Historia de la Clasificación de los Trastornos Mentales

Historia de la clasificación de trastornos mentales

• 1948: Se crea la CIE-6, que incluye una sección dedicada a los trastornos mentales, con definiciones globales y poco descriptivas.
• 1952: Se publica el DSM-I, que incluye 106 categorías diagnósticas, pero con definiciones imprecisas y influenciadas por la psicoanálisis.

Problema de fiabilidad y nacimiento del DSM-III

• Problema de fiabilidad: pacientes con los mismos síntomas recibían diagnósticos diferentes.
• Grupo de "Neokrapelianos" (USA) desarrolla los "Feighner criteria" (1972) y los "Research Diagnostic Criteria" (1975), que establecen criterios claros y explícitos para el diagnóstico.
• 1980: Se publica el DSM-III, que incluye 265 diagnósticos posibles y describe la edad de inicio, género, curso y patrón familiar para cada trastorno.

Evolución del DSM

• 1981: Se publica el DSM-IV.
• 2000: Se publica el DSM-IV-TR, con 220 diagnósticos posibles.
• Enfoque multiaxial: combinación del sistema categorial y dimensional, que permite evaluar el impacto de los trastornos en la vida y el funcionamiento.

Conceptos importantes en psicopatología

• Criterios diagnósticos: normas que definen y catalogan un comportamiento como una forma psicopatológica concreta.
• Diagnóstico: proceso de asignación de atributos clínicos a una categoría del sistema de clasificación de referencia.
• Taxonomía: ordenamiento de entidades de interés científico o clínico en categorías "naturales" (taxones) sobre la base de las características clave que comparten.

Antecedentes de la psicopatología contemporánea

• Antigüedad Greco-Romana: pensamiento presocrático y la tradición médica.

Modelo DSM-5

• Enfoque "híbrido" para los trastornos de personalidad, que propone variantes desadaptativas de los rasgos de personalidad según el Modelo Big Five.
• Evaluaciones dimensionales: escalas de síntomas transversales y medidas de gravedad, pero con críticas sobre su validez externa.
• Malestar clínicamente significativo (angustia) es un concepto dimensional clave para el diagnóstico, pero no se define ni se evalúa cuantitativamente en el DSM-5.