¿Cuánto sabes sobre el Reglamento Penitenciario en España?

Real Decreto aprueba el Reglamento Penitenciario

El Real Decreto aprueba un nuevo Reglamento Penitenciario que reforma la normativa reglamentaria penitenciaria de 1981.
El nuevo Reglamento se enfoca en la ejecución del tratamiento y la individualización científica para mejorar la preparación de los reclusos para la vida en libertad.
La población reclusa ha aumentado y ha habido cambios en su composición, lo que exige una reforma completa de la normativa reglamentaria.
Las nuevas patologías, como la drogadicción y el SIDA, exigen una remodelación de la normativa reglamentaria de la prestación sanitaria.
Las modificaciones en la función pública y el procedimiento administrativo exigen una reordenación de las materias afectadas.
La jurisprudencia de la LOGP se incorpora al nuevo texto dotando de rango normativo la fecunda doctrina establecida.
El nuevo Reglamento incorpora avances en el campo de la intervención y tratamiento de los internos.
Se implanta la aplicación de modelos individualizados de intervención para los presos preventivos para evitar que su estancia en prisión solo tenga fines custodiales.
Se amplía la oferta de actividades educativas, formativas, socioculturales, deportivas y medios de ayuda para propiciar que la estancia en prisión sirva para paliar las carencias detectadas.
Se crean los Centros de Inserción Social y se regulan con detalle las unidades dependientes y extrapenitenciarias.
Se extiende el principio constitucional de protección a la familia al ámbito penitenciario mediante la creación de unidades de madres y departamentos mixtos.
La utilización generalizada de los instrumentos de diseño y ejecución del tratamiento implica una mayor potenciación y diversificación de la oferta de actividades.Resumen del Reglamento Penitenciario de 1996
El Reglamento Penitenciario de 1996 es una normativa que regula el funcionamiento de las prisiones en España.
El objetivo principal del reglamento es la resocialización de los reclusos.
Se busca la apertura de las prisiones a la sociedad para fortalecer los vínculos entre los delincuentes y sus familias y la comunidad.
Se establecen dos modalidades de vida para los reclusos en régimen cerrado: Departamentos especiales de control directo y módulos o centros de régimen cerrado.
Se regulan los derechos y deberes de los reclusos, así como su acceso a las prestaciones de las Administraciones públicas.
Se incorporan las recomendaciones del Consejo de Europa relativas a los reclusos extranjeros.
Se regula detalladamente un procedimiento sancionador con las debidas garantías.
Se aborda la regulación pendiente de la relación laboral especial penitenciaria.
Se establece la intervención del Ministerio Fiscal en numerosas materias y una mayor comunicación con la Jurisdicción de Vigilancia.
Se regula el sistema prestacional de la Administración penitenciaria, con especial incidencia en la asistencia sanitaria.
Se garantiza el derecho de los internos a una asistencia sanitaria orientada tanto a la prevención como a la curación y rehabilitación.
Se reordena la acción social y los servicios sociales penitenciarios y se coordinan con las redes públicas de asistencia social de las Administraciones públicas.

Resumen del Reglamento Penitenciario aprobado por Real Decreto

El Real Decreto aprueba el Reglamento Penitenciario de desarrollo y ejecución de la Ley Orgánica 1/1979, General penitenciaria (LOGP), que reforma la normativa reglamentaria penitenciaria de 1981.
La reforma del Reglamento Penitenciario se debe a la necesidad de desarrollar un nuevo marco reglamentario que extraiga las potencialidades más innovadoras de la LOGP.
El Reglamento Penitenciario se enfoca en la ejecución del tratamiento, con el principio de individualización científica, que implica ampliar la oferta de actividades y programas específicos para los reclusos.
La reforma de la legislación penal y la modificación de la LOGP exigen la regulación de las unidades de madres y de las visitas de convivencia familiar.
La sociedad española ha sufrido una importante transformación en los últimos quince años, lo que exige la adaptación de la normativa reglamentaria penitenciaria.
El Reglamento Penitenciario incorpora los avances en el campo de la intervención y tratamiento de los internos, consolidando una concepción del tratamiento más acorde a los actuales planteamientos de la dogmática jurídica y de las ciencias de la conducta.
El Reglamento Penitenciario se enfoca en la individualización científica en la ejecución del tratamiento penitenciario, se implanta la aplicación de modelos individualizados de intervención para los presos preventivos.
La regulación de las formas especiales de ejecución proporciona los medios necesarios para adaptar el tratamiento a las necesidades individuales de cada interno.
Se crean los Centros de Inserción Social y se regulan con detalle las unidades dependientes y extrapenitenciarias, como instrumentos para el tratamiento de colectivos específicos de reclusos que permiten utilizar los recursos extrapenitenciarios existentes en la sociedad.
Se desarrollan las unidades de madres y de los departamentos mixtos, extiende el principio constitucional de protección a la familia al ámbito penitenciario.
La utilización generalizada de los instrumentos de diseño y ejecución del tratamiento implica una mayor potenciación y diversificación de la oferta de actividades, dinamizándose la vida de los centros penitenciarios.
El Reglamento Penitenciario incorpora los avances en el campo de las tecnologías y la progresiva socialización de su uso, la normativa referente al usoResumen del Reglamento Penitenciario de 1996 en España
El Reglamento Penitenciario de 1996 busca modernizar y humanizar el sistema penitenciario en España.
Se enfoca en la resocialización de los reclusos como un servicio público.
Se abre la posibilidad de colaboración con entidades públicas y privadas para mejorar la actividad penitenciaria.
Se establecen dos modalidades de vida en el régimen cerrado, con actividades programadas para atender las necesidades de tratamiento.
Se regulan los derechos y deberes de los reclusos, incluyendo acceso a prestaciones públicas y protección de datos personales.
Se mantiene la disciplina y sanciones establecidas en el Reglamento Penitenciario de 1981, pero se establece un procedimiento sancionador con garantías.
Se regula la relación laboral especial penitenciaria.
Se establece la intervención del Ministerio Fiscal en numerosas materias y una mayor comunicación con la Jurisdicción de Vigilancia.
Se regula un nuevo modelo del sistema prestacional de la Administración penitenciaria, con especial incidencia en la asistencia sanitaria.
Se garantiza el derecho de los internos a una asistencia sanitaria orientada tanto a la prevención como a la curación y rehabilitación.
Se coordina la acción social y los servicios sociales penitenciarios con las redes públicas de asistencia social de las Administraciones públicas.
Se establece un nuevo modelo organizativo de los centros penitenciarios para racionalizar y desconcentrar las funciones que se realizan en los establecimientos penitenciarios.