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TEMA 3.- Comportamiento trófico II. Comportamiento trófico del perro y del gato. Comportamiento de ingestión de agua. Anomalías del comportamiento trófico y de la ingestión de agua TEMA 3 COMPORTAMIENTO TRÓFICO II COMPORTAMIENTO TRÓFICO DEL PERRO Y DEL GATO Diferencias entre el comportamiento trófic...

TEMA 3.- Comportamiento trófico II. Comportamiento trófico del perro y del gato. Comportamiento de ingestión de agua. Anomalías del comportamiento trófico y de la ingestión de agua TEMA 3 COMPORTAMIENTO TRÓFICO II COMPORTAMIENTO TRÓFICO DEL PERRO Y DEL GATO Diferencias entre el comportamiento trófico del perro y del gato Tanto el gato como el perro doméstico pertenecen al orden de los carnívoros. Sin embargo, su comportamiento alimentario es muy distinto. El gato doméstico y, en general, los félidos es un carnívoro estricto. Por el contrario, los cánidos tienen una conducta trófica más variable. El perro doméstico en particular puede satisfacer todos sus requerimientos nutricionales a partir de una dieta de origen vegetal. Algunas de las principales peculiaridades nutricionales del gato relacionadas con su carácter de carnívoro estricto son las siguientes: El gato doméstico tiene unos requerimientos de proteína más altos que la mayoría de los mamíferos, incluido el perro. El gato necesita aproximadamente 1,6 veces más proteína que el perro. El gato utiliza una parte de los aminoácidos de la dieta como fuente de energía. El gato doméstico no puede satisfacer sus necesidades de taurina a partir de la cisteína del alimento. Lo mismo ocurre con las necesidades de retinol y de ácido araquidónico, que no pueden ser enteramente satisfechas a partir del caroteno y del ácido linoleico de la dieta respectivamente. El gato tiene dificultades para adaptarse a una dieta muy rica en glúcidos. Las diferencias entre el perro y el gato se manifiestan también en otros aspectos de su comportamiento trófico: En general, la velocidad de ingestión de alimento es muy superior en el perro que en el gato. Además, el perro muestra facilitación social en su comportamiento de alimentación. Es decir, la presencia de otro individuo aumenta el consumo de alimento. Este efecto puede ser de una magnitud considerable, y los animales pueden consumir hasta un 50 por ciento más cuando se les alimenta en grupo que cuando se les alimenta en solitario. Igualmente, la introducción de animales hambrientos puede provocar que otros animales previamente saciados consuman cantidades adicionales de alimento. Hay que señalar, no obstante, que el efecto de la facilitación social parece ser temporal, y desaparece cuando el alimento está permanentemente a disposición de los animales. Por otra parte, la presencia de individuos dominantes puede disminuir el consumo de alimento en los individuos subordinados. De hecho, la mera presencia de un dominante puede en ocasiones inhibir la secreción de saliva de un animal subordinado. En el gato no se ha descrito facilitación social del comportamiento de alimentación. Conducta depredadora del gato Aparte de su creciente popularidad como animal de compañía, el gato doméstico ha desempeñado y sigue desempeñando en algunos lugares un papel importante en el control de las poblaciones de roedores. Por otra parte, la conducta depredadora del gato ha contribuido en ocasiones de modo decisivo a la desaparición de poblaciones de especies autóctonas, especialmente a raíz de la introducción de gatos en islas deshabitadas. Control nervioso de la conducta depredadora La conducta depredadora está controlada por el hipotálamo lateral. Aunque el denominado centro del hambre se encuentra también en el hipotálamo lateral, ambas conductas depredación y consumo de alimento, están controladas de forma independiente. De hecho, la saciedad no inhibe completamente la conducta de depredación, que particularmente en su fase consumatoria, es decir, de captura y muerte de la presa, sigue manifestándose en respuesta al estímulo adecuado; incluso en animales que han comido recientemente. A pesar de ello, el hambre puede jugar un papel facilitador de la conducta depredadora. Tanto el oído como la vista participan en la localización y captura de la presa. El sentido del oído participaría en la primera fase de localización de la presa. La aproximación a la presa y su posterior captura dependerían básicamente de estímulos visuales y serían desencadenadas por objetos del tamaño adecuado, particularmente si están en movimiento. El contacto de la presa con las vibrisas, y muy especialmente con los labios, desencadenaría tal como hemos explicado el mordisco que causaría su muerte. Las vías nerviosas responsables del control de la conducta depredadora son mayoritariamente colinérgicas. Existe un caso descrito en la literatura de un gato que mostró un aumento en su conducta depredadora después de recibir un tratamiento contra la infestación por pulgas basado en un inhibidor de la colinesterasa. Tanto el GABA como la serotonina parecen tener un efecto inhibitorio sobre la conducta depredadora. Ontogenia de la conducta depredadora En general, parece que la persecución y captura de la presa dependen poco de la experiencia previa del animal. Por el contrario, la experiencia parece ser importante en el reconocimiento y muerte de la presa (que suele producirse a causa de un mordisco en el cuello) así como en la ingestión de la misma. El reconocimiento de la presa se inicia hacia el final del primer mes de vida, cuando la hembra aporta presas muertas a las crías. Durante las tres o cuatro semanas siguientes la hembra aporta presas vivas, de forma que las crías pueden practicar sus técnicas de caza. Cuando las crías tienen alrededor de cuatro meses de edad, las conductas de exploración y caza pueden ocupar hasta el 60-70 por ciento de su actividad. Se ha sugerido que el aprendizaje de los movimientos que conducen a la muerte de la presa está restringido a un período de tiempo comprendido entre la sexta y la vigésima semana de vida. Los gatos que aprenden a cazar más tardíamente lo harán con mayor dificultad. En este sentido, parece que la conducta de la hembra aportando presas vivas a las crías precisamente al inicio de este período es importante en el desarrollo de la conducta depredadora. La conducta de juego de los gatos jóvenes incluye varias secuencias motoras que son propias de la conducta depredadora. A pesar de ello, no parece haberse demostrado que la conducta de juego contribuya al desarrollo de las técnicas de caza. En resumen, pues, parece que la experiencia con presas reales durante un período concreto sería el factor clave en el desarrollo de la conducta depredadora y podría explicar en parte la variabilidad individual en dicha conducta. Por otra parte, se ha sugerido que dicha conducta puede estar afectada por factores genéticos y que los animales con una mayor tendencia a manifestarla serían en general más agresivos y tendrían una mayor tendencia a explorar ambientes nuevos. Estas diferencias serían especialmente relevantes con relación a la captura de presas potencialmente peligrosas para el gato. Aspectos ecológicos El gato es un depredador poco especializado, capaz de consumir varios tipos de presas en función de su abundancia relativa. En zonas continentales, los gatos son en general depredadores de pequeños mamíferos, principalmente roedores y lagomorfos jóvenes. Las aves, así como los reptiles, constituyen una pequeña proporción de las presas capturadas. En algunas zonas, la introducción de gatos ha sido responsable de la extinción de poblaciones enteras de aves. El efecto que la conducta depredadora del gato tiene sobre las poblaciones de pequeños mamíferos no es en absoluto despreciable, y la presencia de gatos puede ser un medio eficaz para eliminar o reducir poblaciones de ratas o ratones. De acuerdo con algunos trabajos, el efecto de un gato quedaría restringido a un área de aproximadamente 100 metros de diámetro, y sería más eficaz tras la aplicación puntual de un raticida. Ello podría ser debido a que los gatos suelen consumir preferentemente ratas jóvenes, de menos de 100 g de peso, con lo cual serían poco eficaces para eliminar una población de ratas ya establecida. Sin embargo, una vez libre de ellas una determinada zona, los gatos evitarían la recolonización de la misma. CONSUMO DE AGUA Control de la conducta de bebida La conducta de bebida está regulada por varios mecanismos. En primer lugar, un aumento en la concentración de solutos del líquido extracelular desencadena la denominada sed osmótica. Este mecanismo depende de la existencia de neuronas que responden a cambios en la osmolaridad del líquido intersticial y que reciben el nombre de osmorreceptores. Los osmorreceptores que desencadenan la sed osmótica están localizados en el hipotálamo. En segundo lugar, la llamada sed volémica se produce cuando disminuye el volumen de plasma. El mecanismo responsable de la sed volémica depende de la acción de la angiotensina sobre el sistema nervioso central y de barorreceptores auriculares. La mayor parte del agua de bebida es ingerida en previsión de una necesidad real, y muy frecuentemente asociada a las comidas. La acción de comer desencadena conducta de bebida En todas las especies, una disminución en el consumo de agua suele ir acompañada de una disminución en la ingestión de comida. La facilitación social también puede inducir a que animales que no tienen sed, beban agua. La finalización de la conducta de bebida parece depender de receptores gástricos, hepáticos y, en menor medida, de receptores situados en la boca y la garganta. En general, los animales dejan de beber antes de que cantidades importantes de agua hayan sido absorbidas. Consumo de agua en bovinos El bovino bebe metiendo su hocico en el agua y succiona el líquido dentro de la boca. La lengua juega un papel pasivo al beber. Sólo el hocico queda sumergido cuando se bebe. Los hollares casi nunca se meten dentro del agua. El agua que entra dentro de la boca es tragada y pasa dentro del rumen. La cabeza no necesita ser levantada, porque el paso del líquido no depende de la gravedad. Animales acostumbrados a abrevar en lagunas u otras aguadas naturales, al ser llevados a cercados con aguadas artificiales, suelen meterse en los bebederos por tener la costumbre de beber dentro del agua. Tasa y ciclos de ingestión de agua Ciclos: El ganado vacuno en pastoreo, si tiene fácil acceso al agua, bebe de 2 a 7 veces al día (promedio de 3-4 veces), pero en zonas de sierra escarpadas o en fincas de gran superficie, no va a abrevar más de una vez por día. Incluso menos en invierno, pudiendo pasar más de 48 horas sin beber. Cuando la temperatura ambiente no excede los 26ºC, el ganado se limita a beber por la mañana y al final de la tarde, pero si la temperatura sobrepasa los 32º C, suelen beber cada 2 horas o menos. Normalmente, el bovino que pasta bebe a la caída de la tarde, por la tarde y al anochecer. Raramente lo hace por la noche o a primera hora de la mañana. Condiciona el uso del espacio: Cuando el calor es intenso, pasan hasta 8 horas (desde las 9-10 de la mañana a las 5 de la tarde) en las proximidades de la aguada, rumiando, descansando y bebiendo frecuentemente. En invierno se dirigen a la aguada desde el lugar en que han dormido. Al mediodía, especialmente si hay sol, pasan un buen rato alrededor del agua y a la tarde beben por última vez y se dirigen hacia zonas de dormidero o zonas alejadas de la aguada para pasar la noche. A la mañana siguiente emprenden nuevamente camino hacia la aguada Efecto del ordeño: En ganado lechero tiende a beber después del ordeño. El bovino lechero bebe entre el ordeño nocturno y el matutino, mientras que el que pastorea lo hace entre ciclos de pastoreo. Facilitación social y jerarquías: El vacuno tiene un gran espíritu gregario, en especial en algunas razas, lo que hace que cuando uno se dirige a la aguada, lo sigan los otros. Esto hace que beban todos, aunque no todos tengan la necesidad real de beber agua. Como existe una jerarquía establecida, el uso del agua se puede ver afectado por la dominancia social. Por ello, algunos animales pueden tener una restricción al acceso al agua, aunque la misma se ofrezca ad libitum. Cuando en el rebaño hay conjuntamente animales astados y mochos, los primeros tienen prioridad de acceso al agua, y en algunos casos hasta pueden impedir que los mochos beban. Niveles de Consumo de agua. En vacas lecheras, el consumo medio diario, incluyendo el agua de la comida, es de 4,5 Kg por cada 45 Kg de peso vivo (10%), esto no incluye el agua contenida en la leche. La cantidad de agua consumida por los bovinos de varias edades y estado fisiológico en relación a la temperatura climática queda resumida en la tabla. Clase de bovino Condiciones Consumo agua(Kg/día) Terneros Holstein en lactancia artificial 4 semanas de edad 4,5 - 5,4 8 semanas de edad 5,9 12 semanas de edad 8,1 - 9 16 semanas de edad 11,34 - 12,70 20 semanas de edad 14,5 - 16,3 26 semanas de edad 15 - 21,8 Novillas de leche Manejo Gestantes 27,2 - 31,7 Ración mantenimiento 15,9 Ración engorde 31,7 Bovino de montaña 15,9 - 31,7 Vacas Jersey Produce 2-15 Kg/d 27,2 - 46,2 Vacas Holstein Produce 7-20 Kg/d 29,5 - 82,5 Produce 37 Kg/d 86,2 Secas 40,8 Factores que afectan al consumo de agua El consumo de agua está influido por factores tales como: La edad La raza La cantidad materia seca consumida, La temperatura ambiental, El contenido de proteína El contenido de sales de la ración, Gestación y lactación. Raza. La capacidad de adaptación de los animales incide de forma notable sobre la ingesta de agua. Así, bovinos cebuinos consumen menor cantidad de agua que bovinos europeos (37,8 litros frente a 60,5 litros, respectivamente), diferencias que aumentan con la temperatura. Independientemente de las diferencias en tamaño corporal existe una adaptabilidad fisiológica. Cantidad de alimento. El contenido en agua y el contenido en proteínas del alimento inciden sobre la cantidad de agua ingerida. A medida que aumenta la materia seca del alimento y su contenido proteico, lo hace el consumo de agua. De tal manera que la relación materia seca ingerida/agua consumida se mantiene constante. Es decir, una restricción del consumo de agua producirá una disminución de la cantidad de materia seca ingerida y una reducción de la relación agua/materia seca. Las restricciones de agua producen un mayor descenso en la cantidad de comida ingerida en el cebú que en los bovinos europeos. Calidad del alimento: Los bovinos alimentados con raciones de alto niveles proteicos beben un 25% más de agua que los de raciones de bajo nivel proteico. Ciertos pastos tienen un elevado contenido en agua, lo que disminuye en forma marcada su necesidad de agua de bebida. Los animales alimentados a ración o a pastoreo + suplementos concentrados tienden a beber con más frecuencia que los que permanecen a pastoreo exclusivamente. Sales: La adición de sal al alimento causa un marcado incremento en el consumo de agua. El ganado no acostumbrado a aguas con niveles salinos muy altos, previamente olfatea y luego lame el agua en lugar de sorberla normalmente, levanta la cabeza realizando movimientos de mandíbula y dejando salir el agua de la boca, en una acción muy característica, tomando poca agua cada vez. Si en una finca hay una aguada muy salina y otra con agua buena, los animales prefieran esta última aunque deban caminar más. El bovino no necesita beber agua inmediatamente después de ingerir un suplemento salino. Pueden pasar más de 7 horas hasta tener necesidad de beber. Por lo tanto, los saladeros, se deben colocar lejos de las aguadas para no agregar una causa más de sobrepastoreo en esas zonas. Anhídrido Carbónico del agua. Hay aguadas en que el ganado bebe solamente de noche. Esto se debe a que el porcentaje de anhídrido carbónico disuelto en el agua disminuye durante el día debido al calentamiento del agua, lo que la hace más alcalina. Durante la noche, al disminuir la temperatura del aire y del agua, aumenta la concentración de anhídrido carbónico, alcanzando una concentración suficiente como para mejorar la palatabilidad del agua. Lo mismo sucede los días de viento norte. Es también la causa por la que los animales se tienden a concentrar cerca de la válvula de entrada de agua al bebedero para tomar el agua que está más fresca y menos asolada y, por lo tanto, con mayor concentración de anhídrido carbónico y menos alcalina. Producción lechera. Como cabría esperar, la producción lechera se refleja directamente en el consumo de agua ya que la leche contiene un 88% de agua. Las vacas lecheras en lactación pueden beber hasta ocho veces por día. Las vacas lecheras en producción deben tener agua a su disposición permanentemente, pues se ha constatado que en esta forma producen alrededor de un 5 % más de leche que si bebieran a sólo dos veces por día, y un 10 % más que si lo hicieran en una sola toma diaria. El pico de la demanda de agua ocurre entre la 1ª y 3ª hora posterior al ordeño de la tarde, pudiendo llegar a beber más de 20 litros por minuto y hasta un 40 % del total del consumo diario. Consumo de agua en porcinos Los cerdos pueden aprender a accionar los dispositivos de agua antes de los dos meses de edad. Cuando se alimentan a libre disposición, los cerdos ingieren voluntariamente agua entre comida y comida. Pero si son alimentados de manera racionada, no beberán hasta que no han consumido primero toda la comida. La relación recomendable entre la cantidad de agua/materia seca es de 3/1, en especial para cerditos en crecimiento De manera sintética, los factores que producen un aumento del consumo de agua en cerdos pueden ser los siguientes: Incremento de apetito Aburrimiento Estrés por calor Aumento de niveles minerales en la dieta Alimento en pellets Mucha proteína en la dieta Por el contrario, producirán disminución del consumo de agua: El estrés por frío Agua con mayor temperatura de la normal Niveles de minerales elevados en el agua Contaminación del agua por bacteria o algas Descenso del flujo de agua Mala posición de bebedero. Consumo de agua en perros y gatos Asumiendo que el animal realice un ejercicio moderado, que tiene una dieta normal y que las condiciones ambientales no son extremas, el consumo diario de agua no debería ser superior a 90-100 mI/kg en el perro y a 45-50 mI/kg en el gato.

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