Ciclos Biogeoquímicos y Nichos Ecológicos

El agua disponible para beber, incluyendo agua de glaciares, agua subterránea y agua superficial.

El lugar único que una especie ocupa en un ecosistema, incluyendo sus recursos, interacciones y condiciones ambientales.

La competencia entre individuos de la misma especie por recursos.

La competencia entre individuos de diferentes especies, que pueden luchar por los mismos recursos.

El principio que afirma que dos especies no pueden coexistir indefinidamente en el mismo nicho ecológico.

Procesos que reciclan elementos esenciales para la vida, incluyendo movimientos entre organismos, atmósfera, agua y rocas/suelo.

Lugares donde se almacenan elementos durante los ciclos biogeoquímicos. Ejemplos: plantas, aire, ríos, rocas.

Los organismos vivos son parte importante de los ciclos, absorbiendo y liberando elementos.

La atmósfera contiene gases como el CO2, que intervienen en los ciclos del carbono y otros elementos.

Cuerpos de agua como ríos, océanos o lagos, juegan un papel crucial en la transferencia de elementos.

El carbono forma parte de todas las moléculas orgánicas y es crucial para la vida.

Las plantas utilizan CO2 del aire para realizar la fotosíntesis, proceso que permite la creación de materia orgánica.

La atmósfera, los fósiles, los sedimentos marinos y la biomasa son lugares donde se almacena el carbono en la Tierra.

El agua es esencial para todas las funciones vitales de los organismos vivos.

Todos los seres vivos pueden obtener agua de diferentes fuentes como océanos, ríos, lagos y lluvia.

El ángulo de inclinación de la Tierra en relación al sol, que causa las estaciones del año.

Patrones de circulación del aire en la atmósfera que afectan la distribución de la lluvia.

Corrientes de agua en los océanos que influyen en el clima global y transportan calor.

Grandes masas de tierra que pueden afectar la precipitación y las temperaturas.

Grandes ecosistemas con clima, suelo y organismos similares.

Organismos que producen su propio alimento a partir de la energía del sol o de productos químicos, como las plantas y las algas.

Organismos que obtienen energía consumiendo otros organismos, como los animales, los hongos y la mayoría de las bacterias.

Organismos que descomponen materia orgánica muerta, como los hongos y las bacterias, liberando nutrientes al ecosistema.

Diagrama que muestra el flujo de energía en un ecosistema, mostrando las relaciones de alimentación entre los organismos, con flechas que indican la dirección de la energía.

Una secuencia lineal de organismos donde la energía y los nutrientes pasan de un organismo a otro a través del consumo.

Una relación donde ambas especies se benefician.

Una relación donde una especie se beneficia y la otra no se ve afectada.

Una relación donde una especie se beneficia a expensas de otra.

La adaptación de un organismo selecciona la adaptación de otro organismo.

Una especie que tiene un efecto desproporcionado en su ambiente en relación con su abundancia.

El proceso por el cual los organismos mantienen su estructura interna y organización, como la forma de las células y la organización de los tejidos.

Conjunto de reacciones químicas que ocurren en los organismos para obtener energía y sustancias necesarias para la vida.

El movimiento de sustancias a través de las membranas celulares y entre las células del cuerpo.

La capacidad de los organismos para regular su ambiente interno y mantener un equilibrio estable a pesar de los cambios externos.

El proceso por el cual los organismos producen nuevos individuos (reproducción), crecen y se desarrollan a lo largo de su vida.

El proceso por el cual los organismos autótrofos, como las plantas, toman dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera y lo utilizan para crear moléculas orgánicas durante la fotosíntesis.

El almacenamiento del carbono puede ocurrir en diferentes formas, como en la biomasa de plantas y animales o en depósitos de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural.

Cuando se queman combustibles fósiles, el carbono almacenado se libera en forma de dióxido de carbono, lo que contribuye al efecto invernadero y al cambio climático.

El dióxido de carbono atmosférico se disuelve en el agua de los océanos, formando ácido carbónico, lo que aumenta la acidez del agua y representa una amenaza para la vida marina.