Apego Inseguro en la Infancia

Son las mediciones de la apariencia, pulso, gesticulación, actividad y respiración del bebé.

Se basa en los sentidos y habilidades motoras del recién nacido.

Son respuestas involuntarias a estímulos particulares, importantes para evaluar el funcionamiento cerebral y corporal.

Al estimular la planta del pie, el bebé abre los dedos en abanico.

Cuando el bebé es sostenido cerca de una superficie, mueve las piernas como para caminar.

Al ser sostenido, el bebé extiende brazos y piernas.

Al tocar la palma de la mano, el bebé la cierra con fuerza.

Si se le hace creer al bebé que cae o se produce un sonido fuerte, el bebé extiende los brazos, abre los ojos y luego los cierra.

Se logra cuando hay un equilibrio entre los dos sistemas involucrados en el desarrollo del apego.

Modelos psicológicos que el bebé crea sobre sí mismo y sobre los demás a partir de sus interacciones con la figura de referencia.

Conflicto que se desarrolla en los bebés de 0 a 18 meses, relacionado con el establecimiento de la confianza.

Prueba para evaluar cómo los bebés se comportan en situaciones de separación y reencuentro con sus cuidadores.

Capacidad para tolerar la frustración y retrasar la gratificación, habilidades clave en el desarrollo.

Posibilidad de alejarse del camino del desarrollo adecuado.

Los tiempos varían, pero en la primera fase dura aproximadamente 3 minutos.

El bebé explora en presencia del progenitor. La duración puede variar de 3 minutos.

Estilo de apego donde el niño/a evita la cercanía emocional y no manifiesta malestar, pero internamente lo experimenta.

Estilo de apego caracterizado por una búsqueda de cercanía con resistencia a la exploración y la separación.

El patrón de apego en el que el niño/a explora y se separa, pero regresa al apego cuando lo necesita.

Cuando no se da una respuesta adecuada al malestar del niño/a durante/después de una separación.

Se refiere a los tipos de apego que no son seguros, donde el niño/a no siente la confianza de que sus vínculos cuidadores satisfagan sus necesidades emocionales.

Un estilo de apego donde el bebé confía en que su cuidador estará ahí para satisfacer sus necesidades. Se caracteriza por la capacidad de explorar con confianza y seguridad, ya que sabe que tendrá un espacio seguro al que volver.

Un estilo de apego donde el bebé no confía en que su cuidador estará ahí para satisfacer sus necesidades. Puede manifestarse en dos formas: inhibido (evita el contacto) o desinhibido (busca el contacto con cualquiera).

Concibe que no es necesario ser una madre perfecta para crear un apego seguro. Lo importante es atender las necesidades del bebé de forma consistente y sensible, incluso si no se acierta siempre.

Proceso de restablecer la conexión con el bebé después de una ruptura en la sintonía. Implica que el cuidador reconozca y responda a las necesidades del bebé para recuperar la confianza y la seguridad.

Un trastorno que afecta a niños que no han desarrollado un vínculo seguro con sus cuidadores. Se caracteriza por dificultad para conectar emocionalmente con otros, mostrando comportamientos inhibidos o desinhibidos.

El estilo de apego describe cómo un niño aprende a confiar en otros y a buscar seguridad en las relaciones. Se desarrolla en la infancia y afecta las relaciones futuras.

El estilo de apego se basa en el patrón de interacción entre el niño y su cuidador en la etapa temprana de desarrollo. Se relaciona con la calidad de la respuesta del adulto a las necesidades del niño.

La responsividad es la capacidad del cuidador para interpretar las señales del niño y responder a sus necesidades de forma oportuna y adecuada. Su calidad determina el estilo de apego.

Una persona autónoma en el ámbito del afecto es capaz de dar y recibir afecto de forma sana, sin depender excesivamente de la aprobación de los demás.

Una persona preocupada en el ámbito del afecto tiende a ser más negativa en su percepción del afecto, a menudo buscando confirmación de su valía a través de la aprobación de los demás.

Una persona negadora en el ámbito del afecto tiene dificultades para expresar y conectar con las emociones relacionadas con el afecto, tanto en sí mismo como en los demás.

Las personas pueden experimentar el afecto de dos maneras: Fácilmente, con una tendencia a la positividad, o con dificultad, con una tendencia hacia la negatividad.

Las experiencias tempranas de afecto y cuidado, especialmente con los padres, pueden marcar profundamente la forma en que una persona se relaciona con el afecto en la adultez.

Son relaciones muy intensas e idealizadas, donde se busca una gran cercanía y dependencia mutua.

Una persona con desconfianza en el afecto puede tender a protegerse de las emociones y a ser cautelosa al conectar con otros.

Existen adjetivos que reflejan una perspectiva negativa sobre el afecto, como 'carencia', 'conflicto' y 'malestar'.

Las personas tienden a mezclar sus experiencias del pasado, especialmente de la infancia, con su percepción del afecto en el presente.

El verdadero valor del afecto no se basa en la cantidad de palabras o gestos, sino en la sinceridad de la intención.