Autoevaluación - Módulo 2

El precio no es un elemento esencial para que un contrato de arrendamiento sea válido. Aunque es habitual incluirlo, no es obligatorio para que el acuerdo se considere legal.

Falso. Los contratos de arrendamiento de vivienda con una duración inferior a seis años se prorrogan automáticamente por plazos de un año hasta alcanzar un mínimo de seis años. No hay que firmar ningún documento para prorrogar, es automático.

Falso. La ley permite que las prórrogas sean optativas para ambas partes. El arrendatario puede notificar al propietario que no desea prorrogar el contrato, y el propietario también puede notificar al arrendatario que no desea la continuidad del contrato.

Falso. El contrato de arrendamiento debe cumplir con requisitos de forma, según el tipo de arrendamiento. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) exige que se redacte por escrito para que tenga validez legal.

Verdadero. Si en el contrato de arrendamiento de vivienda no se ha establecido la duración, se entiende que el contrato se ha celebrado por un plazo de tres años. Se aplica a los contratos de vivienda y locales comerciales.

Verdadero. Si en el contrato de arrendamiento de vivienda no se estableciera la duración, se entenderá que el contrato se ha celebrado por un periodo de tres años.

Verdadero. Si no se pacta nada, se entiende que el contrato de arrendamiento de fincas rústicas se celebra por un plazo de cinco años. Es un plazo que se usa para permitir al arrendatario recuperar la inversión en la explotación de la tierra.

Verdadero. En el contrato de aparcería, la renta no se paga en dinero, sino en una parte de los productos obtenidos de la tierra. Es un sistema de colaboración entre el propietario de la tierra y el agricultor.

Falso. La Ley de Arrendamientos Rústicos (LAR) regula el contrato de aparcería. Es decir, establece las condiciones generales de este tipo de contrato, como la duración, la renta y las obligaciones de las partes.

Verdadero. El contrato de obra es un contrato por el cual una parte (el contratista) se obliga a ejecutar una obra, como construir una casa, a cambio de un precio determinado.

El contrato de arrendamiento regula la relación entre un arrendador (propietario) y un arrendatario (inquilino) por el cual el arrendador pone a disposición del arrendatario un bien, bien inmueble como una casa o un local, o un bien mueble como un coche, a cambio de una renta, normalmente una cantidad de dinero que se paga de manera periódica.

Las prórrogas de los contratos de arrendamiento pueden ser obligatorias o facultativas. En el caso del arrendamiento de vivienda, las prórrogas son facultativas, es decir, tanto el arrendador como el arrendatario pueden decidir si desean o no prorrogar el contrato.

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) es la ley que regula los contratos de arrendamiento urbano en España. Esta ley define una serie de requisitos y condiciones que deben cumplirse en los contratos, como la duración mínima del contrato, el precio, los derechos y obligaciones de las partes, etc.

El contrato de arrendamiento de vivienda tiene una duración mínima de cinco años. Después de este periodo, el contrato se prorroga automáticamente por plazos anuales.

El contrato de arrendamiento es un contrato que se celebra entre dos partes: el arrendador, que es la persona que cede el bien, y el arrendatario, que es la persona que recibe el bien para usarlo. Este contrato debe quedar registrado en un documento escrito para que tenga validez legal.

El arrendamiento es un contrato que regula la relación entre un propietario (arrendador) y un inquilino (arrendatario). El arrendatario paga una cantidad determinada de dinero, llamada renta, al arrendador por el uso y disfrute de un bien inmueble o mueble.

El contrato de arrendamiento regula la relación entre el dueño de un bien (arrendador) y quien lo usa a cambio de una renta (arrendatario). La renta puede pagarse en dinero, en especie o incluso en servicios. El contrato debe contar con un plazo definido para tener validez legal, y la duración del contrato dependerá del tipo de bien arrendado.