Transferencias según Winnicott

Adaptación saludable que permite un buen trabajo terapéutico.

Revivir emociones infantiles, como dependencia de figuras parentales.

Sentimientos hostiles o de rechazo hacia el terapeuta, reflejando experiencias pasadas.

El paciente proyecta sus sentimientos y deseos en el terapeuta, limitando la relación.

Núcleo genuino de la personalidad, conectado con emociones y necesidades auténticas.

Surge de un entorno insatisfactorio, donde necesidades emocionales no se cumplen.

El paciente ve al terapeuta como perfecto e ideal, aunque puede obstaculizar una relación realista.

El paciente se refugia en su interior, evitando confrontar sus emociones con el terapeuta.

Emoción natural y legítima vinculada a la frustración y la afirmación del self. Cuando se gestiona adecuadamente, permite la separación emocional y el desarrollo de una identidad auténtica.

Sentimiento que surge al percibir daño causado por el propio ser, aspecto clave del desarrollo moral y la restauración emocional.

Proceso de sanación de heridas emocionales causadas por insatisfacción de necesidades durante la infancia, que se puede lograr (en adultos) mediante terapia o relaciones sanadoras.

Madre que provee un entorno de cuidado y protección emocional durante la infancia.Facilita la salud emocional y desarrollo del self verdadero.

Capacidad fundamental para el desarrollo emocional y psicológico. Permite distinguir al individuo del ambiente y afirmar su identidad.

Proceso crucial para el bienestar emocional, implicando una adecuada gestión de la agresión para permitir la separación emocional.

La creatividad ayuda a superar traumas emocionales y sanar heridas del pasado. Permite transformar la realidad emocional y restaurar la conexión con el self verdadero mediante la expresión simbólica, como el juego o el arte.

Según Klein, el amor desde la infancia se caracteriza por sentimientos de amor y odio coexistiendo. El niño desea tanto amar como destruir al objeto amado, generalmente la madre.

La culpa surge cuando el niño siente que ha dañado o destruido al objeto amado, generalmente la madre. Esta culpa impulsa a la reparación de la relación emocional.

El proceso de corregir los daños percibidos hacia la madre o figuras importantes para restaurar el equilibrio en la relación.

Emoción destructiva que surge cuando el niño siente que no tiene lo que necesita o desea, y busca destruir lo que el otro posee.

Emoción reparadora que surge cuando el niño reconoce la bondad del objeto amado, sintiendo aprecio por su capacidad de satisfacer sus necesidades.

La gratitud tiene el poder de reparar los efectos destructivos de la envidia, contribuyendo a un desarrollo psíquico más equilibrado.

Miedos tempranos e intensos relacionados a la separación de la madre y la destrucción de los padres, especialmente la madre.

Pensamientos y deseos inconscientes de destruir a los padres, principalmente a la madre, como una respuesta a la ambivalencia temprana.

El padre es visto como protector del niño de las ansiedades destructivas de la madre, además de brindar límites y estructura.

El inconsciente no es solo un depósito de deseos reprimidos, sino que funciona como un lenguaje con estructura simbólica.

Palabras, frases, símbolos y metáforas que dan sentido a los pensamientos y deseos inconscientes.

No. Lacan afirma que el inconsciente se manifiesta en sueños, lapsus, síntomas y también a través del funcionamiento del lenguaje.

El inconsciente tiene una estructura lógica y organizada similar a la del lenguaje.

Es un proceso psicológico en el que el niño experimenta deseos hacia el progenitor del sexo opuesto y rivalidad con el progenitor del mismo sexo.

Se refiere al reconocimiento del niño de que no puede tener acceso completo al objeto de su deseo, lo que significa que no puede convertirse en su padre/madre.

Representa la estructura social y lingüística de la cultura que determina el modo en que el deseo se expresa y se vive.

Es aquello que escapa al lenguaje y a la representación simbólica. Es la experiencia real de la falta y el vacío que no se puede nombrar.

Lacan reinterpreta las pulsiones de Freud, especialmente Eros y Thanatos, a través de los conceptos de símbolo, imaginario y real.

El psicoanalista descifra el significado inconsciente de las palabras del paciente, buscando patrones y estructuras en su lenguaje.

El niño, entre 6 y 18 meses, al verse reflejado en un espejo, se identifica con la imagen, iniciando la formación del ego.

La identificación con la imagen del espejo crea una ilusión de unidad, pero el niño se aliena de su ser interior, creando un "yo" imaginario.

El niño empieza a concebirse a sí mismo como un "yo" separado del "otro", basándose en la imagen reflejada, lo que forja su identidad.

El complejo de Edipo no se limita a la familia, sino que representa la entrada del niño en el campo simbólico, la cultura y el lenguaje.

Para Lacan, el Edipo es crucial para que el niño entre en el mundo del lenguaje y la ley, simbolizados por los padres.

Las palabras no tienen un significado único, sino que son significantes que se relacionan entre sí y forman una estructura.

El "yo" es una construcción imaginaria basada en la identificación con una imagen externa, lo que lleva a una falta y un vacío interior.