Modelos Familiares-Sistemáticos en Trabajo Social

La célula social básica que funciona como unidad de producción y consumo, base de reproducción y estabilidad social, y principal espacio de socialización.

Un enfoque que considera a la familia como un sistema complejo, donde las relaciones entre sus miembros son cruciales para el bienestar individual y social.

El usuario/cliente en Trabajo Social se forma y desarrolla dentro de su sistema familiar.

Este enfoque enfatiza la interrelación de todos los miembros, donde el todo es más que la suma de sus partes.

Identificar los problemas sociales que afectan a la familia y analizar la estructura familiar (abierta o cerrada).

El modelo sistémico considera que la explicación de un problema familiar no se encuentra en causas aisladas, sino en las interacciones entre los miembros.

La dinámica familiar se observa a través de sus subsistemas: individual, conyugal, paterno-filial y fraternal.

Se refiere a las relaciones entre los miembros de la familia y cómo se organizan dentro del sistema familiar.

La terapia sistémica se enfoca en las relaciones intrafamiliares para solucionar problemas, dejando de lado las explicaciones individuales o culpas a factores externos.

Este método se centra en identificar y solucionar los problemas del sistema familiar observando las relaciones entre sus miembros.

La Intervención Sistémica-familiar es un proceso que se divide en cuatro fases: demanda, exploración, análisis y terapia.

Esta fase se caracteriza por enfocarse en las necesidades del usuario desde una perspectiva técnica y profesional.

En la iniciativa privada, el Trabajo social “caso a caso” se enfoca en la asistencia individualizada.

La labor institucional del Trabajo Social en los Servicios Sociales públicas se centra en gestionar las demandas y aplicar los recursos disponibles.

Los modelos técnicos en Trabajo Social, como la Gestión de Casos y los Servicios Sociales, enfatizan el papel del trabajador social como gestor.

La Gestión de Casos busca ordenar y optimizar los recursos disponibles en una comunidad para atender problemas personales.

El Trabajador Social, en este modelo, se coloca en el rol de un gestor que interviene en el proceso de atención al usuario.

El enfoque de Gestión de Casos se centra en el usuario, gestionando su proceso de intervención, asesorándolo y administrando la demanda.

La Gestión de Casos también abarca la gestión de los medios propios de la institución para la intervención social.

El método de Gestión de Casos es directivo, individualizado, concreto y microsocial, pero busca influir en el sistema político a gran escala.

La Gestión de Casos implica un método general con diferentes fases de implementación.

En la primera fase de la Gestión de Casos, se define el caso del usuario y se determina el servicio de asistencia adecuado.

La Fase de Intervención implica aplicar los medios determinados, informando al usuario sobre los recursos disponibles.

El Trabajo Social moderno se caracteriza por ser un conjunto de intervenciones político-sociales respaldadas por la ciencia, la legislación, las instituciones y la formación profesional, todo ello centrado en la intervención social.

El Trabajo Social se basa en la ética del valor humano, la técnica para satisfacer necesidades vitales y los recursos internos y externos disponibles.

Los modelos comunitarios del Trabajo Social parten de la idea de que la comunidad influye en los problemas individuales y viceversa.

El análisis compartido, la planificación colaborativa, la organización democrática, el desarrollo equilibrado y la acción transformadora son elementos de los modelos comunitarios en Trabajo Social.

El trabajo comunitario busca transformar el entorno donde viven las personas, tomando en cuenta sus opiniones y participaciones.

Los modelos sociolaborales en Trabajo Social buscan la inclusión sociolaboral mediante la Economía social y cooperativa.

Los modelos sociolaborales priorizan el desarrollo de la Economía social para la intervención social ante la crisis socioeconómica.

El Trabajo Social busca abordar problemas sociales y personales desde la perspectiva de la familia como un sistema complejo.

El enfoque familiar-sistémico considera la familia como un todo, donde los problemas de un miembro afectan a todos.

La familia es el principal sistema donde el individuo se forma y desarrolla.

En Trabajo Social, la intervención familiar se centra en las relaciones dentro de la familia, buscando el bienestar del sistema completo.

La explicación de un problema familiar no se basa en causas aisladas, sino en las interacciones entre los miembros.

El Trabajo social, en un contexto de escasez laboral, puede crear oportunidades de trabajo dignas mediante la colaboración con el Tercer Sector, la Economía social y las iniciativas de inserción sociolaboral.

La mejor política social es aquella que se centra en el desarrollo laboral y en crear oportunidades de empleo dignas para todos.

El Trabajo social debe incorporar en su práctica la comprensión de la realidad económica y laboral. Esto incluye conocer las características del mercado laboral, identificar las necesidades específicas del sector y trabajar en colaboración con las empresas y organizaciones relevantes.

El Tercer Sector, la Economía social y las cooperativas juegan un papel clave en la creación de oportunidades de empleo y en la integración sociolaboral. El Trabajo Social debe colaborar con estos actores para desarrollar estrategias de inserción laboral para personas en situación de vulnerabilidad.

La orientación sociolaboral busca integrar la intervención social con la orientación laboral para crear programas de inserción individual y colectiva. El objetivo es desarrollar itinerarios personalizados y diseñar planes de intervención para grupos específicos.

Los modelos especializados en Trabajo Social se adaptan a las necesidades específicas de distintos grupos vulnerables como personas sin hogar, con discapacidad, inmigrantes, mayores o personas jóvenes. Estos modelos abordan las necesidades de cada grupo con enfoques y técnicas específicas.

El modelo "Housing First" para personas sin hogar se centra en proporcionar vivienda estable como primer paso para acceder a otros recursos y lograr una independencia sostenida.

Para la atención a personas con discapacidad, existen modelos que buscan integrarlas en la sociedad, promover su autonomía y defender sus derechos. Algunos de estos modelos son el modelo médico-rehabilitador, el modelo social y el modelo de planificación.

Existen modelos de intervención con inmigrantes que se centran en la asimilación, la interculturalidad o la multiculturalidad. Estos modelos abordan las diferentes maneras en que los inmigrantes se integran en la sociedad de acogida.

La intervención con personas mayores busca promover su bienestar y autonomía. Algunos modelos se centran en el envejecimiento activo y otros en la atención residencial.