Historia del Derecho al Trabajo

En la Edad Media, los trabajadores no tenían libertad para elegir trabajo y estaban obligados a realizar labores específicas.

Durante la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX), los empresarios tenían el control total de las condiciones laborales, con poca o ninguna protección para los trabajadores.

Se refiere a la relación formal que se establece entre un trabajador y un empleador, donde el trabajador recibe un salario por sus servicios.

Para que una relación pueda ser considerada como laboral, debe cumplir con ciertos requisitos, incluyendo la obligación del trabajador de realizar el trabajo personalmente, de manera voluntaria, por la que recibe una remuneración económica, siguiendo las instrucciones de su empleador y con un salario fijo.

Son situaciones que, aunque se parecen al trabajo, no se consideran como relación laboral. Ejemplos: funcionarios, trabajos por amistad, trabajos familiares, agentes comerciales autónomos.

Son tipos de trabajo que tienen regulaciones especiales, como directivos, servicio doméstico en hogares, personas en prisión, deportistas profesionales, artistas, representantes, discapacitados y menores en centros.

Es un régimen que regula el trabajo de personas que no están sujetas a una relación laboral, usualmente trabajan por cuenta propia y son responsables de gestionar su propio negocio.

Las fuentes del derecho laboral son las normas que rigen las relaciones entre trabajadores y empleadores. Estas incluyen la legislación europea, la Constitución española, convenios internacionales, leyes, reglamentos, convenios colectivos y contratos de trabajo.

La Constitución Española establece los derechos laborales básicos, como el derecho a la huelga, a un salario digno y al funcionamiento de los sindicatos.

Los convenios colectivos son acuerdos entre sindicatos y empresas que establecen las condiciones laborales para un grupo específico de trabajadores en una empresa o sector.