Introduccion a la Psicologia Social (PDF)

Introducción a la Psicología Social Gabriela Topa Cantisano E RMI O', LAV Introducción Definamos la Psicología Social y expliquemos qué hace La Psicología Social es una disciplina científica...

Introducción a la Psicología Social Gabriela Topa Cantisano E RMI O', LAV Introducción Definamos la Psicología Social La Psicología Social La Psicología Social personas La Psicología Social comportamiento social La Psicología Social social que cambia Diferencias entre la Psicología El lugar de la Psicología ¿ Principios básicos de la Construimos nuestra realidad , Los motivos sociales La interconexión de los Críticas al reduccionismo La conexión entre El efecto de discontinuidad Comportamiento social El papel de la emoción Importancia de las relaciones personas La importancia de la diversidad Cómo responden los psicólogos plantean: la investigación Teorías científicas: Métodos de investigación El experimento: generación intervención sistemática Asignación aleatoria Control: manipulación Experimentos PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) Experimentos de campo Otras reflexiones sobre variables mediadoras Métodos correlacionales Correlación: la búsqueda Investigación mediante Observación sistemática: Investigación cualitativa Metaanálisis y revisiones Ética de la investigación Bienestar físico de El Respeto a la privacidad l8 Uso del engaño l El Consentimiento informado lo Informar a los participantes estudio '- Una breve historia de la Psicología RLS LlCTURA RE:.C.OMLNDAOAS Y f:NLA(l e; íJE: IN fE:_RERRE El confinamiento domiciliario y las medidas de distancia social implantadas durante la pandemia de COVID-19 han impactado en la salud mental de la población en general. Los riesgos para los niños y adolescentes se han agravado (Ritz et al., 2020). l. DEFINAMOS LA PSICOLOGIA SOCIAL Y EXPLIQUEMOS QUE HACE La tarea de definir una disciplina es compleja y, en el caso de la Psicología Social, el amplio abani co de temas que han tratado los psicólogos sociales incrementa esta dificultad. La Psicología Social ha acumulado un notorio cuerpo de conocimientos sobre cómo piensan, sienten y se comportan las personas, considerando a la vez las condiciones que influyen en estos pensamientos, sentimientos y comportamientos (Myers y Twenge, 2022). Se podría sintetizar mas diciendo que la mayoría de ellos se centra prender cómo y por qué las personas piensan, sienten y se comportan en las situaciones sociales, es aquellas que implican la presencia real, imaginaria o simbólica de otras personas, como se explicará más adelante. Otra forma de decirlo es que la Psicología Social se interesa por cómo la presencia de ta a la tríada ABC (Afecto, Conducta y Cognición, en inglés: Affect, Behavior and Cognition; Baumeister y Buschman, 2022), que se grafica en la Figura 1.1. En general, se puede definir la Psicología Social como la disciplina científica que tiene por finalidad comprender la naturaleza y las causas de los pensa mientos, los sentimientos y del comportamiento de las personas en las situaciones sociales. En otras PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) 1.1. La Ps1colo ía acial P madi ciplma ci nt fit Aunque muchas personas identifican, de manera unívoca, las ciencias con las ciencias físicas o natura les, el término «ciencia» alude a dos condicionantes de la actividad científica: (a) la adhesión to de valores básicos (p.ej., objetividad) y (b) al uso de métodos para estudiar sistemáticamente cualquier faceta del mundo. Así es posible afirmar que la Astro nomía, la Química o la Biología, entre muchas otras disciplinas, y también la Psicología Social son cien cias, puesto que el estudio de los pensamientos, senti mientos y conductas de las personas en las situaciones sociales se puede abordar adoptando dichos valores básicos y empleando tales métodos (Branscombe y Ba ron, 2022). En un apartado posterior de este capítulo, se tra tarán en detalle los métodos o procedimientos más usados en Psicología Social para la investigación, pero aquí expondremos los valores fundamentales cuya adopción hace de la Psicología Social una disciplina científica. Cuatro valores básicos motivan la activi dad científica y hacen que esta pueda ser considerada como tal. a) En primer lugar, la exactitud consiste en la adhesión del científico a una búsqueda y evaluación de la información sobre la realidad de forma rigurosa, precisa y que intenta apartarse de cualquier error. La exactitud está ausente en la observación espontánea que hacemos con frecuencia de la conducta de los de más en entornos sociales, ya que es casual y se deja llevar por aquello que atrae nuestra atención, en vez de hacerlo por una planificación sistemática y rigu rosa. b) En segundo lugar, la actividad científica está orientada a alcanzar la información con la mayor ob jetividad posible. Aunque más adelante se expondrán algunas amenazas a esta objetividad, el empeño cien tífico está orientado a conseguir y evaluar la informa ción relativa al objeto de estudio en sí mismo, es decir, con independencia de la forma de pensar o sentir de la persona que considera dicha información. En una actividad de observación espontánea, faltaría la obje tividad, porque cada persona puede permitir que su forma de pensar o sentir contamine la información que observa. c) En tercer lugar, la actividad científica se caracteriza por el escepticismo, es decir, los resultados se aceptan solo si han sido verificados repetidamente. Si, además, varios investigadores independientes que han reproducido los procedimientos iniciales y han hallado los mismos resultados, llegando a conclusio nes semejantes, entonces se habla de replicación. d) Por último, la ciencia se caracteriza por la apertura -- mental, es decir, por la disposición a actualizar las conclusiones cuando la evidencia disponible indica El saludo de apertura de Los saludos son un tipo de comportamiento social tan habitual que, a menudo, se da por sentado. Sin embargo, presentan una oportunidad valiosa para el análisis del ha bla como actividad social. Desde un punto de vista com parativo, los saludos parecen ser elementos universales del comportamiento social humano, ya que están presentes en todas las culturas y sociedades. Al mismo tiempo, pre sentan una gama de variabilidad tanto intercultural como intracultural que los hace ideales para comprender la re lación entre lenguaje y contexto. Los saludos iniciales de una conversación, llamados por algunos antropólogos del lenguaje saludos de apertura, tienen unas propiedades universales, útiles para identificarlos en cualquier idioma o situación y distinguirlos de otros comportamientos pa recidos o relacionados. Al mismo tiempo, nos ofrecen una forma de evaluar su utilidad social en diversos contextos. Los saludos de apertura tienen las siguientes generales: 1. Aparecen al comienzo de un encuentro o contacto (pero no son necesariamente las primeras expresio nes que se intercambian entre los participantes en la reunión). Por ejemplo, en una llamada telefónica, lo primero que se dice es «¿Diga?» o «¿Si?». Y lue go, cuando la persona responde, se saluda. 2. Establecen un campo perceptivo que va a ser com partido durante un período más o menos largo (es decir, son el reconocimiento de una interacción las personas, así como los procesos psicológicos sub yacentes que dan cuenta de estos, y el hecho de que resultan influenciados por la presencia real, imaginada o simbólica de los demás (Hogg y Vaughan, 2022) o incluso por factores culturales y étnicos. 1.3. Ld Ps1colog1a Social buscd comprender las causas del comportamiento social La Psicología Social está interesada en comprender las causas y los condicionantes del comportamiento social y, como es obvio, hay un amplio abanico de va riables que pueden actuar como tales. Si nos propone mos agrupar esta multiplicidad de factores, podemos hacerlo en las siguientes categorías: a) las conductas de otras personas, b) sus características físicas, c) los grupos a los que pertenecen, d) nuestros propios pro cesos cognitivos, e) las características ambientales y del mundo físico, y f) los factores biológicos (Brans combe y Baron, 2022). En primer lugar, las acciones y las expresiones emocionales de los demás tienen un fuerte impacto PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) Las asociaciones de olor aversivo 2017) Una investigación mostró que, si se establecía una asociación entre un olor desagradable y una persona, esta asociación influía en las evaluaciones posteriores de la conducta de dicha persona, incluso aunque el gradable ya no estuviese presente. En una primera estableció la asociación mediante condicionamiento las imágenes de dos varones (Mike y Steve), taron repetidamente. La presentación de la de ellos terminaba con un olor aversivo en un apariciones, mientras que la otra imagen nunca junto con el olor. En una segunda fase del experimento, se juzgaron las conductas de las dos personas, Mike y Steve, en una serie de situaciones determinadas. Los participantes leían la des cripción de las conductas (positivas y negativas): 78 empresas firmaron un acuerdo en 2017 con el Mi nisterio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para velar por la igualdad de oportunidades en los procesos de selección apoyándose en el uso de este currículum anónimo. Empresas como Endesa, Ferrovial, Caixa Bank, Deutsche Bank, Repsol o lkea lo implementa ron, aunque esta práctica ya se venía ejecutando en otros países como Reino Unido, Alemania o Suecia. En tercer lugar, nuestros propios procesos cogniti vos influyen sobre nuestro comportamiento social. Por ejemplo, si un profesor llegase tarde a clase y dijera a sus estudiantes: « Lo siento, hasta hace un momento no me acordé de que hoy me tocaba dar clase», segura mente los estudiantes se disgustarían. Si, en cambio di jese: «Lo siento, pero había un accidente en la autovía y el atasco era kilométrico», posiblemente el disgusto fuera menor. Además, la intensidad del enojo de los estudiantes dependería de si el profesor habitualmente repite esta conducta y recurre a la misma explicación. En resumen, sus reacciones en esta situación depende -- rán de sus recuerdos del comportamiento pasado del docente y de sus inferencias sobre si la explicación de 1995, hallaron que se produjeron más agresiones cuando las temperaturas eran moderadamente altas que cuando eran bajas o muy altas. Además, cuando los datos se agruparon en intervalos de 24 horas, se observó que la relación entre temperatura y violencia también dependía de otras variables temporales, como si era de día o de noche. Recientemente, otros psicólo gos sociales (Ruderman y Cohn, 2021) han investiga do las relaciones entre la temperatura y otros factores ambientales con los tiroteos masivos en EE.UU. Sus hallazgos confirman que las temperaturas anormales (es decir, las mayores diferencias entre la temperatu ra real y la esperable en una región) son un predictor del recuento diario de tiroteos con víctimas múltiples. Además, estos sucesos eran significativamente más frecuentes durante los fines de semana, en festivida des importantes (Día de la Independencia, Navidad y Año Nuevo), durante las estaciones más calurosas y cuando la temperatura era más alta de lo normal. En el capítulo referido a la agresión se expondrán más detalladamente las teorías y los estudios relacionados con esta temática. Sin embargo, no solo los factores climatológicos parecen influir sobre los pensamientos, sentimientos y conductas sociales, sino que la mera visión podría tener un impacto en nuestros comportamientos sociales. En una investigación experimental, Quoid bach et al. (201O) exploraron las relaciones entre ver una imagen de dinero y ser capaz de saborear un cho colate durante más tiempo. En su estudio, los partici pantes completaron un breve cuestionario presentado en una carpeta, la cual contenía en la página siguiente una imagen de dinero o una foto neutral. Se les in dicó que se trataba de otro estudio sin relación con el cuestionario. A continuación, se pidió a los partici pantes que comieran un trozo de chocolate y, cuando estuvieran listos, completaran un breve cuestionario de seguimiento. Para evaluar la conducta de saborear el chocolate, dos observadores observaron subrepticia mente a los participantes. Dado que saborear la co mida implica prestar atención al momento presente, tomarse el tiempo para apreciarla y disfrutar de ella (Macht et al., 2005), se indicó a los observadores que midieran, usando cronómetros, el tiempo que los parti cipantes pasaban comiendo el chocolate. Para evaluar el grado en que los participantes mostraron emociones positivas mientras comían, los observadores calificaron el disfrute que mostraron los participantes en una es cala de 1 (Nada) a 7 (Mucho). Sus resultados mostra ron que los participantes que vieron la foto del dinero, comparados con aquellos que vieron una imagen no relacionada, pasaron menos tiempo comiendo el cho colate y mostraron menos disfrute. La conclusión del estudio es que un simple recordatorio de la riqueza PSICOLOGÍA SOCIAL {Volumen 1) tados con otros) y a las metas grupales. Los ejemplos típicos de las primeras son países occidentales como, por ejemplo, Estados Unidos, y de las segundas, países del Sudeste Asiático, como, por ejemplo, Japón (Co hen y Kitayama, 2019). Esta visión propia de cada cul tura influye sobre la realidad social en cada momento y lugar concretos, y además influye sobre los procesos psicológicos individuales, es decir, sobre los pensa mientos, sentimientos y comportamientos sociales de sus miembros. Asimismo, dentro de una misma cultura, las formas en que las personas interactúan entre sí cambian con el tiempo. Los avances tecnológicos, la movilidad indi vidual y colectiva, ya sea por motivos de ocio, trabajo, migración u otros, la influencia de las redes sociales y muchos otros factores aceleran los cambios sociales. Si se piensa en el concepto de familia en los países lla mados WEIRD (occidentales, educados, industrializa dos, ricos y democráticos, por sus iniciales en inglés), se puede apreciar la magnitud del cambio durante el último siglo, en que se ha pasado de la preponderan cia de las familias «tradicionales» a la diversidad de esquemas familiares reconocidos por la legislación y socialmente aceptados en la actualidad como, por ejemplo, las familias monoparentales. 1.5. Dif r nri ntr la Ps1coloqía Social 1 s nt1do comun Como se ha señalado anteriormente, la Psicología Social es una disciplina científica. Quizá cabría pre guntarse por qué es necesario suscribir un enfoque científico para alcanzar el conocimiento del compor tamiento social. Dado que el comportamiento social es algo de lo cual todos tenemos experiencia cotidia na, tanto porque lo ejecutamos como porque lo obser vamos en las personas que nos rodean. De hecho, es probable que algunas conclusiones a las que ha llega do la Psicología Social científica ya se nos hayan ocu rrido antes. Dicho de otra manera, las personas pasan la casi totalidad de sus vidas interactuando con otros y reflexionando sobre cómo se comportan o cómo es peran que lo hagan, de modo que podría decirse que todos somo psicólogos sociales aficionados. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense llevó a cabo cerca de 300 estudios empíricos sobre la vida de los soldados. Estos datos fueron hechos públicos en 1945 y, a partir de ellos, se publicaron los cuatro volúmenes de la obra titula da The American Soldier. Lazarsfel (1949) menciona una serie de hallazgos en su presentación, como los - siguientes, acompañados de unos comentarios expli cativos: El sesgo retrospectivo El sesgo retrospectivo ocurre cuando las personas sien ten que «lo sabían todo el tiempo». Este sesgo parece de berse a la combinación de tres factores: distorsión de la memoria, creencias sobre las probabilidades objetivas de los eventos o creencias subjetivas sobre las propias capa cidades de predicción. El sesgo retrospectivo proviene de: (a) Procesos cognitivos: las personas recuerdan selecti vamente información consistente con lo que ahora saben que es verdad. Entonces se implican en ver el sentido y la coherencia de su propio conocimiento con estos hechos. Por ej., después de los atentados del 11-S, un informe de investigación del Senado de los Estados Unidos enumeró las pistas perdidas o mal interpretadas (Gladwell, 2003): cía la presencia de agentes de Al Qaeda en EE.UU., agentes del FBI habían advertido que se podría en viar a estudiantes a EE.UU. a Academias de Avia ción civil, etc. (b) Procesos metacognitivos: la facilidad con la que se comprende un resultado pasado se atribuye errónea mente a su supuesta probabilidad previa. Dicho de otra manera, lo entendemos mejor porque ha suce dido anteriormente, y creemos que dicha facilidad diferencias entre el sentido común y el conocimien to científico sobre el comportamiento social es que el primero nos indica qué sucede cuando ya ha ocurrido el suceso, mientras que la evidencia científica de la Psicología Social permite determinar cuál de dos pre dicciones (hipótesis) opuestas era la correcta, así como cuándo, para quién y por qué una u otra de esas dos predicciones podría aplicarse. 1.6. El lugar de Id Ps1cologíd Social en las Ciencias Sociales La Psicología Social se enmarca en el ámbito cien tífico de las Ciencias Sociales, al igual que otras dis ciplinas como la Sociología, la Antropología o la His toria. El marco común de todas ellas es que estudian a los seres humanos y a las sociedades en las cuales estos viven y se desenvuelven, esto es, analizan dife rentes aspectos de la vida social. No obstante, existen aspectos diferenciadores. Cada una de estas discipli nas asume principios básicos distintos, se centra en aspectos o facetas diferentes de la vida social (Hogg y Vaughan, 2022) y utiliza diferente metodología para abordar los temas de estudio (véase Cuadro 1.5). Por ejemplo, en Sociología es más frecuente usar encues tas macrosociales, en Antropología las entrevistas en profundidad y en Historia, el análisis documental, PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) Relación de la Psicología Estudio de la creencias y prácticas Antropología grupos humanos, generación en generación. Estudio científico producción, distribución bienes y servicios. Economía Estudia los eventos reconstruyéndolos crítico de las Historia escritos) con explicar las dinámicas pasado. Estudio científico de la política, los sistemas y los comportamientos Su objetivo es Ciencia Política observación política, principios su funcionamiento. ---------------- -- -- -- desempleo, oportunidades formativas, etc.), y como mecanismo explicativo del fenómeno se centraría en factores macrosociales educativos, económicos, etc. (Rubio Arribas, 2012). Por el contrario, el psicólogo social se ocuparía de analizar la relación periencias de socialización familiar y laboral cesos psicológicos (formas de pensar, sentir que caracterizan a la persona: por ej., deterioro de su autoestima o estrés, en el lado negativo y percepción de empleabilidad o perspectiva de tiempo laboral ro, en la dimensión positiva (Topa y Zacher, 2018). En resumen, aunque el comportamiento social despierta el interés de varias disciplinas, tiene un abordaje es- cólogos sociales, es decir, en la forma en que estos se acercan a los temas que estudian, la manera en la que formulan las hipótesis de sus investigaciones y el modo en el que evalúan el comportamiento social e intentan, por último, explicarlo. A lo largo del presente apartado se exponen estos principios, cuya aplicación se verá más detalladamente en el resto de los capítulos del presente libro. 2.1. Construimos nu stra realidad social Uno de los principios en los que se apoya la labor de los psicólogos sociales es que nuestro pensamien to, emociones y conducta están influenciados por el contexto o ambiente social que nos rodea, pero que esta influencia no se ejerce de forma directa. La rea lidad social influye en nosotros, pero lo hace en fun ción de la forma en que nosotros mismos la vemos y la interpretamos. La Psicología Social, cuando habla de que construimos nuestra realidad social, alude a que hacemos constantemente una percepción e interpre tación de los hechos, acontecimientos y personas que nos rodean. Dicha realidad interpretada o construida es la que, realmente, acaba influyendo en nuestro pen samiento, en nuestras emociones y comportamientos (Myers y Twenge, 2022). Las personas, constantemente, damos sentido a la realidad, es decir, nos esforzamos por que aquello que vemos nos resulte ordenado, predecible, controlable y, para conseguir este resultado, estamos, todo el tiempo, interpretando la realidad. La forma en que reacciona mos ante la realidad no depende exclusivamente de los hechos objetivos en sí mismos, sino de la inter pretación o elaboración que hacemos sobre ellos. Un aspecto relacionado con este principio es el hecho de que las personas, con frecuencia, difieren en la cons trucción o interpretación que hacen de la realidad. Esto explica por qué las personas suelen reaccionar de forma diferente en presencia de los mismos fenó menos. De hecho, lo que sucede es que no están en presencia del mismo fenómeno, puesto que, si lo han interpretado de forma diferente, la realidad es distinta para cada una de ellas. Asimismo, a menudo las personas ven lo que quie ren ver. Es decir, creemos que hay una realidad objetiva ahí afuera (y si la hay o no, es una cuestión que no com pete a la Psicología Social responder, sino a la Filoso fía), pero siempre la vemos a través de las gafas que nos dan nuestros intereses, motivaciones, actitudes, valores y creencias. Sin embargo, los potenciales efectos ne gativos de esta tendencia no son equivalentes en todos los ámbitos. Mientras que es razonable esperar que los aficionados a un equipo de fútbol sean parciales a la PSICOLOCiÍA SOCIAL (Volumen 1) Imágenes del estudio de Kahan et al. (2012) sobre los movimien tos de protesta. Los participantes en ambas condiciones vieron un vídeo de tres minutos y medio aproximadamente de duración de una manifestación de protesta. Las palabras de las pancartas fueron distorsionadas para evitar que se identificaran nidos. Las imágenes correspondían a una protesta real ocurrida en Cambridge, Massachusetts, en marzo de 2009. para interferir con la libertad de los demás) dependía de la congruencia de las posiciones de los manifes tantes con los valores culturales propios de los partici pantes (Kahan et al., 2012). En resumen, las personas construimos la realidad mediante unas percepciones y cogniciones motivadas y culturalmente dependientes, El dilema del prisionero El dilema del prisionero es un problema fundamental de la teoría de juegos, mediante el cual se muestra que dos personas pueden elegir no cooperar a pesar de que, si lo hicieran, obtendrían un resultado más beneficioso para ambas partes. El dilema se propuso originalmente bito de las matemáticas (Flood, 1951, 1952), pero Tucker (1950) le dio el formato con el que se conoce hoy el juego, ya que añadió los beneficios penitenciarios y lo popularizó con el nombre actual. Aunque en la actualidad existen mu chas versiones, con premios económicos, fichas y otro tipo de recompensas, el enunciado básico es: «La policía acaba de arrestar a dos sospechosos de un crimen, sin pruebas suficientes para condenar los y, tras haberlos separado, cada uno de ellos es interrogado por separado y la policía les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a cinco años de prisión mientras que el delator será liberado. Por el con trario, si calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y el cómplice será quien salga li- connotaba individualismo, preocupación por el inte rés propio y un contexto en el que es probable que primen las normas de competitividad. La segunda eti queta, por el contrario, connotaba interdependencia, interés colectivo y un contexto en el que es probable que operen las normas cooperativas. Los participantes que fueron juzgados como competitivos o cooperati vos fueron asignados a uno de los dos juegos, lo que resultó en cuatro condiciones (combinando los dos nombres del juego x los dos tipos de personas). Ade más, los participantes fueron emparejados para formar una díada similar, ya sea con mayor probabilidad de cooperar o con mayor probabilidad de competir. Las instrucciones que recibieron los participantes fueron las mismas que se presentaron previamente a los cela dores, incluido un par de referencias verbales al Juego de Wa/1 Street o al Juego de la comunidad, y a partir de ese momento jugaron siete rondas. En la Figura 1.3, se aprecia que haber sido previa mente evaluados por los celadores como más propen sos a cooperar o más propensos a competir no tenía poder predictivo en absoluto. Es igualmente visible que el nombre del juego ejerció un efecto significa tivo en las decisiones de los participantes. En la pri mera ronda, aquellos que jugaron el Juego de la Co- Juego de la Comunidad 80 en 70 Q) "O 60 Q) c. o 50 o Q) "O 40 ·ro Q) 30 Q) o 20 10 Primera ronda de cooperación Probables competidores Resultados del experimento de Liberman et al. (2004). PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) Para concluir, las personas pueden ser muy creati vas a la hora de interpretar su realidad social, lo hacen sin ayuda (Aronson et al., 2021 ). Además de recibir un cúmulo de conocimiento de su cultura, las personas no solo adoptan pasivamente las creencias colectivas, sino que también colaboran activamente para modificarlas en función de sus necesidades, mo tivaciones e intereses. Las definiciones de la situación, así como las normas e ideologías les proporcionan un sentido compartido de lo que está bien y lo que está mal (por ej., el conservadurismo político y el liberalis mo, el sexismo y el racismo, etc.), afectan las percep ciones de las personas sobre lo que es y sobre lo que debería ser. En otras palabras, las creencias, los valores y las conductas de las personas deben entenderse en su contexto social y cultural. 2.2. o mottvos sociales Las relaciones sociales son esenciales en la vida. Todos los bebés necesitan establecer vínculos cuidadores y la mayoría de las personas encuentran las interacciones sociales regulares gratificantes dispensables para su bienestar. Por ello, los manos han desarrollado un repertorio de mecanismos psicológicos que permiten la vida social, entre se incluyen diversas motivaciones para ser social vens y Fiske, 1995). Los motivos sociales influyen en los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas para orientarlos hacia una coexistencia pacífica que ayude a la supervivencia y la adaptació en entornos cambiantes. Esos motivos nos permiten entender por qué las personas se implican tenazmente en la búsqueda y mantenimiento de la pertenencia a los grupos socia les (North y Fiske, 2004). La función principal de los motivos sociales y orientar a las personas hacia el mundo social es prepararlas para que se impliquen en la acción colectiva. Susan Fiske (2002, 201 0a) de sarrolla ampliamente la idea de que las personas que se vinculan adecuadamente con el grupo aumentan enormemente sus posibilidades de supervivencia so cial, porque los grupos son eficaces, por lo general, a la hora de satisfacer las necesidades sociales funda mentales. Asimismo, esboza las consecuencias nega tivas que el fracaso en la satisfacción de estos motivos sociales tiene para algunas personas, en concreto para aquellas a las que no se les permite pertenecer al gru po. El ser excluido del grupo socava muchas creen cias y necesidades fundamentales relacionadas con el mundo social, cuyo impacto también tiene graves consecuencias negativas para el bienestar de la per sona excluida. dando prioridad a la armonía y al bienestar del gru po. Por lo tanto, la pertenencia se basa en el deseo social, altamente adaptativo, de pertenecer que se ma nifiesta a través de la disposición de las personas para establecer vínculos con otras personas (Baumeister y Leary, 1995). Algunos de los experimentos clásicos en Psicología Social demuestran que el apego al grupo se desarrolla rápidamente. Un experimento clásico asignó aleatoriamente las familias de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial a diferentes residencias (Festinger et al., 1950). A pesar de la creación relati vamente desordenada de su situación social, las per sonas establecieron más amistades con los que vivían más cerca, independientemente de la semejanza en sus actitudes (véase el capítulo de relaciones interper sonales íntimas). El deseo de pertenecer también produce conformi dad con los roles y normas dentro del grupo, como se analizará en capítulos posteriores. Esta lealtad intensa e inflexible hacia el grupo y hacia las normas grupales compartidas inevitablemente excluye a las personas que no comparten estas reglas, dejando claro a quién vale la pena incluir y a quién hay que excluir. Como consecuencia, las lealtades de las personas al grupo pueden dar lugar a la hostilidad hacia aquellos que se percibe que lo amenazan. Cuando el grupo se ve ame nazado, la motivación de pertenencia se intensifica. La gente se atrinchera dentro de su grupo, excluyendo a otros que «no son como nosotros». Algunos estudios muestran el cambio en las respuestas de los estadou nidenses posteriores al 11-S hacia los musulmanes y las personas percibidas como muy diferentes (Chan drasekhar, 2003). En el mismo sentido, se detectó un aumento de la discriminación y el prejuicio hacia las personas asiáticas en EE. UU. durante la pandemia de COVID-19. Este incremento de los crímenes de odio y de los incidentes de discriminación y violencia con tra asiáticos se atribuyó a la tendencia de la gente a asociar el virus con los ciudadanos estadounidenses de origen chino (Dhanani et al., 2022). Por lo tanto, mientras que las personas dentro del grupo cosechan diversos beneficios, las personas excluidas ven profun damente amenazada su necesidad de pertenencia, lo cual tiene efectos perjudiciales en el bienestar general y en la salud (p.ej., propensión al suicidio, problemas físicos, mortalidad, ansiedad y depresión, entre otros). La comprensión colectiva o compartida es el se gundo motivo social, que se relaciona estrechamente con la pertenencia. Consiste en la necesidad de enten der lo que creen otros miembros del grupo o de llegar a un acuerdo compartido con los demás en la forma de ver el mundo. Al lograr una comprensión colectiva o compartida con los demás, las personas pueden pre decir lo que sucederá en el futuro, así como entender PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) mera y más activa de los dos, mediante la vigilancia de aquellos grupos externos que pueden amenazar la autonomía dentro del grupo (Fiske y Ruscher, 1993). De forma más pasiva, el segundo procedimiento de exclusión tiene lugar cuando las personas ignoran a aquellos que no tienen influencia en sus resultados. Las personas rara vez están motivadas para centrarse en personas irrelevantes para ellos (Fiske, 2003), es de cir, personas a las que no necesitan para nada. El cuarto motivo social es el de perfeccionamiento de sí mismo y consiste en la necesidad de sentirse bien consigo mismo, mantener una autoestima razonable mente alta, es decir, verse a sí mismo como bueno, competente y decente (Tavris y Aronson, 2007). Si se presenta la disyuntiva entre distorsionar la realidad para sentirse bien consigo mismo y percibir el mun do con precisión, las personas a menudo elegirán la primera opción. Algunos autores han enfatizado que los seres humanos han evolucionado para vigilar su autoestima mediante un sociómetro, un mecanismo indicador de su posición dentro de su grupo (Leary y Baumeister, 2000). Contrariamente a lo que podría su gerir el sentido común, el motivo de perfeccionamien to de sí mismo a menudo es difícil de satisfacer, aún para aquellos que son aceptados e incluidos dentro del grupo. Cuando las personas experimentan amenazas al perfeccionamiento de sí mismas, especialmente en aquellos dominios más relevantes para su autoestima, esto tiende a socavar las relaciones interpersonales con otros miembros del grupo. Estos fracasos conducen a emociones negativas (p.ej., tristeza, ira y vergüenza) y una tendencia a enfocarse en uno mismo, lo que des vía la atención de los objetivos grupales (Cracker y Park, 2004). Como contrapartida, con frecuencia, las personas usan su pertenencia a un grupo como me canismo de perfeccionamiento de sí mismas. Pero el mecanismo opuesto también se observa, puesto que la exclusión del grupo amenaza la autoestima, favo reciendo la ansiedad y la depresión. Por ejemplo, el análisis de 15 tiroteos masivos en centros escolares de EE.UU. entre 1995 y 2001 encontró que la mayoría habían involucrado algún tipo de rechazo social, os tracismo o un rechazo romántico (Leary et al., 2003). La necesidad de mantener nuestra autoestima, que está implícita en el motivo de perfeccionamiento de sí mis mo, puede tener efectos paradójicos, ya que los seres humanos están dispuestos a hacer cosas que, a primera vista, pueden parecer sorprendentes o paradójicas para mantener una imagen positiva de sí mismos. Así, las personas pueden preferir a otras personas y cosas que les han hecho sufrir, en lugar de a las personas y las cosas que les agradan, si con ello consiguen un ma yor perfeccionamiento de sí mismas. Por ejemplo, las novatadas, que implican sufrimiento, vejación y ver- En estudios recientes (Kashima et al., 2022) se han implicado para desarrollar instrumentos específicos para medir los motivos sociales claves y verificar si son válidos para distintas culturas. Se desarrolló una nueva escala para medir los motivos sociales centrales basa da en el marco BUC(K)ET (Pertenencia, Comprensión, Control, Estima y Confianza, por sus siglas en inglés: Belong, Understand, Control, Esteem, y Trust). Partici paron 1.516 estudiantes universitarios de siete países: Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Filipinas, Malasia, China (Macao) y Austria. Los resultados mos traron que los motivos sociales fueron notablemente similares en todos los países, aunque en los tres países asiáticos (con culturas más colectivistas) el motivo de pertenencia fue más alto que en el resto de los países. Asimismo, los datos obtenidos con este instrumento mostraron que las amenazas sociales percibidas, ta les como el cambio climático, el cambio cultural o el avance tecnológico, correlacionan positivamente con todos los motivos sociales clave, aunque el vínculo más fuerte se observa con el motivo de control. En resumen, los cinco motivos sociales centrales se orientan al bienestar personal, a través de la acep tación y el éxito dentro del grupo. La primera meta es sentir que uno ha logrado un lugar seguro dentro del grupo, estableciendo lazos fuertes sociales con los otros miembros (motivo de pertenencia). Además, las personas que están dentro del grupo tienen una visión del mundo social compartida, que es constantemente reforzada por los otros (motivo de comprensión colec tiva) y creen que su conducta social tiene influencia directa en los resultados que consiguen (motivo de control). Al pertenecer al grupo, los miembros se sien ten bien consigo mismos e incluso ven oportunidades para desarrollarse (motivo de perfeccionamiento de sí mismo) y pueden confiar en los demás (motivo de confianza). Por el contrario, la situación es claramente desfavorable para los excluidos de los grupos, ya que se enfrentan la insatisfacción de sus motivos sociales y sus expectativas sobre el mundo social están dañadas, a veces irreparablemente. 2.3. a interconexion de los procesos ito5otiale una situación El hecho de que la Psicología Social se centre en estudiar los pensamientos, sentimientos y comporta mientos de las personas en relación con su ambiente social da lugar a procesos psicosociales que se pueden analizar en diversos niveles de explicación. Cuando se habla de niveles de explicación se hace referencia a los conceptos, mecanismos y lenguajes usados para explicar un fenómeno. Los procesos que suelen distin- PSICOLOGÍA SOCIAL (Volumen 1) cesos posicionales. Tal como ellos explican, el análisis versa siempre sobre una interacción interindividual en situaciones específicas (algo compartido con el tipo de procesos interpersonales), pero aquí se hace teniendo en cuenta la posición social, es decir, la pertenencia a grupos sociales (por ej., estatus dentro del grupo, iden tidad fuera de la situación concreta que se ejemplo de este tipo de procesos es el liderazgo la perspectiva de la Teoría de la Identidad Social (TIS), puesto que reconoce que el papel del líder y de los seguidores es una función de sus características miembros de los grupos. La TIS sostiene que las teorías previas del liderazgo no han concedido importancia al hecho de que los líderes son también miembros de los grupos que dirigen y que, por tanto, las caracte rísticas de los líderes como miembros de un grupo y, más concretamente, su mayor o menor prototipici dad, afectan a la eficacia del grupo (van Knippenberg y Hogg, 2003). Así pues, el liderazgo no es solo una cuestión de líderes, ni siquiera de líderes y seguidores. Más bien, implica la relación entre líderes y seguido res dentro de un grupo social (Reicher et al., 2005). Procesos macrosociales son aquellos que van más allá de los individuos y los grupos, aunque ejercen po derosas influencias sobre ellos. En estos procesos, que Hogg y Vaughan (2022) llaman ideológicos, se ana lizan las interacciones interindividuales o grupales, pero se toma en consideración el papel de las normas sociales generales y de las relaciones sociales entre Tipos de procesos psicosociales social Análisis de los procesos psicológicos relacionados cia relativa al ambiente social (por ej., investigación Análisis de la interacción interindividual les fuera de la situación. La atención se específico y en una situación específica matrices de juegos). Análisis de la interacción interindividual (por ej., estatus, identidad fuera de la situación, Análisis de la interacción interindividual sociales entre grupos (por ej., algunas investigaciones 1' ,1; todos los estudios que consideran 111D Saludo fascista de un concejal de Seguridad de la Región de Lombardía. cista. Si, para explicar la conducta del saludo fascista, se recurre a la contracción muscular o los impulsos nerviosos, se está reduciendo la explicación a niveles biológicos, sin atender a la convención social del salu do, al simbolismo histórico y al significado de la perte nencia grupal a los movimientos de ultraderecha. Con esta explicación reduccionista no se entendería, por ejemplo, por qué motivo el Partido Demócrata de lta I ia pidió la desvinculación del concejal La Russa por un hecho muy grave. Así, la explicación del compor tamiento social aludiendo solo a procesos cognitivos o los estudios más recientes de la neurociencia cognitiva social pueden ser criticados por los mismos motivos (Derks et al., 2008). Z.3.Z. a conex,on entre loe; proc soc; sic.osoc,ales Los procesos psicosociales de distintos niveles forman una red de relaciones complejas (Morales y Moya, 2007). El análisis de la conexión entre proce sos psicosociales de diferentes niveles (p.ej., procesos grupales que afectan a procesos intrapersonales) es complicado, pero no imposible. El estudio de Mesou y expliquemos qué hace es una disciplina científica se centra en el comportamiento de las busca comprender las causas del busca los principios básicos en un mundo Social y el sentido común Social en las Ciencias Sociales Psicología Social social procesos psicosociales en Psicología Social los procesos psicosociales individuo-grupo y cognición Social en la Psicología Social sociales para el bienestar de las social sociales a las preguntas que se en Psicología social formulación y puesta a prueba de hipótesis en Psicología Social del conocimiento a través de la de variables de laboratorio la causalidad: el papel de las de relaciones encuestas describir el mundo que nos rodea y análisis del discurso sistemáticas de la literatura científica los participantes después del experimento o Social PC>R SIRIA JUNIC>R EDUCACIÓN ABRE CAMINO La Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio lanzó «Corre por Siria Junior», un proyecto educativo, deportivo y solidario que nace con la finalidad de hermanar las escuelas en el norte de Siria con las escuelas españolas. La actividad se llevó a cabo en cada uno de los centros escolares interesa dos durante el curso académico 2021 /2022. La carrera so lidaria es la versión infantil de «Corre por Siria». Un evento organizado por AAPS y que ya se ha celebrado en cuatro ocasiones, con un recorrido de 5 o 1 O kilómetros por el Paseo de la Castel lana y el centro de Madrid. https:/ /www.aaps.es/ corre-por-siria-junior la Psicología Social investiga las formas en que nues tros pensamientos, sentimientos y conductas están in fluenciados por los entornos sociales en los que nos encontramos, por otras personas o por nuestros pensa mientos sobre ellas. estos te en com decir, en otros afec El efecto de otras personas en los pensamientos, sentimientos o afectos y conductas o comportamientos: el ABC (Affect, Beha vior and Cognition) de aquello que ocupa a la Psicología Social. palabras, que las afirmaciones defendidas hasta el presente son inexactas (Branscombe y Baron, 2022). 1.2. a Psicolog ·d Social se centra en el omportamientode I s persond5. a un conjun El comportamiento de las personas es aquello que estudian los psicólogos sociales, dado que este es ob servable y también puede ser medido (p.ej., cuántos segundos tarda una persona en responder a la asocia ción árabe-malo en comparación a cuánto tarda en responder a la asociación árabe-bueno). Pero el com portamiento no se reduce a la conducta motriz, es decir, a los movimientos como caminar o saltar, sino que incluye también aquello que expresamos, sea oralmente, por escrito o gestualmente. De modo que el comportamiento sirve para comunicar las motiva ciones y metas que tienen las personas, así como sus pensamientos, emociones, creencias y actitudes que no son directamente observables. En el Cuadro 1.2. se analiza el saludo como comportamiento social, ya que el habla es un comportamiento especialmente útil a la hora de manifestar los pensamientos, sentimientos y actitudes. Ahora bien, en aquellas situaciones en las que las personas no transmiten sus pensamientos, sen timientos y actitudes, estos se pueden inferir a partir del comportamiento, es decir, que pueden ser deducidos. Por último, cuando decimos que la Psicología Social se centra en el comportamiento, no queremos decir que se reduce solo a aquello que las personas hacen de forma visible, sino que incluimos también los pro cesos psicológicos subyacentes, no observables, que constituyen la dimensión psicológica del comporta miento. Asimismo, la relación entre la conducta social y los procesos psicológicos subyacentes (cognitivos o emocionales) es también objeto de interés para los psi cólogos sociales (Branscombe y Baron, 2022). Es oportuno clarificar aquí que la Psicología Social se centra también en cómo el comportamiento, los sentimientos y pensamientos de las personas resultan influenciados por la presencia de los demás. Esta pre sencia puede ser física y real (p.ej., los espectadores en un partido de fútbol que alientan o abuchean a los deportistas), imaginada (p.ej., un opositor ensayando la exposición de un trabajo frente a un tribunal evalua dor adapta su conducta a las preguntas y reacciones que anticipa en el tribunal), y simbólica o implícita (p.ej., la chaqueta sobre el asiento en una sala de reu niones indica la presencia de un asistente que no está presente físicamente en ese momento, pero al verla allí, nos abstendríamos de ocupar su sitio). En resumen, la Psicología Social estudia el com portamiento, los pensamientos y los sentimientos de un encuentro como comportamiento social (Duranti, 2021) se realiza primero a través de los sentidos y se san ciona simultánea o posteriormente con actos comu nicativos convencionales, ya sean verbales o gestua les). Por ejemplo, si se accede a una reunión, se mira a los demás integrantes y, luego, se los saluda. 3. Tienen contenido y expresiones relativamente pre decibles (es decir, utilizan un rango de expresiones acotado y estandarizado). Esto no implica que los saludos de apertura no contengan información, sino que son comportamientos altamente regulados. 4. Establecen implícitamente una unidad espaciotem poral y definen cuál es la unidad de interacción (puede ser, por ejemplo, «una visita» o «un día de trabajo»). S. Identifican al interlocutor como un ser distinto que merece ser reconocido. características Por ejemplo, el hecho mismo de saludar a alguien lo clasifica inmediatamente como un sujeto con el que bien podemos tener una conversación, expresa nuestro recono cimiento de su categoría. Por este motivo, «negar el salu do» es una forma de exclusión o denigración. En resumen, como todas las conductas sociales, los sa ludos manifiestan una relación bidireccional con respecto al contexto: su uso está motivado por la situación (depen den de la situación) y al mismo tiempo ayudan a definir la situación (es decir, la situación depende de ellos). que en nuestro comportamiento social. Reaccionamos ante la conducta de los demás y ante los sentimien tos y emociones que nos expresan, ya sean positivos o negativos. Podemos acercarnos y responder si otro manifiesta su alegría como también si expresa triste za, dolor o rabia, para consolarlo o animarlo ante la situación. En segundo lugar, las características físicas visibles de otras personas (p.ej., su atractivo físico, su edad o el grupo étnico al que pertenezcan) son rasgos que influyen sobre nuestros comportamientos, inclu so si intentamos conscientemente evitar que lo hagan. Cuando nos referimos a características físicas, no se limita a lo que vemos, sino que también resultamos influenciados por la información que las personas nos transmiten a través de los demás sentidos, como el ol fato (véase Cuadro 1.3). La apariencia física y las categorías sociales o gru pos a las que la persona evaluada pertenece afectan a los resultados de su evaluación. Por este motivo, en tre otros, se está implantando la práctica de solicitar el currículum ciego (b/ind CV) a los candidatos a un puesto de trabajo (no incluir foto e información sobre -- edad o género) a fin de centrar la evaluación en el perfil académico y/o laboral del candidato. En España influyen sobre las evaluaciones sociales (Homan et al., marchó rápidamente del restaurante sin dejar propina al camarero». Los participantes tenían que responder sobre si la conducta se debía a la situación o a una característi ca de la persona. Los participantes responsabilizaron de la conducta con más frecuencia a la persona asociada al olor desagradable, en lugar de indicar que su comportamiento se debía a la situación (como la urgencia de abandonar el restaurante sin dejar propina porque su bebé comenzó a llorar desconsoladamente). Tanto si la conducta observada era positiva como si era negativa, las personas cuya imagen se asoció con olor des agradable fueron evaluadas peor, y además lo fueron más rápido que las personas no asociadas al olor. Los resultados sugieren que las asociaciones olfativas negativas no se li mitan a generar percepciones negativas de la persona, sino que también influyen en los juicios que hacemos sobre la conducta de dichas personas. olor desa fase se entre que se presen imagen de uno tercio de las se presentó Mike se marchó La conducta fue rápidamente del causada por restaurante sin dejar 12345678 propina al camarero Situación Persona «Mike se es realmente cierta. Estas situaciones evidencian que los procesos cognitivos juegan un papel crucial en el comportamiento social. A menudo, nosotros busca mos el sentido del comportamiento de las personas que nos rodean y, para ello, explicamos sus acciones atribuyéndolas a algún determinante (p.ej., sus carac terísticas personales) o a las circunstancias (p.ej., tráfi co). Dedicamos una gran cantidad de tiempo y energía a pensar sobre las demás personas, sus pensamientos, sentimientos y conductas, y estos procesos cognitivos tienen influencia sobre nuestra propia conducta social. Como se verá más adelante en el capítulo dedicado a la cognición social, esta es un área muy relevante de la Psicología Social actual (Fiske, 2009). En cuarto lugar, las características del ambiente y del mundo físico pueden influir en nuestros pensa mientos, emociones y comportamientos sociales. Es tudios clásicos de la Psicología Social han mostrado que existe una asociación entre la temperatura y los actos violentos. Por ejemplo, Cohn y Rotton (1997), al analizar las llamadas recibidas por la policía de Da llas entre el 1 de enero de 1994 y el 31 de diciembre redujo la capacidad de los participantes para saborear la experiencia placentera de comer chocolate. En re sumen, las características del ambiente físico ejercen una poderosa influencia en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos sociales, según pare ce indicar la investigación, por lo cual estas cuestiones también ocupan el interés de los psicólogos sociales. Por último, los factores biológicos también se pue den considerar una fuente de influencia sobre nues tras preferencias, emociones y comportamientos. A su vez, las experiencias de nuestra vida social interactúan con los factores genéticos y esta influencia se consi dera bidireccional. En este sentido, se sugiere que las experiencias de estrés, especialmente en los primeros años de vida y también en la edad adulta (p.ej. sufrir diversas formas de trauma o violencia) pueden ser cau sa de cambios neurobiológicos que acaben afectando al bienestar psicológico (McQuaid et al., 2019). De hecho, los factores ambientales y las experiencias so ciales pueden influir en el comportamiento, a veces mucho después de la exposición inicial, a través de los que se denominan procesos epigenéticos, que activan o desactivan el funcionamiento de ciertos genes. del dinero 1.4. La Ps1colo ía Social busc los principios básicos en un mundo social que cambia Todas las disciplinas científicas tienen como uno de sus objetivos la formulación de unos principios bá sicos que se puedan aplicar, con independencia de un momento y lugar concretos, a aquellos temas que se estudian. La Psicología Social también tiene ese ob jetivo en relación con el comportamiento social. De hecho, los psicólogos sociales investigan con objetivo de generar un cuerpo de principios básicos que sean aplicables a diferentes culturas y a través de distintas épocas (Branscombe y Baron, 2022). Sin embargo, en la P sicología Social ha ido ganando cada vez más aceptación la premisa de que las culturas tienen gran des diferencias entre sí y que el mundo social en el cual vivimos también cambia constantemente, y de forma cada vez más acelerada. Las culturas difieren entre sí debido a que toda cultura está organizada en torno a ciertas concepciones, imágenes o modelos es quemáticos de lo que significa ser persona (Kitayama y Uskul, 2011). Estos modelos culturales varían sistemá ticamente entre las regiones y grupos étnicos. Mientras que las personas de las culturas individualistas valoran más la independencia (ser vistos como únicos y sepa rados de los demás) y priorizan las metas personales, en las culturas colectivistas se da más relevancia a la interdependencia (ser vistos como similares y canee- 1. Los soldados más educados mostraron más sín tomas de inestabilidad mental que los soldados menos educados. Explicación: «Los intelectua les estaban menos preparados para el estrés de la batalla que cualquier persona media de la calle». 2. Los soldados procedentes de ambientes rurales mostraron, por lo general, mejor ánimo que los de las ciudades. Explicación: « Después de todo, ellos están más acostumbrados a las privacio nes». 3. Los soldados del sur se las adaptaron mejor con el clima cálido de la isla del Pacífico Sur que los soldados del norte. Explicación: «Los sureños están más acostumbrados al clima cálido». 4. Los soldados blancos de rango inferior estaban más ansiosos por convertirse en suboficiales que los negros. Explicación: «La falta de ambi ción de los negros es conocida, quizá a causa de que tantos años de esclavitud afectaron a la motivación de logro». 5. Los soldados negros del sur preferían a los ofi ciales blancos del sur a oficiales blancos del norte. Explicación: «Los oficiales sureños eran más paternalistas con los negros». El propio Lazarsfeld se pregunta: Si todo esto es obvio: ¿por qué destinar dinero y energía para llegar a estos resultados? Y responde que esto podría admi tirse, salvo por el hecho de que cada una de las afir maciones era exactamente lo opuesto de lo que había realmente encontrado: Los soldados peor educados eran más neuróticos que aquellos con educación su perior; los sureños mostraron menos habilidad que los norteños para adaptarse a un elima tropical; los negros estaban más ansiosos de promoción que los blancos; y así sucesivamente. Como señala el propio Lazarsfeld, si se hubiera ofrecido la lista de los hallazgos reales, probablemente el lector también los hubiera conside rado como obvios (Myers y Twenge, 2022). Esta explicación nos lleva a la primera diferencia entre el conocimiento procedente del sentido común y el conocimiento científico sobre el comportamien to social. El sentido común se limita con frecuencia a describir cómo han sucedido las cosas, mientras que la Psicología Social está interesada por las causas que explican un fenómeno y por predecirlo antes de que ocurra. En segundo lugar, el sentido común está afec tado por el sesgo retrospectivo, es decir, por la tenden cia a exagerar, después de conocer un resultado, la ca pacidad de haberlo previsto tal y como finalmente se produjo. Nos referimos a expresiones comunes como, por ejemplo, «Lo supe todo el tiempo» o «Eso ya lo sabía yo desde un principio». Finalmente, otra de las para entenderlo resulta del hecho de que era más probable que sucediese eso en vez de lo contrario. (c) Procesos motivacionales: las personas tienen la ne cesidad de ver el mundo como ordenado y predeci ble y de evitar sentirse culpables de los problemas. Volviendo al ejempló del 11-S, el FBI ignoró esa advertencia precisa, y no la relacionó con otros in formes de que los terroristas planeaban usar aviones como armas, porque los servicios de inteligencia manejaban abrumadora cantidad de información, cuya inmensa mayoría no fue útil. Sin embargo, ahora que había sucedido, los datos que hubie ran sido útiles para pronosticarlo parecen obvios (Myers y Twenge, 2022). la CIA cono Las consecuencias del sesgo retrospectivo incluyen que la atención esté centrada en una sola causa como expli cación del pasado, descuidando que puede haber otras explicaciones razonables, así como un exceso de confian za general en la certeza de los propios juicios. Las investi gaciones continúan en este sentido para determinar si las personas expertas en un área de conocimiento (p.ej., médi cos experimentados frente a practicantes) podrían ser más proclives a este sesgo retrospectivo (Knoll y Arkes, 2017). aunque ninguna de estas disciplinas excluya el uso de un método u otro. La Sociología es la disciplina de las Ciencias So ciales que podría considerarse más cercana a la Psi cología Social, en cuanto a su objeto de estudio. La diferenciación entre ambas es, por lo tanto, más su til y difícil de explicar. Los psicólogos sociales y los sociólogos con frecuencia compiten por ciertas áreas de aplicación profesional, de trabajo y de publicación académica. Aunque, tanto los sociólogos como los psicólogos sociales se ocupan del comportamiento de las personas en las sociedades y los grupos, hay dife rencias en la forma en que cada uno enfoca su estudio. Los sociólogos están centrados en el contexto social, por lo tanto, se interesan en el comportamiento de las personas en grupos y sociedades como algo externo, y en parte, independiente de los individuos. En cambio, los psicólogos sociales atienden más a la interacción entre el contexto social y los procesos psicológicos de pensar, sentir y también de comportarse que realizan los individuos. Consideremos un problema social, por ejemplo, el desempleo. El sociólogo analizaría los datos económi cos macrosociales (tasa de parados, tasa de emplea dos, número de contratos, duración de los contratos, etc.), a la vez que se ocuparía de construir un perfil de las personas desempleadas (edad, género, nivel educativo, actividad profesional anterior, duración del Social con otras disciplinas enmarcadas en las Ciencias Sociales cultura humana: valores, La cultura es un ámbito de investigación compartidas por los muy relevante para la Psicología Social, que se transmiten de puesto que la conducta social no puede entenderse a menos que se considere el contexto cultural. de los procesos de Las relaciones entre Economía y Psicología y consumo de Social son cada día más estrechas. Desde la Psicología Social se han formulado teorías basadas en principios económicos (p.ej., la Teoría del Intercambio Social, Homans, 1961, analiza la conducta social a partir de los conceptos de interés, interdependencia, costes y beneficios). Los economistas empiezan a admitir que el comportamiento económico no se explica solo desde una perspectiva racional, sino a través de la influencia de las percepciones, las creencias y las actitudes en el área que llaman Economía de la Conducta. acaecidos en el pasado, Hasta hace poco no se ha producido una mediante un análisis interacción entre los psicólogos sociales evidencias (p.ej., materiales los historiadores. De hecho, hay temas la intención de comprender y que se enfocan de forma complementaria de las sociedades del y mutuamente enriquecedora para ambas disciplinas. Por ej.,: inmigración. de la teoría y práctica El comportamiento político también es tema de interés para los psicólogos sociales, políticos en la sociedad. que se ocupan de la intención de voto, la alcanzar, mediante la ideología política, las relaciones entre la y análisis de la realidad ideología política y otras temáticas (como básicos que expliquen el racismo, la discriminación, el sexismo, etc.) y la publicidad política. Otro ámbito de encuentro entre la Ciencia Política y la Psicología Social es el estudio del liderazgo. pecífico desde cada una de las Ciencias Sociales, que se caracteriza por diferentes planos de análisis de los fenómenos, tradiciones teóricas y preferencias meto dológicas propias de cada una de ellas. entre las ex y los pro y actuar) 2. PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA PSICOLOGIA SOCIAL futu La Psicología Social se caracteriza por abordar su objeto de estudio siguiendo unos principios básicos. Estos principios influyen en la investigación de los psi- hora de juzgar el rendimiento de su equipo y a los riva les, en cambio se espera que jueces, abogados, policías y otros profesionales sean objetivos y neutrales. Hay abundantes ejemplos de estos fenómenos en la Psico logía Social, y el lector los irá descubriendo conforme avance en este libro, pero en este apartado se describe la investigación de Dan Kahan y colaboradores relativa a la valoración de las conductas penalmente punibles. En relación con los movimientos de protesta, Ka han et al. (2012) llevaron a cabo un experimento con 202 ciudadanos estadounidenses adultos para explorar cómo los valores, a los que cada persona se adhiere, afectan a sus percepciones de los hechos en aquellos actos que tienen consecuencias penales. En primer lu gar, se evaluaron qué valores (tradicionales vs. progre sistas) eran más importantes para los participantes. En segundo lugar, los participantes vieron vídeos de una manifestación. A la mitad de ellos se les informó que la manifestación ocurría frente a una clínica donde se practicaban abortos y tenía como objetivo protes tar contra la legalización del aborto («condición de la clínica de abortos»). A la otra mitad se les dijo que la manifestación ocurrió a las puertas de un centro de reclutamiento militar y tenía como objetivo protestar contra la prohibición, existente en ese momento en las Fuerzas Armadas, de reclutar a soldados abiertamente homosexuales («condición del centro de reclutamien to»). En ambas condiciones, se informó a los partici pantes que los manifestantes estaban además enfren tándose a la policía por intentar dispersarlos (véase Figura 1.2). Ambas protestas representaban valores opuestos, unos más tradicionalistas («condición de la clínica de abortos») y otros más progresistas («condi ción del centro de reclutamiento»). El objetivo de los investigadores fue examinar si los participantes con valores opuestos tendrían percepciones diferentes de los hechos cuando se les asignaba la misma condición experimental. Cuando acababan de ver los vídeos, los participantes debían responder expresando su acuer do o desacuerdo con una escala que evaluaba si la policía intervino porque los manifestantes actuaron de forma punible (p.ej., «Los manifestantes obstruyeron a las personas que intentaban entrar, salir o permane cer legalmente en la clínica de aborto o en el centro de reclutamiento») o si la policía intervino porque se oponía a los contenidos de la manifestación, pese a que los manifestantes fueron pacíficos y solo tenían in tención de persuadir (p.ej., «Probablemente el director de la clínica de aborto o del centro de reclutamiento le haya pedido al policía que disolviese la protesta por que esta le molestaba»). Los resultados mostraron que, pese a que todos vieron el mismo vídeo, lo que vieron (expresiones fervientes de disidencia con la única in tención de persuadir o intimidación física calculada que nos llevan a ver la realidad a través de nuestras ga fas, sostenidas por los valores, motivaciones, intereses, creencias y pertenencias grupales que sustentamos. En general, las personas tienden a explicar las con ductas de los demás recurriendo a características per sonales, subestimando, por tanto, la influencia de la situación (Aronson et al., 2021). Sin embargo, diversos estudios subrayan que la forma en que se defina la si tuación y las normas sociales imperantes en ella influ yen en el comportamiento de las personas. Liberman et al. (2004) pusieron a prueba esta afirmación con el siguiente experimento. El estudio incluyó dos fases. En la primera, se solicitó a los celadores de una residen cia universitaria que elaboraran una lista de estudian tes universitarios que eran especialmente cooperativos o competitivos. Los celadores pudieron hacerlo, dado que conocían bien a los estudiantes. A continuación, los investigadores contactaron con los 48 estudiantes indicados por teléfono, diciéndoles que habían sido seleccionados para un estudio sobre negociación en los conte el cual podrían ganar dinero, pero sin darles más de talles. En la segunda fase, los 48 participantes jugaron al Dilema del Prisionero, un juego que se explica en el Cuadro 1.6. Los investigadores modificaron un detalle de la si tuación social: el nombre del juego. Por lo tanto, le dijeron a la mitad de los estudiantes que jugarían el Juego de Walf Street y a la otra mitad que jugarían el Juego de la Comunidad. Todo lo demás sobre el jue go era idéntico. La primera etiqueta, por supuesto, bre. Pero si ambos confiesan el crimen, cada uno recibirá una condena menor, de sólo cuatro años. Si ninguno confiesa, ante la falta de pruebas, pasarán un año en la cárcel acusados de un cargo menor». en el ám La conclusión lógica, si se toma en cuenta el beneficio de cada uno de los prisioneros por separado, es que debe rían escoger la situación que es mejor para ellos individual mente en lugar ele la decisión beneficiosa para ambos. Por consiguiente, si analizamos la situación desde el punto de vista de uno de los prisioneros, la mejor decisión siempre será confesar, ya que de esta forma se minimiza la condena que se obtiene, independientemente de lo que decida el otro. Sin embargo, si hubieran cooperado hubieran sido condenados solo a un año cada uno, es decir, que la me jor opción conjunta es cooperar entre ellos y no delatar al compañero. El juego puede llevarse a cabo con una sola ronda, pero la situación presenta mayor interés cuando los jugadores tienen N opciones o rondas, porque esto les permite aprender progresivamente, es decir, ajustar su con ducta a la del otro participante. munidad, tanto los nominados como más propensos a cooperar como aquellos más propensos a competir, cooperaron. En el Juego de Wa/1 Street, solo el 33% de los participantes cooperaron, independientemente de si fueron evaluados como cooperativos o lo con trario. Las elecciones durante las siete rondas com pletas presentaron resu Itados semejantes (ver Figura 1.3 derecha). Esta imagen refleja el hecho de que los participantes que cooperaron y recibieron coopera ción en la primera ronda generalmente continuaron cooperando en las rondas posteriores, mientras que los participantes que habían competido y/o se enfren taron a la competencia en la primera ronda tendieron a competir a partir de entonces (nuevamente, sin te ner en cuenta si se los había evaluado previamente como probablemente cooperativos o competitivos). En resumen, el supuesto rasgo de personalidad de un estudiante no propició ninguna diferencia medible en su comportamiento. Los estudiantes etiquetados como competitivos no fueron más propensos a adoptar la estrategia competitiva que aquellos que fueron etique tados como cooperativos. En cambio, el nombre del juego, es decir, la denominación que se le dio a la situación envió un poderoso mensaje sobre cómo de berían comportarse los jugadores. Juego de Juego de la Juego de Wa/1 Street Comunidad Wa/1 Street Cooperación Global Evaluación previa l '-11111 Probables cooperadores IIDI Susan Fiske (1952, Chicago) pero no Susan Tufts Fiske es profesora de la Cátedra Eugene Higgins de Psicología y Relaciones Públicas en la Uni versidad de Princeton. Entre sus contribuciones destacan los motivos sociales, el modelo del contenido de los este reotipos, la teoría del sexismo ambivalente, el modelo del continuo de la formación de impresiones y la teoría del poder como control. También es conocida por el término «tacaño cognitivo», que se refiere a la tendencia de las personas a utilizar sesgos y heurísticos en la cognición social. La profesora Fiske procede de una familia de psi cólogos y activistas sociales defensores de los derechos humanos, lo cual le marcó ya desde la niñez en el interés por la psicología de la intervención social. Susan Fiske fue la primera psicóloga social en testificar en un caso de discriminación de género (Prince Waterhouse vs. Hop kins, 1989). Este suceso despertó el interés por la aplica ción de la psicología en contextos legales. con sus e in seres hu los que (Ste n La definición de los motivos sociales centrales se basa en la premisa de que las personas han evolucio nado para encajar con aquellos grupos que les resul tan funcionales y adaptativos, puesto que la decisión de mantenerse apartado de los grupos implica riesgos para el bienestar y, por tanto, las personas están fuer temente motivadas para vincularse a dichos grupos sociales y mantenerse en ellos. Los motivos sociales centrales son procesos psicológicos subyacentes que impulsan el pensamiento, el sentimiento y el compor tamiento de las personas en las situaciones sociales. Estos motivos son cinco: pertenencia, comprensión colectiva o compartida, perfeccionamiento de sí mis mo, control y confianza en los demás. La pertenencia, que subyace a los otros cuatro mo tivos sociales, consiste en el deseo imperioso de las personas de adquirir y mantener relaciones sociales estrechas con otros, ser parte de un grupo y llevarse bien con el grupo. En muchos sentidos, este motivo sirve para reducir las motivaciones individualistas, lo que está sucediendo en el presente. Este motivo so cial es muy importante, porque la capacidad de formar parte del grupo depende, en gran medida, del hecho de percibir el mundo de la misma manera que lo ha cen otros miembros del grupo, de lo contrario no se podría permanecer en el interior del grupo. Por lo que estas tendencias se refuerzan mutuamente, es decir, al pertenecer a un determinado grupo, se confía en su conceptualización del mundo social más de lo que lo harían aquellos individuos que no pertenezcan al gru po (Hogg, 2000). Las investigaciones empíricas subra yan de manera consistente la existencia universal de un motivo de comprensión compartida, pero hay una línea importante de investigación dentro de la psicolo gía cultural que explora sus diferencias en función del tipo de cultura. En general, las culturas colectivistas tienden a enfatizar el acuerdo armonioso y unánime, mientras que las individualistas tienden a tolerar las in terpretaciones individuales, incluso cuando puedan ir en contra del consenso social (Heine, 201 O). Cuando se comparte estrechamente una comprensión del mun do dentro del grupo, se pueden fomentar formas de ver la realidad sesgadas o prejuiciosas sobre las personas que no pertenecen a él. Así, la comprensión compar tida se convierte en un vehículo que puede favorecer la exclusión. Y, como contrapartida, los efectos de una falta de comprensión colectiva o compartida se dejan ver en la falta de información y de poder de aquellos miembros que no están adecuadamente integrados en el grupo. En las primeras etapas de la pertenencia al grupo, por ejemplo, las personas buscan información, tratando de establecer cuáles son las normas del gru po y qué papel desempeñan ellos dentro del grupo. Si esta comprensión colectiva o compartida no se logra, los integrantes pueden mostrar una conducta desvia da, lo que los pone en mayor riesgo de devaluación, que es un componente central de la exclusión social (Eidelman et al., 2006). El tercer motivo social es el de tener control sobre el entorno y sobre los resultados sociales de nuestros comportamientos. Este motivo empuja a las personas a aumentar su competencia y eficacia en la interacción con los demás. De hecho, la falta de control compro metería la calidad de las relaciones con los demás. Asimismo, las personas prestan significativamente más atención a las personas que tienen control sobre ellas, reforzando aún más el motivo de control, y se implican en procesos cognitivos más complejos para entender a aquellas personas de las que dependen sus resultados sociales. Obviamente, por la cuenta que les trae, ya que cuanto mejor se entienda a quienes tienen control sobre uno mismo, mejor se podrá pronosticar los propios resultados. El motivo de control fomenta también la exclusión por dos vías principales. La pri- IIDI güenza, son toleradas por los novatos porque lo ven como un costo aceptable, ya que con ello se consigue pertenecer a un grupo o hermandad, y este vínculo les permite lograr el perfeccionamiento de sí mismos. La confianza en los demás es el quinto y último motivo social central, y está orientado a satisfacer la necesidad de percibir el mundo social como un lugar benevolente. Al formar vínculos estrechos con los de más, las personas desarrollan fe en el grupo y apren den a confiar en los demás dentro de dicho grupo. Para la mayoría de las personas occidentales, la confianza viene de serie, es decir, que se da por descontado. Las personas perciben a otras personas como básicamente confiables y benignas, cuando menos hasta que se de muestre lo contrario. La sensibilidad a la confianza se pone de manifiesto por el hecho de que la confiabili dad es uno de los dos rasgos principales que inferimos de los rasgos faciales, incluso a partir de exposiciones muy breves, de menos de 100 milisegundos (Todorov et al., 2008). En las culturas no occidentales, en cam bio, el círculo de confianza de las personas suele ser más estrecho y estar limitado a los familiares más cer canos y a las relaciones probadas por el tiempo, como los vínculos personales y profesionales largamente consolidadas (Yamagishi et al., 1998). Si se tiene con fianza en los demás, en general se obtienen beneficios personales, tales como tener mayor satisfacción con la realidad social, menos resentimiento, más éxito so cial y menos soledad. Las personas que confían ven la realidad social bajo una luz benévola, por lo tanto, son más empáticas en comparación con las personas más desconfiadas (Fiske, 2010a). Confiar en unas per sonas determinadas también tiene la contrapartida de excluir a otros porque, en el proceso de asegurar el éxito dentro del grupo, las personas comparan a los miembros del grupo, que son fiables, con aquellas personas en las que supuestamente no se puede con fiar. En contraposición a lo que sucede con los otros motivos sociales centrales, si no se logra la confian za, las consecuencias sociales tienen efectos a largo plazo. La falta de confianza daña la capacidad de las personas para formar relaciones constructivas con los demás. Por ejemplo, las personas que son traicionadas pueden volverse hipersensibles a los comportamientos negativos de los demás (Fiske, 2010a). Las personas que han sido traicionadas, cuyo motivo social clave de confianza ha sido roto, son más propensas a men tir, engañar y robar, es menos probable que den a los demás una segunda oportunidad o que respeten los derechos de los demás (Rotter, 1980). Las personas traicionadas también suelen permanecer vigilantes, para que no les vuelvan a sorprender negativamente y, como consecuencia, se muestran menos cooperativas con los demás (Ferrin et al., 2007). guirse en Psicología Social pertenecen a cuatro tipos: procesos intrapersonales, llamados por algunos auto res procesos individuales, procesos interpersonales, procesos grupales y procesos macrosociales, también llamados societales. Procesos intrapersonales son aquellos que tienen lugar en el interior de la persona pese a que están re lacionados con el ambiente social. Se trata fundamen talmente de procesos intrapsíquicos, de pensamiento, emocionales o motivacionales. Decimos que tienen un referente social porque se trata de analizar qué su cede a las personas en su interior cuando están en pre sencia (real o no) de otras personas. Por consiguiente, nada más lejos de la realidad que suponer que se tra ta de procesos ajenos a la influencia de los demás, puesto que no se puede olvidar que, incluso en la más estricta intimidad, la influencia de los demás nos al canza a través de las normas sociales que hemos inter nalizado o de las expectativas sobre nuestra conducta futura que otros nos han transmitido. Los procesos in trapersonales se explicarán en los primeros capítulos del presente libro, especialmente en aquellos centra dos en la cognición social, percepción, atribución y actitudes. Ejemplos de este nivel son el estudio de la autoestima personal (las personas tienen un sentimien to personal de su propia valía, como señalan Luhtanen y Cracker, 1992) o el proceso atributivo intrapersonal, que consiste en que la persona se atribuye los éxitos o consecuencias positivas de su conducta, mientras que atribuye a otras personas o a las circunstancias sus fra casos (Morales y Moya, 2007). Procesos interpersonales son aquellos que se ca racterizan por la interacción entre dos personas, pero siempre y cuando estas personas estén relacionándose entre sí en su condición individual y no como miem bros de grupos. Por ello, algunos autores como Hogg y Vaughan (2022) llaman a este nivel interpersonal y situacional y señalan que el análisis de la interacción interindividual se limita a las situaciones circunscritas. Es decir, que no se tienen en cuenta las posiciones so ciales fuera de la situación, entre las que se encontra ría la pertenencia a distintos grupos. La atención del psicólogo social aquí se centra en las relaciones entre individuos específicos, en un momento específico y en específica. Ejemplos de estos procesos serían las relaciones interpersonales íntimas, como el amor o la amistad, aunque en estos casos también po drían estar implicados procesos grupales. Procesos grupales son aquellos que se desarrollan en el seno de los grupos. Como es evidente, la interac ción aquí también se da entre individuos, pero el pro ceso es grupal si las personas que interactúan lo hacen en función de su pertenencia a grupos sociales. Por esta razón, Hogg y Vaughan (2022) llaman a estos pro- grupos. Son ejemplos de estos procesos las influencias culturales en la conducta agresiva, entre otros. Los procesos de tipo macrosocial, como la pertenencia a culturas individualistas vs. culturas colectivistas ejer cen influencia en todos los restantes tipos de procesos, dando cuenta de las diferencias culturales. analiza. Un desde Z.3.1. ,t,cas al reducc,on, mo en Ps,co/oq,a 'JCial como Con frecuencia, la Psicología Social y otras discipli nas han recibido críticas de reduccionismo, es decir, de que la explicación de un fenómeno se hace usando palabras y conceptos de un nivel de análisis inferior, lo que conlleva una pérdida de poder explicativo. Por ejemplo, si para explicar un fenómeno societal se usan términos de grupos, o si para explicar un fenómeno grupal se recurre a los procesos interpersonales. El problema de las explicaciones reduccionistas es que la pregunta relativa al proceso de nivel superior sigue sin respuesta, porque se ha reducido el fenómeno a un proceso de nivel inferior. Dicho de otra manera, el nivel al que se formula el cuestionamiento científico y aquel al que se responde deben coincidir. Por ejem plo, El 21 de septiembre de 2022, el concejal Romano La Russa asistió al funeral de un amigo, que había sido un político de ultraderecha en Italia, en el que se unió a otros asistentes efectuando varias veces el saludo fas- en función del nivel de explicación del comportamiento con la representación de las personas y la organización de su experien sobre los procesos cognitivos). dentro de situaciones circunscritas. No se consideran factores posicionales socia centra en la dinámica de las relaciones entre individuos específicos en un momento (por ejemplo, algunas investigaciones de atribución, investigaciones que utilizan en situaciones específicas, pero teniendo en cuenta el papel de la posición social algunas investigaciones sobre el poder y la identidad social). que considera el papel de las creencias sociales generales y de las relaciones sobre identidad social, representaciones sociales e influencia mino- el papel de las normas culturales). nas de otros países. Los primeros muestran mayor in dividualismo y menos colectivismo y, en relación con ello, una cognición más analítica y menos holística que los no occidentales. Sin embargo, los mecanis mos responsables de mantener esta diferencia cultural entre los inmigrantes de segunda generación no están claros. Los investigadores de la evolución cultural dis tinguen entre diversos mecanismos de transmisión cul tural: la transmisión cultural vertical (que consiste en aprender de los padresL la transmisión cultural obli cua (aprender de otros mayores, que no son los pro genitores, por ejemplo, los maestros u otros familiares) y la transmisión cultural horizontal (aprender de los compañeros). Aunque se piensa que los padres consti tuyen una influencia importante en la formación de las personas, hay evidencia de que la transmisión cultural horizontal es tan influyente como la vertical, o inclu so más. La transmisión horizontal se puede dividir en varios subprocesos, incluida la conformidad (que con siste en adoptar los comportamientos mayoritarios), el sesgo de prestigio (imitar preferentemente a personas célebres) y la transmisión de uno a muchos (típica de los medios de comunicación). La inmigración ofrece una oportunidad privilegiada para estas investigacio nes, porque es como un experimento natural, que re sulta ideal para descubrir tales mecanismos. Los investigadores (Mesoudi et al., 2016) compara ron la orientación social (individualista vs colectivista) y el estilo de atribución (interno vs. externo) de 286 re sidentes del este de Londres de tres orígenes culturales diferentes: (a) 108 inmigrantes bangladesíes, nacidos y criados en Bangladesh hasta los 14 años que emigraron a Reino Unido al menos un año antes de participar en el estudio; (b) 79 bangladesíes británicos de segunda generación, nacidos y criados en el Reino Unido, con ambos progenitores nacidos y criados en Bangladesh; y (c) 99 no migrantes, nacidos y criados en Reino Unido, al igual que sus padres. Los resultados revelaron que el individualismo y la atribución disposicional (tendencia a explicar los comportamientos de otros a partir de sus características personales internas), típicos de las socie dades occidentales, se deben a la transmisión cultural

Introduccion a la Psicologia Social (PDF)

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