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Spanish Literature Spanish Post-War Literature Theater Trends Literary Analysis

Summary

This document provides a historical context of Spanish literature following the Spanish Civil War (1936-1939). It covers the socio-political backdrop, including the Franco dictatorship and the subsequent democratization process, and highlights significant literary movements and trends of the era. The summary also analyzes theatrical trends influenced by these historical events.

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CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL: LA ESPAÑA DE POSGUERRA Tres años de Guerra Civil española (1936-1939) supusieron una tragedia colectiva con miles de muertos y la consecuente destrucción material del país. En 1939 termina dicha Guerra Civil y se implanta la dictadura del general Francisco Franco Bahamon...

CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL: LA ESPAÑA DE POSGUERRA Tres años de Guerra Civil española (1936-1939) supusieron una tragedia colectiva con miles de muertos y la consecuente destrucción material del país. En 1939 termina dicha Guerra Civil y se implanta la dictadura del general Francisco Franco Bahamonde, quien impuso un régimen fascista que acabó con la libertad de prensa. Una parte importante de la población se exilió. El estricto control ideológico determinó una literatura escasamente crítica. El aislamiento de España impidió el contacto con nuevas tendencias literarias. Es por ello que la censura franquista, el aislamiento internacional de la dictadura, la represión política y la ausencia de libertades empobrecieron la cultura de España. A partir de la segunda mitad de la década de los 50’ se inicia una modernización del país, y en la década de los años 60’, la del desarrollismo y el turismo. La muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 supuso el fin de la dictadura y desencadenó un proceso de democratización, en el que el país se convirtió en una monarquía parlamentaria. Hay dos etapas clave: a)​ La transición a la democracia (entre 1975 y 1982). Se desmonta la dictadura bajo los gobiernos de Adolfo Suárez y Joaquín Calvo Sotelo. Se disuelven las Cortes franquistas y se permiten los partidos políticos. Se redacta y vota en referéndum la Constitución de 1978. b)​ La consolidación de la democracia (desde 1982 hasta la actualidad). Se inicia con la llegada del PSOE, que se alternará en el poder con el PP. El país avanza en cuanto a libertades, y se une a la OTAN (1982) y UE (1986). La libertad de expresión ganada con el final de la dictadura hizo que se dieran a conocer las obras de los autores contrarios al régimen franquista. TENDENCIAS LITERARIAS POSTERIORES A 1939 La literatura española entre 1939 y 1975 está fracturada en dos líneas que corren a la par. Una de ellas es la de los escritores exiliados, que siguieron una literatura de carácter existencial (referencias a las duras condiciones del exilio, falta de trabajo, soledad…). La otra s una literatura esteticista y conservadora, cultivada por autores que apoyaban al nuevo régimen. En la literatura compuesta en la España de posguerra sepueden identificar tres épocas diferentes dependiendo del género del que se trate: a)​ Existencialismo. En la década de los 40’, las miserables condiciones de vida en las que se encuentra el país explican que los escritores se concentren en cuestiones existenciales. Los temas preferidos son la angustia por la guerra, búsqueda de un sentido a la existencia, reaparición del tema de Dios… b)​ Preocupación social. En los 50’, cierta relajación del control ideológico por parte de la dictadura permite la aparición en las obras de asuntos sociales: denuncia de desigualdades, dureza de la vida de las clases bajas… c)​ Renovación social. En los 60’, se aprecia un cambio importante en las letras españolas. Los asuntos sociales siguen estando presentes, pero ahora se reflejan más la expresión de la intimidad y la vida cotidiana. Tras el fin de la dictadura franquista, la literatura española se caracteriza por la imposibilidad de encontrar una única tendencia, por lo que se define mediante rasgos que agrupan a los autores: -​ Recuperación y revisión de la memoria histórica. -​ La influencia de la cultura popular y los medios de comunicación de masas. -​ El impacto de la sociedad de consumo, que renuncia a una innovación técnica y profundidad temática. TENDENCIAS TEATRALES DE LA POSGUERRA A LA DEMOCRACIA El panorama cultural de los años de posguerra es desolador. Grandes referentes teatrales como lo son Valle-Inclán (Luces de bohemia, 1924) y Federico García Lorca (Bodas de sangre, 1933) mueren en 1936. A los factores extraliterarios que condicionaban al teatro se añadió tras la guerra una férrea censura que impedía la más mínima crítica al poder establecido. Por lo tanto, tras la Guerra Civil, el teatro se enfrentó a serios problemas: la muerte de los grandes maestros o el exilio de otros, y la limitación de la libertad de expresión por parte de la dictadura. A esto se debe sumar la gran miseria económica y la competencia del cine como principal modo de entretenimiento. Así pues, los rasgos del teatro de posguerra son: -​ Es un teatro entendido como espectáculo de entretenimiento y ocio para la burguesía. -​ Guarda fidelidad a las técnicas tradicionales del teatro de Benavente, tanto en los diálogos como en la escenografía y el vestuario. -​ Es conservador y decimonónico; pone en escena los dilemas morales de la burguesía. -​ Es transmisor de los ideales que sustentan el régimen franquista: la familia y la religión, respeto a las tradiciones, unidad de la patria… -​ Presenta una escasa penetración psicológica de los personajes. -​ Dosifica el conflicto y la intriga hasta llegar al final feliz, a gusto de todos. En los años 30’ y 40’, el teatro en España tiene dos tendencias surgidas antes de la guerra que se extenderán hasta los años setenta: el drama burgués (teatro amable y comercial, destaca los valores como la familia y el matrimonio), y el teatro del humor (fue un intento de renovación del teatro). La comedia burguesa de Jacinto Benavente sobrevivió a la Guerra Civil. Este autor se vio obligado a estrenar durante años sin que su nombre apareciera en los carteles, por haber mostrado apoyo a la República. Por otro lado, hay autores que intentan renovar el teatro mediante la comicidad, el teatro del humor. Destacan Enrique Jardiel Poncela, humor del cual se basa en lo inverosímil y disparatado y en la creación de situaciones insólitas. Entre sus obras destacan Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936) y Eloísa está debajo de un almendro (1940). Otro autor fue Miguel Mihura (1905-1977), pero los empresarios se negaron a estrenar Tres sombreros de copa (1932), por lo que se vio desanimado y abandonó la escritura teatral, que no retomó hasta la posguerra. En los años 50’ y 60’ se desarrolla un teatro comprometido con el individuo y la sociedad, el llamado teatro del realismo social. Los temas más habituales de estas obras fueron la alienación del hombre bajo el nuevo orden social, la denuncia a la injusticia y la desigualdad… Los autores se mantuvieron fieles al realismo, pero incorporaron símbolos para evitar la censura. Se pueden identificar tres orientaciones en esta tendencia: -​ Un teatro posibilista, que incide sobre los problemas del individuo y añade una crítica sociopolítica disfrazada. Destaca Antonio Buero Vallejo. -​ Un teatro radical, que incide sobre los problemas colectivos y hace explícita la crítica sociopolítica. Destaca Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte). -​ Un “grupo realista” que se centra en los problemas de la vida diaria de los grupos sociales. Destacan Lauro Olmo (La camisa) y José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil). En la década de los 60’, con la relajación de la censura nace el teatro experimental con obras que critican al sistema político y a la vida contemporánea mediante técnicas vanguardistas. Entre los autores más importantes están Francisco Nieva (Coronada y el toro) y Fernando Arrabal (El triciclo). Finalmente, en el panorama teatral posterior a 1975 pueden identificarse algunas tendencias dominantes: el teatro experimental, la comedia burguesa, el teatro culturalista y el histórico. -​ El teatro experimental. El alejamiento del realismo teatral iniciado en los 60’ es continuado desde 1975 por las compañías de teatro independiente, que en sus obras añaden la desaparición de la llamada “cuarta pared”. -​ La nueva comedia burguesa y de costumbres. Son obras que se ocupan de conflictos personales y familiares que afectan a la clase media y alta. Destaca Ana Diosdado (Los 80 son nuestros). La comedia de costumbres está conformada por obras que presentan los problemas del individuo en la sociedad actual, con ambientación en las clases medias y bajas. Destaca José Luis Alonso de Santos (Bajarse al Moro). -​ El teatro culturalista e histórico. Formado por obras que recrean episodios de la historia de la tradición cultural española. Destacan Antonio Gala, Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano, 1977) y José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!, 1987). ANTONIO BUERO VALLEJO Nacido en Guadalajara en 1916 en una familia de clase media. Su padre era militar con una mente abierta y liberal. Antonio se aficionó muy temprano a la lectura y se interesó por la pintura. Al terminar Bachillerato se trasladó a Madrid para entrar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Vivió en el barrio de Salamanca. En Madrid se afilió a la FUE (Federación Universitaria de Estudiantes) y asistió a representaciones teatrales de grandes autores. Al estallar la Guerra Civil quiso alistarse para defender Madrid de los golpistas, pero finalmente se esperó al alistamiento obligatorio. Su padre fue fusilado por el bando republicano, y pese a ello continuó apoyando a la República. Al acabar la guerra fue detenido en Soneja (Valencia), donde se recluyó como prisionero en un campo de concentración. Se integró en una célula del PCE como falsificador de documentación y fue detenido en 1939, acusado de “adhesión a la rebelión” y condenado a muerte, pasando casi ocho años en prisión, donde coincidió con Miguel Hernández. Salió a principios de 1946. La experiencia carcelaria le hizo abandonar su intención inicial de dedicarse a la pintura y se decantó por las letras, finalmente por el teatro. En 1946 redactó la primera versión de En la ardiente oscuridad y en 1947 escribió Historia de una escalera, con la que ganó el premio Lope de Vega, hecho que lo consagró como dramaturgo. A lo largo de los siguientes cincuenta años, Buero estrenó en Madrid casi treinta obras, algunas de las cuales fueron en principio prohibidas por la censura (Aventura en lo gris y La doble historia del doctor Valmy). En 1959 se casó con Victoria Rodríguez, con quien tuvo dos hijos. Su última obra fue Misión al pueblo desierto (1999). Ha sido considerado como uno de los grandes dramaturgos españoles del siglo XX, por lo que fue premiado con una amplia variedad de premios: Premio Nacional de Teatro 1956, RAE 1972, Premio Miguel de Cervantes 1986, Premio Nacional de las Letras Españolas (1996), Premio de Honor en los Max de las Artes Escénicas 1999. Buero Vallejo falleció en Madrid el 29 de abril del 2000, a la edad de 83 años. — La nueva concepción de la tragedia y del teatro histórico son dos claves de la renovación que supuso Buero para la dramaturgia española. Cultiva una tragedia contemporánea con personajes correspondientes al momento de la escritura, y su visión nueva del teatro histórico le permitió obtener lecciones aplicables al presente. Los finales esperanzados de Buero afectan más a los espectadores que a los propios actores, a los que conmueve y hace reflexionar. Los rasgos expuestos nos llevan a considerar el teatro de Buero como un teatro moral, escribe dramas de conciencia sobre las responsabilidades humanas y las consecuencias de los actos. El autor no está interesado únicamente por las actitudes individuales, sino por cómo estas repercuten en la sociedad. Se trata también de un teatro social. — En el teatro de Buero pueden distinguirse tres etapas: 1.​ Realismo simbólico (dramas sociales y existenciales): obras que continúan con la estética realista (espacio escénico tradicional, realidad cotidiana, problemas personales de los personajes, conflictos sociales, símbolos…). Buero quiso introducir innovaciones técnicas, implicando al espectador, cambiado el escenario… Algunas obras son Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad… 2.​ Teatro histórico: Buero da un giro a su producción con el estreno de Un soñador para un pueblo. En esta obra recrea momentos del pasado que ilustraban lo que sucedía en ese momento, burlando la censura. Fue acusado de posibilista (rebajar la crítica contra el régimen con tal de que la obra fuese estrenada) por Alfonso Sastre. Estas obras inciden en asuntos sociales, incorporando espacios escénicos múltiples y rompiendo la línea cronológica de la trama, usando narradores. Algunas obras a destacar son Las meninas, El concierto de San Ovidio… 3.​ Teatro experimental: Buero intensifica el alejamiento del realismo con el uso del desorden cronológico y la utilización de elementos no verbales, el simbolismo de la escenografía. El espectador no ve la realidad, sino la versión que de ella tiene un determinado personaje. Algunas obras son La llegada de los dioses, La fundación… — Antonio Buero Vallejo, nacido en 1916, se inscribió en la llamada generación del 36, también denominada primera generación de posguerra. Son escritores marcados por este conflicto (Buero estuvo encarcelado y condenado a muerte). Rechazan el arte de los movimientos de vanguardia y reivindican un arte cercano a los conflictos sociales en una vuelta a la rehumanización literaria. Además, usa un lenguaje escénico simbólico que sirve de denuncia. HISTORIA DE UNA ESCALERA (1949) En 148 Buero presentó al premio Lope de Vega las dos obras que tenía acabadas: En la ardiente oscuridad e Historia de una escalera, obra con la quelo ganó. Ganó además de una dotación económica, el estreno en el Teatro Español. La obra fue representada por primera vez el 14 de octubre de 1949, fue un éxito inmediato. — El propio título de la obra adelanta los dos elementos que posee la obra: Historia (tiempo) de una escalera (espacio). En la obra destacan los sobreentendidos y cobra una gran importancia lo que no se dice, lo que callan los personajes. Retrata a unos personajes sometidos a un régimen político sin libertades y sojuzgados por la presión social. Es por esto que el espectador debe implicarse. Se muestra la vida de un vecindario humilde de una escalera de vecindad, situado en Madrid durante los cuarenta años que preceden a su escritura. La escenografía es simple: un único escenario, un rellano de la escalera de un edificio humilde. El decorado sorprende por lo que no es. No es un espacio cómodo para reunirse, sino un lugar de paso. EL hecho de que haya un único decorado convierte el espacio en un lugar claustrofóbico. Representa la falta de libertad y la opresión a la que se ven sometidos los personajes. El espacio escénico es siempre el mismo: la escalera de una modesta casa de vecindad, descrita con minuciosidad en la primera acotación, destacando sobre todo la pobreza, miseria, dejadez y suciedad. La obra se distribuye en tres actos separados entre sí por diez años entre los primeros, y veinte más entre el segundo y tercero. Cada uno está encabezado por una acotación escénica y temporal. Este modelo escenográfico de la casa de vecinos constituye por primera vez una crítica ante la dictadura franquista. La figura simbólica de la escalera simboliza el continuo subir y bajar, pero el no cambiar. Es un signo del estado de inmovilismo de la sociedad española del momento. La permanencia de los personajes en la casa durante décadas manifiesta la imposibilidad de salir al mundo exterior. La estructura circular de la obra no es una condena a la repetición de los fracasos; Buero siempre deja una puerta abierta a la esperanza. — La obra se divide en tres actos que se vinculan fácilmente con el planteamiento y presentación de los personajes y conflictos principales (acto I), el desarrollo de la trama (acto II) y el desenlace abierto (acto III). ACTO I (1919) ACTO II (1929) ACTO III (1949) Generosa, 55 años Generosa Joven Gregorio, su marido Gregorio desconocido, Puerta I Pepe, hijo, +20 años Carmina bien vestido Carmina, hija, 15/20 años Don Manuel, viudo Elvira​ Elvira​ Elvira, hija, 15/20 años Fernando Fernando Puerta II Bebé, 1 año Fer hijo Manolín, 12 años Paca, 50 años Paca Paca Juan, su marido Juan Urbano Urbano, hijo, 15/20 años Urbano Carmina​ Puerta III Rosa, hija, +21 años Trini Rosa Trini, hija, 15/20 años Trini Carmina hija, 18 años Asunción, viuda Rosa Señor bien Puerta IV Fernando, hijo, 15/20 años Pepe vestido -​ Primer acto. Se sitúa en los años 1919 a 1929. Presenta a los vecinos del edificio y sus sueños juveniles. Fernando, un joven idealista y ambicioso, está enamorado de Carmina, una muchacha tímida y trabajadora. Aunque ambos se quieren, las diferencias económicas y los conflictos familiares obstaculizan su relación. Paralelamente, otros personajes como Urbano, que aspira a progresar mediante el trabajo duro, y Elvira, hija de familia adinerada, muestran sus perspectivas de futuro. Se destaca la tensión entre los sueños y las limitaciones de la realidad. -​ Segundo acto. Han pasado diez años. Los sueños juveniles han pasado a la resignación y las frustraciónes. Fernando se ha casado con Elvira por su dinero, pero vive insatisfecho y atrapado en una vida monótona. Por otro lado, Carmina ha contraído matrimonio con Urbano, quien sigue luchando por una vida mejor, pero su relación también está marcada por las tensiones económicas. Los personajes comienzan a asumir que sus sueños de juventud no se cumplirán, reflejando un ciclo de estancamiento social. -​ Tercer acto. Treinta años después del inicio, se muestra cómo la nueva generación repite los mismos errores y frustraciones que sus padres. Fernando hijo y Carmina hija se enamora, como sus padres en el pasado, pero enfrentan las mismas barreras sociales y económicas. La obra concluye con un pesimismo cíclico, mostrando cómo las aspiraciones individuales se diluyen frente a las limitaciones estructurales y la falta de cambio generacional. Hay un total de 18 personajes distribuidos en tres generaciones, clasificados en: principales (Fernando, Urbano, Elvira y Carmina), secundarios (todos los familiares de los protagonistas) y terciarios (el cobrador de la luz, el joven y el señor bien vestidos). Aunquelos personajes están perfectamente dibujados, es la comunidad de vecinos la auténtica protagonista de la obra. Suelen dividirse en activos (aquellos que se deciden a actuar, aunque incurran en errores que les pesarán toda la vida) y contemplativos (aquellos que se limitan a mirar el estrecho mundo en el que viven, sin atreverse a actuar para salir de él). Una de las enseñanzas más valiosas que se desprenden del teatro de Buero es que no hay personajes ni buenos ni malos, todos son seres humanos con defectos y pueden equivocarse en sus decisiones. Joven atractivo, con una cabeza llena de proyectos, Fernando incapacidad personal, gandul, hipócrita… Es un proletario, incapaz de superarse, se ampara a la fuerza Urbano del sindicato, personaje frustrado, trabajador… Enamorada de Fernando, se casa con Urbano (para liberarse Carmina de la miseria). De buena posición económica, enamorada de Fernando Elvira (con el que se casa finalmente). En Historia de una escalera se abarca una gran cantidad de temas, entre los cuales destacan los siguientes: -​ La miseria económica y moral: continuamente hay referencias a la escasez económica y, precisamente, tratar de huir de ella es lo que lleva a los personajes a no hacer caso de su corazón, quienes son víctimas de una sociedad injusta, pero también de sí mismos y sus debilidades, cosa que los lleva a tomar malas decisiones. -​ El paso del tiempo y la falta de libertad: con el paso del tiempo, la escalera apenas ha cambiado y los vecinos han envejecido allí atrapados por su destino y las circunstancias. -​ La frustración, soledad e incomunicación: los cuatro protagonistas viven llenos de rencor, amargados y frustrados por haberse unido a quienes no amaban y no haber alcanzado sus aspiraciones. Se echan todo en cara en una discusión final. -​ La capacidad del ser humano para asumir la dolorosa realidad y así tener esperanza de superarla: los protagonistas no han sabido asumir la realidad en que vivían y llevan una vida insatisfactoria. Sólo Carmina hija y Fernando hijo tienen aún la oportunidad de salir de la pobreza, la falsedad y los rencores.

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