Introducción a la Anatomía UA4

El tejido muscular esquelético es un tipo de tejido que se caracteriza por ser estriado. Esta estriación se debe a la disposición organizada de las proteínas que componen las fibras musculares. Este tipo de tejido muscular tiene la función de transformar energía química en energía mecánica, lo que le permite generar fuerza y realizar trabajo.

Este tipo de tejido muscular se encarga de producir movimientos corporales, desde caminar hasta teclear. También estabiliza la postura, moviliza sustancias en el cuerpo y genera calor.

Es la capacidad del tejido muscular de responder a los estímulos, como los impulsos nerviosos o las hormonas. Esta excitabilidad permite que el músculo se contraiga.

El tejido muscular tiene la capacidad de contraerse con fuerza cuando es estimulado por un potencial de acción. Esta contracción permite que el músculo realice un trabajo físico.

El tejido muscular se puede estirar hasta cierto punto sin dañarse. Esta extensibilidad es importante para permitir que el músculo se mueva a través de un rango completo de movimiento.

El tejido muscular tiene la capacidad de volver a su forma y tamaño original después de ser estirado o contraído. Esta elasticidad permite que el músculo se recupere de la tensión y la fatiga.

El tejido muscular representa entre el 40% y el 50% del peso corporal de un adulto.

El tejido muscular produce calor cuando se contrae. Este proceso, conocido como termogénesis, ayuda a mantener la temperatura corporal.

Se refiere a la forma en que las fibras musculares se organizan dentro de un músculo. Existen diferentes tipos de disposición de los fascículos, como los músculos fusiformes, peniformes, bipeniformes y multipeniformes, que influyen en la fuerza y la velocidad de la contracción muscular.

Los músculos del abdomen, ubicados en la parte anterior del tronco, cumplen dos funciones principales: proteger los órganos internos y participar en el movimiento de la columna vertebral. Esto permite realizar movimientos como doblarse, rotar y doblarse lateralmente.

Los músculos del tórax que intervienen en la respiración se encargan de expandir y contraer la cavidad torácica, lo que permite la entrada y salida de aire durante la respiración. Se dividen en músculos inspiratorios y espiratorios.

Algunos músculos del tórax se conectan a la cintura escapular (hombros) y permiten su movimiento. Estos músculos controlan la elevación, depresión, rotación, abducción y aducción del hombro.

Los músculos del brazo se encargan de mover el radio y el cúbito, que son los huesos del antebrazo. Permitiendo la flexión, extensión, pronación (palma hacia abajo) y supinación (palma hacia arriba) del antebrazo.

Los músculos del antebrazo son responsables de los movimientos finos de la muñeca, la mano, el pulgar y los dedos. Realizando acciones como la flexión, extensión, abducción, aducción y oposición del pulgar.

Los músculos glúteos se unen al fémur y son responsables de la movilidad de la cadera, permitiéndote caminar, correr, saltar y subir escaleras. Estos músculos también estabilizan la pelvis y el tronco.

Los músculos de la pierna conectan el fémur, la tibia y el peroné, otorgando la movilidad de la rodilla y el tobillo. Estos músculos permiten realizar movimientos como flexión, extensión, abducción, aducción y rotación de la pierna.