Estructura Geológica de Chile

Study Notes

La estructura geológica de Chile es joven en comparación con la de Europa, pero complicada por la variedad de procesos endógenos y exógenos que han intervenido en su formación.
La cordillera de los Andes y la de la Costa son de formación reciente, pertenecen a la Era Terciaria, y su génesis involucró procesos geológicos que se desarrollaron durante varios millones de años.

No hay seguridad de encontrar en Chile vestigios de rocas precámbricas, es decir, rocas de las primeras edades del planeta.
Las rocas más antiguas encontradas en Chile son probablemente prepaleozoicas o paleozoicas, halladas en la cordillera de la Costa entre Taltal y Chañaral, y entre los 34° y 37° S de la misma cordillera.

La formación de la cordillera de los Andes se inició en la Era Mesozoica, en el Cretáceo, con la fase diastrófica conocida como orogénesis andina.
Durante este proceso, los sedimentos acumulados en los geosinclinales se plegaron y se solevantaron, y se formaron los conos volcánicos.
La peniplanicie se formó durante la Era Cenozoica, en el Terciario, como resultado del fuerte desgaste de los materiales plegados.

El batolito andino es un conjunto de rocas plutónicas que se encuentran distribuidas a lo largo y ancho del territorio nacional, tanto en forma de cerros, cumbres aisladas, como también en importantes cordones de una y otra cordillera.
El batolito andino se formó a través de intrusiones diversas y no es considerado una unidad simultánea.

La riqueza minera de Chile se encuentra estrechamente vinculada con el batolito andino, desde un punto de vista de la localización de los yacimientos metalíferos.

Durante el Terciario, se produjeron importantes eventos que pueden dividirse en dos fases: Terciario marino y Terciario continental.
El Terciario marino se caracteriza por movimientos de ascenso y descenso de bloques, que trajeron como consecuencia avances y retrocesos del mar.
El Terciario continental se centró en el norte del país, caracterizándose por la efusión de grandes cantidades de material volcánico.

Durante el Cuaternario, la actividad orogénica (volcanismo y movimientos tectónicos) se agudizó y dio forma definitiva a los actuales rasgos del país.
Las glaciaciones y la subsiguiente formación de lagos y cursos de agua esculpieron más en detalle los diferentes rasgos morfológicos del territorio chileno.
Los hielos desgastaron la cordillera, disminuyendo la altura de las montañas y formaron amplios valles, por donde escurrieron los ríos actuales.