Inmovilidad y Síndromes Geriátricos

Marcha con base amplia y pisadas fuertes, donde la prueba de Romberg es positiva.

Marcha con base ancha y pequeños pasos, con dificultad al inicio.

Pasos cortos, lentos, arrastrando los pies, dificultad en giros e inclinación anterior del tronco, sin braceo ni rigidez.

Marcha con espasticidad en las piernas, cruzan al caminar y pasos cortos con esfuerzo.

Evaluación del equilibrio, se pide al paciente ponerse de pie con los pies juntos y ojos abiertos y cerrados. Se considera positivo si hay movimiento o caída.

Marcha con apoyo cuidadoso de la extremidad dolorosa, el lado sano hace pasos cortos y prolonga la fase de apoyo.

Marcha con apoyo plano del pie con poca fuerza para reducir el impacto, pasos cortos y lentos

Evaluación de la estabilidad al mantenerse sobre un solo pie, tiempo menor a 5 segundos indica mayor riesgo de caídas.

Restricción (generalmente involuntaria) en la capacidad de moverse o transferirse por problemas físicos, funcionales o psicosociales, afectando las actividades diarias.

Causas del síndrome de inmovilidad, incluyendo enfermedades osteoarticulares, cardiovasculares, neuropsiquiátricas, hospitalización y la medicación, entre otros.

Problemas que surgen por la falta de movimiento, como osteoporosis, deshidratación, hipotermia, problemas cognitivos (síndrome confusional), desnutrición, depresión, caídas e infecciones.

Serie de movimientos coordinados y rítmicos del cuerpo y extremidades, con pasos alternados de las piernas, para desplazarse sobre una superficie.

Instrumento que evalúa la capacidad funcional para realizar actividades de la vida diaria (AVD).

Herramienta para evaluar actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), más complejas que las AVD.

Instrumento para evaluar el riesgo ante úlceras por presión, asociadas a la inmovilidad.

Instrumento que evalúa el riesgo de úlceras por presión a partir de la capacidad de la persona a moverse.

La capacidad de un individuo para mantenerse estable, consciente de su posición en el espacio y mantener una postura erecta durante la marcha y la bipedestación.

Sensación de falta de equilibrio, es más común en personas mayores, lo que incrementa el riesgo de caídas.

Pérdida gradual de la capacidad de ver con claridad, puede afectar la marcha y el equilibrio al dificultar la percepción del entorno.

Pérdida auditiva relacionada con la edad, puede afectar el equilibrio al dificultar la percepción de los sonidos que guían la posición del cuerpo.

Tiempo que tarda el cuerpo en responder a un estímulo, en personas mayores, el tiempo de reacción se vuelve más lento, lo que puede afectar la capacidad de reaccionar ante cambios en el equilibrio.

Pérdida de masa muscular relacionada con la edad, debilita los músculos y afecta la capacidad de mantener el equilibrio.

Número de pasos por unidad de tiempo, refleja la velocidad de la marcha; en personas mayores, la cadencia suele disminuir.