Guía de Ciencias Sociales Grado 6°, Cuarto Periodo 2024 PDF
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COLEGIO HUMBERTO GÓMEZ NIGRINIS
2024
Henry José León Higuera
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Esta guía de trabajo es para el cuarto periodo de 2024 en Ciencias Sociales para grados 6°. Aborda los aprendizajes relacionados con la geografía de Europa. Esta guía contiene instrucciones para el desarrollo de las actividades propuestas y las fechas de entrega.
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COLEGIO HUMBERTO GOMEZ NIGRINIS Piedecuesta GUÍA CUARTO PERIODO 2024, CIENCIAS SOCIALES - GRADO SEXTO DOCENTE: Henry José León Higuera [email protected]...
COLEGIO HUMBERTO GOMEZ NIGRINIS Piedecuesta GUÍA CUARTO PERIODO 2024, CIENCIAS SOCIALES - GRADO SEXTO DOCENTE: Henry José León Higuera [email protected] APRENDIZAJES DE LA GUÍA: EUROPA ANTIGUA NOMBRE DEL ESTUDIANTE: GRADO: 6° ___ TIEMPO DE CLASE: 4 HORAS SEMANALES FECHAS: 09-septiembre al 15-noviembre INDICADOR(ES) DE DESEMPEÑO: Identifica los límites de Europa y algunas de sus características geográficas. Describe y diferencia la organización social y las instituciones políticas que se desarrollaron en la civilización griega con las del imperio romano. Compara características de la democracia ateniense con las democracias actuales, en especial la establecida en nuestro país con la Constitución de 1991. PRESENTACIÓN Y ORIENTACIONES: Estimado estudiante, esta guía de trabajo tiene como finalidad desarrollar la cuarta unidad de aprendizaje del año del área de Ciencias Sociales. Por favor siga las siguientes orientaciones para el correcto desarrollo y entrega de las actividades asignadas en esta guía: La guía se debe imprimir y guardar de forma ordenada, diligenciada con los datos que se solicitan al inicio, en una carpeta, junto a las guías, rutas y evaluaciones de los periodos anteriores. Así mismo la guía debe llevarse a todas las clases del período para ser trabajada. Es importante que desarrolle todas las evidencias de aprendizaje propuestas y para entregar se deben desarrollar por escrito en el cuaderno y de manera individual, salvo que el docente oriente lo contrario para determinadas evidencias; se deben escribir las preguntas y respuestas de todas las actividades planteadas en la guía, con buena letra y ortografía. Se deberá presentar en las fechas estipuladas por el docente. Recuerde que NO HABRÁ SEGUNDA OPORTUNIDAD para corregir o completar la evidencia entregada, lo que entreguen es lo que se calificará, por tanto, antes de entregar revise muy bien las evidencias y asegúrese que estén completas y correctamente desarrolladas según las indicaciones del docente. El acompañamiento de los padres de familia, acudientes o tutores es vital para el afianzamiento del trabajo durante las horas de clase y el desarrollo de los aprendizajes. TEMA 1: GEOGRAFÍA DE EUROPA El continente europeo tiene una superficie de 10,5 millones de km2. Limita al norte con el océano Glacial Ártico, al sur con el mar Mediterráneo, al occidente con el océano Atlántico, y al oriente con Asia, de la que se encuentra separada por los montes Urales, el río Ural, el mar Caspio y los montes Cáucaso. El relieve europeo es predominantemente llano y con menor altitud que el de otros continentes. En él se pueden distinguir tres grandes unidades: Las montañas pre-alpinas: que se sitúan en el norte y el oriente del continente. Las más importantes son los montes Escandinavos y los montes Urales. Las llanuras centrales: que se caracterizan por tener pequeños macizos o mesetas de poca altitud. Se destacan la llanura Atlántica, la Báltica y la de Europa oriental. Las cordilleras alpinas: situadas al sur, son montañas de elevada altitud que forman un arco a lo largo de la costa mediterránea. Sobresalen los Pirineos, los Alpes, los Cárpatos, los Apeninos, los Balcanes y los montes Cáucaso. La red hidrográfica europea es muy densa. Los ríos europeos varían mucho de unas regiones a otras en sus características: al norte ártico sus ríos de abundante caudal se congelan durante el invierno; al occidente los grandes ríos de la vertiente atlántica son utilizados para la navegación; mientras que al sur los de la vertiente mediterránea son de caudales pequeños e irregulares; al oriente los ríos se dividen entre los que desembocan en el mar Negro y los que van al mar Caspio. Desde la antigüedad, Europa ha sido un lugar de encuentro de culturas y civilizaciones que han dejado una huella profunda en su diversidad cultural, y lo ha convertido en un continente fascinante y lleno de historias. Imagina Europa como un enorme rompecabezas, donde cada país tiene su propia pieza única. Desde los majestuosos castillos de Escocia hasta las bellas playas de España, hay mucho que explorar. Los europeos hablan muchos idiomas diferentes, como inglés, francés, español e italiano, y cada país tiene sus propias tradiciones, comidas y festividades. Por ejemplo, en Italia, es muy común comer pizza y pasta, mientras que en Alemania, la gente disfruta de deliciosas salchichas y pretzels. Europa también ha sido testigo de grandes eventos históricos. En la época antigua, el continente estaba habitado por una variedad de pueblos, como los griegos y romanos en el sur, y las tribus celtas, germánicas y eslavas en el norte y el este. Los griegos establecieron una rica tradición en filosofía, arte y ciencia que influiría en todo el continente, se inventaron los Juegos Olímpicos y se crearon muchas ideas importantes sobre la democracia; mientras que el Imperio Romano contribuyó a una extensa red de caminos, leyes y arquitectura que fusionó diferentes culturas bajo un gobierno común, aunque siempre existieron y florecieron culturas locales diversas dentro de sus fronteras. TEMA 2: LA CIVILIZACIÓN GRIEGA Desde hace unos 3.000 años, los griegos desarrollaron a orillas del mar Mediterráneo una importante civilización que influyó poderosamente en los romanos y en otras culturas. Muchos pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles establecieron principios filosóficos, descubrieron leyes naturales, inventaron nuevas herramientas para facilitar las labores humanas, imaginaron trazados y formas en las estrellas y enriquecieron su cultura a través del contacto con otros pueblos. Espacio físico Grecia se desarrolló principalmente en la península de los Balcanes, un territorio bastante fragmentado por las cadenas montañosas que lo atraviesan, y que forman pequeñas llanuras y valles donde se asentaron los grupos humanos. Esto llevó a que las comunidades griegas estuvieran aisladas e independientes unas de las otras, conformando ciudades-Estado denominadas por ellos como Polis, que florecieron en las llanuras de Tesalia, Macedonia, Epiro, Beocia y las penínsulas del Ática y del Peloponeso. La otra parte del mundo griego fueron las costas de la península de Anatolia, este territorio también era conocido como Asia Menor y estuvo dividido en las regiones de Lesbos, Jonia y Samos. Se caracteriza por tener costas desmembradas, numerosas islas y un relieve montañoso que separa la franja costera de las mesetas ubicadas al interior de la península, donde vivían los hititas, libios y asirios, pueblos que fueron expulsados por los jonios. Esta región tuvo permanente contacto con el Imperio persa y, en algunos períodos, incluso estuvo bajo su control. En el mar Egeo se encuentra una cadena de islas como los archipiélagos de las Espóradas y de las Cícladas, e islas mayores como Creta, Chipre y Rodas, que forman un puente entre Europa y Asia Menor. Este fue el primer escenario donde se aventuraron los navegantes griegos, para luego extender su influencia por todo el Mediterráneo. El mar fue el escenario de los griegos, ya que favoreció el desarrollo de su navegación y su comercio con civilizaciones como la egipcia y la fenicia. Además, sus principales ciudades-Estado se establecieron a la orilla o muy cerca del mar, por lo que la comunicación marítima era más fácil que el contacto terrestre. Por el mar Egeo y el Mediterráneo no solo circularon bienes y productos sino también personas, ideas y creencias; por ello se llegó a afianzar la cultura griega entre las diferentes polis. El clima del territorio griego es templado y esto facilitó, en aquella época, la vida al aire libre de sus pobladores, tanto en los valles como en las costas sobre el Mediterráneo y el Egeo. F La Grecia arcaica Desde el año 3000 a.C. surgieron las primeras civilizaciones griegas, las cuales alcanzaron un grado de organización política, social y económica importante. En este primer periodo se destacaron: La cultura cretense Entre los años 2900 y 2600 a.C., en la isla de Creta se desarrolló una civilización conocida como minoica, en honor al legendario rey cretense Minos. La isla estaba dividida en varias ciudades, cada una gobernada por su propio rey. Estos ejercían su autoridad desde un palacio que era el centro administrativo, económico, político y religioso de la ciudad. Los palacios tenían la función de almacenar la producción y distribuir los bienes. En ellos, los hombres cumplían tareas específicas y además, contaban con talleres de alfarería, carpintería y metalurgia. Hacia el año de 1700 a.C. el palacio de Cnosos llegó a ser el centro político de toda la isla. Su nivel de desarrollo se nota en los sistemas sanitarios, de distribución de agua y de desagüe que construyeron. Se cree que era una sociedad pacífica pues no contaba con una muralla alrededor del palacio como los pueblos en guerra. Los campesinos y artesanos habitaban cerca de los palacios y pagaban al rey algunos impuestos. Su actividad principal era el cultivo de trigo, cebada, vides, olivos y naranjos. El comercio marítimo por el Mediterráneo fue el motor del desarrollo cretense, ya que le permitía intercambiar productos con ciudades de Asia Menor y con Egipto. Esta civilización empezó a decaer hacia el año 1500 a.C., presumiblemente por un desastre natural que pudo haber sido la erupción del volcán de Santorini en el mar Egeo. El debilitamiento de los cretenses facilitó su conquista por parte de los micénicos, hacia el año 1400 a.C. La cultura micénica Alrededor del año 2000 a.C., grupos de guerreros conocidos como los aqueos, llegaron a la península Balcánica por el norte, y se establecieron en la región del Peloponeso. Allí fundaron ciudades como Corinto, Tirinto y Micenas. Desde el año 1600 a.C. Micenas alcanzó la supremacía sobre las otras ciudades de la región, y se expandió por las islas del Egeo, Creta y las costas de Asia Menor. Esta sociedad era centralizada y guerrera. Su centro político era el palacio, rodeado por murallas, donde vivía el rey o wanax, con sus familiares, el jefe militar o lawageta y los guerreros o equetai. Allí se controlaba la actividad administrativa, económica, militar y religiosa de la ciudad. Los artesanos y campesinos vivían en aldeas u oikos, ubicados alrededor del centro urbano. Estos contaban con un líder o pasireu, un gobernador o korete, un subgobernador o porokete, y una asamblea de ancianos llamada kerosija. Sus tierras eran comunales, mientras que las de los habitantes del palacio eran propiedad privada. Los esclavos se dedicaban a la herrería y algunos trabajos textiles. Esta civilización heredó de los cretenses sus rutas marítimas y la escritura. También se destacó por sus objetos de oro y plata, armas en bronce, gran desarrollo de la cerámica y carros de batalla. Hacia el año 1200 a.C. los dorios, equipados con armas de hierro, invadieron y acabaron las principales ciudades micénicas, aprovechando, se cree, conflictos entre los palacios y las aldeas. Otras tribus griegas también se movilizaron hacia los territorios abandonados por los micénicos. Los eolios se desplazaron desde Tesalia y fundaron ciudades como Delfos y otras en las islas junto a la península de Anatolia. Los jonios se establecieron en el extremo occidental de esta península, fundando ciudades como Eritrea, Éfeso, Priene y Mileto. Consolidación de la cultura griega y surgimiento de las grandes polis Tras la invasión de los dorios, los eolios y los jonios, se dio un período de transición en Grecia que concluyó hacia el año 750 a.C. Con el surgimiento de las polis o ciudades-Estado, las comunidades se aislaron y empezaron a organizarse en genos, que eran núcleos humanos descendientes de un antepasado común y que rendían culto a los mismos dioses. Su organización política y social se basó en la posesión de la tierra. Con el aumento de la población, la reactivación del comercio y la unión de varias aldeas, se fueron configurando las polis o ciudades- Estado. Cada polis constituyó una comunidad autónoma y, a menudo, rival de otras ciudades-Estado. Sus habitantes tenían sus propias leyes ancestrales no escritas y sus ejércitos. Administraban su comercio con las demás polis y no aceptaban estar subordinadas a otro Estado, aunque procuraban dominar a sus vecinos. De trescientas polis, las principales fueron Atenas y Esparta. Generalmente, las polis se edificaron al pie de una colina en cuya cima se construía una acrópolis, que servía para la defensa de la ciudad. Allí también se ubicaban los templos y los edificios públicos, y las aldeas se organizaban alrededor del centro urbano. Además, tenía una plaza o ágora, que inicialmente era un espacio de reunión y discusión de los habitantes, pero luego fue un lugar de negocios e intercambios. Los habitantes de la polis tenían un lazo social, político y sagrado: rendían culto a los dioses y la religión se integraba al Estado. Por ejemplo, Atenas era la ciudad de la diosa Atenea y sus sacerdotes eran magistrados. Desde los primeros tiempos en las polis se distinguieron tres grupos sociales: La aristocracia. Constituida por las familias más poderosas, dueñas de la tierra y el ganado. Controlaban la riqueza, poseían poder militar y político. El pueblo. Era la mayoría de la población conformada por los comerciantes, artesanos, campesinos y pastores. Los esclavos. Eran los prisioneros de guerra (hombres y mujeres) y los campesinos arruinados que perdían su libertad por no pagar sus deudas. Desde sus primeros tiempos, Atenas estuvo gobernada por un rey o basileus. Sin embargo, con el crecimiento de las polis aumentó el poder de los aristócratas o eupátridas. Estos pudieron organizar un Consejo o areópago que nombraba a un magistrado o arconte para que gobernara la ciudad. Los aristócratas eran los únicos que accedían a estos cargos, elaboraban las leyes y desempeñaban funciones sacerdotales. Con el auge económico de las polis, se consolidaron los artesanos y comerciantes como grupo social. Al mismo tiempo, muchos campesinos reclamaban una redistribución de tierras y la cancelación de las deudas que habían adquirido con los nobles. Ante esta situación, los aristócratas promovieron la elaboración de varias leyes, que se plasmaron en el Código de Dracón en el año 624 a.C. Sin embargo, el descontento social continuó. Por ello, el legislador Solón fue nombrado arconte y, en el año 594 a.C., dictó leyes para cancelar las deudas de los campesinos y abolir la esclavitud por deudas no pagadas. También amplió la participación política de acuerdo con la riqueza personal y no por el origen aristocrático, con lo cual muchos comerciantes obtuvieron el derecho de ser elegidos arcontes o en el areópago. Al mantenerse algunos reclamos y disputas entre los eupátridas, algunos decidieron tomarse el poder por la fuerza con respaldo popular, dando origen a las tiranías. Los tiranos se esforzaron por elevar la participación política y las condiciones de vida del pueblo. Por ejemplo, Pisístrato repartió tierras a los campesinos atenienses y les otorgó préstamos, además ordenó grandes obras para embellecer la polis y ocupar a muchos ciudadanos desempleados. Actividades económicas Durante esta época, los griegos sustentaron su economía en la agricultura, la ganadería y el comercio. Las principales actividades agrícolas fueron el cultivo de la vid, para fabricar el vino, y del olivo, para fabricar el aceite. La ganadería se basó en el pastoreo de ovejas y cabras, de las que obtenían carne, cuero, lana y leche. En la ciudad existían pequeños talleres donde los artesanos elaboraban cerámicas, armas, tejidos, entre otros. En el comercio marítimo se empleaban numerosos marineros y remeros, quienes compraban cereales, madera, cobre y otros materiales de lujo. En sus intercambios, los griegos utilizaron monedas de plata que llamaron dracmas. Entre los siglos VIII y VII a.C., la población griega tuvo un fuerte crecimiento, al tiempo que incrementaba su comercio y experimentaba adelantos en la artesanía y la metalurgia, con la correspondiente demanda de materias primas. Ya que muchas polis no podían sostener a tantos habitantes, parte de la población se vio obligada a emigrar. Se conformaron grupos de personas que se lanzaron a navegar por el Mediterráneo, casi siempre después de consultar el oráculo de Delfos, en busca de lugares donde iniciar una nueva vida. Fueron colonizadas las costas de Anatolia, Chipre, el norte de África, Sicilia, el sur de Italia, Córcega y el noreste de España. Los grupos de colonizadores eran liderados por un aristócrata de la polis de origen, quien era el encargado de fundar la colonia. Las colonias se establecieron cerca del mar para facilitar el transporte y el comercio, en terrenos aptos para la agricultura. Estos asentamientos se convirtieron en nuevas polis, que seguían la organización de su lugar de origen y respetaban sus dioses y costumbres. Sin embargo, estas comunidades eran independientes políticamente de la polis originaria. La religión griega Los griegos creían en la existencia de numerosos dioses, es decir, eran politeístas. Sus dioses eran inmortales y antropomorfos, es decir, con forma humana y con las virtudes y defectos de las personas. Los dioses más importantes vivían en la cima del Monte Olimpo y cada uno representaba una fuerza de la naturaleza, una actividad o profesión humana, y tutelaba una polis. También existían los héroes, semidioses hijos de un dios y un mortal, que realizaban hazañas sobrehumanas y eran considerados fundadores de las ciudades y origen de las familias. Un ejemplo de héroe es Heracles o Hércules. Los griegos tuvieron una rica mitología para explicar el origen del mundo, de los dioses, héroes y humanos. Aunque en principio se transmitió por tradición oral, luego se plasmó en esculturas, grabados, relieves, pinturas y poemas épicos y líricos. Los dioses griegos intervenían en las vidas de los seres humanos y las comunidades, ayudando o perjudicando sus actividades cotidianas. Por ello, era importante conocer la voluntad divina y para esto los griegos buscaban interpretar los presagios —señales que indicaban eventos futuros— y los oráculos —mensajes de los dioses—. El oráculo más famoso era el de Delfos, donde el dios Apolo respondía toda clase de preguntas a través de una mujer que recibía el nombre de pitonisa. Los actos religiosos y ritos griegos tenían por objeto dar gracias, expresar respeto, rogar o aplacar a los dioses. Se realizaban en altares o santuarios. Los primeros se podían encontrar en las casas, los campos y las polis, mientras los segundos eran lugares sagrados para todos los griegos. Los templos no eran lugares de culto, sino el hogar mismo de los dioses. Además, en cada casa se rendía culto a la diosa del hogar y a los muertos de la familia. Acciones de pensamiento 1. Lee el siguiente texto y realiza un dibujo en tu cuaderno que lo ilustre: 2. Con base en el texto anterior, responde las siguientes preguntas en tu cuaderno: a. ¿Por qué se dice que el Minotauro era un ser mitológico? b. ¿Qué papel juega el dios Poseidón en este relato? c. ¿Por qué crees que el Minotauro fue encerrado? ¿Por qué el joven Teseo decidió ir a enfrentarlo? 3. Lee y analiza el siguiente texto. Luego, responde las preguntas en tu cuaderno: ¿Consideras que las vías de comunicación son importantes para el comercio? ¿Por qué? ¿Crees que es importante el intercambio comercial entre los pueblos? ¿Por qué? En la actualidad, ¿qué papel crees que desempeña el comercio marítimo en la economía colombiana? 4. Los mitos griegos son un conjunto de relatos que buscaban explicar el origen del mundo, aunque también recreaban situaciones que pretendían dejar alguna enseñanza. Veamos un ejemplo: en el mito de Ícaro, su padre Dédalo le construyó unas alas asegurando las plumas con cera. Al querer ver el mundo tal como lo veían los dioses, Ícaro desatendió las advertencias de su padre y voló tan alto, que el sol derritió la cera y el joven Ícaro cayó al mar donde murió. Este relato destaca la importancia de obedecer a los padres. Inventa un mito que involucre a los dioses griegos y que deje una enseñanza, escríbelo en tu cuaderno y realiza un dibujo. La Grecia clásica Durante este período se establecieron dos tipos de organización social y política en las polis: el de Atenas y el de Esparta. Ambas ciudades intentaron integrar en sus propias ligas o alianzas a las polis vecinas, con fines estratégicos y comerciales. Ubicada en la península de Ática, la sociedad ateniense se dividió en cuatro grupos:. Los eupátridas. Eran los miembros de las familias aristócratas. Los ciudadanos. Eran los varones libres de padres atenienses que podían participar en política. Los metecos. Eran los extranjeros libres que vivían en la ciudad y se dedicaban al comercio o la artesanía. Pagaban impuestos y formaban parte del ejército de la polis. Los esclavos. Constituían el sector mayoritario de la sociedad, carecían de derechos y podían ser comercializados entre los ciudadanos atenienses. Se empleaban en la alfarería, herrería y producción agropecuaria. Luego del período de las tiranías, el legislador Clístenes impuso una serie de reformas que ampliaron los derechos políticos a los ciudadanos atenienses. En adelante, todos los ciudadanos podían elegir a los magistrados y tenían el derecho de ser elegidos para desempeñar cargos públicos. De esta manera nació la democracia en Atenas a finales del siglo VI a.C. El término democracia significa “gobierno del pueblo” (del griego, demos = pueblo, kratos = autoridad). La población fue dividida en diez tribus. En cada una, se votaba y se elegía un estratega, que era un jefe militar y político, y 50 representantes para integrar la Bulé o Consejo. Este preparaba las leyes y los asuntos que se debía discutir en la Ecclesía o Asamblea y controlaba a los funcionarios públicos. De esta última formaban parte todos los ciudadanos atenienses, quienes tenían derecho a hablar y a votar con solo levantar la mano. En la Ecclesía se votaban las leyes, se establecían los impuestos, se decidía sobre la participación en las guerras y se elegían a las autoridades de la polis. La justicia era administrada por un Tribunal popular, elegido también por la Ecclesía. Fue fundada por los dorios y se encontraba en la llanura de Laconia. Sus pobladores se caracterizaron por su espíritu militar. Desde los siete años, los niños quedaban a cargo de la polis, que los sometía a una estricta educación militar: se les enseñaba a obedecer y se les preparaba para ser guerreros. La sociedad espartana tuvo una rígida división social en tres grupos: Los espartiatas o iguales. Constituían la aristocracia guerrera descendiente de los dorios. Tenían la propiedad privada sobre la tierra y eran los únicos que podían participar en el gobierno de la polis. Los periecos. Eran los descendientes de los aqueos que no opusieron resistencia a la invasión doria. Aunque eran libres, no podían participar en política, debían pagar impuestos a los espartiatas y servir en su ejército. Algunos podían poseer tierras y se dedicaban a la agricultura, el comercio o la artesanía. Los ilotas. Eran los descendientes de los pueblos que intentaron resistir a los dorios. No tenían derechos políticos y debían servir como siervos en las tierras de los espartiatas. El gobierno espartano se basó en unas leyes muy estrictas, atribuidas al legislador Licurgo. La polis estaba gobernada por dos reyes que conformaban la diarquía y representaban la principal autoridad. Las leyes eran dictadas por un consejo de 28 ancianos llamado la Gerusía. Los ancianos eran elegidos por la asamblea popular o Apella, de la cual hacían parte los ciudadanos mayores de 30 años (alrededor de 9.000 espartiatas). Los miembros de la Apella podían vetar las leyes propuestas por la Gerusía. La última institución del gobierno espartano eran los éforos, cinco magistrados elegidos por la Apella y que se encargaban de hacer cumplir la ley y controlar a los habitantes de la polis. Las guerras médicas Desde el año 546 a.C. el Imperio persa había sometido las polis ubicadas en Asia Menor y las obligaba a pagar tributos a su reino. El dominio persa se vio amenazado en el año 499 a.C. por una rebelión de las ciudades sometidas, que contaron con el apoyo de Atenas y otras polis. El levantamiento fue sofocado por el rey Darío I quien, en represalia, decidió invadir Atenas. Para enfrentar a su enemigo, las polis griegas combatieron juntas. En la Primera Guerra Médica (490 a.C.), los persas intentaron invadir la península de Ática, pero fueron derrotados en la batalla de Maratón. En la Segunda Guerra Médica (480-479 a.C.), tras la victoria en el desfiladero de las Termópilas, los persas incendiaron y ocuparon Atenas. Sin embargo, luego fueron derrotados por la flota ateniense en la batalla de Salamina en 480. Un nuevo ataque persa, con un ejército de 300.000 soldados, fue detenido por los griegos en la batalla de Platea. Finalmente, con la destrucción de la flota persa en la batalla de Micala se consolidó la victoria helénica. La victoria de Atenas contra los persas, le dio una enorme influencia sobre las demás polis, la cual se concretó en la formación de la Liga de Delos (478 a.C.). La guerra del Peloponeso Para contrarrestar el poder ateniense, Esparta creó con sus polis aliadas la Liga del Peloponeso y, en el año 431 a.C., dio inicio a la guerra del Peloponeso para frenar la expansión ateniense en Corinto. Los enfrentamientos se extendieron por varios años, con unas victorias iniciales de Atenas como la de la batalla de Esfacteria. Sin embargo, en el año 415 a.C. los atenienses fueron derrotados en su intento por conquistar Siracusa (Sicilia), y a partir de entonces, su poder se fue debilitando hasta ser finalmente vencidos en la batalla naval de Egospótamos (405 a.C.). Un año después, sin flota y con la ciudad sitiada, Atenas se rindió y entró a depender de Esparta. Esta la obligó a destruir parte de sus murallas y sustituyó la democracia por una tiranía. La guerra del Peloponeso cambió el mapa de la Antigua Grecia. Atenas, la principal ciudad antes de la guerra, fue sometida, mientras que Esparta se establecía como el mayor poder de Grecia. La guerra también trajo consigo un estado de pobreza que se extendió por el Peloponeso. En esta guerra todas las polis griegas lucharon agrupadas en dos bandos: el ateniense y el espartano, pero se dieron muchos casos de traición o, por lo menos, de cambios de bando, pues los intereses pesaron mucho. Por otra parte, esta guerra ha sido siempre el ejemplo de la lucha entre una potencia marítima como Atenas y una potencia continental como Esparta. Soldados espartanos Hoplita, soldado ateniense La cultura griega El teatro griego tuvo un carácter religioso, político y popular. Sus edificios constaban de unas gradas (para el público), la orquestra (para el coro y los bailarines) y, detrás de esta, la escena (para los actores). Todos los actores eran hombres, aun los que representaban los papeles femeninos, y cubrían sus rostros con máscaras durante las obras. Se destacaron los autores Eurípides, Sófocles, Esquilo y Aristófanes, quienes desarrollaron dos tipos de géneros teatrales: La tragedia. Mostraba los momentos más dramáticos de la vida de un héroe a través de un diálogo entre el coro, que con cantos comentaba el argumento de la obra, y los actores. La comedia. A través del humor, hacía una crítica a la sociedad griega. Arquitectura, los templos son la mejor muestra de la arquitectura griega. Para entrar a ellos, había que subir por unas escaleras o estilóbato, tenían un tejado apoyado sobre el entablamento (un conjunto de muros superpuestos) que descansaba sobre hileras de columnas. Entre las columnas y el techo se ubicaba el friso, adorno en relieve que representaba escenas de la vida de los dioses o de los hombres. El techo formaba, en su parte delantera y posterior, dos enormes frontones triangulares, generalmente decorados con esculturas (estas eran muy importantes en el arte religioso y se usaron también como columnas, denominadas cariátides). En su interior, el templo se dividía en tres partes: naos (lugar donde iba la imagen del dios), pronaos (una pequeña sala abierta hacia el exterior) y opistodomos (lugar donde se guardaban las ofrendas y el tesoro del dios, estaba aislado del exterior). La decadencia de Grecia Luego de la guerra del Peloponeso, las ciudades-Estado vieron sus riquezas económicas agotadas y sus ejércitos diezmados. Esto significó la decadencia de la polis como eje de la organización política y el surgimiento de un sistema monárquico que buscaba unificar a toda Grecia. El establecimiento de ese sistema monárquico estuvo a cargo de Filipo II, monarca del reino de Macedonia ubicado al norte de los Balcanes. Desde el año 359 a.C., este rey aprovechó la explotación de las minas de minerales preciosos para fortalecer su poder y organizar su ejército. Para el año 338 a.C., luego de la batalla de Queronea, Filipo II dominó todas las ciudades griegas. Estas reconocieron la autoridad de Macedonia y formaron parte de la Liga de Corinto, que se creó para iniciar una campaña militar contra el Imperio persa. El imperio macedonio conoció su máximo esplendor con el hijo de Filipo II, que fue conocido como Alejandro Magno. El nuevo rey conquistó Asia Menor y Egipto antes de marchar hasta los ríos Tigris y Éufrates donde finalmente venció a los persas en la batalla de Gaugamela. Alejandro llegó hasta el valle del río Indo en el año 326 a.C. pero sus tropas estaban agotadas y rehusaron continuar la campaña militar. Por esto, Alejandro regresó a Babilonia y la nombró capital de su imperio. Adoptó las costumbres de los monarcas orientales e, incluso tomó como esposas a varias princesas persas. También exigió que se le rindiera pleitesía por ser rey. Allí veneró los dioses y toleró las costumbres de los grupos sometidos. Además, fundó una red de ciudades donde impuso el arte y el idioma griego. La fusión de la civilización griega con la oriental dio como resultado una civilización llamada helenística. En el año 323 a.C., Alejandro Magno murió y dejó un imperio que incluía a Grecia, Asia Menor, Egipto, Mesopotamia, Persia y parte de India. Alejandro permitió con sus conquistas que la arquitectura, la literatura y la lengua griega se expandieron por África, Europa y Asia. Pero no dejó sucesores que pudieran mantener la unidad del Imperio. Por lo tanto, entre sus generales surgieron conflictos que terminaron por dividir al Imperio en tres zonas que recibieron el nombre de reinos helenísticos: Egipto, Macedonia y Siria. Estos reinos fueron gobernados de manera personal y autoritaria, y los reyes se adjudicaron un supuesto origen divino. Con el tiempo, por causa de las guerras internas y las rivalidades entre los reinos, los reyes no pudieron mantener el control de sus territorios. Finalmente, los reinos helénicos fueron dominados por el Imperio romano: Macedonia y Grecia entre los años 168 y 146 a.C.; Siria en el año 64 a.C. y Egipto en el año 30 a.C. El legado cultural de los griegos Los griegos establecieron conocimientos que han perdurado hasta nuestros días. Sus aportes abarcan la filosofía, la matemática, la geografía, la astronomía, la medicina, la historia, entre otras disciplinas. Filosofía. Los primeros filósofos se preocuparon por descubrir el principio de las cosas en los elementos de la naturaleza: para Tales de Mileto era el agua; para Anaxímenes, el aire; y para Heráclito, el fuego. Posteriormente, la filosofía se ocupó del estudio del ser humano y su naturaleza. En ese momento se destacaron Sócrates, Platón y Aristóteles. La filosofía permitió a los pensadores griegos tener una actitud crítica ante el conocimiento, es decir, cuestionar lo que ya se sabía. Matemáticas. Sobresalieron: Pitágoras que investigó la teoría de los números; Euclides que sistematizó los conocimientos geométricos, y su alumno Arquímedes, que sentó las bases de la hidrostática o mecánica de los fluidos y explicó el principio de las palancas. Geografía y Astronomía. Fueron importantes dos personajes: Aristarco de Samos, que propuso la teoría heliocéntrica según la cual la Tierra gira alrededor del Sol, y Posidonio, que fijó nuevas dimensiones para el tamaño de la Tierra. Los aportes de los griegos a la geografía fueron significativos, pues como exploradores marítimos elaboraron mapas y delimitaron rutas que les permitieron conocer una considerable parte del mar Mediterráneo. Medicina e Historia. Sobresalió Hipócrates como el padre de la medicina. Fue tan importante el aporte de Hipócrates a la medicina, que hoy en día quienes se dedican al estudio de esta ciencia, deben hacer un juramento llamado el juramento hipocrático. En cuanto a la historia, Heródoto y Tucídides se destacaron por sus relatos sobre las guerras médicas y del Peloponeso, respectivamente. Democracia. Para poder dar paso a un modelo político democrático, los griegos crearon un conjunto de instituciones caracterizadas por la rotación de los cargos, la designación de los magistrados por sorteo y la ampliación del cuerpo de gobernantes. El objetivo era que todos los ciudadanos participasen en la vida pública, sin exclusiones por rango o riqueza. Juegos olímpicos. Aunque las polis griegas y sus colonias no constituían una unidad política, sí estaban vinculadas por lazos religiosos, lingüísticos y culturales, que se manifestaban a través de las tradiciones y los rituales. Una de estas tradiciones eran los Juegos Olímpicos, que se iniciaron en el año 776 a.C. y se celebraban cada cuatro años en la ciudad de Olimpia. Las competencias tenían como objetivos principales adorar a Zeus, fortalecer la unidad cultural del pueblo griego y propiciar la paz. Las principales competencias fueron: el atletismo, el pentatlón (carreras, lanzamiento de disco y de jabalina, salto y lucha), la lucha (libre, boxeo o combinada que se llamaba pancracio). Los atletas competían desnudos y cada ganador era premiado con una corona de olivo y obtenía reconocimiento y respeto en todas las polis griegas. Acciones de pensamiento 1. Lee el siguiente texto del griego Pericles sobre la democracia. Luego, responde las preguntas en tu cuaderno. ¿Qué papel desempeñaban las leyes en la democracia ateniense? Argumenta tu respuesta. ¿Crees que la posición social de los ciudadanos determinaba su participación en la vida pública? Argumenta tu respuesta. ¿Cuáles aspectos de la democracia mencionados en el texto anterior se asemejan a la forma de gobierno que tiene tu país? 2. Completa la organización social de las polis Atenas y Esparta en las siguientes pirámides para ello, ten en cuenta las palabras claves: 3. Realiza las indicaciones en el mapa de Grecia y Asia Menor: TEMA 3: EL IMPERIO ROMANO Entre el año 753 a.C. y el 476 d.C., existió una de las más grandes civilizaciones de la historia: Roma. Comenzó su desarrollo sobre el mar Mediterráneo en el territorio que hoy conocemos como Italia y, con el tiempo, llegó a extenderse a través de tres continentes: Europa, África y Asia. Los romanos recibieron influencia de la civilización griega y de los antiguos pueblos que ocuparon la península itálica, lo cual les permitió forjar una civilización superior a la de sus predecesores. Fueron los primeros en utilizar términos como senado, república o dictadura; levantaron grandes construcciones y transmitieron a la humanidad el derecho, la arquitectura y su idioma. Después de más de 800 años, el Imperio romano declinó y dio paso a otro período de la historia al que se le conoce como la Edad Media. Espacio físico Roma surgió y se desarrolló en la península itálica, una extensión del sur de Europa que se adentra en los mares Mediterráneo, Tirreno y Adriático. Su geografía está conformada por: La cordillera de los Alpes, es la frontera natural del norte, entre la península itálica y el resto de Europa. Entre sus accidentes geográficos encontramos: las formaciones rocosas de los Dolomitas, el monte Marmolada y los pasos de montaña que facilitan la comunicación con las regiones vecinas. Los montes Apeninos, que atraviesan toda la península desde los Alpes hasta el extremo occidental de Sicilia en el sur. También encontramos una cadena de colinas llamadas Antiapeninos, en donde se encuentran el volcán Vesubio y el monte Amiata. La llanura padana, al norte entre los Alpes, los Apeninos y el mar Adriático. Tiene una extensión de unos 46.000 km², por lo cual se constituye en la llanura más amplia de Italia. Las islas de Sicilia y Cerdeña, en el extremo sur de la península itálica. Sicilia es la isla más grande del mar Mediterráneo y se le considera como una prolongación de los montes Apeninos. En ella se encuentra el monte Etna, un volcán activo de 3.345 metros sobre el nivel del mar (msnm). La isla de Cerdeña es la segunda isla del Mediterráneo. La península itálica cuenta con dos ríos principales: el Po, que nace en los Alpes, atraviesa de occidente a oriente la península hasta el mar Adriático; y el Tíber, que nace en el centro de los Apeninos y desemboca en el mar Tirreno. El clima de la península itálica es mediterráneo y presenta dos variaciones según la zona. En el norte es húmedo con estaciones muy marcadas, veranos calientes e inviernos muy fríos y lluviosos. En el sur el clima es típicamente mediterráneo con inviernos húmedos y templados, veranos secos y calurosos. En las montañas alpinas hay condiciones climáticas diferentes. La historia de Roma Hacia el año 1200 a.C., entraron en la península itálica pueblos agricultores y pastores de origen indoeuropeo que se agruparon bajo el nombre de itálicos. Estos pueblos como los latinos, que se establecieron en el valle del Lacio, y los sabinos y samnitas, que se ubicaron en torno a los Apeninos, desplazaron a los primeros habitantes y formaron confederaciones de tribus. En ocasiones, estas tribus se enfrentaron entre sí para quedarse con las mejores tierras. A partir del siglo VIII a.C. los griegos fundaron colonias sobre las costas del Mediterráneo. Las colonias estaban organizadas según el modelo de las polis griegas y mantuvieron contactos comerciales y culturales con Grecia. Muchas de las colonias más importantes se encontraban en el sur de la península itálica y en Sicilia. Por este motivo aquella región era llamada Magna Grecia. Algunos siglos más tarde, los celtas —otro pueblo de origen indoeuropeo— ingresaron por el norte de la península conquistando importantes regiones y formando pequeños Estados. A su vez, la parte occidental de la península, entre los ríos Arno y Tíber, fue ocupada por los etruscos. Los etruscos Llamados también tirrenos, fueron los creadores de la primera gran cultura de la península itálica durante la época que antecedió a la fundación de Roma. Alrededor del siglo VIII a.C., ya estaban organizados en una confederación de doce ciudades-Estado, unidas por lazos culturales y religiosos. Cada ciudad-Estado tenía su propio gobierno, que estaba en manos de los aristócratas o de un rey. Solo en épocas de guerras, estas ciudades se unían y elegían una autoridad común. El auge de los etruscos se produjo a comienzos del siglo VI a.C. cuando se expandieron hacia el norte de la península, hasta la extensa llanura padana, y hacia el sur, donde entraron en contacto con la Magna Grecia. Los etruscos fueron una potencia naval en el Mediterráneo, lo cual les permitió establecer puertos en Cerdeña y Córcega. Sin embargo, hacia el siglo V a.C. se deterioró su poderío, pues tuvieron que afrontar las invasiones de los celtas, los ataques de los griegos y la ofensiva de los cartagineses. Su derrota definitiva, por los romanos, se vio facilitada por tales enfrentamientos y por el hecho de que los etruscos nunca formaron un Estado unificado sino una especie de débil confederación de ciudades de mediano tamaño. El origen de Roma Según la leyenda mítica, en el siglo VIII a.C., gobernaba en la región del Lacio el rey Amulio, un descendiente del héroe troyano Eneas. Amulio tenía una hija llamada Rea quien se enamoró de Marte, dios de la guerra. De ese amor nacieron los gemelos Rómulo y Remo. Amulio ordenó que los arrojaran en una canasta al río Tíber para que se ahogaran; sin embargo, la canasta quedó varada en la orilla del río y los mellizos sobrevivieron gracias a una loba que los amamantó y a unos pastores que los encontraron y criaron durante varios años. Cuando crecieron, los gemelos descubrieron su origen, se enfrentaron al rey y restituyeron en el trono a su abuelo Numitor. En abril del año 753 a.C. fundaron una ciudad en el sitio donde la loba los había salvado. Esa ciudad fue Roma. La reconstrucción histórica asegura que los orígenes de Roma se remontan al año 753 a.C. cuando en la región del Lacio se conformó una federación de siete aldeas latinas con el fin de proteger al Tíber de la amenaza etrusca. Su valor estratégico y comercial atrajo a los etruscos, quienes impusieron su dominio sobre las aldeas y fundaron la ciudad de Roma. La ciudad fue amurallada, se desecaron los valles pantanosos que la rodeaban mediante canales de desagüe, se unieron las riberas del Tíber por medio de puentes y se planificaron las calles. La Monarquía (753 a.C. – 509 a.C.) Desde su fundación hasta finales del siglo VI a.C., Roma fue gobernada por siete reyes. Los cuatro primeros fueron reyes sabinos o latinos. Durante sus reinados, Roma impuso su supremacía sobre la llanura del Lacio. Años más tarde, los etruscos adhirieron el Lacio a su territorio en su expansión hacia el sur. Así, en el siglo VI a.C., el trono de Roma fue asumido por tres reyes etruscos. Bajo su reinado, Roma fue amurallada, se sanearon los pantanos mediante canales de desagüe y se levantaron templos y edificios de piedra. La sociedad romana estaba dividida en tres grandes grupos: Los patricios: se consideraban los descendientes de los primeros pobladores de Roma. Eran propietarios de la mayoría de las tierras y controlaban los cargos políticos, religiosos y militares. Los plebeyos: eran campesinos o artesanos y no poseían grandes propiedades. No podían participar de la política ni contraer matrimonio con los patricios. Entre los plebeyos, se destacaban los clientes, personas libres dependientes de un padre de familia, al cual llamaban patrón. Los clientes recibían protección del patrón. A cambio, trabajaban para él y le brindaban ayuda militar o su voto en las asambleas. Los esclavos: carecían de derechos. No se les consideraba personas, sino propiedad de sus dueños, como objeto o herramienta de trabajo. Eran prisioneros de guerra o hijos de esclavos. Algunos trabajaban en el campo, otros en las minas y otros más en los oficios domésticos. La dominación etrusca concluyó con la sublevación de la nobleza romana contra la tiranía del rey Tarquino “el Soberbio” en el 509 a.C. El levantamiento puso fin al período monárquico y dio paso a un nuevo sistema político: La República (509 a.C. - 27 a.C.) Con la desaparición del tirano, los patricios establecieron un nuevo sistema de gobierno bajo el cual el gobierno se consideraba un asunto público y no de una sola persona. Sin embargo, excluía a la mayoría de la población, pues solo podían ser electos los patricios para pertenecer a tres instituciones políticas: La Asamblea: elegía a los cónsules y votaba la aprobación de algunas leyes. El Senado: asumía todo el poder público y nada podía aprobarse sin su consentimiento. La Magistratura: estaba dividida en cinco cargos fundamentales: Varias fueron las razones que motivaron a los plebeyos para oponerse a los patricios. Algunas de ellas fueron: la desigualdad política a la que fueron sometidos, las dificultades económicas que los aquejaban, la imposibilidad para acceder a la propiedad de la tierra y la prohibición para contraer matrimonios con los patricios. Ante esta situación, desde el siglo V a.C., los plebeyos encabezaron luchas sociales con las que obtuvieron cierta igualdad frente a los patricios. Además, llegaron a tener sus propios magistrados llamados tribunos, comenzaron a realizar asambleas o concilios en los que se tomaban decisiones populares conocidas como plebiscitos. En el 450 a.C. se logró la sanción de la Ley de las Doce Tablas, un conjunto de normas que regulaba la vida de los romanos y que establecía la igualdad de derechos de todos los ciudadanos libres. A pesar de estos logros, la prohibición de los matrimonios entre clases, se mantuvo. Durante la República, los romanos se expandieron por toda la península itálica. En el siglo V a.C., Roma controló los pueblos cercanos y formó una alianza con la Liga Latina, una confederación de ciudades vecinas de la zona de Lacio. Luego, Roma se enfrentó a los etruscos y a otros pueblos de la región como los ecuos, volscos y sabinos a los que dominó. En el 390 a.C. los galos, pueblo celta que se ubicaba al norte del imperio, invadió y saqueó Roma y solo accedió a retirarse a cambio de una gran cantidad de oro. Recuperada la ciudad, los romanos continuaron la expansión hacia el sur. En el año 343 a.C. los romanos dominaron a los samnitas que habitaban en el centro de la península itálica; y en el 280 a.C., a través de las Guerras Pírricas, controlaron las ciudades de la Magna Grecia. Las Guerras Púnicas Para comienzos del siglo III a.C. Roma se estaba convirtiendo en la nueva potencia de la región, situación que la llevó a enfrentarse a Cartago, la principal potencia naval y comercial del Mediterráneo. Los cartagineses eran un pueblo de origen fenicio que, para entonces, dominaba el norte de África, el sur de España y las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña. Reciben el nombre de Guerras Púnicas porque los romanos identificaban a los cartagineses como Pūnicī. Desde el 264 a.C., y durante más de un siglo, las dos potencias se enfrentaron en tres ocasiones: En la primera Guerra Púnica (264-241 a.C.), Roma se apropió de las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña, convirtiéndolas en provincias romanas. Por entonces, se destacó el general cartaginés Amílcar Barca por su gran capacidad militar contra los romanos. En la segunda Guerra Púnica (218 al 201 a.C.), el guerrero cartaginés Aníbal, hijo de Amílcar, fue protagonista al cruzar los Alpes y los Apeninos acompañado de varios elefantes y cien mil hombres con el fin de invadir Roma. Tras conseguir algunas victorias, Aníbal fue cercado en territorio italiano y derrotado. En la tercera Guerra Púnica (149 al 146 a.C.), los romanos invadieron Cartago, la saquearon y la convirtieron en provincia romana y a los sobrevivientes, en esclavos. Se destacó el general romano Plubio Cornelio, llamado Escipión el Africano. Los ejércitos cartaginenses, por su parte, fueron comandados por Asdrúbal, hermano de Aníbal. La helenización y el fin de la República Después de la conquista del Mediterráneo occidental, a mediados del segundo siglo a.C., Roma se expandió hacia el oriente apropiándose de Grecia y Asia Menor. De esta manera, se consolidó la influencia griega, que venía creciendo desde la época de la Monarquía. Para las clases cultas romanas, la vida griega se transformó en un modelo de refinamiento y elegancia, en contra de las tradiciones campesinas. Durante este proceso, conocido como helenización, las artes, la arquitectura, la filosofía, la religión, la medicina y, en general, las costumbres, cambiaron en el pensamiento de muchos romanos y transformaron gran parte de la cultura en el mundo antiguo. Los últimos años de este período estuvieron marcados por diversos problemas. Por un lado, los cambios ocurridos con las conquistas afectaron principalmente a la población campesina, cuya incorporación masiva a los ejércitos produjo la disminución de la producción agrícola. Las guerras destruyeron los campos y empobrecieron a los campesinos, obligándolos a desplazarse a la ciudad, mientras que grandes extensiones de tierra o latifundios pasaron a manos de unos pocos propietarios. Por otro lado, el fortalecimiento del ejército se tradujo en luchas por el poder. Como la milicia se convirtió en la forma de vida de muchos campesinos pobres, algunos comandantes apoyaban a estos soldados y sus peticiones de reformas sociales, mientras que otros comandantes apoyaban la estructura elitista de la sociedad. Estos conflictos llevaron a la crisis de la República y originaron violentas guerras civiles. Durante más de 50 años, Roma vivió el enfrentamiento entre el partido de la aristocracia, que dominaba al senado y se oponía a las reformas, y el partido popular. Entre los reformadores estaban los hermanos Tiberio y Cayo Graco, quienes buscaron la aprobación de una ley agraria para solucionar los problemas del pueblo. Con estas reformas intentaban ir en contra de la sociedad aristocrática existente. Aunque las nuevas leyes impulsadas por los hermanos Graco eran buenas para Roma y para su evolución en la historia, fracasaron, pues la plebe urbana y la plebe rural tenían intereses distintos, además, la nobleza y los grandes terratenientes, se oponían a perder sus beneficios. La llegada de César al poder La inestabilidad política y social llevó a la dictadura del general Cornelio Sila, defensor del partido de la aristocracia, en el 81 a.C. a su muerte, ocurrida dos años después, se conformó un Triunvirato, o gobierno de tres personas, compuesto por los generales Julio César y Marco Craso y el negociante Pompeyo Magno. César fue nombrado Cónsul y marchó a la conquista de Galia, actual Francia, campaña que le dio poder y popularidad. De regreso a Roma, eliminó a sus compañeros e instauró una nueva dictadura en el año 49 a.C. La dictadura de César fue un régimen militar permanente. Desapareció la democracia y el senado perdió poder, pero se mejoraron la administración y la justicia. César extendió el derecho de ciudadanía a muchos de los pobladores, mejoró las vías de comunicación y los puertos para facilitar el comercio, e incrementó el terreno cultivable. Se desarrolló el libre intercambio de artículos con los vecinos, y de las ciudades griegas se obtuvieron aceite, vino y manufacturas. Durante el gobierno de César, la nobleza romana se vio excluida del poder y los privilegios, razón por la cual algunos nobles, encabezados por Marco Bruto, planearon una conspiración y asesinaron a César en el 44 a.C. Estos hechos enmarcaron el final de la República romana. Las artes y las letras Durante la República, Roma vivió el esplendor de la arquitectura, el desarrollo de obras públicas y el cultivo de las letras. La influencia griega en la urbanización y los edificios fue notoria. Arquitectos y escultores griegos construyeron obras admirables. El arco y la bóveda, elementos adaptados de los etruscos, se complementaron con las columnas griegas. La pintura, caracterizada por su gran realismo, se utilizaba en los primeros tiempos para decorar tumbas, templos y, más adelante, el interior de las casas. Sus motivos principales eran paisajes, relatos mitológicos e históricos. El arte romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. Pero otras manifestaciones de primer orden son su escultura y en menor medida la pintura. En la literatura se destacaron obras como La Eneida de Virgilio, las Odas de Horacio y la Metamorfosis de Ovidio. En la historia sobresalieron las obras de Salustio, Tito Livio y el mismo Julio César, cuyos relatos de historias militares, elogios fúnebres, cantos satíricos y comedias, muestran una marcada influencia griega. El Imperio (27 a.C. - 476 d.C.) Después de la muerte de César, tres de sus partidarios: Octavio, Marco Antonio y Lépido, conformaron el segundo triunvirato para gobernar a Roma. Sin embargo, sus diferencias e intereses personales los llevaron a enfrentarse entre sí. Desplazado Lépido, el conflicto se agudizó entre Octavio, sobrino de César, y Marco Antonio. La lucha se definió en favor de Octavio en el año 31 a.C. durante la batalla naval de Actium, en el mar Jónico. De regreso a Roma, el Senado otorgó a Octavio el título de Augusto, que significaba “merecedor del mayor respeto y veneración” y, en el año 27 a.C., lo nombró Emperador, es decir, “jefe supremo del ejército”. Desde este momento Roma pasó a denominarse Imperio. Roma bajo el control de Octavio Augusto Aunque Octavio Augusto mantuvo las instituciones políticas de la República, pasó a ejercer el gobierno de manera unipersonal, es decir, concentrando en sí mismo grandes facultades militares, políticas y religiosas. Realizó algunas reformas sociales para restaurar las costumbres morales de los romanos, evitar la violencia política y las guerras civiles. Para ello, promulgó leyes que protegían el matrimonio y la familia, inició la construcción de obras públicas, entregó alimentos de manera gratuita a la población e instituyó el circo romano que era un lugar donde se realizaban competencias, ejecuciones y luchas de gladiadores. Con Octavio Augusto comenzó un período en el que cuatro dinastías llevaron al Imperio romano a su máxima expansión. La forma de gobierno se convirtió en despótica, es decir, se tuvo un estricto control sobre el pueblo y las instituciones de gobierno. También se instauró el culto al emperador, por el cual, este llegó a ser considerado una divinidad. Es el período comprendido entre el año 14 d.C., en el que murió Augusto, y el año 235 d.C., fecha de la muerte de Alejandro Severo. En estos dos siglos el Imperio romano fue gobernado por cuatro dinastías: Dinastía Julio-Claudia (14 a 68 d.C.): integrada por los sucesores de Augusto, de los cuales ninguno tuvo las características del fundador del Imperio. Casi todos murieron asesinados. Dinastía Flavia (69 a 96 d.C.): durante esta dinastía, se reforzaron las fronteras del norte del Imperio y se realizaron campañas en Dacia (Rumania). Dinastía Antonina (96 a 192 d.C.): bajo esta dinastía se estimuló el desarrollo de la cultura, se realizaron importantes construcciones y se alcanzó la mayor extensión territorial, con la conquista de Dacia y los territorios cercanos al río Éufrates. Dinastía Severiana (192 a 235 d.C.): durante esta dinastía se anexó la Mesopotamia asiática. Sin embargo, el Imperio tuvo cada vez mayor dificultad para contener la presión de los pueblos germanos en la frontera noreste. A esto se sumaron, los conflictos al interior de la familia imperial y la influencia del ejército. Durante estas dinastías se unificó el mundo romano en cuanto a la ciudadanía, la administración, la economía y la sociedad. Durante el siglo II a.C., el Imperio romano alcanzó una extensión de 9.000 km2, desde España, al occidente, hasta Mesopotamia, al oriente; y desde el Mar del Norte, hasta las costas mediterráneas de África, al sur. Instituciones políticas durante el Alto Imperio El Emperador: tenía el poder supremo, dirigía el ejército, dictaba las leyes y tomaba todas las decisiones. También era el sumo pontífice, pues administraba la religión y se consideraba sagrado. El Consejo: asesoraba al emperador en lo económico, administrativo, jurídico y militar. El Senado: asumía una parte del poder público. Sin embargo, durante el Alto imperio perdió muchas de sus funciones. Las provincias se dividieron entre provincias imperiales, administradas directamente por el emperador, y provincias senatoriales, manejadas por el Senado aunque bajo supervisión de funcionarios del emperador. La economía imperial La prosperidad económica del Imperio se basó principalmente en la agricultura y la ganadería. Las tierras que se incorporaron al Imperio durante la expansión fueron de gran utilidad para ampliar el área de cultivo. Poco a poco, las zonas donde solo existían poblaciones inestables se transformaron en granjas agrícolas-ganaderas que no solo sirvieron para satisfacer las necesidades locales, sino que además permitieron la exportación de los productos hacia otros lugares. También se desarrolló el comercio por tierra y mar, aunque ocasionalmente los comerciantes naufragaban o eran emboscados por ladrones. Durante el Imperio fue común la construcción de puertos que sirvieron como un medio de protección, y de edificios especiales, de gran utilidad para almacenar las mercancías. Las relaciones mercantiles unieron puntos tan distantes como China, India, el centro de África, Noruega y Suecia. Desde estos lugares provenían las materias primas que luego eran elaboradas en los centros artesanales. La expansión del comercio generalizó el uso de la moneda y las actividades financieras como, por ejemplo, los créditos y los préstamos. La vida en las ciudades Durante el Imperio fueron fundadas varias ciudades y muchas de las ya existentes obtuvieron un gran desarrollo. Los habitantes de las ciudades se dedicaban sobre todo al comercio y las artesanías. Había panaderías, talleres y bodegas. En cuanto a las viviendas, había diferentes tipos dependiendo de la clase social a la que se perteneciera: desde lujosos palacios para los gobernantes, pasando por las casas de un solo piso o domus donde residían las familias ricas, hasta las ínsulas o pequeñas viviendas donde habitaban los más humildes. En las ciudades existían teatros para la representación de obras, anfiteatros para presenciar las luchas de los gladiadores con fieras salvajes, y circos para ver o practicar algún deporte. ¿Cómo vivían los romanos adinerados? https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=O4_2-qiWosE Es el período histórico que se extiende desde el ascenso al poder de Dioclesiano, en 284 d.C., hasta la desaparición del Imperio romano, en el año 476 d.C. La crisis del Imperio Después de los siglos gloriosos, el Imperio romano entró en una aguda crisis política que años más tarde lo condujo a una súbita división y a su posterior desaparición. Las causas de tal crisis se remontan a los últimos años de la dinastía Severiana cuando, tras el asesinato de Alejandro Severiano, el Imperio cayó en un estado de absoluta ingobernabilidad. Además, ninguno de los 18 emperadores anteriores a Alejandro había muerto por causas naturales. A tan grave situación se sumó la profunda crisis económica, caracterizada por la devaluación de la moneda, el declive de la agricultura, la industria, el comercio y el sistema esclavista. Las invasiones bárbaras A la crisis política y económica sufrida por Roma, se sumó la ola de migraciones de pueblos que vivían en las fronteras del Imperio, como los germanos, los vándalos, los lombardos y los visigodos, a los cuales los romanos llamaban bárbaros. Estas invasiones ocurrieron sucesivamente entre los años 238-285 y más tarde, en el 406. A lo largo de estos años, los bárbaros fueron incorporados al Imperio y se convirtieron en trabajadores y soldados ante las invasiones de otros pueblos. La incorporación de los bárbaros al Imperio fue bajo la calidad de federados, es decir, como aliados defensores de las fronteras, frente a la presión de otras tribus. En el año 476, tras la división del Imperio en dos partes (Imperio de Oriente e Imperio de Occidente) Odoacro, líder de una tribu germánica, destituyó a Rómulo Augusto, el último emperador romano. El cristianismo En el siglo I d.C. Judea, una provincia romana en las costas orientales del Mediterráneo, fue el centro de un acontecimiento que trajo cambios importantes para la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesús. Jesús predicaba la creencia en un solo dios, el amor al prójimo, la fraternidad y la caridad. Sus seguidores eran inicialmente una minoría, pero con el pasar del tiempo crecieron y difundieron sus doctrinas, dando origen al cristianismo. Su amplia difusión por el Imperio y su negativa a rendir culto al Emperador, iniciaron una época de persecuciones contra los cristianos, a pesar de la tolerancia religiosa característica de los romanos. Las persecuciones finalizaron en el año 313 d.C., cuando el emperador Constantino adoptó el cristianismo como religión oficial del Imperio. La religión en Roma En los primeros momentos de su historia, los romanos creían en los espíritus de la naturaleza o númenes. El culto se practicaba en campo abierto pues no existían templos. Posteriormente aparecieron en sus creencias algunos dioses a los que dieron formas humanas como Júpiter, el padre de los dioses, Juno, diosa de la fecundidad y Minerva, diosa de las artes y la sabiduría. Estos tres dioses constituían la triada principal del panteón romano. Los romanos también desarrollaron las prácticas adivinatorias y el culto fúnebre como parte de sus costumbres religiosas. La religión romana era politeísta y toleraba a las religiones de otros pueblos. Cada familia rendía culto a los Lares o genios protectores del hogar, los Penates o dioses que aseguraban el abastecimiento de la casa, y los Manes o espíritus de los antepasados. En los hogares romanos había un altar doméstico en el que se celebraban los ritos religiosos. Gracias al proceso de helenización, los romanos asimilaron el panteón de dioses griegos al de sus propios dioses. Por ejemplo, Júpiter representaba a Zeus, el padre de los dioses griegos; Juno a Hera, y Minerva a Atenea. Durante la época imperial, los romanos rindieron culto religioso y político al Emperador, pues le otorgaron un carácter divino y gubernamental. La cultura de Roma Los romanos desarrollaron a lo largo de su historia una cultura y un sistema político que han logrado llegar hasta nuestros días. El intercambio y relación con otras culturas nutrieron esos legados como se aprecia en la arquitectura y las artes. El derecho. Sus fuentes se encuentran en las tradiciones y en las costumbres. Los romanos distinguían entre el derecho público, que regulaba las relaciones entre el Estado y el ciudadano, el derecho privado, que regulaba las relaciones entre los ciudadanos, y el derecho de gentes, que establecía las relaciones entre los distintos pueblos. En el siglo VI d.C., el emperador Justiniano ordenó la compilación y codificación de las leyes romanas existentes, convirtiéndose así en la fuente del derecho para gran parte del mundo contemporáneo. La arquitectura. Se caracterizó por su estilo práctico y útil. Los materiales de construcción más usados fueron la piedra, el ladrillo y el muro cementicio, formado por la mezcla de arena, piedras, cemento y agua. Aunque en la arquitectura romana predominó la influencia griega, se diferenció de ésta por la presencia de bóvedas y arcos de origen etrusco. El arte. Los romanos eran especialistas en la elaboración de retratos o bustos que reproducían fielmente los rasgos físicos de las personas. El uso de relieves y mosaicos para la decoración de las construcciones también fue muy importante. Las esculturas de cuerpo entero tuvieron principalmente un propósito decorativo; por ejemplo, las casas y jardines se adornaban con motivos mitológicos. La lengua. El latín fue la lengua utilizada en Roma durante la República y el Imperio. Posteriormente, en la Edad Media, fue la lengua oficial de los distintos Estados europeos. Idiomas como el castellano, el portugués, el francés y el italiano derivan de él. Nuestro idioma se fue diferenciando a medida que España creció política y militarmente, y asimiló elementos de otros idiomas, especialmente del mundo árabe. Algunos términos como déficit, memorándum, referéndum y grosso modo, conservan su forma latina. Acciones de pensamiento 1. Escribe las diferencias y similitudes que encuentras entre los dos periodos en un cuadro como el siguiente. 2. Responde las siguientes preguntas en tu cuaderno: a) Las actividades del campo fueron la base de la economía de Roma. ¿Crees que en Colombia el campo tiene la misma importancia que tuvo en la época romana? Explica tu respuesta. b) Explica qué ventajas y desventajas encuentras en la relación y el contacto con otras culturas. c) ¿Qué rasgos de la cultura romana crees que perduran actualmente en Colombia? d) Elige una de las formas de gobierno romano estudiadas anteriormente. ¿Qué similitudes encuentras entre esa forma de gobierno y la de nuestro país? Explica tu respuesta. e) ¿Existen en la actualidad países que tengan formas de gobierno como las que estudiaste en la unidad? Si tu respuesta es afirmativa, elabora un listado de dichos países. f) ¿Consideras que actualmente en nuestro país existe intolerancia hacia las personas que profesan religiones diferentes a la de la mayoría? Explica ¿cuáles consideras que son las razones por las cuales existe tal rechazo? 3. Completa con algunas diferencias y semejanzas entre el cristianismo y las creencias religiosas romanas: