Competencias Profesionales para la Atención Sociosanitaria a Personas en el Domicilio PDF
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Este documento describe competencias profesionales para la atención sociosanitaria a personas en el domicilio. Se centra en la higiene, atención sanitaria, administración de medicamentos, planificación de menús y técnicas de alimentación y recogida de excretas para personas dependientes. Incluye unidad formativa sobre características y necesidades de atención.
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COMPETENCIAS PROFESIONALES PARA LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA A PERSONAS EN EL DOMICILIO. BLOQUE I: HIGIENE Y ATENCIÓN SANITARIA DOMICILIARIA (Desarrollar intervenciones de atención física domiciliaria dirigidas a personas con necesidades de at...
COMPETENCIAS PROFESIONALES PARA LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA A PERSONAS EN EL DOMICILIO. BLOQUE I: HIGIENE Y ATENCIÓN SANITARIA DOMICILIARIA (Desarrollar intervenciones de atención física domiciliaria dirigidas a personas con necesidades de atención sociosanitaria) OBJETIVOS: C1: Describir las principales características y necesidades de atención que presentan las personas dependientes y su entorno, determinando las actitudes y valores que debe manifestar el profesional de atención directa y las relaciones con personas dependientes y su entorno. C2: Adaptar y aplicar técnicas de higiene personal y de preparación de cama, en el domicilio, seleccionando los productos, materiales y utensilios de uso común, en función del estado del usuario y del tipo de técnica. C3: Ejecutar las órdenes de prescripción de administración de medicación por vía oral, tópica y rectal, así como los tratamientos locales de frío y calor, precisando y organizando el material que se ha de utilizar en función de la técnica demandada y de la prescripción. C4: Analizar diferentes tipos de dietas y aplicar la técnica de apoyo a la ingesta y de recogida de eliminaciones más adecuada, en función del grado de dependencia del usuario, siguiendo las indicaciones de administración prescritas. C5: Efectuar las técnicas de traslado, movilización y deambulación y posicionamiento de un usuario en función de su grado de dependencia. C6: Realizar técnicas de asistencia sanitaria de urgencia determinando la más adecuada en función de la situación y grado de aplicabilidad. 1 UNIDAD FORMATIVA 1: CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES DE ATENCIÓN HIGIÉNICO-SANITARIA DE LAS PERSONAS DEPENDIENTES............................................................................................................................ 5 1. Identificación de las características y necesidades de las personas dependientes.................................................. 5 1.1. El proceso de Envejecimiento........................................................................................................................ 5 1.2. La enfermedad y la convalecencia............................................................................................................... 11 1.3. Las Discapacidades:..................................................................................................................................... 14 2. Delimitación del ámbito de la atención domiciliaria............................................................................................ 19 2.1. Unidades convivenciales con personas dependientes: tipología y funciones.............................................. 19 2.2. Evolución, funcionamiento y prospectiva de los Servicios de Ayuda a Domicilio..................................... 24 2.3. Los cuidadores principales y el servicio de ayuda a domicilio.................................................................... 34 2.4. Uso del vocabulario básico de la atención domiciliaria............................................................................... 35 2.5. Principios éticos de la intervención social con personas y colectivos con necesidades especiales. Actitudes y valores..................................................................................................................................................................... 36 2.6. Aprecio por los principios éticos de la intervención con personas dependientes........................................ 37 2.7. Confidencialidad a la hora de manejar información personal y médica...................................................... 38 2.8. Respeto por la intimidad de las personas dependientes............................................................................... 40 2.9. Mantenimiento de la higiene y presencia física personales del profesional de ayuda a domicilio.............. 42 2.10. Atención integral de las personas. Técnicas de humanización de la ayuda................................................. 42 2.11. Dinámica de la relación de ayuda: Adaptación, dificultades, límites, y prevención de riesgos psicológicos. 44 2.12. La intervención en las situaciones de duelo................................................................................................. 46 2.13. La observación y el registro de la evolución funcional y el desarrollo de actividades de atención física. Técnicas e instrumentos de observación aplicados a las situaciones domiciliarias................................................... 49 2.14. Las ayudas técnicas para la higiene personal y el cuidado.......................................................................... 55 3. Aplicación de técnicas de higiene y aseo de la persona dependiente................................................................... 58 3.1. Principios anatomofisiológicos del órgano cutáneo y fundamentos de higiene corporal. Patología más frecuente..................................................................................................................................................................... 58 3.2. Técnicas de aseo e higiene corporal según tipología de ayuda a domicilio................................................. 63 3.3. Úlceras por presión. Prevención y Tratamiento:.......................................................................................... 73 3.4. Tipos de camas, accesorios y lencería. Técnicas de realización de camas.................................................. 78 3.5. Cuidados del usuario/a incontinente y colostomizado................................................................................. 84 3.6. Prevención y control de infecciones:........................................................................................................... 88 3.7. Cuidados postmortem. Finalidad y preparación del cadáver....................................................................... 89 3.8. Técnicas de limpieza y conservación de prótesis........................................................................................ 91 3.9. Fomento de la autonomía de la persona dependiente y su entorno para la mejora de su higiene y aseo.... 92 3.10. La Inmovilidad............................................................................................................................................. 92 UNIDAD FORMATIVA 2: ADMINISTRACIÓN DE ALIMENTOS Y TRATAMIENTOS A PERSONAS DEPENDIENTES EN EL DOMICILIO......................................................................................................................... 101 1. Planificación del menú de la unidad convivencial............................................................................................. 101 1.1. Principios de Alimentación y nutrición..................................................................................................... 101 1.2. Principios anatomofisiológicos de los sistemas digestivo y endocrino. Patología más frecuente............. 102 1.3. Conceptos de alimentación y nutrición. Los alimentos. Clasificación funcional...................................... 110 1.4. Recomendaciones en energía y nutrientes. Ingesta recomendada. Interpretación del etiquetado nutricional. 112 1.5. Dieta saludable. Calidad de dieta............................................................................................................... 114 2 1.6. Problemas nutricionales de las sociedades desarrolladas.......................................................................... 114 1.7. Tipos de dietas........................................................................................................................................... 118 1.8. Dieta familiar y planificación de menús diarios y semanales.................................................................... 121 1.9. Raciones y medidas caseras....................................................................................................................... 123 1.10. La alimentación en la persona mayor y en el convaleciente..................................................................... 124 1.11. Consideración por la situación específica alimentaria y nutricional de cada persona dependiente........... 126 2. Utilización de Técnicas de alimentación............................................................................................................ 127 2.1. Alimentación por vía oral, enteral............................................................................................................. 127 2.2. Ayudas Técnicas para la ingesta................................................................................................................ 130 2.3. Apoyo a la ingesta...................................................................................................................................... 131 3. Recogida de eliminaciones................................................................................................................................. 131 3.1. Medios y Materiales para la recogida de excretas..................................................................................... 131 3.2. Eliminación de excretas............................................................................................................................. 133 3.3. Normas higiénico-sanitarias....................................................................................................................... 133 3.4. Mantenimiento de la higiene y presencia física personales....................................................................... 133 3.5. Respeto por la intimidad de la persona dependiente y sus familiares........................................................ 134 4. Administración de medicamento en el domicilio............................................................................................... 134 4.1. Evolución del metabolismo en el ciclo vital.............................................................................................. 134 4.2. Principios de farmacología general............................................................................................................ 135 4.3. Principios anatomofisiológicos de los sistemas cardiovascular, respiratorio y excretor. Patología relacionada............................................................................................................................................................... 138 4.4. Constantes vitales....................................................................................................................................... 148 4.5. Técnicas de preparación y administración de medicación por vía oral, tópica y rectal............................. 151 4.6. Técnicas de aerosolterapia y oxigenoterapia............................................................................................. 151 4.7. Técnicas de aplicación frio y calor............................................................................................................ 155 4.8. Riesgos de los fármacos............................................................................................................................. 155 4.9. Constitución y mantenimiento de botiquines............................................................................................. 157 UNIDAD FORMATIVA 3: MEJORA DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS Y PRIMEROS AUXILIOS PARA LAS PERSONAS DEPENDIENTES...................................................................................................................................... 158 1. Movilidad de la persona dependiente................................................................................................................. 158 1.1. Principios anatomofisiológicos de sostén y movimiento del cuerpo humano........................................... 158 1.2. Aparato Locomotor.................................................................................................................................... 158 1.3. Patologías más frecuentes del aparato locomotor...................................................................................... 161 2. Empleo de técnicas de movilización, traslado y deambulación......................................................................... 162 2.1. Posiciones anatómicas............................................................................................................................... 162 2.2. Técnicas y ayudas técnicas para la deambulación, traslado y movilización en personas dependientes.... 166 2.3. Técnicas para el posicionamiento en la cama............................................................................................ 173 2.4. Orientación a la persona dependiente y a sus cuidadores principales....................................................... 176 2.5. Fomento de la autonomía de la persona dependiente y su entorno para la mejora de su movilidad y estado físico. 177 3. Toma de constantes vitales................................................................................................................................. 178 3.1. Temperatura corporal................................................................................................................................. 178 3.2. Pulso........................................................................................................................................................... 181 3.3. Respiración................................................................................................................................................ 182 3.4. Tensión arterial.......................................................................................................................................... 183 3 4. Aplicación de técnicas de seguridad y primeros auxilios................................................................................... 183 4.1. Primeros auxilios....................................................................................................................................... 183 4.2. Intoxicaciones............................................................................................................................................ 185 4.3. Traumatismos. Vendajes e inmovilizaciones............................................................................................. 187 4.4. Técnica de reanimación cardiopulmonar................................................................................................... 190 4.5. Quemaduras:.............................................................................................................................................. 193 4.6. Heridas y hemorragias............................................................................................................................... 194 4.7. Botiquín de urgencias................................................................................................................................ 197 4.8. Consultas a distancia.................................................................................................................................. 198 4.9. Prevención de riesgos en el entorno de la persona dependiente................................................................ 198 4.10. Atención especial a la prevención de riesgos laborales............................................................................. 199 Bibliografía:................................................................................................................................................................. 201 4 UNIDAD FORMATIVA 1: CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES DE ATENCIÓN HIGIÉNICO-SANITARIA DE LAS PERSONAS DEPENDIENTES Código: UF0120 1. Identificación de las características y necesidades de las personas dependientes. 1.1. El proceso de Envejecimiento. La vejez no es sinónimo de enfermedad ni de dependencia. Debemos diferenciar entre envejecimiento fisiológico, el que se produce por el paso del tiempo y el efecto que tiene en la persona. Y el envejecimiento patológico, en el que intervienen enfermedades o situaciones que aceleran el proceso normal de envejecimiento(cataratas, alzheimer,malos hábitos, medio ambiente) A medida que se envejece las personas tienden a ser más heterogéneas, más distintas unas de otras en el funcionamiento fisiológico, psicológico o social, debido entre otras cosas a factores biológicos (genéticos, hereditarios) o biográficos, como por ejemplo, el estilo de vida (actual y pasado; alimentación, estrés, acceso a recursos, nivel socioeconómico y educativo) a lo largo del ciclo vital. De manera que, las personas mayores presentan más diferencias entre sí que una muestra comparable de personas más jóvenes. Los cambios que se producen asociados al envejecimiento no tienen porqué aparecer en el mismo momento y grado en todas las personas mayores (por ejemplo, las diferencias en el encanecimiento del pelo, pudiendo encontrarse diferencias interindividuales tanto en el momento en el que comienza a producirse como en el grado en que se produce el cambio de color, pudiendo ser más o menos blanco), pudiendo manifestar algunas personas mayores más o menos cambios que otras. La forma de envejecer tendrá que ver con el modo de vida que se ha seguido. El envejecimiento es una más de las etapas del ciclo vital, junto a la infancia, la adolescencia y la edad adulta, que implica una serie de cambios graduales biológicos, psicológicos y sociales asociados a la edad, inevitables, y que ocurren como consecuencia del paso del tiempo. 5 El envejecimiento es un hecho natural y universal, pero las actitudes de la sociedad ante el mismo no son iguales y varían de un lugar a otro y de una época a otra. Por eso la cuestión previa que hay que delimitar y precisar es ¿qué es una persona mayor? ¿qué significa pertenecer a este colectivo y bajo qué criterios se forma parte de él? No está claro o al menos no hay unanimidad de criterios dónde fijar la edad en la que uno entra a pertenecer a este sector poblacional. Hay autores que catalogan la edad efectiva de una persona según varios baremos o indicadores culturales. Estos son: A. Edad cronológica: corresponde al número de años transcurridos desde el momento del nacimiento hasta la fecha que se mida en un momento dado. B. Edad biológica o funcional: viene determinada por los cambios anatómicos y bioquímicos que ocurren en el organismo durante el envejecimiento. El envejecimiento se define en función del grado de deterioro (intelectual, sensorial, motor, etc.) de cada persona. C. Edad psicológica: representa el funcionamiento del individuo en cuanto a su competencia conductual y su capacidad de adaptación al medio. D. Edad social: establece el papel individual que debe desempeñarse en la sociedad en la que el individuo se desenvuelve. Fundamentalmente viene determinada por la edad de jubilación, dado que superando esta edad el papel social del individuo se pierde o, cuando menos, deja de ser lo que era. En el envejecimiento se dan cambios biológicos, psicológicos y sociales. Veamos cada uno de ellos. A. Cambios biológicos: Son modificaciones que afectan a las estructura y funciones del organismo: a. Visión: Disminuye el tamaño de la pupila. Menor transparencia y mayor espesor del cristalino, lo que provoca que llegue menor cantidad de luz a la retina y empeore la visión lejana. Disminuye la agudeza visual y la capacidad para discriminar colores. b. Audición: Menor agudeza para las frecuencias altas (tonos agudos), lo que deteriora la capacidad para discriminar palabras y comprender conversaciones normales. c. Gusto y olfato: Disminuye la sensibilidad para discriminar los sabores salados, dulces y ácidos, debido al deterioro de las papilas gustativas. 6 Pérdida de capacidad para discriminar los olores de los alimentos. d. La piel: Aparición de arrugas. Manchas. Flaccidez. Sequedad. Todos esos cambios se producen como consecuencia de transformaciones internas, como son la disminución en la producción de colágeno y la pérdida de grasa subcutánea y masa muscular. Pero también pueden ser originados por deficiencias en la alimentación, por posibles enfermedades o por una excesiva exposición al sol sin la suficiente hidratación aplicada por vía tópica (cremas). e. Estructura muscular: Se produce una importante pérdida de masa muscular. Atrofia de las fibras musculares, que disminuyen en peso, número y diámetro. El deterioro de la fuerza muscular. f. Sistema esquelético: La masa esquelética disminuye, pues los huesos se tornan más porosos (menos densidad del hueso) y quebradizos. Debido al proceso de desmineralización, los huesos también se vuelven más frágiles y, por lo tanto, más vulnerables a la fractura. Estos cambios afectan en mayor medida a las mujeres, debido a las siguientes causas: mayor pérdida de calcio, factores genéticos, factores hormonales (menopausia), inactividad física, consumo de tabaco y alcohol, malos hábitos de alimentación, etc. g. Articulaciones: Se tornan menos eficientes al reducirse la flexibilidad. Se produce mayor rigidez articular debida a la degeneración de los cartílagos, los tendones y los ligamentos, que son las tres estructuras que componen las articulaciones. La principal consecuencia es el dolor. h. Sistema cardiovascular: Aumento del ventrículo izquierdo. Mayor cantidad de grasa acumulada envolvente. 7 Alteraciones del colágeno, que provocan un endurecimiento de las fibras musculares y una pérdida de la capacidad de contracción, entre otros cambios. Los vasos sanguíneos se estrechan y pierden elasticidad, al aumentar de grosor y acumular lípidos en las arterias (arterioesclerosis). El estrechamiento y la pérdida de elasticidad dificultan el paso de la sangre. Las válvulas cardíacas se vuelven más gruesas y menos flexibles, es decir, necesitan más tiempo para cerrarse. i. Sistema respiratorio: Atrofia y el debilitamiento de los músculos intercostales, los cambios esqueléticos (caja torácica y columna). Deterioro del tejido pulmonar (bronquios). j. Sistema excretor: El riñón tiene una menor capacidad para eliminar los productos de desecho. El deterioro del sistema excretor también hace frecuentes los episodios de incontinencia. k. Sistema digestivo: Digestión dificultosa y en la reducción del metabolismo de ciertos nutrientes en el estómago y el intestino delgado. Pérdida de piezas dentales, que originan un problema considerable en la digestión de los alimentos, para la cual es importante una buena masticación. Disminución de los movimientos esofágicos (contracción/relajación), cuya función es facilitar la deglución. Atrofia de la mucosa gastrointestinal, por lo que la absorción de nutrientes es menor. l. Vesícula e hígado: En las personas mayores se produce una mayor incidencia de cálculos biliares Un menor tamaño y eficiencia del hígado. B. Cambios psicológicos y emocionales: a. Se altera la memoria reciente o memoria a corto plazo (MCP) ,esencial para el aprendizaje y la adaptación a nuevas situaciones. Sin embargo, la memoria a largo plazo ( MLP)o memoria remota, se mantiene sin grandes variaciones. 8 b. Disminuye la capacidad de atención y concentración, relacionada por la falta de interés por las cosas que le rodean. c. Aumenta la dificultad para aprender nuevos conocimientos. La velocidad de aprendizaje es menor. El aprendizaje es posible si se da en entornos conocidos. Deberemos proponer aprendizajes prácticos, puesto que aquellos que requieran rapidez, y pensamiento abstracto resultan más complicados para las personas de edad avanzada. d. La percepción también está alterada tanto para recibir información (a través de vista, oído, gusto y olfato) como para procesarla. e. Reducción de la capacidad para adaptarse a las situaciones nuevas o desconocidas, por lo que tienden a buscar entornos estables y cercanos que transmitan sensación de seguridad. C. Cambios sociales: a. Cambios en el rol individual. Dependerá de la capacidad y de la personalidad del individuo para afrontar los cambios de rol que le tocará vivir (como abuelo/a, al perder a su pareja, al tener que abandonar su hogar, ). Por otro lado con el avance de los años surgen problemas de fragilidad, dependencia y enfermedad que condicionan a la familia y al mayor en el cambio de roles de cuidado. b. Cambios en el rol social. La jubilación es un cambio importante por todas las repercusiones que tiene. Por otro lado las redes sociales y las relaciones pueden verse mermadas, aumenta la distancia intergeneracional., hay una pérdida de capacidad adquisitiva. En este caso también aparecen los prejuicios y mitos relacionados con la vejez que cada sociedad pudiera tener. El estilo de vida que las personas han mantenido en su juventud y edad adulta determinan el entorno socioafectivo de las personas mayores. Decisiones como tener pareja, hijos, mantener amistades a lo largo de los años...todo ello conformará sus relaciones en la tercera edad. Así mismo influirán también su estado de salud y las condiciones socioeconómicas y culturales. Respecto a las relaciones familiares, es una etapa de cambios: salida de los hijos del hogar, pérdida de actividad laboral (jubilación), incorporación de nuevos miembros familiares y pérdida de seres queridos que repercutirán disminuyendo sus redes sociales. En esta etapa se produce una disminución de las relaciones secundarias (aquéllas ligadas al rol profesional) y se mantienen las relaciones primarias (íntimas, duraderas, de éstas forman parte la familia y amigos). Por ello la persona mayor a la hora de recibir cuidados prefiere siempre los que 9 provienen de su familia y amigos (red informal) antes de acudir a los recursos sociosanitarios (apoyo social formal). La sexualidad evoluciona y sufre modificaciones a lo largo de las distintas etapas de la vida. Los cambios físicos, psicológicos y sociales que se experimentan en la vejez condicionan la manera en que las personas mayores viven su sexualidad. Aun cuando los cambios fisiológicos afectan a la sexualidad y algunas enfermedades y fármacos influyen en la actividad sexual de las personas mayores, el deseo y los intereses sexuales se mantienen. Incluso la actividad sexual puede mantenerse hasta edades avanzadas. Se debe señalar además que existen factores personales que afectan las relaciones sexuales en las personas mayores entre ellos están: 1. Falta de estímulo sexual : Provocados por una vida sexual monótona y poco variada. 2. Menor intensidad de las relaciones sociales. 3. Pérdida de atractivos corporales de la pareja: La creencia de que es incorrecto tener fantasías sexuales en esta edad. 4. Trabajo, jubilación y aspectos económicos: preocupaciones, personas sometidas a elevadas presiones o demandas laborales e intelectuales derivadas de sus cargos. 5. Viudez: Los sentimientos afectivos desencadenados por la pérdida del cónyuge se hacen evidentes y se agrega en ocasiones a un periodo prolongado de inactividad sexual. 6. Enfermedades físicas y mentales: Toda enfermedad debilitante o que afecte el psiquismo, por diferentes mecanismos. La Diabetes Mellitus es un ejemplo típico por mecanismos vasculares y neurogénicos pueden producir pérdida de la erección o presencia de eyaculación retrógrada por falta de cierre del esfínter vesical durante el orgasmo 7. Medicamentos: Fármacos utilizados para el tratamiento de la hipertensión arterial pueden provocar disminución del deseo sexual, disfunción eréctil y disminución de la lubricación vaginal. Los antidepresivos se han relacionado con trastornos sexuales que pueden afectar a cualquiera de las fases de la función sexual. 8. Alcoholismo: Los cambios hormonales y metabólicos que afectan a todo el organismo (disminución de la testosterona) provocan trastorno de la erección en el hombre. 9. Creencias religiosas: Consideran el sexo como algo pecaminoso con exclusión de su valor reproductivo, o que debe ser limitado dentro de estrictas reglas. 10. Temor al desempeño: El miedo a fallar a no tener erección o a no hacer "un buen papel". En la mujer por temor a que su cuerpo o su desempeño no sean del agrado de su compañero. Podemos afirmar que un hombre o una mujer sanos físicamente y psíquicamente entre 50 y 70 años o incluso en edades avanzadas pueden mantener un determinado nivel de actividad sexual. 10 La siguiente tabla resume los cambios más evidentes en la respuesta sexual en mujeres y hombres. Mujeres: 1. Disminución leve o variable del deseo sexual relacionado a factores hormonales o sociales 2. Atrofia de la mucosa vaginal, que la hace más corta, menos elástica y lubricada; lo que puede provocar un dolor durante la penetración. 3. Disminución de la congestión del clítoris. 4. Disminución de la frecuencia e intensidad de las contracciones orgásmicas. Toma más tiempo alcanzar el orgasmo y su duración disminuye. Hombres: 1. Disminución leve o variable del deseo sexual relacionado a factores hormonales o sociales. 2. Erección más lenta, que requiere mayor estimulación. 3. Retraso de la eyaculación. 4. Menor volumen de esperma y eyaculado. 5. Disminución de la frecuencia e intensidad de las contracciones orgásmicas. La actitud de la sociedad es con frecuencia negativa ante la idea de que los mayores puedan estar interesados por la actividad sexual. Puesto que la actividad sexual va más allá y es mucho más que el coito, mantener la actividad sexual y la sexualidad en esta etapa de la vida es especialmente factible y sano, e implica además afecto, compañía, contacto físico,interrelaciones sociales, y mejora de la autoestima. La sexualidad de los adultos mayores es objeto de variados prejuicios, se piensa que los adultos mayores pierden todo el interés sexual cuando envejecen o que ellos son pervertidos si continúan teniendo relaciones sexuales. La realidad es que el potencial sexual puede permanecer hasta la muerte aún cuando sea alterado por los cambios propios del envejecimiento. La sociedad no está preparada para compartir y aceptar la sexualidad de la persona mayor, así lo corrobora términos tales como ”viejo verde” “Vieja indigna”. La dieta sana, los ejercicios físicos, la eliminación de hábitos tóxicos como el tabaquismo y el alcohol, la consulta regular al médico, son algunos modos de conservar nuestra salud y disfrutar de la sexualidad en la llamada tercera edad. 1.2. La enfermedad y la convalecencia. Según la definición de la Organización Mundial de la Salud entendemos por Salud el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades. 11 La enfermedad se refiere a la respuesta del organismo hacia un agente patógeno que origina una afectación funcional u orgánica, alterando la salud de la persona. Todos los pacientes que padecen una enfermedad presentan determinadas características comunes en mayor o menor grado: Sufrimiento o malestar físico o psicológico. Ansiedad o angustia. Miedo causado por distintos motivos: la propia enfermedad y sus consecuencias; el dolor o daño físico; las pruebas a las que se le someta, etc. Sensación de indefensión. Desorientación. Sentimiento de incapacidad. Sensación de vulnerabilidad. Hipersensibilidad. Cuando se trata de enfermedades sabemos que las hay unas peores que otras, pero también se puede dar el caso de que una misma enfermedad se presente más o menos agresiva dependiendo de la persona o de la etapa en la que ésta se encuentre. Explicaremos la diferencia entre enfermedades agudas, crónicas y terminales. A. Enfermedades agudas:Se caracterizan por tener una afección ( enfermedad) de duración determinada y de aparición repentina. Salvo complicaciones, las enfermedades agudas remiten después de administrar un tratamiento. La convalecencia es menos traumática y rápida cuando el paciente permanece en su entorno (familia, cuidadores habituales..). Algunas enfermedades agudas: gripe, gastroenteritis, cefaleas… B. Enfermedades crónicas: La enfermedad afectará durante varios años, incluso toda la vida. El tratamiento se orienta a la enfermedad y a sus efectos para evitar que la enfermedad progrese. En este tipo de enfermedades es importante que el paciente aprenda hábitos de autocuidados. Algunas enfermedades crónicas: asma, hipertensión arterial, diabetes,.. C. Enfermedades terminales: Son aquellos que padecen una enfermedad incurable avanzada, la intervención se centrará en aplicar cuidados paliativos para aliviar el dolor y mejorar el confort en el último tramo de su vida. Las personas enfermas tienen unas necesidades comunes como son: A. Necesidad de información: Es importante dar una información clara y completa de la enfermedad, de forma que la persona pueda adaptarse mejor a la situación. De esta forma el miedo a lo desconocido se minimiza, además podrá tomar decisiones de forma más 12 consciente. B. Necesidad de cuidados físicos y aprendizaje de técnicas de autocuidado. Cada persona necesitará unos cuidados concretos para tratar su enfermedad, a veces tendrá que realizarlos un técnico (por ser complejos) pero otras veces le enseñaremos a realizar técnicas de autocuidado (control de la glucemia,administrar insulina, relajación...), tendremos que facilitarle los apoyos que precise. C. Necesidad de relación social y expresión emocional: es importante establecer vías de comunicación para que pueda expresar sus sentimientos, miedos, deseos y necesidades con el fin de evitar el aislamiento y la aparición de estados depresivos. D. Necesidad de ocio y autorrealización: con frecuencia las personas enfermas centran su ánimo en la enfermedad, es por ello que debemos intentar que encuentre actividades que le distraigan y le sean satisfactorias (leer, pintar, hacer manualidades...). La convalecencia se refiere al periodo, más o menos prolongado, que ocurre entre la enfermedad y el retorno al estado de salud, y durante el cual se restablece progresivamente el funcionamiento normal de los diversos órganos y aparatos del organismo humano. La convalecencia no termina hasta el restablecimiento completo de la salud. Es variable en tiempo y calidad, dependiendo del tipo de enfermedad de que se trate y de los factores genéticos,físicos, psicológicos, sociales de la persona enferma. La convalecencia de una enfermedad cobra especial importancia en los servicios de asistencia domiciliaria. En muchas ocasiones el período de convalecencia se realiza en el domicilio de la persona afectada, por lo que resulta fundamental el apoyo de los servicios domiciliarios en la atención a las necesidades del usuario durante este período. Existen patologías que se dan con mayor frecuencia en la vejez y que se estudian desde la geriatría, y se denominan “grandes síndromes geriátricos”. Entre ellos destacan: 1. Inmovilidad: La persona deja de realizar movimientos y poco a poco se limitan a sus domicilios o a espacios reducidos. Es importante motivar a la realización de ejercicio físico y favorecer la participación en todas las AVD. 2. Incontinencia urinaria: Pérdida involuntaria de la orina, podemos sugerir ir al baño con frecuencia o distribuir de forma adecuada la toma de líquidos. 3. Úlceras por presión: Daños que se producen en la piel por una presión duradera, se da en personas encamadas o que pasan mucho tiempo en silla de ruedas, los cambios posturales son importantes para prevenirlas 4. Caídas: Por falta de equilibrio y falta de adaptaciones arquitectónicas. 5. Trastornos del sueño: El sueño puede verse alterado por causas psicológicas (ansiedad, 13 miedos..), ambientales (frío o calor excesivo...), por la medicación, por enfermedades. Las técnicas de relajación, hábitos regulares, evitar excitantes antes de dormir etc.. son aconsejables antes de administrar somníferos. 1.3. Las Discapacidades: 1.3.1. Concepto Más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento. En los años futuros, la discapacidad será un motivo de preocupación aún mayor, pues su prevalencia está aumentando. Ello se debe a que la población está envejeciendo y el riesgo de discapacidad es superior entre los adultos mayores, y también al aumento mundial de enfermedades crónicas tales como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de la salud mental. En todo el mundo, las personas con discapacidad tienen peores resultados sanitarios, peores resultados académicos, una menor participación económica y unas tasas de pobreza más altas que las personas sin discapacidad. En parte, ello es consecuencia de los obstáculos que entorpecen el acceso de las personas con discapacidad a servicios que muchos de nosotros consideramos obvios, en particular la salud, la educación, el empleo, el transporte, o la información. La percepción que la sociedad tenga de la discapacidad ocasiona un impacto muy fuerte en el tipo de respuesta que se da a los temas de discapacidad y a la manera en que las personas con discapacidad son consideradas. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) establece en su artículo 1º: "Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás” La Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y la Salud (CIF) logró avances a la hora de comprender y medir la discapacidad. Se creó a través de un largo proceso en el que participaron académicos, clínicos y, lo más importante, personas con discapacidad. La CIF hace hincapié en el rol de los factores ambientales en la creación de la discapacidad, y esa es la principal 14 diferencia entre esta nueva clasificación y la anterior Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías. En la CIF, los problemas del funcionamiento humano se agrupan en tres categorías vinculadas entre sí: A. Deficiencias: Son problemas en la función corporal o alteraciones en la estructura corporal; por ejemplo, parálisis o ceguera. B. Limitaciones de la actividad: Son dificultades para realizar actividades; por ejemplo, caminar o comer. C. Restricciones de participación: Son problemas para participar en cualquier ámbito de la vida; por ejemplo, ser objeto de discriminación a la hora de conseguir empleo o transporte. La discapacidad se refiere a las dificultades que se presentan en cualquiera de las tres áreas de funcionamiento. Las personas con discapacidad tienen derecho a vivir de forma independiente y a participar plenamente en todos los aspectos de la vida. Para ello, los poderes públicos adoptarán las medidas pertinentes para asegurar la accesibilidad universal, en igualdad de condiciones con las demás personas, en los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, así como los medios de comunicación social y en otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales. Las personas con discapacidad y sus familias tienen derecho a los servicios sociales de apoyo familiar, de prevención de deficiencias , de promoción de la autonomía personal, de información y orientación, de atención domiciliaria, de residencias, de apoyo en su entorno, servicios residenciales, de actividades culturales, deportivas, ocupación del ocio y del tiempo libre. 1.3.2. Clasificación y etología frecuente La clasificación se divide en tres grandes grupos: Discapacidad física, discapacidad sensorial y discapacidad psíquica o intelectual. A. Discapacidad Física: Se considerará que una persona tiene discapacidad física cuando padezca anomalías orgánicas en el aparato locomotor o las extremidades (cabeza, columna vertebral, extremidades superiores y extremidades inferiores). También se incluirán las deficiencias del sistema nervioso, referidas a las parálisis de extremidades superiores e inferiores, paraplejias y tetraplejias y a los trastornos de coordinación de los movimientos, entre otras. Un último subconjunto recogido en la categoría de discapacidades físicas es el referido a las 15 alteraciones viscerales, esto es, a los aparatos respiratorio, cardiovascular, digestivo, genitourinario, sistema endocrino-metabólico (diabetes, hipotiroidismo) y sistema inmunitario. B. Discapacidad sensorial: Supone la afectación de alguno de los principales canales sensitivos de recepción de la información, el sentido de la vista o del oído y el lenguaje. La disfunción afecta al desarrollo de las AVD (actividades de la vida diaria) de la persona limitando su participación en el entorno que le rodea. C. Discapacidad psíquica o intelectual: Hace referencia a trastornos permanentes en el comportamiento adaptativo de las personas. Pueden ser debidos a deficiencia mental (en cuya categoría se incluye el espectro del retraso mental en sus grados severo, moderado y leve, además del retraso madurativo), las demencias y otros trastornos mentales. En esta última recoge trastornos tan diversos como el autismo, la depresión mayor, el trastorno bipolar, los trastornos de pánico, las esquizofrenias, los trastornos psicóticos, somáticos y de la personalidad, entre otros. Las etologías frecuentes sucede en torno a cuatro grandes grupos de riesgo: A. Problemas perinatales: Defectos y malformaciones genéticas (Síndrome de Down, hidrocefalia,etc.). Prematuridad (peso menor a 2.500 gramos en el nacimiento). Problemas en el parto, daño obstétrico (anoxia, traumatismos). Sufrimiento fetal. Retrasos evolutivos (en el lenguaje, Psicomotricidad), problemas de conducta, parálisis cerebral, pérdida de visión o de audición, luxaciones, etc., son algunos de los efectos que pueden producirse alrededor del embarazo y del parto. B. Riesgo socioambiental: La tasa de deficiencias se triplica en ambientes muy desfavorecidos. Las situaciones socioculturalmente desfavorecidas traen consigo problemas de salud (desnutrición, enfermedades), inadaptación, retrasos en el desarrollo y problemas de aprendizaje. Los niños pertenecientes a etnias minoritarias o a grupos excluidos pertenecen también a este grupo de riesgo, pues se van a desenvolver en ambientes de marginalidad y de falta de recursos para atender sus necesidades más básicas (vivienda, alimentación, higiene...). Las situaciones de falta familiar y maltrato suponen otro importante factor de riesgo asociado a deficiencias, trastornos de conducta, enfermedades y trastornos emocionales. 16 C. Accidentes: A partir del primer año de vida, el riesgo de deficiencias se traslada especialmente a los accidentes: en el hogar (1 a 4 años), en el colegio y grupos de ocio (4 a 18 años), accidentes de tráfico (jóvenes)y accidentes laborales (en torno a los 20 - 30 años). D. Enfermedades crónicas: Aparato circulatorio Digestivo Osteo-articulares y respiratorias Principales causas que derivan en secuelas permanentes e incapacitantes asociadas a los procesos naturales de envejecimiento. 1.3.3. Características y necesidades Establecer características comunes a las personas con discapacidad resulta complicado, ya que depende del tipo de discapacidad, de las características de la persona, del entorno... pero sí vamos a señalar rasgos comunes: A. Inseguridad y baja autoestima: como consecuencia de las dificultades para realizar actividades y participación social. B. Excesiva dependencia de otros:en ocasiones como consecuencia de un cuidado excesivo (sobreprotección). Pueden también aparecer sentimientos de frustración, rechazo o negación de su situación. C. Distorsiones en la valoración de sus capacidades. D. Dificultades en la relación con otras personas. En cuanto a las Necesidades: A. Necesidad de respeto: ser tratados con normalidad y dignidad como personas, evitando actitudes de lástima. B. Necesidad de apoyos: para poder desarrollar por sí mismos una vida con la mayor autonomía posible. C. Necesidad de acompañamiento: acompañar, no hacer por él. D. Necesidad de motivación. Es importante que los profesionales seamos capaces de detectar estas necesidades y prestar la atención que precisen para mejorar su bienestar y autonomía. 1.3.4. Calidad de vida, apoyo y autodeterminación de las personas con discapacidad. Autodeterminación se define como el proceso por el cual la acción de una persona es el principal 17 agente causal de su propia vida y de las elecciones y toma de decisiones sobre su calidad de vida, libre de influencias externas no deseables. Una característica esencial es que la persona pone en juego las habilidades y actitudes necesarias para ser el principal responsable de su vida. Autodeterminación y calidad de vida están relacionadas, ya que ser responsable de las decisiones adoptadas revierte positivamente en la personas mejorando la autoestima.En el caso de las personas con discapacidad intelectual se les niega la posibilidad de decidir sus propios proyectos de vida, con la finalidad de protegerles, evitarles frustraciones, o simplemente por costumbre. Nuestra tarea será facilitar a las personas con discapacidad su derecho a elegir, implicará aumentar la motivación para realizar las tareas y disminuir los comportamientos desajustados. En relación con estas ideas surge el paradigma de apoyos que cree en la capacidad de la persona y apuesta por su autonomía. Este paradigma se centra en las limitaciones funcionales, el bienestar personal, los apoyos individualizados y en las competencias y adaptaciones personales. Entendiendo por apoyos: los recursos y estrategias desde los ámbitos individual, familiar, social y político, que pretenden el desarrollo, la educación y el bienestar de la persona, mejorando así su funcionamiento individual. -Actuaciones a nivel político-institucional: en el fomento y búsqueda de recursos, así como en la eliminación de barreras arquitectónicas y estudios sobre accesibilidad. -Actuaciones a nivel social o comunitario: mediante la concienciación social y acciones encaminadas a favorecer que las personas con discapacidad sean aceptadas de igual modo que otras a pesar de sus diferencias. -Actuaciones a nivel individual y familiar: implicando a ambos en el tratamiento y favoreciendo procesos de normalización y de autorresponsabilidad de la persona con discapacidad. Las personas con discapacidad conforman un grupo vulnerable y numeroso al que el modo en que se estructura y funciona la sociedad ha mantenido habitualmente en conocidas condiciones de exclusión. Este hecho ha comportado la restricción de sus derechos básicos y libertades condicionando u obstaculizando su desarrollo personal, así como el disfrute de los recursos y servicios disponibles para toda la población y la posibilidad de contribuir con sus capacidades al progreso de la sociedad. En este sentido, la Ley 13/1982, de 7 de abril, de integración social de las personas con discapacidad, fue la primera ley aprobada en España dirigida a regular la atención y los apoyos a las personas con discapacidad y sus familias, en el marco de los artículos 9, 10, 14 y 49 de la Constitución, y supuso un avance relevante para la época. La Ley 13/1982, de 7 de abril, participaba ya de la idea de que el amparo especial y las medidas de 18 equiparación para garantizar los derechos de las personas con discapacidad debía basarse en apoyos complementarios, ayudas técnicas y servicios especializados que les permitieran llevar una vida normal en su entorno. Estableció un sistema de prestaciones económicas y servicios, medidas de integración laboral, de accesibilidad y subsidios económicos, y una serie de principios que posteriormente se incorporaron a las leyes de sanidad, educación y empleo Finalmente, es imprescindible hacer referencia a la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada el 13 de diciembre de 2006 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), ratificada por España el 3 de diciembre de 2007 y que entró en vigor el 3 de mayo de 2008. La Convención supone la consagración del enfoque de derechos de las personas con discapacidad, de modo que considera a las personas con discapacidad como sujetos titulares de derechos y los poderes públicos están obligados a garantizar que el ejercicio de esos derechos sea pleno y efectivo Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. Esta ley tiene por objeto: a) Garantizar el derecho a la igualdad de oportunidades y de trato, así como el ejercicio real y efectivo de derechos por parte de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones respecto del resto de ciudadanos y ciudadanas, a través de la promoción de la autonomía personal, de la accesibilidad universal, del acceso al empleo, de la inclusión en la comunidad y la vida independiente y de la erradicación de toda forma de discriminación, conforme a los artículos 9.2, 10, 14 y 49 de la Constitución Española y a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y los tratados y acuerdos internacionales ratificados por España. b) Establecer el régimen de infracciones y sanciones que garantizan las condiciones básicas en materia de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad. 2. Delimitación del ámbito de la atención domiciliaria 2.1. Unidades convivenciales con personas dependientes: tipología y funciones. Una unidad convivencial con personas dependientes es el ámbito donde pueden convivir, en el mismo domicilio una o varia personas sea cual sea su afinidad o parentesco. Tipología: Las unidades convivenciales con personas dependientes pueden ser: A. Unidades convivenciales familiares 19 B. Unidades convivenciales no familiares C. Unidades convivenciales familiares A. Unidades convivenciales familiares Ámbito donde conviven una o varias personas compartiendo domicilio, todos o parte de los ingresos económicos, y la socialización de sus miembros. Tipos de familias: 1. Familias nucleares: Compuestas por padres (casados o no) e hijos no emancipados, con alguno de sus miembros en situación de dependencia (bien alguno de los padres, bien alguno de los hijos). 2. Familias monoparentales: Un solo padre convive con hijos no emancipados, con alguno de éstos en situación de dependencia. 3. Familia extensa: Familias nucleares o monoparentales conviven con otro u otros familiares con diferentes grados de parentesco (abuelos, tíos…), con alguno de sus miembros en situación de dependencia (habitualmente la persona o personas mayores) 4. Familia reconstituida o ensamblada: Familias en las que, tras una separación o divorcio, uno de los miembros de la pareja vuelve a casarse o convive con otra persona, existiendo como mínimo un hijo de la relación anterior y con alguno de sus miembros en situación de dependencia (bien alguno de los miembros de la pareja, bien alguno de los hijos, etc.) 5. Familias de personas de la tercera edad: Pareja de personas mayores, con uno o ambos en situación de dependencia 6. Familia de una sola persona en situación de dependencia: Aunque no es una unidad convivencial tiene un amplio interés en el ámbito de la ayuda a domicilio. Suelen ser personas mayores (viudos o viudas que viven solas) aunque pueden darse casos de personas más jóvenes con enfermedades mentales crónicas emancipadas, con algún grado de dependencia, o personas con algún tipo de discapacidad física o enfermedad degenerativa (p.ej. esclerosis múltiple). B. Unidades convivenciales no familiares Ámbito donde conviven varias personas sin ningún tipo de parentesco, pero asumiendo responsabilidades con el resto de sus miembros. Entre ellas podemos encontrar: 1. Unidades de acogida: Familias o personas que acogen en su domicilio a personas dependientes con las que no hay parentesco. Se ofrece desde algunas unidades de servicios sociales. 2. Unidades de tutela: Acogimiento de un dependiente sin parentesco en una familia bajo 20 régimen de tutela. La tutela siempre estará dictaminada por un juez. 3. Alojamiento con estudiantes: Posibilidad para personas dependientes (generalmente personas mayores) de compartir domicilio con un estudiante, de manera que se ofrecen mutuamente compañía, colaboración en tareas y reparto de los gastos. Se impulsa desde la Universidad, con la colaboración de la Obra Social de alguna Caja de Ahorros y los Servicios Sociales Municipales. 4. Unidades de Pisos tutelados: Viviendas donde conviven de tres a ocho personas como máximo dirigidos a personas mayores, personas con diferentes discapacidades, o enfermedades mentales, que poseen cierta autonomía en las actividades de la vida diaria y no dependen continuamente de personal sociosanitario para sus cuidados. Tienen alojamiento, manutención, y atención psicosocial. FAISEM Funciones: Las funciones de una unidad convivencial, en relación con las personas dependientes son múltiples. Podemos destacar: 1. Económica: Pueden darse diferentes funciones económicas como mantenimiento de los miembros no productivos, unidad de consumo o compartir gastos. 2. Educativa-socializadora: Corresponde a la educación e integración en la sociedad de los diferentes miembros de la unidad. 3. Psicológica:Satisfacción de las necesidades de afecto, seguridad y reconocimiento. 4. Cuidado y protección: Cuidado a los miembros con necesidades de atención y protección psicológica. 5. Domiciliaridad: Establecimiento o creación de un espacio de convivencia y refugio. 6. Establecimiento de roles: Según las culturas, cada miembro de la unidad adquiere algún tipo de rol dentro del funcionamiento de la propia unidad convivencial. 2.1.1. Necesidades y riesgos de los cuidadores principales Entendemos por cuidador principal a aquella persona que, aunque no pertenece al mundo sociosanitario ni se ha formado en él, procura los cuidados necesarios a un enfermo crónico o persona dependiente. Pertenece a la red de cuidadores informales, es decir, existen vínculos familiares. En la mayoría de las ocasiones la responsabilidad de los cuidados la asume una única persona, generalmente una mujer (esposa, hija o nuera) y muchas de las veces sin que haya habido un consenso o acuerdo explícito con el resto de la familia. Estas mujeres, con frecuencia se suelen sentir desbordadas, porque además de atender a su familiar mayor, deben continuar con su vida laboral (si la tienen) y con la atención al resto de miembros de la familia: hijos, esposo... 21 Los estudios realizados acerca de cuáles son las necesidades más importantes de la persona cuidadora principal, han puesto de manifiesto que las más importantes y urgentes son las siguientes: 1. Información: La necesidad de información abarca una gran gama de temas (características del envejecimiento, características de las demencias, alimentación e higiene del dependiente, manejo de los medicamentos, prevención de accidentes diurnos y nocturnos, cambios de personalidad y de la conducta, niveles de comunicación, etc.) y permitirá una mejor relación y comprensión de la persona dependiente, una ayuda en la toma de decisiones, una mejor comunicación con los miembros de la familia, un saber hacer y una mayor seguridad en la propia persona. 2. Formación en diferentes habilidades: Hace referencia a la habilidad de comunicación, el afrontamiento del estrés, la autoconfianza,... y además enriquecerse en aspectos personales, afectivos, emocionales y de relación a fin de conseguir una suficiente autoconfianza, al objeto de controlar aspectos de la enfermedad, delimitar el tiempo, permitir que otros miembros de la familia o del vecindario le ayuden, y mantener una vida afectiva y personal activa para saber que está haciendo las cosas lo mejor que puede en cada circunstancia. Se debe reforzar especialmente el autocuidado: Llevar una alimentación sana. Descansar cada día lo suficiente. Practicar ejercicio. Conservar y cuidar la propia salud. Practicar la relajación. Mantener una vida social activa. Utilizar los recursos comunitarios. Pedir ayuda. 3. Apoyo emocional: Se trata de una necesidad básica caracterizada por el afecto, comprensión y apoyo de otras personas de su círculo social (sean familiares o no). Para ello, en ocasiones se forman grupos de apoyo, constituidos por personas que viven situaciones similares. 4. Fórmulas adecuadas para facilitar el descanso de las personas cuidadoras: Deben existir opciones para atender a las personas dependientes en determinadas circunstancias (mañanas, vacaciones, fines de semana...) y permitir a la persona cuidadora principal tener momentos 22 de respiro. Así podemos hablar de centros de día, acompañantes, voluntarios, ONG,cuidadores profesionales, asociaciones de familiares, familias de acogida, etc. Como es obvio, existen muchas otras necesidades (económicas, domésticas,ayuda en el cuidado físico, ayuda en las compras, etc). no obstante, las señaladas anteriormente son las que presentan una mayor demanda. En todo caso, los cuidadores son auténticos agentes de salud que necesitan apoyo y asesoramiento para poder llevar a cabo las actividades cuidadoras eficazmente. Ello se justifica porque sus conocimientos son muy limitados, porque tienen que compatibilizar sus actividades habituales con un trabajo remunerado y con el propio cuidado de la persona dependiente. En fin, porque no cuentan con conocimientos, recursos y habilidades suficientes. Los riesgos de los cuidadores principal son: 1. Pueden surgir peleas con otros miembros de la familia por las tensiones que conlleva el cuidado, por falta de colaboración, por falta de reconocimiento del esfuerzo y dedicación, por las diferencias de opinión entre unos y otros, por la alteración del ritmo y desarrollo normal de la vida cotidiana (nietos que deben ceder su habitación, que no tienen ambiente de estudio... ), etc. 2. Es cada vez más complicado compaginar el cuidado con el trabajo, se puede tener la sensación de estar incumpliendo con éste o de estar abandonando al familiar dependiente cuando se va a trabajar, o puede que, finalmente, se tenga que dejar o reducir la jornada laboral..Los ingresos disminuyen en ese caso a la par que los gastos derivados del cuidado pueden aumentar. 3. Se corre el peligro de ser absorbido por el papel de cuidador,renunciando a las necesidades propias de relación, aislándose y cayendo progresivamente en la depresión. Es por tanto determinante la actitud que adopte el cuidador, siendo muy conveniente el aprovechamiento de los recursos formales (residencias temporales, respiro familiar, centros de día, ayuda a domicilio) y de otros informales (red de apoyo en su entorno: otros familiares, amigos, vecinos...) produciendo en el cuidador un desahogo y desconexión mental que le beneficiará de forma muy positiva. 4. Se produce un impacto negativo en la salud física: es probable que sienta cansancio físico y fatiga mental, que el riesgo de aparición de enfermedades aumente (dolores dorsales, alteraciones psicosomáticas...), insomnio, agotamiento físico y mental, y, que tenga la sensación de que su salud ha empeorado desde el inicio del cuidado. Es muy importante prestar atención a las reacciones emocionales del cuidador, puesto que si éste no se siente bien, la situación acabará afectando de manera inevitable a la calidad de los cuidados que 23 dispensa a su familiar. No obstante, hay que señalar que la experiencia que cada cuidador familiar tiene sobre el cuidado es única y depende de muchos aspectos: por qué se cuida, a quién, la relación previa con la persona cuidada, la causa y el grado de dependencia del familiar, la ayuda que prestan otros miembros de la familia, las exigencias que se marquen los cuidadores… 2.2. Evolución, funcionamiento y prospectiva de los Servicios de Ayuda a Domicilio. 1. Evolución en el desarrollo de los SAD en España en el contexto de la Unión Europea. Sin entrar en el análisis de la perspectiva histórica de la ayuda a domicilio, con antecedentes bastante remotos en el tiempo, según ha sido bien señalado por algunos autores (Estivil, 1991, Estrada, 1993), a continuación se realiza un somero repaso a los orígenes en España del servicio de ayuda a domicilio en sentido estricto, es decir, como servicio público desarrollado por las diferentes Administraciones Públicas. Puede situarse su inicio en la década de los 70, cuando, por Orden del Ministerio de Trabajo de 19 de marzo de 1970, se establecía el Servicio Social de Asistencia a los ancianos, que fijaba entre sus objetivos la “organización de asistencia o ayuda domiciliaria a los beneficiarios” Por otra parte, la Orden del mismo Ministerio de 26 de febrero de 1971 aprobaba el Plan Nacional de la Seguridad Social de Asistencia a los ancianos, una de cuyas áreas de actuación consistía en el desarrollo de la ayuda a domicilio. Se configuraba ésta como una prestación del Sistema español de Seguridad Social y, por tanto, dirigida a los trabajadores afiliados al sistema, pero restringida a los sectores de población más necesitados. No obstante, lo cierto es que las experiencias que en la década de los 70 se pusieron en marcha como consecuencia de dicha normativa sólo fueron algunos proyectos aislados, que, desde luego, no alcanzaron significación estadística. El inicio del SAD con carácter general puede situarse a partir de la constitución de los primeros ayuntamientos de la democracia, que tuvo lugar con las elecciones municipales de 1979, si bien su extensión en todo el territorio del Estado no se realiza hasta bien entrados los años 80, conforme pudo ser puesto de relieve en un estudio realizado por el INSERSO, en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (INSERSO, 1990) El mencionado estudio reveló, por otra parte, y como aspecto positivo a destacar, la generalización del servicio en la mayoría de los municipios. Fuera de nuestras fronteras, puede afirmarse que en el conjunto de muchos de los países más desarrollados de Europa la extensión generalizada del SAD da comienzo con bastantes años de anticipación, en comparación con España. Algunos de ellos, como los países nórdicos, Gran Bretaña y Holanda comienzan a implantarlos con posterioridad al fin de la II Guerra Mundial, como correlato del triunfo de las ideas acerca del Estado del Bienestar propugnadas por Beveridge y Keynes y dentro de un contexto amplio de prestaciones universales de seguridad social, que incluye las pensiones, la asistencia sanitaria y los servicios sociales, uno de cuyos pilares lo constituye el SAD. Concretamente, 24 en Gran Bretaña se regula en 1946, concibiendo la atención a domicilio como uno de los programas de la asistencia sanitaria. El Gobierno holandés, por su parte, organiza y financia un sistema de ayuda a domicilio con carácter general en 1947 con ayuda de entidades voluntarias, generalmente vinculadas a instituciones religiosas. En Dinamarca, la primera legislación sobre ayuda domiciliaria se produce en 1949.A los pioneros se les van uniendo la mayoría del resto de los países desarrollados durante las décadas de los 60 y 70, años en los que fueron apareciendo normas sobre su implantación, para después realizarse un desarrollo y extensión generalizada del SAD. A lo largo de los años 80 resultó ya posible en la mayor parte de ellos realizar evaluaciones sobre el conjunto de servicios que ofrecía la prestación de atención domiciliaria y consolidarla como vía óptima de atención a personas o grupos familiares vulnerables. Entre las ventajas que más se destacan es que estos apoyos son los más idóneos para permitir a las personas con discapacidades o dependencias vivir el máximo tiempo posible en su casa, retrasando o evitando institucionalizaciones innecesarias. Este período se caracteriza por la implantación de criterios más técnicos y perfeccionados en la organización de los SAD. Sin duda alguna, el grupo de países que más ha avanzado en la extensión de la protección social en general, y de los SAD en particular, es el constituido por los países nórdicos. 2. Dependencia y funcionamiento de los SAD en España. Este conjunto de servicios se presta fundamentalmente por iniciativa de las Administraciones Públicas, y, sobre todo, por las corporaciones locales. La gestión y prestación del servicio suele correr a cargo de organizaciones de carácter no lucrativo, así como por empresas mercantiles o cooperativas de servicios, con quienes los ayuntamientos suscriben los correspondientes conciertos de servicios. La organización y coordinación de los SAD suele estar a cargo de los trabajadores/as sociales, aunque en algunos lugares es un equipo multiprofesional el que se responsabiliza de su funcionamiento. 3. Visión prospectiva del desarrollo de los SAD: Una alternativa eficaz y eficiente y un programa generador de soluciones a personas dependientes y familias cuidadoras. De cara al futuro se estima que necesariamente van a desarrollarse los SAD en mucha mayor medida de lo que se ha hecho en los últimos años. Pero, además de aplicar esfuerzos y presupuestos a la extensión de la cobertura, deben atenderse también otros aspectos como son: la superación de los desequilibrios interterritoriales que actualmente existen entre las Comunidades Autónomas, la eliminación de las diferencias en las modalidades de acceso al servicio, la introducción de medidas dirigidas a corregir la gran diversidad existente en el sistema de contribución de usuarios/as al pago de los costes, el incremento de la intensidad de los servicios de atención personal, la generalización de la atención coordinada entre los servicios sociales y los servicios sanitarios, etcétera La identificación de este programa, dentro del conjunto de servicios sociales destinados a la atención 25 de las personas con discapacidad o dependencia, como el más idóneo para desarrollarlo de manera inmediata obedece a las siguientes razones: 1. Insuficiencia de la cobertura actual en España, en relación con otros países de Europa. 2. Facilidad de implementación de los SAD. Al contrario de lo que ocurre con otros servicios sociosanitarios (residencias, centros de día, etc.), no son necesarias grandes inversiones en infraestructuras ni largos períodos de tiempo para desarrollar los SAD. 3. Dar satisfacción a la propia demanda de las personas dependientes y de sus familias. Según la investigación disponible en España, y en coincidencia con lo que ocurre en el conjunto de los países desarrollados, resulta preferible para la mayoría de los afectados de dependencia (lo mismo que para sus familias) recibir atención en su propio domicilio. 4. El SAD es un recurso eficaz y más barato en cuanto a su mantenimiento que otros servicios. 5. El SAD es uno de los servicios identificados como “nuevo yacimiento de empleo”. 2.2.1. Los Servicios de Ayuda a Domicilio o de atención domiciliaria. Conceptualización y objetivos. 1. Los SAD en el contexto de los servicios sociales de base. El inicio del SAD, con las características generales de servicio público, habría de arrancar a partir de la aprobación de la Constitución Española de 1978 y la configuración de los primeros ayuntamientos de la democracia, hechos que tuvieron lugar tras las elecciones municipales de 1979. Después de éstas, las Corporaciones Locales (Municipios, Cabildos insulares y Diputaciones Provinciales y Forales) desarrollan nuevas competencias en el área de la asistencia social y de los servicios sociales. La Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, mencionaba alguna de las funciones que a este nivel de la Administración le correspondían (obligatorias para los municipios mayores de 20 mil habitantes) y que, sobre todo, tienen que ver con los denominados servicios sociales generales o de atención primaria que en su territorio se presten. Para lograr el impulso y más rápido desarrollo de la red local de servicios sociales y de las prestaciones de este nivel de la Administración fue decisivo el Plan Concertado para el desarrollo de prestaciones básicas de servicios sociales de CC.LL., que se inició el año 1988 por iniciativa de la Administración General del Estado y con la colaboración y financiación conjunta entre ésta, las respectivas CC.AA. y las CC.LL. Las prestaciones básicas del Plan Concertado son cuatro: información, diagnóstico, orientación y ayuda a domicilio. Con respecto al caso concreto del SAD, tal como se pudo poner de manifiesto en el primero de los estudios realizados mediante la colaboración entre el INSERSO y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) al inicio de la década de los años 90, la extensión y generalización del SAD en todo el territorio del Estado aún no se había conseguido, si bien aquellas CC.LL. que no lo habían iniciado se encontraban 26 en fase de planificación y preparación de la infraestructura correspondiente. Un momento verdaderamente clave para España en el devenir de los servicios sociales en general y del SAD en particular fue la promulgación de la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia (LAPAD), mediante la que, siguiendo la tendencia de algunos países avanzados en políticas sociales, se incrementaba nuestro ámbito de protección social creando un derecho social nuevo que se configura como derecho subjetivo. Entre las prestaciones que la LAPAD contempla está el servicio de ayuda a domicilio (SAD), que pasa a convertirse así en una prestación de derecho para las personas que, reuniendo los requisitos que la ley establece, la soliciten y les sea contemplada en su Programa Individualizado de Atención (PIA). Sin embargo, también el SAD continuó y continúa prestándose a personas o familias que, sin encontrarse en situación de dependencia reconocida oficialmente o ser ésta de carácter leve (no contemplada dentro del ámbito protector de la Ley), sí se encuentran en otras situaciones de fragilidad o necesidad de las que se contemplan y regulan en las respectivas leyes de servicios sociales autonómicas. En algunas de éstas se contempla ya una cartera de servicios, entre ellos el SAD, que se declaran como derechos subjetivos. Todo lo anterior ha originado que, el crecimiento que en España ha tenido la extensión de la cobertura del SAD a lo largo de los últimos decenios haya sido muy notable, aunque insuficiente según las previsiones realizadas Aunque los servicios domiciliarios estaban en su origen enfocados a las familias en general, y en particular, a las madres y a la infancia en situación de riesgo, la evolución sociodemográfica derivada del envejecimiento poblacional ha hecho que el SAD se preste en un altísimo porcentaje a personas mayores y, en mucha menor proporción, a familias e infancia o personas con discapacidad jóvenes. 2. Definición de los SAD Existen diferentes definiciones del SAD. Entre ellas, destacamos la siguiente, que es también la que se recoge en el Libro Blanco de atención a las personas en situación de dependencia (IMSERSO, 2005): Se define el servicio de ayuda a domicilio como un programa personalizado, de carácter preventivo y rehabilitador, en el que se articulan un conjunto de servicios y técnicas de intervención profesionales consistentes en atención personal (física y psicosocial), gestión y funcionamiento de la unidad convivencial, fomento de las relaciones sociales en el entorno y apoyo a las familias, prestado en el domicilio de una persona en situación de fragilidad o de dependencia (Rodríguez, 2003, 2011) En líneas generales, puede ser usuaria /o del SAD toda persona que tenga dificultad para realizar las actividades de la vida diaria y supere los límites de puntuación del baremo establecido a tal efecto en 27 cada entidad local. Cuando se trate de un SAD como prestación derivada de la Ley de Promoción de la Autonomía y Atención a las Personas en Situación de Dependencia (LAPAD), los requisitos son los establecidos por las normas derivadas de dicha Ley. 3. Objetivos generales de los SAD Generalmente, se cita como objetivo general del SAD mejorar la calidad de vida de las personas usuarias, potenciando su autonomía, seguridad y relaciones sociales. Y entre sus objetivos específicos, suelen encontrarse: Promover la autonomía personal en el medio habitual, atendiendo las necesidades de las personas con dificultades para la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Prevenir y evitar el internamiento de personas que, con este servicio, puedan permanecer en su medio habitual. Apoyar a las unidades de convivencia con dificultades para afrontar las responsabilidades de la vida diaria. Favorecer el desarrollo de capacidades personales y de hábitos de vida adecuados. Promover la convivencia de la persona en su grupo de pertenencia y con su entorno comunitario. Favorecer la participación de las personas y de las unidades de convivencia en la vida de la comunidad. Atender situaciones coyunturales de crisis personal o convivencial. Servir como medida de desahogo familiar apoyando a las personas cuidadoras en su relación de cuidado y atención. 4. La dependencia y la pérdida de autonomía de las personas mayores. El Consejo de Europa define la dependencia como “la necesidad de ayuda o asistencia importante para las actividades de la vida cotidiana”. Es un “estado en el que se encuentran las personas que por razones ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal”. Se recogen así las características definitorias de la dependencia: La limitación física, psíquica o intelectual que disminuye determinadas capacidades personales. La incapacidad para realizar una o varias de las actividades de la vida diaria. 28 La necesidad de cuidados y asistencia por parte de terceros. La atención a las personas en situación de dependencia y la promoción de su autonomía personal deberán orientarse a la consecución de una mejor calidad de vida y autonomía personal, en un marco de efectiva igualdad de oportunidades. La situación de dependencia se clasificará en los siguientes grados: Grado I. Dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal. Grado II. Dependencia severa: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. Grado III. Gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal. En términos generales se podría afirmar que podrán recibir el SAD todas aquellas personas y unidades de convivencia que carezcan o tengan mermada la autonomía, temporal o permanentemente, que les impida satisfacer sus necesidades personales y sociales por sus propios medios, y requieran asistencia para continuar en su domicilio habitual, y que residan en cualquier municipio de la Comunidad Autónoma de que se trate. La concesión del servicio de ayuda a domicilio se efectuará normalmente previa tramitación del procedimiento establecido al efecto por los entes locales competentes conforme a su normativa. Y presentada la solicitud por el interesado, corresponderá a los servicios sociales locales la valoración de la misma y la propuesta de concesión o denegación de la prestación. En el caso de la LAPAD deberá seguirse el procedimiento de valoración y resolución establecido por la normativa específica. La variabilidad en los requisitos de acceso y baremos para la valoración de solicitudes y las diferencias de copago son algunos de los problemas que plantean estas prestaciones ya que se observan diferencias significativas entre CC.AA. y entes locales. El Catálogo de servicios comprende los servicios sociales de promoción de la autonomía personal y de atención a la dependencia que son: 1. Servicio de Teleasistencia: El servicio de Teleasistencia facilita asistencia a los beneficiarios mediante el uso de tecnologías de la comunicación y de la información, con apoyo de los medios personales necesarios, en respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, o de 29 inseguridad, soledad y aislamiento. Puede ser un servicio independiente o complementario al de ayuda a domicilio.Este servicio se prestará a las personas que no reciban servicios de atención residencial y así lo establezca su Programa Individual de Atención. 2. Servicio de Ayuda a domicilio a. Atención de las necesidades del hogar. b. Cuidados personales. El Servicio de Ayuda a Domicilio tiene como finalidad la mejora de la calidad de vida y la promoción de la autonomía de las personas para facilitarles la permanencia en su medio habitual 3. Servicio de Centro de Día y de Noche: a. Centro de Día para mayores. b. Centro de Día para menores de 65 años. c. Centro de Día de atención especializada. d. Centro de Noche. El servicio de Centro de Día o de Noche ofrece una atención integral durante el periodo diurno o nocturno a las personas en situación de dependencia, con el objetivo de mejorar o mantener el mejor nivel posible de autonomía personal y apoyar a las familias o cuidadores. En particular, cubre, desde un enfoque biopsicosocial, las necesidades de asesoramiento, prevención, rehabilitación, orientación para la promoción de la autonomía, habilitación o atención asistencial y personal. 4. Servicio de Atención Residencial: a. Residencia de personas mayores en situación de dependencia. b. Centro de atención a personas en situación de dependencia, en razón de los distintos tipos de discapacidad. El servicio de atención residencial ofrece, desde un enfoque biopsicosocial, servicios continuados de carácter personal y sanitario.La prestación de este servicio puede tener carácter permanente, cuando el centro residencial se convierta en la residencia habitual de la persona, o temporal, cuando se atiendan estancias temporales de convalecencia o durante vacaciones, fines de semana y enfermedades o periodos de descanso de los cuidadores no profesionales. 2.2.2. El rol y el perfil profesional de los/as auxiliares de ayuda a domicilio. Tareas y funciones. Trabajo en equipo. 1) El rol de los/as auxiliares de ayuda a domicilio Un auxiliar de ayuda a domicilio no es más que un profesional cuyo trabajo consiste en ayudar o facilitar ayuda a una persona con problemas de dependencia en su domicilio, para hacer con ella o por ella y en colaboración, en muchas ocasiones, con la familia, aquellas actividades de la vida diaria que no puede realizar solo, intentando fomentar su autonomía 30 2) El perfil profesional Los auxiliares y las auxiliares de ayuda a domicilio son las personas encargadas de la atención directa a las personas usuarias/os mediante la realización de las tareas establecidas por los trabajadores y trabajadoras sociales. Estos profesionales deberán tener la cualificación profesional específica de atención sociosanitaria a personas en el domicilio, acreditada a través de los correspondientes Títulos de Formación Profesional , Certificados de Profesionalidad o vías equivalentes, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Orgánica 5/2002, de 19 de Junio de las Cualificaciones y de la Formación Profesional. A estos efectos, en particular se considerarán: a) El título de formación profesional de grado medio de Técnico en Atención Sociosanitaria o equivalente, regulado en el Real Decreto 496/2003 de 2 de mayo. b) El certificado de Profesionalidad de Atención Sociosanitaria a Personas en el Domicilio o equivalente, regulado en el Real Decreto 1379/2008, de 1 de Agosto modificado por el RD 721/2011, de 20 de mayo). 3) Las tareas de los/ las auxiliares de ayuda a domicilio La prestación del Servicio de Ayuda a Domicilio comprende las siguientes tareas : A. Tareas de carácter doméstico. B. Tareas de carácter personal. A. Tareas de carácter doméstico Son aquellas tareas que van dirigidas fundamentalmente al cuidado del domicilio y sus enseres como apoyo a la autonomía personal y de la unidad de convivencia. Estas actuaciones se podrán concretar, entre otras, en las siguientes actividades: 1. Relacionadas con la alimentación: Preparación de alimentos en el domicilio. Servicio de comida a domicilio. Compra de alimentos con cargo a la persona usuaria. 2. Relacionados con el vestido: Lavado de ropa en el domicilio y fuera del mismo. Repaso y ordenación de ropa. Planchado de ropa en el domicilio y fuera del mismo. 31 Compra de ropa, con cargo a la persona usuaria. 3. Relacionadas con el mantenimiento de la vivienda: Limpieza cotidiana y general de la vivienda, salvo casos específicos de necesidad en los que dicha tarea será determinada por el personal técnico responsable del servicio. Pequeñas reparaciones domésticas. En éstas quedarán englobadas aquellas tareas que la persona realizaría por sí misma en condiciones normales y que no son objeto de otras profesiones. B. Tareas de carácter personal Son aquellas tareas que fundamentalmente recaen sobre las personas usuarias dirigidas a promover y mantener su autonomía personal, a fomentar hábitos adecuados de conducta y a adquirir habilidades básicas, tanto para el desenvolvimiento personal como de la unidad de convivencia, en el domicilio y en su relación con la comunidad. Estas actuaciones se podrán concretar, entre otras, en las siguientes actividades: 1. Relacionadas con la higiene personal: Planificación y educación en hábitos de higiene. Aseo e higiene personal. Ayuda en el vestir. 2. Relacionadas con la alimentación: Ayuda o dar de comer y beber. Control de la alimentación y educación sobre hábitos alimenticios. 3. Relacionadas con la movilidad: Ayuda para levantarse y acostarse. Ayuda para realizar cambios posturales. Apoyo para la movilidad dentro del hogar. Relacionadas con cuidados especiales: Apoyo en situaciones de incontinencia. Orientación temporo-espacial. 4. Control de la administración del tratamiento médico en coordinación con los equipos de salud. 5. De ayuda en la vida familiar y social: 32 Acompañamiento dentro y fuera del domicilio. Apoyo a su organización doméstica. Actividades de ocio dentro del domicilio. Actividades dirigidas a fomentar la participación en su comunidad y en actividades de ocio y tiempo libre. Se excluyen expresamente del Servicio de Ayuda a Domicilio las siguientes tareas: La atención a otros miembros de la unidad de convivencia que no hayan sido contemplados en la valoración, propuesta técnica y concesión del servicio. Las actuaciones de carácter sanitario y otras que requieran una cualificación profesional específica. 4) Funciones de los/las auxiliares de ayuda a domicilio. El personal auxiliar de ayuda a domicilio tendrá, entre otras, las competencias funcionales que a continuación se detallan: Realizar las actuaciones de carácter doméstico y personal. Prestar a las personas usuarias/os la atención adecuada a sus necesidades, realizando un trabajo educativo y contribuyendo a la inserción y normalización de situaciones a nivel individual o convivencial. Estimular el protagonismo de la persona usuaria, no sustituyendola en aquellas tareas que pueda desarrollar autónomamente. Facilitar a las personas usuarias canales de comunicación con su entorno y con el personal técnico responsable del servicio. Cumplimentar la documentación de registro que le corresponda en los modelos establecidos para el servicio. Participar en la coordinación y seguimiento del servicio, facilitando la información necesaria sobre las personas usuarias. 5) Trabajo en equipo El Servicio de Ayuda a Domicilio requiere la intervención de distintos profesionales, con la cualificación necesaria, para garantizar un nivel óptimo de calidad y eficacia en la prestación del mismo. El equipo básico para la prestación del servicio estará formado por trabajadores y trabajadoras 33 sociales y auxiliares de ayuda a domicilio. Además, para posibilitar una actuación integral del mismo podrán participar otros profesionales de los servicios sociales. La persona usuaria contará con una persona de referencia perteneciente al equipo de los Servicios Sociales Comunitarios de la Corporación Local, cuya función será facilitar información y asegurar, de forma integral, la atención que precise. 2.3. Los cuidadores principales y el servicio de ayuda a domicilio. La familia como principal fuente de cuidado informal. Todos los datos internacionales, europeos y nacionales confirman de forma consistente que la familia es la principal proveedora de los cuidados informales para las personas dependientes en la mayoría de los países desarrollados ( Las diversas investigaciones realizadas en nuestro país también indican la mayor representación de los familiares de las personas dependientes entre los cuidadores informales frente a otras fuentes de asistencia informal como los amigos y vecinos. Los últimos datos disponibles señalan que el 81% de las personas dependientes de cualquier grupo de edad es atendido por un familiar (INE, 2002; IMSERSO, 2003). Otra de las cuestiones que aparecen más claras cuando se estudia el perfil de los cuidadores informales es que la provisión de los cuidados de larga duración sigue siendo de forma predominante una tarea principalmente realizada por la mujer. En general, los cuidadores de personas dependientes suelen ser familiares directos como los padres, los hijos o los cónyuges dependiendo del receptor de la asistencia. Son las madres, esposas e hijas las que asumen en mayor medida el cuidado. Los datos recogidos en España muestran que las mujeres mayores dependientes son atendidas fundamentalmente por sus hijas mientras que la asistencia proporcionada a los hombres dependientes de esta misma edad es efectuada bien por la hija bien por la esposa. También se confirma para España lo que sucede en otros lugares, es decir, que el intervalo de edad del cuidador se sitúa entre los 45 y los 69 años. Los cuidadores informales se enfrentan a elevadas demandas durante un período de tiempo prolongado, lo que puede provocarles una intensa sobrecarga que repercute negativamente sobre su salud física y mental. El cuidado se convierte por lo tanto en un estresor que impacta negativamente sobre el cuidador y que probablemente le sobrecargará. En este sentido, el cuidado informal ha sido conceptualizado como un evento vital estresante (Zarit, 1998a, 2002). La finalidad de los programas formales de respiro ( servicio de ayuda domiciliaria, centro de día, residencia) es aliviar al cuidador de forma periódica o temporal de su responsabilidad y de las demandas de cuidado, generadas por la asistencia a la persona dependiente. De forma general, el servicio de ayuda a domicilio (SAD) consiste en recibir asistencia periódica para cuidar a la persona dependiente durante una duración determinada de tiempo, mientras el cuidador principal se ausenta 34 o se dedica a otras tareas. La ayuda domiciliaria y los centros de día han aparecido en mayor medida en la bibliografía asociados de forma significativa con un mayor bienestar físico y psicológico del cuidador. 2.4. Uso del vocabulario básico de la atención domiciliaria. Autonomía: La capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. Autonomía personal: Aptitud para realizar por sí solo funciones de nutrición, aseo, personal y seguridad. Cuidados no profesionales: La atención prestada a personas en situación de dependencia en su domicilio, por personas de la familia o de su entorno, no vinculadas a un servicio de atención profesionalizada. Dependencia: El estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal. Servicio de Ayuda a domicilio: Conjunto de actuaciones preventivas, formativas, y rehabilitadoras llevadas a cabo por profesionales cualificados en el propio domicilio, con el objetivo de atender en las actividades básicas de la vida diaria que necesite la persona en situación de dependencia. Teleasistencia: Servicio que facilita asistencia a los beneficiarios mediante el uso de tecnologías de la comunicación y de la información, con apoyo de los medios personales necesarios, en respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, o de inseguridad, soledad y aislamiento. Este servicio puede ser independiente o complementario al de ayuda a domicilio, y se prestará a aquellas personas que no reciban servicios de atención residencial y así lo establezca su Programa Individual de Atención. Programa individual de atención (PIA): Programa en el que se determinan las modalidades de intervención más adecuada a las necesidades de la persona dependiente de entre los servicios y prestaciones que le corresponden en función de su grado y nivel de dependencia. Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) Son aquellas actividades de autocuidado y mantenimiento personal que permiten a la persona llevar una vida autónoma. Habilidades básicas referentes al autocuidado personal. Incluyen actividades relacionadas con la higiene 35 corporal, comer y beber, vestirse, control de esfínteres y desplazarse. Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD) Son aquellas actividades más avanzadas que permiten al sujeto vivir en la Comunidad de manera normalizada, así como adaptarse a su entorno. Abarcan tareas complejas que requieren del usuario un grado de capacidad funcional para poder desarrollarlas. Son actividades orientadas a la organización e interacción con el entorno como, por ejemplo, uso del teléfono y otros medios de comunicación, cuidado de otros, uso del transporte, realización de labores domésticas, control de la economía y manejo del dinero, toma de medicación, etc. Ayuda Técnica :Las Ayudas Técnicas se pueden definir como aquellos dispositivos o utensilios destinados a disminuir o mitigar alguna discapacidad funcional, entendiendo ésta como la limitación de alguna capacidad funcional para realizar una actividad. Como todo producto que sigue los principios ergonómicos, la ayuda técnica debe proporcionar seguridad, eficiencia, comodidad y satisfacción. Cuidador principal: La atención prestada a personas en situación de dependencia, por personas de la familia o de su entorno, no vinculadas a un servicio de atención profesionalizada. Usuario del Servicio: Persona objeto de la atención domiciliaria. Trabajador/a Social de Ayuda a Domicilio: Hacen el estudio de las necesidades de los usuarios/as, valoran la situación, y la idoneidad del recurso, elaboran el plan de tareas en función de las necesidades, así como l