Análisis de la Observación Participante PDF

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María Teresa Anguera Argilaga

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observación participante metodología cualitativa investigación ciencia social

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Este documento presenta una introducción a la observación participante, destacando su papel clave en la metodología cualitativa. Se analizan aspectos como la conceptualización del método, su encuadre en la investigación cualitativa , y diferentes tipos de contextos. Aunque no sea un examen, el documento está organizado como parte de un curso académico, con secciones detalladas.

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,, ' --11 9 - 5. La observación participante ' Marra Teresa Anguera Argilaga.. 5.1 CONCEPTUALIZACIÓN En 'metodología observacional, uno de los criterios taxonómicos básicos para enmarcar un estudio es el nivel de participación entre observador y observado. La observación particípantc se caracteriza por In existencia de u.n conocimiento previo entre ambos y una «permisividad en el intercambio» establecido, lo cual da lugar a uno.t iniciativo por parte de cado uno de ellos en su interrelación con el otro. BI observado puede f dirigirse ni observador, y el observador se dirige a.l observado en uno posición de mayor «cercanlo psicológica" que con un nivel bajo o nulo de participnción. 5.2 ENCLAVE EN LA METODOLOGfA CUALITATIVA 5.2.1 Perfil En principio, In observación participante no debería guardar relación con la naturoleu cunlitotivo o cuantitativa de una in vestigación o de una aplicación cuolquiera. La relación entre los sujetos de la observación es cuestión distinta del tipo de dato obtenido y de su tratamiento y análisis; no obstante, la tradición y ta praxis nos muestran que su trayectoria ha transcu.rrido de forma pareja, e, incluso, integrada. Habrá que profundizar, pues, en desvelar tas claves po.r las cuales In observación participante se ha encuadrado en el paradigma de la metodología cualitativa. La investiga- ción cualitativa (ANGUEAA, en prensa), en efecto, hn sido considerada desde el rango de paradigma en sentido kuhniano, cuyo punto básico de partida es el desarrollo de conceptos y teorías derivados de los dntos. Precisamente este in1erés por los significados sociales y la insistencia en que tales significados sóJo pueden ser examinados en el conteltlO de la interacción de los individuos es lo que cnrncteriza n este paradigma (F1LSTEAD, 1986). Erickson (1977) dice textunlmcnte que do que la investigación cualirativn hace mejor y más esencialmente es describir incidentes clave en términos descriptivos funcionnlmente relevnntcs y situarlos en. una cierta relación con el más amplio contexto social. empleando el incidente clave como un ejemplo concreto del funcionamiento de principios abstractos de organizoción sociai.. (p. 61). Son innurnc.rables las discusiones y polémicas que pueden desprenderse de estas pala- bras, y de forma especial la detección y plasmación de incidentes clave en tlnninos 73 descriptivos, así como el sil11arlos en una cierta relació11 co11 el más amplio contexto social. ¿Es posible esta contextualización si existe un radical desconocinriento entre.observador y observado? ¿Cómo se logra sin caer en una mera praxis acienlffica y exenta de rigor? ¿Es que la metodología cualil:itiva debe quedar prosérita a un mero estudio exploratorio? ¿Se trata de una etiqueta con connotaciones de única verdad p ara algunos y peyorativas para otros? La metodología cualitativa parte de unos supuestos, y se delimita a partir de unas de- terminadas · caractcrfsticas, que son las que la configuran, por lo que no cabe atribuirle valorac iones en ningún ~cntido. Método o metodología significa «canuno para», y su encua- dre en el ámbito de las Ciencias del Comportamiento o de las Ciencias Sociales lo acota en cuanto al contenido y, por consiguiente. dclimiui las cuestiones sustantivas a las cjue puede y debe aplic.1rse: En ocasiones cabe una opción en cuanto al reduccionismo inicial que implica la obtcncióo del dato (por ejemplo, en psicología deportiva, la IJ"ansoripción de un partido de hockey o de un combate de judo, en los cuales es posible tanto una descripción minuciosa de las accione.~ concrctaS en que se plasma la estrategia de juego, como un mero listado de longitudes de desplazamientos, tiempos, ángulos, etc.); por el contmrio, en otros cosos no cabe otra vfn por la propia naturaleza de la situación y el anclaje del marco lcórico (por ejemplo, el proceso de elaboración del duelo por la muerte inesperada de un familiar cercano a través de una intervención psicoterapéutica). Desde un planteamiento paralelo propio de la metodología observacional, e n el primer caso la descripción miouciosa a la que nos referimos no requiere el atributo de participación, mientras que en el segundo podríamos afirmar que se reconuenda. En el fondo se uata de un problema de operativización, o, lo que es lo mismo, de «licitud» del rcduccionismo que permitirá seleccionar la información considerada relevante, y como consecuencia recoger los datos de una u otra forma. Éste es el núcleo del problema, y la cuestión esencial en tomo a la cual se conforman las actitudes a favor o en contra, y, por tanto, dando lugar a.la vertebración de una metodología cualitativa o cuantitativa.. La estrategia que inspira la metodología cualitativa (ANG1.IERA, en prensa) implica un intercambio dinámico entre la teoría, los conceptos y Los datos con retroinformación e incidencia constante de los datos recogidos. En muchas ocasiones, además, el marco teórico, si existe, se halla sumamente debilitado (por la falta de comprobación empírica de sus postulados, sin que por realizar dicha afirmación se nos pueda acusar de rcduccionismo), por lo que acula de manera puramente referencial, a modo de metateorfa. De ahí que se afinne que el paradigma cualitativo se ha caracterizado por una preocupación por el descubrimiento de la teoáa más que por el de su comprobación; de igual forma, en la observación pnrtlcl pantc interesa más el proceso que el producto, y. por tanto, la propia dinámica estnblecll111 entre observador y observado, que el registro neutro en donde no interesa el observudor como sujeto. Los situaciones problema no plantean un necesario cumplimiento de requisitos, n 1110110~ que en su formulnción quede explícita In ope.rntiviznción que conlleve a inicinr y pmsr¡¡u ir el proce.~o de inve.~tigneión mediante una metodología c uanlitativa; si nos plantennm~ 1111 estudio relativo a tiempos de reacción ante determinado estímulo es indudable que no rnsultn pcrlíncntc la metodología cualitativa, pero en cambio es indiscutible en una invcstir,111.:h'111 sobre pautns de c.rinnza de los hijos , o de irrupción de sujetos extraños en conducta co11111- 11icativa, o en el onólisis de redes de apoyo social en tercera edad. La matización que acabamos de realizar t.icnc una enorme trascedcncio postcrior111cn1c, La inicial decisión sobre la selección de determinada información cmrcsacada del cntninuul11 que constituye el problema va a conformar una trayectoria correspondiente n In obscrvnd(111 partic ipante, siendo éste un· rasgo relevante del perfil característico de la metodología m 111 litativa. l11c/11so es posible que e11 fases posteriores predomine el carácter c11alitativ11 11 , ·111111 74 ,, ) titatívo de las operaciones a reali;JJr, pero a nuestro juicio es secundario, a pesar de que tenga su importancia. UJ naturalez¡¡ del dato de parrida -regísrro observacional- la vamos a considerar constitutiva para la caracterlztlci6n de la merodolog(a seguida, aunque no todos l los autores están de acuerdo con esta consideración. 1 j t ::-:1t 5.2.2 Principios inspiradores , t Bs indudable la existencia de caracteristicas diferenciales de la perspectiva cualitativa (ANOUERA. en prensa) en la que se enmarca la observación participante. Éstas. constituyen un man:o de referencia que en mayor o menor medida son tenidos en cuenta en las diversas situaciones en que resulta de aplicación. Como axiomas comunes podemos señalar los siguientes (GuaA & LINCOLN, 1985): ,➔ a) Concepción múltiple de la realidad. Existen muchas realidades que no pueden ser t consideradas de forma unitaria, por lo que cabe una diversificación en la interpretación de dicha realidad. Son diversas las facetas que se pueden estar considerando.....t b) BI principal objetivo cientí.fico será la comprensión de los fenómenos. Se prétendc llegar a captar las relaciones internas existentes, indagando en la in.iencionalidnd de las accíoncs, sin permanecer únicamente en la capa externa a lá que parece propicia la descripción de los fenómenos. -....,, c) Se interrelacionan el investigador y el objeto de la investigación, de forma tal que se influyen mutuamente. d) Se pretende un conocimiento de carác1er idiográfico, de descripción de casos indi- viduales. La investigación cualitativa no pretende llegar a abstracciones universales, y de ahí que abogue por el estudio de casos en profundidad. que luego se compararán con otros, con el fin de hallar regulacidadl'.S y generar redes. Se pretende averiguar lo que es único y espe- cífico en un contexto detcaninado y lo ,q ue es generalizable a otraS situaciones. e) La simultaneidad de los fenómenos e in1eracciones mutuas en el hecho educativo hace imposible distinguir las causas de los efectos. f) Los valores están implícitos en la investigación, reflejándose en las preferencias por un paradigma. elección de una teoría, e!lc. Como consecuencia de los princip'j os inspiradores indicados se derivan una serie de , """""t características que concretan los rasgos diferenciales que los identifican, y que, según sea la t~nica concreta de recogida de infonnación se manifiestan de forma más o menos acu- sada. Precisamente es en la observación pal1icipante donde adquieren una especial relevancia que justifica el enclave de ~ta en la me1odolog{a cualilativa y, en consecuencia, la razón J liltima del porqué la tradición y la praxis han llevado a cons.idcrar la observación partici- ) pante bajo la cobertura de la metodología cualitativa. Las principales caractedsticas son las siguicntcS: · a) La fuente principal y directa de los da!OS son las situaciones naturales. Ningún fenó- meno puede ser entendido fuera de sus referencias espacio-temporales y de su contcxlo. b) BI investigador se convierte en ,el pñncipal «instnuneoto,. de recogida de datos, ea el sentido de actor del proceso que implica la captación de la realidad, y con la capacidad para aportar da1os tan fiables como los generados por medios más objetivos. Entre las prin- cipales ventajas que ello reporta, destacan: Su adaptabilidad. para registrar Wonnación simultánea sobre m11ltiples factores y a varios niveles. Visión bolfstica, es decir, capacidad para captar el contexto de forma global. Mayor amplitud de conocimientos. Posibilidad de explorar respuestas atípicas e idiosincrásicas, las cuales son difíciles 75 de captar por medios onlinarios, y tienen una eoonne relevancia para lograr una más óptimo comprensión. e) lncorpornci6n del conocimiento láclto, es decir, el correspondiente a intuiciones, aprehensiones o sentimientos que no se e~prcsan de forma lingUfstica pero que se tcficrcn n Mpectos conocidos de.olgdn modo. Muchos de los matices de In realidad sólo pueden ser caplndos por esta vCn, a la ve:i que muchas de las intcraccioncs entre Investigador e inves- tigado ocurren en c.~tc nivel. 4 d) Apllcnclón de técnicas de recogida de dntos nbicrtns, por adoptarse mejor a 1.ns in- 4 lluencins mutuos y ser máll sensibles para detector patrones de comportomicnto. e) Muestreo intcncionnl. La se.lección de In muestra no pretende representar a una po 1 blación con el objeto de gcnernliz.v los resultados. sino que se propone ampliar el abanico y rango de los dato., tanto como sea po.slblc, a fin de obtener la máxima infOí!Jloción de los 4 múltiples realídadcs que pueden ser descubiertas. f) Análisis inductivo de los dat.os. Ello implica una primc.ra descripción de las situacio- nes de cada uno de los casos o eventos C$tudiados, con el fin de detectar progresivamente -4 la existencia de unas regularidades entre eUos que constituyen la base o germen de uno futura teoría adecuada· a las condiciones y valores locales. · 4 · g) La teoría se genera a prutir de los datos de una realidad concreta, no partiendo de generalizaciones «n priori. Autores rclevautes como Ooctz y Le Compce ( 1988) definen la 4 teoría como: 4 generativa, por preocuparse por el descubrimiento de constructos y proposicione.~; Inductiva, pues las teorías. se desam,Uan desde abajo, a través de In interconexión de 4 evidencias y datos recogidos; · constructiva, dado que las unidades de análisis comienzan n aparecer en el curso de la observación y descripción; su.bjetivn, entendldo como el propósito de reconstruir categorías específicas que los pnrtlcipnntes utilizan para conceptuolizar sus propias experiencias y su visión de la rcnlldnd. /,J BI discilo de lo investigiiclón es emergente y en cascada, yn que se va elobornndn a medida que avanza la invc..,tignción. La situación generadora del problema da lugar n un cuestionnmienlo continuado y n una reformulación constante, en fun.c ión de la Jncorporacíón de nuevos d.otos. Esta filosoaa de «diseños no eslándant flexibiliza el estudio de forma ncor- de con la propia realidad y los datos que se obtienen, lo cual le aporta infinito mlrncro de posibilidades. Además, es1e tipo de disenos penni1e una adecuación a l.ns mll ltiplc.~ rcnllcln de.~, a los cónÍextos específicos y a las interacciones entre investigador y contexto. IJn diseño previo prefijado relegaría la realidad vivencia!. i) La metodología cualitativa se plantea criterios de validez específicos, utili:iando tét' '' ''t nicas propias que garantizan la credibilidad de los resultados. · 5.3 «CONTJNUUM,. PARTICIPATIVO S.3.1 NI-veles de participación '' Ln cnroctcrfstico más relevante de la observación directa es la preservación de In CNpon toneidad del sujeto observado, por lo que la participación del observador en nlgón Nc111l1l11 corre el riesgo de vulncrnrln. La multíplícidad de matices que de aquí se derivon pcnultn considerar la pnrtícipnci611 como una dimensión que puede baJJnrse saturado do formu vn ' rinblc, y que posee los limites lógicos de mfnima y máximo cargo participalivn: 5.3. 1.J Obstrvaci611 110 participanl1t El observador actúa de forma clnr.unente nculnl, sin que ni s.iquiera se precise cm11K·rr 1 76 al sujeto observado (así, en el patio de una escuela se puede observar al «niño del chandal azul», o ca una competición deportiva al integrante del equipo que ca su camiseta figura el 9), y el observado en ningún momento se dirige al observador como inicio de conducta interactiva, o, si lo hace, no sobrepasa en intensidad la forma como se dirigiría casualmente a cualquier sujeto extraño. 5.3.1.2 Observcu:wn participante propiamente dicha - Se da un tipo especial de interrelación entre observador y observado. Por lo que se refiere al observador, cabe distinguir catre la figura del investigador que inspira y planifica el estudio, y el mero observador que efectúa el registro de las sesiones de observación, aunque es cierto que en ocasiones una misma persona aúna los dos roles. ~ En el primer caso, es decir, qui61 planifica las fases y actividades de que consta el esrodi.o , debe partir de la base de que se trata de una metodología no interventiva, y por consiguiente no reactiva (WEBB, CAMPllru.. ScHWARTZ. SeceREST & GROYE. 1981), lo cual implica un grado de control interno' míuimo o nulo. La obser.vaci6n panicipanre propiamente dicha consiste en un proceso caracterizado, ~ por parte del investigador, como una forma «consciente y sistemática de compartir, en todo t9 lo que le permitan las circunstancias, las actividades de la vida, y, en ocasiones, los intereses -:.1 y afectos de un grupo de personas. Su propósito es la obtención de datos acerca de la con- d ucta a trav6s de un contacto directo y en ~rminos de situaciones cspccfficas en las cuales sea mínima la distorsión producida en los resullados a causa del efecto del investigador como agente exterior» {K!.uCKHOLM, 1940, p. 331). Es relativamente frecuente que una ob- ~ servación que inicialmente es no participante, con el transcUrsO del ti.e mpo se vayan conociendo observador y observado y se transforme en observación participante. IJI Aunque tradicionalmente se ha favorecido desde diversos ámbitos (EmografJa, So- ~ ciología, Pedagogía, Antropología,...), r:csaltando como aspecto positivo el de una mejor comprensión del comportamiento estudiado y la mejor accesibilidad a los sujetos observa- dos, encierra· el grave peligro de la subjetividad, atribuyendo al(a los) sujeto(s) observado(s) sus propios sentimientos o prejuicios. ~ 5.3.1.3 Participaci6n-observaci6n 'di Resulta de una intensificación de la observación participante, cuando un miembro de un grupo adquiere la cualidad de observador de otro(s) pencoecieote(s) a un grupo natural de sujetos, como díada madre-hijo. o con una relación interactiva continuada, como profe- sor-alumno, cte., y aunque implica un posible sesgo de expectativa, disminuye el de reactivi.dad y aumenta la accesibilidad del sujeto, y por consiguiente la viabilidad del estudio, pues no id hay que olvidar que en metodología observacional es frecuente el grave problema de falta :11 de acceso al sujeto observado duzante todo el ti.e mpo necesario. Existen notables diferencias entre el papel del observador participante y del participan- ~ te-observador {BABCHUX. J 962), referidas., especialmente, a la tarea a realizar, donde el participante-observador tiene mayor libertad de movimientos, pudiéndose relacionar con 11.1 ,. todas las personas de su grupo en sus propios niveles. El significado de ciertos compor- tamientos escapa siempre, al menos en parte, a los que observan desde fuera, mientras que la observación en el propio grupo ofrece, además de la mayor posibilidad de acceso, garantía de logro de mayor volll!Den de infoanación. ;i:11 ~ 'El control interno signific:u b existencia de dominio sobre la situación, y, por consiguiente. nivel de in1UVenci6.11 o de tn411Ípulobilid~d. Este criterio es precisamente el que pcnnilc diferenciar entre si ltlS tres mctodologlas básicas observacional, selectiva y experlmenlal (AttNAU, M'OllERA &. GO,..ez. 1990). que se ~ disponen ocupando tres uamos contiguos en un «continuum,, definido por dicho criterio. :a 77.! ciones ficticias mediante diversos procesos cognitivos (intelectivos, mnemónicos o imagina- tivos). 91 Pero, ¿qué conductas del ámbito clínico, escolar, etológico, etc., componan una percep-.. ·/ ción de la realidad desde la perspectiva de la observación participante? En primer lugar, para hacer viable la recogida de datos, tendJá que desencadenarse el correspondiente proceso represeniacional, que proporciona un retrato de la realidad -según Bemard (1976, p. 41), «el · - observador debe ser como el fotógrafo de los fenómenos»-, y para el cual se precisa del mecan.ismo representacional, que actlla selectivamente e implica tanto aspectos orgán.icos (cada individuo, ya que sus representaciones son puras y totalmente propias, y no pueden ser experienciadas por otra persona) como inorgánicos (mecanismos autónomos de registro), l t1 y se manifiesta mediante signos de di verso orden (sensaciones, elementos convencionales, · etc.) que, en cualquier caso, estarán insertos en un contexto de representación que fijai:,á las dimensiones básicas espacio-temporales, etc. El problema y consiguiente pregunta que ello sugiere es: ¿Cómo podría obtenerse lnfonnación sobre cooducuu¡ en el aula, hospital, despa.cho de un terapeutll, etc.. de las que el todavía no se posee ningún conocimiento? Medí.ante un mecanismo orgánico deberá desen- cadenarse adaptativamente In sucesión de cambios necesarios a lo lnrgo de un proceso de desarrollo que ponnitirá la representación del correspondiente segmento de In realidad y enlozon! con el planceamlento ínductivo o deductivo de lo ínvcstigncidn, que implica, res- ~ peellvamente, In nusencio o prucncln de un conoclmicnlo previo, y pcrnullrá ndoptor J:, decisión oce(Ca de cuándo pueden o deben formularse hipótesis en un cswdio observacional. ~ S.3,2.2 Observaoi6n participante indlrtcta En el análisis de la realidad social ocupnn un papel relevante las conductos verbales del sujeto. Es lMegable que, como ser socinl por nnturolcza, la comunicnción humana se renllz.11 predominantemente mediante la conducta verbal, aunque sen igualmeme cierto que en la = mayorla de los casos se complelll y/o modu!q en virtud de que ncnlnn otros niveles de res- puesta, especinlmcntc el vocal y el no verbal. la conducta verbal ofrece In posibilidad de ser analizada desde una doble pcrspecllva, Por una parte, es perfectamente susceptible de observación directa, soln o complementada con otros niveles de respuesta; pero, por otm, se ubre lentamente un nuevo horizonte de posibilidades si tenemos en cuenta que edemás de ser directamente perceptible puede serlo tnmbifo indirectamente, dado que la in1erprctoción de «lo hablado» puede tener diversos sentidos en función del contexto, del sujeto emisor, del sujeto receptor, de ambos,... Es ob- vio, además, que la conducta verbal se puede grnbnr y transcribir, con lo que ndopta In formo do mn1crinl documental. La observac/6n partlclpa11111 i11dlr11cra, muy cuestionada desde dlver¡os ángulos, im- plica In existencia de conductas encubiertas que requerirán una inferencia y, por tanto, una carga interpretativa que puede redundar en detrimento y menoscabo de In objetividad requerida en toda metodología científica, 'Oc ahí los recelos que inspira y su carácter un tanto ambiguo a la hora de considerar su inclusión.2 Sin embargo, y como se indicó an1eriormente, en los \Utimos af\os se ha avanzado considerablemente en es1e senúdo, y el estudio de los procesos cognitivos superiores ha impulsado a empujnr los límites que la circundan. En la actualidad, por ejemplo, se está U'abajando en indicadores externos de la conduela intencional de los , niños y en autolnformes. Además, es muy posible que la mejora de las t.écnicas que permiten su estudio riguroso contribuya a su progresiva consolidación. Forman parte de la observación indirecta (ANOUl!RA, 1988), entre OU11S posibi.lidades, 'Mienuns no especifique lo eontnUio, oon el 16nnino -obsetvaolón panícipnnle nos referiremos siempre o lo obscrvoción portieipnnrc dircc10, 79 las mencionadas R continuación, en todas las cuales la originaria conducta verbal se ha trans- I., fonnado en material documental, motivo por el que le serán aplícablcs las mismas tttnicas en cuanto al tralamicnlo cualitativo de datos: l o) Textos documentales obtenidos por la grabación de la conducta verbal de un sujeto, y que pueden ser sometidos a un análisis de contenido, proceso que corre en parnlelo con el de la observación directa, pero con la difC11:11cía fundamencal -que constiruye un indu- dable riesgo-- de delimitación de las unidades lingDJsticas (sintácticas, estructurales y temáticns) y su codificación. b) Los dntos vcrbn lcs obtenidos oralmente mediante t&nicas diversas (generalmente entrevistas) implican en parte una vuelta al introspcccionismo desde e l momento en que el sujeto puede estar explicando sus vivencias en Ulll momento determinado. Esta información, e que corresponden los informes verbales o protocol.os, o análisis de tareas, puede ser igualmente susceptible de análisis de contenido, cada vez. más sofisticados, e incluso contando con el prometedor apoyo de In teoría de grafos. La principal dificultad sigue siendo de garantía de validez.. et e) Los autoinformes, procedentes del registro propio de la autoobservacióo, deben tnmbi6o incluirse en tanto en cuanto que se reñCl'en a conductas --en su sentido más amplio- · no perccplíbles por hetcroobservadorcs (aunque en algunos casos en la autoobservación se registre desde la observnción directa -por ejemplo, cigarrillos fumados en un período de tiempo-, debiendo contemplarse como tal), y en donde se extcrnaliza el lenguaje interno de diversM fonnns, nlgunas muy características, como los diorios (por ejemplo, el de sujetos nnoréxicos) o canas que dejaron escritas algunos suicidas, y que igualmente debcran someterse al análisis de contenido. Finalmente, en In observación panicipantc indirecta se con.sidcra igu3lmentc incluido un conjunto de materiales de registro que desde su origen adop(an una formo diversa, sc..~n e documentos escritos (entre los que se encuentran libros, publicoeioncs diarias y periódicas, e series estod ísticas, diarios au tobiográfico.,, documentos históricos, etc.) y materiales audiovisuales (como discos, películas, fotografTn.,, videos, etc.), y en donde ambos pueden ser tanto de carncter privado como público. No, obstante, seguiremos considerando como prototipo el material escrito textual. 5.4 TRA'l'i\MIENTO DEL REGISTRO 5.4.J Exigencias metodológicas La finnlidad del tratamiento de dntos, sin importar el tipo de datos que se tenga, c., imponer alglln orden en un gran volumen de infonnación, 115( como proceder a uno reduc- ción de datos, de manera que sea posible obtener unos resultados y unas conclusiones, y que se pucdnn comunicar mediante el informe de investig~cióo. Se detecta una cierta contradicción - al menos aparente-- entre el hecho de que el invcs- lígador cualitativo prefiere que la teoría emerja de los propios datos, averiguando qu6 esquema., de explicación son empleados por las materias somelídas a estudio para proporcioonr un sentido a la realidad con las que se encucutrnn, y, por otra parte, que para analizar la infor- mación se empleen procedi mientos estadísticos de diversa complejidad (Ru1z-MAYA, MAR~-PUEGO, LórEZ, MONTERO & URrz, 1990). En consecuencia, es preciso esmerarse pru-n resolver la cuestión sin desviarse de la filosofía de referencia, pero con un máximo de rigor. Esta tarea es un reto especialmente en la metodología cualitativa en la que habitunl- mente se ubica la observación participante, y ello por tres pri!1cipales razones: o) No existen reglas sistemáticas para el análisis y presentación de datos cualitativos, lo cual se debe en parte al carácter «blando» que se les otnouye. Lo ausencia de procedi- mientos analíticos y sistemáticos hace dificil la tarea en una investigación cualitativa, en donde además no tiene sentido la replicación. b) Requiere un gran volumen de trabajo. El analista cualimtivo debe analizar y darle sentido a páginas y páginas de material que primero fue narrativo y después descriptivo. Por ejemplo, un esrudio que se realice en un centro hospitalario en donde se llevo.o a cabo treinta entrevlsms a enfermos de cáncer en fase tenninal que son sabedores de su estado; las trans- cripciones varían de 40 a 80 páginas por entrevisto, lo cual da como resultado gran cantidad ~e material que hay que leer, organizar y sintetl1.ar. La investigación cualitativa implica una dedicación considerable de tiempo, lo cual, combinado con el hecho de que las muestras son pcquel'las, aumenta la dificultad, ademils de que es costoso, y su generalización es limitada. e) Es preciso una redución de datos para la elaboración del Informe. Con frecuencia. los principales resultados de uno inve.stigoclón cualitativo se pueden esquematizar en algunos cuadros; no obstante, si se sintetlzan dMJaslndo, se pierde Jo integridad del material nnrrotlvo de los datos originales: Com"O consecuencia, es difícil presentar resullados de Investigacio- nes cunlltatlvas en un fonnnto que sen compatible con las limi1acioncs de espacio de las publlc110lones científicas profesionales. SI se dispone de uno flexibilidod en los niveles descriptivos más adecuados. de forma que exism una g,ndación continuada que incluya una goma de niveles descriptivos intermedios no situados en los extremos de posiciones bipolares, será mayor el ajuste y ta articulación entre percepción e interpretación, con lo cual rcsu.lla beneficiada ta colídad del registro ob- servacional. Podria argUirse en contra que aumentaría la complejidad en la codificación y posterior análisis, pero ello puede solventarse ade-cuadarnente si se hace uso adecuado de los parámetros observacionales establecidos y se lleva a cabo un tipo de análisis que se adeclle a los daios recogidos. En buco.a parte de los casos, la inclusión en un mismo registro de varios niveles des- criptivos d~ _lugar a la superposición de diversas unidades y cubrir el «continuum» de conducta, lo e.un! permitirá. establecer una convergencia entre düerentes tipos de análisis (B LANCO,. 19~3). 5.4.Z De la descripcl6n al registro La descripción es lo expresión verbal del contenido de la observación y lo primero tarea que debe llevar a cabo una ciencia. Pero es cierto que actuamos desde niveles de descripción diferentes cuando anotamos rigurosamente coda uno de los movimientos y sonidos emitidos por un recic!n nacido que cuando describimos globalmente lo ocurrido en una discusión pro- fesionnl. Por otra parte, el registro es una «transcripción de In representación de In realidad por parte del obsen:odor mediante l.á uUJiznción de c6digos determinados, )' que se materinllzn cm un sopone físico que garunlizu su prevulencia,, (ANOUl!RA, B e.111\1\ , B v.Nco, CArtRER/\3, LosAOA, QuiiRA' & RwA, 1993), aunque resuJ111 evidente que dicha tronscripción no es 111110- máUca, y habrá que tomar diversas decisiones en su moteriallzación. Uno de los elementos dctermlnnntes en estas decisiones y, en consecuencia, en la formn cómo se Llevo ·o cabo lo captoción del significado es In adopción de un criterio-base (o varios) sobre' la segm11111aci611 de la co11d11cta y la demarcaci6n de s11s 1111idad11s, In cual depende a su vez de la naturaleza de los parámetros del comportamiento que se poseen y de los fines específicos de la investigación, con lo que se establecerá el coráctcr predoml- nantemente molar, molecular o miuo del s.istema taxonómico, que está en estrecha relación con un nivel elevado o prácticamente inexistente de abstrotción, el interés por una tnxonomía predominantemente natural, estructural, o funciono) y, de fonno relativamente más distante, 81 con la superposición de niveles en la estructura de la conducta al puntualizar su disposición jerárquica. BI tipo o modalidad de dcscripci6n repercute de fonna determinante. No cxiStC criterio untlnimc en la lilcraturn cs¡>ccialiuida. y se ha ido imponiendo el criterio de profcsion31cs de diversos ámbitos (sociólogos, etólogos, etc.). Desde una consideración cc«:ana al grado de implicnción del observador, se distingue cmrc descripci611 tllca (liEADLAND, PlJai & F!ARR1s, 1990), que tiene un indudable Clll'áctcr externo, objetivo y exhaustivo, ltacicndo refcrcnci:1 a categorfos previ~mcnte explicitadas en donde no acula una selección de lo ('C)ev:mtc y todos los detalles tienen igual importancia, y una descripci611 lmica. q ue se sitúa en un nivel de identificación y precisión de las categorías significantes para el sujeto, y que se logrnrfa intentando componer y relacionar las informaciones éticas extrafdas por el observador. S i se dispone de uno flexibilidad en tos niveles descriptivos más adecuados, de forma que exista una gradación continuada que incluya una gama de niveles descriptivos intenncdios no situados en los extremos de posiciones bipolares, sera mayor el aj uste y la articulación entre percepción e interpretación, con lo cual resulta beneficiada la calidad del registro ob- servacional. Podría argllirse en contra que a\lmentada la complejidad eo la codifícacíón y posterior análisis, pero ello puede solventarse adecuadamente si se hace uso adecuado de los parámetros observacionales establecidos y se lleva a cabo un tipo de análisis que se adccúe a los datos recogidos. :, 5.4.3 Del r egistro a la codificación Ln fase empírica de la observación paniclpante se inicia desde el momento en que el observador empiez.a a acumular y clasificas infonnación sobre eventos o conductas, con lo que posee unos datos provinientes de una traducción de la realidad, y que deberá dstematlzar progrcsiv¡¡.mcnte, pudiéndolo hacer n lo largo de una grndnción con much!simos eslnbones intcm1cdios -desde In obscrvnción p.,siva a la activa-, los cuales suelen sucederse entre al menos pnrcinlmcnte, a medido que nvan:za el conocimiento del observador acerca de las conductas estudiadas y se acrecienta su rodaje c.~pccffico. sr. Si se trabaja con notas de campo, transcripciones provenientes de entrcvi.stas no cslruc- luradns, documentos históricos o algún olrO material cualitativo, una tarea detcrminnntc es la prcparnción cuidadosa de la codificación (STRAuss & CoRBIN, 1990) mediante In imposi- ción de :,lguna c~lructurn en la mayor pane de la información. En primer lugar, al igual que en los estudios cuantitativos, es importante revi.s ar que lo~ datos estén completos, que tengan buena calidad y que cst6n en un formato que fnclllte su organización. Se debe confirmar que las transcripciones te,ctualcs en realidad lo sean, y que se hallen completas. La principal taren en la organización de los datos cualitativos procedentes de una obser- vación participante es desarrollar un método para indizar el mate.ria!; por ejemplo, listado~ = ~ que rclncionnn los m1mero.s de identificación de materia con Olr0$ tipos de informnción, como fechas y lugares de In recogida de datos. Todo registro, por ajustan-e al objetivo pceviamente delimitado, implica una sclc:ccí6n de In~ conductas co11.~idcrndas relevantes, y en base a sus características, a In técnicn de registro elegida y II los recurso~ de que se dispone, deberá escogerse 1111 sistema (escrito, ornl, mccin.i co, automático, icónico, etc.) que facilite su simplificnción y a.lmacenn111icn10. Ahora bien, el plano en que se sittlo el registro es pobre e insuficiente si pretendemos, como se in ctnr,¡¡nJr,co es1I a>11dlclonarlo por los prindp/os que nslmlld el fn-tl pdo & C. Gow.Au ,. Pmt,z, en píWS3}, El cjcn1pto amerior puede servimos pnm incidir en un aspcclo hastA ohc,m sólo hul- nuado. Nos referimos o quo C$ norm.11 que las hipólcsls y objetivos no lleguen.a íon11ulnD< de una moncm acobodn si 110 se rc.1U,:a unn cxplonclón Inicial de unlclode,i o cnm¡,os de obscrv·oclón cn la.. que e picn~ lnibajllI. En muchos ca.c.rv ción , puesto 11110 loo 111Sgos dcrivndo1 de su ~ripclón/on411sis son una mueslnl de otros casos scmcjnn1

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