación estaba a punto de salirse de control. —Si no me crees, ven aquí y mira desde mi lado. —dijo Marcos finalmente, cruzando los brazos. Carla, aunque molesta, decidió aceptar. Caminó hasta la portería, se colocó donde estaba Marcos y miró la línea. Al observar desde su perspectiva, dudó. —Bueno… desde aquí parece que no entró del todo. Marcos, al ver que Carla lo estaba intentando, tuvo una idea. —Espera, déjame ir a donde estabas tú para ver qué viste. Cambiaron de lugar, y ahora Marcos miró desde la posición de Carla. Se quedó pensativo. —Pues… desde aquí parece que sí entró. Ambos se miraron, un poco avergonzados. Marcos fue el primero en reír. —Parece que los dos teníamos razón. Carla asintió, sonriendo también. —Y también los dos estábamos equivocados. Al final, decidieron seguir jugando, pero con una nueva regla: en caso de duda, todos votarían antes de empezar una discusión. Y aquel día aprendieron que las cosas pueden verse muy distintas según dónde estés mirando.