Pensadores Sociales Clásicos PDF
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Rafael Böcker Zavaro
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Este documento resume la estructura y el cambio social estudiados por pensadores clásicos como Comte, Spencer, Durkheim, Babeuf, Fourier, Owen, Marx, Smith, y Ricardo. Describe sus ideas principales sobre el evolucionismo social, el socialismo y el liberalismo económico.
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Estructura y cambio social en los pensadores clásicos Profesor: Rafael Böcker Zavaro Índice 1. El evolucionismo social (Comte, Spencer y Durkheim). 2. Los orígenes del socialismo: 2.1. El igualitarismo de Babeuf. 2.2. Los socialistas utópicos (Fourier, Owen, …). 2.3. Kar...
Estructura y cambio social en los pensadores clásicos Profesor: Rafael Böcker Zavaro Índice 1. El evolucionismo social (Comte, Spencer y Durkheim). 2. Los orígenes del socialismo: 2.1. El igualitarismo de Babeuf. 2.2. Los socialistas utópicos (Fourier, Owen, …). 2.3. Karl Marx y el socialismo científico. 3. Los fundamentos teóricos del (neo)liberalismo económico: 3.1. La economía clásica (Smith y Ricardo). 3.2. Los marginalistas y la economía neoclásica. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. El término desarrollo tiene sus orígenes en los conceptos aplicados en biología (1759-1859) visto como la evolución mejorante que acompaña el crecimiento de animales y plantas. Se transfiere este concepto al campo social en el siglo XIX. Su tesis se basa en el progreso como categoría central de su análisis. La acción humana mantiene el camino de la historia en una vía evolutiva ascendente y la variedad se debe a distintos estadios en las fases de progreso. Las sociedades civilizadas ven en las primitivas la imagen de su propio pasado. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. Existe una trayectoria común por la que pasan todas las sociedades. Estos estadios ponen de manifiesto la necesidad del devenir industrial y su motor es el desarrollo tecnológico. Los acontecimientos se desencadenan de acuerdo a una finalidad predeterminada. Las consecuencias son: desde el punto de vista teórico permite conciliar la diversidad de las sociedades. desde el punto de vista político, impide considerarlas en sí mismas para juzgarlas sólo en función del referente occidental. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. Conde de Saint-Simon El mundo entero debía ser organizado científicamente, y por eso mismo constituía un problema industrial y no, como se había creído en el siglo XVIII, un problema metafísico. Saint-Simon llegó a la conclusión, por el estudio de la historia, de que la sociedad pasa por períodos alternos de equilibrio y de disgregación. La nueva sociedad habrá de ser organizada de acuerdo con una jerarquía de méritos. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. Augusto Comte La “filosofía positiva” de Comte se origina en una intensa admiración por la precisión cuantitativa de las ciencias naturales. En su Curso de filosofa positiva se propone aplicar estos métodos para descubrir los principios de orden y cambio de la sociedad, ofreciendo así un nuevo cuerpo de conocimiento que podría utilizarse para reorganizar la sociedad y mejorar la humanidad. Ilustra los procesos de progreso como cambios en los que las sociedades han pasado del estado teológico al metafísico para alcanzar finalmente el estado positivo en el que triunfan la ciencia y el industrialismo. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. Herbert Spencer Identificó evolución con progreso social. La sociedad industrial estaba organizada mediante el principio de la diferenciación y especialización funcional y generaba una interdependencia entre las distintas actividades cada vez menos capaces de subsistir por sí mismas. Cada actividad (individuo) representa una función necesaria pero no suficiente para el funcionamiento del organismo social. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. Emile Durkheim Establece una tipología de las sociedades de acuerdo a la calidad diferente de los lazos sociales: la solidaridad mecánica (similitud de funciones y tareas no diferenciadas) y la solidaridad orgánica (basada en la complementariedad, en la cooperación y en la indispensabilidad mutua de papeles y ocupaciones altamente diferenciados) La historia se mueve de la solidaridad mecánica a la orgánica. La explicación es la creciente diferenciación funcional, es decir en la creciente especialización y división del trabajo. La división del trabajo es el mecanismo social que contribuye a la cohesión social que da la existencia a la sociedad, siendo ésta una totalidad distinta a la suma de las partes. 1. EL EVOLUCIONISMO SOCIAL. En conclusión, para el evolucionismo social la dirección principal de la evolución ha de buscarse en la creciente diferenciación funcional, o, en otras palabras, en el creciente incremento de la especialización y división del trabajo. La propia idea de sociedad implicaba la de su unidad, esto es, la existencia de una totalidad estructurada. Con esta condición, “la sociedad” se convierte en un objeto sociológico real para Saint-Simon, Comte, Spencer y Durkheim; una totalidad distinta de la suma de los elementos que la componen. 2.1. EL IGUALITARISMO DE BABEUF. Gracchus Babeuf Fundó la Sociedad de los Iguales, donde elaboró con cierta precisión los mecanismos de una sociedad planificada. En una sociedad realmente justa, no habría ni pobres ni ricos, ni tampoco existiría un sistema basado en la propiedad. Las leyes sobre la herencia y su inalienabilidad son instituciones “humanicidas”. Todas nuestras instituciones civiles, nuestras transacciones comerciales corrientes, constituyen un perpetuo bandidaje autorizado por leyes bárbaras. 2.2. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS. Simultáneamente a la creación y desarrollo de los partidos de los trabajadores surgieron otros profetas que trataron de crear por su cuenta pequeños embriones de nuevos mundos dentro del viejo. Fourier y Owen basaban sus proposiciones en una teoría de Rousseau que impregnaba hasta tal punto el ambiente de la época que no era preciso aprenderla mediante la lectura: la doctrina de que el hombre es bueno por naturaleza y de que son las instituciones las que lo han pervertido. A fin de demostrar que el interés de cada uno era compatible con el de todos, ambos propusieron la creación de sociedades autónomas limitadas dentro de la sociedad en el sentido amplia. 2.2. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS. Charles Fourier Las comunidades de Fourier dependerían del capital privado y no se propondrían una igualdad completa. Existiría sufragio universal, y se daría la misma educación a los hijos de los pobres que a los de los ricos. Se trataba sencillamente de organizar el trabajo de los individuos de forma tal que todas las “pasiones” humanas se canalizaran hacia fines beneficiosos. La eficiencia industrial será estimulada por la rivalidad de diferentes grupos. 2.2. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS. Robert Owen Las comunidades de Robert Owen por otro lado, realizarían la igualdad absoluta, tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos. Su única jerarquía se fundamentaría en la edad: las personas maduras, que todavía no hubieran entrado en la vejez constituirían el consejo gobernante. Los niños a partir de los tres años serían criados y educados colectivamente (por institutrices y preceptores especiales). La unidad del medio de cambio sería el equivalente a una hora de trabajo. 2.2. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS. Ninguno de estos dos idealistas políticos entendió el verdadero mecanismo del cambio social, ni tampoco pudo prever la inevitable evolución del sistema que tanto detestaba. Sólo podían idear sistemas imaginarios, lo más opuestos a la realidad que fuera posible (de ahí la denominación de socialismo utópico), así como tratar de construir modelos de tales sistemas bajo el supuesto de que su ejemplo sería contagioso. Era esto lo que significaba la palabra socialismo cuando empezó a usarse en Francia e Inglaterra hacia el año 1835. 2.2. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS. Pero serían los Estados Unidos, con su nuevo optimismo social y sus enormes espacios vacíos, el gran campo de experimentación. Por ejemplo, Owen llegó a Estados Unidos en 1824 para fundar el movimiento owenista. Fueron fundadas por lo menos doce comunidades de este tipo. Resulta difícil hacer un cálculo exacto del número de estas comunidades, pero existen testimonios fehacientes de por lo menos 178 (incluidas las comunidades religiosas que practicaban el comunismo). 2.3. KARL MARX Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO. Karl Marx (1818-1883) Karl Marx nació en Tréveris (Reino de Prusia, actual Alemania). Fue filósofo, periodista, historiador, sociólogo y economista. Hijo de un funcionario judicial de origen judío. Nieto del rabino de Tréveris Mordechai Levi, quien había tenido que adoptar un nombre no judío: Marcus Levi y luego Marx Levi. En 1808 su padre y sus tíos debieron cambiar de apellido por uno germano y adaptaron como “apellido” el nuevo nombre del abuelo. En 1818 su padre se convirtió a la Iglesia Evangélica (luterana) para que se le permitiera seguir ejerciendo la abogacía. El pequeño Karl y sus hermanos fueron bautizados en 1824. 2.3. KARL MARX Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO. En la obra de Marx puede apreciarse claramente una unidad, que comprende un desarrollo y adaptación del hegelianismo alemán, el socialismo liberal francés y la economía política británica. A excepción del primer periodo de la sociedad, antes de que surgiera la propiedad privada, el rasgo principal de las relaciones sociales ha sido y es la lucha de clases. Pero estos desacuerdos de los intereses económicos terminarán en una forma de sociedad sin clases, libre de conflicto y creativa que se denomina comunismo. 2.3. KARL MARX Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO. La atención de Marx no se concentra, sin embargo, en la naturaleza de las relaciones sociales cooperativas de la prometida utopía comunista. Sus escritos teóricos tratan de explicar más las realidades sociales existentes. Cree que la historia es un proceso de evolución a través del cual las sociedades pasan por varias etapas, destruyendo cada etapa a la anterior, pero construyéndose sobre ella (materialismo histórico). Marx distingue los diferentes tipos de sociedad basándose en sus modos de producción, en los que juegan un papel clave el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. Formuló conceptos fundamentales como alienación y plusvalía. 3. LOS FUNDAMENTOS DEL (NEO)LIBERALISMO ECONÓMICO. El liberalismo económico (siglo XVIII) es la doctrina económica desarrollada durante la Ilustración (que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa), formulada de forma completa en primer lugar por Adam Smith y David Ricardo, que reclama la mínima interferencia del Estado en la economía. El neoliberalismo (desde la década 1970 del siglo XX) es una denominación actual del liberalismo económico, cuyos defensores apoyan la liberalización económica, el libre comercio, los mercados abiertos, la privatización, la desregulación y la disminución del tamaño del sector público incrementando la influencia del sector privado en la sociedad moderna. 3.1. LA ECONOMÍA CLÁSICA. Adam Smith: Una vez dadas las reglas de justicia natural y respaldadas por algún tipo de refuerzo organizado, el núcleo de las relaciones sociales que se dan fuera de la familia, son, según Smith, las económicas. La industria es el sector motor del desarrollo. No era una opción sino una finalidad en si misma que a través del mercado beneficia a toda la sociedad. La mano invisible genera un equilibrio social y desarrollo económico. Esto lo llevo a enunciar unas leyes naturales que establecen un orden económico que se autorregulaba a sí mismo. 3.1. LA ECONOMÍA CLÁSICA. Para Smith el fundamento de la riqueza está en la base productiva. El excedente no surgía del comercio sino de la producción. Ya no sólo era la agricultura sino también la industria. Y la división del trabajo proporcionaba un progresivo aumento de la capacidad productiva del trabajo. Para ello es necesario garantizar el libre comercio y la intervención del Estado debe ser sólo para el resguardo de los contratos de mercado y cuestiones de orden público. 3.1. LA ECONOMÍA CLÁSICA. David Ricardo Se interesó en las consecuencias a largo plazo del crecimiento económico, considerando su distribución como el tema central para el desarrollo. La distribución presentaba dos conflictos: ganancias- rentas y ganancias-salarios. Los terratenientes son una traba para el desarrollo del capitalismo porque consumen el excedente producido por la sociedad a través de la renta. Las leyes económicas mantienen el salario a un nivel de subsistencia, ya que a mayores salarios menor ganancia para el capitalista. 3.1. LA ECONOMÍA CLÁSICA. Formula la ley de ventajas comparativas. Cada país puede ganar en el intercambio si se especializa en el ámbito en el que está mejor situado y reasigna a la producción de este bien las horas de trabajo destinadas a la fabricación de otro menos competitivo. Esto amplía la capacidad de producción y de consumo de todas las naciones. Esto generó la discusión entre países productores de bienes industrializados y países periféricos abastecedores de materia prima. 3.1. LA ECONOMÍA CLÁSICA. Muchas de las cosas que plantearon Smith y Ricardo referente a la esfera económica, particularmente aquellos efectos que tienen que ver con una competencia liberada, tienen más aplicación a las primeras fases del capitalismo cuando todavía estaba dominado por las pequeñas empresas, y tienen menos relación con el mundo de las compañías de capital social, sindicatos y corporaciones internacionales. Por ello, aquí reside la limitación de esta visión económica liberal. 3.2. LOS MARGINALISTAS Y LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA. Síntesis neoclásica La economía tiene como objeto explicar y demostrar de forma exacta las manifestaciones del egoísmo humano en los esfuerzos que los hombres realizan para la satisfacción de sus necesidades económicas. Establece un nexo entre economía y propiedad privada. El Estado debe dar garantías a la propiedad privada. El valor proviene de la utilidad subjetiva que los individuos atribuyen a los bienes y servicios y cada uno actúa socialmente intentando que sus elecciones sean lo más favorables a sus propios intereses. 3.2. LOS MARGINALISTAS Y LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA. Las causas se explican por las conductas de los agentes: utilidad en los consumidores y recursos disponibles. La distribución de la renta depende de la productividad marginal de cada factor: cada uno recibe de acuerdo a su contribución. La sociedad y la economía son el resultado involuntario de las relaciones contractuales que mantienen los sujetos económicos. La sociedad es la suma de economías individuales y las relaciones que las economías mantienen entre sí. 3.2. LOS MARGINALISTAS Y LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA. La delimitación de los derechos de propiedad requiere del mercado como espacio de coordinación y de reasignación de recursos, de intercambio y de apropiación. El análisis es de tipo ahistórico del funcionamiento del sistema económico. Las leyes que rigen la distribución del ingreso dependen de las condiciones tecnológicas y son independientes del tipo de sociedad en la que operan. El Estado debe velar por el cumplimiento de las reglas del mercado. 3.2. LOS MARGINALISTAS Y LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA. Síntesis de la reflexión neoclásica sobre el cambio social: Gradual: influencia de la teoría darwinista, Marshall habla de la biología económica y del crecimiento orgánico. Continuo: la innovación y la difusión de técnicas carecen de fisuras. Armónico: permite el pleno empleo y se benefician todos los perceptores importantes de la renta. Acumulativo: por la presencia de economías externas los beneficios de un sector se extienden al resto. CRÍTICAS AL ENFOQUE NEOCLÁSICO Anula el carácter histórico e idiosincrásico en el que se desenvuelven las relaciones sociales. Prevalece el análisis de las conductas de los individuos para explicar los fenómenos sociales. Anula la participación del Estado en la economía como facilitador del desarrollo. Cree que el mundo es mecánico y cualquier desvío del comportamiento natural se corrige automáticamente. INICIO DEL CONTEXTO IDEOLÓGICO NEOLIBERAL La Gran Depresión de 1929 sumió a la economía neoclásica en un gran descrédito, al evidenciarse que los mecanismos económicos “naturales” fallaban en la realidad. Por este motivo durante las siguientes décadas se relegaron los principios económicos liberales y se impulsaron la economía keynesiana y el Estado de Bienestar. No obstante, a partir de los años ‘70 del siglo XX se retomaron los fundamentos neoclásicos en el contexto ideológico neoliberal dominante hasta el día de hoy.