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CAPÍTULO 10 BRUNO encuentra a shmuel El paseo a lo largo de la alambrada duró más de lo que Bruno había imaginado. La alambrada parecía prolongarse varios kilómetros. Siguió caminando y en todo aquel rato nunca vio a nadie cerca de la alambrada. Tampoco encontró ninguna puerta por donde entrar, y...
CAPÍTULO 10 BRUNO encuentra a shmuel El paseo a lo largo de la alambrada duró más de lo que Bruno había imaginado. La alambrada parecía prolongarse varios kilómetros. Siguió caminando y en todo aquel rato nunca vio a nadie cerca de la alambrada. Tampoco encontró ninguna puerta por donde entrar, y empezó a pensar que su exploración iba a ser un fracaso. Cuando llevaba casi una hora andando y empezaba a tener hambre, pensó que quizá ya había explorado suficiente por – 69 – El niño con el pijama de rayas aquel día y que debería volver. Entonces vio a lo lejos un puntito e intentó distinguir qué era. Conforme se acercaba se dio cuenta de que era un niño. Estaba allí sentado, sin molestar a nadie. Aunque los separaba la alambrada, él sabía que debía tener mucho cuidado con los desconocidos y que siempre era mejor tener precaución con los desconocidos. Así que siguió andando y poco después estaban uno frente a otro pero separados por la alambrada. –Hola –dijo Bruno. –Hola –contestó el niño desconocido. El niño desconocido era más bajo que Bruno y estaba sentado en el suelo con expresión de tristeza. Llevaba el mismo pijama de rayas que vestían todos al otro lado de la alambrada. No calzaba zapatos ni calcetines y tenía los pies muy sucios. En el brazo llevaba un brazalete51 con una estrella, que era la estrella que llevaban todos los que eran judíos52. El niño estaba sentado con las piernas cruzadas y la cabeza inclinada cuando Bruno se le acercó. Al cabo de un momento levantó la cabeza y pudo verle la cara. Tenía un rostro muy extraño. Su piel era casi gris, tan pálida que no se parecía a ninguna que Bruno había visto antes. Tenía los ojos muy grandes. Cuando Bruno lo miró, en lo único que se fijó fue en sus ojos enormes y tristes que le devolvían la mirada. Bruno estaba seguro de que jamás había visto un niño más flaco ni más triste en su vida, pero decidió que lo mejor era hablar con él. 51 52 El brazalete o pulsera es una pieza de adorno que las personas se colocan en el brazo, las muñecas o los tobillos. Un judío es una persona que pertenece a un grupo que está distribuido por todo el mundo, aunque la mayor parte de ellos viven en un país que se llama Israel. La religión constituye un aspecto fundamental de este grupo. – 70 – John Boyne –Estoy explorando –dijo Bruno. –¿Ah, sí? –contestó el niño. –Sí. Desde hace casi 2 horas –afirmó Bruno. –¿Has encontrado algo? –preguntó el niño. –No gran cosa –respondió Bruno. –¿Nada de nada? –volvió a preguntar el niño. –Bueno, te he encontrado a ti –dijo Bruno tras una pausa. Miró fijamente al niño y estuvo a punto de preguntarle por qué estaba tan triste, pero tenía miedo de parecer maleducado. Sabía que a veces las personas que están tristes no quieren que les pregunten qué les pasa. Bruno se sentó en el suelo, al otro lado de la alambrada, cruzando las piernas igual que el otro niño, y lamentó no haber llevado un poco de chocolate o quizá una galleta que podían haber compartido. –Vivo en la casa que hay en este lado de la alambrada –dijo Bruno. –¿Ah, sí? Una vez vi la casa desde lejos, pero a ti no –dijo el niño. –Mi habitación está en el primer piso. Desde allí veo por encima de la alambrada. Por cierto, me llamo Bruno. —Yo me llamo Shmuel. Nunca había oído tu nombre –declaró el niño. –Ni yo el tuyo, pero me gusta como suena. Suena como el viento –dijo Bruno. –A mí también me gusta tu nombre. Suena como si alguien se frotara los brazos para entrar en calor –contestó Shmuel. –No conozco a nadie que se llame Shmuel –afirmó Bruno. – 71 – El niño con el pijama de rayas –Pues en este lado de la alambrada hay montones de personas que se llaman Shmuel. A mí me gustaría tener un nombre diferente –contestó Shmuel. –Pues yo no conozco a nadie que se llame Bruno. Creo que soy el único –aclaró Bruno. –Entonces tienes suerte –dijo Shmuel. –Sí, supongo que sí. ¿Cuántos años tienes? –preguntó Bruno. Shmuel contó con los dedos y contestó: –Nueve. Nací el 15 de abril de 1934. Bruno se sorprendió muchísimo: –¿Qué has dicho? No puede ser. Shmuel repitió la fecha de su nacimiento y preguntó: –¿Por qué no puede ser? –No quiero decir que no te crea. Pero es asombroso, porque yo también nací en la misma fecha, el 15 de abril de 1934. Nacimos el mismo día. –Entonces también tienes 9 años –razonó Shmuel. –Somos como hermanos gemelos –dijo Bruno. De pronto Bruno se puso muy contento. Recordó a sus 3 mejores amigos y recordó también cómo se divertían juntos en Berlín y se dio cuenta de lo solo que se había sentido en Auchviz. –¿Tienes muchos amigos? –preguntó Bruno. –Sí, claro. Bueno, más o menos –contestó Shmuel. A Bruno le habría gustado que Shmuel le hubiera dicho que no, porque así habrían tenido otra cosa en común. –¿Pero son amigos íntimos? –volvió a preguntar Bruno. – 72 – John Boyne –Bueno, muy íntimos no. Pero en este lado de la alambrada hay muchos niños de nuestra edad. Aunque nos peleamos mucho. Por eso he venido aquí. Para estar solo. –No hay derecho. No entiendo por qué yo tengo que estar aquí, en este lado de la alambrada, donde no hay nadie con quién hablar o jugar, mientras que tú tienes montones de amigos. Tendré que hablar con padre de eso –dijo Bruno. –¿De dónde eres? –preguntó Shmuel. –De Berlín. –¿Dónde está eso? –siguió preguntando Shmuel. Aunque Bruno no estaba seguro, contestó con firmeza: –Está en Alemania53 , por supuesto. Y tú, ¿de dónde eres? ¿Eres alemán? –se interesó Bruno. –No, yo soy polaco54 –contestó Shmuel. –Entonces, ¿cómo es que hablas alemán? –preguntó Bruno. –Porque tú me has hablado en alemán. Por eso te he contestado en alemán. Pero la lengua de Polonia55 es el polaco. ¿Sabes hablar en polaco? –No. No conozco a nadie que sepa hablar dos idiomas. Y menos a alguien de nuestra edad –contestó Bruno. –Mi madre es maestra en mi escuela y me enseñó alemán. Ella también habla francés, inglés e italiano. Es muy inteligente. Yo no sé hablar francés ni italiano. Mi madre me dice que algún día me enseñará inglés –explicó Shmuel. 53 54 55 Alemania es un país de Europa Central que forma parte de la Unión Europea (UE). Limita al este con Polonia. La capital de Alemania es Berlín. Un polaco es una persona natural de Polonia, que ha nacido en ese país. También polaco es la lengua o idioma que se habla en Polonia. Polonia es un país que se encuentra en Europa Central y forma parte de la Unión Europea (UE). Está al lado de Alemania. La capital de Polonia es Varsovia. – 73 – El niño con el pijama de rayas –Polonia no es tan bonito como Alemania, ¿verdad? –preguntó Bruno. –¿Por qué no? –se extrañó Shmuel. –Bueno, porque Alemania es el mejor país del mundo. Nosotros somos superiores –respondió Bruno, recordando lo que había oído decir a Padre y al Abuelo en muchas ocasiones. Samuel lo miró fijamente sin decir nada, y Bruno quiso cambiar de tema, porque le pareció que lo que había dicho no era adecuado y no quería molestar a Shmuel. –¿Y dónde está Polonia? –preguntó Bruno después de un momento de silencio. –Pues en Europa. Esto es Polonia. Yo nunca he estado en Berlín –contestó Shmuel. –Y a mí me parece que nunca había estado en Polonia hasta que vine aquí. Bueno, suponiendo que esto es Polonia –dijo Bruno. –Estoy seguro de que lo es. Aunque no es una región muy bonita –explicó Shmuel. –No –contestó Bruno. La región de donde provengo es mucho más bonita –dijo Shmuel. –No puede ser tan bonita como Berlín. En Berlín teníamos una gran casa con 5 pisos, contando el sótano y la buhardilla56. Y había unas calles muy bonitas y tiendas y puestos de fruta y verdura y muchas cafeterías –indicó Bruno. 56 Una buhardilla es una habitación en la parte superior de una vivienda que está debajo del tejado. Normalmente se usa como trastero, aunque actualmente también se puede utilizar como estudio, sala o pequeño dormitorio. Suelen tener una o varias ventanas, que también se llaman buhardillas, se levantan por encima del tejado de la casa. – 74 – John Boyne –El sitio de donde vengo es mucho más bonito. Allí la gente es muy simpática, tengo muchos parientes y la comida es mucho mejor –afirmó Shmuel, que nunca había estado en Berlín. –Bueno, no tiene sentido discutir –dijo Bruno, que no quería pelearse con su nuevo amigo. –Vale –dijo Shmuel. –¿Te gusta jugar a los exploradores? –preguntó Bruno. –Nunca he jugado a los exploradores –contestó Shmuel. –Cuando sea mayor seré explorador –afirmó Bruno. Al cabo de un momento Bruno volvió a preguntarle, después de haber pensado bien la pregunta: –¿Por qué hay tanta gente al otro lado de la alambrada? ¿Qué hacéis allí? – 75 –