Derechos del Paciente y Comunicación Médica

La comunicación es el proceso activo/pasivo de compartir información, ideas, conceptos, imaginaciones, comportamientos, etc., entre individuos.

La comunicación es fundamental en las relaciones interpersonales, ya que nos permite construir y rehacer nuestra identidad a través de la interacción.

La comunicación nos ayuda a transformarnos como personas al interactuar con los demás y a participar en la transformación de los demás.

La comunicación es un proceso único que define al ser humano: "somos en la medida en que nos comunicamos".

La comunicación es clave en la relación profesional sanitario-paciente, ya que facilita la identificación y comprensión del problema, así como el seguimiento del tratamiento.

La buena comunicación tiene un valor terapéutico por sí misma. Puede mejorar el bienestar y la recuperación del paciente.

La forma y el contenido de la comunicación entre el sanitario y el paciente dependen de la relación que se establezca entre ambos.

La comunicación se divide en dos tipos principales: la comunicación verbal, que se basa en el lenguaje oral o escrito, y la comunicación no verbal, que se basa en elementos como el contacto ocular, la postura, los gestos, los silencios, las expresiones faciales y la proximidad.

El proceso de proporcionar información al paciente debe ser gradual y continuo a lo largo de todo el tratamiento. El paciente tiene derecho a ser informado de manera adecuada y con un lenguaje comprensible.

Consiste en proporcionar información dosificada al paciente, teniendo en cuenta su capacidad emocional para procesar la información sobre su estado de salud.

Se refiere a la situación en la que se le da al paciente más información de la que puede procesar o desea recibir.

Se refiere al empeoramiento de los síntomas o signos de una enfermedad debido a la expectativa de efectos negativos de la terapia.

Es la capacidad de ponerse en el lugar del paciente y comprender su situación personal.

Graduar la información negativa, dar tiempo para procesarla, usar mensajes cortos y esperanzadores, emplear un lenguaje claro y comprensible, no mentir, ser accesible y estar disponible, y asegurar la congruencia entre la información que se da al paciente y a la familia.

Ser sincero con el paciente sin abrumarlo con información negativa.

Dificultades en la comunicación que pueden surgir entre el profesional médico y el paciente, incluyendo problemas de comprensión o falta de empatía.

Falta de información clara y precisa por parte del profesional médico al paciente, lo que dificulta la comprensión del paciente sobre su situación.

El profesional médico evita abordar temas delicados con el paciente, como sus emociones o problemas sociales, lo que afecta la calidad de la relación.

El profesional médico no motiva al paciente a colaborar en su tratamiento, lo que puede resultar en falta de compromiso y adherencia al plan.

Actitud negativa del paciente hacia el tratamiento o el profesional médico, dificultando la relación y el progreso.

La psicopatología que afecta a niños y adolescentes, como el TDAH, la discapacidad intelectual o los trastornos del espectro autista, son complejas y requieren una atención especializada.

Conocer las limitaciones en la relación médico-paciente ayuda a mejorar la comunicación y la atención.

Las habilidades comunicativas del profesional médico son esenciales para una buena relación con el paciente.

El paciente debe ser un agente activo en su tratamiento, participando en las decisiones y la planificación de su cuidado.

El objetivo de la comunicación médico-paciente es mejorar la salud y la atención del paciente.

La relación que se establece entre el médico y el paciente, caracterizada por la comunicación, el cuidado y la confianza.

Es la diferencia entre la información que el médico tiene y la que el paciente tiene. Esto indica que el médico debe asegurarse de que el paciente entienda la información de manera clara y precisa.

Es un tipo de interacción donde dos personas colaboran para alcanzar un objetivo común. En el caso del médico y el paciente, el objetivo es la recuperación de la salud.

En esta relación, el médico tiene más poder que el paciente, ya que tiene más conocimiento y control sobre la situación. Sin embargo, esta diferencia de poder no debe ser explotada o abusada.

El paciente espera que el médico le brinde ayuda para recuperar su salud y tiene la esperanza de que sea así. El médico espera que el paciente coopere para lograr la recuperación.

Es fundamental que haya confianza mutua entre el médico y el paciente. El paciente debe confiar en la capacidad del médico para tratarlo y el médico debe confiar en la sinceridad del paciente.

La comunicación verbal es el medio principal para que el médico y el paciente se comuniquen. El médico explica el diagnóstico, el tratamiento y las indicaciones, y el paciente expresa sus dudas, miedos y síntomas.

La influencia social es el cambio en las creencias, actitudes o conducta de una persona debido a la influencia de otra persona o grupo. En la relación médico-paciente, el médico puede influir para que el paciente cambie su estilo de vida.

Describe una relación donde el médico tiene el control dominante en la toma de decisiones y el paciente colabora pasivamente.

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. El médico debe intentar comprender cómo se siente el paciente.

Se caracteriza por un médico que actúa como proveedor de servicios y un paciente que elige y consume estos servicios.

El médico debe tratar de comprender la situación del paciente desde su perspectiva, considerando sus necesidades, creencias y valores.

Ambos, médico y paciente, tienen poco control en la relación, con un mínimo compromiso de parte de ambos.

Define una interacción donde el paciente tiene un alto control sobre sus decisiones y el médico proporciona conocimiento médico.

El poder en la relación médico-paciente depende de quién establece los objetivos de la visita: médico, paciente o una negociación entre ambos.

Alude a cómo el médico interpreta los valores del paciente, ya sea como consistentes con los suyos, como algo que ambos comparten o sin tomarlos en cuenta.

Describe el rol que adopta el médico: guardián, consejero o consultor, influyendo en el flujo de la relación.

Modelo de relación en el que el médico tiene un alto control, el paciente tiene un bajo control y las decisiones se basan en la información proporcionada por el profesional.

Modelo de relación en el que el paciente, con un alto control, busca servicios y el médico, con un bajo control, los ofrece.

Modelo de relación donde el médico y paciente tienen un alto control sobre las decisiones, trabajando juntos para encontrar el mejor cuidado.