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Academia Auxiliar de Biblioteca Preservación en bibliotecas. Conservación y Restauración de los fondos Contenido registrado en la Propiedad Intelectual © El uso de este material para copia, distribución o venta está prohibido. Gracias. Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com 1. Introducci...

Academia Auxiliar de Biblioteca Preservación en bibliotecas. Conservación y Restauración de los fondos Contenido registrado en la Propiedad Intelectual © El uso de este material para copia, distribución o venta está prohibido. Gracias. Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com 1. Introducción: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de conservar? Desde el inicio de los tiempos se ha ido documentando la historia de la humanidad en diferentes soportes (tablillas de madera, tablas de arcilla, papiro, pergamino y papel); los cuáles han servido para que la información sea transmitida y se use como fuente de consulta de generación en generación. Con el paso del tiempo estos soportes fueron cambiando y modernizándose, ahora se encuentran documentos, libros, planos, mapas, periódicos, revistas, dibujos, grabados, fotografías, películas, discos, cintas de audio, videos, microfilms los cuáles reposan en estanterías adecuadas para cada material según su soporte en Bibliotecas y Archivos. Las Bibliotecas y Archivos conforman el patrimonio cultural y documental que reflejan una época de la historia, un pensamiento, una forma de vida; por su valor histórico y cultural, merecen ser conservados, pero sus colecciones se encuentran en riesgo por su deterioro constante, el material de los fondos bibliográficos es cada vez más frágiles y algunos están en peligro de extinción. El deterioro de los fondos se ha convertido en un problema, debido algunas causas interrelacionadas como: oscilación química relativa a los componentes de los materiales de archivos y bibliotecas, inapropiadas condiciones ambientales en las áreas donde se organizan las colecciones, rutinas de almacenamiento y uso inadecuado de los fondos, desastres naturales, robo y violencia. Las condiciones ambientales y las formas de almacenamiento ejercen gran influencia en la conservación de los libros y los documentos. El control del ambiente y las acertadas formas de almacenamiento constituyen las principales medidas de prevención. La biblioteca ha tenido durante mucho tiempo la única misión de conservar el documento que en ella se contenía sin más objeto que ése: almacenarlo y conservarlo sin más. Pero no es ésa la connotación que buscamos. El DRAE define conservación como acción de conservar, y define conservar, en su segunda acepción, como Mantener vivo y sin daño a alguien. Quedémonos con esa segunda definición, aunque inadecuada, pues referida a seres humanos, pero que bien se pudiera aplicar a documentos: “Mantener los documentos vivos y sin daños” Sí, esa podría ser la finalidad de la conservación en las bibliotecas. La conservación de la que hablaremos en este tema se encarga de preservar a los documentos en el mejor estado posible, evitándoles daños y deterioros, y si éstos tienen lugar, realizando las restauraciones pertinentes en dichos documentos. Asegurar la conservación de un libro (por ejemplo) quiere decir tener constancia de su “permanencia”, por un lado, noticia de su estado, y medios para conseguir que éste sea siempre el más adecuado, tanto preventiva como curativamente. 2 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Fuente 2. Conservación y restauración de documentos, panorama general en bibliotecas Lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de que los documentos efectivamente están físicamente en la biblioteca, y esto se hace a través de los recuentos. La periodicidad establecida para dichos recuentos en bibliotecas públicas es anual según el Reglamento de 1901 en su artículo 132 (quinquenal para la Biblioteca nacional y trienal en otros casos). Difícilmente pueden cumplirse estas premisas, a menos que, como suele hacerse en algunas bibliotecas del mundo, se interrumpa el quehacer y los servicios diarios de la biblioteca durante el tiempo requerido para realizar dichas operaciones, algo que no suele ser normal. Por poner un ejemplo, en la biblioteca nacional española, han transcurrido muchísimos años (más de treinta) para que se haya procedido a un recuento general unido a un examen adecuado para cerciorarse del verdadero estado de nuestro depósito bibliográfico nacional. Partiendo del supuesto de que, en las bibliotecas los fondos deben ser conservados pero hay algunos que por su naturaleza son perecederos, las preocupaciones de los responsables bibliotecarios en este sentido –apunta el profesor Carrión Gutiez- comienzan por la creación de un ambiente adecuado en los depósitos de conservación, teniendo en cuenta el acondicionamiento del aire, la luz, los materiales de construcción, los materiales de construcción, el mobiliario y equipo y el deterioro producido sobre todo por el uso. El polvo no es el enemigo mayor, pero es vehículo de agentes biológicos y químicos. Un programa de conservación incluye también la limpieza regular y detenida del depósito. Las reproducciones, mucho más las fotocopias que las fotografías, deben ser realizadas con cautela, y controladas para que no sufran las encuadernaciones, las tintas y el papel de los originales. El peligro para las encuadernaciones es evidente y los enormes deterioros producidos por la manipulación rápida o por la de grandes volúmenes es evidente. Otro caso de mal uso de los fondos es destinar los documentos adquiridos a través del préstamo interbibliotecario para algo más que la consulta en la propia biblioteca como la fotocopia masiva, préstamo, etc. 3 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com La degradación amenaza de continuo a todos los elementos del libro, sobre todo a los fabricados con componentes orgánicos; pero amenaza también a todos los materiales, no sólo a los libros. Se ha descubierto la amenaza contra el papel debido a la oxidación y la hidrólisis de la celulosa. La impresión sobre papeles no ácidos y la lucha contra la excesiva acidez destructora en su contacto con el medio urbano constituyen dos de los problemas bibliotecarios más vivos de estos días. ¿Qué es la conservación preventiva? Es el conjunto de acciones, programas, planes, políticas que tienen por objeto prevenir, amortiguar y retardar los efectos del deterioro que sufren los impresos y documentos, tratando de que los mismos subsistan para las generaciones futuras. La conservación implica tanto adelantarse a los daños (preservación) como curarlos (restauración). 3. La preservación documental Las diferencias entre preservación y conservación no están claras. La preservación es, en todo caso, un concepto más ambicioso que la conservación, pretende prolongar la vida del documento estudiando todas las medidas al alcance del bibliotecario: Control de las condiciones medioambientales Formación del personal que las manipula Sensibilización del público Medidas preventivas frente a agentes nocivos Sistemas de volcados de información con medidas de prevención La conferencia de la IFLA de 1986 y la bibliografía posterior hablaban de la preservación de esta manera: “La preservación comprende todas las actividades económicas y administrativas, que incluyen el depósito y la instalación de los materiales, la formación del personal, los planes de acción, los métodos y técnicas referentes al mantenimiento de materiales de archivos y bibliotecas y a la información contenida en los mismos”. 4 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Las primeras muestras de concienciación internacional sobre el valor de aplicar y perfeccionar estas medidas quedaron reflejadas en los Principios para la preservación y conservación de los materiales bibliográficos (Principles for the Preservation and Conservation of Library Materials), publicados por la IFLA en 1979 y revisados en 1986. Según estos: La CONSERVACIÓN engloba todos aquellos planes y prácticas relativos a la protección de los fondos. La PRESERVACIÓN abarca toda clase de actividades económicas y administrativas al servicio de la prevención contra el deterioro. La RESTAURACIÓN se basa en técnicas y conocimientos utilizados por el personal para reparar los daños causados por el uso, el tiempo u otros factores en los materiales de archivos y bibliotecas. Aunque, dada la diversidad de soportes bibliográficos existentes, resulta difícil establecer unas condiciones de conservación universalmente válidas para todos ellos, sí es posible respetar ciertas medidas generales y estándar para mantenerlos, al menos, estables. Con tal fin, se han iniciado diversos programas internacionales, como el PAC (Programa de Preservación y Conservación) de la IFLA, que, en 1998, publicó los Principios para el cuidado y manejo de material de bibliotecas (IFLA Principles for the Care and Handling of Library Materials), una nueva versión de los Principios de 1979 anteriormente mencionados. Fuente La preservación trata de mantener la integridad de los documentos en 3 sentidos: Integridad física: Es la materialidad del documento Integridad intelectual: El contenido Integridad intencional: La intención y el fin del documento La importancia de salvaguardar los materiales bibliográficos ha quedado plasmada también en nuestro marco legal. La propia Constitución señala, en su artículo 46, la obligación de los poderes públicos de garantizar la conservación del patrimonio cultural español. La legislación nacional al respecto se desarrolla, más ampliamente, en la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español y en las leyes sobre patrimonio de las respectivas CCAA. 5 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Debido al COVID-19 Los archivos y bibliotecas como principales instituciones en las que se custodia el patrimonio bibliográfico y documental también han desarrollado pautas específicas de conservación. Estos centros presentan como particularidad la convivencia del servicio a usuarios e investigadores, con la manipulación necesaria de sus fondos, y programas de gestión y conservación de los mismos. Es preciso llevar a cabo una planificación y diseño de medidas para, a continuación, realizar una implantación de acciones compatibles con las necesidades de seguridad del personal, del público y de las propias obras, y todo ello prestando los servicios que las autoridades estimen en cada momento del proceso de desescalada. En la página 26 del documento “Pautas para la gestión, conservación y disfrute público del patrimonio cultural en la desescalada de la crisis sanitaria (COVID-19)” elaborado por Ministerio de Cultura y Deporte Instituto del Patrimonio Cultural de España en mayo del 2020 se desarrollan las siguientes pautas específicas para la correcta conservación del patrimonio bibliográfico y documental: 6 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com 4. Condiciones ambientales Las fluctuaciones en la temperatura y la humedad relativa son muy perjudiciales para la conservación de los documentos y sobre todo para el papel. Las colecciones son higroscópicas: rápidamente absorben y liberan la humedad. Estos cambios aceleran el deterioro y, en los libros, deforman el papel y las cubiertas. Es básico mantener una temperatura y humedad relativas estables las 24 horas del día los 365 días del año. El exceso de humedad disuelve la cola y el papel. Esto se combate con suficiente ventilación, con estanterías abiertas, no adosadas a la pared y con suficiente separación entre baldas. TEMPERATURA Y HUMEDAD RELATIVA RECOMENDADAS EN BIBLIOTECAS SEGÚN EL TIPO DE SOPORTE SOPORTE TEMPERATURA HUMEDAD Papel 15-21º 45-65% Fotografía 15-20º 30-65% Film 10-20º 30-40% Grabaciones 18-20º 30-40% Microformas 18-20º 30-40% Ópticos 16-20º 35-45% Magnéticos 14-18º 40-50% 5. Luz La exposición de los documentos impresos a la luz es nociva para éstos. La luz más dañina para los documentos es la luz solar. Su efecto es acumulativo y lo mejor es que estén expuestos a los rayos de luz solar lo menos posible. Los documentos más delicados sólo deben estar expuestos a luz artificial y durante un tiempo determinado y controlado. Los depósitos son los lugares más sensibles de la biblioteca, lo ideales que se mantengan oscuros la mayor parte del tiempo y que sólo se utilice la luz artificial. En sala, se puede combinar la luz natural y la luz artificial. La luz más utilizada y recomendable en bibliotecas es la luz fluorescente con protección ultravioleta. Biblioteca de Málaga. Depósito 50-100 lux Depósito BNE INTENSIDAD LUMÍNICA RECOMENDADA Sala 500-750 lux 7 Trabajo 250-500 lux Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com 6. La contaminación y el polvo La contaminación existente cerca de áreas industriales y en las aglomeraciones urbanas daña los materiales del papel. La mejor prevención es la instalación de filtros en los conductos de aire acondicionado que limiten su efecto nocivo. En cuanto al polvo, los depósitos deben limpiarse regularmente y como parte de las tareas de los equipos del mantenimiento del edificio. No deben utilizarse escobas que transporten el problema a otra zona del depósito. Es aconsejable usar aspiradores, trapos o gamuzas secas y evitar el abuso del agua, lejía y detergentes abrasivos. La limpieza de los documentos debe ser una tarea vigilada por el personal de la biblioteca. 7. Microorganismos, insectos y roedores Se deben eludir las condiciones que supongan la reproducción de estos agentes biológicos en las bibliotecas, con las siguientes medidas: Temperatura y humedad relativa adecuadas Buena ventilación Baja intensidad lumínica Vigilancia y control periódico del material Control del material de nueva adquisición Limpieza, al menos anual, de los documentos Tratamientos preventivos, con desinfectantes, y fumigación en época de cría. En cuanto a los roedores, ejercen una acción mecánica destructiva sobre el papel que roen, pero hoy en día son bastante fáciles de combatir por los productos raticidas existentes. Los insectos bibliófagos o comedores de libros son otros de los peligros de la biblioteca; existen unas 100 variedades y se pueden dividir en dos grandes grupos: los habitantes regulares, que se alimentan del papel; y los habitantes ocasionales más los comedores de madera (xilófagos) pero que también atacan al papel. Cuando más peligro presentan estos seres es en su estado de larva. 8 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Pececillo de plata Entre los insectos “habitantes regulares”, encontramos: Gusanos del libro y coleópteros Piojo del libro Pececillo de plata Cucaracha Y entre los ocasionales y xilófagos: Los más peligrosos y destructivos son las termitas Las condiciones de oscuridad en las que desarrollan su acción destructiva pueden hacer que su presencia sólo sea detectada en estados muy avanzados y cuando el daño sea ya irreparable. Actúan tanto sobre el edificio y estanterías como sobre el material celulósico. Por otro lado, están los hongos y bacterias, que producen múltiples manchas de colores rojizos, violáceos o marrones y que pueden dejar el documento prácticamente ilegible. También reblandecen el papel creando un aspecto algodonoso que puede llegar a desintegrar el papel. Los hongos se reproducen por esporas y pertenecen al primer escalón de la escala vegetal. Las bacterias son unicelulares y son la escala más baja del mundo animal. 9 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Fuente 8. El fuego Para evitar que aparezca el fuego, tradicional agente devastador de documentos en las bibliotecas, se podrán tomar las siguientes medidas: Vigilancia continua del edificio y sus instalaciones Utilización de materiales no inflamables e ignífugos en la construcción del edificio bibliotecario Mobiliario ignífugo y no inflamable Estanterías ignífugas Puertas cortafuegos de acceso a los depósitos Alejamiento de las instalaciones eléctricas de las zonas de almacenamiento de documentos Desastroso incendio por bombas en la Biblioteca de Sarajevo. 9. El agua Los estragos provocados por el agua en las bibliotecas sobre los documentos depositados en éstas suelen ser más frecuentes que los provocados por el fuego. Las roturas de cañerías, atasque de bajantes, filtraciones en tejados, averías en alcantarillados, fallos en construcciones colindantes son causas comunes que afectan a la seguridad del fondo documental de la biblioteca. Desde el primer momento debemos acometer unas medidas de emergencia para evitar la aparición de hongos u moho: mantener la temperatura lo más baja posible, procurar una buena ventilación, e intentar reducir la humedad relativa con deshumidificadores. Si manejamos un material muy valioso debemos preservarlo en cámaras separadas del resto de la documentación. En caso de emergencia habrá que tener en cuenta la congelación, que permite conservar el documento hasta que pueda ser tratado por expertos. El sistema más barato y sencillo de secado es intercalar papel absorbente entre las hojas, intentando mantener los volúmenes verticalmente aireados con ventiladores. El proceso es muy lento y necesita la colaboración de todo el personal, cambiando las hojas absorbentes periódicamente. El tratamiento se acelera con la instalación de deshumidificadores. Es indispensable seleccionar el material que realmente necesitamos recuperar: si el documento se puede reponer comercialmente es un daño menor y debemos concentrarnos sólo en los indispensables e irremplazables. Otros sistemas que no están al alcance de la mayoría de los centros, por su elevado coste, son la evaporación al vacío y la liofilización. 10 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Inundación en la biblioteca de la Universidad de Las Palmas. Fuente 10. La acción humana La acción del hombre también afecta a los documentos y es importante educar a los usuarios y trabajadores en unas prácticas que sean sanas para los documentos, comenzando por los niños. Precauciones esenciales para la manipulación de los documentos (en especial los libros): Tocar los documentos con las manos limpias No subrayar ni escribir en los libros No extraer los libros de los estantes por el lomo No doblar sus páginas o dejarlos abiertos boca abajo para recordar el punto de lectura Usar marcapáginas (un marcapáginas de la biblioteca con su emblema y publicidad podría ser suministrado por esta en mostrador o al entregar un libro) Plastificar los libros antes del tejuelado Especial cuidado con los fondos de patrimonio bibliográfico No fotocopiar libros que puedan estropearse Realizar recuentos periódicos (1 vez al año en bibliotecas públicas) para detectar pérdidas y deterioros. UCM 11 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com 11. La encuadernación: preservación y también estética del documento La encuadernación propiamente dicha es la serie de trabajos necesarios para asegurar la unión y dotar de cubierta a un conjunto de hojas, pliegos o de cuadernos y constituir así lo que llamamos un libro como equivalente de volumen. Según el profesor Carrión Gutiérrez, la política de encuadernación de una biblioteca viene dada por varias variables que son, básicamente, cuatro: El uso La duración del documento La economía La estética. En la biblioteca pública hay que garantizar, en el peor de los casos, tres usos al año por los ocho años de duración media que tiene un libro en este tipo de bibliotecas. En bibliotecas cuyo fin sea la conservación como las Nacionales, el uso es una razón que por sí misma no admite dudas. No es sensato que se encuadernen fondos de poco uso y menor importancia, dejando de lado otros de mayor importancia o uso más frecuente. Otra razón para fijar la política encuadernadora es la economía. Tampoco parece acertado encuadernar libros que no han de ser conservados y en los que la encuadernación cuesta más que el libro, ni encuadernar colecciones de publicaciones periódicas sin justificación suficiente en su aprovechamiento informativo. No es probable que se disponga de medios suficientes para no verse obligado el bibliotecario a establecer un orden de preferencias tanto en las piezas que han de ser encuadernadas como en las formas de encuadernación y en los materiales de esta. Según Manuel Carrión, “un 15 por ciento del total del presupuesto de adquisiciones se considera una cantidad media razonable para dedicar a encuadernación, según lo establecido en bibliotecas importantes”. Encuadernaciones Por último, no deben olvidarse las razones estéticas. Cuando se trata de piezas excepcionales, la encuadernación no puede ser vulgar. Cuando han de ser conservadas, la encuadernación debe garantizar la solidez, el uso fácil y agradable. Un bibliotecario debe tener los suficientes conocimientos de la historia y del arte de la encuadernación, de sus técnicas y materiales, como para no cometer desaguisados o contribuir a la destrucción de la colección o a las molestias en su uso. 12 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Pero ¿Qué se debe encuadernar? Bien, todo material que entre en la biblioteca debe reunir las condiciones necesarias para su uso, para su conservación, o ambos. Hay tres grandes grupos de obras encuadernables: las que son encuadernadas a su ingreso suelen serlo al final del proceso técnico, cuando la obra tiene ya su signatura; otra parte de las encuadernaciones la constituyen las publicaciones en curso que han de ser encuadernadas a medida que se completan los volúmenes; el tercer grupo o forman las reencuadernaciones y reparaciones o restauraciones. Es tarea de los responsables del depósito o de las distintas salas decidir cuando una obra debe ser reencuadernada o restaurada. En las bibliotecas públicas la encuadernación está muy reducida a las obras de nuevo ingreso, cuando no existen en el mercado con encuadernación sólida o no han podido ser adquiridas en las centrales que las proporcionan ya encuadernadas. Bien, ¿Y, ¿Cómo ha de ser la encuadernación? La encuadernación holandesa o media encuadernación es la más característica de las bibliotecas, es también la más adecuada para libros gruesos o de gran formato como los de la colección de referencia (enciclopedia, diccionario, etc.). LA existencia de colas fuertes, elásticas y no corrosivas permite hoy utilizar en la biblioteca formas de encuadernación no cosida (forma tradicional). No sólo es importante en la encuadernación la cuestión conservadora, sino también, ya lo hemos apuntado, la estética. Debemos evitar la extrema monotonía, que puede convertir los depósitos y las estanterías en bloques pétreos. Esta última observación es importante para bibliotecas públicas, que no puede ni debe abrumar al lector con la seriedad de sus libros y, mucho menos, echar a la basura y al olvido toda la imaginación derrochada por los productores del libro para convertirlo en un producto atractivo. Hay que conservar el poder de atracción de camisas y cubiertas del libro, incorporándolas a la encuadernación de la biblioteca. Hay que combinar sabiamente los distintos colores de las cubiertas de los libros, aun cuando no se utilicen ya por sí mismos como primer elemento de clasificación y de ordenación topográfica. El lomo, aparte de la del tejuelo con la signatura, debe tener también su propia elocuencia. Condensar de forma acertada la información que ha de contenerse en él es tarea del bibliotecario por la variedad de casos e idiomas. Fuente: Suárez Jiménez, Antonio (1770-1836) Base de datos de encuadernación histórica artística del Patrimonio Nacional Español. 13 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com Tipos de encuadernación EN RÚSTICA. Consiste en plegar, ordenar, coser y cubrir el libro, aplicando una simple cubierta de papel, procurando que ésta sea igual al tamaño del libro, en la cubierta lleva impreso el título del libro, nombre y apellido del autor y pie de imprenta. Todo ello artísticamente dispuesto. EN CARTÓN. Conocido con el nombre de Cartoné, porque sus tapas son confeccionadas con aplicación de cartón de poco grosor, cosido a mano con cintas, cuerdas o a máquina, se le ponen guardas, las tapas con lomo de tela, los planos con papel corriente en tonos claros para que destaque la impresión. EN TAPA SUELTA. Ideal para libros de pequeño formato y grosor, así como de gran uso. Con costura bien resistente, a mano o a máquina, a estos libros se les hace cajo; sus tapas se cubren con papel imitación, tela, pegamoide, empleándose también otras telas que se pueden imprimir o dorar a prensa, ya sea en película o en oro fino, esta encuadernación se puede hacer en tela y en media tela. EN MEDIA TELA Y EN TELA. Esta encuadernación es con montura, formando la tapa sobre el mismo libro, muy popularizada para libros de mediana importancia, para hacerla más llamativa, se aplica en el lomo, un tejuelo de piel de color opuesto al de la tela, que haga contraste, dorando sobre él el nombre y apellido del autor y el título del libro. Cuando el libro va completamente cubierto de tela recibe el nombre de libro encuadernado en todo tela, y cuando solamente se cubre el lomo y puntas de tela, entonces se da el nombre encuadernación en media tela. Lo restante del plano que queda libre, sin tela, se cubre con papel fantasía que armonice con la tela; esta encuadernación es elegante. 14 Centro de Formación / www.auxiliardebiblioteca.com EN MEDIA PASTA. Es llamada también holandesa; se denomina así cuando el lomo va cubierto de piel y a los planos se aplica papel fantasía o tela; se ha de procurar, sin embargo, que armonicen con el color de la piel, eligiendo los tonos más semejantes; esta encuadernación es sumamente resistente, aplicándose a libros de regular tamaño y grosor. Cuando el plano va cubierto de papel, se aplican puntas de tela del mismo color que el lomo. Conservación y preservación en Bibliotecas. Postcast de Planeta Biblioteca 15

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