Secuencia 7: Granada entre Europa y África (13-14). PDF

Summary

Este documento describe la secuencia 7 sobre la historia de Granada entre los siglos 13 y 14. Se centra en los problemas religiosos y territoriales de los Almohades, y en las conquistas cristianas de la época. Enfatiza los conflictos entre las diferentes culturas y religiones.

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Secuencia 7: Granada entre Europa y África (s. 13-14) 1) Los problemas religiosos de los Almohades Problemas religiosos interiores Se opusieron en la Península dos escuelas religiosas. Los ulemas o teólogos de Al-Andalus representaban en su mayoría una forma de ortodoxia malikí que era la de los Al...

Secuencia 7: Granada entre Europa y África (s. 13-14) 1) Los problemas religiosos de los Almohades Problemas religiosos interiores Se opusieron en la Península dos escuelas religiosas. Los ulemas o teólogos de Al-Andalus representaban en su mayoría una forma de ortodoxia malikí que era la de los Almorávides. Defendían una forma de sunismo fanático. La intransigencia de los almorávides llevó a la emigración de numerosos mozárabes y judíos hacia tierras cristianas, provocó el descontento de la población y afectó negativamente el desarrollo de las letras, las ciencias y la filosofía, que había continuado floreciendo en los reinos de taifas. La alternativa era una forma de chiismo y estaba representada por los ulemas almohades, que seguían la doctrina de Ibn Tumart (beréber): exigían una organización religiosa separada del poder político y consideraban el Corán como obra humana. Al revés, los sunnitas consideraban el Corán como obra divina y aceptaban la fusión de los poderes temporal y espiritual. Problemas religiosos exteriores También conocieron los Almohades problemas religiosos exteriores por tener que enfrentarse con ideales de fusión de lo espiritual y de lo temporal entre los católicos. Se observaba en todo el Occidente: Fernando III [1217-1252] fue apodado “El Santo” y su primo, rey de Francia, era Saint Louis. Ambos ganaron el apodo por su participación en las cruzadas contra los musulmanes de Tierra Santa y de la Península. Dicho ideal llevó a una unión de los monarccas cristianos entorno a una lucha en nombre de ideales espirituales. Frente a dicha unidad, los Almohades conocieron disensiones porque su organización era tribal y fueron considerados como extranjeros en Al-Andalus por los jefes locales, como los de Murcia, Valencia y Granada. Una familia fue imponiéndose progresivamente: los Banu Nasr, Nasríes o Nasaríes, cuyos miembros se mantuvieron en el poder en Granada hasta 1492. 2) Los problemas territoriales de los Almohades Problemas en África del Norte Una de las dificultades del Imperio almohade nació de su extensión en dos espacios, separados por el Mediterráneo. En 1229 el poder de los Almohades tuvo que enfrentarse con una rebelión en África, lo que obligó el sultán a dejar el territorio peninsular. Los monarcas peninsulares aprovecharon su ausencia para reconquistar una serie de territorios. Conquistas de Fernando III de Castilla y León, El Santo [1217-1252] Las campañas bélicas de Fernando III de Castilla empezaron por una conquista muy simbólica, en 1236: Córdoba, que fue la capital del califato andalusí en su período de mayor esplendor. Siguieron otras conquistas como la de Jaén en 1238, que culminaron con la toma de Sevilla, en 1248. La pérdida de la capital del imperio almohade peninsular precipitó su caída. Nunca consiguieron los Almohades frenar el avance de los castellanos y leoneses que prolongaron el ímpetu conquistador de Fernando III, con las conquistas de Cadiz en 1262 y de Murcia el año siguiente, protagonizadas por el hijo de Fernando III, el rey Alfonso X el Sabio [1252-1284]. Conquistas de Jaime I de Aragón, el Conquistador [1213-1276] También tuvieron que enfrentarse con la ambición territorial de otro monarca, Jaime I de Aragón, cuyo apodo es más que significativo. En 1229, se apoderó de Mallorca, en 1235 de Ibiza y, después de quince años de combate, tomó Valencia en 1238, expulsando a los musulmanes que la tenían en su poder desde la muerte del Cid. Las conquistas cristianas se acompañaron de expulsiones, expropiaciones y colonizaciones cristianas acompañadas de la instauración de un poder administrativo y jurídico católico, no siempre compatible con los usos y costumbres de los que vivieron anteriormente en dichas zonas geográficas. A los musulmanes que siguieron viviendo bajo dominación cristiana se les asignó un barrio reservado y el pago de impuestos más elevados, con lo cual la condición de los mudéjares fue deteriorándose. 3) El ideal de Reconquista musulmana Las conquistas territoriales cristianas llevaron a los musulmanes peninsulares a desarrollar un ideal de reconquista de la Península, por lo cual dicho objetivo fue compartido por todos los monarcas hispánicos: los cristianos soñaban con “volver” al sur y los musulmanes con “volver” al norte. El sueño con la dominación musulmana anterior se tradujo por la búsqueda de legitimidad en las dinastías del norte. El rey de Murcia Ibn Hud [1228-1237] se presentó como heredero de una dinastía de la Taifa de Zaragoza, con lo cual dominó también sobre los reyes de Málaga y Granada que fueron vasallos suyos. El ideal religioso lo encarnó Mohammed b. Yusuf b. Nasr [1232-1273] que pretendió ser descendiente de un compañero del Profeta. Le permitió ser rey de Jaén y gobernador de Granada en 1232. Para proteger Granada, cedió Jaén a Fernando III de Castilla y León [1217- 1252] en 1236. Construyó una nueva ciudad, el Albaicín, para acoger a los numerosos refugiados de los territorios recién conquistados por los cristianos. Construyó el Alcazar del Alhambra como manifestación de su poder. En 1264, se apoyó en los mudéjares de Castilla y en los Benimerines de África para atacar a Alfonso X de Castilla y León [1252-1284]. Sin embargo, no consiguió resistir contra la unión de Alfonso X de Castilla y Jaime de Aragón [1213-1276]. 4) Guerras y paz La primera mitad del siglo XIV estuvo marcada por enfrentamientos bélicos entre los monarcas andaluces y los cristianos y sus tropas, deseosos todos de terminar con la dominación de los demás. Los cristianos atacaron de manera reiterada las fronteras de Granada, no siempre con éxito: en 1319 murió el infante don Pedro de Castilla, nieto de Alfonso X, mientras estaba sitiando Granada. Diez años más tarde fracasó una coalición de caballeros de Castilla, Aragón, Bohemia, Francia e Inglaterra deseosos de participar en una cruzada. En 1350, Alfonso XI [1312-1350] murió de la Peste Negra, lo que llevó las tropas cristianas a abandonar el proyecto conquistador. Por su parte, Yusuf I [1333-1354] aliado con los Benimerines y el rey de Fez, no consiguió triunfar en Salado (1340) para conquistar el territorio de Cadiz. Las luchas permanentes no impidieron un desarrollo cultural importante como lo mostró, en 1349, la inauguración de una universidad – La Madraza ˗ en Granada. La segunda mitad del siglo XIV empieza por el asesinato de Yusuf I, lo que subraya la existencia de una violencia política interior y no sólo en las fronteras del reino granadino. Mohammad V de Granada parece sacar las conclusiones de las dificultadas encontradas por su padre, del que heredó el trono. Consiguió poner fin a la usurpación de Muhammad VI [1359- 1362] y expulsar a los Benimerines de Gibraltar. Firmó treguas con Pedro I de Castilla [1350- 1369], lo que le permitió desarrollar la irrigación y el comercio así como la arquitectura: todavía se puede admirar el Patio de los Leones. Fue buen ejemplo de una capacidad de resistir que no sólo se limitó a lo militar. Entre las razones de su supervivencia a lo largo de más de 200 años se encuentran las barretas montañosas (Sistema Penibético) que lo protegían, la ayuda de los benimerines, y las crisis políticas y guerras civiles de el reino de Castilla durante el siglo XIV.

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