Convenciones Matrimoniales y Modificaciones

Para que la adquisición de bienes durante el matrimonio sea oponible a terceros, debe hacerse constar que son bienes propios adquiridos por inversión o reinversión de bienes propios. Se necesita la conformidad del otro cónyuge.

Cada cónyuge responde por sus deudas con sus bienes propios y los gananciales adquiridos por él. El cónyuge que no contrajo la deuda, solo responde con bienes gananciales por los gastos de conservación y repartición de los bienes gananciales.

El cónyuge que financió una deuda de la comunidad con fondos gananciales debe ser compensado por la comunidad. De igual modo, debe compensarse al cónyuge que usó fondos propios para pagar deudas de la comunidad.

La comunidad de ganancias se extingue cuando uno de los cónyuges fallece, se anula el matrimonio, se divorcian, se realiza la separación judicial de bienes, se modifica el régimen matrimonial convenido.

La separación judicial de bienes puede ser solicitada si la mala administración del otro cónyuge pone en peligro los bienes gananciales, si se declara el concurso preventivo o quiebra del otro, si los cónyuges están separados de hecho sin voluntad de unirse o si se designa un curador para uno de los cónyuges.

La anulación del matrimonio tiene efecto retroactivo al día de la notificación de la demanda o petición conjunta de los cónyuges. Si la separación de hecho precedió a la anulación o divorcio, la sentencia tiene efectos retroactivos al día de la separación de hecho.

Se disuelve y distribuye el patrimonio común de los cónyuges bajo el régimen de comunidad de ganancias. Los bienes gananciales normalmente se dividen en partes iguales, pero pueden existir acuerdos modificando esta distribución. Se respetan los derechos individuales sobre los bienes propios.

Las recompensas se calculan y se distribuyen entre los cónyuges durante la liquidación de la comunidad de ganancias. Se toman en cuenta los pagos realizados por un cónyuge usando fondos gananciales o fondos propios para deudas de la comunidad.

Actos que los futuros cónyuges pueden realizar antes del matrimonio para definir aspectos de su régimen patrimonial, incluyendo la designación y valorización de bienes, deudas, donaciones y elección del régimen.

Las convenciones matrimoniales deben ser escritas en un documento público antes del matrimonio.

Las convenciones matrimoniales pueden modificarse antes del matrimonio mediante un nuevo documento público.

Para que las modificaciones de las convenciones matrimoniales sean válidas para terceros, deben registrarse oficialmente en el documento oficial del matrimonio.

Los cónyuges pueden modificar el régimen patrimonial elegido después del matrimonio mediante un nuevo documento público.

Para que la modificación del régimen patrimonial sea válida para terceros, debe registrarse en el documento oficial del matrimonio.

Ambos cónyuges deben contribuir al sostenimiento de sí mismos, la casa y los hijos, de acuerdo con sus posibilidades económicas.

El deber de contribución es inherente al matrimonio y no depende de los acuerdos patrimoniales. No se puede eliminar por convención.

Si un cónyuge está ausente, incapacitado, temporalmente impedido de expresar su voluntad o su negativa no está justificada por el interés de la familia, el otro cónyuge puede solicitar autorización judicial para realizar un acto que requiera el asentimiento del primero. Este acto es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento fue aprobado, pero no crea ninguna obligación personal para él.

Los cónyuges son responsables de las deudas contraídas por uno de ellos para cubrir las necesidades del hogar o la educación de los hijos. Cada cónyuge responde con sus bienes propios y gananciales.

El régimen de comunidad de ganancias se aplica a los cónyuges que no han establecido un régimen matrimonial específico en la convención matrimonial.

Los bienes propios son aquellos que los cónyuges poseen al inicio de la comunidad, adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, o aquellos provenientes de inversiones de bienes propios.

Los productos de los bienes propios, como los intereses de un depósito bancario, las rentas de un inmueble y los beneficios de actividades económicas realizadas con bienes propios, también se consideran bienes propios.

Los bienes adquiridos conjuntamente por herencia, legado o donación se consideran bienes propios por mitades, a menos que el testador o donante especifique lo contrario.