Summary

Este documento presenta un contenido científico sobre apoyo psicosocial en el entorno escolar. Se definen conceptos clave, se analizan los beneficios del apoyo psicosocial en la escuela y se destaca el rol de los docentes. El texto cubre temas como las competencias socioemocionales, la empatía y la autoestima, proporcionando estrategias para su desarrollo.

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CONTENIDO CIENTÍFICO 1. Introducción al Apoyo Psicosocial y su Importancia. 1.1 Definición y conceptos clave del apoyo psicosocial. Se entiende como un grupo de servicios que ayudan a las personas a recuperarse o a reducir el daño emocional y psicológico que pueden sufrir debido a eventos tra...

CONTENIDO CIENTÍFICO 1. Introducción al Apoyo Psicosocial y su Importancia. 1.1 Definición y conceptos clave del apoyo psicosocial. Se entiende como un grupo de servicios que ayudan a las personas a recuperarse o a reducir el daño emocional y psicológico que pueden sufrir debido a eventos traumáticos. Estos daños pueden afectar no solo a los individuos, sino también a sus familias y comunidades. Además, es importante considerar las condiciones sociales e históricas del lugar donde se brinda este apoyo, así como los deseos y aspiraciones de las personas que viven allí. (UNICEF, 2020) Lo psicosocial combina los aspectos mentales y sociales de la vida y las relaciones humanas. Los problemas sociales y las dificultades psicológicas están siempre conectados entre sí. Por eso, se habla de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS) como un conjunto de métodos y enfoques que buscan promover el bienestar completo de las personas. (Novoa, 2020). El concepto del apoyo social puede entenderse desde tres perspectivas: estructural, funcional y contextual (Narvaez & Obando , 2021) Estructural: Comprende el conjunto de provisiones instrumentales, bien sean reales o percibidas, del individuo a la comunidad o personas significativas. Funcional: Hace referencia a las aportaciones materiales, informacionales y emocionales que un individuo recibe de su red social. Contextual: Centra su interés en las condiciones situacionales del apoyo social percibido, siendo este un predictor del bienestar de las personas. (Uribe, 2016) La salud mental y el apoyo psicosocial se refieren a la ayuda que protege o mejora el bienestar emocional y social, así como a la prevención y tratamiento de problemas mentales. Este enfoque es importante para cualquier persona que trabaje en programas que busquen mejorar la salud mental de otros, incluyendo profesionales de la salud, educadores y líderes comunitarios. (IASC, 2019) El apoyo psicosocial ayuda a disminuir los efectos de las demandas y el estrés que enfrenta una persona, además de crear condiciones que favorecen la mejora de su calidad de vida. También se sugiere que existe una conexión entre el apoyo social, el ambiente escolar y la percepción de los conflictos. (Narvaez & Obando , 2021) 1.2 Beneficios del apoyo psicosocial en el entorno escolar. Los procesos educativos son siempre un factor protector para el individuo, especialmente a niños, niñas y adolescentes. Por lo tanto, la reactivación de la educación debe ser vista como un aspecto fundamental en situaciones de emergencia, desastre o catástrofe. Después de una emergencia, pueden ocurrir desplazamientos, desintegración de las estructuras familiares y sociales, violencia y falta de acceso a servicios básicos, lo que puede llevar a una vulnerabilidad extrema en la comunidad educativa. (Ministerio de educación, 2020) En el ámbito escolar, el clima social escolar, referido al conjunto de características psicosociales de un centro educativo, permeadas por las dinámicas interpersonales, estructurales y funcionales, las cuáles pueden facilitar u entorpecer los procesos de adaptación, interacción y aprendizaje de los miembros de una comunidad educativa, donde se buscan nuevos amigos, se reafirma la identidad y se logra reconocimiento social (Narvaez & Obando , 2021) Para Ruiz y Merino (2009) dentro de la realidad de los contextos educativos, se relaciona y atribuye el éxito o fracaso escolar a las limitaciones del entorno familiar, es decir, que la deprivación cultural en estos contextos está en función del análisis de las carencias que tienen los alumnos frente a la socialización primaria en el entorno familiar; (Narvaez & Obando , 2021) Narváez (2019) sostiene que no sólo el ámbito familiar repercute en la forma como el individuo se aprovisiona de herramientas y recursos que permitan su socialización y desarrollo. Es allí donde el apoyo social se constituye en un constructo fundamental, al momento de comprender cómo los sistemas familiar, educativo y escolar proveen o no las condiciones informativas, afectivas o instrumentales, para el desarrollo del individuo en los contextos cotidianos (Narvaez & Obando , 2021) En este contexto es donde se puede dar el estrés académico, el cual autores como Barraza (2006) lo conceptualizan como un proceso sistémico, de carácter adaptativo y esencialmente psicológico, que se presenta cuando el estudiante se ve sometido, en contextos escolares, a una serie de demandas que bajo la valoración del propio alumno son considerados estresores; cuando estos estresores provocan un desequilibrio sistémico (situación estresante) que se manifiesta en una serie de síntomas (indicadores del desequilibrio); y cuando este desequilibrio obliga al alumno a realizar acciones de afrontamiento (output) para restaurar el equilibrio sistémico. Ejemplo: Los beneficios del apoyo psicosocial en el entorno escolar de un niño con violencia intrafamiliar. Mejora del Rendimiento Académico: El niño puede experimentar dificultades para concentrarse en clase debido al estrés y la ansiedad que siente en casa. Si la escuela ofrece apoyo psicosocial, como consejería o programas de bienestar emocional, el niño puede aprender a manejar sus emociones y recibir estrategias para enfocarse en sus estudios. Reducción del Estrés y la Ansiedad: Si la escuela implementa un programa de apoyo psicosocial, como sesiones de terapia grupal o individual, el niño puede tener un espacio seguro para expresar sus sentimientos y preocupaciones. Fortalecimiento de Relaciones Interpersonales: Promueve un ambiente de apoyo y respeto, a través de actividades de integración y dinámicas grupales, el niño puede comenzar a construir relaciones positivas con sus compañeros. Por ejemplo, participar en actividades extracurriculares puede ayudar al niño a desarrollar amistades, lo que es crucial para su bienestar emocional. 1.3 Rol de los docentes en el apoyo psicosocial El rol docente como mediador y gestor de la convivencia, se destaca la necesidad de promover los programas de formación para los docentes. Por lo tanto, los autores (Carpio, 2012; Carpio et al., 2013; Penalva et al., 2013;) enfatizan en estrategias de intervención, orientadas al desarrollo de actividades a nivel de aula y de centro, así como el trabajo curricular mediante el aprendizaje cooperativos donde se fomente el trabajo en grupo. (Soto & Reyes, 2022) Los docentes orientadores, son aquellos que han pasado de ser instructores a tutores. Es preciso mencionar que el rol del docente orientador no sólo está direccionado a la intervención sino también a la resolución de conflictos y procesos conciliatorios escolares. Al respecto, Macias (2017) menciona que los docentes orientadores, permiten orientar su enseñanza para mejorar el aprendizaje y el clima de convivencia, modificando su discurso didáctico y utilizando recursos semióticos cuya finalidad varía en función del momento en que aparecen (Soto & Reyes, 2022) El rol del docente en el apoyo psicosocial es fundamental para el bienestar integral de los estudiantes, ya que son los primeros en identificar necesidades emocionales y sociales. Al crear un ambiente seguro y de confianza, los docentes facilitan la comunicación abierta, permitiendo a los estudiantes expresar sus preocupaciones. Además, pueden ofrecer acompañamiento emocional y referir a profesionales especializados cuando es necesario. 1. Desarrollo de Habilidades Socioemocionales. 1.1. Identificación y desarrollo de competencias socioemocionales. Las competencias socioemocionales son un conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes que permiten a las personas entender, expresar y regular sus emociones, así como interactuar de manera efectiva con los demás. Estas competencias son fundamentales para el desarrollo personal y social, especialmente en niños, niñas y adolescentes (Novoa, 2020). Las competencias socioemocionales incluyen habilidades como: Autoconocimiento: Comprender las propias emociones, intereses y valores. Autocontrol: Regular las emociones y comportamientos para alcanzar metas. Empatía: Reconocer y entender las emociones de los demás. Habilidades sociales: Establecer y mantener relaciones saludables. Toma de decisiones responsables: Evaluar las consecuencias de las decisiones en función de valores éticos y sociales 1.2. Estrategias para fomentar la empatía, la autoestima y la autoconciencia Empatía El cómo se habla con las personas siempre es importante, pero cómo se les escucha, puede serlo aún más. La escucha activa y responsable es el elemento central que ayuda a conocer las experiencias, emociones, pensamientos y circunstancias que viven estudiantes e identificar sus necesidades. De esta manera se logra actuar de manera más pertinente, basándose en las necesidades e intereses de la persona. (Novoa, 2020) Una escucha activa y responsable implica escuchar con todos los sentidos, estar totalmente concentrada en lo que la persona comunica, estar presente para la persona en todo sentido, sobrellevar los silencios y no interrumpir, aunque se tengan ganas de hablar. En la escucha activa, el centro es la persona a la que se escucha, por lo que se debe de permitir que dicha persona exprese lo que desee, y la persona que escucha debe de invitar a que la persona comparta, siendo respetuosa, empática y estando totalmente presente para la persona (Novoa, 2020). Escuchar: atentamente a la persona, tanto lo que dice, como lo que transmite con su lenguaje corporal (posiciones, gestos, tonos de voz). Parafrasear: Es hacer verificar o expresar con las propias palabras lo que entendemos que la persona nos acaba de decir. (p.ej., “Entiendo, lo que le preocupa es…”). Resumir: Es hacer una breve descripción sobre lo que se ha compartido por parte de la persona que escuchamos, para conocer si hemos entendido los aspectos centrales del mensaje que se ha trasmitido. Verificar el mensaje que se ha recibido, ya sea haciendo preguntas para confirmarlo y mostrando interés por lo que se ha compartido, tratando de entenderlo desde el punto de vista de quien nos comparte. Autoestima Establecimiento de Metas Realistas: Fijar objetivos alcanzables permite a las personas experimentar un sentido de logro, lo que refuerza la confianza en sí mismas. Celebrar los éxitos, tanto grandes como pequeños, es fundamental para fortalecer la autoestima. Autoconocimiento y Reflexión: Fomentar la autorreflexión ayuda a los individuos a explorar sus emociones, valores y fortalezas. Actividades como la escritura de diarios o la meditación pueden ser útiles para desarrollar una imagen positiva de uno mismo. Desafiar Pensamientos Negativos: Identificar y cuestionar pensamientos autocríticos es esencial. Reemplazar estos pensamientos con afirmaciones más positivas puede mejorar la percepción de uno mismo, aunque se debe tener cuidado con afirmaciones que no se sientan genuinas. Práctica de la Autocompasión: Tratarse a uno mismo con empatía y comprensión, especialmente tras cometer errores, es fundamental para desarrollar una autoestima saludable. La autocompasión implica apoyarse en lugar de criticarte, lo que ha mostrado resultados positivos en la mejora del bienestar emocional. Ejercicio Regular: La actividad física moderada no solo mejora la salud física, sino que también incrementa la autoestima al liberar endorfinas y reducir el estrés. Un estudio demostró que el ejercicio aeróbico puede tener un efecto positivo en la autoestima a corto plazo. Comunicación Asertiva: Aprender a expresar pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa contribuye a una mejor autoimagen. La comunicación asertiva permite establecer límites y aumentar la confianza en uno mismo. Autoconsciencia Meditación y Mindfulness: La práctica de la meditación, especialmente el mindfulness, ha demostrado ser efectiva para aumentar la autoconciencia. Esta técnica ayuda a las personas a centrarse en el momento presente y a observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que facilita una mayor comprensión de uno mismo. Autoevaluación Reflexiva: Realizar ejercicios de autoevaluación, como escribir un diario personal, permite a los individuos reflexionar sobre sus experiencias y emociones. Este proceso de reflexión ayuda a identificar patrones de comportamiento y áreas de mejora. Ejercicios de Visualización: Practicar la visualización, donde se imagina situaciones específicas y se reflexiona sobre las propias reacciones, puede aumentar la conciencia sobre cómo se responde emocionalmente en diferentes contextos. Establecimiento de Metas Personales: Definir metas personales claras y reflexionar sobre los pasos necesarios para alcanzarlas permite a las personas evaluar sus motivaciones y valores, lo que contribuye al autoconocimiento. 1.3. Actividades prácticas y dinámicas grupales. Las actividades prácticas y dinámicas grupales son herramientas valiosas que los docentes pueden implementar en el aula para fomentar un ambiente de aprendizaje colaborativo y desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes. Estas actividades son especialmente efectivas en el contexto del apoyo psicosocial, ya que ayudan a desarrollar habilidades socioemocionales, mejorar la comunicación y fortalecer las relaciones interpersonales. Actividades Prácticas Dibujo libre: Proporcionar materiales como lápices de colores, crayones y papel para que los estudiantes expresen sus sentimientos sin restricciones. Masas de juego: La plastilina o masa casera permiten moldear emociones y situaciones, facilitando la comprensión y el manejo de las mismas. Diario de emociones: Crear un espacio donde los estudiantes puedan escribir, dibujar o pegar imágenes relacionadas con lo que sienten cada día. Cuentos terapéuticos: Leer historias que aborden temas como la amistad, la tristeza, el miedo, etc., y fomentar la conversación sobre los sentimientos de los personajes. Trabajo en equipo: Realizar actividades grupales que fomenten la cooperación y la colaboración, como construir una torre con bloques o armar un rompecabezas. Respiración profunda: Guiar a los estudiantes en ejercicios de respiración para reducir la ansiedad y promover la calma. Yoga para niños: Introducir posturas simples y divertidas que ayuden a relajar el cuerpo y la mente. Dinámicas Grupales Círculo de Diálogo − Los estudiantes se sientan en un círculo y se les invita a compartir sus pensamientos o sentimientos sobre un tema específico (por ejemplo, "¿Qué significa para ti ser un buen amigo?"). − Se puede utilizar un objeto (como una pelota) que se pase entre los estudiantes; solo la persona que tiene el objeto puede hablar, lo que promueve la escucha activa. − Al finalizar, se reflexiona sobre lo que se aprendió de las experiencias de los demás. Roles sobre Resolución de Conflictos − Se presentan situaciones de conflicto comunes en el entorno escolar (por ejemplo, un desacuerdo en un grupo de trabajo). − Los estudiantes se dividen en grupos y representan la situación, luego discuten cómo podrían resolver el conflicto utilizando la comunicación asertiva. − Después de la representación, se reflexiona sobre las diferentes estrategias utilizadas y su efectividad. El Árbol de las Emociones − El docente dibuja un gran árbol en una pizarra o en un papel grande. El tronco y las ramas del árbol representan la base de las emociones, mientras que las hojas simbolizan las diferentes emociones que los estudiantes pueden experimentar. − Los estudiantes reciben hojas de papel de colores (o pueden ser recortes en forma de hojas) y se les pide que escriban o dibujen una emoción que han sentido en algún momento. Por ejemplo, pueden escribir "feliz", "triste", "enojado", "asustado", "emocionado", etc. − Una vez que los estudiantes han terminado de crear sus hojas, las pegan en el árbol, formando un colorido y diverso "árbol de emociones". − Después de que el árbol esté completo, el docente puede invitar a los estudiantes a compartir sus hojas y hablar sobre las emociones que han elegido. Preguntas como "¿Por qué elegiste esta emoción?" o "¿Cuándo te has sentido así?" pueden ayudar a iniciar la conversación. − El docente puede guiar una discusión sobre cómo manejar diferentes emociones. Por ejemplo, si un estudiante menciona sentirse triste, se puede hablar sobre estrategias para sentirse mejor, como hablar con un amigo, hacer ejercicio o practicar la respiración profunda. Dinámica de la Escucha Activa − Los estudiantes se dividen en parejas. Cada pareja elegirá quién será el "hablante" y quién será el "oyente". − El hablante tiene un tiempo determinado (por ejemplo, 2-3 minutos) para hablar sobre un tema de su elección. Durante este tiempo, el oyente debe escuchar atentamente sin interrumpir. Es importante que el oyente se concentre completamente en lo que el hablante está diciendo, evitando distracciones. − Una vez que el hablante ha terminado, el oyente debe repetir lo que entendió de la conversación. Esto puede incluir resumir los puntos principales, expresar cómo se sintió al escuchar y compartir cualquier reflexión que tenga sobre lo que se dijo. − Después de que el oyente haya compartido su comprensión, los roles se invierten, y el oyente se convierte en el hablante, repitiendo el proceso. I. BLOQUE N°2 1.1. Introducción de la unidad La presente unidad está diseñada para capacitar a los docentes de escuelas rurales de la Zona 6, en la identificación y atención de las necesidades educativas y emocionales de sus estudiantes. En contextos donde los desafíos socioeconómicos y emocionales son más pronunciados, es fundamental que los educadores cuenten con las herramientas necesarias para crear un ambiente inclusivo y seguro. Esta unidad abordará temas como la identificación de señales de vulnerabilidad, la implementación de estrategias pedagógicas inclusivas, y la promoción de la convivencia pacífica en el aula. A través de la formación continua y la colaboración con profesionales externos, se busca fortalecer la capacidad de los docentes para apoyar a todos los estudiantes, especialmente a aquellos en situación de vulnerabilidad. 1.2. Resultado de Aprendizaje de la unidad Al finalizar esta unidad, los docentes serán capaces de identificar señales de vulnerabilidad en estudiantes, como cambios en el comportamiento y bajo rendimiento académico, y reconocer al menos tres indicadores que sugieran situaciones de riesgo emocional o social. Además, diseñarán e implementarán adaptaciones curriculares específicas para responder a las diversas necesidades de aprendizaje, asegurando un acceso equitativo a la educación. Los docentes también utilizarán técnicas de mediación para resolver conflictos en el aula, promoviendo un ambiente de respeto y colaboración. Asimismo, establecerán redes de apoyo colaborativas al formar alianzas con profesionales de la salud mental o organizaciones comunitarias, proporcionando recursos adicionales a los estudiantes en situación de vulnerabilidad. CONTENIDO CIENTIFICO 1. Promoción de la Convivencia Pacífica La promoción de la convivencia pacífica en el entorno escolar es un objetivo fundamental en la formación de individuos socialmente responsables y respetuosos. La RAE, hace referencia al termino convivencia, a la acción de vivir juntos, acciones que se contextualizan desde el contexto del habla popular, contexto psicológico y contexto jurídico social. Representando así a la relación de aquellos que comparten un lugar físico, sistema de normas que ordenan la vida conjunta, para evitar el surgimiento de conflictos y si llegan a producirse estos, la relación de convivencia permite una resolución equitativa justa. En este contexto, la mediación y el diálogo se presentan como herramientas clave para resolver conflictos y fomentar un ambiente de respeto y tolerancia. El Ser humano es un ser social por naturaleza, e implica reconocer que su desarrollo se da como efecto de la constante interacción con los otros. En las relaciones humanas cada individuo tiene unos intereses, aptitudes, actitudes personales, las cuales influyen y pueden llevar a que se presente una convivencia positiva y negativa. Mockus (2002) define a la convivencia como el acto en el que se debe ‘’seguir las reglas comunes, contar con mecanismos culturalmente arraigados de autorregulación social, respetar las diferencias y acatar reglas para procesarlas, de la misma manera es aprender a celebrar, a cumplir y reparar acuerdos’’. La función de la escuela es formar sujetos sociales, fortaleciendo las competencias que les permitan desenvolverse adecuadamente en sociedad, respetando las diferencias y aceptando y dando cumplimiento a las normas establecidas. Existen situaciones que amenazan la convivencia en las instituciones educativas los procesos de mediación como sistemas de resolución de conflictos, pueden verse como la consecuencia lógica a una realidad compleja para obtener los objetivos deseados, las relaciones interpersonales como base de una convivencia pacífica, no violenta y respetuosa con los demás. Mediación, es la técnica de resolución de conflictos que puede ser muy útil e importante, para hacer frente a los nuevos retos que se presentan en la sociedad actual, caracterizada por el cambio constante. Generar aprendizaje por el hecho de participar en un proceso de mediación es evidente, en extensión todos los ámbitos de interrelación humana. Ridao (2008), apuesta ‘’perspectiva antropológica de la educación, es decir enseñar desde el razonamiento de que todos somos más iguales que diferentes’’ 1.1. Técnicas de resolución de conflictos La resolución de conflictos en el ámbito escolar es esencial para fomentar un ambiente de convivencia pacífica. La mediación se presenta como una técnica efectiva que permite a las partes involucradas dialogar y llegar a un acuerdo sin recurrir a la confrontación. Según Viana (2015), la mediación es una "herramienta a servicio de la convivencia pacífica" que promueve el diálogo como estrategia de transformación de conflictos. Este proceso implica la participación de un mediador imparcial que ayuda a las partes a identificar y analizar las cuestiones en disputa, facilitando así la búsqueda de soluciones mutuamente aceptables. Las técnicas de resolución de conflictos incluyen la escucha activa, la legitimación de sentimientos, la parafraseo y el resumen de las posiciones de las partes. Estas habilidades son fundamentales para que los estudiantes aprendan a manejar sus diferencias de manera constructiva, promoviendo el respeto y la tolerancia en el aula. Mediación Existen mediaciones simétricas y asimétricas, en colegios, las mediaciones entre pares, los niños son los sujetos de la mediación, y estas mediaciones son utilizadas para resolver conflictos en la escuela, personal o profesional administrativo que conozca la técnica. Prada y López (2008) exponen “la utilización de la mediación escolar como sistema de resolución de conflictos es la consecuencia lógica ante la nueva realidad, cambiante y plural, de las escuelas” (p. 101). La mediación, como una estrategia de resolución de conflictos, se convierte en una vía no adversaria, evita la postura antagónica de ganador-perdedor. Mediación es proceso compuesto por serie de estrategias y técnicas, mediante el cual las partes implicadas, con la participación ayudan al mediador imparcial e independiente a identificar, formular, analizan cuestiones en disputa. Su objetivo es desarrollar, proponer opciones y alternativas permitan llegar acuerdo en la resolución del conflicto o mejore las relaciones entre las partes. Premisa básica de la mediación, es la voluntariedad de las partes en acudir al mediador en el proceso. El que media es una persona imparcial sin relación con el problema o conflicto, figura para encontrar un acuerdo, pero no es aliado ni enemigo. Las mediaciones educativas en contextos interculturales, tener en cuenta que se desarrollan en centros educativos con las mismas costumbres culturales. Investigaciones en escuelas de primaria, han observado técnicas de los niños para resolver conflictos antes de la mediación. Como el empleo de la fuerza física, agresión y la retirada, o se lo contaban al profesor. Teoría del conflicto El conflicto es un fenómeno natural en toda sociedad, hecho social circunstancial a la vida. Es difícil concebir interacciones de las personas sin que se presente el conflicto. Pardo (2014), define ‘’el conflicto es parte inevitable del proceso de crecimiento y desarrollo de cualquier grupo social y del ser humano’’ Acciones y métodos para canalizar cada situación conflictiva que puedan provocar pactos favorables para las partes involucradas. El conflicto se entiende por el rompimiento de la comunicación por discrepancia de dos o más personas impide llegar a acuerdos o a consensos. Esto genera que se cree este tipo de ambiente en el entorno escolar, pasando de gestos, apodos, palabras, rechazo y hasta ejercer la fuerza generando violencia. Galtung (2003), considera que es una especie de categoría más elevada como patrimonio universal, invita a salir, mirar más allá de los dualismos y etnocentrismos, donde el dialogo con imaginarios, así como la filosofía oriental concluye que es una constante en la historia humana la trilogía: paz- violencia- humanidad. La complejidad humana, requiere respuestas igualmente de complejas, para romper el dualismo. La teoría del conflicto requiere, ofrecer mecanismos para entender lógicamente, criterios científicos para analizar, metodologías para enfrentarlos. Comprender y conocer la naturaleza del conflicto, para poder aplicar estrategias adecuadas que permitan resolverlo de manera pacífica y positiva. Necesario contar con una teoría del conflicto para estudios de la paz en versión negativa, buscando propuestas, estrategias para desarrollar y potenciar esas mismas necesidades. Entorno Escolar La escuela permite el aprendizaje, practica de valores democráticos como la solidaridad, justicia y paz, cotidianidad transcurrida en el aula. Es la condición natural de ser social, la socialización innata del hombre acarrea el concepto de convivencia. Cotidiano a las personas, la primera aproximación se la hace en el seno de las familias. La complejidad de las relaciones interpersonales actuales genera conflictos así cuya gestión, resolución dependerá de la existencia de adecuados climas de convivencia en los centros educativos. Se requiere de estrategias para mejorar la convivencia y resolución de conflictos en el ámbito escolar. La escuela debe favorecer, proveer habilidades, conocimientos y competencias que les permita a los estudiantes enfrentar situaciones divergentes. Estudios realizados, coinciden que para mejorar la convivencia escolar, es necesario el proceso de formación ciudadana, la comunicación y en particular el diálogo, al igual que promover el manejo adecuado de las emociones. La escuela, como espacio de socialización, tiene la responsabilidad de formar sujetos sociales que sean capaces de desenvolverse adecuadamente en la sociedad, respetando las diferencias y promoviendo la paz. La implementación de técnicas de resolución de conflictos y estrategias de mediación escolar se vuelve esencial para alcanzar estos objetivos y garantizar un clima de convivencia armónica en las instituciones educativas. Comunicación Efectiva El Proceso de enseñanza aprendizaje, del docente tiene como objetivo buscar estrategias para mejorar su actividad, entre los cuales se debe tomar en cuenta las características que manifiestan y observan los alumnos. Reflejar dominio del tema, estrategias pedagógicas, ser interactivo, creativo, motivador, facilitador del aprendizaje integral, abierto a la comprensión de los demás, evidenciar cooperación, el respeto mutuo, e indagación permanente Saber aplicar técnicas de escuchar, legitimación, parafrasear, resumir y motivar. Griffin (2011), define a la comunicación efectiva como el proceso de enviar un mensaje en forma tal que el mensaje recibido sea tan cercano en significado como sea posible al mensaje emitido. Generar una comprensión integral del trabajo cooperativo, no solo en relación a los fines, sino, también, con las normas, hábitos, creencia en la escuela. Transmisión de significados entre sus miembros. Mediante la transmisión de significado de una persona a otra se puede compartir la información, ideas, valores, costumbres, hábitos entre otros. La comunicación efectiva debe cumplir ciertos criterios: claridad o lenguaje accesible, integración para los miembros de la comunidad, aprovechamiento de la organización informal, equilibrio entre las acciones y la comunicación del plan, moderación de la comunicación (concisa y necesaria) difusión por escrito, evaluación periódica de los sistemas y canales de comunicación. Cardodo (2014), hace mención que las relaciones, así como las comunicaciones humanas son indivisibles porque es imposible llevar a cabo unas sin las otras. Los seres humanos son sensibles a las palabras, a lo que otros dicen, usar las palabras en sentido positivo o asertivo. La comunicación efectiva, debe crear una atmosfera sana, que estimule el respeto, la confianza, la motivación, el logro de las metas y la aceptación recíproca. Escuchar Cuenca (2009), define a este proceso, como aquel que implica el estar aquí y ahora, presente en el instante. Captando con todos los sentidos lo que expresa, (comunicación verbal, para verbal, no verbal, contextual), sus necesidades subyacentes a sus posiciones. Maturana (2002), escuchar a las personas se les ofrece un espacio de aceptación y respeto que da sentido y legitimidad social a sus vidas. Legitimación La legitimidad, técnica de la comunicación que señala la disposición a encontrar internamente y reconocer externamente cualidades positivas de cada parte frente a si misma empoderamiento y entre ellas reconocimiento. Parafrasear Es la síntesis verbal que refleja en un lenguaje neutro lo dicho por las partes, este lenguaje protege a las partes de las inclemencias verbales, para verbales, no verbales de las discusiones, de las intenciones de daño en el calor de las emociones. Escucha activa La escucha activa es cuando el receptor entiende lo dicho y destaca el sentimiento que hay detrás del mensaje, es decir manifiesta de forma no verbal o verbal mediante emisión de palabras neutras que no muestran aprobación y desaprobación (Martinéz, 2024). 1.2. Promoción del respeto y la tolerancia en el aula La convivencia pacífica en el aula se basa en la promoción de valores como el respeto y la tolerancia. La escuela debe ser un espacio donde se practiquen estos valores a través de actividades que fomenten la solidaridad y la justicia. Según la RAE, la convivencia se refiere a la acción de vivir juntos, lo que implica la necesidad de establecer un sistema de normas que ordenen la vida conjunta y eviten el surgimiento de conflictos. La implementación de programas educativos que integren la mediación y el diálogo en la práctica docente es crucial. Corzo (2018) destaca que la mediación y el diálogo son herramientas clave para mejorar la convivencia escolar, lo que implica que los docentes deben desarrollar metodologías que integren estos valores en su enseñanza. Importancia del Respeto y Tolerancia Prevención del Acoso Escolar La literatura indica que la falta de respeto y la intolerancia son factores que contribuyen al acoso escolar. La implementación de programas que fomenten la inteligencia social puede ser una estrategia efectiva para prevenir estas conductas, promoviendo un ambiente de respeto mutuo Desarrollo de Habilidades Sociales La formación en habilidades sociales, que incluye el respeto y la tolerancia, es fundamental para el desarrollo emocional y social de los estudiantes. Según Corzo (2018), la mediación y el diálogo son herramientas clave para mejorar la convivencia escolar, lo que implica que los docentes deben desarrollar metodologías que integren estos valores en su práctica educativa Intervenciones Basadas en la Inteligencia Social La investigación sugiere que, a mayor desarrollo de la inteligencia social, mejor será la convivencia escolar. Por lo tanto, es recomendable implementar programas que fortalezcan estas habilidades en los estudiantes, lo que a su vez puede mejorar el respeto y la tolerancia en el aula. Inteligencia Social Thorndike (1920) menciona a la inteligencia social, como la habilidad necesaria de todo hombre y mujer en el mundo para vivir y sobrevivir. Gardner (2001), dando origen a la concepción de inteligencia interpersonal como destreza de interacción comprendiendo a los demás dentro de sus relaciones sociales, retomando y ampliando el pensamiento de Thorndike Dimensiones de la inteligencia social Albrecht (2006), propone y define las siguientes dimensiones para la inteligencia social la apreciación personal, habilidades sociales y el estilo de interacción. Apreciación personal La apreciación personal es un componente de la inteligencia social que se refiere a cómo los demás perciben a una persona y cómo esto influye en ellos. Es importante tener en cuenta que la forma en que los demás nos perciben puede afectar nuestra capacidad de relacionarnos y liderar. Habilidades sociales Comportamientos interpersonales que posibilitan las interacciones satisfactorias entre dos o más sujetos. Supone un aprendizaje continuo, influenciado por variables individuales y contextuales que puede incrementar la posibilidad de refuerzo social, la resolución de problemas interpersonales y la expresión de sentimientos y derechos en modalidades de acordes a la valoración de la situación social. Periodo comprendido entre 6 y 14 años, uno de los más importantes para el desarrollo de habilidades interpersonales. Siguen un proceso constante de cambio y va formando con base en las relaciones interpersonales previas que tienen un sujeto, es decir que las situaciones de interacción con los demás favorecen la adquisición y practica de estas habilidades (Gomez, Perez et al, 2014). Las Habilidades sociales, han sido distribuidas en 7 clases, con sus componentes esenciales: autocontrol y expresividad emocional ( tolerancia a frustraciones , expresar las emociones positivas y negativas), civilidad (saludar a las personas ,agradecer),empatía (demostrar interés por el otro, expresar comprensión por el sentimiento o experiencia del otro) ,asertividad (defender los propios derechos), hacer amistades (hacer y responder preguntas, iniciar y mantener conversación), solución de problemas interpersonales (identificar y evaluar posibles alternativas de solución) , habilidades sociales académicas (seguir reglas o instrucciones orales , participar en discusiones. Shure y Spivack (1978), hace referencia a los procesos cognitivos que median entre las distintas situaciones, estimulo de carácter interpersonal y la expresión de las habilidades sociales en el contexto, estos procesos repercuten en la calidad del ajuste social. Una de las habilidades socio cognitivas más importantes en la infancia son las habilidades de resolución de problemas interpersonales. La habilidad de resolución de problemas interpersonales es un proceso complejo, involucra aspectos comportamentales, cognitivos y afectivos. Estilo de interacción El estilo de interacción se refiere a la forma de emitir un mensaje que genere un estímulo en otra persona. Conflictos en el entorno escolar En la edad escolar, una de las dificultades más comunes son los conflictos de interacción social, establecer dificultades entre pares, menor cantidad de amigos, experiencias, rechazo social (Rubiales, Russo y Bakker ,2019) Acoso y rechazo entre pares Ha sido objeto de múltiples investigaciones, encontrándose de un 10 aun 15% de niños escolarizados son rechazados por sus compañeros (Garcia Baceta, Sureda y Monjas, 2008) Supone no solo sentimientos negativos, con respecto al par si no pérdida de oportunidades de contacto y aprendizaje social, para el ejercicio de habilidades sociales para un desarrollo socioemocional (Monjas, Martin- anton,Garcia- Bacete y Sanchez, 2014). 1.3. Estrategias para la mediación escolar Las estrategias para la mediación escolar deben incluir la formación de los docentes en técnicas de mediación y resolución de conflictos. Esto no solo les permitirá manejar situaciones conflictivas de manera efectiva, sino que también les ayudará a modelar comportamientos positivos para sus estudiantes. La mediación escolar debe ser vista como un proceso continuo que involucra a toda la comunidad educativa, incluyendo a estudiantes, padres y personal administrativo 2. Identificación y Apoyo a Estudiantes en Situación de Vulnerabilidad La identificación y el apoyo a los estudiantes en situación de vulnerabilidad son aspectos fundamentales dentro del ámbito educativo, ya que estos estudiantes enfrentan diversos desafíos que afectan su desarrollo académico, emocional y social. Detectar señales de alerta, como cambios en el comportamiento, bajo rendimiento escolar, aislamiento social y dificultades en las relaciones interpersonales, es clave para poder intervenir de manera oportuna. Estas señales son indicadores de que el estudiante puede estar atravesando situaciones difíciles que requieren atención inmediata y apoyo especializado por parte de los educadores. Es importante reconocer que la vulnerabilidad de los estudiantes puede ser producto de múltiples factores de riesgo, tanto individuales como contextuales, que impactan su bienestar. Estos factores incluyen antecedentes familiares de violencia, problemas de salud mental, condiciones socioeconómicas desfavorables y, en ocasiones, situaciones de violencia escolar. Por ello, es esencial implementar estrategias de intervención temprana que no solo atiendan las necesidades inmediatas del estudiante, sino que también promuevan un ambiente inclusivo y seguro en la escuela. La colaboración estrecha con profesionales de la salud mental, trabajadores sociales y recursos comunitarios resulta crucial para brindar un apoyo integral que permita a los estudiantes superar sus barreras y alcanzar su máximo potencial. Estos esfuerzos colaborativos contribuyen a crear un entorno educativo que fomente la inclusión, el respeto y el bienestar emocional de todos los estudiantes. 2.1. Señales de alerta y factores de riesgo La identificación temprana de los estudiantes en situación de vulnerabilidad es el primer paso para ofrecer el apoyo adecuado. Entre las señales de alerta más comunes se incluyen cambios repentinos en el comportamiento, bajo rendimiento académico, aislamiento social, dificultades para establecer relaciones con sus compañeros y, en algunos casos, conductas de agresividad o autolesiones. Según Rubiales, Russo y Bakker (2019), el acoso y el rechazo social son factores significativos que afectan a una parte considerable de los estudiantes, lo que repercute negativamente en su desarrollo socioemocional. Los factores de riesgo pueden ser tanto internos, como problemas de salud mental o trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), como externos, como antecedentes familiares de violencia, pobreza, desastres naturales o el bajo nivel educativo de los padres. Estos factores pueden predisponer a los estudiantes a desarrollar problemas de salud mental, conductas disruptivas y dificultades en su adaptación al entorno escolar. Además, la adolescencia es una etapa de grandes transformaciones, tanto físicas como emocionales, que pueden hacer a los jóvenes más vulnerables a las presiones sociales y familiares. Los cambios en la identidad, el deseo de pertenecer a un grupo y las alteraciones en los estados de ánimo son características típicas de esta fase, pero también pueden dar lugar a conductas de riesgo, especialmente en contextos de inseguridad o vínculos familiares débiles. En este sentido, un factor protector clave es el vínculo afectivo con la familia, ya que un entorno familiar seguro y de apoyo reduce la probabilidad de que los adolescentes desarrollen conductas autodestructivas, como el suicidio (Ayala et al., 2023). La identificación de estudiantes en situación de vulnerabilidad es una tarea clave para la intervención educativa. Para ello, los educadores y profesionales deben estar atentos a las señales de alerta, que pueden ser manifestaciones tanto emocionales, conductuales, como académicas, y que pueden indicar que el estudiante está enfrentando situaciones difíciles que requieren atención inmediata. A continuación, se desarrollan las principales señales de alerta y factores de riesgo que pueden señalar la vulnerabilidad de un estudiante. Señales de alerta Las señales de alerta son indicadores que, cuando se presentan de manera persistente, pueden sugerir que un estudiante está atravesando una situación de vulnerabilidad. Estas señales pueden ser de diversa índole, y su presencia debe motivar la acción inmediata por parte de los educadores y profesionales involucrados. Entre las señales más comunes se encuentran: Cambios en el comportamiento Un cambio repentino en el comportamiento de un estudiante puede ser un signo claro de que algo no está funcionando bien en su vida. Esto puede incluir desde un aumento en la agresividad, hasta el aislamiento social, la tristeza o el comportamiento desorganizado. Los estudiantes que pasan de ser activos y sociables a mostrar una actitud más retraída, o que se muestran excesivamente agresivos o desafiantes, pueden estar enfrentando situaciones difíciles en su entorno familiar, social o emocional. Bajo rendimiento académico El bajo rendimiento escolar es una de las señales más comunes de que un estudiante puede estar viviendo una situación de vulnerabilidad. Esto no solo se refiere a una baja en las calificaciones, sino también a dificultades persistentes para concentrarse, completar tareas, seguir instrucciones o participar activamente en clase. Estas dificultades pueden ser producto de problemas emocionales, estrés, trastornos del aprendizaje o condiciones psicológicas que interfieren con la capacidad del estudiante para aprender. Aislamiento social Los estudiantes en situación de vulnerabilidad pueden tender a aislarse de sus compañeros, ya sea por no sentirse parte del grupo o debido a la inseguridad que sienten en sus interacciones sociales. Este aislamiento puede ser una manifestación de depresión, ansiedad o la consecuencia del acoso escolar (bullying). El estudiante que evita participar en actividades grupales o que se aleja de las interacciones sociales puede estar luchando con problemas emocionales profundos. Problemas en las relaciones interpersonales Las dificultades para establecer o mantener relaciones saludables con sus compañeros, docentes y familiares pueden ser una señal de alerta importante. Los estudiantes vulnerables pueden manifestar conductas de hostilidad, ira o desconfianza, dificultando su integración en el entorno escolar. Los conflictos constantes con otros estudiantes, así como la falta de habilidades para resolver conflictos de manera adecuada, pueden reflejar una carencia de apoyo emocional o habilidades sociales. Problemas de autoestima La falta de confianza en sí mismos, la autocrítica excesiva, o la incapacidad de reconocer sus logros son señales claras de una baja autoestima. Estos estudiantes pueden tener una visión distorsionada de sí mismos, lo que afecta su capacidad de relacionarse positivamente con su entorno. La baja autoestima es un factor de riesgo importante, ya que puede contribuir a una mayor vulnerabilidad emocional, acoso escolar y comportamientos autodestructivos. Comportamientos auto lesivos o pensamientos suicidas Las conductas auto lesivas, como cortarse, quemarse o golpearse, así como los pensamientos suicidas, son señales graves de que un estudiante está atravesando una situación de vulnerabilidad extrema. Estos comportamientos son una manifestación de un profundo sufrimiento emocional y deben ser atendidos de inmediato por profesionales capacitados. Factores de riesgo Los factores de riesgo son circunstancias o condiciones que incrementan la probabilidad de que un estudiante experimente problemas emocionales, sociales o académicos. Estos factores pueden ser tanto internos (propios del estudiante) como externos (relacionados con su entorno familiar, social o económico). Entre los factores de riesgo más comunes se incluyen: Factores familiares La familia es el primer entorno social en el que el estudiante se desarrolla, y las condiciones familiares tienen un impacto significativo en su bienestar emocional y social. Algunos de los factores familiares que pueden aumentar la vulnerabilidad de los estudiantes incluyen: Violencia intrafamiliar El abuso físico, emocional o psicológico dentro del hogar puede generar una gran carga emocional en los niños y adolescentes, afectando su autoestima, sus relaciones interpersonales y su capacidad para aprender. Desestructuración familiar La separación, el divorcio o la pérdida de uno de los padres puede generar sentimientos de abandono, inseguridad y ansiedad en los estudiantes. Las familias disfuncionales también pueden carecer de los recursos emocionales necesarios para apoyar a los niños en momentos difíciles. Falta de apoyo emocional Cuando los padres no proporcionan un ambiente afectivo y de apoyo, los estudiantes pueden sentirse desprotegidos o desorientados, lo que puede afectar su desarrollo emocional y académico. Bajo nivel educativo de los padres Los padres con un nivel educativo bajo pueden tener dificultades para apoyar a sus hijos en sus estudios, lo que puede generar sentimientos de frustración y aislamiento en los estudiantes. Condiciones socioeconómicas desfavorables Los estudiantes que provienen de contextos socioeconómicos vulnerables tienen un riesgo significativamente mayor de enfrentar barreras en su educación. La pobreza puede generar múltiples dificultades, desde la falta de acceso a recursos educativos hasta problemas de nutrición, salud y estabilidad emocional. Además, las viviendas precarias, la inseguridad en las comunidades y la falta de acceso a servicios básicos aumentan la exposición de los estudiantes a situaciones de riesgo. Exposición a la violencia y crimen Los estudiantes que viven en contextos de violencia, ya sea en su comunidad o en su propio hogar, tienen mayores probabilidades de desarrollar problemas emocionales y conductuales. La exposición continua a situaciones de violencia puede generar un estrés crónico que afecta tanto el rendimiento académico como las relaciones interpersonales. Condiciones de salud mental Los trastornos emocionales y psicológicos, como la depresión, la ansiedad o los trastornos de conducta, son factores de riesgo importantes. Los estudiantes con trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), la depresión o los trastornos de ansiedad pueden tener dificultades para adaptarse al ambiente escolar y participar de manera efectiva en las actividades académicas y sociales. Estos trastornos requieren una intervención temprana para prevenir su exacerbación. Acoso escolar o bullying El acoso escolar es uno de los factores de riesgo más graves que afecta a muchos estudiantes. Los jóvenes que son víctimas de bullying pueden experimentar aislamiento social, depresión, ansiedad y, en los casos más extremos, pensamientos suicidas. El bullying afecta directamente la salud mental y emocional de los estudiantes y, en muchos casos, tiene consecuencias a largo plazo si no se aborda adecuadamente. Factores protectores Es importante no solo identificar los factores de riesgo, sino también reconocer los factores protectores que pueden mitigar los efectos negativos de las situaciones de vulnerabilidad. Los factores protectores incluyen elementos del entorno que favorecen el bienestar emocional y social del estudiante, como: Vínculos familiares positivos Una familia afectiva, comprensiva y estable puede actuar como un soporte fundamental para el estudiante, ayudándole a enfrentar las dificultades y a desarrollar habilidades para resolver problemas. Redes de apoyo social La existencia de relaciones positivas con amigos, compañeros y profesores también juega un rol protector. El apoyo social actúa como una red de seguridad emocional que facilita el afrontamiento de situaciones difíciles. Fortalezas personales Características internas como la resiliencia, la autoestima positiva y las habilidades de afrontamiento adecuadas pueden ayudar al estudiante a enfrentar de manera más efectiva los desafíos que enfrenta. Escuela como espacio seguro Una escuela inclusiva, que promueva el respeto, el apoyo emocional y el bienestar de todos sus estudiantes, puede ofrecer un entorno protector, reduciendo los efectos negativos de los factores de riesgo. 2.2. Estrategias de intervención temprana Las estrategias de intervención temprana son fundamentales para abordar las necesidades de los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Estos estudiantes, debido a diversos factores de riesgo como la violencia familiar, las dificultades socioeconómicas, los trastornos emocionales o el acoso escolar, requieren de un enfoque integral y personalizado para garantizar su bienestar y éxito académico. La intervención temprana no solo busca la detección de problemas, sino también la creación de un entorno que favorezca el desarrollo de competencias socioemocionales y cognitivas, promoviendo la inclusión, el apoyo emocional y la resolución de conflictos. A continuación, se desarrollan diversas estrategias de intervención que pueden ser implementadas en el contexto escolar, teniendo en cuenta la diversidad de las necesidades y características de los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Implementación de programas de apoyo emocional Una de las intervenciones más cruciales para los estudiantes vulnerables es el apoyo emocional. El estrés y las dificultades emocionales pueden afectar profundamente el rendimiento escolar y el bienestar de los estudiantes. En este sentido, se deben crear programas que brinden asistencia psicológica y emocional de manera regular y accesible. Algunas de las estrategias dentro de este marco incluyen: Terapias individuales y grupales Ofrecer sesiones de terapia psicológica individual o en grupo puede ser útil para los estudiantes que enfrentan dificultades emocionales, como ansiedad, depresión, o problemas de autoestima. Estas sesiones pueden ayudar a los estudiantes a gestionar sus emociones y a desarrollar habilidades de afrontamiento que les permitan superar las dificultades. La terapia grupal también puede servir como un espacio para compartir experiencias y generar apoyo mutuo entre compañeros que atraviesan situaciones similares. Programas de educación emocional Incluir en el currículo actividades orientadas a la educación emocional, donde los estudiantes puedan aprender a reconocer, comprender y gestionar sus emociones, es esencial. Estos programas pueden incluir talleres de desarrollo personal, actividades de mindfulness (atención plena), y dinámicas que promuevan la empatía y el autocuidado. Al fomentar habilidades socioemocionales desde una edad temprana, los estudiantes estarán mejor preparados para afrontar situaciones difíciles y mejorar sus relaciones interpersonales. Creación de grupos de apoyo entre pares El apoyo entre compañeros es una estrategia muy efectiva, especialmente en el contexto escolar, donde los estudiantes pasan mucho tiempo en interacción social. La creación de grupos de apoyo entre pares puede ser una forma eficaz de brindar soporte emocional y social a los estudiantes vulnerables, fomentando un entorno de solidaridad y comprensión. Un programa de mentoría en el que los estudiantes más grandes o aquellos con mayor estabilidad emocional apoyen a sus compañeros más jóvenes o vulnerables, puede ser altamente beneficioso. Los mentores pueden ofrecer orientación, apoyo emocional y consejos prácticos sobre cómo afrontar los desafíos de la vida escolar, social y familiar. Este tipo de apoyo no solo beneficia a los estudiantes vulnerables, sino también a los mentores, ya que refuerzan su autoestima y desarrollan habilidades de liderazgo y empatía. Grupos de discusión y contención Los grupos de apoyo entre pares pueden ser espacios donde los estudiantes compartan sus preocupaciones, dificultades y logros. Estas dinámicas pueden incluir discusiones dirigidas por un orientador o psicólogo escolar, en las cuales los estudiantes puedan hablar abiertamente sobre los problemas que están enfrentando. Los grupos de apoyo no solo sirven para desahogar emociones, sino que también ayudan a normalizar las dificultades y a reducir el estigma relacionado con el sufrimiento emocional. Promoción de un ambiente escolar inclusivo Una escuela inclusiva es aquella que reconoce y valora la diversidad de sus estudiantes, adaptando tanto sus métodos pedagógicos como su entorno social para que todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades, se sientan valorados y parte de la comunidad escolar. Para lograrlo, es necesario implementar diversas estrategias que promuevan la inclusión: Adaptación del currículo y de las estrategias de enseñanza La flexibilidad pedagógica es crucial en una escuela inclusiva. Los docentes deben ser capaces de ajustar sus métodos de enseñanza para adaptarse a las diferentes necesidades de aprendizaje de los estudiantes. Esto puede incluir la modificación de los materiales didácticos, el uso de recursos audiovisuales, o la implementación de metodologías activas que fomenten la participación y el aprendizaje colaborativo. Además, es importante personalizar las actividades de aprendizaje para ofrecer un desafío adecuado a cada estudiante, sin que se genere frustración o desmotivación. Creación de un clima escolar seguro y respetuoso Fomentar una cultura de respeto y solidaridad dentro de la escuela es esencial para que todos los estudiantes se sientan cómodos y seguros. Esto implica prevenir el acoso escolar (bullying), promover la convivencia pacífica y resolver los conflictos de manera constructiva. Los programas anti-bullying, talleres de resolución de conflictos, y actividades que promuevan la diversidad y la empatía son pasos importantes para la creación de un entorno inclusivo. Accesibilidad y recursos materiales La escuela debe asegurarse de que sus infraestructuras y recursos sean accesibles para todos los estudiantes, incluyendo aquellos con discapacidades físicas o emocionales. Esto incluye, por ejemplo, la adaptación de los espacios físicos (aulas, baños, bibliotecas) y la provisión de tecnologías de apoyo para estudiantes con discapacidades de aprendizaje. Además, se debe garantizar que los materiales educativos, como libros y actividades en línea, sean apropiados para estudiantes con diferentes necesidades. Formación continua de los docentes El compromiso del profesorado es uno de los factores clave en la creación de un entorno educativo inclusivo y de apoyo. Los docentes deben estar preparados para identificar las necesidades emocionales y académicas de los estudiantes vulnerables, y ser capaces de implementar estrategias de intervención efectivas. Por ello, es fundamental ofrecer formación continua en: Educación inclusiva y atención a la diversidad Los docentes deben estar capacitados para reconocer las diferentes formas de vulnerabilidad y cómo estas pueden afectar el aprendizaje y el comportamiento de los estudiantes. La formación en estrategias pedagógicas inclusivas les permitirá adaptar su enseñanza y proporcionar el apoyo necesario a los estudiantes con necesidades específicas. Manejo de la salud emocional Es esencial que los docentes estén entrenados en reconocer los signos de estrés, ansiedad, depresión o dificultades emocionales en sus estudiantes. Esto no solo implica una formación básica en psicología educativa, sino también en cómo establecer una comunicación abierta y empática con los estudiantes que puedan estar pasando por momentos difíciles. Prevención y manejo de situaciones de crisis Los educadores deben estar preparados para actuar de manera efectiva cuando un estudiante enfrente una crisis emocional, como pensamientos suicidas o comportamientos autolesivos. La formación en primeros auxilios psicológicos, técnicas de intervención en situaciones de crisis y la derivación adecuada a profesionales es esencial para garantizar que los estudiantes reciban el apoyo adecuado. Colaboración con profesionales externos La colaboración con psicólogos, consejeros y trabajadores sociales es crucial para abordar las necesidades de los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Estos profesionales pueden proporcionar un apoyo adicional tanto a los estudiantes como a sus familias, colaborando con los docentes para crear planes de intervención personalizados. Intervención psicoeducativa Los psicólogos escolares pueden llevar a cabo intervenciones psicoeducativas para ayudar a los estudiantes a mejorar sus habilidades sociales, su autoestima y su capacidad para manejar las emociones. Además, pueden trabajar directamente con los padres para ofrecerles estrategias de apoyo en el hogar. Orientación familiar El apoyo a las familias es igualmente importante. Los trabajadores sociales pueden trabajar con las familias para ayudarles a comprender las necesidades de sus hijos, brindarles herramientas para mejorar la comunicación familiar y ofrecerles recursos de apoyo en su comunidad. Creación de alianzas con recursos comunitarios Las organizaciones comunitarias pueden desempeñar un papel vital en la intervención temprana, al proporcionar recursos adicionales que fortalezcan el apoyo escolar. Estas alianzas pueden incluir actividades extracurriculares, programas de tutoría, y apoyo psicológico y social para estudiantes y familias. Además, la comunidad puede ofrecer espacios de recreación y desarrollo personal que ayuden a los estudiantes vulnerables a sentirse más integrados y a reducir el estrés y la ansiedad. 2.3. Colaboración con profesionales y recursos comunitarios La colaboración con profesionales externos y recursos comunitarios es una de las estrategias más efectivas para garantizar que los estudiantes en situación de vulnerabilidad reciban el apoyo integral que requieren. Este enfoque holístico no solo se centra en las necesidades académicas del estudiante, sino también en su bienestar emocional, psicológico y social. La intervención temprana y el apoyo multidisciplinario son fundamentales para abordar los múltiples factores de riesgo que pueden afectar el desarrollo de estos estudiantes y para fomentar un entorno educativo inclusivo y seguro. Participación de psicólogos, consejeros y trabajadores sociales Uno de los principales pilares de la intervención externa es la colaboración con profesionales de la salud mental y del ámbito social. Psicólogos, consejeros y trabajadores sociales tienen un papel clave en la identificación de las necesidades emocionales y sociales de los estudiantes, y en la elaboración de estrategias de intervención adecuadas. Psicólogos escolares Los psicólogos son esenciales para identificar y abordar problemas emocionales y conductuales en los estudiantes. Su labor no solo consiste en realizar evaluaciones psicológicas, sino también en ofrecer apoyo directo a los estudiantes a través de terapia individual y grupal. Los psicólogos pueden trabajar en la prevención de problemas como la ansiedad, la depresión, el estrés postraumático o las dificultades en las relaciones interpersonales, y proporcionar herramientas de afrontamiento saludables. Además, su intervención también puede ser crucial en situaciones de crisis, como el riesgo de suicidio o de autolesiones. Consejeros escolares Los consejeros desempeñan un papel fundamental en la orientación académica y personal de los estudiantes. A través de programas de orientación, los consejeros pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades para la toma de decisiones, la resolución de conflictos, y la gestión del estrés. Los consejeros también pueden actuar como intermediarios entre el hogar y la escuela, ayudando a las familias a comprender mejor las necesidades de sus hijos y a buscar apoyo externo cuando sea necesario. Trabajadores sociales Los trabajadores sociales tienen una perspectiva más amplia, centrada no solo en el estudiante, sino también en su contexto familiar y social. Son clave en la identificación de factores de riesgo asociados a problemas socioeconómicos, familiares o de salud. Su trabajo incluye la provisión de recursos y la derivación a servicios comunitarios, como apoyo económico, servicios de salud o programas de asistencia social. Además, los trabajadores sociales pueden colaborar con las familias para mejorar la comunicación, resolver conflictos o proporcionar acceso a recursos comunitarios que apoyen a los estudiantes y sus familias en situaciones de vulnerabilidad. Creación de alianzas con organizaciones comunitarias La colaboración con organizaciones comunitarias es una estrategia esencial para ampliar el apoyo a los estudiantes vulnerables más allá del entorno escolar. Las organizaciones comunitarias, tanto gubernamentales como no gubernamentales, pueden proporcionar recursos adicionales que beneficien directamente a los estudiantes y sus familias. Apoyo extracurricular Las actividades extracurriculares, como deportes, arte, música o voluntariado, son recursos clave para el bienestar emocional y social de los estudiantes. Participar en estas actividades puede ayudar a los estudiantes vulnerables a fortalecer su autoestima, desarrollar habilidades sociales, y crear redes de apoyo fuera del entorno escolar. La colaboración con organizaciones comunitarias que ofrezcan estos programas puede proporcionar a los estudiantes un espacio seguro donde puedan expresar sus emociones, desarrollar nuevas habilidades y mejorar su integración social. Redes de apoyo familiar y social Las organizaciones comunitarias también pueden ofrecer programas de apoyo a las familias, como talleres de habilidades para la crianza, clases de apoyo educativo para padres, y programas de ayuda en situaciones de crisis. Estos recursos ayudan a los padres a mejorar su capacidad para apoyar el desarrollo académico y emocional de sus hijos, creando un entorno más seguro y saludable en casa. Además, las redes de apoyo social pueden reducir el aislamiento social que experimentan muchas familias en situación de vulnerabilidad, fomentando una comunidad más unida y colaborativa. Salud mental y bienestar social En muchos casos, las organizaciones comunitarias ofrecen programas de salud mental y bienestar social que pueden complementar el apoyo que el estudiante recibe en la escuela. Estos programas pueden incluir terapia familiar, servicios de atención psicológica o grupos de apoyo para tratar temas como el abuso de sustancias, la violencia doméstica, o el duelo. Al colaborar con estas organizaciones, las escuelas pueden garantizar que los estudiantes reciban el apoyo adecuado, tanto en el ámbito escolar como fuera de él. Creación de una red de apoyo multidisciplinaria El trabajo conjunto de diferentes profesionales (psicólogos, trabajadores sociales, consejeros, personal docente) en una red multidisciplinaria es fundamental para abordar de manera integral las necesidades de los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Esta red permite una intervención más coherente, coordinada y efectiva. Los beneficios de una red multidisciplinaria incluyen: Detección temprana Los profesionales que forman parte de la red pueden identificar de manera más temprana los problemas que afectan a los estudiantes, desde dificultades emocionales y psicológicas hasta problemas familiares o sociales. La detección temprana es clave para implementar intervenciones que prevengan el empeoramiento de la situación. Planificación y seguimiento personalizado A través de reuniones regulares y el intercambio de información, los miembros de la red multidisciplinaria pueden desarrollar planes de intervención personalizados para cada estudiante, adaptados a sus necesidades específicas. Este enfoque asegura que los estudiantes reciban el apoyo adecuado en todos los aspectos de su vida: académico, emocional, familiar y social. Además, permite hacer un seguimiento constante del progreso de los estudiantes y ajustar las estrategias de intervención según sea necesario. Trabajo en red con la familia La colaboración entre la escuela y las familias es esencial para el éxito de la intervención. Las redes de apoyo permiten a los profesionales establecer canales de comunicación abiertos con los padres, asegurándose de que estén informados sobre el progreso de sus hijos y sobre las acciones que se están tomando para ayudarlos. La cooperación entre la escuela, la familia y los profesionales externos puede ayudar a crear un entorno coherente y apoyador tanto dentro como fuera del aula. Acceso a recursos y servicios de apoyo fuera del ámbito escolar Las aliadas comunitarias, como ONGs, centros de salud, y servicios de asistencia social, pueden ser cruciales para ofrecer a los estudiantes el apoyo necesario cuando se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad que exceden el ámbito escolar. Algunos de los recursos que estas organizaciones pueden proporcionar incluyen: Apoyo económico y material Las organizaciones comunitarias pueden ayudar a las familias de los estudiantes vulnerables a acceder a recursos económicos o materiales, como becas, alimentos, ropa o asistencia para el pago de servicios básicos. Este apoyo es fundamental para aliviar las tensiones económicas que muchas veces afectan el rendimiento académico de los estudiantes. Servicios de salud Los estudiantes vulnerables pueden tener dificultades para acceder a servicios de salud, lo que puede afectar su bienestar físico y emocional. Las alianzas con centros de salud comunitarios pueden facilitar el acceso a atención médica básica, servicios psicológicos y atención a problemas de salud mental. Programas de prevención de conductas de riesgo Las organizaciones comunitarias también suelen ofrecer programas de prevención para adolescentes, como actividades educativas sobre el consumo de sustancias, violencia doméstica, y prevención de conductas de riesgo. Estos programas son valiosos para ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades de prevención y resolución de problemas. II. BLOQUE 3 1. Introducción a la unidad La presente unidad está diseñada para plantear acciones y estrategias que permitan mejorar la calidad de vida y método de enseñanza de los docentes exponiendo diferentes alternativas que permitan una intervención oportuna, poniendo en práctica diversos protocolos y técnicas que permitan generar una comunidad más efectiva entre los involucrados, teniendo en cuenta herramientas para el cuidado y manejo del estrés en el personal docente fortaleciendo sus métodos de enseñanza y creando un equilibrio entre la vida profesional y personal. 2. Resultado de aprendizaje del bloque Al culminar con esta unidad los docentes podrán lidiar de mejor manera con los distintos obstáculos que se presentan en su día a día poniendo en práctica todos las técnicas y herramientas de manejo y autocuidado del estrés, así como también podrán poner en práctica los diversos programas de intervención efectiva para mejorar el rendimiento y fomentar el bienestar en sus estudiantes, al igual que contarán con métodos positivos para generar una comunicación más asertiva y cercana con sus estudiantes de manera que se pueda entender el lenguaje verbal y no verbal. 1. CONTENIDO CIENTÍFICO 1. Estrategias de intervención efectiva Las estrategias de intervención efectiva son acciones o programas que se diseñan para ayudar a superar desafíos y mejorar el rendimiento o bienestar de las personas. Para que una intervención sea efectiva, se pueden considerar aspectos como: Coherencia: La intervención debe ser coherente con los objetivos que se pretende alcanzar. Niveles de análisis: Una buena intervención debe considerar distintos niveles de análisis. Ganancias secundarias: Es importante considerar las ganancias secundarias que puedan surgir de la intervención. En el ámbito educativo, las estrategias de intervención pueden ayudar a: Mejorar la comunicación Enseñar habilidades sociales y emocionales Manejar y resolver conflictos Atender problemas específicos como el aprendizaje, el bajo rendimiento académico, el comportamiento disruptivo y la ausencia de habilidades sociales 1.1. Protocolos de intervención Teniendo en cuenta que uno de los objetivos principales es mejorar las condiciones de vida de los involucrados y alcanzar su máximo potencial. Para cumplir con este cometido existen ciertos métodos y modelos que guían la práctica profesional de los trabajadores sociales para saber cómo actuar en función de la población en la que se interviene. A lo largo del tiempo se han generado diferentes enfoques de intervención en el Trabajo Social. Algunos de los que se consideran más importantes son: 1. Modelo psicodinámico Otorga una importancia primordial a los problemas psicológicos y emocionales de los sujetos en lugar de priorizar sus problemas económicos y sociológicos, como se hace tradicionalmente. En este modelo de intervención de trabajo social, el tratamiento básico consiste en apoyar a una persona a resolver una dificultad actual, descubrir las causas internas sobre las que hay que intervenir y facilitar la adquisición de cierto aprendizaje para que, posteriormente, sea capaz de enfrentar nuevos problemas. Ejemplo: se utiliza principalmente para apoyar a gente con problemas en sus relaciones familiares, escolares o laborales. Un caso común puede ser enfrentar un trauma de la infancia de índole sexual, la cual está condicionando la vida del sujeto. 2. Modelo de intervención en crisis Propone terapias breves de intervención a una persona, familia o grupo en momentos de crisis para que puedan superar el problema y recuperar el equilibrio emocional. Consiste en que el trabajador social responda de manera inmediata y ofrezca consejo en un periodo corto de tiempo. En este caso, el profesional suele contar con mayor poder y autoridad, otorgado por la crisis, ya que la confusión y el desequilibrio provocan que el individuo se vea paralizado para tomar decisiones correctas. Ejemplo: útil en los casos de violencia contra las mujeres. Los profesionales que atienden a las víctimas pueden ayudarlas a empoderarse hasta alcanzar la autodeterminación. 3. Modelo centrado en la tarea Considera que los trabajos a corto plazo resultan más productivos que las intervenciones prolongadas en el tiempo. En ese sentido, propone desarrollar y realizar tareas que estén involucradas en resolver el problema planteado por los propios usuarios, no en el diagnóstico del trabajador social. Ejemplo: eficaz en la intervención con problemas causados por conflictos interpersonales, insatisfacción con las relaciones sociales, dificultades para la toma de decisiones, recursos insuficientes y problemas conductuales. 4. Modelo conductual-cognitivo Fija los objetivos de su intervención en obtener, suprimir, disminuir o reforzar ciertas conductas de manera duradera. Una vez analizado el problema y sus causas actuales, se intenta variar el comportamiento del sujeto por medio de refuerzos. En este modelo de intervención de trabajo social, para conseguir su propósito se aplican dos estrategias: Cambiar las respuestas del usuario en función de los factores presentes en su ambiente. Modificar los elementos de su ambiente. Ejemplo: se suele emplear para hacer intervenciones sociosanitarias en Ecuador para combatir ciertos trastornos emocionales, como ansiedad, depresión, estrés y fobias. 5. Modelo humanista existencial Este modelo de intervención en Trabajo Social respeta la diversidad, la pertenencia étnica, la cultura, los estilos de vida y las diferentes opiniones. Además, denuncia las distintas formas de violencia y discriminación, y se opone a la estandarización y al modelamiento de las personas. Pide que el trabajador social no imponga su intervención, sino que esta se convierta en un proceso de aceptación por parte del usuario o usuarios que requieren atención. El profesional es un observador que ayuda a la gente a darse cuenta de cómo vive y a encontrar soluciones a sus problemas para que puedan ser autónomos. Ejemplo: puede resultar muy útil para intervenir a grupos de migrantes o refugiados. 6. Modelo crítico/radical Expone que los usuarios no son responsables de las circunstancias personales y sociales a las que se enfrentan, ni siquiera parcialmente. Por ello, el trabajo social debe realizar una intervención liberadora donde la base del cambio es la misma persona. Requiere el compromiso con los sectores populares, transformándolos en actores activos de la práctica profesional y en protagonistas del proceso de liberación. Los marginados, los sin voz, se vuelven la clave en este modelo de intervención social. Ejemplo: este modelo suele ser empleado dentro del activismo social. 7. Modelo de gestión de casos Busca que el trabajador social ofrezca una intervención progresivamente más eficiente, eficaz y económica. La idea general de la metodología de trabajo social de casos es conseguir que los usuarios con problemas complejos y múltiples reciban en tiempo y forma los servicios que requieren. Ejemplo: puede ser aplicable para individuos, familias, en clínicas, para programas y para realizar un control social comunitario, posibilitando intervenciones a largo plazo. 8. Modelo sistémico Proporciona un referente teórico y la metodología requerida para analizar, pensar, identificar y diseñar estrategias de acción en el Trabajo Social actual. Su idea es integrar distintos métodos prácticos de intervención dentro del mismo marco, basándose en la teoría general de los sistemas. Ejemplo: permite comprender fenómenos sociales como la crisis de la institución familiar tradicional en Ecuador y en el mundo, así como sus dimensiones. Métodos de intervención en Trabajo Social Los métodos de intervención en Trabajo Social pueden ser: Caso social individual. Permite realizar una intervención individual o familiar en una realidad concreta. Trabajo social de grupo. Busca implicar a los componentes de un grupo para que colaboren con sus procesos de cambio a nivel grupavl y personal. Trabajo social comunitario. Es una intervención en la comunidad para satisfacer necesidades sociales y personales. El método comunitario en trabajo social es muy usado para fomentar actuaciones solidarias 1.2. Técnicas de comunicación asertiva La comunicación asertiva es una herramienta de la comunicación que favorece la comunicación eficaz entre interlocutores. Al ponerla en práctica estamos fomentando el respeto por uno mismo y respetando a los demás. Las técnicas de comunicación asertiva son herramientas que se pueden aplicar tanto en nuestra vida profesional como personal. En este sentido, conocer qué características la fundamentan y qué recursos podemos usar en nuestro favor, nos darán resultados favorables en cada una de las interacciones que hagamos. La comunicación asertiva es un estilo de comunicación con un inmenso impacto tanto en las relaciones emocionales, como en las relaciones profesionales y laborales, a continuación, os presentamos seis características fundamentales para tener una comunicación asertiva efectiva: 1. Cuando miramos a nuestro interlocutor estamos mostrando interés y, esta actitud aumenta sustancialmente la confianza y cercanía. 2. Tener una postura corporal abierta, ya que nuestra comunicación no verbal demuestra interés y sinceridad. 3. Observar nuestros gestos y aprender a controlarlos, ya que los gestos adecuados nos ayudan a dar énfasis a los mensajes que deseamos reforzar. 4. Fijarnos en nuestros niveles de voz, ya que al modularla de una manera adecuada somos más convincentes. 5. Analizar cuánto tiempo escuchamos y cuánto tiempo somos escuchados para aumentar la receptividad y el impacto. 6. Identificar cuánto, cómo, cuándo y dónde intervenimos, además observar la calidad de nuestras intervenciones en las conversaciones. Comunicación asertiva a nivel verbal, no verbal y paraverbal Dentro del estilo asertivo podemos encontrar varias características a nivel verbal, no verbal y paraverbal. Así, el manejo de la comunicación asertiva en el lenguaje verbal utiliza la primera persona para referirse a sentimientos, opiniones propias y otras fórmulas para expresar ideas de colaboración. Comunicación asertiva en la conducta no verbal En este estilo, la conducta no verbal que adoptemos va a influir mucho en la forma en la que el cliente va a recibir la información. Para ello, es muy importante mantener el contacto visual directo con el cliente, tener una postura erguida y no mostrarnos tensos. Mostrar seguridad con nuestro cuerpo a la vez que damos el mensaje y no parecer agresivos facilitará que consigamos que el cliente nos dé toda su atención y acepte la información. Comunicación asertiva en la conducta verbal Para que nuestra comunicación verbal sea coherente con nuestra comunicación no verbal es importante analizar las siguientes recomendaciones: 1. Cuando estemos en una conversación evitar cruzar los brazos, procurar estar en una posición de apertura. 2. No interpretar los gestos o movimientos de nuestro interlocutor, es preferible que indaguemos antes de suponer. 3. Observar nuestro tono de voz; si este es coherente con el mensaje. 4. Mantener el contacto visual de una manera muy sutil, mientras escuchamos y mientras hablamos, esto denota interés y fortalece las relaciones, ya que demuestra empatía. Comunicación asertiva en la conducta paraverbal Entre las características de las conductas paraverbales recomendables que se deben usar en nuestro mensaje son; un tono de voz calmada y constante, respetar los silencios y tener un ritmo constante durante todo el proceso. Una de las cosas que puede señalar falta de seguridad e incluso nerviosismo es no respetar los silencios que durante la comunicación deben aparecer. No dejar de hablar, mostrarnos incómodos si hay un silencio, y ejecutar con rapidez, hará que el cliente pueda dudar de la realidad que le intentamos mostrar. 1.3. Manejo de crisis y apoyo emocional Una crisis emocional es una respuesta intensa a un evento o situación que nos desborda emocionalmente. Esta experiencia puede ser provocada por eventos traumáticos, cambios significativos, o acumulación de estrés. Durante una crisis emocional, podemos experimentar sentimientos de ansiedad, tristeza, ira, o desesperación que nos resultan difíciles de gestionar. Reconocer los síntomas de una crisis emocional es crucial para abordar el problema de manera efectiva. Algunos signos comunes incluyen: Cambios en el estado de ánimo: Puedes sentirte extremadamente triste, ansioso o irritable. Problemas de sueño: Experimentar insomnio o, por el contrario, dormir en exceso. Aislamiento social: Evitar el contacto con amigos, familiares, o actividades que antes disfrutabas. Dificultades de concentración: Problemas para enfocar la atención o tomar decisiones. Comportamientos impulsivos: Actuar de manera impulsiva, como gastar dinero de manera descontrolada o abusar de sustancias. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, pero es importante buscar ayuda si persisten o empeoran. Reconocer los síntomas de una crisis emocional es crucial para abordar el problema de manera efectiva. Algunos signos comunes incluyen: Cambios en el estado de ánimo: Puedes sentirte extremadamente triste, ansioso o irritable. Problemas de sueño: Experimentar insomnio o, por el contrario, dormir en exceso. Aislamiento social: Evitar el contacto con amigos, familiares, o actividades que antes disfrutabas. Dificultades de concentración: Problemas para enfocar la atención o tomar decisiones. Comportamientos impulsivos: Actuar de manera impulsiva, como gastar dinero de manera descontrolada o abusar de sustancias. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, pero es importante buscar ayuda si persisten o empeoran. Aunque los consejos para superar una crisis emocional pueden ser útiles, a veces es necesario buscar ayuda profesional para manejar una crisis emocional. Si sientes que tus emociones son abrumadoras o persistentes, considera hablar con un psicólogo. La terapia puede ofrecerte un espacio seguro para explorar tus sentimientos y desarrollar habilidades para afrontar mejor las crisis futuras. 2. Fortalecimiento del bienestar docente El bienestar docente puede ser fortalecido por el apoyo social provisto por los contextos educacionales. Éste facilita que los profesores puedan obtener información relevante para mejorar sus prácticas educativas, además de refuerzo social y retroalimentación emocional. Estos elementos pueden contribuir a aumentar su confianza al afrontar situaciones escolares estresantes El cuidado de los equipos de trabajo por parte de los equipos directivos es reconocido como uno de los aspectos más característicos de los establecimientos educacionales saludables. La presencia de estrategias directivas enfocadas al cuidado de los profesionales no sólo contribuye a mejorar el clima del aula, sino que también pueden reforzar la empatía de los profesores hacia las emociones de sus estudiantes, y a ampliar los espacios de conversación y comunicación intergeneracional. Al promover el bienestar docente, también es posible fortalecer otras dinámicas positivas al interior de la escuela. Por ejemplo, profesores con una buena condición afectiva y emocional pueden resolver más adecuadamente conflictos entre estudiantes, ejercer de mejor manera su rol pedagógico, contener a sus alumnos en vez de confrontarlos frente a problemas de convivencia, y tienen menos posibilidades de desajustarse frente a las dificultades impuestas por la práctica educativa. 2.1. Técnicas de autocuidado y manejo del estrés Atravesar un evento traumático puede ser increíblemente estresante, pero la manera de reaccionar a ese estrés será diferente para cada persona. Las respuestas a un evento estresante pueden depender de factores como: Tu cercanía física y psicológica con el evento. Tu nivel de responsabilidad durante el evento. Tu situación actual de vida. Tu experiencia pasada con crisis personales. Tener el respaldo de tus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Es posible que experimentemos el impacto en cómo pensamos, actuamos y nos sentimos, física y mentalmente. Estas son algunas reacciones comunes que podrías experimentar: Físicas: Náuseas o molestias estomacales Cambios en el apetito Dolor de cabeza o dolores musculares Dificultad para concentrarte Fatiga Pensamientos Pensamientos e imágenes continuas del evento Sentimientos de pérdida e impotencia Enojo e irritabilidad Insensibilidad Puedes sentirte incómodo o preocupado por cómo lo estás manejando. Recuerda que las reacciones que tienes son normales frente a un evento inusual. Regresar a trabajar puede ser difícil. El impacto de un evento traumático no se detiene cuando vamos al trabajo. Pueden surgir una variedad de reacciones en ti o en tus compañeros de trabajo, entre ellas: Sentir miedo de volver al lugar de trabajo o preocuparse por la seguridad física en ese entorno. Alterar las rutinas para evitar recordatorios físicos del evento traumático. Experimentar recuerdos recurrentes del trauma, estimulados por sonidos, olores o imágenes del entorno. Reducir el tiempo que pasas en el trabajo debido a permiso por enfermedad, vacaciones o ausencias injustificadas. Cuestionarse si permanecer en el trabajo actual o si continuar con la profesión. Distraerse de la tarea que se está realizando (esto puede tener como resultado accidentes o errores). Deterioro en el desempeño laboral y las relaciones con los clientes. Preocupación por las reacciones de los compañeros de trabajo o sus capacidades para enfrentar la situación y hacer su trabajo. Generalmente, todas estas reacciones son temporarias y desaparecen después de varias semanas. Si te cuidas bien, estas reacciones podrían desaparecer antes. Cuidarse significa decidir actuar de formas saludables en lugar de solo reaccionar ante los eventos. Estrategias de autocuidado: Físicas Duerme lo suficiente para que te sientas bien descansado. Acostarse y despertarse en horarios regulares puede ayudar. Consume comidas bien balanceadas en horarios regulares. Evita las sustancias que alteran el estado de ánimo, como el alcohol o las drogas. Haz algún tipo de ejercicio todos los días. Ayuda a reducir el estrés. Dedica un tiempo todos los días a hacer algo relajante, como respiración profunda, meditación, relajación progresiva o alguna actividad que disfrutes. Estrategias de autocuidado: Pensamientos Consigue datos sobre lo ocurrido de una fuente confiable y objetiva. No confíes en rumores o suposiciones. Organiza tu tiempo. Elige actividades en las que puedas involucrar tu mente y tu cuerpo y mantente enfocado en el aquí y ahora. Fija metas a corto plazo que te ayuden a mantener el rumbo. Recuerda los desafíos que has superado en el pasado. Piensa en tus fortalezas y capacidades que te ayudaron a sobrevivir. Reduce las expectativas sobre lo que deseas lograr. Reduce las exigencias que te impones. Evita pensar en lo que pasó y en lo que podría pasar. Intenta concentrarte en los aspectos positivos de tu vida y las cosas que agradeces. Estrategias de autocuidado: Pensamientos Consigue datos sobre lo ocurrido de una fuente confiable y objetiva. No confíes en rumores o suposiciones. Organiza tu tiempo. Elige actividades en las que puedas involucrar tu mente y tu cuerpo y mantente enfocado en el aquí y ahora. Fija metas a corto plazo que te ayuden a mantener el rumbo. Recuerda los desafíos que has superado en el pasado. Piensa en tus fortalezas y capacidades que te ayudaron a sobrevivir. Reduce las expectativas sobre lo que deseas lograr. Reduce las exigencias que te impones. Evita pensar en lo que pasó y en lo que podría pasar. Intenta concentrarte en los aspectos positivos de tu vida y las cosas que agradeces. 2.2. Estrategias para mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional En un mundo laboral cada vez más competitivo, es fácil caer en la trampa de la sobre exigencia. Este desafío se acentúa aún más en el sector del impacto social y ambiental, donde la constante búsqueda de generar un cambio puede conducir al agotamiento si no consigues gestionar de manera efectiva las demandas del exterior. Encontrar un equilibrio entre vida personal y laboral se vuelve fundamental, no sólo para preservar tu salud mental y emocional, sino también para potenciar tu rendimiento, fomentar la creatividad y, lo más importante, generar un impacto más significativo y duradero en el mundo. A lo largo de esta nota, exploraremos prácticas efectivas que te permitirán sortear las exigencias del entorno laboral actual sin sacrificar tu calidad de vida. Para mantener un equilibrio entre la vida personal y profesional se pueden implementar las siguientes herramientas: 1. Establece límites claros Define horas específicas para tus responsabilidades laborales y, lo que es igualmente importante, respeta esos límites. Al crear un horario de trabajo definido, no sólo aumentarás tu productividad, sino que también estarás asegurándote tiempo libre de calidad para recargar energías y encontrar inspiración. 2. Prioriza tareas y fija metas realistas Define metas claras y expectativas realistas, esto te dará dirección y te permitirá avanzar con solidez hacia tus objetivos: Comienza tu jornada laboral planeando lo que harás durante el día: Esta práctica te ayuda a visualizar tu carga de trabajo y a estructurar tu tiempo de manera efectiva. Distingue entre lo urgente y lo importante: Al centrar tus esfuerzos en lo esencial, sentirás menos estrés y podrás enfocar tu energía en aquellas acciones que generan un mayor impacto. Utiliza herramientas de gestión de proyectos: Aprovecha plataformas como Trello o Asana para hacer un seguimiento de tus pendientes. Estas herramientas te permiten establecer prioridades, definir plazos y colaborar con tu equipo. Divide metas grandes en pasos más pequeños y manejables: Esto facilita la gestión y te permite avanzar de manera más efectiva. 3. Comunica tus límites y necesidades La transparencia no solo es una herramienta valiosa para evitar la sobrecarga de trabajo, sino que también fomenta un ambiente colaborativo y comprensivo. Evalúa compromisos y prioridades: Antes de aceptar nuevos compromisos, realiza una evaluación realista de tu carga de trabajo actual. Aprende a decir "No" cuando sea necesario: Reconoce tus límites y no sientas miedo, ni culpa por rechazar tareas adicionales que puedan afectar, tanto tu bienestar, como la calidad de tu trabajo (Descubre cómo decir “No” de manera profesional). Promueve un ambiente donde se pueda hablar abiertamente y con confianza: Esto fomentará la colaboración del equipo y ayudará a prevenir situaciones de sobrecarga. 4. Establece rutinas saludables No sacrifiques hábitos saludables por trabajo, ya que es fundamental para mejorar tu energía y concentración además de ayudar a que te sientas en balance. Agenda tiempo para tus hobbies y actividades que te ayuden a recargar energía: El tiempo libre es fundamental para mantener un equilibrio en tu vida diaria. Crea una "zona libre de trabajo": Si trabajas desde casa, establece un área designada exclusivamente para el trabajo, separada físicamente de tu espacio personal. Esta separación ayuda a mantener una clara distinción entre el tiempo laboral y el tiempo libre, facilitando la desconexión al final del día. Establece una rutina de cierre: Al finalizar tu jornada laboral, desarrolla una rutina que marque el fin del trabajo. Esto puede incluir actividades relajantes que ayuden a tu mente a hacer la transición hacia un estado de descanso y desconexión. La clave está en el equilibrio Alcanzar un equilibrio entre nuestra vida laboral y personal es fundamental para una carrera profesional exitosa y sostenible en el tiempo. Al adoptar prácticas que te permitan gestionar mejor las expectativas del exterior, sin sacrificar tu salud emocional, podrás, no sólo vivir en balance, sino también ser mejor en tu trabajo y generar un mayor impacto a través de tu labor. 2.3. Apoyo entre pares y creación de redes de soporte El apoyo entre consiste en la formalización de redes de apoyo en procesos de recuperación entre personas que han atravesado experiencias similares de malestar psíquico, tránsito por instituciones asistenciales, tratamientos, problemáticas vinculadas al estigma, etc. Y es que, uno de los aspectos centrales del apoyo entre pares implica la valorización de la experiencia de la persona. Por ende, se ponen en juego saberes únicos cultivados desde los procesos singulares de recuperación. Así pues, no se trata solo de una rivalidad entre saberes técnicos y saberes del usuario, sino que implica la sinergia entre ambos en pro de mejores posibilidades para quien recibe los apoyos. De esta forma, el apoyo entre pares podría describirse como el sistema de dar y recibir apoyos basado en los principios clave de respeto, responsabilidad compartida y acuerdo mutuo sobre lo que es útil. Por otro lado, los apoyos cumplen el rol de facilitadores para el acceso a derechos humanos en condiciones de igualdad. Teniendo relación con los siguientes aspectos: En lo relativo a lo social, se vincula a invertir tiempo con otras personas y el compañerismo. Lo emocional en los apoyos se relaciona con la empatía y el compartir sentimientos muchas veces anexados a experiencias de alta carga emocional. Por último, en el campo práctico, se da el aprendizaje en torno a lidiar con la afección y/o discapacidades psicosociales, mientras se tiene acceso a través de sistemas de salud, empleo o educación, entre otros. El apoyo entre pares ha cultivado el interés de múltiples organizaciones, instituciones y servicios a lo largo de todo el mundo. Así, se ha realizado un gran volumen de investigaciones en torno al impacto de su incorporación en los servicios de salud y procesos de recuperación. Llegando a una valoración positiva en la mejora de la atención. Por consiguiente, tales prácticas alejan la visión de la afección mental como algo completamente incapacitante al proponer un enfoque activo con eje en la participación de los usuarios. De esta manera, se trata de un aporte sumamente valioso al campo de la salud mental, de la mano de quienes son protagonistas de esta historia: las personas que conviven con afecciones mentales. Redes de apoyo En el mismo contexto, las redes de apoyo social son: “el conjunto de relaciones que integran a una persona con su entorno social, o con personas con las que establecen vínculos solidarios y de comunicación para resolver necesidades específicas. Las redes pueden reducirse o extenderse proporcionalmente al bienestar material, físico o emocional de sus integrantes, y al involucramiento y la participación activa en el fortalecimiento de las sociedades. Están en constante movimiento y las integran personas (cualquier número a partir de dos) que comparten intereses, principios ciudadanos y que asumen principios de reciprocidad, no violencia y acción voluntaria”. Entre los tipos de apoyos que brindan las redes podemos encontrar los siguientes: Emocionales: afectos, confianza, compañía, empatía, reconocimiento, escucha. Pueden ser a través de visitas, llamadas telefónicas, invitaciones, abrazos, etc. Instrumentales. Ayuda para transportarse, labores del hogar, hacer las compras, el cuidado o acompañamiento. Cognitivos. Intercambio de experiencias, información, consejos que permitan entender o recordar una situación, etc. Materiales. Dinero, alojamiento, comida, ropa, donaciones, etc. Por otra parte, de acuerdo a los tipos de apoyo, las redes se pueden clasificar en formales e informales. Informales. Son las redes personales y comunitarias, a su vez se dividen en primarias y secundarias: Primarias. Están conformadas por la familia, amigos y vecinos. Cumplen funciones de socialización, cuidado y afecto, reproducción y estatus económico, entre otras. Secundarias. Es el mundo externo a la familia: grupos recreativos, organizaciones civiles y sociales que operan en la comunidad, organizaciones religiosas, relaciones labores o de estudio. Algunas de sus funciones son la compañía social, el apoyo emocional, la guía cognitiva y de consejos, la regulación social, dar ayuda material y de servicios y la posibilidad de acceder a nuevos contactos. Formales. Son las redes conformadas por organizaciones del sector público en los diferentes niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), que cumplen funciones de orientación, información, capacitación, promoción y atención a la salud, alimentación, defensa de derechos, recreación, cuidados. Las redes de apoyo social representan un aspecto importante en el bienestar de las personas mayores, dado que a través de ellas pueden recibir los siguientes beneficios: Continuar participando en la transformación de la sociedad. Sentido de pertenencia, las personas mayores se sepan integradas, valoradas, cuidadas y estimadas. Alternativa contra la depresión, el aislamiento y el abandono. Disminuye riesgo de malos tratos. A

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