Resumen Psicología Social - Autoconcepto e Identidad Social PDF
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Isabel Bañuelos de la Hera
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This document explores the concepts of self-concept and social identity in social psychology. The text discusses different theoretical perspectives, how individuals form and maintain self-concept, and how social contexts contribute to identity formation. Topics covered include self-awareness and self-evaluation, the influence of social roles, group memberships, and cultural factors on self-perception.
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Psicología social↝Isabel Bañuelos de la Hera Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera Índice 3.1 Introducción y objetivos 3.2 ¿Quién soy yo por cómo me veo? Autoconcepto 3.3 ¿Quién soy yo por los grupos donde pertenezco? Identidad social...
Psicología social↝Isabel Bañuelos de la Hera Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera Índice 3.1 Introducción y objetivos 3.2 ¿Quién soy yo por cómo me veo? Autoconcepto 3.3 ¿Quién soy yo por los grupos donde pertenezco? Identidad social 2 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 3 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 3.1 Introducción y objetivos La psicología de la personalidad trata de averiguar qué variables tienen más influencia sobre determinados comportamientos, por ejemplo, si una persona es extrovertida (variable de personalidad) es probable que pregunte más en clase y aprenda más, por lo tanto, obtendrá mejores resultados. Sin embargo, el enfoque de la psicología social es un poco diferente, los psicólogos sociales nos preguntamos si esas variables individuales tienen tanto peso cuando tenemos en cuenta nuestro desempeño dentro de un grupo. En el caso de la clase, deberíamos tener en cuenta las dinámicas grupales que se han establecido (por ejemplo, preguntar al profesor sin miedo), los roles que desempeñan los miembros de ese grupo (por ejemplo, si soy el “listo de la clase”), o cuáles o cuánto de diferentes serían nuestras motivaciones dependiendo de la cultura en la que nos encontrásemos (por ejemplo, destacar para triunfar). Parece evidente que la forma en la que manifestamos nuestra identidad personal está influida por los contextos sociales, y, por otro lado, y de la misma manera, nuestra identidad social (las características de mí mismo que me definen por mi pertenencia a grupos) forma y es parte de nuestra identidad general. Los objetivos que se pretenden conseguir: 1. Determinar qué implica el término identidad. 2. Conocer algunos aspectos básicos de la identidad personal y social. 3. Profundizar en la teoría de la Identidad Social y la teoría de la Autocategorización. 4 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 3.2 ¿Quién soy yo por cómo me veo? - Autoconcepto Tal y como señala Gómez (2009) el autoconcepto es lo que decimos de nosotros mismos cuando nos preguntan quién somos. Nuestro autoconcepto global está formado por los distintos roles que desempeñamos, los contextos en los que nos desenvolvemos, las actividades que desempeñamos, nuestros rasgos, o nuestros estados de ánimo. Además, todo esto que soy yo, que ya es bastante complejo, cambia con el tiempo, por lo que realizar una definición del término autoconcepto no nos va a resultar fácil (Gómez y Martínez, 2018). Leary y Tangney (2003) realizaron una revisión de todas las definiciones de autoconcepto que existían hasta el momento y las agruparon en cinco grandes categorías: 1. Como toda la persona en general: lo que sería un sinónimo de persona. 2. Como personalidad: que englobaría todas las partes de la personalidad de un individuo, además de sus habilidades, temperamentos, metas valores y preferencias teniendo en cuenta aquellos factores de la personalidad de un individuo que la hacen psicológicamente única. 3. Como experiencia subjetiva: «yo» como sujeto de mí mismo, como autoconciencia y autoconocimiento. Es como distinguir al «yo conocedor», del «yo conocido». 4. Como creencia sobre uno mismo: qué percibo, pienso y siento acerca de mí mismo. 5. Como agente ejecutor: el «fantasma de la máquina» que controla y decide sobre los pensamientos y sentimientos acerca de uno mismo y sobre su comportamiento. - El autoconocimiento Contestar a la pregunta anterior ¿quién soy?, en realidad, no resulta tan fácil. El autoconocimiento es la idea que tenemos sobre nosotros mismos. Para poder vivir relacionándonos con nosotros mismos y con los demás es esencial conocerse mínimamente. 5 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera Una de las formas de organizar la información sobre nosotros mismos es a través de los autoesquemas. Estos esquemas nos dicen cómo actuaríamos ante determinadas situaciones, cómo nos sentiríamos, cómo lo hicimos en el pasado, o cuáles son los recursos con los que podríamos contar. De esta forma, realizamos inferencias sobre nuestro comportamiento (como actuaré). Esto es lo que Bem (1967) denominó teoría de la autopercepción. Según esta teoría, las personas construimos nuestro autoconcepto haciendo atribuciones sobre nuestro comportamiento, o lo que es lo mismo, asignándonos rasgos personales que expliquen por qué nos comportamos como lo hacemos, por ejemplo, yo haría puenting porque soy valiente, o yo estudiaría y aprobaría porque soy muy responsable. Otra forma de ganar en autoconocimiento es comparándonos con los demás. En concreto Festinger (1954) acuñó el concepto de comparación social para denominar el proceso por el que las personas comparamos nuestras opiniones y habilidades con personas que pertenecen a nuestro propio grupo y también con personas que no son de nuestro grupo. No solo sabemos cómo somos por nuestro propio comportamiento, sino porque nos comparamos con los demás. - ¿Cómo se forma y se modifica el autoconcepto? Siguiendo a Gómez (2009) vamos a exponer dos líneas teóricas que explican cómo se forma y se modifica el autoconcepto: 1. La teoría de la autodiscrepancia (Higgins, 1987): Higgins mostró que las personas necesitamos sentir que lo que somos, lo que creemos que deberíamos ser y cómo nos gustaría ser, no sean tan diferentes. Sentir que estas tres formas de ser son muy diferentes entre ellas genera una alta discrepancia en nuestro autoconcepto y por lo tanto un malestar. El autoconcepto, tal y como lo explicamos anteriormente, sería el «cómo somos», sin embargo, hay otras formas de ser de nosotros mismos que nos ayudan a dirigir nuestro comportamiento en un futuro y nos sirven como criterio de comparación con nuestro autoconcepto real. Estos autoconceptos son: - Autoconcepto ideal: como nos gustaría ser (características de nosotros mismos que desearíamos tener). *Me gustaría ser bailarina profesional - Autoconcepto responsable: como creemos que deberíamos ser 6 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera (características que pensamos deberíamos tener).*Tengo que estudiar para tener un buen futuro - Autoconcepto potencial: como pensamos que podríamos llegar a ser. *Podría estudiar ballet y apuntarme a clases de baile - Autoconcepto esperado: como esperamos ser en el futuro. *Bailaré en los mejores escenarios del país Además, según este autor, todos estos autoconceptos se pueden ver desde nuestro propio punto de vista, o desde el punto de vista de personas importantes para nosotros (por ejemplo, nuestra pareja, nuestros padres) y, además, por si esto fuese poco, el nivel de congruencia entre unos y otros nos indicará si nuestro autoconcepto es discrepante o congruente, con lo cual generaremos o no distintos grados de malestar. Higgins intentó determinar cuál sería el tipo de emoción que sentiríamos dependiendo del tipo de discrepancia que se generase entre los distintos autoconceptos. En general, como es lógico, cuanto menor sea la discrepancia entre los distintos tipos de autoconcepto, mejor será nuestro estado emocional. - Ejemplo, mis cuatro autoconceptos: 1. Autoconcepto ideal: me gustaría ser activista de Greenpeace y subirme en el Rainbow a detener barcos balleneros. 2. Autoconcepto responsable: tengo que estudiar una carrera para poder tener un trabajo en un futuro a medio plazo. 3. Autoconcepto potencial: podría estudiar derecho para poder ganarme la vida. 4. Autoconcepto esperado: trabajaré para Greenpeace, pero en las oficinas centrales como abogada. 2. El yo espejo: Cooley (1902) afirmó que las personas percibimos que en la mente de los demás existe el pensamiento o la imagen de cómo somos (por ejemplo, apariencia, comportamiento, metas, deseos, etc.), esa imagen sería la que forma nuestro autoconcepto. Según esta teoría, las personas formamos nuestro autoconcepto por cómo nos ven los demás. Un poco más tarde, Mead (1934) propuso que, además, las personas nos sentimos afectadas por lo que piensan los grupos en general, por ejemplo, no nos es suficiente pensar que un 7 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera amigo nos considera inteligente, sino que un amigo, profesor, hermano y vecino lo hacen. Mucho más interesante fue la aportación de Shrauger y Schoeneman (1979), ellos concluyeron que las personas no tendemos a vernos tal como nos ven los demás, sino como nosotros pensamos que los demás nos ven (esta cuestión está muy relacionada con cómo percibimos la realidad, de nuevo la percepción de la realidad está mediada por nuestra interpretación). Por otro lado, estudios relacionados con la forma en la que construimos el autoconcepto relacionan esta idea de cómo nos ven los demás con la autoestima (Gómez y Martínez, 2018). En concreto, Murray et al. (1996) realizaron un estudio longitudinal con parejas durante un año. En él encontraron que cuando los participantes veían reflejada en su pareja una imagen idealizada de sí mismos trataban de cambiar su autoconcepto para hacerlo consistente con la evaluación que pensaban que su pareja hacía de ellos. Por ejemplo, si los participantes pensaban que su pareja los veía como sumamente educados, cambiaban su propio autoconcepto para hacerlo más congruente con la idea que pensaban que tenía su pareja sobre ellos. Además, estos autores se dieron cuenta de que este efecto estaba determinado por la autoestima. Las personas con una alta autoestima eran más precisas a la hora de conocer cómo les veía su pareja, viendo en ella una fuente de apoyo a su autoconcepto, sin embargo, las personas con baja autoestima tenían más dudas y temor al rechazo de su pareja. La profesora Murray y colaboradores concluyeron que la percepción de cómo creemos ser vistos por los demás y no cómo los demás nos ven a nosotros es lo que produce cambios en el autoconcepto Relacionado con esta línea de investigación encontramos el fenómeno Miguel Ángel (Drigotas et al.,1999) que describe como el autoconcepto se modifica a través del comportamiento de la pareja. El efecto consiste en que uno de los miembros de la pareja es el escultor Miguel Ángel y este sería el encargado de que el otro miembro modifique su autoconcepto. El miembro esculpido es consciente de cómo le ve su escultor, y se encarga de cambiar su propio comportamiento para hacerlo más coherente con ese yo ideal que tiene de él mismo la persona que le mira. Así poco a poco, aunque tanto escultor como esculpido son 8 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera conscientes de que aún la escultura no es como debería, poco a poco van esculpiendo con el tiempo. - Miguel Ángel, el escultor del David, pensaba que las figuras que esculpía estaban dentro de cada bloque de mármol. Que cada piedra tenía un alma que él únicamente tenía que extraer del interior. - Motivos que afectan al conocimiento sobre uno mismo Tal y como señala Gómez en su capítulo sobre identidad (2009) saber cómo nos ven los demás es muy importante a la hora de formar nuestro autoconcepto, sin embargo, hay más motivos que nos impulsan a buscar información de cómo somos y sobre cómo nos ven los demás: 1. La autoevaluación nos lleva a buscar información sobre nosotros mismos y a revisar críticamente todos aquellos componentes que forman parte de nuestro autoconcepto: cuáles son nuestras habilidades, nuestras limitaciones, comportamientos, creencias, sentimientos, etc. Esta autoevaluación se puede contemplar desde dos puntos de vista: una centrada en la valoración positiva o negativa del yo (la autoestima), y otra en la que se tiene en cuenta las circunstancias, los contextos y cómo cada situación influye en la evaluación que las personas hacen de sí mismas (Tesser, 2003). Este último punto de vista tiene un importante componente contextual y puede depender del estado de ánimo que tengamos en el momento de realizar esa evaluación. Debemos tener en cuenta que en muchas ocasiones se puede producir una relación bidireccional entre nuestra autoevaluación y el estado de ánimo, por ejemplo: como creo que no soy inteligente, mi estado de ánimo será más triste o, por el contrario, como mi estado de ánimo es deprimido siento que no tengo suficientes capacidades intelectuales. 9 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera Por último, como es lógico pensar, las personas estamos motivadas a mantener una autoevaluación positiva de nosotros mismos, para hacerlo podemos utilizar algunas estrategias, por ejemplo: Comparación social (Tesser, 1988): buscaremos aquella comparación social que nos haga sentir favorecidos o menos desdichados, si siento que no soy suficientemente inteligente me compararé con alguien que saca peores notas que yo («quien no se consuela es porque no quiere»). Reducción de la incertidumbre: las discrepancias entre nuestro autoconcepto y su autoevaluación podrían provocar que no supiéramos exactamente quienes somos, o cómo evaluarnos, para evitarlo buscaríamos comparación social (Festinguer, 1954) con aquellas personas que la redujesen. Por ejemplo, si considero que soy una persona muy ordenada y no supiese cómo evaluar esa característica de mí, buscaría en los demás valoraciones sobre esa característica que me indicasen como evaluarme. Expresión de valores: expresar valores nos proporciona una idea más ajustada acerca de quienes somos. La autoafirmación sería el ejemplo más claro de cómo la expresión de valores es una estrategia para mantener una evaluación positiva de nosotros mismos. Por ejemplo: expresar nuestros deseos, necesidades, actitudes, opiniones, o mostrar una imagen de nosotros mismos competente o socialmente aceptada ante los demás nos ayudaría a reafirmar nuestro autoconcepto y mantenerlo positivo (Gómez, 2009). La autoverificación (Swann, 1983) es la motivación que tenemos para confirmar la imagen que tenemos de nosotros mismos. El autor de la teoría mostró cómo las personas buscamos confirmar la idea que tenemos de nosotros mismos tanto si esta es positiva como si es negativa. Necesitamos coherencia hasta tal punto que podemos dejar de relacionarnos con aquellos que tienen una imagen de nosotros que no coincide con la nuestra, incluso aunque esta sea mejor que la que tenemos nosotros. Pensar que mi pareja piensa de mí que soy generoso, cuando en realidad soy un tacaño, puede motivarme a dejar esta relación. Para conseguir esa coherencia las personas podemos buscarlas de forma conductual y cognitiva (Swann et al., 2003): - Para buscar coherencia conductual podemos: 1. Buscar interacciones con aquellas personas que van a vernos como nosotros mismos nos vemos. 10 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 2. Mostrar señales claras de mi identidad para que los demás vean claramente cómo somos. 3. Aumentar nuestros esfuerzos en pedir información auto confirmatoria sobre el rasgo 4. que necesitemos confirmar, pedir feedback. - Para buscar coherencia cognitiva podemos: 1. Utilizar la atención selectiva, prestando atención a aquellas señales que confirman nuestra idea de nosotros mismos. 2. Utilizar el recuerdo selectivo, puesto que también recordamos mejor aquella información que confirma la imagen que tenemos de nosotros mismos. 3. Utilizar la interpretación selectiva, dando mayor validez a aquel feedback que confirma nuestra imagen. 4. Aumentar nuestros esfuerzos en pedir información autoconfirmatoria, pedir feedback a los otros sobre aquellas características que estamos seguros de tener. 2. El autoensalzamiento (Shrauger, 1975) es la motivación para obtener y/o mantener evaluaciones positivas de uno mismo. Las personas no solo buscan tener una imagen favorable de sí mismas, sino que también se esfuerzan por mostrar a los demás sus aspectos más positivos, tanto explicita como implícitamente. Conceptos relacionados con este motivo son el optimismo poco realista (Weinstein, 1982), también llamado optimismo ilusorio o sesgo optimista, que es el proceso por el que las personas creen que para ellos será más probable experimentar situaciones más positivas, y de este modo, también serán más felices. Este sesgo está relacionado con la ilusión de invulnerabilidad, que lleva a las personas a pensar que tienen menos probabilidades de sentir emociones negativas en comparación con otras personas, esto puede provocar que se lleven a cabo conductas arriesgadas, como la resistencia a tomar medicamentos, tomar determinadas precauciones ante enfermedades, o seguir tratamientos médicos. - La Ilusión de Invulnerabilidad ante los Eventos Negativos de la Vida: En la obra de Mansfield (2007) se explica perfectamente cómo las personas que no han sufrido indeseables eventos en la vida suelen infravalorar su propia vulnerabilidad. Las personas solemos enarbolar la bandera de «eso no me pasaría a mí», dando por 11 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera sentado que a los otros si podría sucederles. Esta forma de «protegernos» en realidad es una paradoja, puesto que nos hace más vulnerables ante lo que realmente pueda suceder. «Nonvictims, individuals who have not been victimized by undesirable life events, often underestimate their own personal vulnerability to victimization relative to other people’s vulnerability. In other words, non-victims appear to have an illusion of unique invulnerability, in which they see themselves as less vulnerable to victimization than they see most other people (Perloff, 1983). This biased perception is reflected in the common saying, “It won’t happen to me,” a statement that generally implies that it will instead happen to others. (…) Past evidence suggests that people who feel invulnerable to victimization are less likely to engage in precautionary behaviors than are people who feel vulnerable. Thus, illusions of invulnerability may be dangerous insofar as they discourage adequate selfprotective, preventive behavior». La psicología social tiene razón de ser como perspectiva distinta de la psicología general, precisamente, porque destaca el hecho de que nuestros sentimientos, pensamientos y acciones no pueden entenderse sin la referencia a las personas con las que interactuamos, a los grupos con los vivimos y a las normas, valores e ideologías en los que nos desenvolvemos (Gómez, 2009). - El componente evaluativo del conocimiento de uno mismo: la autoestima La autoestima es la valoración que cada persona hace de su autoconcepto. El componente evaluativo del autoconcepto. Con frecuencia nuestra autoestima se mueve en un continuo con dos polos, el polo positivo hasta el polo negativo, aunque es cierto que es más frecuente hablar de autoestima alta vs. baja autoestima (Gómez, 2009). Sin embargo, como hemos visto antes, nuestra autoestima no depende únicamente de cómo nos percibimos, sino también de la imagen que creemos que los demás tienen de nosotros, y de la comparación que realizamos de nosotros mismos con otros (ganar o perder en esa comparación hará que aumentemos o disminuyamos nuestra autoestima). - La función adaptativa de la autoestima: Según Leary y colaboradores (1995) la autoestima funciona a nivel social como un termómetro de la adaptación entre el individuo y el grupo, «sociómetro». Los autores propusieron la siguiente explicación: 12 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera cuando nuestros ancestros eran rechazados por los miembros del grupo, su autoestima disminuía y se activaban los mecanismos que buscaban la información necesaria que respondiese al por qué. ¿Por qué he sido rechazado? Una vez que encontraban la razón y la subsanaban eran de nuevo aceptados por el grupo, provocando de nuevo que su autoestima se elevase. La pertenencia grupal es una necesidad tan importante en el ser humano, que sufrir ostracismo es un «lujo» que sencillamente no nos podemos permitir. Por otro lado, no nos podemos olvidar que la identificación grupal también es muy importante cuando formamos nuestra autoestima, en concreto se ha mostrado como un alto grado de identificación con el grupo de pertenencia es un factor de protección ante posibles consecuencias adversas, como por ejemplo la baja autoestima, esto es así incluso y más aún si pertenecemos a un grupo que sufra discriminación. Bat-Chava (1994) mostró que los individuos sordos que estaban altamente identificados con otras personas que sufrían la misma discapacidad tenían una autoestima más positiva que las otras personas sordas que no estaban tan identificados con ese grupo. - Dime un grupo del que te sientas orgulloso de pertenecer ¿todas sus características son positivas? Otra forma de manifestar una autoestima positiva es mantener un adecuado grado de distintividad con respecto a los demás. Vignoles et al. (2006) mostraron que las personas percibían como más centrales todos aquellos elementos de la identidad que les proporcionaban mayor autoestima, continuidad, distintividad y significado. Y esto era así tanto a nivel individual, como relacional o grupal. Las personas necesitamos sentirnos un tanto diferentes de los otros, un poco en su justa medida. Por otro lado, según Hogg y Vaughn (2002) existen diferentes fuentes de amenaza al autoconcepto que podrían afectar a la autoconfianza, son, por ejemplo: 1. Los fracasos (suspender un examen, divorciarse). 2. Las inconsistencias (situaciones inesperadas que ponen en cuestión quienes somos, por ejemplo, no reaccionar frente a un robo). 3. Distintos estresores (situaciones repentinas que exceden la capacidad de afrontamiento de una persona, por ejemplo, un familiar enfermo). 13 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera También, según estos autores las personas podríamos utilizar diferentes estrategias de afrontamiento, por ejemplo: 1. Escapar de aquella situación que es una amenaza. 2. Negar la situación. Tomar alcohol o drogas. 3. Reducir la amenaza. Reevaluar aquel aspecto de uno mismo que haya sido amenazado para darle otro valor o significado, o reafirmar los aspectos positivos de uno mismo. 4. Autoexpresión. Hablar y/o escribir sobre el estado emocional y las reacciones conductuales que se han realizado o se piensan realizar. 5. Atacar la amenaza. Desacreditar la base en la que se apoya la amenaza, negar nuestra responsabilidad de haber fallado en aquella situación o poner excusas que justifiquen el fracaso. A continuación, se muestran algunos rasgos típicos que las personas con un alta y una baja autoestima suelen mostrar (Baumeister, 1998; y Hogg y Vaughn, 2002). Por último y como resumen, nos gustaría señalar que puesto que tener una alta autoestima hace que las personas se sientan bien consigo mismas, es razonable que las personas nos esforcemos en mantener una alta autoestima. Sin embargo, aunque es posible que esa autoestima produzca sentimientos positivos (nos haga sentir felices), también es posible que la felicidad sea lo que produzca nuestra autoestima. Por otra parte, aunque la mayoría de los investigadores defienden que es más importante sentirse bien con uno mismo que tener una imagen precisa de cómo somos, también afirman que cuando hay que tomar decisiones importantes las personas se ajustan más a la realidad, 14 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera este resultado estaría más en línea con la teoría de la autoverificación que nombramos antes (Gollwitzer y Kinney, 1989). - Autoconcepto independiente e interdependiente: Todas las personas necesitamos sentir que tenemos un autoconcepto que nos haga un poquito únicos y distintos de los demás, este sentimiento es universal, pero, sin embargo, la base de esa unicidad depende del tipo de cultura al que pertenezcamos (Páez et al., 2003). Markus y Kitayama en 1991 realizaron un estudio transcultural en el que constataron que en las culturas colectivistas asiáticas es frecuente encontrarse con lo que llamaron, autoconcepto interdependiente, mientras que en las culturas individualistas como podrían ser los EE.UU, sería más usual encontrar personas con autoconceptos independientes. Estas son algunas de sus características: Independiente: afirma su individualidad, realiza atribuciones internas sobre sus habilidades, pensamientos, sentimientos, siente que es único, persigue metas personas y es directo en la comunicación. Interdependiente: enfatiza características externas, publicas como estatus roles o relaciones, su pertenencia a grupos o relaciones personales, ocupa el lugar que le fue asignado, y es indirecto en la comunicación. 3.3. ¿Quién soy yo por los grupos donde pertenezco? Identidad social Como hemos visto, el autoconcepto está formado también por los roles que desempeñamos y por los grupos a los que pertenecemos, esta parte de nosotros mismos es tan importante que vamos a dedicar un apartado que nos permita conocer hasta donde nuestra pertenencia grupal afecta a nuestras creencias, sentimientos, percepciones y comportamientos. Para ello nos basaremos en dos de las teorías principales que explican cómo somos nosotros mismos por nuestra relación con los grupos. La teoría de la identidad social (TIS) y la teoría de la autocategorización (TAC). - ¿Qué es la identidad? Según Westen y Heim (2003, pág. 646): «La identidad es una construcción altamente personal desarrollada a través de la integración de varias identificaciones y desidentificaciones con otras personas significativas y grupos de 15 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera referencia, y una construcción social generada a través de la interiorización de roles y del reflejo de las valoraciones de otros». Esta definición de identidad enfatiza varios aspectos: 1. Tiene como primer objetivo al individuo. 2. Tiene en cuenta aquellas personas o grupos con los que las personas se sienten identificados, pero también con las que no. 3. Incluye el rol o roles que las personas desempeñan en momentos determinados o a lo largo de su vida. 4. Enfatiza el contexto relacional, lo que los demás piensan sobre las personas y la importancia que tiene eso sobre los individuos. Como seguramente el lector habrá pensado, ¿cuál es la diferencia entre el autoconcepto y la identidad? En la literatura, algunos autores asumen que ambos conceptos son lo mismo, sin embargo, otros afirman que el autoconcepto es más global y la identidad es algo más restrictivo, según esto, el autoconcepto incluiría varias identidades, pero no la identidad, que sería un concepto más unitario (Gómez, 2009). - ¿Qué es la identidad social? Según recoge Gómez (2009) la identidad social es una clase específica de identidad. En nuestra identidad general encontraríamos las cuestiones relativas a nuestra identidad personal, y las cuestiones relativas a nuestra identidad social: 1. Identidad personal: son aquellas características de nosotros que se definen en relación con rasgos y características personales (Hogg y Abrams, 1988). 2. Identidad social: serían aquellas características de nosotros que se definen en relación con nuestra pertenencia a grupos sociales (Tajfel, 1981). Esta división es la base de la teoría de la identidad social, pero años más tarde Brewer y Gardner (1996) añadieron otra dimensión al autoconcepto: 1. Autoconcepto individual: que incluye las características personales que permiten diferenciar unas personas de otra (por ejemplo, soy extrovertido, soy alto). 16 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 2. Autoconcepto relacional: que incluye las características personales que me definen en relación con otras personas importantes para mi (por ejemplo, yo soy más guapo que mi hermano, yo soy mejor persona que mi compañero de clase). 3. Autoconcepto colectivo: que incluye las características personales que me definen por mi pertenencia a grupos (por ejemplo, yo como mujer incluyo en mi autoconcepto aquellas características que definen a las mujeres en general). - La teoría de la identidad social (TIS) La teoría de la identidad social es una de las teorías que más investigación ha generado en estos últimos 35 años (Gómez, 2009). Desde su nacimiento, la TIS se ha interesado en las relaciones intergrupales, el favoritismo endogrupal, la solidaridad intragrupal, los estereotipos, el prejuicio, la discriminación, el racismo, el conflicto intergrupal, el estatus o el liderazgo, entre otras (Gómez, 2009). La TIS fue propuesta por Henri Tajfel y más profundamente desarrollada por su discípulo John C. Turner. Henri Tajfel (1919-1982) fue una persona de religión judía, nacido en Polonia que sobrevivió al Holocausto Nazi. Este hecho hizo que se interesase profundamente acerca de los problemas intergrupales. ¿Cómo unas personas podían hacer eso a otras, únicamente por su pertenencia a grupos? Tajfel fue un profundo defensor de la psicología social, él no entendía como se podía estudiar, por ejemplo, el prejuicio, teniendo únicamente en cuenta procesos cognitivos, los procesos sociales debían ser tenidos en cuenta. Para entender la teoría de la identidad social vamos a explicar en primer lugar qué es o cómo se da el proceso de categorización a nivel social, en qué consiste concretamente la teoría de la identidad social y cómo afecta ese proceso de categorización social a la percepción y el contacto con otros grupos. 1. La categorización social es un proceso cognitivo por el que agrupamos objetos, personas, o acontecimientos que consideramos similares, con el objetivo de reducir el esfuerzo cognitivo que supone entender la realidad (Tajfel y Wilkes, 1963). Sin duda alguna, el proceso de categorización nos ayuda a entender la realidad, pero no significa que sea totalmente real o exacto. En el proceso de categorizar exacerbamos las similitudes entre elementos similares y también aumentamos las diferencias entre elementos diferentes. Los investigadores también se dieron cuenta de que las personas también tendían a valorar positivamente las categorías que estaban relacionadas con ellos mismos (endogrupales) y a valorar negativamente aquellas categorías que no 17 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera estaban relacionadas con ellos mismos (exogrupales) (Ferguson y Kelley, 1964). Lo interesante de esto era que no hacía falta que se produjese ninguna situación de competitividad por los recursos, por ejemplo, sino que simplemente el mero acto de categorizar ya era condición suficiente para que se diesen esos sesgos. 2. La identidad social «es la parte del autoconcepto individual que deriva del conocimiento de la pertenencia a un grupo sociales junto con el significado emocional y valorativo que conlleva dicha pertenencia» (Tajfel, 1981, pág. 255). Según la TIS las personas se definen a sí mismas también, en función de su pertenencia grupal, nuestra pertenencia grupal es muy importante para nosotros, de forma que también podemos obtener una identidad positiva si utilizamos esta parte social de nuestra identidad. Cuando nos comparamos con otros y salimos «ganando» se reforzaría nuestra identidad, pero cuando salimos perdiendo, también se ve mermada nuestra identidad. Sin embargo, es importante subrayar en este punto que para obtener una identidad social positiva no es necesario realizar ninguna discriminación negativa exogrupal. 3. La comparación social: como hemos visto en el apartado anterior, las personas utilizaríamos la comparación grupal para evaluar aspectos de nuestra propia identidad grupal. Sería como la extensión «grupal» del concepto de comparación social de Festinger que vimos anteriormente, el cual tenía un marcado carácter interpersonal. - La teoría de la autocategorización (TAC) La TAC sería la «continuación» de la TIS. La teoría de la autocategorización o categorización del yo explica que la identidad personal y social de cada uno de nosotros se mueve, mantiene una relación hidráulica a lo largo de un continuo. Turner se centró en explicar cómo las personas podrían actuar como grupo en lugar de como individuos y aludió al nivel de abstracción que adoptaría esa identidad. La categoría de nuestra identidad más saliente dependería de las circunstancias y de los contextos. La hipótesis de Turner (Turner y Reynolds, 1987) se basa en el nivel de abstracción o inclusividad del autoconcepto: de la identidad personal se pasaría, mediante una elaboración sociocognitiva, a la identidad social, y la conducta interpersonal se transformaría en conducta intergrupal, o lo que es lo mismo, el individuo dejaría de ser persona individual para verse como miembro intercambiable de un grupo o categoría social. Este proceso se denomina despersonalización. Según esta teoría, las categorizaciones se pueden encontrar en tres 18 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera niveles distintos de abstracción (ver Hoog et al., 2017 para una revisión sobre la identidad y sus posibles aplicaciones): 1. Nivel supraordenado: que es el más amplio y abstracto, es cuando nos categorizamos como seres humanos diferentes de otras especies. 2. Nivel intermedio: que corresponde a la identidad social como ya hemos explicado. 3. Nivel subordinado: que es el de menor inclusividad y corresponde con la identidad personal, como persona única y diferentes de otras personas del grupo. El nivel de abstracción sería el que haría que nuestro comportamiento se diese a nivel grupal en lugar de a nivel personal, a este «movimiento de las identidades» se le denomina proceso de despersonalización. En la TAC es importante hacer notar que las personas del propio grupo son definidas en términos de prototipos. El miembro más prototípico sería el más representativo de la categoría, y por supuesto, nosotros, como miembros del grupo, también tendríamos que cumplir con esa prototipicidad. - Seguro que algunas veces has discutido acerca de si nuestra identidad de género se debe a cuestiones evolutivas o, sin embargo, si únicamente podríamos explicarla por cuestiones de culturales. En resumen, nos gustaría señalar que contestar a la aparente fácil pregunta ¿quién eres? es algo más complejo de lo que parecía en un principio. En este capítulo se ha intentado recoger algunas pinceladas de aquellas cuestiones que definen nuestra identidad, teniendo en cuenta que somos por quienes somos, por características que no compartimos con nadie, pero también por comparación con otros con quienes compartimos los espacios o incluso con personas que nunca vimos ni veremos. 19 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 20 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera Test 1. Leary y Tangney (2003) realizaron una revisión de todas las definiciones de autoconcepto que existían hasta el momento y las agruparon en cinco grandes categorías, señala la que no corresponde: A. Como sinónimo de persona, persona en general. B. Como personalidad que engloba todas las partes de la personalidad de un individuo. C. Como yo espejo, por lo que los demás me dicen de mí. D. Como agente ejecutor, el «fantasma de la máquina». 2. Según la teoría de la autopercepción (Bem, 1967) señala la afirmación que corresponda: A. Yo haría puénting porque soy valiente. B. Yo estudiaría y aprobaría porque es lo que los demás dicen que debo hacer. C. Mi yo responsable está muy alejado de mi yo ideal. D. Yo hago lo que creo que mi pareja espera de mí. 3. Festinger (1954) acuñó el concepto de comparación social para denominar: A. El proceso por el que las personas comparamos nuestras opiniones y habilidades con personas que pertenecen a nuestro propio grupo, pero no con personas que no son de nuestro grupo. B. El proceso por el que las personas comparamos nuestras opiniones y habilidades con personas que pertenecen a nuestro propio grupo y también con personas que no son de nuestro grupo. C. El proceso de deprivación relativa por el que evaluamos la justicia o injusticia de lo que nos sucede. D. El proceso de disminución de amenaza por el que aumentamos el conocimiento de nosotros mismos en relación con los demás. 4. Higgins (1987) mostró que las personas necesitamos sentir que lo que somos, lo que creemos que deberíamos ser y cómo nos gustaría ser, no es tan diferente. A esto lo denomino: A. Teoría de la autocategorización. B. Teoría de la autodiscrepancia. C. Teoría de la categorización del yo. D. Teoría del autoensalzamiento. 21 Psicología Social ↝Isabel Bañuelos de la Hera 5. Según Higgins (1987) mi autoconcepto está dividido en: A. Ideal, responsable, potencial y esperado. B. Ideal, responsable, potencial y comparado. C. Ideal, real, potencial y comparado. D. Ideal, real, potencial y esperado. 6. El yo espejo se refiere a: A. Mi apariencia. B. Mi comportamiento. C. Ninguna de las anteriores. D. Mis metas. 7. La idea de que las personas no tendemos a vernos tal y como nos ven los demás, sino que esta percepción está sesgada por nuestro propio tamiz: A. No es del todo aceptada por los científicos actuales. B. Fue la aportación de Shrauger y Schoeneman (1979). C. No es real y fue desconfirmada por Mead (1934). D. Es la definición del yo espejo. 8. Las personas que se divorcian de la pareja que no los ve como ellos se ven, están haciendo «uso» de la teoría de la: A. No es una teoría, es el efecto Miguel Ángel. B. Autoverificación. C. Autoensalzamiento. D. Autoevaluación. 9. La expresión de nuestros valores o deseos nos ayuda principalmente a: A. Autocategorizarnos. B. Autoafirmarnos. C. Autoevaluarnos. D. Autodefendernos. 10. El optimismo ilusorio: A. Podría llevarnos a no tomar determinados tratamientos médicos. B. No tiene consecuencias adversas. C. Provoca que las personas se sientan como en una nube. D. No está relacionado con los tratamientos médicos. 22