Doctrina Social de la Iglesia

Conjunto de principios que ofrece directrices para una sociedad justa, equitativa y con enfoque en el bienestar común.

La DSI busca comprender y guiar la vida social según la revelación divina.

La DSI reconoce el valor intrínseco de cada individuo como imagen de Dios.

Los derechos inalienables son inherentes a la persona y no pueden ser suprimidos.

La enseñanza social de la iglesia se basa en principios y valores que se mantienen a través del tiempo.

La DSI busca una sociedad donde la dignidad humana sea el centro, promoviendo la igualdad y la justicia.

Cada individuo es valioso y tiene la responsabilidad de contribuir a la sociedad.

La DSI se nutre de la razón humana y la revelación divina.

Mensaje de la Iglesia que busca construir una sociedad justa, donde las personas puedan vivir plenamente.

La DSI no es un sistema político o económico, ni un conjunto de reglas fijas, sino una guía ética que se adapta a las necesidades de la sociedad.

La DSI busca enseñar y guiar a la sociedad a la luz de los valores cristianos, no imponer reglas.

La DSI se basa en el amor y la dignidad de la persona humana, independientemente de su condición social o económica.

Carta papal que busca llamar la atención sobre una situación social problemática y busca soluciones justas.

La Revolución Industrial impulsó el desarrollo de la DSI, debido a los problemas sociales que ésta trajo.

La DSI se desarrolló a partir de la primera mitad del siglo XX, tras la Revolución Industrial.

Encíclica del papa Pío XI publicada en 1931, 40 años después de la primera, que aborda temas como el amor, la paz, la justicia, la solidaridad, el bien común, la subsidiariedad, el derecho a la propiedad, la familia y el salario. Fue escrita en el contexto de la Gran Depresión de 1929 y el auge de ideologías extremas como el comunismo y el fascismo.

Radiomensaje del papa Pío XII del 15 de junio de 1941, en el 50 aniversario de la primera encíclica. Trata temas como la conciencia social, la ética, el derecho a la propiedad privada, el derecho a usar los bienes materiales para el sustento y la importancia del trabajo como derecho y deber. También explora la relación entre la moral y el derecho.

Encíclica del papa Juan XXIII publicada en 1961. Plantea la dignidad humana, la obligación del estado de promover el bien común, la relación entre lo privado y la intervención estatal, y el carácter mundial del problema social. La iglesia se presenta como madre, maestra y promotora de la paz. La persona humana es el criterio para evaluar las situaciones socioeconómicas.

Encíclica del papa Juan XXIII escrita en 1963, en medio de la Guerra Fría. Aborda temas relacionados con la paz, la dignidad, los derechos humanos, la cooperación entre naciones, la resolución pacífica de conflictos y el desarme. Considera a la ONU como un paso hacia la organización de la comunidad internacional en busca del bien común y la paz mundial. Es el primer documento de la iglesia que se dirige a todos los hombres de buena voluntad.

Constitución pastoral del Concilio Vaticano II hecha en 1965. Se basa en la persona humana como imagen y semejanza de Dios y se centra en el gozo y la esperanza de la iglesia en el mundo actual. Abarca dos partes: antropología cristiana, relaciones entre iglesia y mundo, vocación del hombre; y aspectos de la vida y la sociedad como la familia, el matrimonio, la cultura, la actividad económica social, la vida política, la paz y la comunidad internacional.

Encíclica del papa Pablo VI publicada en 1967. Se considera la carta magna de la justicia internacional, ya que trata sobre el desarrollo integral de los pueblos, la cooperación internacional, la lucha contra la pobreza y la necesidad de un nuevo orden económico internacional.

El objetivo compartido por un grupo de personas que están unidas naturalmente o por elección, es la razón de ser de todo grupo humano. No es la suma de bienes individuales, solo se logra y disfruta de él cuando se comparte.

Apoyar las iniciativas de individuos y grupos más pequeños a través de ayuda y creación de instituciones que fomentan la independencia. Permite que las comunidades más pequeñas funcionen sin depender de grupos más grandes.

La unión que implica que las acciones de una persona afectan a los demás, debido a la interrelación entre ellos. Es una actitud constante, no solo un sentimiento.

Explican la realidad humana y social, como conceptos y doctrinas.

Inspiran y motivan a la acción, guiando comportamientos.

Valen para todos, ya que se basan en verdades de fe o elementos del orden moral natural.

Buscan el crecimiento personal en las relaciones sociales. Se forman a través de la convivencia.

La familia es el fundamento de la sociedad, un elemento central de la doctrina social cristiana.

El trabajo no es una maldición, sino una parte natural de la existencia humana. El hombre tiene la vocación de colaborar y contribuir.

Jesús, como hombre, también trabajó, demostrando que el trabajo es un valor positivo y fundamental. El trabajo es un servicio a Dios y a los demás.

El trabajo no solo proporciona riqueza, sino que también eleva al hombre, dándole dignidad y sentido de propósito.

El trabajo tiene una dimensión objetiva, relacionada con las actividades y recursos para producir, y una dimensión subjetiva, que se enfoca en la persona y su vocación.

El trabajo debe ser realizado desde una perspectiva humana, sin deshumanizar al trabajador. La finalidad del trabajo es el bienestar y desarrollo del hombre.

La falta de trabajo tiene consecuencias negativas no solo económicas, sino también psicológicas y morales. El desempleo es un problema social que debe abordarse.

Los sindicatos son una herramienta para proteger los derechos de los trabajadores y buscan la colaboración entre capital y trabajo.

La huelga es una forma de protesta colectiva que busca mejoras para los trabajadores, pero debe ser pacífica y respetuosa con los demás.

La Iglesia enseña que el trabajo es un derecho fundamental que permite a las personas participar en la creación de Dios y contribuir al bien común.

El trabajo debe permitir a las personas alcanzar un salario justo, condiciones laborales seguras, descanso y la oportunidad de formar sindicatos.

El modelo de trabajo debe adaptarse para que las personas puedan cumplir con sus responsabilidades familiares, logrando un equilibrio entre la vida personal y profesional.

La distribución justa de recursos y oportunidades permite que el trabajo sea un camino hacia la justicia social.

La solidaridad implica un compromiso por el bienestar común, mientras que la subsidiaridad promueve la autonomía de personas y comunidades.

El trabajo es fundamental para el desarrollo económico, cultural y moral de las personas, las familias y la sociedad en general.

Se refiere a la visión de la Iglesia católica sobre el trabajo y su impacto en la sociedad, incluyendo temas como la dignidad, los derechos y la justicia social.

El trabajo es visto como un elemento integral de la existencia humana, alineado con el plan divino para la humanidad.