Dolor Abdominal y Laringitis en Pediatría

El dolor que dura más de un mes.

El dolor abdominal que se repite 3 o más veces en 3 meses, con periodos sin dolor.

Dolor abdominal crónico sin causa orgánica ni psiquiátrica. Es un diagnóstico de exclusión.

La causa más común del dolor abdominal crónico en la infancia, donde no se encuentra una razón orgánica o psiquiátrica.

Es importante evaluar el estado general del paciente, incluyendo signos vitales, hidratación, perfusión y coloración de la piel.

Abdomen tenso y doloroso al tacto, que puede indicar un problema en el abdomen.

Es importante determinar qué causa el dolor para poder tratarlo de la forma más efectiva.

Las infecciones de las vías respiratorias superiores (VRS) son muy comunes en la infancia, siendo la causa principal de muchas consultas pediátricas.

Las infecciones de VRS pueden ser recurrentes, es decir, volver a aparecer, y en algunos casos evolucionar a problemas crónicos.

Las infecciones de VRS afectan principalmente a la nariz, la faringe (garganta) y la laringe (caja de voz), así como a las estructuras adyacentes como los senos paranasales y el oído medio.

Los senos paranasales son cavidades óseas conectadas a la nariz y pueden infectarse por contigüidad.

Las infecciones del oído medio se producen por la llegada de bacterias o virus a través de las trompas de Eustaquio, que conectan la nasofaringe con el oído medio.

Las vías respiratorias superiores del niño se encuentran en desarrollo y crecimiento, lo que las hace más susceptibles a las infecciones.

Las infecciones de VRS pueden causar inflamación y obstrucción de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración.

Las infecciones de VRS pueden generar secreciones nasales abundantes (mocos), que pueden generar dificultad para respirar por la nariz.

Los síntomas de las infecciones de VRS pueden incluir fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor de garganta, tos, irritabilidad, pérdida de apetito y dificultad para dormir.

La capacidad del cuerpo para combatir infecciones se desarrolla gradualmente en los niños. A menor edad, menor es su capacidad de respuesta a las infecciones.

Los niños pequeños no tienen mecanismos de defensa lo suficientemente fuertes para combatir infecciones, por lo que recurren a otros mecanismos como la fiebre.

La IgG materna se transfiere al feto durante el embarazo, principalmente al final del tercer trimestre. Esta IgG proporciona protección al recién nacido en los primeros meses de vida.

Después del nacimiento, la IgG materna se va agotando gradualmente, mientras el bebé comienza a producir sus propias inmunoglobulinas. Esto puede causar una disminución temporal en los niveles de inmunoglobulinas.

Los bebés prematuros tienen niveles más bajos de IgG materna y por lo tanto, son más susceptibles a infecciones.

La inmunidad de la madre influye en la protección del bebé frente a enfermedades como el sarampión, la tos ferina y la varicela.

Cada niño tiene una respuesta individual a las infecciones, influenciada por factores como el sexo, la lactancia materna y la nutrición.

La lactancia materna, la buena nutrición y el sexo femenino se asocian a una mejor protección contra infecciones.

La atopia, la lactancia artificial, el tabaquismo, las condiciones socioeconómicas desfavorables y la escolarización temprana se asocian a un mayor riesgo de infecciones.

Las infecciones de las vías respiratorias superiores pueden ser causadas por virus, bacterias, hongos o protozoos. Las infecciones virales son las más comunes, representando del 80 al 90% de los casos.

Es la inflamación aguda de la laringe, principalmente en la zona subglótica, y es más frecuente en niños.

La causa más frecuente de laringitis subglótica es la infección por VRS.

Suele aparecer un catarro previo al inicio de los síntomas, acompañado de una leve fiebre o incluso sin fiebre.

El síntoma aparece por la noche, durante el sueño, y se caracteriza por un sonido respiratorio ronco y fuerte.

El estridor inspiratorio, la tos perruna y la disfonía son los síntomas más comunes.

El estridor aumenta durante el sueño, pero mejora en las horas siguientes.

Incluye la administración de corticoides, como la dexametasona, para reducir la inflamación.

El tratamiento con corticoides puede ser oral o inyectable.

La dosis habitual de dexametasona para la Laringitis subglótica es de 0.15-0.20 mg/Kg.

El tratamiento de la Laringitis subglótica se basa en una dosis única de dexametasona.

La laringitis subglótica estenosante aguda es una inflamación de la vía aérea que ocurre justo debajo de las cuerdas vocales, lo que dificulta la respiración. Es más común en niños pequeños.

Un niño con laringitis subglótica estenosante aguda puede presentar un sonido respiratorio agudo al inspirar (estridor), dificultad para respirar, tos, fiebre y un aspecto de malestar general.

La laringitis subglótica estenosante aguda se distingue de otras enfermedades respiratorias con síntomas similares a la laringitis por su localización: se trata de una inflamación localizada en la vía aérea justo debajo de las cuerdas vocales.

Aunque la laringitis subglótica estenosante aguda puede asustar, suele mejorar con el tiempo gracias al tratamiento médico y el ambiente fresco. En casos más graves, se pueden utilizar corticoides inhalados o orales, y adrenalina racémica en aerosol.

La laringotraqueobronquitis es una infección respiratoria que afecta a la laringe, tráquea y bronquios, es una sobreinfección del sistema respiratorio superior después de una laringitis o laringotraqueítis viral.