Infecciones Intestinales y Diarreas

Una diarrea aguda es definida como la presencia de tres o más deposiciones al día o más de 250 gramos de heces al día, acompañadas de fiebre superior a 38°C durante más de 48 horas, y potencialmente deshidratación.

Las diarreas agudas suelen ser autolimitadas, causadas por infecciones banales que no requieren tratamiento ni análisis. La mayoría de los casos se resuelven en menos de un día.

Las diarreas agudas son una importante causa de muerte en países subdesarrollados, especialmente en niños.

Las pruebas diagnósticas para la diarrea se realizan en pacientes que presentan fiebre y diarrea persistente (más de 2 días). Incluyen análisis de heces (coprocultivo y PCR múltiple), hemocultivo y, si el paciente está hospitalizado o ha tomado antibióticos, toxina de Clostridium difficile en heces.

Se debe considerar la posibilidad de VIH en pacientes entre 20 y 60 años con alto índice de sospecha y se debe facilitar la prueba de VIH.

Pruebas que se deben realizar en pacientes de 20 a 30 años con diarrea, incluyendo hemograma, bioquímica con fosfatos y ácido úrico, copro para BGN no fermentadores y serotipaje de Shiga-like de E.coli, parásitos en heces (x3), esporas en alimento (en caso de sospecha de toxiinfección alimentaria), tinción ácido resistente y PCR para CMV en sangre.

Se realizan 3 muestras de heces separadas para aumentar la probabilidad de detectar parásitos.

La tinción ácido resistente identifica micobacterias y también protozoos como Isospora belli, importante en inmunodeprimidos.

La ecografía abdominal se usa para evaluar infecciones hepáticas por Entamoeba histolytica o para vigilar la vejiga en casos de diarrea por Schistosoma.

Con el término HIDE se describe la diarrea persistente, candidiasis, tuberculosis, mononucleosis, adenopatía persistente, que en jóvenes pueden ser signos de VIH.

La mayor parte de las infecciones por Campylobacter son resistentes a las quinolonas debido al uso de estas en la cría de pollos, principal fuente de contagio.

La azitromicina es el tratamiento de elección para infecciones por Campylobacter, debido a su menor frecuencia de dosis diaria.

El ciprofloxacino y la azitromicina son los antibióticos de elección para las infecciones por Shigella.

Si se sospecha de toxina Shiga en E.Coli, la diarrea es acuosa y puede volverse sanguinolenta después de 2 días. No se trata con antibióticos y se debe monitorear la función renal.

Para otras cepas de E.Coli, las quinolonas (como ciprofloxacino), azitromicina o rifaximina son opciones de tratamiento.

La doxiciclina es el tratamiento de elección para infecciones por Vibrio (no cólera). Si no se puede usar, las quinolonas o la azitromicina son alternativas. En niños, el trimetropin-sulfametoxazol o el cotrimoxazol son alternativas.

El metronidazol asociado a la paromomicina se utiliza para tratar infecciones por Entamoeba histolytica, incluyendo abscesos hepáticos.

El metronidazol es el tratamiento empírico para infecciones por Giardia, un parásito común en las diarreas.

La colitis pseudomembranosa es una inflamación del colon causada por la infección con la bacteria Clostridium difficile.

Antibióticos,especialmente la clindamicina, gentamicina, quinolonas y cefalosporinas. También pueden contribuir los carbapenems y la piperacilina-tazobactam.

El antibiótico que más se ha relacionado con la colitis pseudomembranosa es la clindamicina.

La diarrea grave en pacientes que han tomado antibióticos previamente. Es importante pedir la toxina de C. difficile en heces para confirmar el diagnóstico.

Se debe interrumpir el uso de los antibióticos no esenciales y administrar vancomicina oral y metronidazol intravenoso.

La colitis isquémica, especialmente en personas mayores con factores de riesgo cardiovascular.

Son aquellas personas con sistema inmunológico débil, como pacientes con cáncer, VIH, trasplantes u otros.