El Despojo de África PDF

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El texto describe la historia de la exploración y el despojo de África por las potencias europeas. Se centra en los exploradores pioneros y las consecuencias de la colonización. Incluye detalles sobre expediciones, rutas comerciales y el impacto en las culturas locales, presentando una visión crítica.

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DOSSIER El despojo de ÁFRICA Un africano se acerca con una mezcla de curiosidad y recelo a una cámara, en una fotografía tomada en 1900. En 1884, para evitar gue...

DOSSIER El despojo de ÁFRICA Un africano se acerca con una mezcla de curiosidad y recelo a una cámara, en una fotografía tomada en 1900. En 1884, para evitar guerras coloniales, las 74. Las exploraciones. Caminos para el saqueo potencias europeas se reunieron en Berlín en Arturo Arnalte torno al último gran pastel territorial que quedaba por repartir. Gracias a las últimas 82. Berlín 1884. exploraciones, conocían mejor el terreno y, El reparto Juan B. Vilar en un ambiente educado y diplomático, trazaron fronteras con escuadra y cartabón 89. Nuevas reglas que fijaban quién tendría derecho a quedarse de juego con qué. Las decisiones que se tomaron a Donato Ndongo miles de kilómetros transformaron el continente de forma irreversible, con unas 92. Un continente “sin dueño” consecuencias que se siguen sintiendo José María Ridao 73 Las exploraciones, caminos para el SAQUEO En 1800, África era para los europeos un mapa mudo. Un siglo después, no quedaba palmo por catalogar. El salto cualitativo se explica, en parte, por el empeño de un puñado de aventureros; unos, soñadores y bonachones, otros, arrogantes y crueles, pero todos obsesionados por dominar y moldear el continente. Arturo Arnalte sigue sus pasos al sur del Sáhara 74 EL DESPOJO DE ÁFRICA montorios o en islas frente a la costa. tre grupos rivales, y unos métodos a Durante cuatro siglos, habían sido la menudo brutales, como en los casos de Un grupo de porteadores negros carga con partes de un vapor en una expedición en meta de las caravanas que conducían la Burton o Stanley. África, según una ilustración publicada el principal materia prima africana que de- 28 de mayo de 1889, en Le Petit Journal. mandaban los europeos: esclavos para Las desventuras de Mungo Park las plantaciones americanas. Pero, con El primero de esta lista de pioneros es breves excepciones, el interior había si- Mungo Park, que trató por dos veces de do por lo general un territorio desco- navegar por el Níger hasta su desembo- nocido, misterioso y hostil, celosamen- cadura para determinar su curso. Park te preservado por los jefes africanos. era un médico escocés que fue contra- Sólo los portugueses, con presencia tado por Joseph Banks, el rico presidente temprana en las franjas litorales de las de la Royal Society y antiguo compañe- actuales Angola y Mozambique, y los ro de viaje del capitán Cook. Sólo tenía holandeses, que desembarcaron en Ciu- 24 años cuando embarcó, el 22 de ma- dad del Cabo en 1652, habían penetra- yo de 1795, en Portsmouth rumbo a do unos pocos cientos de kilómetros Gambia, con la misión de internarse por hacia el interior. Del río Congo, sólo se el continente hacia el Este, a fin de al- conocía la desembocadura; del Níger, canzar el curso del Níger, navegarlo, des- se creía o bien que afluía al Nilo, o bien cribir las ciudades que se alzaban en sus que moría en un mar interior, puesto riberas y averiguar dónde desembocaba. que corría hacia el Este, alejándose de Park estudió mandinga para viajar con la costa atlántica. De las fuentes del Ni- una caravana de mercaderes de esa et- lo se conocía lo mismo que en la épo- nia, cruzó el río Senegal y, tras haber si- ca en que Heródoto escribió: “sobre el do robado, vejado y abandonado a su origen de este río nadie sabe nada”. suerte por moros, logró llegar a pie un África era una gran mapa mudo en el año después al Níger, comprobando que que los cartógrafos rellenaban los es- discurría hacia el Este. La narración del pacios vacíos con animales y persona- primer viaje de Park es una lectura muy jes exóticos. amena, cuyo protagonista es un entra- A finales del mismo siglo, sólo dos Es- ñable antihéroe, al que los hombres gol- tados eran libres. Liberia, una colonia pean, las mujeres desnudan y los niños creada en 1815 y formalmente inde- tiran piedras, como una encarnación de pendiente desde 1847, había sido fun- las penurias de Gulliver entre los gigan- dada por filántropos blancos estadouni- tes del país de Brobdingnag, el personaje denses que, además de acabar con la es- que Jonathan Swift había dado a la im- clavitud, querían devolver a los negros prenta en 1726. La juventud y el atracti- a África, convencidos de la imposibili- vo de Park fueron su salvoconducto. Sus dad de la convivencia igualitaria entre valedoras fueron las mujeres, a las que ambas razas. Y Etiopía, el mítico reino presenta como alegres, pícaras, atraídas del Preste Juan, aislado geográficamen- por su piel blanca y desternilladas de ri- te y congelado en una modorra medie- sa ante su extraña nariz prominente. Un val, de la que pronto le iba a despertar grupo de mujeres de Ségou le salvó la bruscamente el afán expansionista eu- vida al llegar al Níger, cuando ya se da- ropeo. En unos pocos años, la escuadra ba por perdido y, gracias a ellas, pudo y el cartabón dividieron caprichosa- volver para contarlo. mente a pueblos, separaron grupos lin- Tras reponerse, Park regresó a la cos- güísticos y pulverizaron las culturas lo- ta a pie, acompañando una caravana de cales, tecnológicamente mucho más atra- 30 esclavos, a los que los mercaderes A principios del siglo XIX, el sadas, a la par que miles de europeos conducían atados por el cuello. Para vol- mapa de África al sur del Sá- desembarcaban en el continente, unos ver a Escocia, hubo de embarcarse antes hara era un inmenso espacio para establecerse definitivamente, otros en un buque negrero americano con des- en blanco, cuyo contorno para hacer fortuna rápida. tino a Antigua, en las Antillas, donde se estaba pespunteado por una serie de La cartografía de la última frontera vendió el cargamento humano. Como un enclaves costeros, castillos y factorías, que le quedaba al hombre blanco la re- hijo pródigo, Park golpeaba de nuevo la que los europeos habían ido erigiendo llenó un puñado de exploradores, en su puerta de su casa a tiempo para la Na- en desembocaduras de ríos, en pro- mayoría británicos y franceses, con una vidad, el 22 de diciembre de 1797. fortuna milagrosa, una innegable tena- El final feliz de esta experiencia, que ARTURO ARNALTE es autor de Los últimos cidad, una hábil instrumentalización de demostraba que era posible visitar el in- esclavos de Cuba. los guías nativos y de los conflictos en- terior de África y regresar vivo, animó a 75 ciudad está muerta –escribió–; es la ciu- dad en la que la gente, a falta de leña, pone a arder el estiércol seco de los ca- mellos; en la que sólo obtiene agua quien puede comprarla en el mercado; en la que nunca se oye ni siquiera el can- to de un pájaro”. La opulenta y refina- da ciudad del desierto, meca de merca- deres y poetas, había perdido hasta el re- cuerdo de su glorioso pasado. Caillié hubo de salir de allí por el mis- mo método, andando, pero temió que, si regresaba al punto de partida, nadie creería la historia de su hazaña, por lo que decidió seguir al Norte, cruzando el Sáhara hasta Marruecos. Convertido en una sombra de sí mismo, andrajoso y con los pies sangrando, llamaba cien días después a la puerta del consulado francés en Rabat. Al ver su aspecto, el cónsul, un judío marroquí, no quiso ni abrirle y lo largó con cajas destempla- das, como a un mendigo importuno. Tu- vo que seguir caminando hasta Tánger, donde el cónsul Delaponte creyó su his- toria. Su salud nunca se recuperó del to- do y murió diez años después. Poco a poco, otras metas fueron al- canzadas. En 1822, el mayor inglés Den- ham, el teniente de navío escocés Clap- perton y el naturalista Oudney lograron René Caillié, disfrazado de mercader musulmán, toma notas que oculta entre las páginas de su llegar al lago Chad, bajando en línea rec- Corán. Ilustración de su Viaje a Tombuctú (París, Museo de Artes Africanas y Oceánicas). ta desde Trípoli. Los hermanos Richard y John Landner resolvieron al fin, en la Royal Society a emprender una se- que decidió ser el primer cristiano que 1830, el enigma de la desembocadura gunda expedición. En esta ocasión, el mé- visitara Tombuctú. Sin apoyo ni protec- del Níger, que la muerte de Park había dico escocés fue acompañado de 35 sol- ción, René Caillié, hijo de un panadero dejado en suspenso, y que no era otra dados que partieron hacia el Níger tam- y él mismo aprendiz de zapatero, se es- que el delta cuyos brazos se conocían bién desde Gambia, pero en época de tableció en el Senegal francés un tiem- como los Ríos del Aceite. lluvias. Las fiebres diezmaron a la expe- po y vivió después unos meses en la co- dición, pues aún no se conocía el uso de lonia británica de Sierra Leona, apren- Burton y Speke, a la greña la quinina como preventivo del paludis- diendo árabe y costumbres y leyes mu- En 1855, los oficiales ingleses Richard mo, de tal manera que cuando la parti- sulmanas para poder viajar a pie por Burton y John Speke estaban destinados da llegó al río, en Bamako, sólo queda- África como un mercader mahometano, en Adén, cuando oyeron hablar de los ban seis soldados vivos. Park hizo cons- sin despertar sospechas. Inició el reco- Montes de la Luna, donde los árabes sos- truir una barca para descender por el río, rrido en la localidad, hoy guineana, de tenían que había una región de grandes pero todos los tripulantes murieron aho- Boké, en 1827. Al atardecer del 28 de lagos, que supusieron que podrían ser gados en los rápidos de Boussa, en la ac- abril de 1828, después de 538 días, lle- las fuentes del Nilo. Burton, políglota, tual Nigeria, durante un ataque. El trági- gaba a la puertas de Tombuctú, tras ha- erudito y pendenciero, cuya reputación co final se supo cuatro años después, por berse comportado en todo momento co- militar había quedado en entredicho tras el testimonio de un guía nativo que ha- mo un piadoso creyente, escondiendo sus informes sobre los burdeles mascu- bía acompañado a los expedicionarios. entre las páginas de su Corán las notas linos de Karachi, pero con indudable ta- que iba tomando. lento y energía, acababa de lograr la ha- Caillié: desengaño en Tombuctú Pero el sueño se desvaneció en cuan- zaña de visitar la ciudad santa de La Me- La lectura del viaje de Mungo Park y las to se hizo realidad. La mítica Tombuc- ca disfrazado de peregrino musulmán. aventuras del náufrago Robinson Cru- tú, alabada por León el Africano e Ibn Speke, al que había conocido cuando soe, el personaje de Daniel de Defoe Batuta, el principal mercado entre el Sá- ambos servían en el ejército en la India, creado en 1719, hicieron mella en el áni- hara y el África negra, ya no era más que tenía menos encanto personal, pero mo de un soñador adolescente francés, un poblachón polvoriento y anodino. “La idéntica ambición viajera y se mostró 76 LAS EXPLORACIONES. CAMINOS PARA EL SAQUEO EL DESPOJO DE ÁFRICA eran superiores y gozaba de cierta po- pularidad y brillo social, Speke sintió que su palabra quedaba en entredicho y or- ganizó con Grant una segunda expedi- ción para corroborar el hallazgo. En esa ocasión, pudo ver salir al Nilo del lago y seguir un tiempo su curso. De regreso a Inglaterra, se citó para polemizar en pú- blico con Burton. Pero el día antes del es- perado debate sobre las fuentes del Nilo, Speke murió de un disparo de su pro- pia arma, mientras estaba cazando. Bur- ton sostuvo que se había suicidado: “Dios mío, el pobre tipo se ha pegado un tiro”. Sin embargo, era Speke y no Burton quien había dado en el clavo. En la década siguiente, y siendo cón- sul inglés en la isla de Fernando Poo, un amargado Burton, cuyas excentricidades le habían marginado de la puritana vida social inglesa, y que consideraba que merecía destinos mejores que “el abo- minable espíritu de la desolación” que le pareció la decadente y mortecina co- lonia española, hizo algunos viajes me- nores de exploración al continente. Fue el primer europeo que ascendió a la ci- ma del monte Camerún, acompañado del juez español Atilano Calvo Itarburu. El celo misionero de Livingstone Pero los grandes protagonistas de la ca- dena sucesiva de hallazgos, a cuyo nombre ha quedado asociado el halo más romántico de la exploración de África, fueron el misionero inglés David Livingstone y el aventurero americano Henry Stanley. Si a Park y Caillié les movía un ideal romántico y a Burton y Speke el deseo de superación y una cierta fanfarrone- ría militar, a David Livingstone le llevó a África el celo misionero y el deseo de luchar contra la trata de esclavos, que pa- El célebre encuentro entre Stanley (izquierda) y Livingstone fue muy popular en su momento. ralizaba el desarrollo económico y mo- Aquí ilustra la tapa de una caja de bombones de fabricación francesa (colección particular). ral del continente negro. Desembarcado en Dar es Salam, capital de la actual Tan- dispuesto a acompañarle en una expe- ke casi ciego, descubrieron el lago Tan- zania, Livingstone comenzó trabajando dición a Somalia, de la que regresaron ganica. Al regresar, se separaron y Bur- como misionero en el África Austral, en gravemente heridos. ton se quedó en Tabora para reponerse la zona de Botsuana. Escandalizado por Dos años después, ambos hombres mientras Speke, que había mejorado, si- el espectáculo de la trata, que ocasio- partieron juntos en busca de las fuentes guió camino hacia el Norte y descubrió naba matanzas, despoblaba amplios te- del Nilo. La expedición salió de Zanzíbar un lago, al que llamó Victoria en honor rritorios y dejaba los caminos sembrados en julio de 1857 con gran lujo de por- de la soberana británica, y del que ase- de cadáveres, comenzó a escribir artícu- teadores, que acarreaban miles de cuen- guró que se trataba de la fuente del Nilo. los de denuncia que tuvieron mucho im- tas de cristal y cientos de metros de hilo Burton, probablemente celoso, se bur- pacto en el público británico. de latón y tejidos para ir comprando vo- ló de él y desde su vuelta trató despia- Convertido en una autoridad moral de luntades y derechos de paso. En febre- dadamente de desprestigiarlo en Ingla- referencia, comenzó a explorar África ro de 1858, un Burton agotado y un Spe- terra. Como sus capacidades literarias con la doble misión de combatir la tra- 77 do Henry Morton Stanley, un periodis- ta británico nacionalizado americano, al que el New York Herald hizo el encargo de encontrar al misionero perdido. Stan- ley, que en la Guerra de Secesión de EE UU había combatido inicialmente al la- do de los esclavistas, emprendió su via- je en 1871. Violento y racista, habría de hacer honor a estos dos adjetivos en los años siguientes. Al frente de 192 por- teadores y con la fabulosa cifra de 1.000 dólares de presupuesto, partió de Zan- zíbar y logró encontrar a Livingstone en Ujiji, el poblado donde se había oído ha- blar de él por última vez. El momento estelar de Stanley Así refirió el histórico encuentro: “No sé Stanley se ufanaba de su trato duro hacia los criados de la expedición. En esta ilustración de su qué hubiera dado en aquel momento Viaje en busca del Dr. Livingstone, amenaza con disparar a un porteador si deja caer la carga. por estar en algún sitio solitario, para ha- cer cualquier locura, para morderme las ta y completar las lagunas del mapa. En efectuó una segunda expedición por el manos, dar volteretas y hacer cualquier 1841, fue el primer blanco que cruzó el curso del Zambeze. Dos años después, cosa para desahogarme, pues la alegría desierto del Kalahari. En 1852, llegó al en 1866, emprendió un tercer viaje pa- me sofocaba. Parecía que mi corazón río Zambeze por el Norte de Botsuana ra buscar la relación entre el lago Tan- quería saltar del pecho; pero procuré y siguió hacia el Oeste, hasta San Pa- ganica, las cataratas Victoria y las fuen- que nada revelara mi semblante para blo de Luanda, desde donde volvió a tes del Nilo. conserva la dignidad de mi raza. Mozambique, en la costa del Indico. Era Tras cruzar el Tanganica, se perdió su Tomando entonces mi decisión, se- la primera travesía africana de costa a pista en Ujiji y la opinión pública em- paré a la multitud y me dirigí hacia el se- costa por el interior. pezó a temer que hubiera muerto. En- micírculo formado por los árabes, ante Financiado por la Royal Geographical tonces, entraron en escena el poder de el cual estaba en pie el hombre de la Society, de 1858 a 1864, Livingstone la prensa y un joven aventurero llama- barba gris. Mientras avanzaba lentamente pude observar su palidez y su aspecto de fa- Iradier, el soñador de Vitoria tiga. Llevaba un pantalón gris, un cha- quetón rojo y una gorra azul con ga- E l explorador español más interesante de este periodo, que fue decisivo para la configuración de las fronteras de Exploró la isla de Corisco y la de- sembocadura del Río Muni y punta Botika en el continente, adentrán- loncillo de oro. Hubiera querido correr hacia él; pero me sentí cobarde ante aquella multitud; hubiera querido abra- lo que se convirtió en la colonia española dose por la tierra de los guerreros zarle, pero él era inglés, y yo ignoraba de Guinea Ecuatorial, es el vasco Ma- fang. Residía en una casucha en cómo me recibiría. nuel Iradier, que conoció a Stanley de la isla de Elobey Chico, con Hice pues lo que me inspiraron la co- paso por Vitoria, en 1873, cuando és- una pobreza extrema, desde- bardía y un falso orgullo; me acerqué te cubría la guerra carlista para el New ñado por las autoridades, de- deliberadamente y dije descubriéndome: York Herald. Tras la entrevista, el jo- safiando a la enfermedad y al -¿El doctor Livingstone, supongo?” ven Iradier, que había fundado una olvido. En un segundo viaje en Durante cuatro meses, los dos aven- sociedad llamada La Explorado- 1884, en una misión oficial de tureros exploraron juntos algunas zonas ra y abrigaba el ambicioso pro- carácter político, logró comprar de la región de los Grandes Lagos y lue- yecto de cruzar África de Norte a la sumisión de los jefes tribales de go Stanley decidió regresar, en marzo de Sur, decidió seguir el consejo del la zona de Río Muni. Gracias a su 1872, mientras Livinsgtone, ya repuesto experto y comenzar por explorar esfuerzo, España acudió a la Con- continuó su camino para descubrir si el el fragmento de la costa de Gui- ferencia de Berlín con un pie en el río Lualaba desaguaba en el Congo o en nea que se extendía frente a la is- continente africano. el Nilo. El 29 de abril de 1873, murió la española de Fernando Poo. mientras oraba junto a su camastro. Sus Iradier empezó su viaje en 1874, Manuel Iradier, al regreso de su sirvientes le extrajeron las vísceras, re- con sólo veinte años, acompa- segundo viaje al Golfo de llenaron el cadáver de sal y lo secaron al ñado de su mujer Isabel y de su Guinea, en la portada de La sol para que se conservara hasta que pu- cuñada Juliana, ambas de 18. Ilustración de Álava. diera ser devuelto a la costa y a Inglate- rra. Un año después, Gran Bretaña le ren- 78 LAS EXPLORACIONES. CAMINOS PARA EL SAQUEO EL DESPOJO DE ÁFRICA día solemne tributo en el entierro de sus restos en la abadía de Westminster. El misterio del Lualaba fue otra he- rencia que Stanely recibió del misione- ro, y que resolvió en la última y más es- pectacular de las expediciones trans- continentales, cuyos efectos fueron de- cisivos para desatar el brutal saqueo de hombres y recursos con el que África despidió el siglo XIX y entró definitiva- mente en los mapas. En 1874, Stanley tenía 33 años, fama y un público lector. A la ayuda del New York Herald logró sumar la del Daily Te- legraph, diarios a los que se ofreció pa- ra completar la obra de exploración del misionero fallecido. Al frente de una ca- ravana de 360 personas, partió de Ba- gamoyo, en la costa oriental de África, Savorgnan de Brazza logró la sumisión a Francia de las tribus de la ribera norte del Congo. frente a la isla de Zanzíbar, con la fina- Recepción del explorador en Cazembé, según un grabado que ilustra el relato de sus viajes. lidad de terminar la exploración de los Grandes Lagos y averiguar el curso del as de viaje y tras perder 114 hombres, el Los exploradores habían sido la avan- Lualaba. En febrero de 1875, llegó al la- explorador y el resto de su expedición zadilla para abrir caminos, clasificar cul- go Victoria y trazó el primer mapa de su alcanzaron Boma, en la costa atlántica. turas, rebautizar la geografía y efectuar perímetro. Recorrió a continuación el pe- Stanley había envejecido y encanecido, una apropiación simbólica de una na- rímetro del lago Alberto, junto a Ugan- pero su ambición no había disminuido. turaleza que se presentaba como aban- da, descendió hasta el Tanganica y en Y la de un ávido monarca europeo tam- donada, despoblada o en manos de pue- octubre llegó al Lualaba. Para bajar por poco. Nada más puso pie en Marsella, blos atrasados. Sus publicaciones, sus su curso, hizo construir un barco des- los emisarios del rey Leopoldo II de Bél- conferencias, las noticias sobre sus ha- montable, el Lady Alice. gica se lanzaron sobre él con embeleso zañas en la prensa reforzaron la con- A medida que pasaban los días, el para hacerle una modesta proposición: ciencia de superioridad europea y crea- Lualaba se iba ensanchando, sus aguas ¿Querría tomar posesión del territorio re- ron un estado de opinión ávido de exo- tismo y favorable a la expansión colo- Después de 4.700 kilómetros, 999 días de nial, entendida como una misión civili- zadora, casi como un deber moral. Ha- viaje y tras perder 114 hombres, Stanley cia 1880, la época de las grandes ex- llegó a la desembocadura del río Congo ploraciones había finalizado. Llegaba la hora de cosechar los inmensos benefi- se ennegrecían, la selva tropical de sus cién descubierto para la Asociación In- cios del África negra. Con los caminos riberas era cada vez más espesa y ame- ternacional Africana? Ese pomposo nom- abiertos, los secretos desvelados, la ma- nazadora. Por la noche, sonaba el tam- bre ocultaba una sociedad particular de laria vencida y el invento reciente de la tam sin que de día acertaran a ver a na- Leopoldo para explotar el Congo y sus ametralladora Maxim’s, las potencias eu- die. Sus hombres tenían miedo, pero riquezas como una finca privada. ropeas dejaron de sentarse ante un ma- Stanley decidió proseguir, desafiar las ca- pa en blanco, rodeado de misterio y fan- taratas que se avecinaban y los previsi- Brazza en Brazzaville tasía para hacerlo ante un tablero con- bles ataques de las tribus de las riberas, Un último nombre figura en la lista de trolado, con sus rutas, sus obstáculos y y ello sin saber si navegaba por el ori- los grandes, el del italiano nacionaliza- sus tesoros codificados, sobre el que de gen del Nilo o hacia dónde le conduci- do francés Piero Savorgnan de Brazza. inmediato comenzaron a jugar al mo- ría la imponente masa de agua. En mar- Con el encargo de Francia de contra- nopoli respaldados con entusiasmo por zo de 1877, estaba en las cataratas que rrestar las preocupantes actividades de sus opiniones públicas. bautizó como Stanely Falls, junto a la ac- Leopoldo en la zona, Brazza hizo dos Stanley, hombre de negocios, no du- tual Kisangani, donde el río torcía a la expediciones por los actuales Gabón y dó en aceptar la oferta de los emisarios inzquierda. Los tres blancos que le Congo francés, para hacer tratados con del codicioso rey de los belgas. Y re- acompañan habían muerto por el cami- los reyes locales a favor del Gobierno gresó una vez más al Congo, ahora pa- no y, para desplazarse sin ser fácilmen- de París. Nada violento, se ganaba con gado por Leopoldo II, para establecer te alcanzado por las flechas lanzadas astucia y amabilidad a los indígenas y, tratados con los gobernantes locales y desde las orillas, hubo de seguir río aba- entre 1875 y 1879, logró pactar con las una red de factorías a lo largo del río jo por el centro de la corriente. Pero lle- tribus afincadas a la derecha del Con- Congo para servir a la eufemística Aso- gó. Después de 4.700 kilometros, 999 dí- go su sumisión a Francia. ciación Internacional Africana. 79 GRANDES EXPLORADORES MUNGO PARK esclavos. La fama y los ingresos que le ganó el desprecio de sus compañeros de Selkirk, Escocia, 1771-Bussa, Nigeria, 1806 otorgaron sus libros de viajes le convirtie- armas. En 1853, disfrazado de musul- Estudió medicina en Edimburgo y traba- ron en independiente para planificar sus mán afgano, visitó jó en Sumatra, ganándose la confianza itinerarios. Perdido en 1871, fue hallado La Meca, aunque de la Royal Society, que le encargó que por H. M. Stanley en un encuentro céle- no fue el primer oc- explorara el curso del Níger. Su primera bre en la historia de ambos exploradores. cidental que lo ha- aventura, cuyo relato publicó en 1797, cía. Sí lo fue en en- le hizo famoso. Dos años después, ya MARY KINGSLEY trar en la ciudad casado y establecido en Escocia, el Go- Londres, 1862-Ciudad del Cabo, 1900 prohibida de Harar bierno le pidió que condujera una se- Sobrina de un clérigo, llevó una vida en Etiopía, antes gunda expedición. La época de las llu- anodina hasta los 30, cuando decidió de viajar con John vias, sin embargo, viajar a África para terminar un libro so- Speke en busca de causó la muerte bre religiones locales iniciado por su pa- las fuentes del Ni- por paludismo de dre. En 1893 y 1894, visitó Cabinda y lo. Fue cónsul en la mayoría de los la isla de Fernando Poo, decubrió nue- Fernando Poo, Santos (Brasil), Damasco componentes y los vas especies de peces, convivió con los y Trieste, donde falleció. seis que se salva- caníbales fang y escribió unos relatos de ron se ahogaron en sus viajes que HENRY MORTON STANLEY el Níger poco des- muestran una sen- 1841, Gales-1904, Londres pués, durante un sibilidad pionera y Hijo ilegítimo, se embarcó en Liverpool y ataque de los habi- a contracorriente llegó a Nueva Orleans en 1859, donde tantes de la región de los valores con- fue apadrinado por Henry Hope Stanley, de Bussa. servadores de sus de quien tomó el apellido. Soldado y pe- contenmporáneos riodista, fue a África en 1867 a cubrir la RENÉ-AUGUSTE CAILLIÉ varones, por su expedición inglesa contra el emperador La Rochelle, 1799-La Badère, 1838 simpatía y respeto de Abisinia, Tewo- Antes de los 20, el joven y humilde hacia los africanos dros II. Luego acep- obrero francés ya había viajado dos ve- negros. Murió tra- tó el encargo de en- ces a la zona francesa de Senegal y re- bajando como en- contrar a Livingsto- corrido parte del interior. Logró llegar a fermera en la Guerra de los Bóers. ne, que le hizo fa- pie a Tombuctú en 1828, disfrazado de moso, y finalmente viajero musulmán. JOHN HANNING SPEKE navegó por el río El relato de sus pe- Devon, 1827-Wiltshire, 1864 Congo cruzando ripecias, en tres vo- Sirvió en el ejércirto inglés en el Punjab, África de Este a lúmenes, se publi- el Himalaya y el Tibet. En 1855, viajó Oeste, momento a có en 1830 en por Somalia con Burton y al año siguien- partir del cual francés y pronto te ambos salieron de Zanzíbar en busca aceptó trabajar para fue traducido al in- de las fuentes del Nilo. Cuando Burton el rey Leopoldo de Bélgica. Antes de mo- glés. Nunca se re- enfermó, él llegó al rir, se nacionalizó británico de nuevo. cuperó del desgas- lago Victoria y afir- te físico sufrido en mó que era el ori- PIERRE SAVORGNAN DE BRAZZA el viaje y no volvió gen del Nilo. Bur- Roma, 1852-Dakar, 1905 a África. ton lo negó y su Brazza era un conde italiano que se na- controversia fue cé- cionalizó francés en 1874 y se alistó en DAVID LIVINGSTONE lebre. Regresó a el ejército de ese país. De 1875 a Blantyre, Escocia, 1813-Chitambo, Zambia, Africa para repetir 1878, exploró el río Ogowe y la desem- 1873 el trayecto y murió bocadura del Gabón. Regresó dos años Educado en un ambiente piadoso y hu- en un accidente, el después para pactar tratados con los je- milde, acudió a una llamada en busca de día antes de expo- fes locales de lo que luego se convertiría misioneros en 1834 y, una vez ordenado, ner sus conlusiones en el Congo francés, al norte del río del partió para África en un debate con Burton en Londres. mismo nombre. En en 1840. Durante 1884, fundó la 15 años viajó lle- RICHARD BURTON ciudad de Brazzavi- vando el Evangelio Devonshire, 1821-Trieste, 1890 lle, donde estable- por zonas nunca an- Educado en Fancia e Italia, fue un exce- ció una colonia que tes pisadas por los lente lingüista. Tradujo las Mil y Una No- gobernó de 1886 a europeos. Su inten- ches del árabe, el Kama Sutra del hindi y 1897. En 1905, ción era abrir rutas otros textos clásicos del persa, como El viajó de nuevo a in- comerciales en Áfri- Jardín Perfumado, de Nefzaoui. Militar vestigar denuncias ca que fueran una en el ejército británico en la India, estu- de abusos a los na- alternativa económi- dió en 1845 la prostitucion homosexual tivos y murió en el ca al comercio de en Karachi y lo detallado de su informe le viaje. 80 LAS EXPLORACIONES. CAMINOS PARA EL SAQUEO EL DESPOJO DE ÁFRICA ESPAÑA ITA L IA IMP E RIO Túnez OT OMA NO Tánger Argel M ar M ed ite rrá ne o Marraquech Alejandría Trípoli Bengasi E GIP T O D e si e r t o N de Libia ilo A RA BIA Ma Asuán S A H A R A r R oj Saint Louis Tombuctú o R. Jartum Masava Ni ge Lago Chad Nilo Blanco r Ni Sokoto lo Djnné Az Kano Gondar Golfo de Adén ul Boké R. Ch P e n í n sula ar Lago Volta i Freetown Lagos d e S o malia R. U Accra bang Duala i L. Turkana I. Fernando Poo Cuenca L. Alberto I. Santo Tomé del Congo I. Corisco Kismaayo L. R. L Lambarene go Victoria on uala Cabinda. C R Mombasa Kinshasa ba Matadi Tabora Í N D I C O Bagamoyo O C É A N O Ujiji L. Tanganica San Pablo Dar es Salaam A T L Á N T I C O de Luanda Lago Benguela Mtwara Niasa R. O R. C kav R. Zambeze uan an Sesheke do Mozambique go ITINERARIOS e iqu M a d a g a scar N O DE LAS PRINCIPALES mb Beira R. oza EXPLORACIONES D e si e r t o d e Lim po eM po Kalahari d É A nal Mungo Park 1795-1805 Ca René Caillé 1827-1828 R. Orange C Durban David Livingstone 1841-1873 O Burton y Speke 1857-1859 Ciudad Port Elizabeth Speke y Grant 1859-1863 del cabo Mary Kingsley 1862-1894 Henry Morton Stanley 1871-1889 0 500 1.000 1.500 2.000 km Pierre Savorgnan de Brazza 1875-1878 81 Berlín, 1884 EL REPARTO Para que los avances coloniales de las potencias europeas en África no generaran enfrentamientos armados, Bismarck las convocó en Berlín, a fin de acordar las reglas del juego. Juan B. Vilar explica el pacto entre caballeros, que en zonas del continente tuvo consecuencias rayanas en el genocidio L a nueva era del imperialismo ningún caso fue capaz de asegurar la in- europeo surgido en el siglo XIX, dependencia nacional, y una tras otra consecuencia del triunfo del fueron ocupadas por los europeos, bien ideario liberal, pero sobre todo como territorios de plena soberanía –Ar- de la revolución industrial y de los for- gelia en 1830, Libia en 1911–, bien co- midables avances de las técnicas y las mo protectorados –Túnez en 1881, Egip- ciencias, determinaron una nueva aper- to en 1882–. El mismo destino tuvieron tura del horizonte geográfico, que su- los movimientos de reafirmación isla- puso para el hombre occidental el co- mista más representativos: el del Mah- nocimiento y ocupación del planeta, di en el Sudán –aplastado por el Reino prácticamente en su totalidad. África no Unido con la toma de Jartum, 1898–, y podía ser la excepción. el de Ma el Ainin, en el Sahara Occi- La búsqueda de materias primas con dental, que corrió igual suerte por cuen- las que alimentar una industria en cre- ta de Francia, por las mismas fechas. cimiento y de mercados donde colocar los excedentes manufacturados; la con- Avances franceses e ingleses veniencia de sustituir los desaparecidos Hasta mediados de siglo XIX, la presen- imperios coloniales americanos por otros Leopoldo II de Bélgica estrangula a los cia europea en África era puramente tes- en Asia y África, con la consiguiente ad- habitantes de la Cuenca del Congo. Caricatura timonial. En 1830, los franceses ocupa- quisición de territorios tanto de explo- publicada en Punch, a finales del siglo XIX. ron Argel, so pretexto de librar a la na- tación como de poblamiento; la propia vegación internacional de aquel peligro- revolución de los transportes –sobre to- dental. También, para que su reparto y so foco corsario, pero una vez allí ya no do, por la aplicación del vapor y la hé- ocupación fuesen un hecho. se marcharon. Antes al contrario, desde lice a la navegación–, pero también con- A ello hay que sumar la incapacidad esa base de operaciones iniciaron la sis- sideraciones de orden social, científico de las sociedades tribales autóctonas pa- temática conquista del país, completada y cultural –eliminación de la trata de es- ra oponer una resistencia eficaz a la pe- en 1848 con el sometimiento del emir clavos, los nuevos descubrimientos geo- netración europea. No pudieron hacer- Abd el Kader. Desde el Sahel argelino, gráficos o el formidable impulso expe- lo las mejor organizadas –Dahomey, fue ocupado todo el Sahara centro-occi- rimentado por las misiones cristianas en Bornu, Malí, Uganda–, ni los Estados dental, hasta lograr enlazar con los terri- su doble versión protestante y católica–, feudales sobrevivientes en el Norte y Es- torios ocupados por Francia desde sus todo se concitó, en suma, para que en te del continente desde Marruecos a Abi- bases senegalesas en el Oeste africano un tiempo breve África desvelase gran sinia, Zanzíbar o Madagascar, todos ellos y Níger superior. Hacia 1880, los domi- parte de sus secretos al hombre occi- en pleno declive. nios franceses se extendían interrumpi- De otro lado, un incipiente naciona- damente por el eje Argel-San Luis de Se- JUAN B. VILAR es catedrático de Historia lismo suscitado en las antiguas depen- negal. Más al sur, Francia se hallaba tam- Contemporánea. Universidad de Murcia. dencias turcas del Norte de África en bién en el golfo de Guinea –Costa de 82 EL DESPOJO DE ÁFRICA Representación de la Batalla de Adua, en marzo de 1896. Las tropas etíopes, lideradas por Menelik, vencieron. Fue el equivalente al 98 italiano. Marfil, Dahomey, Congo superior y Ga- rar su hegemonía en el Mediterráneo Ello, sumado a la ocupación de Kenia, bón–, y desde sus islas del Índico per- oriental y, sobre todo, el control de la Uganda y otras regiones del África orien- manecía atenta para proceder al asalto nueva ruta a la India por el canal de tal, permitiría a Gran Bretaña conectar de Madagascar a la primera oportunidad. Suez, inaugurado en 1869. esos territorios con sus posesiones me- De superior alcance eran los planes El moderno Estado introducido por ridionales. Si bien en 1881, hubo de británicos para la ocupación del frente Mehmet Alí en Egipto en la primera mi- aceptarse la segregación de las dos re- oriental del continente. Ello mediante tad del XIX, saludado por los contem- públicas bóers (holandesas y calvinistas) un movimiento envolvente de Sur a poráneos como aurora de un resurgi- de Transvaal y Orange, situadas en los Norte y viceversa, que debería tener co- miento árabe, sobrevivió con dificultad confines noroccidentales de Sudáfrica, mo bases la recién adquirida Colonia de a su fundador, de forma que en 1882 su viabilidad era dudosa como los he- El Cabo –perdida por los holandeses ese país quedó reducido de hecho a chos no tardarían en demostrar. durante las guerras napoleónicas– y protectorado británico. El paso siguien- En contrapartida, por el Norte y No- Egipto, provincia emancipada del Im- te fue la ocupación del Sudán –condo- reste, el avance desde El Cabo resultó perio turco, cuya ocupación era para minio anglo-egipcio, pero en la realidad imparable: Natal, Bechuanalandia, Ba- Londres asunto prioritario, para asegu- dependencia exclusivamente británica–. sutolandia, Suazilandia, fueron cayendo 83 Las delegaciones que participaron en la Conferencia de Berlín, en 1884, en un minucioso dibujo de La Ilustración Española y Americana. una tras otra, reducidas a colonias o pro- en Eritrea y Somalia; y una compañía británicos en África oriental y en el Su- tectorados. Cuando en las décadas de belga, presidida a título particular por el roeste del continente. De otro lado, tam- 1880 y 1890 surgió la doble posesión de rey Leopoldo II, operaba en la inmen- bién era necesario decidir si se recono- Rhodesia, desde ella pudo enlazarse sin sa región del Congo. cían o no los derechos históricos alega- dificultad con Uganda y los dominios del dos por Portugal y España y si se aten- Norte. El Imperio británico en África La sistematización del despojo derían la pretensiones soberanistas del oriental era una realidad incuestionable. El proceso de penetración desordenada rey Leopoldo II de Bélgica sobre el Con- Baste decir que se extendía casi ininte- en el continente africano a partir de ca- go y, en caso afirmativo, de qué forma rrumpidamente desde el Mediterráneo a beceras de puente establecidas en el li- hacerlo compatible con los intereses de El Cabo. A su lado palidecían las otras toral, mediante la doble táctica de de- Francia y Portugal y con la deseable li- dependencias del Reino Unido en el frente atlántico del continente: Gambia, En 1880, Gran Bretaña y Francia ocupaban Sierra Leona, Costa de Oro (Ghana) e in- cluso Nigeria. casi toda África. Alemania e Italia hacían Iniciada la década de 1880, Gran Bre- taña y Francia se repartían buena parte aparición y Leopoldo II ansiaba el Congo del continente africano. Alemania que- mostraciones de fuerza y de compra de bertad de comercio y navegación en ese daba muy por detrás. Hizo acto de pre- voluntades, una y otra garantizadas con extenso país. Por último, se imponía re- sencia tarde, pero con determinación de ocupaciones fácticas, o con tratados de conocer o no, una por una, las adqui- quedarse: a sus posesiones de Camerún protectorado sobre los débiles poderes siciones ya realizadas y, sobre todo, in- y Togo, en el golfo de Guinea, sumó en autóctonos, necesariamente tenía que troducir mecanismos adecuados que re- 1884 los extensos territorios de África del terminar enfrentando a las potencias co- gulasen las anexiones futuras, así como Suroeste y Tanganica, este último en el lonialistas. Así sucedió con británicos y los posibles contenciosos entre las par- Índico. Portugal y España continuaban franceses en Egipto, Sudán y Nigeria; a tes interesadas. en sus posiciones históricas de siempre, los segundos, con los alemanes en Áfri- Para poner orden entre tanto caos y ya mencionadas; Italia hacia su aparición ca ecuatorial, y a estos últimos con los sentar las bases de un reparto consen- 84 BERLÍN, 1884. EL REPARTO EL DESPOJO DE ÁFRICA ledor en sus pretensiones coloniales. A más colonias, más dispersión y por tan- MARRUECOS to mayor debilidad. TRIPOLITANIA Los acuerdos de Berlín CIRENAICA Un Acta General de la Conferencia, fe- FEZZÁN chada el 26 de febrero de 1885, reco- gió los acuerdos básicos adoptados en la misma. Pueden resumirse así: TUCOLOR MASSAUA - Libertad de navegación y comercio FUTA UADDAI en la cuenca del río Congo, incluidas MOSSI JALON MAHDI disposiciones que garantizasen la neu- SOKOTO BORNU SAMORI ABISINIA tralidad del mismo y los derechos de las ASHANTI DAHOMEY RABBAH LIBERIA BENIN EQUATORIA poblaciones indígenas, pero también la libertad religiosa y las actividades e in- BUNYORO tereses de misioneros, viajeros, empre- BUGANDA ANKALE sarios y sus dependientes. Bajo estas EL CONGRESO DE BERLÍN. 1885 RUANDA condiciones (y limitaciones) eran reco- Posesiones Zonas de influencia BURUNDI nocidos el Estado Libre del Congo y el ZANZIBAR Británicas Británica rey Leopoldo II de Bélgica como su so- Francesas Francesa MSIRI berano, Estado que se extendería por un Portuguesas Alemana Alemanas inmenso territorio, aproximadamente los Belga Italianas 2/3 de la cuenca. Españolas - Libertad de navegación y comercio Belgas MERINA por el río Níger, si bien con cortapisas que primaban los intereses ya estable- Libertad de comercio sobre los ríos TRANSVAAL cidos del Reino Unido en sus cuencas Zona de libre comercio SWAZI Estados africanos con peso internacional ORANGE media y baja. ZULÚ Otros estados africanos - El derecho de posesión era funda- Estados africanos en constitución mentado en la ocupación efectiva, que 0 1.000 2.000 km Soberanía otomana nominal no en los derechos históricos o de cual- quier otra especie. No obstante, se re- conocía cierta prioridad en la ocupación suado, tuvo lugar una Conferencia en otro lado, venía a ser la única potencia de un territorio a la potencia ya estable- Berlín, entre el 15 de noviembre de 1884 capaz de ofrecer un escenario neutral, cida en sus inmediaciones, o que pudiera y el 26 de febrero de 1885. Asistieron, ya que entre las grandes era la única sin alegar tratados de protección o conve- aparte del Estado anfitrión, once dele- apetencias coloniales. El canciller ger- nios concertados por sus agentes con las gaciones: Reino Unido, Francia, Bélgica, mano Otto von Bismarck estaba firme- poblaciones autóctonas, pero siempre Portugal, España, Italia y Turquía, como mente persuadido de que la hegemo- que una u otra circunstancia fuera acom- partes más implicadas, pero también Pa- nía mundial correspondería al Estado pañada de ocupación efectiva. íses Bajos, Dinamarca, Suecia-Noruega, que ejerciese clara preponderancia en - La ocupación de uno o varios pun- Rusia, Austria-Hungría e incluso Estados Europa, y ésta resultaría tanto más im- tos del litoral daba derecho al traspaís o Unidos. Significativamente no estuvo re- batible cuanto más concentrados estu- hinterland correspondiente, en el que presentado ningún Estado africano. Ni viesen sus fuerzas y recursos en el con- siquiera los internacionalmente recono- tinente europeo. Ocupar colonias equi- cidos, como Egipto, Abisinia, Marruecos valía por tanto a dispersión de fuerzas y Liberia. En cambio, fueron recibidas y, en definitiva, a una mayor vulnera- como observadoras varias asociaciones bilidad. Se entienden las reticencias de filantrópicas, misionales, culturales y co- Bismarck a ese tipo de adquisiciones, lonialistas. Entre estas últimas, la Aso- que tuvieron lugar tarde y a desgana ciación Internacional del Congo, que por no caberle otra salida, al tener que propugnaba la creación de un Estado Li- proteger intereses de compañías priva- bre del Congo bajo la soberanía de la das alemanas ya introducidas. Por lo monarquía belga. mismo se comprende también que du- Berlín era el marco más apropiado rante la Conferencia de Berlín, el Rei- para la Conferencia. La nueva Alema- no Unido y sobre todo Francia, rivales nia, el II Reich, ejercía desde la reuni- reales de Alemania en Europa respec- Manos cortadas a nativos “improductivos” en ficación de 1870 un arbitraje incuestio- tivamente, sorprendentemente tuvieran el Congo de Leopoldo, una prueba de las nable en el continente europeo. De en el canciller germano al principal va- atrocidades que sufrieron los colonizados. 85 nacionalización de la explosiva cuestión del Congo, pero también el hallazgo de una salida a la de Egipto, apoyando a Francia para impedir el exclusivo con- trol de ese país por Gran Bretaña, y a és- ta en la cuenca del Níger para frenar apetencias no menos exclusivistas fran- cesas, o bien el afianzamiento de la pre- sencia alemana en Togo y Camerún o la anexión a Alemania de Tanganica y Áfri- ca del Suroeste para quebrar o siquiera debilitar unilaterales hegemonías fran- cesas y británicas en el golfo de Gui- nea y en África oriental. Los dos grandes Imperios La Conferencia de Berlín, al proporcio- nar marco legal a la expansión colonia- lista, estimuló el proceso de ocupación de territorios. Cuantas potencias tenían puesto ya el pie en África se apresura- El impulso misionero, católico y protestante, a finales del XIX, contribuyó a que África desvelase ron a redondear y ampliar sus posesio- sus secretos. Un obispo católico recorriendo su diócesis en el Congo, a principios del siglo XX. nes en carrera frenética, de forma que en diez o quince años el mapa colonial necesariamente debería hacerse pre- dientes o que se suscitaran en el futuro. africano alcanzó su conformación defi- sencia efectiva. Aunque las cláusulas de Berlín dista- nitiva. Fueron días pródigos en gestas - Eran precisadas la significación y al- ron de ser cumplidas fielmente, en ade- de exploradores, de intensa actuación cance de dos figuras diferentes: plena lante pudo contarse con una normati- misional, de ocupación de dilatados te- soberanía y régimen de protectorado. va consensuada en relación con las rritorios y de conformación de los res- - Los contenciosos suscitados entre cuestiones coloniales. pectivos sistemas coloniales, pero tam- dos potencias establecidas en una mis- Bismarck también logró que fueran bién de rivalidades y enfrentamientos de ma área deberían ser resueltos median- aceptados varios acuerdos globales, al las potencias –en Egipto, Sudán, Ma- te convenios bilaterales. objeto de evitar peligrosas hegemonías rruecos, Nigeria, Camerún…–, crisis que - Ídem las restantes cuestiones pen- en áreas concretas: ante todo la inter- no dejaron de contribuir a las tensiones que precedieron y posibilitaron el esta- llido bélico de 1914. Como telón de fon- Contra la malaria, quinina do, se perfila un siniestro y silenciado panorama de sufrimientos humanos, de E ntre 1819 y 1836, el 48 por ciento de los miembros de la guarnición británi- ca de Sierra Leona murió a consecuencia de bros de la tripulación del barco North Star, atracado en Sierra Leona, veinte tomaron quinina diariamente. El único que no lo hi- expolio sistemático, explotación e in- cluso genocidio de naciones enteras en el nombre de la civilización cristiana y la malaria. El peor año, 1825, la cifra llegó zo, murió. Dos años después, durante una el progreso. Dos potencias, el Reino Uni- al 78 por ciento. Servir en el ejército en Áfri- expedición británica por el río Níger, el doc- do y Francia, terminaron controlando ca era tan letal que se conmutaba la conde- tor T. R. H. Thompson hizo la prueba de gran parte del continente, siendo en de- na a los reos dispuestos a correr el riesgo y administrar quinina a parte de la tripula- finitiva las principales beneficiarias del el continente se ganó la justa fama de “tum- ción y otros productos al resto, comprobando reparto de África. ba del hombre blanco”. Las fiebres palúdi- la eficacia del medicamento. Cuando el tra- Ha quedado referido cómo, a la al- cas actuaron durante siglos como la mejor tamiento se generalizó, la mortalidad del eu- tura de 1885, el Imperio afro-británico arma de defensa de los africanos frente a las ropeo en África descendió vertiginosamen- se hallaba ya conformado siquiera en invasiones. Esta situación cambió a media- te y, en la segunda mitad del siglo, el cul- sus rasgos básicos. Basculaba hacia el dos del siglo XIX. Aunque hasta 1880 no tivo del quino, que procedía de las selvas de frente oriental del continente, entre se descubrió que la fiebre se debía a una in- Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia, se con- Egipto y el cono sur, vertebrado en tor- vasión del torrente sanguíneo por parte del virtió en un negocio millonario, en el que no al ferrocarril El Cabo-El Cairo, para Plasmodium y hasta 1897 no se supo que és- pronto entraron a competir cultivadores ho- entonces en funcionamiento en varios te se transmitía por la picadura del mosquito landeses de Indonesia y británicos de la In- de sus tramos. La aparición de un au- Anopheles, la malaria dejó de diezmar a los dia, que viajaron de incógnito a América a daz empresario resultó decisiva. Cecil europeos mucho antes, a raíz de dos hechos robar semillas y realizar las primeras plan- Rhodes (1853-1902) y su Chartered causales. En 1839, de los veintiún miem- taciones de quino en Asia. Company, desbordando las fronteras norteñas de Sudáfrica, ocupó de forma 86 BERLÍN, 1884. EL REPARTO EL DESPOJO DE ÁFRICA tan rápida como violenta un territorio inmenso y al propio tiempo muy rico en recursos agropecuarios y mineros, en menoscabo de las poblaciones abo- ARGELIA TUNICIA rígenes y de los intereses de Portugal, IFNI que pretendía a través del mismo unir MARRUECOS Angola y Mozambique. El ultimátum de LIBIA RÍO 1890 acalló las protestas lusitanas, pe- EGIPTO DE ORO ro generó en el pueblo portugués un perdurable resentimiento antibritánico, MAURITANIA llamado a dañar de forma irreversible SENEGAL ÁFRICA OCCIDENTAL una amistad de varios siglos. Ni siquiera GAMBIA SUDÁN ERITREA SOMALIA ANGLO-EGIPCIO FRANCESA las objeciones de la reina Victoria a tal GUINEA GUINEA SOMALIA política agresiva pudieron detener a PORT. COSTA NIGERIA BRITÁNICA SIERRA TOGO ÁFRICA ABISINIA Rhodes, firmemente respaldado por el LIBERIA DE ORO LEONA ECUATORIAL premier Salisbury. En el bienio 1890-91, COSTA CAMERÚN ambas Rhodesias y la nueva colonia de DE MARFIL SOMALIA RÍO UGANDA Nyasalandia quedaron unidas a los do- MUNI KENIA minios británicos, alcanzándose desde GABÓN CONGO BELGA LAS COLONIAS el Sur la región de los grandes lagos y, ÁFRICA por tanto, las fuentes del Nilo. Ocupa- EN ÁFRICA. 1914 CABINDA ORIENTAL da Uganda y Kenia –también Zanzíbar Británicas y parte de Somalia– y doblegado el Su- Francesas ANGOLA dán en 1898 –toma de Jartum por Kit- Portuguesas RHODESIA chener–, el ferrocarril El Cabo-El Cai- Alemanas ro fue una realidad. Italianas ÁFRICA DEL MOZAMBIQUE Españolas SUROESTE MADAGASCAR BAHÍA DE Belgas BECHUANIA Sistema flexible LA BALLENA Países independientes Para entonces, y en el otro lado del continente, se hallaba próxima la ocu- COLONIA pación total de Gambia, Sierra Leona, DE EL CABO BASUTOLANDIA 0 1.000 2.000 km Costa de Oro y Nigeria, completada es- ta última en 1901. Anexionadas las dos repúblicas sureñas de Trasvaal y Oran- ge al término de la Segunda Guerra férreamente centralizado y asimilista in- (Senegal y Alto Senegal, Guinea, Cos- Bóer (1899-1902), pródiga en épicos troducido por Francia en sus depen- ta de Marfil y Dahomey), a las que se episodios que valieron al presidente dencias coloniales y diseñado en bue- sumaron tres territorios bajo jurisdicción Paul Krüger (1825-1904) y a su pueblo na parte por el político radical Jules militar: Mauritania (1910), Níger (1911) universales simpatías, la totalidad de las Ferry. Baste decir que el África france- y Alto Volta (1911). El Sahara central, posesiones africanas del Reino Unido sa mediterránea, es decir Argelia, divi- también bajo administración

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