Reguladores de Vacío en Ordeño

Un dispositivo que mantiene un vacío constante en el sistema de ordeño, compensando las variaciones durante el ordeño.

Un tipo de regulador sensible que reacciona rápidamente a las variaciones de vacío, manteniendo un vacío constante.

Un tipo de regulador poco sensible y lento, que ya no se recomienda utilizar.

El tiempo que tarda el regulador en responder a una variación de vacío.

La tolerancia admisible en la variación de vacío que el regulador puede soportar.

La capacidad del regulador para compensar la cantidad de aire que entra en el sistema durante el ordeño.

La ubicación óptima del regulador de vacío.

Las exigencias específicas de instalación según el tipo de regulador.

El pulsador es el componente responsable de convertir el vacío continuo generado por la bomba en un vacío intermitente en la cámara de pulsación de las pezoneras.

Los pulsadores sirven para alternar entre la fase de succión (vacío) y la fase de masaje (presión atmosférica), permitiendo la apertura y cierre de las pezoneras.

Se clasifican en neumáticos y electrónicos, diferenciándose en el control de los parámetros de pulsación.

Los pulsadores neumáticos funcionan con el vacío de la instalación, pero no permiten la programación de los parámetros de pulsación.

Los pulsadores electrónicos permiten la programación de la relación y frecuencia de pulsación mediante chips.

Los pulsadores alternativos succionan un lado y masajean el otro, mientras que los pulsadores simultáneos hacen lo mismo con los 4 pezones.

La pulsación es el movimiento cíclico de apertura y cierre del manguito ordeñador, creando fases de succión y masaje.

Los pulsadores actúan como válvulas que permiten la entrada de aire y vacío alternativo entre la pezonera y el portapezonera.

El flujo laminar de la leche en las conducciones de leche asegura un movimiento suave y sin turbulencias, evitando la formación de espuma y la contaminación.

Las conducciones de leche deben transportar la leche desde los juegos de ordeño hasta el receptor de leche sin afectar el vacío necesario para el ordeño.

El acero inoxidable es el material preferido para las conducciones de leche por su resistencia a la corrosión y su facilidad de limpieza.

El cobre y sus aleaciones no son adecuados para las conducciones de leche por el riesgo de contaminación.

La línea alta coloca las conducciones de leche por encima de las cabezas del ganado, mientras que la línea baja las coloca por debajo del nivel donde pisa el ganado.

La línea simple es ideal para un sistema de ordeño pequeño, mientras que la línea en anillo es más compleja pero ofrece mayor estabilidad de vacío.

Un sistema de ordeño funciona correctamente si la diferencia de vacío entre el receptor de leche y cualquier punto de la línea de leche es como máximo 2 kPa.

El flujo laminar en las conducciones de leche ayuda a prevenir la formación de espuma y la contaminación de la leche.

Proceso automatizado que realiza el ordeño de las vacas sin intervención humana. Consiste en un equipo que se coloca en la sala de ordeño o en el establo, que las vacas pueden usar cuando lo deseen.

Un aumento en la producción de leche debido al uso de robots de ordeño, se estima entre un 10-15% para vacas adultas y un 15-20% para las vacas que están en su primer parto.

Los robots de ordeño extraen una proteína llamada "proteína de inhibición" de la ubre durante el ordeño, lo que permite una mayor producción de leche.

El ordeño frecuente con un robot de ordeño disminuye la presión en los alveolos de la glándula mamaria, lo que permite una mayor producción de leche.

Las vacas pueden acceder al robot de ordeño cuando lo deseen, sin la necesidad de un horario específico.

La instalación de un robot de ordeño no es adecuada para todas las explotaciones lecheras, especialmente las grandes explotaciones debido a su tamaño.

Para la instalación de un robot de ordeño, se recomienda que la explotación sea familiar y tenga un tamaño de vacas múltiplo de 50 o 70.

Los robots de ordeño pueden estar o no en una sala de ordeño. Normalmente se instalan en el interior de las instalaciones para que las vacas puedan acceder a ellos cuando lo deseen.

El periodo recomendado para la revisión del tanque de refrigeración es al menos una vez al año, siendo lo ideal cada 6 meses. Esta revisión la lleva a cabo personal cualificado.

El tanque de refrigeración debe tener capacidad suficiente para almacenar la leche obtenida en un periodo de tiempo determinado, teniendo en cuenta los ordeños diarios y la frecuencia de recogida por parte de la industria láctea.

Al calcular la capacidad del tanque, se recomienda añadir un 10% adicional al volumen total de leche previsto para cubrir posibles variaciones de producción o retrasos en la recogida.

El tanque debe refrigerar adecuadamente la leche para mantener su calidad y evitar su deterioro. La temperatura ideal de refrigeración es de 4°C o menos.

El tanque se selecciona en función del número de ordeños diarios, la cantidad máxima de leche obtenida en cada ordeño y la frecuencia de recogida de la leche por parte de la industria.

Si una granja ordeña dos veces al día y produce máximo 650 litros por ordeño, y la recogida es cada 2 días, el tanque ideal debe tener una capacidad de al menos 2.860 litros (2.600 litros + 10% de 2.600).

Un informe final del técnico indica el estado del equipo, las piezas a reemplazar y las reparaciones necesarias para garantizar el correcto funcionamiento del tanque y mantener la calidad de la leche almacenada.

El mantenimiento del tanque de refrigeración es fundamental para asegurar la calidad de la leche almacenada y evitar su deterioro. Se recomienda una revisión periódica por personal cualificado.

Sustancias como residuos de medicamentos veterinarios o detergentes que no deberían estar presentes en la leche. Pueden contaminar toda la cadena de producción.

La leche de animales tratados con medicamentos no debe mezclarse con la leche de animales sanos.

La leche de los animales en tratamiento no debe ser vertida al tanque de almacenamiento, independientemente de la vía de administración del medicamento.

Los animales en tratamiento deben ser ordeñados por separado, apartándolos del resto del hato.

Es fundamental que el veterinario sea la persona responsable de aplicar y supervisar los tratamientos en los animales.

En explotaciones con robots de ordeño, el veterinario programa el robot para identificar qué vacas están en tratamiento, evitando la mezcla de leche sana y tratada.

El veterinario determina cuándo se puede juntar la leche de animales tratados con la leche de animales sanos, siguiendo las indicaciones de los prospectos de los medicamentos.

La industria láctea penaliza a los ganaderos que incumplen las normas sobre inhibidores, tirando la leche contaminada y, en casos más graves, rescindiendo el contrato de recogida.