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Ciclos y ritmos del pastoreo El pastoreo tiene un ritmo circadiano (se repite cada 24 horas) y se adapta a las condiciones climáticas, aunque con ciertos límites. No es una actividad continua ni homogénea, si no que se distribuye en varios periodos a lo largo de la jornada. Dado el carácter social d...

Ciclos y ritmos del pastoreo El pastoreo tiene un ritmo circadiano (se repite cada 24 horas) y se adapta a las condiciones climáticas, aunque con ciertos límites. No es una actividad continua ni homogénea, si no que se distribuye en varios periodos a lo largo de la jornada. Dado el carácter social de los herbívoros domésticos, esta actividad suelen realizarla en grupo y al unísono, sin grandes diferencias entre animales. La sincronía entre los animales del grupo en la actividad de pastoreo depende de: -La estructura o cohesión social del grupo.- Los bovinos pastorean más independientemente unos de otros que los ovinos. Los ovinos Merinos pastan más sincrónicamente que los Black Mountain, etc. -El tamaño del rebaño. En grupos de gran tamaño (como acaece en ovinos) el inicio o finalización del pastoreo difiere en unos 45 minutos desde que lo hace el primer animal hasta que lo hace el último. Factores que inciden en los ciclos de pastoreo En el tiempo que los animales dedican a pastar, y/o su distribución a lo largo del día, inciden numerosos factores, entre los que destacamos: Día: Los animales no pastorean el mismo tiempo todos los días, siendo menores las diferencias entre días consecutivos. Especie: Cada especie tiene un tiempo medio de pastoreo diferente. Los ovinos pastan alrededor de 8-9 horas al día con un máximo de 13 horas cuando las disponibilidades de alimento son limitadas. Lo hacen en 7-9 periodos de 45-90 minutos (20-40 minutos en situaciones favorables) intercalándolos con otros de rumia, descanso, acicalamiento, etc. Los periodos de pastoreo se concentran al amanecer y al atardecer, ocupando también algo al mediodía (principalmente en épocas no calurosas). En épocas calurosas, suele desaparecer el pastoreo al mediodía y se dan 1-2 periodos de pastoreo en la noche. La incidencia del pastoreo nocturno depende de la temperatura y de la prevalencia de moscas. Tamaño del rebaño: los grupos pequeños permanecen menos tiempo pastoreando que grupos de gran tamaño. El clima: la humedad influye más sobre el pastoreo de la mañana y la temperatura en el de la tarde, con menor incidencia de las bajas temperaturas en los ovinos. En días nublados se retrasa el inicio del pastoreo de la mañana y adelanta el cese en la tarde en base a reducir el descanso del mediodía. La lluvia afecta poco a los ovinos, salvo que sea muy intensa, y si hay viento los animales avanzan hacia el viento La época del año: está en estrecha relación con el clima y la disponibilidad de alimento. El tiempo de pastoreo disminuye en primavera (época de abundante alimentación) y aumenta en otoño. En épocas frías, el tiempo de pastoreo tiende a acortase. Tipo de alimento: la ingestión de alimentos muy fibrosos es más lenta, lo que alarga el tiempo de pastoreo. Altura y densidad del pasto: en pastos bajos y de poca densidad, los animales emplean más tiempo que en praderas permanentes ricas en trébol o alfalfa. Raza: Las diferencias raciales en los patrones de comportamiento alimentario están relacionadas con sus: Necesidades nutritivas: Las razas de mayor tamaño ingieren más rápidamente que razas elipométricas. Capacidad del tracto digestivo: Está comprobado que las razas cebuinas y Afrikander pastorean mas horas y recorren distancias mayores que razas europeas en condiciones tropicales y subtropicales, lo que está motivado por su menor tamaño del sistema digestivo; esta limitación digestiva obliga a los cebuinos a pastar durante más tiempo. Capacidad de adaptación climática: las razas europeas: Holstein y Jersey pastan el mismo tiempo en condiciones templadas, pero cuando la temperatura sube por encima de la zona de confort, la raza Jersey pasta mas que la Holstein. Estado fisiológico: situaciones fisiológicas que conllevan incrementos de las necesidades nutritivas de los animales (gestación, lactación) inducen aumentos en el tiempo de pastoreo. Prácticas de manejo: animales que reciben suplementación antes de salir a pastar dedican menos tiempo a esta actividad que aquellas que no han recibido alimento antes de salir al pasto. En ovinos, el esquileo en ambientes fríos reduce el tiempo de pastoreo, aunque los animales pastan más rápidamente. Edad.- el tiempo de pastoreo aumenta hasta los 3 años y después va decreciendo. El tiempo disponible también incide sobre la distribución de las actividades de los animales. Si saben que disponen de todo el día, su comportamiento sigue las pautas ya señaladas, pero si no es así pueden llegar a no descansar o sestear en las horas más calurosas para intentar proveerse del alimento necesario. Orientación y uso del espacio durante el pastoreo Distribución durante el pastoreo Los rumiantes domésticos adoptan distintas estrategias a la hora de distribuirse por la zona de pastoreo y en la forma de pastorear, motivadas en gran medida por sus características sociales. Los ovinos y caprinos se suelen extender por la zona de manera uniforme, mientras que los bovinos suelen formar grupos pequeños. Durante el pastoreo, los ovinos caminan despacio, con la cabeza baja, y se distribuyen aleatoriamente mirando a diferentes partes. Los grandes rebaños no suelen pastar juntos, sino que se dividen en subgrupos, basados, generalmente, en grupos familiares. Se aprecian diferencias inter-raciales en la tendencia a moverse y en la formación de grupos: algunas razas tienden a quedarse dentro de una zona del pasto disponible y otras se dividen en grupos que se esparcen por todo el lugar. Las razas gregarias se adaptan mal a zonas con recursos dispersos, y lo hacen mejor en zonas uniformes y con abundancia de recursos. Uso del hábitat: distribución espacial Al decidir la zona en qué pastar los factores que influyen en la selección de las zonas de pastoreo son: a. La distancia entre zonas, y consiguientemente el reparto espacial de las mismas en el hábitat, tiene un notable efecto sobre su elección. Cuando las zonas de alto valor están muy dispersas, los animales pueden alimentarse en mayor medida de las pobres que se encuentren por el camino. Para maximizar la velocidad de ingestión, los animales deben decidir entre quedarse en un sitio empobrecido y desplazarse a una zona nueva, es decir, la reducción de la velocidad de ingestión debida a la disminución de los recursos alimenticios y la ligada a los desplazamientos. Sobre superficies heterogéneas, suelen aumentar considerablemente las distancias recorridas. En estas condiciones, los animales se desplazan más rápidamente para reducir el tiempo entre ingestas. Los riesgos de depredación suponen un grave inconveniente a la velocidad de ingestión debido al gasto de tiempo/energía de vigilancia (2- 95% del tiempo de alimentación) y a la perdida de precisión de discriminación de las diferentes zonas. Diversos estudios han mostrado que un lugar con riesgo de depredación debe tener entre 8 y 25 veces más de alimento que uno sin riesgo para que un animal lo escoja. La localización de los puntos de agua influye notablemente la elección de las zonas de alimentación, tanto en climas secos como en templados. La topografía impone barreras físicas al desplazamiento, a la vez que por la presencia de pendientes aumentan las necesidades de tiempo y energía necesarias para recorrer una determinada distancia. También la topografía ofrece zonas de refugio contra la intemperie y los predadores. Igualmente, el grado de abertura o amplitud de las zonas condiciona la presencia de determinados animales: los gregarios, como las ovejas, evitan zonas que dificulten el agrupamiento y la visión de los congéneres. La memorización del emplazamiento de las zonas preferidas le permite volver a ellas más rápidamente. La existencia de una memoria espacial para retornar a las zonas preferidas ha sido comprobada en numerosas especies. Aumenta la eficacia del animal para explotar las fuentes alimenticias y disminuye el tiempo necesario para la búsqueda y elección. Los lugares de bajo nivel nutritivo son olvidados menos rápidamente que los lugares de alto valor, a la vez que los herbívoros son más sensibles a las consecuencias negativas de su elección. Los factores sociales también ejercen una influencia notable en la elección de las zonas y selección del bocado. La atracción del grupo y los desplazamientos colectivos influyen sobre las distancias recorridas, así como la elección y utilización de las zonas. Igualmente, los animales pueden pastorear más tiempo una zona si las restantes están ocupadas. El pastoreo en grupo permite limitar los riesgos de depredación y ayudarse de la experiencia de otros individuos para localizar y determinar la calidad de las zonas. El gregarismo tiene también un coste en términos de competición, de agresividad y de error de elección del líder. En resumen, podemos decir que el comportamiento alimentario de los herbívoros está jerarquizado en una sucesión de decisiones que orientan al animal sobre el hábitat en el que escogen y explotan zonas de alimentación. Estas decisiones están influidas por numerosos factores ligados a los recursos alimenticios, a factores ambientales no alimenticios y al animal. Formas del Rebaño En su actividad diaria, el rebaño adquiere formas diferentes según la actividad desarrollada. Así podemos citar: Formas durante el desplazamiento: Cuando se desplaza la mayor parte de los animales, el rebaño adopta una forma alargada, unidireccional con formación de filas paralelas. En estas filas, las distancias interindividuales son bajas y aumentan con la velocidad de desplazamiento Cuando alternan el desplazamiento con la ingesta, el rebaño presenta una forma ovoide unidireccional sin filas Formas durante el pastoreo: Cuando la mayor parte del rebaño pasta en movimiento presenta una formal con frente. Esta forma se caracteriza por su heterogeneidad estructural, ligada a la diferente orientación y actividad de los animales de cabeza y los de cola. Los animales de cabeza forman un frente de pastoreo y se dirigen juntos en la misma dirección. Los animales situados en el centro y cola del rebaño se desplazan de manera más lenta y dispersa, en direcciones más o menos divergentes por irse hacia la derecha o izquierda buscando un determinado vegetal. El rebaño guarda en conjunto una dirección general única. Cuando el rebaño está pastando no se observa ningún desplazamiento notorio y suele ocupar la mayor parte del territorio disponible. El rebaño adopta una forma circular y multidireccional, en el sentido de que los animales se orientan en direcciones diferentes. Esta forma corresponde a una actividad de pastoreo estacionaria intensa. formas de reposo diurno: cuando las ¾ partes de los animales cesan de pastar y se acuestan, el rebaño adopta una forma de agregación. Formas transitorias. Se pueden observar cuando el rebaño pasa de una situación general de pastoreo a la de desplazamiento o a la inversa, cuando la actividad de desplazamiento disminuye para incrementarse la de pastoreo De la divergencia o convergencia de los animales resulta la forma ameboide. Esta forma se aprecia cuando el rebaño, después del descanso, inicia otro periodo de pastoreo o trás un pastoreo estacionario; en estos casos se observa una divergencia, en tanto que cuando los sucesos son al contrario, los animales tienden a converger. Influencia del medio sobre la forma del rebaño Como ya se ha comentado con anterioridad, la forma del rebaño también viene condicionada por el medio, refiriéndonos a: -Los obstáculos: representan los límites que se oponen al paso de los animales, pudiendo ser, en ocasiones, una ayuda para el pastor en el manejo del rebaño dependiendo del ángulo con el que lo aborde. -líneas de ruptura visual: juegan un papel semejante al de los obstáculos. Las ovejas buscan mantener el contacto visual entre ellas. Si la ruptura no es muy grande, parte del rebaño puede pasar y poner en movimiento al resto o bien lo divide en dos. -Modelado del terreno: las zonas de perfil cóncavo tienden a agrupar al rebaño y a favorecer las actividades de pastoreo estacionario. Lo contrario sucede si el terreno es de perfil convexo. -La pendiente: los animales que pastan se colocan cara a la pendiente, lo que condiciona el sentido de los desplazamientos del rebaño. Cuando lo que domina es la actividad de desplazamiento, los animales se orientan perpendicularmente a las líneas de máxima pendiente. Las ovejas se colocan en fila y caminan siguiendo las curvas de nivel. Pendientes superiores al 30-40% originan graves problemas a los animales. En estos casos hay que introducir elementos atractivos o necesarios, como sesteaderos o abrevaderos, o animales jóvenes que tienen mayor tendencia a pastar en zonas difíciles. ETOLOGÍA DE LA RUMIA La rumia es el acto de regurgitación, remasticación y volver a tragar la comida previamente ingerida. Durante el pastoreo quedan almacenados en el rumen grandes cantidades de hierba someramente masticada, en el rumen sufren fermentaciones. Los bolos de hierba son regurgitados después, para volver a ser masticados y de nuevo tragados. El significado adaptativo de este modo de ingestión se ha discutido muchas veces: el pastoreo permite al animal tomar una cantidad máxima de alimento con un mínimo de tiempo de exposición al peligro que supone estar en campo abierto. el animal terminará de comerse lo recolectado con tranquilidad en un lugar seguro. Patrones del comportamiento de rumia Los patrones básicos de rumia son bastante simples: un bolo de comida es regurgitado y remasticado mediante movimientos laterales de la mandíbula. Si bien los estímulos que elicitan este comportamiento no están bien aclarados, intervienen factores físicos en el rumen y estímulos neurales. El patrón de comportamiento en la rumia es bastante simple: el animal regurgita el bolo alimenticio y lo remastica mediante movimientos laterales de la mandíbula. La masticación del bolo alimenticio durante la rumia se puede dividir en tres fases: La primera sirve para regurgitar el bolo en una parte de la cavidad bucal La segunda sirve para mover de un lado a otro el bolo y masticar con los molares. La tercera sirve para terminar de masticar. Durante la rumia, los animales suelen permanecer tumbados, aunque también la realizan de pie o caminando lentamente. Las posiciones del cuerpo durante la rumia son varias, pero lo más habitual es que estén echados con sus patas delanteras bajo el pecho y las traseras dirigidas hacia delante o también debajo del cuerpo. Los bovinos prefieren rumiar tumbados (65-80% del tiempo total de rumia), aunque también puede ocurrir que lo hagan cuando están de pie sin moverse, o mientras caminan lentamente. En las épocas más húmedas, por ejemplo, después de una fuerte lluvia, los animales pasan más tiempo de pie que tumbados, entonces se dan más periodos de rumia de pie. La transición de pastoreo a rumia es lenta y deliberadamente el animal va quedándose quieto hasta que se tumba. Sin embargo, el paso de rumia a pastoreo es brusco y se inicia muchas veces antes de que el último bolo haya sido de nuevo tragado. Niveles de rumia El tiempo de rumia incluye el tiempo gastado en regurgitar, masticar y volver a tragar la ingestión ruminal y el corto intervalo de tiempo que hay entre bolos. El comportamiento de rumia comienza a apreciarse a las pocas semanas de vida en los ovinos y hacia los 3 meses de edad en los bovinos, si bien no alcanza los niveles del adulto hasta los 2-3 meses en ovinos y 6-8 meses de edad en bovinos. El tiempo medio de descanso diario de rumia varía de 4-9 horas, aunque existe una fuerte variación entre animales, posiblemente relacionada con la cantidad y calidad de la hierba consumida. La rumia se divide en 15-20 periodos de 2 minutos a 1 hora de duración. El número total de bolos regurgitados va en relación al número total de movimientos de rumia. Unos 50-60 segundos son necesarios para la remasticación y reinsalivación de cada bolo; de 4-5 se puede emplear en tragar y regurgitar. La pausa final de un ciclo es de 3-4 segundos. La mayor actividad de rumia se da inmediatamente después del anochecer y va declinando gradualmente, además los periodos de rumia se van acortando. A la rumia dedican desde 25 minutos/hora a las 6 de la mañana y baja a 3 minutos/hora a las 5 de la tarde, aumenta hasta 25 minutos/hora a las 8 de la tarde, baja a 10 m/h a las 12 de la noche y va aumentando hasta las 6 de la mañana. Relación rumiación/pastoreo El tiempo dedicado diariamente a rumiar es aproximadamente ¾ del empleado en pastorear. Esta relación R/P se emplea sólo si el pastoreo no está restringido mediante manejo y está en función de la abundancia de pasto y por el clima. Ante pastos de alta calidad y abundantes, tanto por animal como por superficie, el tiempo empleado en pastar se alarga, mientras se acorta el dedicado a la rumia, con lo cual obtenemos un valor R/P menor. Si la hierba es suculenta, el tiempo de rumia es corto y el valor R/P es bajo; si la hierba es mala o fibrosa sucede lo contrario. Midiendo la relación existente entre tiempo de rumia y contenido en materia seca de la hierba ofreciendo a las vacas iguales cantidades, utilizando dos hierbas de diferente contenido en fibra bruta (29% y 18%) se encontró una relación directa entre consumo de materia seca y tiempo medio de rumia, además la hierba de alto contenido en fibra precisa mayor tiempo de rumia por kg de peso. Por lo tanto, el tiempo de rumia depende tanto de la calidad como de la cantidad de hierba ingerida. El tiempo de pastoreo se ve fuertemente restringido en favor del tiempo de rumia a mitad del verano, este último excede en un 100% al tiempo de rumia que se da en primavera y otoño. así pues, el valor R/P varía estacionalmente. Estas diferencias son producto de los cambios estacionales que se producen en la hierba tanto cualitativa como cuantitativamente. El valor R/P es menor en el cebú que en los bovinos europeos, el cebú pasta más que los europeos. En los ovinos, la rumia es de menor duración que en los bovinos por su mayor selectividad de alimentos y por el menor tamaño de sus bocados, que permite una mayor trituración. Estímulos que afectan al comportamiento de rumia No está clara la naturaleza del estímulo interoceptivo que induce la rumia. En la transición del pastoreo a la rumia, el animal va reduciendo sus movimientos, se queda quieto y se suele tumbar (el 65-80% del tiempo). Es más fácil discutir los estímulos que hacen que cese la rumia que hablar de lo que hace que se desencadene. La rumia es una conducta muy sensible a las situaciones de estrés, de forma que el tiempo dedicado a la rumia disminuye cuando los animales están estresados o enfermos en la misma medida que lo hace el tiempo de sueño. La actividad cerebral durante la rumia es muy similar a la que se produce durante el sueño. La disminución de la rumia conduce a problemas por acidificación ruminal. Los bovinos jóvenes son más excitables, cualquier perturbación puede causar un cese en la rumia. la rumia puede parar también por una serie de circunstancias tales como: hambre, miedo, dolor, curiosidad o ansiedad maternal. También paran de rumiar momentáneamente cuando escuchan un sonido poco habitual y la recomienzan si no se trata de algo importante. Las vacas pueden dejar de rumiar durante ciertas enfermedades, durante los estadios finales del parto y en el periodo en el que se encuentran lamiendo al ternero. La rumia disminuye, aunque no cesa, durante el celo. Los toros pueden continuar la rumia durante la electroeyaculación. COMPORTAMIENTO DE ALIMENTACIÓN DEL CERDO El cerdo es un animal omnívoro. En condiciones normales dedica mucho tiempo a la búsqueda de alimento. Una conducta muy importante en la búsqueda de alimento y en la exploración del entorno es la conducta de hozar o de exploración con la jeta. En condiciones intensivas, esta conducta está impedida y el animal ingiere el alimento en muy poco tiempo. Esto puede dar lugar a problemas como la mordedura de colas. Incluso en condiciones intensivas el cerdo mantiene un ritmo diario con un máximo de alimentación en la ingesta al final del periodo de luz. COMPORTAMIENTO DE ALIMENTACIÓN EN LAS GALLINAS En condiciones de cría en campo, las gallinas domesticas dedican una parte importante del día a buscar alimentos escarbando el suelo con las patas para localizar invertebrado semillas, frutas y otros vegetales. Los pollitos ingieren más invertebrados puesto que necesitan más aporte de proteínas. En condiciones intensivas, la imposibilidad de realizar estas conductas puede dar lugar a problemas de picaje. La gallina doméstica muestra un ritmo diario de alimentación muy pronunciado, con un pico de actividad por la mañana y otro al final del día. Si hay suficientes horas de luz (más de 6-8 horas/día) las gallinas no se alimentan durante la noche y el buche actúa como un reservorio de alimento que asegura un suministro de nutrientes más o menos constante durante las horas de oscuridad. En las gallinas ponedoras, este ritmo de alimentación es aún más marcado y el pico de alimentación de la tarde está también relacionado con la calcificación de la cáscara.

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