Tema 3: El Hecho Religioso PDF

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This document explores the concept of religion as a response to the search for meaning in human life. It examines the characteristics and elements of religious thought and practice. The text delves into the concept of the sacred and the various interpretations of religion throughout history.

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TEMA 3: EL HECHO RELIGIOSO EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO: LA RELIGIÓN COMO RESPUESTAS El ser humano, desde que tomó conciencia de sí mismo, ha reflexionado sobre la condición dramática de su vida: una mezcla de necesidades, dolores, esfuerzos, sufrimiento e injusticia, aunque también de momentos de...

TEMA 3: EL HECHO RELIGIOSO EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO: LA RELIGIÓN COMO RESPUESTAS El ser humano, desde que tomó conciencia de sí mismo, ha reflexionado sobre la condición dramática de su vida: una mezcla de necesidades, dolores, esfuerzos, sufrimiento e injusticia, aunque también de momentos de placer, alegría y satisfacción. En su lucha por mejorar sus condiciones, ha creado la ciencia, que busca aliviar el dolor físico y elevar la calidad de vida. Sin embargo, en un nivel más profundo, el ser humano aspira a liberarse de sus males de manera definitiva, buscando respuestas que ni la ciencia ni la tecnología logran dar. Junto a este deseo de salvación surgen preguntas fundamentales: ¿de dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Es suficiente lo material, o necesitamos algo espiritual? Estas preguntas se plantean desde la filosofía y la religión, que han intentado responderlas desde perspectivas como el empirismo, racionalismo, materialismo, o incluso con creencias esotéricas y pseudocientíficas. La búsqueda de sentido y trascendencia ha acompañado al ser humano desde la prehistoria en todas las culturas, siendo el fenómeno religioso una dimensión esencial de la humanidad. Preguntas sobre la vida, el dolor, la felicidad y la muerte emergen inevitablemente, especialmente en momentos difíciles, y nuestras respuestas influyen en nuestra felicidad y bienestar. La palabra "sentido" tiene dos acepciones que iluminan el problema: en primer lugar, como "significado" (¿por qué y para qué suceden las cosas?) y en segundo lugar, como "dirección" (¿hacia dónde vamos?). Preguntarse por el sentido de la vida es explorar su valor, orientación y propósito. Sin embargo, la vida no revela su sentido de inmediato; este se descubre interpretando los actos y experiencias de la vida. Cuando encontramos sentido a la vida, todo adquiere valor y significado, transformando nuestra existencia. El fenómeno religioso, enraizado en la cultura y la sociedad, muestra rasgos comunes en todas las religiones, reflejando tanto dimensiones individuales como sociales de la búsqueda humana de sentido y trascendencia. DEFINICIÓN DE RELIGIÓN El término *religión*, según el Diccionario de la Real Academia Española, proviene del latín *religio*, que define el conjunto de creencias sobre la divinidad y los rituales de veneración y temor hacia ella, incluyendo normas morales para la conducta individual y social. Existen dos principales interpretaciones etimológicas sobre la palabra religión: 1. **Religare**: que significa "unir" o "ligar", refiriéndose al vínculo que une al hombre con Dios. Aquí, religión implica la conexión o subordinación del ser humano a lo divino. 2. **Relegere**: que significa "cuidar" o "observar diligentemente", y se refiere a cumplir cuidadosamente los deberes hacia los dioses. Esta interpretación conecta la religión con deberes cívicos y de justicia. La religión se entiende, así como una relación personal y trascendente entre el ser humano y una realidad superior. Esto conlleva una actitud de dependencia y devoción hacia esa divinidad, junto con una responsabilidad social y moral. Diferentes enfoques pueden hacer hincapié en aspectos emocionales (sentimiento de dependencia y adoración), racionales (reconocimiento consciente de una realidad suprema), o sociales (sistemas de creencias que integran a las personas en una comunidad). Históricamente, en Roma, el culto a los dioses era un deber cívico, mientras que otras religiones misteriosas reflejaban una fe personal, lo que permitió que nuevas religiones ingresaran al Imperio. Hoy en día, las definiciones de religión destacan tanto su función social (como sistema simbólico que da sentido a la vida) como su dimensión trascendente, relacionada con lo sagrado y lo sobrenatural. CONTENIDOS COMUNES DE LAS RELIGIONES Es difícil encontrar elementos comunes a todas las religiones, ya que siempre puede haber excepciones. Sin embargo, la mayoría de las religiones comparten estos cinco rasgos clave: 1. Reconocimiento de un ser supremo responsable de la existencia del mundo. 2. Creencia en que este ser supremo se manifiesta en el mundo a través de signos o mensajes transmitidos por profetas. 3. Afirmación de la existencia del alma humana como un principio de vida espiritual indestructible. 4. Creencia en una vida después de la muerte y la necesidad de prepararse para ella en la vida terrenal. 5. Relación entre los creyentes y la divinidad, tanto de forma individual como colectiva. ELEMENTOS DE LA RELIGIÓN (FOTO) Lo sagrado Cuando la realidad sobrenatural se hace presente en la vida del ser humano, todo lo que entra en contacto con ella se considera "sagrado". Todas las religiones distinguen entre lo sagrado y lo profano: lo sagrado es algo especial, separado del mundo natural y vinculado a lo divino. Los lugares, personas, tiempos, alimentos, objetos, palabras y símbolos pueden considerarse sagrados, y suelen ser valiosos y fascinantes para los creyentes. Para el creyente, lo sagrado no es simplemente parte de la vida cotidiana; implica una experiencia de asombro y respeto. En el cristianismo, por ejemplo, el hecho de que Dios se haga hombre hace que lo sagrado sea más cercano y accesible. Existen teorías que explican el origen de lo sagrado: algunos, como Freud, lo ven como una proyección de las limitaciones humanas, mientras que otros, como Durkheim, creen que es una creación de la sociedad. Sin embargo, desde la perspectiva religiosa, se considera que lo sagrado tiene un origen trascendente y va más allá de las creencias individuales o sociales. El Misterio o Realidad Sobrenatural La esencia de lo sagrado en la experiencia religiosa está en el misterio o realidad sobrenatural, también llamada Dios, que se considera real e incomprensible, y que provoca una respuesta profunda en los creyentes. Este misterio tiene varias características para las religiones: - Real e inexplicable: el misterio existe por sí mismo, sin depender de la percepción humana, y no puede explicarse o probarse por razones lógicas. - Trascendente e inmanente: aunque es completamente “otro” y superior, también es íntimamente cercano. - Activo y comprometedor: interviene en la vida humana y llama a una respuesta libre y voluntaria de cada persona. - Valioso y fascinante: tiene un valor supremo que atrae al ser humano con su bondad, belleza y santidad. - Personal y gratuito: aunque no siempre se manifiesta de forma humana, la relación con este misterio es profunda y auténticamente personal. El misterio da sentido último a la vida, pero no se presta para beneficios inmediatos. Para relacionarse con esta realidad sagrada, el ser humano necesita mediaciones, llamadas hierofanías, como símbolos, rituales, y otros elementos que permiten percibir y responder a lo sagrado en la vida cotidiana. Las hierofanías (Mediaciones) Las hierofanías son manifestaciones de lo sagrado en el mundo, que conectan lo divino con lo terrenal. Se presentan en distintos ámbitos que permiten experimentar el misterio o realidad trascendental, y pueden clasificarse según quién las emite (como una realidad divina que se muestra en el mundo) o el medio que usa (elementos simbólicos que representan atributos divinos). Principales ámbitos de las hierofanías: 1.Espacio y Tiempo: Espacio: Lugares específicos se sacralizan, como Jerusalén o La Meca, donde se construyen templos y altares. Tiempo: Ciertos momentos o ciclos, como el amanecer, las estaciones, el nacimiento y la muerte, se consideran sagrados y se celebran con rituales y fiestas. 2. Elementos Naturales: Cielo: Representa la inmensidad y trascendencia divina, motivo por el cual muchas religiones sitúan simbólicamente a Dios en el cielo. Agua: Puede simbolizar tanto la vida (lluvias, ríos) como la muerte (inundaciones) Fuego: Asociado con la purificación y la presencia divina. Aire: Simboliza lo intangible y trascendental de la divinidad. Tierra: Venerada como madre y fuente de vida, vinculada a la fertilidad. 3. Vida y Crecimiento: Árboles: Representan la vida y la conexión entre lo humano y lo divino (ej., el árbol de la vida). Animales: En algunas religiones, se ven como símbolos sagrados o manifestaciones de poderes divinos. 4. Relaciones y Sociedad: Familia: Las figuras de Dios como Padre o Madre son comunes, simbolizando autoridad y cuidado divinos. Amor y Sexualidad: Estos temas se consideran sagrados en muchos rituales, vinculados a la fertilidad y a la creación de vida. Trabajo y Creación: La actividad humana en artes, manualidades o intelecto se ve como inspiración divina o conocimiento especial. Conducta Moral: Las acciones humanas, sean de santidad o culpa, se relacionan con el bien y el mal divinos, y la transgresión de estas normas requiere rituales de purificación y perdón. 5. Muerte: La muerte es otra hierofanía que conecta a las personas con el misterio de lo divino y del más allá. Los muertos se consideran pertenecientes a la esfera divina, y en algunas culturas, se les venera como antepasados o seres sagrados. En conjunto, las hierofanías forman una red de símbolos y realidades que reflejan cómo cada cultura interpreta lo sagrado en función de sus propias circunstancias. El ser humano creyente La religión representa un aspecto fundamental de la humanidad, proporcionando una visión coherente que abarca toda su complejidad. El ser humano, unificado en cuerpo y espíritu, es un ser social y consciente, con una identidad histórica que se construye en el tiempo. Hombres y mujeres, como seres sexuados, solo se realizan plenamente en relación con el otro y en su apertura al mundo. A diferencia de los animales, limitados a su entorno, el ser humano se abre ilimitadamente a nuevas realidades, es consciente de su existencia y es libre para decidir su destino. Esto lo convierte en una persona con dignidad y la capacidad de trascender. Su libertad no es solo espiritual, sino completa, abarcando tanto su cuerpo como su mente, lo que le permite alcanzar altos niveles de autoconocimiento y autenticidad. Como seres históricos, los humanos crean una biografía, construyendo su vida en un balance entre razón e impulso. Su existencia tiene una vocación y un sentido que buscan descubrir y alcanzar, aunque esto no esté garantizado y conlleve riesgos. La autoconciencia es otro rasgo clave, que permite al ser humano reflexionar sobre sus experiencias y entender su dolor, gozo y finitud. Esta autoconciencia es subjetiva y sólo se vive en primera persona. En su dimensión social, la persona se desarrolla y adquiere identidad en comunidad, la cual le brinda lenguaje, pensamiento y cultura. Esta necesidad de interacción ha impulsado una apertura a la diversidad y a la tolerancia cultural, esencial para una convivencia armoniosa. El ser humano es también un ser religioso, ya que, para el cristianismo, está hecho a imagen de Dios. La religión es una dimensión constitutiva de la persona, manifestándose a través de diversas culturas y épocas. Esta relación con lo divino ilumina y da significado al mundo, reflejando la trascendencia que el ser humano percibe. Para el hombre religioso, lo sagrado impregna la vida cotidiana, llevándolo a experimentar el mundo de manera profunda y significativa. La trascendencia significa ir más allá de los límites del mundo físico, hacia lo eterno o espiritual. Esta idea tiene un sentido profundo, especialmente en la creencia en el alma inmortal, el juicio final o en Dios, que dan propósito y sentido a la vida. Para el ser humano religioso, el misterio de lo trascendente se experimenta como algo inmenso y absolutamente "otro" respecto al mundo y a sí mismo, provocando una mezcla de temor y fascinación. Este encuentro con lo trascendente no es una elección humana, sino que surge como una llamada desde el propio misterio o Dios, quien, en su voluntad, se presenta al ser humano. Ante el misterio, una persona puede rechazarlo o aceptarlo; en la actitud religiosa, se reconoce la realidad del misterio y se vive con el objetivo de alcanzar la salvación, buscando una perfección plena. La religión considera esta salvación no solo como un esfuerzo humano, sino como un don o gracia que se concede. Finalmente, aunque el misterio es trascendente y absoluto, su presencia puede experimentarse en la naturaleza o en la historia, y el ser humano lo expresa a través de sus prácticas religiosas en el mundo. Las expresiones objetivas de la experiencia religiosas El ser humano responde al misterio divino a través de creencias, rituales, imágenes, objetos e instituciones que buscan hacer presente lo sagrado. Todas las religiones contienen creencias sobre los dioses, el mundo y el ser humano, formando un sistema de ideas teológicas, cosmológicas y antropológicas que integran y conectan a sus seguidores. La actitud religiosa se expresa en símbolos y prácticas variadas, que buscan reproducir la experiencia del misterio. Estos símbolos incluyen mitos, ritos, celebraciones, enseñanzas morales, expresiones artísticas y la creación de instituciones religiosas, que plasman los valores y normas de lo sagrado en la vida cotidiana. El mito y relatos/textos sagrados El mito es un tipo de relato antiguo y colectivo que busca dar sentido a la vida y al mundo. A través de historias, el mito ofrece respuestas profundas que no se pueden obtener solo con el conocimiento científico. Mientras que la ciencia explica el "cómo", los mitos intentan explicar el "por qué" último, usando narraciones poéticas que permiten interpretaciones diversas a lo largo del tiempo. A pesar de su carácter simbólico, los mitos ayudan a las personas a comprender su conexión con el mundo y con otros seres, y han recuperado interés en tiempos modernos. Existen varios tipos de mitos, entre ellos: - Cosmogónicos: Explican la creación del mundo y el universo. - Teogónicos: Relatan el origen de los dioses. (Atenea surge armada de la cabeza de Zeus) - Antropogónicos: Describen la aparición del ser humano. (la creación de Adán y Eva) - Etiológicos: Explican el origen de elementos naturales y culturales. (La torre de Babel) - Morales: Tratan sobre el bien y el mal. (Caín y Abel) - Fundacionales: Narran la fundación de ciudades. (la fundación de roma por dos gemelos, Rómulo y Remo - Escatológicos: Anuncian el futuro y el fin del mundo. (El Apocalipsis) Cada tipo de mito, con su riqueza de significados, contribuye a una comprensión profunda y simbólica de la existencia. Un texto sagrado es un relato fundamental para una religión, que los creyentes consideran inspirado divinamente, ya sea transmitido directamente o a través de profetas o mensajeros. Estos textos pueden ser históricos, legendarios, doctrinales, sabios, prescriptivos o proféticos. Su interpretación varía ampliamente y puede causar debates tanto entre creyentes como entre no creyentes. Además de su valor religioso, estos textos tienen una gran importancia cultural para las sociedades en las que han influido. El rito Desde el comienzo de la humanidad, las personas han expresado sus emociones a través de gestos como la risa, el llanto, el abrazo y las caricias. Cada cultura ha desarrollado su propia manera de interpretar y compartir estas manifestaciones, lo que ha dado origen a los ritos. Estos rituales, como la jura de bandera, el brindis o el pésame, consolidan gestos y expresiones que adquieren un significado común en cada sociedad. A pesar de que algunos gestos, como reír, llorar, cantar o comer en grupo, son universales, cada cultura adapta estas expresiones a sus propias costumbres. Así, por ejemplo, comer juntos es un símbolo de amistad universal, pero la manera de hacerlo varía entre culturas. Cuando un rito pierde relevancia en una sociedad, suele desaparecer o transformarse en uno nuevo. En la religión, los ritos tienen un papel especial al conectar al individuo con el misterio sagrado mediante signos visibles: palabras, gestos, cantos, posturas, y objetos sagrados. Estos ritos, que siempre se repiten de la misma manera, recuerdan y reactivan el mito o historia sagrada en la que se basa la fe, permitiendo que la comunidad participe en la experiencia religiosa. Existen diferentes tipos de ritos según su propósito: los ritos de purificación (con agua, fuego o penitencia) buscan limpiar culpas; los ritos de sangre, como sacrificios o circuncisiones, simbolizan iniciación y devoción; y los ritos de tránsito marcan etapas importantes de la vida como el nacimiento, la pubertad, el matrimonio o la muerte. También hay ritos para exorcizar el mal, celebrar cosechas, pedir perdón o dar gracias. Según Soneira, el culto se define como una comunicación simbólica entre el ser humano y lo sagrado. Su objetivo es hacer presente la experiencia religiosa y tiene un fin en sí mismo, independientemente de su efecto en el ámbito profano. Además, el culto refuerza la cohesión social en el grupo religioso y, a través de su institucionalización, puede cristalizar en un ritual. Este proceso de ritualización da estabilidad a las prácticas culturales, integrando al individuo en momentos clave de su vida como el nacimiento, la iniciación y el matrimonio, y crea asociaciones que fomentan y sostienen la vida cultural del grupo. La fiesta Las fiestas no son únicamente eventos religiosos; forman parte esencial de la naturaleza humana. Aunque muchas religiones las integran y les dan un sentido más profundo, las fiestas han sido celebradas durante siglos sin necesidad de reflexionar demasiado sobre ellas. En la actualidad, en un mundo urbanizado y mecanizado, ha surgido un renovado interés por este fenómeno. La fiesta tiene varias características clave: es un *acontecimiento*, algo que se espera, se prepara y que rompe con la rutina diaria. Quienes celebran afirman, consciente o inconscientemente, que la vida merece ser celebrada. La auténtica fiesta no busca evadir los problemas, sino enfrentarlos con la confianza de que el bien puede superar al mal. Así, la fiesta se convierte en un *sí a la vida*. Además, las fiestas tienen un carácter utópico. Reflejan lo que se espera del futuro, lo que aún no es realidad pero ya está presente de alguna manera. Por ello, las fiestas pueden igualar a las clases sociales y permitir una comunicación más espontánea, aunque existe el riesgo de que se conviertan en simple entretenimiento superficial. Sin embargo, la verdadera fiesta saca a relucir lo mejor de cada persona y expresa el deseo de un mundo mejor. Finalmente, la fiesta tiene un sentido de *gratuidad*. En un mundo donde casi todo tiene un precio, la fiesta, como el juego, tiene valor en sí misma, en el disfrute que genera. Ya sea en un baile comunitario o en la emoción colectiva por un espectáculo, la fiesta encuentra su significado en la alegría compartida. La Ética La ética, como forma de comportamiento, también refleja la experiencia religiosa. Puede definirse como la manera en que una persona afronta la vida y actúa. Para los creyentes, la ética es una expresión de su relación con lo divino, ya que la religión abarca al ser humano en su totalidad e influye en todas sus acciones. La ética en la religión surge porque la vivencia de lo sagrado impacta profundamente en el ser humano y guía su conducta hacia la mejora personal. Así, las religiones combinan creencias con normas que orientan la vida de sus fieles. Estas normas, basadas en valores supremos, buscan conducir a una vida moral y plena. Aunque la religión no se reduce a la ética, esta es una manifestación cotidiana de la espiritualidad, a diferencia de los ritos o fiestas, que son más excepcionales. Por lo general, las religiones incluyen códigos éticos que derivan de dos fuentes principales: 1. Normas reveladas: Provienen de una autoridad divina y exigen una adhesión absoluta. Su incumplimiento pone en duda los valores fundamentales de la fe. 2. Normas sociales: Se basan en las necesidades grupales o institucionales y tienen menor poder coactivo. Ambos tipos están ligados al sistema de creencias y valores de la religión. En esencia, la ética no es solo un conjunto de reglas, sino un impulso que da coherencia y sentido a la conducta humana. Todas las religiones, en mayor o menor medida, promueven conductas éticas que reflejan sus valores y creencias. La estética La belleza, aunque cambia a lo largo del tiempo, es una forma de comunicación sensible que expresa los sentimientos más elevados del ser humano. Por eso, las emociones profundas y el contacto con lo misterioso suelen plasmarse en obras artísticas como arquitectura, escultura, pintura o música. Estas obras pueden cumplir funciones culturales y, a menudo, favorecer una conexión con lo trascendente. El carácter religioso de una obra no depende tanto de su significado literal, sino de su capacidad para evocar una sensibilidad estética relacionada con lo sagrado. Por ejemplo, un canto en un idioma desconocido o una obra de arte moderna pueden ser profundamente religiosas, incluso si no son formalmente consideradas como sagradas. La Institución religiosa La actitud religiosa tiene un aspecto social que refleja la relación con lo misterioso y la necesidad de comunidad. Aunque la experiencia religiosa es personal, como las vivencias de Abraham, Buda o Mahoma, se transmite y valida en la comunidad. El ser humano está inmerso en una sociedad que influye en su fe y le invita a vivirla con otros. El concepto de *institución* en la religión puede referirse tanto a grandes organizaciones, como la Iglesia Católica o el Islam, como a estructuras más pequeñas y específicas dentro de estas religiones. Estas instituciones organizan las prácticas y valores religiosos y pueden variar en tamaño, desde grupos espontáneos hasta comunidades muy organizadas. Tipos de grupos religiosos: 1. Religiones institucionalizadas: Son organizaciones grandes y estructuradas (como el Islam, el budismo o la Iglesia Católica). Estas permiten divisiones internas que están controladas y reguladas por su sistema normativo. 2. Grupos culturales: Formados por personas que se han alejado de la religión predominante, a la que critican por ser demasiado intelectual o rígida. Sus prácticas suelen ser más emocionales, carismáticas y místicas, con poca organización. Ejemplo: movimientos hippies o grupos de espiritualidad oriental. 3. Sectas: Son grupos cerrados que protestan contra la sociedad y otras religiones establecidas. Suelen ser marginados y perseguidos, tienen prácticas carismáticas y actitudes exclusivistas. 4. Comunidades religiosas: Grupos homogéneos, pequeños y conservadores, con una organización interna sencilla. Sus fines pueden ser religiosos, pero también sociales, culturales o recreativos. En resumen, la religión combina lo individual con lo comunitario, y sus manifestaciones sociales pueden adoptar diversas formas, desde grandes instituciones hasta pequeños grupos alternativos. Expresiones subjetivas: las actitudes religiosas La experiencia religiosa tiene actitudes subjetivas que surgen de las características del misterio: su trascendencia y su impacto en la vida humana. Estas actitudes incluyen: 1. Reconocimiento del misterio: El ser humano percibe la alteridad y grandeza del misterio, aceptando su libre irrupción. 2. Asombro (Estupor): Ante la magnitud del misterio, el hombre siente su pequeñez y se queda atónito. 3. Temor: Experimenta dependencia absoluta, reconociendo su fragilidad, moralidad y condición de pecador. 4. Fascinación: Se siente confiado en manos del misterio, superándose a sí mismo y buscando comunión con lo trascendente. 5. Simbolismo: Expresa la presencia del misterio en su vida a través de palabras, rituales, comportamientos y arte. Madurez religiosa La madurez religiosa no es un momento concreto ni depende de una edad específica, sino un estado de armonía interior. Se alcanza cuando la persona controla sus instintos y orienta su vida hacia lo trascendente. Características de la religiosidad madura: - Globalmente diferenciada: Abarca toda la personalidad, no solo la dimensión religiosa. - Integrada: Implica seleccionar y reorganizar intereses, evitando formas de religiosidad superficiales o impulsivas. - Totalizante, autónoma y motivacional: Se convierte en un valor absoluto que guía todos los aspectos de la vida. - Dinámica y evolutiva: La madurez religiosa evoluciona constantemente a lo largo de la vida, adaptándose a las distintas etapas y desafíos. CLASIFICACIONES DE LA RELIGIÓN: FORMAS Y MANIFESTACIONES Las religiones han sido clasificadas de distintas maneras según diversos criterios. A continuación, se resumen las principales formas de categorizarlas: 1. Por su alcance y origen**: - Vivas y muertas: Religiones que aún se practican o que han desaparecido. - Imperiales: Religiones que divinizaron a sus gobernantes y basaron su orden en lo cósmico (como el confusionismo en China o religiones de Egipto y Mesopotamia). - Nacionales: Vinculadas a una cultura o nación, como el hinduismo, judaísmo y sintoísmo. - Universales: Religiones con alcance global, como cristianismo, islam e hinduismo. - Étnicas: Ligadas a un pueblo o cultura específica, como las africanas o las indígenas americanas. 2. Por su relación con el misterio (naturaleza sobrenatural): - Teísmo: Creencia en dioses o un creador que interactúa con el universo (ejemplo: cristianismo, judaísmo, islam). - Deísmo: Creencia en un dios que creó el universo, pero no interviene en él. - monoteísmo: Creencia en un único Dios (ejemplo: las religiones abrahámicas). - Politeísmo: Creencia en múltiples dioses organizados jerárquicamente (ejemplo: religiones egipcia y maya). - Panteísmo: Identifica a Dios con la naturaleza o el universo. - Universalismo: Ve todas las religiones como expresiones válidas de un mismo Dios. 3. Por su postura hacia lo divino: - Agnosticismo: Niega la posibilidad de conocer si Dios existe. - Agnosticismo apático: Considera irrelevante la existencia de Dios. - Ateísmo: Niega la existencia de Dios o dioses. - Irreligión: Falta de práctica o seguimiento religioso, aunque no necesariamente implica la negación de lo divino. - Indiferentismo: Actitud de indiferencia ante lo religioso. EXPRESIONES PSEUDO-RELIGIOSAS Existen prácticas que pueden parecer religiosas, pero no lo son: 1. Magia: Conjunto de actos para controlar fuerzas ocultas o divinas con el fin de obtener beneficios personales. El mago utiliza estos poderes como herramientas para satisfacer sus necesidades. 2. Superstición: Creencia en una fuerza oculta que puede influir positiva o negativamente en la persona. Para evitar castigos o atraer favores, se evitan o realizan ciertos actos específicos. 3. Idolatría: Adoración de objetos, personas, animales o elementos naturales como si fueran dioses. Esto implica una relación de dependencia y sometimiento hacia el ídolo. CRÍTICAS A LA RELIGIÓN En el siglo XX surgieron críticas a la religión desde el **humanismo**, un conjunto de teorías y filosofías que colocan al ser humano como el centro de la realidad. Estas ideas comparten algunos principios clave: 1. El hombre como centro: El ser humano es el eje de la realidad, el autor de su vida y su mundo, y tiene autonomía para construir su destino. 2.Diferencia cualitativa: Aunque proviene de la naturaleza, el hombre posee dimensiones únicas que lo distinguen de otros seres. 3. Dignidad absoluta: El ser humano es un fin en sí mismo y no debe ser usado como medio para otros fines. 4. Protagonista histórico: A través de su libertad y trabajo, el hombre da forma a su destino colectivo. La Feuerbach El texto describe las ideas y obra de un filósofo nacido en Baviera en 1804, discípulo de Egil, que desarrolló una filosofía centrada en el hombre como ser real y concreto, rechazando el idealismo y el espiritualismo. En 1839, escribió una crítica materialista de la filosofía hegeliana y, en su obra *Esencia del cristianismo*, afirmó que la religión tiene al hombre como único objeto y que Dios es solo un ideal creado por él. Según su pensamiento, el ser humano se distingue de los animales por su capacidad de autoconciencia y humanidad, pero la religión lo aliena al proyectar fuera de sí mismo sus atributos, deseos y perfecciones, atribuyéndolos a un Dios que no es más que un reflejo de su esencia. El filósofo sostenía que la religión desaparecerá cuando el hombre reconozca que no hay más dios que él mismo y alcance su plena autocomprensión. Sin embargo, señalaba que esto no demuestra que el deseo humano de Dios sea falso, pues podría interpretarse como una inclinación hacia un ser trascendente que satisfaga sus aspiraciones. También criticaba la tentación de manipular la idea de Dios para ajustarla a intereses personales, ignorando cómo podría haberse revelado realmente. Falleció en 1872, dejando un legado filosófico que cuestiona tanto la necesidad de la religión como su capacidad para reflejar la verdadera esencia del ser humano. K.MARX. El comunismo Karl Marx nació en Trier, Alemania, en una familia judía. Su padre, abogado de mentalidad ilustrada, se convirtió al protestantismo por razones sociales y profesionales, bautizando a Marx en 1824. Estudió derecho en Bonn y luego en Berlín, donde fue influenciado por el pensamiento hegeliano y se unió a los Jóvenes Hegelianos. Fue redactor de *La Gaceta Renana* hasta su clausura por el gobierno prusiano. Luego se trasladó a París, donde conoció a Engels, iniciando una colaboración que marcaría su vida y obra. Más tarde vivió en Bruselas y Londres, donde publicó textos clave como *La Sagrada Familia*, *La miseria de la filosofía*, *El manifiesto del Partido Comunista* y el primer tomo de *El capital* en 1867. Marx murió en Londres en 1883. Marx desarrolló un método filosófico basado en la experiencia histórica y el análisis económico-social, dejando atrás el pensamiento abstracto y enfocándose en transformar el mundo. Consideraba el trabajo como la actividad mediante la cual el hombre transforma la naturaleza para satisfacer sus necesidades, humanizándose a sí mismo y a su entorno. Sin embargo, en el capitalismo, el trabajo aliena al hombre, dividiendo la sociedad en dos clases: la burguesía, que controla los medios de producción y busca maximizar sus beneficios, y el proletariado, que solo posee su fuerza de trabajo, quedando subordinado y despojado del fruto de su labor. Para Marx, las estructuras sociales y las relaciones humanas están determinadas por el modo de producción, lo que en el capitalismo genera desigualdad y alienación. Criticó la religión como el "opio del pueblo", ya que ofrece un consuelo ilusorio que fomenta la resignación ante las injusticias, favoreciendo el mantenimiento del sistema capitalista. Como alternativa, propuso el comunismo, un sistema sin propiedad privada de los medios de producción, donde se eliminarían la alienación y las desigualdades sociales. F.Nietzsche. El nihilismo Friedrich Nietzsche nació en 1844 cerca de Leipzig, en una familia de pastores protestantes. Estudió Filología Clásica y, con solo 24 años, se convirtió en profesor en Basilea. Admirador de Schopenhauer y amigo cercano de Wagner, su salud se deterioró en 1871, lo que lo llevó a retirarse y viajar por Europa buscando reposo. En 1889 sufrió un ataque de locura del que no se recuperó, falleciendo en 1900. Entre sus obras más destacadas están *Así habló Zaratustra*, *Más allá del bien y del mal*, *El Anticristo* y *La genealogía de la moral*. El pensamiento de Nietzsche parte de la experiencia de la vida, marcada por la insatisfacción, el dolor y el sufrimiento. El ser humano, incapaz de soportar estas dificultades, busca consuelo en valores trascendentes como la moral, la religión y la metafísica, que considera construcciones falsas para mitigar su miedo. Nietzsche critica la moral cristiana, que exalta valores como la humildad y la abnegación, consolidando lo que llama una "moral de esclavos" al servicio de los débiles y resentidos. Según Nietzsche, la cultura occidental ha reprimido la vitalidad humana al imponer el dominio de lo "apolíneo" (racionalidad, orden) sobre lo "dionisíaco" (instinto, vida). Este conflicto se intensificó con la moral cristiana, que promueve una visión débil de la existencia. La "muerte de Dios", una idea central en su obra, refleja el colapso de los valores religiosos y morales tradicionales, dejando a la humanidad frente al nihilismo: un vacío de sentido que debe ser superado. Nietzsche propone al "superhombre" como la nueva figura capaz de afirmar la vida en toda su intensidad, emancipándose de cualquier moral trascendente y diciendo "sí" a la existencia terrenal. Su concepto del eterno retorno plantea la repetición infinita de todos los eventos, lo que representa la aceptación plena de la vida tal como es, sin buscar consuelos en ideales superiores o fines últimos. SIGMUNDO FREUD Sigmund Freud nació en Freiberg en 1856. Estudió medicina en Viena, donde se especializó en neurología. Durante su estancia en París, investigó el uso de la hipnosis para tratar la histeria, pero pronto lo descartó como insuficiente y desarrolló el método de asociaciones libres, que permitía a los pacientes expresar indirectamente sus problemas más profundos. Sus teorías comenzaron a difundirse a partir de 1900. En 1938, debido a la invasión nazi, Freud se refugió en Londres, donde falleció en 1939 por un cáncer. Entre sus obras más destacadas están *La interpretación de los sueños*, *El yo y el ello*, *Psicología de las masas*, *Tótem y tabú* y *El porvenir de una ilusión*. Freud revolucionó la psicología al introducir el concepto del inconsciente, un nivel profundo de la mente donde se esconden pensamientos reprimidos que emergen a través de sueños y lapsus. Planteó una estructura psíquica formada por tres instancias: el **Ello**, regido por el placer y las pulsiones básicas; el **Yo**, que actúa como mediador con la realidad; y el **Superyó**, que representa las normas y la moral interiorizada en la infancia. Otro de sus aportes fue el **complejo de Edipo**, un conflicto que surge en los niños al percibir al padre como rival en el afecto de la madre, y cuya superación es clave para el desarrollo del Superyó. En cuanto a la religión, Freud la interpretó como un mecanismo psicológico defensivo para aliviar la ansiedad existencial, calificándola de "neurosis obsesiva". Creía que las personas recurrían a un ser superior como consuelo, aunque este fenómeno no probaba ni refutaba la existencia de Dios. Sin embargo, algunos discípulos argumentaron que el sentimiento religioso podía ser un factor positivo para el equilibrio psicológico. Freud también criticó la forma en que algunas personas usan la religión para evitar afrontar las dificultades de la vida, o se refugian en imágenes represivas de Dios que no corresponden con la visión más humana presentada en el evangelio. A pesar de las críticas, las ideas de Freud siguen siendo influyentes en la psicología y el análisis crítico de la cultura, la religión y la sociedad.

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