UA2 Hispania Prerromana Past Paper PDF 2020/21
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Academia de Logística
2021
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Víctor Javier Sánchez Tarradellas
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This is a study guide/booklet on the military history of pre-Roman peoples in Spain, focusing on the 2020/21 Academy of Logistics 3rd EMIES class. It presents a detailed examination of their warfare tactics and societal structures, including aspects of guerrilla warfare tactics.
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2020/21 Víctor Javier Sánchez Tarradellas Academia de Logística 3º EMIES HistoriaMilitar UA 2 HISPANIA PRERROMANA Sanchez Tarradellas 2 HistoriaMilitar UA 2 HISPANIA PRERROMANA 1.- OBJETO: El objeto de esta unidad es conocer los ejércitos de los pueblos prerromanos. Pueblos que desarrollar...
2020/21 Víctor Javier Sánchez Tarradellas Academia de Logística 3º EMIES HistoriaMilitar UA 2 HISPANIA PRERROMANA Sanchez Tarradellas 2 HistoriaMilitar UA 2 HISPANIA PRERROMANA 1.- OBJETO: El objeto de esta unidad es conocer los ejércitos de los pueblos prerromanos. Pueblos que desarrollaron una gran actividad bélica, ya que: “…prefieren la guerra al descanso y si no tienen enemigo exterior lo buscan en casa” POMPEYO TROGO, s I a. C. 2.-: SOCIEDADES GUERRERAS En la Hispania Prerromana, la aristocracia controla la milicia, cómo la mayoría de las actividades en estas sociedades. El sistema se basa en el fenómeno de clientela. Consiste en la fidelidad y ayuda militar que los guerreros deben al jefe tribal a cambio de su protección e incluso de su sustento. Esta clientela militar puede formar una auténtica guardia de élite para la protección del jefe y también Sanchez Tarradellas 3 HistoriaMilitar organizar, reclutar, adiestrar y conducir a las tropas de milicianos campesinos que toman las armas en las campañas. En algunas ocasiones contingentes de diferentes ciudades aúnan fuerzas contra un enemigo común, pero incluso en este caso cada uno combate bajo las órdenes de sus jefes naturales. Hay constancia de unión de íberos y celtíberos en ocasiones como aliados, o también como mercenarios en los ejércitos de las grandes potencias mediterráneas, Roma o Cartago. Integrados en estos ejércitos estructurados con cadenas de mando jerarquizadas y con tropas especializadas, los contingentes hispanos combaten con sus armas, enseñas y tácticas tradicionales, y con sus propios jefes que por otra parte suelen ser los únicos que saben latín o griego. La devotio, una costumbre de los pueblos prerromanos, común a otras zonas europeas como los galos y germanos, constituye una expresión extrema del sistema clientelar. A través de ella un guerrero (devotus) engrosa la clientela de un personaje importante (patronus) mediante un contrato por el que se compromete a defenderle hasta la muerte o suicidarse en el caso de que su jefe muera en combate antes que él por no haberle podido proteger. Sanchez Tarradellas 4 HistoriaMilitar La forma básica de guerra de los hispanos son expediciones de saqueo de objetivo limitado. No se busca la aniquilación ni la conquista del enemigo. Tradicionalmente se ha defendido la idea romántica de la guerra de guerrillas como predominante en estos pueblos, obviando las muchas veces que las fuentes hablan de ejércitos de miles de guerreros que se enfrentan a cartagineses y romanos en auténticas batallas campales. Se ha querido mostrar la forma de entender la guerra por parte de iberos y celtíberos contra romanos y cartagineses como un choque de culturas, donde la cultura de los hispanos, y por lo tanto su manera de entender la guerra, sería bárbara, indisciplinada, mal preparada y torpe, encontrando en la guerrilla y emboscadas su forma de combatir. En contra posición la cultura romana, por su manera de hacer la guerra, sería una cultura superior, organizada, bien entrenada y armada, que se enfrenta en batalla campal en una perfecta formación de orden cerrado. Esta idea preconcebida no responde con precisión a la realidad. Los pueblos peninsulares emplean efectivamente las tácticas de guerrilla con gran eficacia cuando las consideran necesarias, pero también recurren al enfrentamiento en formación cuando lo precisan y hay datos que muestran que en más de una ocasión fue el ejército romano el que ante ellos rehusó el combate en campo abierto. Tanto en guerrilla como en batalla en campo abierto, la manera de combatir de los pueblos prerromanos es muy eficaz en el primer envite, pero pasado este primer ataque, su eficacia es relativa. Las cargas iniciales son muy intensas y feroces, pero si fracasan, el desánimo cunde con relativa facilidad en las líneas y no disponen de una estructura de tropas de refresco que permita rotar los hombres de primera línea que tras la primera carga están agotados. Si fracasa esta impetuosa primera carga, las tropas hispanas se encuentran en serias dificultades. Emplean tácticas similares a las que describiremos al hablar del ejército romano. Las legiones inician el combate con nubes de escaramuzadores que hostigan intentando desorganizar al enemigo. Después la infantería de línea avanza arrojando sus jabalinas y cargando contra el enemigo usando el escudo para desequilibrarlo y la espada como arma ofensiva principal. Lo que sabemos de la forma de combatir de íberos y celtíberos manifiesta grandes similitudes. Ambos Sanchez Tarradellas 5 HistoriaMilitar distinguen entre infantería ligera (caetratae) y de línea (scutatae), despliegan en formaciones relativamente abiertas, utilizan pesadas armas arrojadizas lanzadas por la infantería de línea y otorgan un papel destacado al uso de la espada. Y las armas características de íberos y celtíberos son muy similares a las que conforman la panoplia romana. Es cierto que en la estructura formal de las unidades, la organización jerárquica, la disciplina y la logística las diferencias son muy acusadas. Los autores clásicos no aluden a discordancias en el armamento y su empleo entre romanos e hispanos. Enfatizan discrepancias de orden moral, del concepto global de la guerra o del manejo táctico de grandes ejércitos. Una táctica muy efectiva utilizada por los pueblos de la península ibérica es la que se conoce como concursare. Consiste en un ataque en masa, en aparente desorden. En un momento dado, antes de quedar bajo el alcance de los proyectiles del enemigo, se da una señal y el ejército hispano se detiene y comienza a retirarse, dando la impresión de que abandona el campo de batalla. Sanchez Tarradellas 6 HistoriaMilitar Esta secuencia ataque-retirada se repite una y otra vez, durante todo el día, durante varios días. Cada aparente retirada es seguida por un intento de persecución del adversario. A menudo el resultado es que el contrincante pierde los nervios y la disciplina, rompe su formación y se lanza desordenadamente en persecución de los hispanos. Entonces suena una señal, estos se reagrupan rápidamente y montan un feroz contraataque, cargando a toda velocidad sobre los enemigos, que perdida la formación son masacrados. Los guerreros de los pueblos prerromanos son muy apreciados en su tiempo. como Tanto romanos cartagineses no pierden la oportunidad de reclutar tropas íberas y celtíberas en sus filas. Cuando Aníbal inicia su célebre marcha sobre Italia en el 218 a. C. una parte significativa de su ejército está formada por tropas mercenarias peninsulares con funciones de infantería ligera y tropas especializadas como los famosos y temibles honderos baleares. Así, por ejemplo, las tropas hispanas desarrollan un papel decisivo en Cannas en el año 216 a. C., quizá la batalla más famosa de la historia, sosteniendo el centro del ejército cartaginés y permitiendo el cerco que acaba con el ejército romano. Sanchez Tarradellas 7 HistoriaMilitar La armas y la forma de combatir de íberos y celtíberos facilita su integración en los ejércitos púnicos. Según Pausanias, ya a mediados del siglo VI a. C. los cartaginenses cuentan con mercenarios íberos. Desde el año 481 a. C. hasta el final de la Primera Guerra Púnica los textos clásicos se hacen eco de la presencia de mercenarios íberos, lusitanos y celtíberos en los campos bélicos de Sicilia, no solo en el bando cartaginés sino también en el de su enemigo Siracusa. Tras el inicio de la conquista de Iberia por Cartago en el 237 a. C., los guerreros hispanos serán un vivero inagotable de soldados para los generales púnicos. Según Tito Livio en Apulia en el 208 a. C. las mejores tropas del ejército de Aníbal eran ya hispanos que, confiadamente, colocaba en el centro de su línea. Al final de la Segunda Guerra Púnica, ya en territorio africano, todavía se constata la presencia de 4.000 celtíberos en el ejército cartaginés derrotado en Zama. En el año 218 a. C. Cneo Cornelio Escipión desembarca en Emporion (actual Ampurias) con dos legiones romanas, dos alae y algo de caballería. Es el primer ejército romano que pisa el suelo de Hispania. Los romanos en Hispania se van a enfrentar a un entorno hostil, alejado de Italia, con extremas condiciones atmosféricas, un paisaje desolado y unos feroces indígenas que llevan la resistencia al límite. Casi desde el mismo momento que Roma toma contacto con el territorio de la Península Ibérica, los hispanos se integran en su ejército. Inicialmente son vistos por los altivos romanos con aristocrático desdén. El ejército invasor recurre a ellos solo como elementos auxiliares. Pero cada vez su participación será mayor, hasta llegar a ver con el tiempo muchos hispanos encuadrados como legionarios en las fuerzas romanas. Durante la interminable conquista de Hispania (218 a 19 a. C.), los romanos tienen cumplida ocasión de apreciar las notables cualidades guerreras de sus indómitos habitantes. Los hispanos, sometidos a continuas guerras contra pueblos invasores y en constante conflicto con las tribus vecinas hostiles, se convierten en guerreros muy apreciados por Roma. Sanchez Tarradellas 8 HistoriaMilitar Los romanos llevan utilizando auxiliares itálicos desde hace mucho tiempo, pero será en Hispania donde por primera vez contraten mercenarios. En 213 a. C. los generales romanos deciden complementar sus fuerzas con tropas más flexibles que los pesados legionarios. Estos guerreros celtíberos son los primeros mercenarios del ejército romano. El mercenariado es aceptado por muchos hispanos como una vía de escape de un futuro ligado a la pobreza de la tierra. Una salida natural frente a la romanización para gente que considera la guerra su forma de vida. Desde entonces el uso de estos guerreros será creciente como auxiliares. Y en buena medida esto es debido a que su forma de combatir encaja como un guante en la manera de luchar de los romanos. El uso de estos auxilia hispanos se va incrementado con el paso del tiempo, señal evidente del alto grado de satisfacción que estas tropas producen en los generales romanos. Y, progresivamente, van siendo empleados en escenarios bélicos allende los límites peninsulares. César los incluye en su ejército durante su campaña en las Galias y, sobre todo, en las guerras civiles posteriores. Y su principal enemigo en estas guerras, Pompeyo, también cuenta con numerosos contingentes de la antigua Iberia en sus fuerzas. 3.- ARMAS DE LOS HISPANOS 3.1. Falcata Sanchez Tarradellas 9 HistoriaMilitar La falcata es una de las piezas más representativas de la cultura íbera, en lo que a armamento se refiere. Es un arma de hierro o acero de aspecto curvado con una longitud variable entre los 55 y los 60 cm de largo, con una empuñadura decorada con motivos de aves o caballos como los frecuentes. símbolos Su nombre más se debe a su forma que recuerda a una hoz, falx en latín. Espada corta y puntiaguda, puede provocar terribles heridas tanto con su filo como con su punta. 3.2 Gladius hispaniensis En un momento todavía indeterminado, los romanos abandonan el modelo de espada de origen griego usado hasta entonces conocido como xiphos, y adoptan una espada de origen celtibérico, que denominan gladius hispaniensis. Los últimos estudios apuntan a que el prototipo del gladius hispaniensis es una espada celtibérica cuyo origen remoto está en algún modelo celta modificado sustancialmente de acuerdo con los gustos locales desde el fin del s. IV a. C., fundamentalmente en la Meseta peninsular. El profesor Quesada cree que los romanos adoptaron la versión hispana tardía de la espada de hoja recta y punta aguda, evolución del tipo galo de La Tène I, con una vaina típicamente hispana de armazón metálico y suspensión mediante tahalí y anillas. Probablemente la adopción del gladius hispaniensis entre las tropas romanas es algo progresivo a partir de su incorporación en los primeros años del siglo II a. C. Sanchez Tarradellas 10 HistoriaMilitar Esta espada de doble filo, punta afilada y ancho suficiente para parar golpes, constituye una de las armas más populares del legionario. Se trata de un arma mediana, con una hoja de una longitud en torno a los 55 centímetros, pesada y de funcionalidad muy similar a la de la falcata. Resulta especialmente idónea para el combate en orden compacto, con los legionarios que la empuñan protegidos tras sus grandes escudos. 3.3 Armas arrojadizas Los pueblos prerromanos utilizan jabalinas de forma similar a cómo lo harán los legionarios romanos con el pilum. Básicamente utilizan dos tipos de armas arrojadizas: la falárica y el soliferreum. La falárica es un arma arrojadiza, una lanza de madera de tejo con punta metálica de unos 90 cm de longitud y de sección cuadrada como el pilum. La punta podía cubrirse con estopa y pez u otro tipo de sustancia combustible. Se prendía y se lanzaba sobre el enemigo. Si le alcanzaba hacía que tuviera que desprenderse de la armadura, ya que al ser normalmente de cuero se incendiaba. Si era parada con el escudo, que generalmente era de cuero y madera, obligaba al atacado a desprenderse también de él. De este modo, además del efecto psicológico que tenía el fuego, el enemigo quedaba indefenso. También se arrojaban encendidas sobre máquinas de asedio y barcos, que eran de madera. Sanchez Tarradellas 11 HistoriaMilitar El soliferreum es una jabalina pesada muy efectiva. Su forma denota que se trata de un arma arrojadiza con una capacidad de penetración muy elevada. Al igual que el pilum romano, el soliferreum armaba una punta muy pequeña, generalmente triangular o en forma de hoja de laurel, que podía perforar sin problemas el escudo de un enemigo y, de paso, herir o matar al que lo sujetaba. fabricado Al estar enteramente de hierro, era imposible cortar el asta del arma, dificultando aún más su extracción. Otra peculiaridad de estas armas radica en sus empuñaduras. Como podemos imaginar, no debía ser ni cómodo ni fácil arrojar un hierro de menos de 2 cm. de grosor. Así pues, para mejorar el agarre el asta iba engrosada por la parte central, de forma que llenara la mano del lanzador. Sanchez Tarradellas 12 HistoriaMilitar 3.4. Armas defensivas Como armas defensivas se usan principalmente dos modelos de escudos: uno circular de madera o cuero denominado caetra, y el scutum, oval o rectangular, similar al utilizado por los legionarios romanos. Posteriormente estas armas dan nombre a la infantería ligera, caetri y a la infantería pesada, scutati. También se usan cascos que van del simple capacete al completo con cubrenuca y gran cimera. Como protección corporal se emplean lorigas y corazas de cuero y lino grueso. Pero su uso está en general poco extendido, quizás solo los jefes y un número escaso de guerreros tenían la posibilidad de acceder a su posesión. Sanchez Tarradellas 13 HistoriaMilitar El texto de esta unidad didáctica utiliza contenidos extraídos de la siguiente publicación: QUESADA SANZ, Fernando: Armas de la antigua Iberia. De Tartesos a Numancia. Madrid: La esfera de los libros, 2010. Sanchez Tarradellas 14