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Summary

This document discusses aggression and violence in a sociological and psychological context, exploring different perspectives and theories. It examines the concept of aggression and violence, historic trends, and various factors that influence individual and societal perceptions. It also considers strategies for dealing with violence and reducing its occurrence.

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BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. 1. Delimitación conceptual. La agresión y la violencia han acompañado siempre el devenir de la especie humana. Se ha expresado de formas muy diferentes o con objetivos distintos, siendo útiles para adaptarse a situaciones extremas de supervivencia y para lograr...

BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. 1. Delimitación conceptual. La agresión y la violencia han acompañado siempre el devenir de la especie humana. Se ha expresado de formas muy diferentes o con objetivos distintos, siendo útiles para adaptarse a situaciones extremas de supervivencia y para lograr derechos y avances sociales. Sin embargo, también se ha empleado para dominar personas y grupos. Si queremos poner un ejemplo claro de la presencia de la violencia y la agresión en nuestra vida, no hay más que repasar todo lo ocurrido en el siglo XX. De hecho, Nelson Mandela hizo la siguiente declaración. El S.XX se recordará como el siglo marcado por la violencia. Nos lastra con su legado de destrucción masiva. Pero este legado, fruto de las nuevas tecnologías al servicio de las ideologías de odio, no es el único que soportamos ni hemos de arrastrar. Menos visible, pero aún más difundido, es el legado de sufrimiento individual y cotidiano: el dolor de los niños maltratados por las personas que debían protegerlos, de las mujeres heridas o humilladas por parejas violentas, de los ancianos maltratados por sus cuidadores, de los jóvenes intimidados por otros jóvenes y de personas de todas las edades que actúan violentamente contra las mismas. N. Mandela (2002). OMS La valoración de una conducta o evento es dependiente de un contexto y de un momento histórico determinado. Y esto es así porque en cada uno de ellos existe un esquema interpretativo hegemónico de la realidad. En el último siglo se ha producido una gran sensibilidad contra la violencia, apareciendo gran cantidad de nuevas formas de violencia, como por ejemplo la violencia de género (que anteriormente se entendía como “problemas de pareja”). Los trabajos de Pinker sostienen que la violencia ha declinado a lo largo de la historia de la humanidad, particularmente en lo que se refiere al genocidio, la guerra, el maltrato… Esa disminución de la violencia respondería a varias causas que derivan de: 1. Corte macrosocial como la consolidación de los estados, la expansión de la democracia, etc. 2. Habilidades humanas para el autocontrol, empatía, moralidad y la razón. Pero, pese a que la violencia puede ser hoy menor, lo importante es que siempre nos siga pareciendo demasiada. Esto podemos relacionarlo con el Heurístico de accesibilidad. El heurístico de accesibilidad es una regla mental que utilizamos para juzgar la probabilidad de un evento por la facilidad con la que se nos vienen a la mente ejemplos relacionados. Es decir, si podemos pensar rápidamente en ejemplos de un evento, tendemos a creer que ese evento es más común. Este heurístico es una parte importante del sistema de pensamiento rápido, automático y eficiente de Kahneman, conocido como Sistema 1. La relación entre el heurístico de accesibilidad y la percepción de la agresión y la violencia puede ser bastante compleja, especialmente cuando se considera la disminución reportada de la violencia en el último siglo, un fenómeno detalladamente documentado por Steven Pinker en su libro "Los Ángeles que Llevamos Dentro". La idea central es la siguiente: Tema 2: Agresión y violencia. 2 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. - Disminución de la Violencia: según Pinker, la violencia ha disminuido de manera significativa a lo largo de la historia humana, y especialmente en el último siglo. Este cambio se debe a varios factores, incluyendo el fortalecimiento del estado de derecho, mejoras en las condiciones de vida, mayor comercio internacional, el efecto pacificador de la democracia y la expansión de círculos de empatía hacia otros seres humanos. - Influencia del Heurístico de Accesibilidad: a pesar de la disminución estadística de la violencia, muchas personas perciben que el mundo es tan violento o más violento que antes. Esto puede explicarse, en parte, por el heurístico de accesibilidad. En la era moderna, la cobertura mediática inmediata y omnipresente de eventos violentos hace que los ejemplos de violencia sean muy fáciles de recordar y traer a la mente. Como resultado, aunque la frecuencia de la violencia puede haber disminuido, nuestra percepción de su prevalencia puede no reflejar esta realidad debido a que los incidentes violentos son más "accesibles" en nuestra memoria. - Consecuencias para la Percepción de Agresión y Violencia: la facilidad con la que recordamos incidentes de violencia puede llevar a una sobreestimación de su frecuencia real y, por lo tanto, a un mayor miedo y preocupación entre el público. Esto puede tener implicaciones para las políticas públicas y la vida cotidiana, donde las decisiones pueden estar basadas en percepciones distorsionadas más que en datos objetivos. Para contrarrestar los efectos del heurístico de accesibilidad, sería útil fomentar una mayor conciencia de cómo los medios y la información personal pueden sesgar nuestra percepción de la realidad. Al adoptar una visión más analítica y deliberativa (activando el Sistema 2 de Kahneman), podríamos evaluar más objetivamente la frecuencia y el riesgo de la violencia y la agresión, lo que podría llevar a respuestas más medidas y efectivas para continuar su disminución. DEFINICIÓN DE AGRESIÓN Y VIOLENCIA. En el lenguaje cotidiano estos términos se utilizan frecuentemente de manera intercambiable. Estos conceptos son difíciles de definir pues las diferencias individuales y los efectos contextuales hacen que existan muchas formas de definir la agresión y la violencia de forma separada. Por ejemplo, los hombres identifican menos situaciones violentas que las mujeres, porque los hombres están culturizados de forma más violenta, es decir, están desensibilizados a la violencia. Aunque es cierto que en ocasiones la frontera entre uno y otro es muy sutil, es conveniente diferenciarlos. Existe un acuerdo en la concepción de la agresión como toda conducta intencionadamente trate de dañar a otra persona. Una persona puede causar daño a otra, por ejemplo, tropezando con ella y provocándole una lesión, pero eso no sería una agresión. La violencia se diferencia de la agresión por la intensidad de la acción. Según Hinde y Groebel (1989), la violencia implica causar daño físico severo a una persona u objeto. Tema 2: Agresión y violencia. 3 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Al tratarse de una cuestión de grado, a veces la adscripción de una conducta a una de estas categorías es un poco arbitraria. En psicología social, el término violencia se reserva para aquellos actos agresivos que tienen como objetivo causar un daño físico extremo. Según este criterio, un empujón intencionado sería un acto agresivo y golpear a alguien se considera violencia. Así, la agresión es un concepto que incluye al de violencia, de tal manera que los actos violentos son agresivos, pero no todos los actos agresivos son violencia. Además, también parece que las agresiones se refieren a un repertorio de acciones más amplio que el de violencia, porque, por una parte, la agresión se asocia a daño, sin referirse al físico en concreto; mientras que en el caso de violencia se especifica más daño físico. Como definición oficial de la violencia tenemos la definición de la OMS: “La violencia es el uso deliberado de la fuerza o el poder, ya sea en el grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” Por lo tanto, podemos resumirlo en: a. uso deliberado fuerza o poder. b. como amenaza o efectivo. c. persona, grupo o comunidad. d. lesiones, muerte, daño psicológico, trastornos del desarrollo, privaciones TIPOS DE AGRESIÓN Y VIOLENCIA. 1. Física: las acciones recogidas en este grupo van desde las agresiones menos duras hasta la violencia más extrema. 2. Psicológica: se incluyen acciones como humillar, amenazar que tienen como objetivo destruir psicológicamente al otro de tal forma que pierda su autonomía y se pliegue a los deseos del victimario. 3. Relacional o social: aislar socialmente a la persona, tratar de que los demás la rechacen. Con esto se ataca la necesidad de pertenencia de las personas y su identidad social. 4. Estructural: es una forma indirecta de violencia. Aquí no hay victimario directo, sino que se trata de una estructura o práctica de gobierno que excluye de derechos sociales o económicos a determinados sectores de la ciudadanía. 5. Violencia cultural e ideológica: se refiere a aquellas creencias o valores que justifican las desigualdades, la discriminación o la violencia. Ciertos planteamientos religiosos, políticos o incluso científicos, como la eugenesia crean y fomentan este tipo de violencia. Además, con la evolución cultural este tipo de violencia también evoluciona, haciéndose más sutil su presencia. 6. Simbólica: productos culturales que reproducen patrones de discriminación hacia grupos concretos. Por ejemplo, llamar gay a alguien como insulto (sobre todo a alguien que no lo es). Tema 2: Agresión y violencia. 4 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Las categorías no son excluyentes, es decir, algunas manifestaciones pueden incluirse en más de un grupo. Esto ocurre con la violencia física, con la que, en muchas ocasiones, más allá del ataque puntual sufrido, queda el daño psicológico y el miedo provocado por el sentimiento de vulnerabilidad vivido. Los manuales de psicología social suelen centrarse en los tres primeros y olvidar el resto. Por otra parte, también se puede hacer una clasificación de tipos de violencia dependiendo de la forma en la que lo expresemos. Así, la violencia puede dividirse en: 1. Violencia directa: cuando entramos en contacto físico con alguien, por ejemplo. 2. Violencia indirecta: cuando se recurre a dañar alguna propiedad o pertenencia. 3. Violencia desplazada: cuando al no poder agredir a la persona objetivo, se dirige la atención hacia otra persona que normalmente no tiene relación con el desencadenante de nuestra conducta. La violencia también puede ser activa o pasiva: 1. Violencia activa: el agresor necesita actuar para causar daño a la otra persona. 2. Violencia pasiva: la agresión o la violencia se produce por abandono o dejación de obligaciones en los cuidados de una persona. Otras de las diferencias que tradicionalmente se ha establecido en la agresión es entre: a) Afectiva u hostil: que tiene un carácter emocional y expresivo. b) Instrumental: que se utiliza como medio para logro de determinados objetivos. Sin embargo, aunque se sigue utilizando, esta diferencia empieza a resultar poco útil cuando nos preguntamos qué se entiende por instrumentalidad y quién la define. Por un lado, podemos entender la instrumentalidad como un medio de obtener una recompensa, pero en algunas ocasiones la agresión instrumental puede llegar a ser impulsiva. Un ejemplo del primero sería el de una persona enfurecida que planea una revancha a largo plazo. Un ejemplo de lo segundo sería un niño que golpea a otro impulsivamente con el fin de obtener un juguete. FACTORES DE RIESGO PARA LA VIOLENCIA. 1. Socialización diferencial de hombres (que tienen más probabilidades de ejercer violencia física) y mujeres (que tienden a ejercer violencia relacional). Tema 2: Agresión y violencia. 5 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. 2. Privación/deprivación negativa: La privación o deprivación negativa se refiere a la ausencia o carencia de recursos, oportunidades, o condiciones que son consideradas básicas o necesarias para el bienestar y desarrollo de un individuo o grupo. Esta privación puede manifestarse en diferentes formas, como la falta de acceso a la educación, empleo, vivienda, servicios de salud, entre otros aspectos fundamentales para una vida plena. Desde la psicología social, se ha estudiado cómo la privación o deprivación negativa puede tener impactos significativos en el comportamiento humano y cómo puede estar relacionada con la violencia. Algunas teorías sugieren que la falta de recursos y oportunidades puede generar frustración y resentimiento en las personas, llevándolas a buscar formas de aliviar esas tensiones, y en algunos casos, la violencia puede ser una respuesta. Aquí hay algunas formas en que la privación negativa puede estar vinculada a la violencia desde la perspectiva de la psicología social 1. 2. 3. Frustración-agresión: la teoría de la frustración-agresión sugiere que la privación de necesidades básicas puede generar frustración, y esta frustración puede convertirse en agresión. Si las personas se sienten privadas de oportunidades y recursos, pueden expresar su frustración a través de comportamientos violentos como una forma de liberar esa tensión. Teoría del conflicto social: esta teoría sostiene que la competencia por recursos limitados puede llevar a conflictos sociales y, en última instancia, a la violencia. Cuando los recursos son escasos y hay una percepción de que no se distribuyen de manera justa, pueden surgir tensiones y rivalidades que desencadenan comportamientos violentos. Teoría del aprendizaje social: la privación negativa también puede estar relacionada con la adopción de comportamientos violentos a través del aprendizaje social. Si las personas perciben que otros en situaciones similares han alcanzado sus metas mediante la violencia, pueden verse motivadas a seguir ese ejemplo como una estrategia para mejorar su situación. Es importante señalar que la relación entre privación negativa y violencia es compleja y multifacética. No todas las personas que experimentan privación negativa recurren a la violencia, y otros factores individuales y sociales también influyen en esta relación. Además, las respuestas a la privación pueden variar según el contexto cultural, económico y político en el que se encuentre el individuo o grupo. 2. Causas de la agresión y de la violencia. Durante la historia se han propuesto gran cantidad de teorías para la explicación de la agresión/violencia. En un principio se propuso la hipótesis de liberación catártica. A. La hipótesis de la liberación catártica: La hipótesis de la liberación catártica se refiere a la idea de que expresar la agresión o la hostilidad de una manera controlada y segura puede tener un efecto beneficioso al liberar tensiones acumuladas y reducir la probabilidad de comportamientos agresivos futuros. Esta hipótesis se ha aplicado especialmente al análisis de formas de entretenimiento, como la observación de medios violentos o la participación en juegos agresivos, como una forma de liberar tensiones y reducir la agresión en la vida cotidiana. La palabra "catarsis" proviene del griego y se refiere a la purificación o purgación de las emociones, en particular, la liberación emocional a través de la expresión. La hipótesis de la liberación catártica ha sido influyente en la teoría psicoanalítica y en la psicología social. En el contexto de la psicología social y los medios de comunicación, esta hipótesis sugiere que permitir que las personas experimenten o expresen agresiones de manera simbólica o controlada, como a través de la observación de escenas violentas en películas o videojuegos, puede servir como una salida para la agresión acumulada y, por lo tanto, reducir la probabilidad de que esa agresión se manifieste de manera perjudicial en la vida real. Sin embargo, es importante señalar que la hipótesis de la liberación catártica no está exenta de críticas. Algunos estudios sugieren que la exposición a la violencia en los medios puede tener efectos negativos y aumentar la agresión en lugar de reducirla. Además, la relación entre la expresión controlada de la agresión y la reducción de la agresión futura es un tema complejo y depende de varios factores individuales y contextuales. Tema 2: Agresión y violencia. 6 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Es decir, esta hipótesis terminó por rechazarse y hoy en día no se considera una explicación de la agresión/violencia plausible. Así, se presentaron las siguientes teorías: 1. Teorías conductistas: - Condicionamiento clásico (Pavlov). El paradigma de la agresión explicado a través del condicionamiento clásico de Pavlov se basa en la idea de que la agresión puede ser aprendida a través de asociaciones entre estímulos y respuestas. Aunque el condicionamiento clásico de Pavlov es más conocido por su aplicación en el ámbito de los reflejos y las respuestas fisiológicas, también se ha utilizado para entender ciertos aspectos del comportamiento agresivo. Para explicar esto, es útil revisar brevemente los conceptos clave del condicionamiento clásico de Pavlov: 1. 2. 3. 4. Estímulo Incondicionado (EI): es un estímulo que provoca una respuesta innata o no aprendida. En el clásico experimento de Pavlov, la comida era un estímulo incondicionado que provocaba la salivación en perros. Estímulo Neutro (EN): es un estímulo que inicialmente no provoca una respuesta específica. En el experimento de Pavlov, el sonido de una campana era un ejemplo de un estímulo neutro antes de la asociación. Respuesta Incondicionada (RI): es la respuesta automática y no aprendida que ocurre ante un estímulo incondicionado. En el caso de Pavlov, la salivación ante la comida era la respuesta incondicionada. Condicionamiento: implica la asociación entre un estímulo neutro y un estímulo incondicionado para que el estímulo neutro adquiera la capacidad de provocar la respuesta incondicionada. Después de repetidas asociaciones, el estímulo neutro se convierte en un "estímulo condicionado." Aplicando este paradigma a la agresión, podríamos imaginar un escenario en el que un individuo experimenta repetidamente situaciones estresantes o amenazantes (estímulo incondicionado). Si en esas situaciones siempre hay un estímulo específico, como la presencia de ciertas personas o lugares (estímulo neutro), es posible que la persona llegue a asociar ese estímulo neutro con la experiencia de agresión o amenaza. En este contexto: - Estímulo Incondicionado (EI): situaciones estresantes o amenazantes que provocan agresión. Estímulo Neutro (EN): personas, lugares o elementos específicos presentes en esas situaciones. Respuesta Incondicionada (RI): la agresión como respuesta automática. Con el tiempo, el estímulo neutro (EN) se convierte en un "estímulo condicionado," y la presencia de este estímulo condicionado por sí solo puede provocar la respuesta condicionada, que en este caso sería la agresión. Es importante señalar que esta explicación es una simplificación y que el comportamiento agresivo es multifacético, influenciado por factores biológicos, psicológicos y sociales. Además, la aplicación del condicionamiento clásico a la agresión es un modelo teórico y no necesariamente refleja la complejidad total de la conducta humana agresiva. - Teoría de la frustración – agresión (Dollard): Plantea que la agresión es resultado de un estado de frustración. Sus postulados básicos se pueden resumir en los siguientes puntos: a. La agresión es consecuencia de la frustración, aunque hay casos en los que pueden existir cursos de acción alternativos. b. La frustración siempre provoca aversión. c. A mayor frustración, mayor es el nivel de agresión. Pero la agresión no siempre puede ser dirigida hacia la fuente causante de la frustración. Por esto se introduce el concepto de agresión desplazada, proveniente de las teorías freudianas y que se refiere a la agresión que se dirige a una persona distinta de la que inicialmente provocó la frustración. La idea de la frustración está asociada al incumplimiento de expectativas nos trae privación relativa, que se comentará después. Pero lo interesante de esta teoría es que introduce elementos cognitivos en la explicación del comportamiento: éste no sería el resultado de un instinto, sino de la valoración adversa de la situación. Tema 2: Agresión y violencia. 7 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Esta frustración puede dar lugar o no a la agresión, esto depende de si estas alternativas resultan eficaces o no. En caso de no serlo, se incrementaría la probabilidad de que la instigación a la agresión se convirtiese en dominante. - Teoría del estímulo aversivo (Berkowitz): Berkowitz reformula la teoría de la frustración – agresión incorporando elementos de las teorías de aprendizaje y de las teorías cognitivas. Su teoría tiene en cuanta tanto los procesos que llevan a una determinada interpretación de un hecho adverso, como los elementos situacionales. El proceso que conduce a la agresión se seguiría los siguientes pasos: 1. Una situación adversa evoca cierto estado afectivo negativo. 2. Ese estado afectivo activa automáticamente tendencias de respuesta dirigidas a protegerse. En estos casos puede optarse por eliminar la fuente que produce ese malestar, mientras que en otros la solución es evitar el estímulo aversivo de huida. 3. Cuando la persona es consciente de cuál es la tendencia de afrontamiento dominante, rotula ese estado emocional como ira en caso de ataque, o miedo en el que huida. 4. Se identifica la causa de ese estado emocional, evalúa los costes asociados a cada uno de los posibles cursos de acción, considera cuales son las normas sociales que regulan ese comportamiento, etc. 5. La conducta agresiva se verá más o menos facilitada en función de otros factores tales como los objetivos hacia los que se dirige o la intensidad de la activación emocional. Este autor también señala la importancia de los indicios agresivos que puedan existir en la situación. Uno de los estímulos a los que en mayor medida puede asociarse la agresión son las armas. - Teoría de la deprivación negativa: “Creencia subjetiva que interpretamos como que nuestro grupo no tiene las mismas oportunidades que la sociedad” La teoría de la deprivación negativa, también conocida como teoría de la privación relativa o teoría de la frustración-relación, es una perspectiva que busca explicar cómo la falta de acceso a ciertos recursos o comparaciones sociales desfavorables puede generar tensiones y llevar a comportamientos agresivos o conflictivos. 1. 2. 3. 4. 5. Deprivación relativa: la teoría se centra en la idea de que no es simplemente la falta absoluta de recursos lo que genera agresión, sino más bien la percepción de estar en una posición desfavorable en comparación con otros. Es la diferencia entre lo que uno tiene y lo que percibe que otros tienen lo que puede generar frustración y malestar. Comparación social: la teoría sostiene que las personas tienden a evaluar su situación y su bienestar comparándose con los demás. Si perciben que otros están en una posición más ventajosa o tienen acceso a recursos que ellos no tienen, puede surgir la sensación de deprivación. Frustración y agresión: la deprivación negativa puede dar lugar a la frustración, ya que las personas pueden sentir que no están alcanzando sus metas o que se les niegan oportunidades. La teoría postula que la frustración resultante puede desencadenar comportamientos agresivos como una forma de aliviar o liberar esa tensión acumulada. Conflictos sociales: la teoría de la deprivación negativa también sugiere que la percepción de desigualdad o falta de acceso a recursos puede contribuir a conflictos sociales más amplios. Puede alimentar resentimientos, rivalidades y tensiones entre grupos o clases sociales. Respuestas adaptativas: en algunos casos, los comportamientos agresivos pueden considerarse respuestas adaptativas a la deprivación percibida. Las personas pueden recurrir a la agresión como una estrategia para mejorar su posición relativa o para competir por recursos limitados. Es importante tener en cuenta que la teoría de la deprivación negativa no explica todos los casos de comportamiento agresivo, y hay otros factores, como la personalidad, la cultura, las experiencias individuales, las creencias y el cambio social vs la movilización grupal, que también influyen en la agresión. Además, las respuestas a la deprivación pueden variar según el contexto y las circunstancias específicas. La teoría de la deprivación negativa proporciona una lente para entender cómo las comparaciones sociales y la percepción de desigualdad pueden desempeñar un papel en la generación de conflictos y comportamientos agresivos. Tema 2: Agresión y violencia. 8 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. - Condicionamiento instrumental (Skinner): El condicionamiento instrumental, también conocido como condicionamiento operante, es un concepto dentro del campo de la psicología que se refiere al proceso mediante el cual los comportamientos son fortalecidos o debilitados por las consecuencias que siguen a dichos comportamientos. Este tipo de condicionamiento implica la relación entre el comportamiento y sus consecuencias, y cómo estas consecuencias afectan la probabilidad de que el comportamiento se repita en el futuro. Cuando se trata de agresión o violencia, el condicionamiento instrumental puede influir en la frecuencia y la intensidad de estos comportamientos de la siguiente manera: 1. 2. 3. 4. Refuerzo positivo: implica la presentación de un estímulo agradable o deseado después de la realización de un comportamiento. En el contexto de la agresión, esto podría ser la obtención de algo valioso, como poder o respeto, como resultado de un comportamiento agresivo. Si la agresión conduce a consecuencias positivas, existe la posibilidad de que el individuo repita ese comportamiento. Refuerzo negativo: implica la eliminación o evitación de un estímulo aversivo después de realizar un comportamiento. En el caso de la agresión, podría ser la eliminación de una amenaza percibida o la reducción de la ansiedad a través de la agresión. Si la agresión ayuda a evitar consecuencias negativas o a aliviar el malestar, es más probable que el individuo repita ese comportamiento en el futuro. Castigo: implica la presentación de un estímulo aversivo después de realizar un comportamiento, con la intención de disminuir la probabilidad de que el comportamiento se repita. Sin embargo, el castigo puede ser complejo y no siempre tiene los efectos deseados. En algunos casos, el castigo puede aumentar la agresión si provoca resentimiento o si la persona asocia la agresión con la evitación del castigo. Extinción: implica la eliminación de las consecuencias reforzantes de un comportamiento, lo que lleva a una disminución gradual de la frecuencia del comportamiento. Si la agresión ya no resulta en refuerzos positivos o negativos, es menos probable que la persona continúe exhibiendo ese comportamiento. Es importante destacar que la agresión y la violencia son fenómenos complejos, y el condicionamiento instrumental es solo uno de los muchos factores que pueden influir en estos comportamientos. Otros factores, como los contextos sociales, las influencias culturales, las experiencias personales y los factores biológicos, también desempeñan un papel importante en la expresión de la agresión. 2. Teoría del aprendizaje social. Bandura y el papel de los medios. El ser humano es un ser social, lo que significa que una parte importante de su comportamiento procede de las interacciones y del contacto con otros. En esa dinámica, la observación y la imitación desempeñan un papel clave. Bandura aborda el estudio de la agresión desde el aprendizaje social. Las personas aprenden conductas no sólo a través de su propia experiencia, sino observando la conducta de otros. En el aprendizaje social o vicario hay dos elementos importantes: A. El modelo (la persona cuya conducta observamos): cuanta más proximidad o identificación exista con él, más probabilidades hay de tratar de emularlo. B. Las consecuencias que se derivan de su comportamiento: es conveniente tener presente que en este tipo de aprendizaje lo importante son los efectos de esa conducta sobre el modelo y no tanto sobre el observador. Éste último de hecho puede haberla interiorizado sin haberla ejecutado nunca. Esta interiorización será más fácil que se produzca si el modelo recibe recompensas de la conducta realizada. Estos refuerzos vicarios tienen una eficacia similar a la que tendrían si fuesen recibidos por el observador. Tema 2: Agresión y violencia. 9 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Albert Bandura llevó a cabo un famoso experimento en 1961 que se conoce como el "Experimento del muñeco Bobo" para investigar los procesos de aprendizaje social. Este experimento fue crucial para el desarrollo de su teoría del aprendizaje social, también conocida como teoría del aprendizaje socialcognitivo. La teoría de Bandura sugiere que las personas aprenden no solo a través del condicionamiento clásico o instrumental, sino también mediante la observación de modelos y la imitación de comportamientos observados. 1. 2. 3. 4. Participantes: en el experimento participaron niños preescolares, divididos en tres grupos diferentes. Escenario del experimento: los niños fueron llevados a una sala de juegos que contenía juguetes, incluido un muñeco inflable llamado "Bobo". El experimento se llevó a cabo en tres condiciones diferentes: Condición de modelo agresivo: en esta condición, los niños observaron a un adulto interactuar de manera agresiva con el muñeco Bobo. El adulto mostró agresión física, como golpear, patear y lanzar objetos al muñeco mientras emitía comentarios agresivos. Condición de modelo no agresivo: en esta condición, los niños observaron a un adulto jugar de manera no agresiva con juguetes en la sala sin prestar atención al muñeco Bobo. Condición de control: este grupo de control no observó ningún modelo, simplemente se les dejó jugar en la sala sin ninguna demostración específica. Fase de prueba: después de la observación, los niños fueron llevados a otra sala donde se les presentó el muñeco Bobo y se les permitió jugar con él. Resultados: los niños que habían observado al modelo agresivo mostraron una mayor tendencia a imitar el comportamiento agresivo que habían observado. Repetían los golpes, patadas y otros comportamientos agresivos que habían visto en el adulto. Por el contrario, los niños que habían observado al modelo no agresivo o estaban en el grupo de control mostraron menos comportamientos agresivos hacia el muñeco. Este experimento destacó la importancia de la observación y la imitación en el aprendizaje social. Bandura concluyó que los niños aprenden comportamientos a través de la observación de modelos y que la agresión observada puede ser imitada y reproducida en situaciones similares. Estos hallazgos contribuyeron al desarrollo de la teoría del aprendizaje social, que destaca el papel clave de los procesos cognitivos y sociales en la adquisición de nuevos comportamientos. Bandura mostró que el modelado puede ser eficaz, aunque no sea en vivo ni con figuras reales. Esta teoría resulta interesante no sólo por los resultados obtenidos en aquellos primeros experimentos, sino también por su capacidad para integrar nuevas variables explicativas. De hecho, la imitación supone que las personas realizan también inferencias cognitivas basadas en esas observaciones. Es decir, los niños partícipes de esa investigación no sólo imitaban, sino que además habían interpretado y valorado esas situaciones. Esto se encaja con la idea de la existencia de un guion o esquema (constructo cognitivo formado por creencias o expectativas de cómo funciona una situación) de comportamiento que nos ayuda en la ejecución de acciones 3. Modelo unificado (Huesmann y Kirwil): A partir de los planteamientos anteriores, los investigadores de la agresión fueron incorporando nuevos elementos explicativos en teorías cada vez más inclusivas. Gran parte de las nuevas variables hacen referencia a aspectos cognitivos, a cómo la persona percibe y vive la situación que puede desembocar en acciones agresivas. Después de varias formulaciones (Anderson y Bushman, 2002) que destacaban la importancia de los guiones y de los procesos de atribución causal para la comprensión de la agresión, Huesmann y Kirwil (2007) presentan lo que denominan un modelo unificado. De acuerdo con el enfoque psicosocial, los autores asumen que el comportamiento es el resultado de la interacción entre la situación y lo que denominan diferencias individuales. Esas diferencias son las siguientes: - Guiones: como se apuntó en un apartado anterior, el guion es un tipo de esquema cognitivo que recoge toda la información sobre un aspecto de la realidad y cómo actuar en ella. - Esquemas sobre el mundo: estos esquemas incorporan todas aquellas creencias y representaciones sobre la naturaleza de las personas y el mundo social. Algunas de estas creencias están referidas a si la gente es fundamentalmente amistosa o agresiva, si el mundo es un lugar peligroso o no, si las relaciones entre las personas deben ser regidas por la confrontación o la cooperación, etcétera. Tema 2: Agresión y violencia. 10 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. - Creencias normativas: sirven de referencia para juzgar lo apropiado o no de una conducta y la reacción, por tanto, que cabe esperar por parte de los otros. Es por esta razón por la que las políticas tendentes a eliminar ciertos comportamientos violentos, p. ej., hacia la mujer o hacia otro tipo de grupos, insisten en la importancia de un rechazo social rotundo hacia ese tipo de actos. Y como la psicología social muestra de forma reiterada, esa condena será más importante si procede de los grupos de referencia del victimario. - Predisposiciones emocionales: el hecho de que hay personas que presentan una mayor activación emocional. A mayor nivel de activación, más probable es que actúen guiones consistentes con esa emoción. Es cierto, como señalan Huesmann y Kirwil, que existen personas con rasgos de personalidad más agresivos que otros. Pero conviene recordar que las emociones son también dependientes del contexto. La teoría del appraisal cognitivo de Lazarus lo expresa de forma clara: las emociones están estrechamente vinculadas a la evaluación de la situación. Para respaldar este planteamiento, basta con un ejemplo de triste actualidad: miles de jubilados españoles ocupan edificios, bloquean el tráfico, entran al parlamento, insultan y persiguen a empleados de las cajas de ahorro. Pero no podemos atribuir a esa activación la responsabilidad del comportamiento agresivo; esa activación es consecuencia de una evaluación extremadamente grave de la situación a la que se enfrentaban. La teoría de Huesmann y Kirwil tiene la virtud de integrar aspectos de la teoría del aprendizaje con elementos cognitivos y emocionales. De hecho, existe una estrecha relación entre ellos. Si, como consecuencia de una determinada interpretación de la realidad las personas actúan de manera agresiva y comprueban que resulta eficaz, esos actores aprenderán que ésa es una buena opción y activarán ese guion en circunstancias similares. Y así, la agresión se convertirá en un heurístico accesible. Del mismo modo, los observadores habrán sido conscientes de que existe una pauta de acción a la que pueden recurrir en caso de encontrarse en una situación similar. 3. Dimensiones facilitadoras. Las teorías anteriores señalan algunos de los mecanismos que explican el comportamiento agresivo. Pero en la dinámica de la agresión están presentes otras muchas variables relacionadas con la situación concreta en la que viven las personas, el contexto social más general, los agentes socializadores y la forma en que las personas perciben, procesan y representan todos esos aspectos, que se menciona a continuación. Tema 2: Agresión y violencia. 11 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. FACTORES SITUACIONALES Y ESTÍMULOS INSTIGADORES En este apartado se hace referencia a dos aspectos. Por una parte, a la situación concreta en la que viven las personas, y por la otra, a la presencia en ella de algunos elementos que, de forma a veces sutil, están influyendo en el comportamiento. 1. Condiciones de vida. Uno de los elementos situacionales más relevantes son las condiciones de vida. Staub (2012) se refiere a ellas como un fuerte detonador económico, desorganización y caos político, un intenso y rápido cambio social. En estas condiciones difíciles de vida se frustra la satisfacción de necesidades materiales y psicológicas que son básicas y universales. Esas circunstancias abonan el terreno para respuestas agresivas y violentas. Las condiciones de vida, como no puede ser de otra manera, afectan a las expectativas, sueños y esperanza de las personas. Por esta razón, la psicología social y cualquier disciplina preocupada por el devenir del ser humano no pueden obviar la existencia de la violencia estructural. Esta violencia ejercida por estructuras sociales impersonales sobre una parte de la población «es la pobreza en muchas zonas del mundo, la explotación infantil, la supresión de la libertad de expresión, la desigualdad de recursos naturales vitales y la negación de las identidades culturales y étnicas» (Gómez y Lahiri, 2008, p. 208). En términos absolutos, es preferible utilizar el concepto de privación relativa. Esta puede ser definida como la discrepancia entre las expectativas que tiene una persona o un grupo respecto a la situación en la que debería encontrarse y en la que realmente se encuentra. Esto explica por qué personas o colectivos que están viviendo una misma situación pueden mostrar respuestas muy diferentes. Por otra parte, también es preciso que los afectados por esas condiciones desfavorables elaboren un proceso de atribución causal. Esto permitirá hacer responsable de esa situación a un agente externo y dirigir contra él la agresión. Este proceso de interpretación de la situación exige la existencia de unos esquemas, elaborados socialmente, sobre la justicia y la responsabilidad. Y, además, necesita también de unos agentes que se encarguen de difundirlos y de combatir otros esquemas sociales existentes que naturalizan la injusticia y responsabilizan a las propias víctimas. 2. Efecto de las armas. Tema 2: Agresión y violencia. 12 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. El experimento realizado por Leonard Berkowitz y Anthony LePage en 1967 es un estudio clásico en la psicología social que examina el efecto de la mera presencia de armas en la agresión, un fenómeno conocido como el "efecto de armas". El propósito del estudio era probar la hipótesis de que las armas no solo son instrumentos de violencia, sino que también pueden servir como estímulos que desencadenan un comportamiento agresivo, simplemente por su presencia. El diseño del experimento fue el siguiente: 1. 2. 3. 4. Selección de participantes: Berkowitz y LePage reclutaron a participantes, generalmente hombres, bajo el pretexto de un estudio sobre la memoria y el aprendizaje. Inducción de la ira o neutralidad: los participantes fueron sometidos a una situación donde un cómplice del experimentador los trataba de manera que pudieran sentirse provocados y enfadados. En algunas variantes del experimento, el cómplice les insultaba o les daba descargas eléctricas, generando así una respuesta emocional de ira. Exposición a las armas: luego, los participantes fueron llevados a otra sala donde se les pediría que evaluaran al cómplice. En esta sala, se colocaron diferentes objetos, incluyendo armas (como pistolas y escopetas) y objetos neutrales (como bádminton y otros materiales deportivos). Las armas y los objetos neutrales estaban dispuestos de tal manera que parecieran residuos de otro experimento, y no directamente relacionados con el estudio actual. Medición de la agresión: la agresión fue medida por la disposición de los participantes a castigar al cómplice (la persona que les había provocado previamente) mediante descargas eléctricas. Se les dio el control sobre la intensidad y duración de las descargas que el cómplice recibiría como parte de un supuesto aprendizaje. Los resultados mostraron que los participantes que estaban en presencia de armas tendían a administrar descargas eléctricas más fuertes y durante más tiempo que aquellos que estaban en presencia de objetos neutrales. Esto sugiere que la mera presencia de armas puede aumentar la agresividad en individuos que ya están provocados. La interpretación de estos resultados se basa en la teoría del aprendizaje social y la noción de que ciertos estímulos (en este caso, las armas) pueden activar mentalmente conceptos asociados con la agresión. Por lo tanto, la presencia de armas puede hacer más accesible el concepto de agresión y aumentar la probabilidad de comportamientos agresivos. Este hallazgo es importante porque implica que la violencia puede ser influenciada por factores ambientales, además de las disposiciones internas de los individuos. El priming hace referencia a la activación de esquemas que inciden en cómo se procesa la información. En este sentido es necesario ser consciente de que determinados elementos de la situación pueden estar activando esquemas que facilitan la expresión o la intensidad de las conductas agresivas. Berkowitz y LePage (1967) diseñaron un ingenioso experimento para comprobar cómo la presencia de armas afecta a la intensidad de la agresión. Los resultados de este estudio muestran que la observación de un objeto asociado a la agresión, como un arma, puede activar en las personas el esquema de agresión y hacer que actúen de esa manera. El efecto de las armas se ha manifestado también en otros diseños de investigación. En un experimento se trató de comprobar si la presencia sutil de una palabra arma influía en la agresión. A un grupo de participantes se le expuso durante 17 centésimas de segundo (un tiempo que no permite ver el estímulo) la palabra arma. Otro grupo fue expuesto durante el mismo tiempo a la palabra agua. Los resultados mostraron que los participantes del primer grupo tenían un mayor nivel de agresión que los del. En una revisión de 56 investigaciones se observó que la presencia de armas incrementaba la agresión, tanto en personas que previamente estaban enfadadas como en las que no. 3. Transferencia de la excitación. La activación fisiológica parece asociada a la agresión. Esto planteó la cuestión de hasta dónde una situación de excitación provocada por un estímulo podría ser transferido a otro, provocando un incremento en la agresión. Pongamos el ejemplo de una persona que va conduciendo con la radio encendida. En un momento determinado oye las declaraciones de un representante político con las que no está en absoluto de acuerdo y que considera ofensivas. Ante ello se produce una respuesta física (aumento del ritmo cardíaco, presión arterial) a los niveles de adrenalina y noradrenalina), que se ve acompañada de una conducta verbal (por respeto al lector y al Tema 2: Agresión y violencia. 13 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. carácter de este libro no la transcribimos). Instantes después, al llegar a su lugar de trabajo y al intentar aparcar otro conductor le golpea el coche. La excitación previa, que todavía no había desaparecido, se suma a la provocada por ese incidente, lo cual aumenta las posibilidades de una respuesta agresiva. Así que nuestro protagonista baja del coche e increpa al otro conductor. La transferencia de excitación no se produce únicamente de un acontecimiento desagradable (oír a un político que declara con agresividad ofensiva) a otro (una tergiversación del coche), sino que proviene de cualquier evento que provoque esa activación. Zillmann, Katcher y Milavsky (1972) realizaron un experimento en el que se le pidió a un grupo de participantes que pedalearan durante un tiempo en una bicicleta estática, mientras que el otro grupo descansaba. Posteriormente, un colaborador del investigador provocaba a las personas de los dos grupos. A los participantes se les dio entonces la posibilidad de golpear a ese provocador. El grupo más agresivo fue el que había realizado ejercicio físico, aunque estuviese más relajado. En otro ejemplo, tras visionar una película de terror, se ha demostrado posteriormente un aumento en la agresividad, aunque al salir del cine los espectadores hubieran pasado por una situación agradable. Esto demuestra que el estímulo provocador no tiene por qué ser algo negativo, basta con que aumente la excitación fisiológica y que a esta se le asocie más adelante. La teoría de la transferencia de la excitación constituye la tesis como estrategia de reducción o canalización de la agresión. En cuanto a catarsis provoca activación aparecerán los problemas revelados en las investigaciones anteriormente comentadas. FACTORES SOCIALIZADORES. En este apartado se hace referencia a tres aspectos que tienen una enorme importancia en el proceso de socialización. La relevancia de cada uno variará dependiendo de las circunstancias y del papel que desempeñen los otros. Pero, sea de forma independiente o aditiva, constituyen claros focos de referencia para las personas 1. La familia. La relación entre agresión en la familia, prácticas de crianza e influencia posterior sobre la agresión manifestada por los niños ha sido objeto de un amplio número de trabajos. En la revisión de Bushman y Huesmann (2010) se presentan resultados bastante concluyentes: a. La vivencia de agresión entre los padres incrementa la probabilidad de conductas agresivas en la época adulta. b. El castigo físico, el rechazo y la inconsistencia en las pautas de refuerzo y castigo se asocian con conductas agresivas en el futuro. c. La violencia sufrida en la infancia hace más probable que se ejerza contra personas próximas, padres y parejas, en el futuro. Tema 2: Agresión y violencia. 14 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. Gran parte de esos resultados proceden de estudios longitudinales, lo que les otorga un valor añadido importante. Pero como nos recuerdan Bushman y Huesmann (2010), hay dos factores que pueden modular el efecto del castigo físico en la infancia: - El significado cultural de dicho castigo: si el castigo físico está socialmente aceptado, éste no será percibido como muestra de ensañamiento y rechazo personal, esto evita un impacto emocional y personal asociado a la agresión en la que sí concurren esas características - La identificación con los padres: influye en el tipo de atribución que se realiza al castigo. Si la identificación es positiva, esa acción será contemplada como un intento por parte de aquéllos de modificar conductas que no deberían realizarse. El castigo, por tanto, vendría dado por el rechazo a una conducta determinada y no a la persona que la realiza. Cuando la identificación es baja, se puede atribuir el castigo a la maldad de los padres y al efecto que tienen por la víctima. 2. Cultura de honor y subculturas de la violencia. La cultura del honor comprende un conjunto de normas que conduce a que las personas respondan de forma violenta ante las afrentas. Esta cultura del honor se hace cumplir y se perpetúa porque se ha integrado en los roles sociales, las expectativas y las definiciones de masculinidad que son socialmente compartidas. En este sentido, la respuesta violenta es la reacción que se justifica en la defensa de un ultraje o de los miembros del grupo. Según Cohen, Nisbett, Bowdle y Schwarz (1996), la comparación entre ciertas regiones del sur de Estados Unidos y las del norte indica que en el sur es mucho más utilizada la violencia como represalia ante el insulto. Esto se debe, entre otras razones, a creencias y normas socialmente compartidas: las personas asumen que la fuerza y el poder son los comportamientos esperables en tales situaciones. La defensa del honor también está presente en las relaciones entre géneros. Rodríguez-Mosquera (2011) plantea unos códigos particulares del honor asociados a los roles del hombre y de la mujer. Según estos, en más deseable que las mujeres se comporten con restricción sexual, pudor y obediencia, y los hombres con fortaleza, dureza y autoridad. Son justamente estos códigos de honor los que se usan para justificar y legitimar las agresiones hacia las mujeres que los rompen (Vandello y Cohen, 2003) (Recuadro 12-5). Otro ejemplo de cultura del honor se encuentra en las denominadas subculturas de la violencia, concepto aplicable a ciertas bandas juveniles como hooligans, skinheads, etc. Para ellos la violencia está legitimada como forma de controlar su entorno. Es una estrategia para conseguir honor y respeto personal, tanto ante la propia pandilla como frente a las bandas rivales. La banda supone un medio para lograr una identidad personal y social positiva. La incorporación a estos grupos se hace especialmente atractiva en ciertos contextos por los beneficios que se obtienen: emocionales (protección, apoyo social, situaciones excitantes) y simbólicos (adquisición de estatus, poder. Tema 2: Agresión y violencia. 15 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. 3. Exposición a la violencia en los medios de comunicación y en los videojuegos. El punto de partida de estas investigaciones es claro: cualquier conducta es el resultado de la interacción entre las características personales y la situación. En ese sentido, parece razonable pensar que la exposición continuada a la violencia debe tener algo que tiene efecto sobre la conducta. En lo que respecta a los efectos a corto plazo de la exposición a la violencia, existen múltiples experimentos que confirman esa influencia. Además de los ya citados y conocidos de Bandura, existen otros que introducen elementos explicativos complementarios. Los procesos que facilitarían la transferencia de la violencia observada a la vida real serían: a. La violencia observada permite recuperar guiones sociales violentos que la persona ya tenía adquiridos (priming). b. El observador imita lo que acaba de ver para solventar un problema al que se entrenta (neuronas espejo e imitación). c. La observación de situaciones de violencia produce una activación (transferencia de la excitación). Los efectos a largo plazo de la observación de la violencia afectarían a la modificación de los esquemas, los guiones y las creencias sobre la agresión y a una desensibilización ante los actos de violencia. 1. Modificación de esquemas, guiones y creencias sobre la agresión: la observación reiterada de comportamientos agresivos hace que esos esquemas de comportamiento adecuado que cada vez más fuerza y presencia en nuestro repertorio cognitivo-conductual. Si esto es así, estos esquemas estarán mucho más accesibles para su utilización. 2. Desensibilización ante actos de violencia: es muy importante porque al ser menos obvio puede resultar más peligroso. El vivir inmerso en un clima de violencia puede llevar a banalizarla. Los psicólogos del aprendizaje han demostrado hace tiempo que la exposición repetida a un estímulo provoca habituación. De esta manera, si se empieza a considerar normal ese tipo de comportamiento, el umbral de tolerancia hacia él también se incrementa, hasta llegar a un punto en que el problema pueda estar ya fuera de control. Diferentes estudios experimentales muestran que las personas que caben de observar escenas violentas tardan más en pedir ayuda para detener una acción agresiva que aquellas que observan escenas de otro tipo Lo comentado sobre los medios de comunicación también se aplicaría a los videojuegos. De hecho, se dice que su influencia tendría que ser mayor al de los medios de comunicación porque: a. En los videojuegos la persona tiene un papel activo, mientras que ante la televisión se limita a observar. b. Los que juegan pueden identificarse en mayor medida con los personajes violentos. Tema 2: Agresión y violencia. 16 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. c. Los videojuegos recomiendan la violencia concediendo, por ejemplo, más puntuación por adversario eliminado o frases de aliento. Todo ello se traduce en una mayor desensibilización, tanto cognitiva como emocional, ante la violencia. De lo anterior puede concluirse que los estudios sobre este tema apuntan claramente a la influencia que la exposición a la violencia tiene sobre la conducta. La exposición a la violencia hace más probable comportamiento, pero que llegue o no a producirse va a depender de otros factores que median o interactúan con la exposición: identificación con el agresor, utilidad percibida de esa conducta, legitimación, opinión de nuestro grupo de referencia, etc. FACTORES DE PERSONALIDAD, EMOCIONALES Y COGNITIVOS. Otra serie de factores facilitadores de la agresión y violencia tienen que ver con determinados rasgos de personalidad, emociones y percepción de la situación. A continuación, se hará una breve mención a algunos de los más destacados. 1. Autoestima y narcisismo. Hogg y Vaughan (2010) señalan que la baja autoestima se asocia a la conducta violenta. Sin embargo, el narcisismo parece ser un importante activador de ese comportamiento. Esta aparente contradicción lleva a Bushman y Huesmann a cuestionar el papel de la baja autoestima. En cambio, puede que los resultados no sean tan opuestos como parece; la cuestión no es cómo se percibe el sujeto, sino si cree que su situación es justa y si puede cambiarla. Por eso, entre las personas con baja autoestima se encuentran los que aceptan esa situación y los que no. En los primeros primará la resignación, en los segundos, la necesidad de hacer algo para cambiarla, como puede ser recurrir a actos agresivos. De hecho, unos resultados también aparentemente contradictorios entre locus de control interno y acción política fueron explicados por la hipótesis de la formación de poder (Klandermans, 1988), que sugiere un razonamiento similar al que se acaba de plantear. Las personalidades narcisistas por su parte se mostrarán agresivas o violentas si los demás no reconocen su pretendida superioridad o incluso si consideran que las normas dificultan el crecimiento ad infinitum de su ego enfermizo. 2. Autoritarismo. El síndrome de autoritarismo descrito por Adorno et al. (1950) alude, entre otras, a dos características de este tipo de personalidades: la agresión y la sumisión autoritaria. Esas personas obedecen acríticamente las órdenes de la autoridad sin reparar en sus consecuencias: “hago lo que me ordenan”. Esas es la lógica que guió muchos de los crímenes contra la humanidad, y eso es lo que se pudo manifestar en los experimentos de Milgram. Esa obediencia acrítica no aparece de forma espontánea o natural: en la gran mayoría de casos es resultado de prácticas sociales que refuerzan la docilidad y penalizan la crítica. De este modo, en lugar de crear Tema 2: Agresión y violencia. 17 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. ciudadanos libres que asuman la responsabilidad de sus decisiones, se induce un estado agéntico (sin-pilotos ejecutores) a las personas que así transfieren a alguna figura de autoridad toda la responsabilidad de sus actos. 3. Ira. De las diversas emociones, la ira es la que aparece más asociada a la agresión. Esta emoción constituye la dimensión emocional de la injusticia. Según Gamson (1992a), «la ira pone fuego en el estómago y hierro en el alma» (p. 32). Eso le proporciona una gran capacidad motivacional. La ira se dirige hacia la persona o grupo que obstaculiza la consecución de las metas deseadas. Por ello, las emociones y las consecuencias que puedan derivarse de ellas hay que analizarlas considerando cómo las personas perciben la situación y las atribuciones causales que realizan. La teoría unificada de la agresión y la teoría de la transferencia de la excitación, comentadas anteriormente, indican la importancia de esas emociones del acto, por la ira activa aquellos esquemas consistentes con ese estado. Esto puede llevar a un estallido de rumiación que culmina en la agresión e incluso la agresión instrumental. Por otra parte, la ira puede transferirse a un suceso posterior menos amenazante o no amenazante en absoluto pero el efecto acumulado de ambas activaciones puede provocar una reacción desproporcionada ante la segunda situación. 4. Desconexión moral y legitimación de la violencia. El 19 de junio de 1987 ETA hace estallar una bomba en el Hipercor de Barcelona, causando 21 muertos y decenas de heridos. Ruanda, 1994, cientos de miles de personas de la minoría tutsi son asesinadas por los hutus en lo que fue calificado como el último genocidio del siglo XX. Ante crímenes como esos no resulta extraño que la gente se pregunte cómo alguien puede llegar a cometer tales atrocidades. La teoría de la desconexión moral de Bandura (1986, 1999) permite una aproximación a la lógica de esos crímenes. Las personas que los cometen no se sienten culpables ni necesitan modificar sus estándares morales; lo único que precisan es redefinir la moralidad de los crímenes que perpetran. Esa tarea se realiza atendiendo a cuatro grandes aspectos: las conductas reprobables, la atribución de responsabilidades de esas acciones, los daños causados y las víctimas. A cada una de ellas se vinculan diferentes elementos que sirven para activar la desconexión moral (Fig. 12-32). La desconexión moral tiene como objetivo legitimar el uso de la violencia contra el adversario. Esa es una cuestión clave. En principio, la sociedad rechaza la violencia como medio que afrontar los conflictos. Por esta razón, quien recurre a ella debe construir un discurso para legitimar la acción ante el endogrupo y la opinión pública. SI no se cuenta con este apoyo, surgirán tensiones en el endogrupo que supondrán costes personales y materiales. Los elementos recogidos en esta teoría desempeñan un papel significativo en la creación de identidades victimizadas o la valoración asimétrica del sufrimiento y la despersonalización de la víctima. Tema 2: Agresión y violencia. 18 BLOQUE I: INFLUENCIA, PODER Y EMPATÍA. 4. Estrategias de afrontamiento de la violencia. Este es el punto de partida para promover lo que las Naciones Unidas ha denominado construcción de una cultura de la paz, un proceso que surge de generar cambios en los valores, actitudes y conductas de los individuos y, por tanto, en sus grupos y comunidades (Alzate, Sabucedo y Durán, 2014). La cultura de la paz se basa en dos preceptos fundamentales: a. La biología no condena a la humanidad a la guerra; una especie que inventa la guerra también es capaz de inventar la paz (Manifiesto de Sevilla). b. La cultura de la violencia se contrarresta con la construcción de una cultura de la paz. La violencia es una alternativa conductual más. El hecho de utilizarla o no va a depender de múltiples factores que actúan de forma aditiva e interactiva. Pero el hecho de que sean varios no significa que haya que infravalorar la importancia de ninguno de ellos. Es decir, la violencia no es una conducta determinasa, no hay fatalismo. ALGUNAS ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO DE LA VIOLENCIA. 1. Satisfacción de necesidades básicas: La jerarquía de necesidades básicas de Maslow planteaba que antes de estar cubiertas las necesidades más elementales, como la alimentaci

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