Monumentalización Del Pasado, Historiografía Y Memoria Mediática: El Holocausto Y La Transición Española PDF

Summary

This academic article examines the monumentalization of the past, historiography, and media memory in two distinct historical cases: the Holocaust and the Spanish democratic transition. It provides an overview of the historiographical debates and media representations related to these events.

Full Transcript

Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 ISSN: 1696-2060 MONUMENTALIZACIÓN DEL PASADO, HISTORIOGRAFÍA Y MEMORIA MEDIÁTICA: EL HOLOCAUSTO Y LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA José Carlos Rueda Laffond* * Universidad Complutense de Madrid, España. Ema...

Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 ISSN: 1696-2060 MONUMENTALIZACIÓN DEL PASADO, HISTORIOGRAFÍA Y MEMORIA MEDIÁTICA: EL HOLOCAUSTO Y LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA José Carlos Rueda Laffond* * Universidad Complutense de Madrid, España. Email: [email protected] Recibido: 5 septiembre 2014 / Revisado: 12 febrero 2015 / Aceptado: 29 junio 2015 / Publicado: 15 octubre 2015 Resumen: Este trabajo aborda dos estudios de 1. DOS OBJETOS DE HISTORIA MODÉLICA1 casos claramente diferenciados: el Holocausto judío y la Transición democrática española. El artículo analiza ambos episodios históricos como muestras de “monumentalización del pasado”, en relación con los usos públicos de la Historia y las políticas de memoria. Aborda E ste trabajo tiene un carácter general. Se aproxima a un conjunto de aspectos que, por motivos de espacio, deben resumirse a sus trazas fundamentales. El objetivo es establecer un breve recorrido por la cuáles han sido las características esenciales intersección entre debate historiográfico y que han definido su presencia a gran escala. estrategias de representación mediática. Para Para ello, establece una panorámica general ello se atenderá a varias categorías (uso público que aborda las claves del debate historiográfico de la historia, monumentalización del pasado, y las estrategias de representación mediática. memoria mediática o generación), y, ya como estudios de caso, a su aplicación ante el Palabras claves: Memoria mediática, Políticas genocidio nazi y la transición democrática de memoria, Representación, Historiografía, española. Holocausto, Transición democrática española. Evidentemente son temáticas muy alejadas entre sí por su naturaleza y factores de Abstract: This paper examines two case studies: singularidad, por sus escalas de interpretación y the Holocaust and the Spanish democratic debate, o por su disímil traducción en términos transition. The article examines both historical de narración mediática. Incluso puede argüirse episodes as examples of "monuments of the que se trata de fenómenos opuestos e past", in relation to public uses of history and incomparables. La Solución Final ha sido politics of memory. The text discusses the explicada como combinación letal que essential characteristics that have defined their entremezcló la “manifestación más extrema de presence on a large scale. Highlights, to this end, an overview that addresses the key of 1 La realización de este artículo se enmarca en el these historiographical debates and the main desarrollo de los proyectos “Memorias en segundo strategies of their media representation. grado: Posmemoria de la Guerra Civil y el franquismo en la España del siglo XXI” (URV y Banco Keywords: Media Memory, Politics of Memory, de Santander, 2013-LINE-01); y “Memorias en Representation, Historiography, Holocaust, segundo grado: Posmemoria de la Guerra civil, el franquismo y la transición democrática en la Spanish Democratic Transition. sociedad española contemporánea” (Ministerio de Economía y Competitividad, CSO2013-41594-P). © Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 71 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria ideología absolutista” –ejecutar, de forma la cultura popular4. Pero también a los usos radical e inflexible, una práctica de eliminación públicos de la historia, es decir, a las formas de racial–, junto a la “maquinaria estatal más encuadrar el pasado, a sus intencionalidades avanzada” y la “tecnología más desarrollada” ante el espacio público, o a sus funciones de Europa2. La transición española define, en pedagógicas, políticas y morales. cambio, un proceso, frontalmente inverso de cambio político en poco tiempo, que supuso la Tales cuestiones fueron suscitadas en 1986 en transmutación de un régimen dictatorial a una una reflexión de Jürgen Habermas al hilo de la democracia parlamentaria. llamada “querella de los historiadores” (Historikerstreit)5. El detonante de aquel debate La interpretación del genocidio nazi se ha fue un artículo conmemorativo sobre el Día D enmarcado en unas coordenadas de Ernst Nolte donde exponía una revisión del historiográficas internacionales, si bien ha sido régimen nazi a partir de su hipotética relación objeto de interés tanto para un amplio grupo vicaria con el bolchevismo6. Desde esa premisa, de historiadores alemanes como israelíes. En Nolte generó una ácida reyerta centrada en la cambio, la transición española ha sido un tema naturaleza del III Reich y en sus crímenes prioritariamente nacional, aunque tampoco han (¿únicos y originales, o una readaptación de la faltado los estudios que la han emplazado en violencia soviética?). La clave del asunto una perspectiva comparativa, en relación con la pivotaba entonces, como sintetizó Charles S. llamada “tercera ola” que incluiría las Maier, en discutir el estatus de Auschwitz (¿mal transiciones portuguesa y griega, los procesos incomparable o espécimen de genocidio?), y de democratización en América Latina o los plantear su incidencia en la actualidad (¿un vividos en Europa oriental tras 19893. hecho de tal relieve que no puede elaborarse ni normalizarse historiográficamente, provocando Sin embargo, a pesar de tales diferencias, las que la nación alemana quede marcada para temáticas aquí escogidas muestran perfiles siempre?, ¿o un episodio que debe compartidos. Son muestras de historia modélica relativizarse, al situarse en un panorama más y constituyen episodios con relevante presencia amplio de violencia, tal y como argüía Nolte?)7. historiográfica. Su sentido como hechos pasados con visibilidad presente y que pueden La participación de Habermas en la fijar enseñanzas cara al futuro permite Historikerstreit es relevante. Por un lado, relacionarlos, además, con la memoria colectiva porque aportó una perspectiva afín a varios (y con la más vaga y amplia memoria social), así historiadores progresistas (Jürgen Kocka, Hans y como con políticas de recuerdo oficial. Wolfgang Mommsen), pero también diferen- Complementariamente, ambos referentes han ciada de ellos. Y, por otra parte, porque esta- presentado un intenso tratamiento en la bleció una primera categorización sobre uso prensa, la literatura divulgativa, el cine o la público de la historia, fijando una nómina de televisión. aspectos que se han mantenido hasta el día de hoy8. Cabe subrayar, en concreto, tres cuestio- 2. USOS PÚBLICOS DE LA HISTORIA nes: el tránsito de lo historiográfico a lo político Estos últimos rasgos permiten apreciar el 4 genocidio nazi y la transición española como Cfr. con Brittan, D. F., “Historia pública y memoria objetos de historia pública. Dicha expresión pública”. Ayer, 32 (1998), 147-162. 5 alude a las prácticas de divulgación generalista Habermas, J., “Vom öffentlichen Gebrauch der Historie”. Die Zeit, 7 de noviembre de 1986. del pasado y a la circulación de imaginarios en 6 Nolte, E., “Vergangenheit, die nicht vergehen will”. Frankfurter Allgemeine Zeitung, 6 de junio de 1986. 7 Maier, Ch. S., The Unmasterable Past. History, Holocaust, and German National Identity. 2 Kershaw, I., Hitler, los alemanes y la Solución Final. Cambridge, Harvard University Press, 1988, 1. 8 Madrid, La Esfera de los Libros, 2008, 57. Como perspectiva de conjunto, Peiró Martín, I., “La 3 Huntington, S. P., La tercera ola: la era de la memoria: reflexiones sobre la historia, la democratización a finales del siglo XX, Barcelona, opinión pública y los historiadores”. Memoria y Paidós, 1994. Civilización, 7 (2004), 243-294. 72 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond en virtud de su emplazamiento en el espacio hecho refleja un aspecto más amplio. Con cierta público, las implicaciones identitarias y genera- frecuencia, la reflexión historiográfica –incluso cionales, y el papel jugado por los medios. la explícitamente interesada por problemas de divulgación social de la historia– opta por no La idea medular de Habermas es que la abordar con detalle las representaciones y Historikerstreit no era una polémica restringida mediaciones generalistas del pasado, dando por a la academia: ahí estribaba la carga de hecho que los medios manipulan, exageran o profundidad lanzada por Nolte. Habermas banalizan. Un problema similar puede reconocía que sus tesis “no eran un pecado” producirse a la inversa, en el caso de las siempre en cuando se hubiesen quedado en el interpretaciones que priorizan el análisis textual nivel de lo que denominó la “tercera persona” o la visión sociológica de los medios, pero (la objetivización propia del análisis desatienden el estado de la cuestión historiográfico, algo que, según Habermas, historiográfico. Con ello se corre el riesgo de ineludiblemente conduce a una cierta caer en simplificaciones o en supuestos relativización). Pero los argumentos “abstrusos” especulativos. Pero la distancia entre de Nolte habían sido publicados en un medio historiografía y estudios mediáticos es relativa. generalista, con lo cual trascendieron de la A pesar del decaimiento académico de las “tercera” a la “primera persona”, es decir al humanidades, los medios insisten en focalizar “nosotros” y al campo del imperativo moral su atención en cuestiones o tratamientos categórico. Esa irrupción en la esfera pública históricos10. Ello debe relacionarse con el trastocaba la naturaleza del tratamiento del relieve cuantitativo (audiencia) que alcanzan pasado, adquiriendo un rango político. Por eso muchas producciones cinematográficas o debía subrayarse la vigencia de la televisivas. Y también con su importancia responsabilidad compartida, la imposibilidad de cualitativa a la hora de generar, reforzar y relativizar Auschwitz o de efectuar ningún tipo reproducir determinadas significaciones entre de comparativa, pues “el período nazi es el los espectadores11. filtro a través del cual pasa la esencia de nuestra cultura”, y cualquier banalización haría Un campo de interés mutuo para la irrespirable Alemania tanto a los hijos o nietos historiografía y los estudios mediáticos es la de las víctimas como a los hijos o nietos de la memoria, si bien es cierto que no han faltado generación de alemanes que vivió el III Reich. Es llamadas de atención sobre la confusión que decir, para Habermas las ideas de paso del ese término trajo consigo. A inicios del siglo XXI tiempo o renovación vital esgrimidas por Nolte Juan José Carreras advertía que la “hipóstasis eran meras coartadas, puesto que la identidad de la memoria” estaba actuando entre los alemana –entendida como sucesión historiadores como “la Virgen Santísima, generacional, pero también como proyecto (multiplicando) su presencia en los más diversos comunitario– se fundaba en una matriz lugares merced a sus diversas advocaciones”, “envenenada por crímenes inexpresables”, lo canibalizando asuntos clásicos de la reflexión cual exigía un presente y un futuro basados en historiográfica, como “conciencia histórica, “mantener viva la memoria del sufrimiento”. imágenes de la historia, tradiciones, mentalidades, escuelas historiográficas, o Estas consideraciones deben enmarcarse en un actividades tan usuales como la enseñanza de la entorno problemático. Como señaló Gonzalo historia, bautizada ahora como gestión de la Pasamar, a pesar de que el uso público de la memoria”12. Es por ello que la inflación historia constituía el eje vertebral del alegato de Habermas, los participantes en la 10 Anania, F., I mass media tra storia e memoria, Historikerstreit apenas reflexionaron sobre Roma, RAI-ERI, 2008, 7-54. dicha dimensión, centrándose, en cambio, en 11 Edgerton, G. R., “Television as Historian. A cuestiones historiográficas especializadas9. Este different Kind of History Altogether”, en G. R. Edgerton y P. C. Rollins (eds.), Television Histories. Shaping Collective Memory in the Media Age. 9 Pasamar, G., “Los historiadores y el uso público de Kentucky, Kentucky University Press, 2001, 1-2. 12 la historia: viejo problema y desafío reciente”. Ayer, Carreras, J. J., “¿Por qué hablamos de memoria 49 (2003), 238. cuando queremos decir historia?”, en A. Sabio y C. Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 73 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria memorialista ha provocado la necesidad de facilitado espacios de convergencia inter- clarificar lindes y recuperar claves de disciplinar15. especificidad epistemológica. Ahí cabe situar consideraciones como que “la memoria 3. MONUMENTALIZACIÓN, MEMORIA MEDIÁ- perpetúa el pasado en el presente, (mientras TICA, TIEMPO Y GENERACIÓN que) la Historia fija el pasado en un orden temporal cerrado, cumplido, organizado según El texto de Habermas plantea la cuestión de la criterios racionales, en las antípodas de la jerarquía entre discurso historiográfico e experiencia subjetiva de lo vivido”; o aquella imperativo de memoria. En un conflicto en la otra que ve a la historia como “todo aquel esfera pública, según este autor, la discusión pasado que no tiene actualidad”13. histórica estaría subordinado a la memoria. Paralelamente, su alegato diferencia entre En otros casos la especificidad de lo narrativas que fijan imaginarios según criterios historiográfico se formuló aludiendo a una de moralidad pública y otros que encarnan tradición enraizada en la Ilustración. Según intereses políticos parciales. Estas cuestiones Arno J. Mayer, “desde el Iluminismo los conectan con la monumentalización del pasado historiadores han compartido ciertas ideas de y con el rol de los medios. causalidad y exactitud. También han supuesto que el pasado es accesible por ser profano y no El término monumentalización alude a prácticas providencial. Además, en lugar de dar rienda que resaltan la trascendencia de ciertos suelta a su subjetividad, se supone que deben personajes, acontecimientos o procesos en controlarla”. Tales claves marcarían la distancia términos de presencia pública y entre la “Musa de la historia” y la “Musa de la conmemoración a gran escala. La memoria”14. No obstante, ha sido la discusión monumentalización no es exclusiva de la de esos postulados asociados a nociones como contemporaneidad. Incluso puede estimarse ciencia u objetividad un factor que coadyuvó, que, en lo que tiene de homenaje, reitera un desde los años ochenta, en la profusión hábito preindustrial. Se distinguiría por un memorialista. El resultado ha sido un contexto intenso potencial simbólico y moralizador, fragmentado. En él figuró la apuesta por el giro ensamblando hecho, presencia virtual y lingüístico y el subjetivismo, así como la perpetuación hacia generaciones venideras. consideración del trabajo historiográfico como Paralelamente, en tanto que se inscribe en una práctica profesionalizada de memoria en pie de dinámica de socialización mnemónica, se igualdad con otras estrategias de rememora- fundamentaría en la apelación a la afirmación ción. Pero igualmente la reivindicación de la inclusiva, aspecto que conlleva la negación, más memoria como terreno de renovación o menos radical, de hechos o sujetos opuestos. historiográfico ante la fractura de los La conmemoración de una victoria sólo es paradigmas omnicomprensivos, tal y como se posible desde la derrota de un Otro. Por otra postuló desde la Nouvelle Histoire o la historia parte, que la monumentalización aspire a la del tiempo presente. Tales coordenadas inclusión generalizada no supone que actúe de complican los consensos, pero asimismo han forma absoluta y sin fisuras. Las memorias colectivas son un magma donde pueden coexistir múltiples acciones y respuestas, o revisiones y contra-conmemoraciones. Forcadell (coords.), Las escalas del pasado. Tales aspectos nos trasladan al ámbito de los Barbastro, UNED, 2005, 16. 13 medios, concibiéndolos no como simples González Calleja, E., Memoria e Historia. Vademécum de conceptos y debates fundamentales. transmisores o canales de información, sino Madrid, Los Libros de la Catarata, 2013, 94; y como emplazamientos estratégicos donde el Manzano, E., “La memoria, el olvido y la historia”, en pasado es monumentalizado. Estas operaciones J. S. Pérez Garzón y E. Manzano, Memoria histórica. Madrid, CSIC, 2010, 92. 14 15 Mayer, A. J., Why Did the Heavens Not Darken? Cfr. con Roediger, H. L. y Wertsch, J. V., “Creating The “Final Solution” in History. Nueva York, a New Discipline of Memory Studies”. Memory Pantheon, 1988, 17. Studies, 1 (2008), 9-22. 74 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond deben emplazarse en una coordenada definida: capitales con áreas yermas19. Pero tales mapas la memoria mediática16. Es decir, en relación no son estáticos. Un factor que puede con los modos de exploración y exposición del distorsionarlos viene dado por las alteraciones pasado en y a través de los medios, y con su en la memoria generacional. Esta consideración carácter como agentes activos que intervienen ha sido apuntada en estudios que han en los procesos de afirmación, discusión, abordado las variaciones en la jerarquía de negociación o contestación de las memorias hitos de recuerdo según colectivos de edad20. colectivas17. La memoria mediática surge de la Ello sugiere el agotamiento de la capacidad combinación entre muchos elementos: del rol conmemorativa de ciertos eventos del profesional (periodista, guionista, monumentalizados. Sin embargo, como destacó realizador) como instancia que usa y Maurice Halbwachs, memoria generacional (re)produce tales memorias. También de cuál es también debe entenderse como apropiación e su voluntad y capacidad para interpretar el interiorización de valores precedentes sin que pasado, erigiéndose incluso en lo que Paul suponga una traslación mimética, sino una Ricoeur tipificó como “historiador suplente”. reelaboración21. Otro factor se refiere a cómo los estándares de producción (pautas de género y formato; Las implicaciones generacionales del genocidio criterios comerciales o línea editorial) nazi y la transición han sido advertidas de condicionan las representaciones del pasado, y distinto modo. Jay Winter ha remarcado el a cómo se resuelven las interacciones con la sentido expansivo (“boom de memoria”) del audiencia. Finalmente, habría que considerar recuerdo sobre el Holocausto, en las implicaciones entre medios, sistemas de correspondencia con su asimilación por parte poder, normativas culturales y señas de de la segunda y tercera generación (hijos y identidad18. nietos de las víctimas). Esta expansión se ha reflejado en la ampliación territorial de los A ello cabría sumar otros aspectos: la focos de remembranza o en la proliferación y continuidad o fractura de ciertos hitos, y su diversificación de narrativas. El paso del tiempo, rechazo o apropiación por colectivos podría decirse, ha amplificado el rango generacionales. La monumentalización se monumental del evento, que se ha reproducido fundamenta en la permanencia. A pesar de que y ramificado en su dimensión simbólica. Las un rasgo de las narrativas mediáticas es su producciones mediáticas, junto al recuerdo carácter como productos de consumo en indirecto (vivencias familiares), fundamentan el presente, la conmemoración permite dar concepto de posmemoria propuesto por continuidad a un hito de recuerdo, insertándolo Marianne Hirsch. La transferencia emocional y en un calendario dotado de regularidad y la dicotomía distancia/presencia del trauma previsibilidad. De esta forma, la figura, igualmente, en la reflexión de Yosefa monumentalización se vincula con Loshitzky sobre “víctimas híbridas”22. determinados mapas del tiempo que ofrecen significaciones variadas y que combinan hechos 19 Zeruvabel, E., Hidden Rhythms: Schedules and Calendars in Social Life. Berkeley, University of California Press, 1981, 2-7; y Time Maps. Collective Memory and the Social Shape of the Past. The University of Chicago Press, 2005, 4-8. 16 20 Neiger, M. y otros autores, “On Media Memory: Schuman, H. y Scott, J., “Generations and Editors´ Introduction”, en M. Neiger y otros autores Collective Memories”. American Sociological Review, (eds.), On Media Memory. Collective Memory in a 54 (1989), 359-381. 21 New Media Age. Londres, Palgrave Macmillan, 2011, Halbwachs, M., On Collective Memory. Chicago, 4-5. The University of Chicago Press, 1992 (1925), 52-54. 17 22 Zelizer, B., “Reading the Past Against the Grain: Winter, J., “The Generation of Memory: the Shape of Memory Studies”. Critical Studies in Reflections on the Memory Boom in Contemporary Mass Communication, 12, 2 (1995), 214. Historical Studies. Archives & Social Studies, 1 18 Edy, A. J., “Journalistic Uses of Collective (2007), 363-397; Hirsch, M., Family Frames. Memory”. Journal of Communication, 49 (1999), 71- Photography, Narrative, and Postmemory. Harvard, 85; y Ricoeur, P., Tiempo y narración, III. El tiempo University Press, 1997; Loshitzky, Y., “Hybrid Victims: narrado. México, Siglo XXI, 1996, 783 y 991. Second Generation Israelis Screen the Holocaust”, Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 75 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria La memoria generacional sobre la transición se hacia el III Reich25. Sin embargo, en las ha valorado desde otro prisma. Se ha representaciones audiovisuales iniciales apenas emplazado en un contexto más amplio, en sí se atendió a la particularización étnica o correspondencia con el evocación de la Guerra cultural de las víctimas, neutralizándose su Civil. Simplificando los argumentos, se ha identidad judía. Tal invisibilidad caracterizó a apuntado que el recuerdo traumático indirecto The Stranger (Orson Welles, 1947), un film que de la generación de hijos de la guerra explicaría tipificaba al nazismo como sistema el imperativo de memoria (reconciliación) exterminador. Por su parte, tanto en la ficción dominante durante la transición. En cambio, The Search (Fred Zinnemann, 1948), como en el desde los años noventa, coincidiendo con la documental Nuit et brouillard (Alain Resnais, llegada de la tercera generación, se habría 1955), la especificidad judía se subordinó a producido la emergencia de un nuevo otros criterios identitarios, como los orígenes imperativo (reparación), que conllevó la europeos o la adscripción política. denuncia de la transición como fase de amnesia y su desacralización como hito ejemplar23. La asimetría entre inflación del nazismo y relativización judía también caracterizó al 4. PAUTAS DE REPRESENTACIÓN Y DEBATE ámbito historiográfico. Hasta inicios de los SOBRE EL GENOCIDIO NAZI sesenta apenas se publicaron investigaciones monográficas o relatos autobiográficos, aunque Los siguientes apartados contemplarán una alguno de ellos llegó a alcanzar cierto eco dimensión más del concepto generación. relativo26. En esta misma secuencia debe Además de su acepción obvia (grupo de edad), situarse la lenta institucionalización de las puede entenderse como “sistema de políticas de memoria israelíes. En 1947 tuvo convenciones prevalentes” en vigor durante un lugar una primera conferencia sobre el cierto período24. Desde este prisma se valorarán genocidio en la Universidad Hebrea de reflexiones propuestas desde la historiografía y Jerusalén, y al año siguiente se abrió un espacio los medios, en relación con genealogías de recuerdo en el monte Sión. Pero no fue interpretativas y políticas de memoria. hasta 1953 cuando la Knesset aprobó la creación del memorial Yad Vashem, cuyo Una constante sobre el nazismo han sido las primer complejo se inauguró en 1957. visiones dirigidas a fijarlo como un régimen consustancialmente represivo. Esta La eclosión del tema del exterminio en la esfera categorización arrancó de los años treinta y se pública tuvo lugar a raíz del proceso a Adolf amplificó en la posguerra. La historiografía Eichmann (1961). Aquel juicio tuvo una intensa pionera atendió a cuestiones como la proyección mediática al ser televisado en responsabilidad colectiva o el “sendero directo y contar con amplia cobertura especial” (sonderweg), tesis que aludía a las periodística. Sus sesiones a puerta abierta particularidades alemanas en su evolución actuaron de espacio de visibilidad pública para la memoria traumática, ayudando a generalizar el concepto Holocausto –un término que en B. Zelizer (ed.), Visual Culture and the Holocaust. figuraba en la Declaración de Independencia del Rutgers University Press, 2001,152-177. 14 de mayo de 1948– más allá de las fronteras 23 Aróstegui, J., “Traumas colectivos y memorias israelíes. La causa contra Eichmann provocó, generacionales: el caso de la guerra civil”, en J. igualmente, un discutido ensayo de Hannah Aróstegui y F. Godicheau (eds.), Guerra Civil. Mito y memoria. Madrid, Marcial Pons, 2006, 57-93; 25 Cuesta, J., “Las capas de la memoria. Cfr. Meinecke, F., Die deutsche Katastrophe. Contemporaneidad, sucesión y transmisión Betrachtungen und Erinnerungen. Wiesbaden, generacionales en España (1931-2006)”. Hispania Brockhaus, 1946, o Montgomery, W., From Luther to Nova, 7 (2007); y Boyd, C. P., “The Politics of History Hitler. The History of Nazi-Fascist Philosophy. and Memory in Democratic Spain”. The Annals of the Boston, Houghton Mifflin, 1941. 26 American Academy of Political and Social Sciences, Hilberg, R., The Destruction of the European Jews. 617 (2008), 133-148. Londres, W. H. Allen, 1961, y Frankl, V., Ein 24 Marías, J., El método histórico de las generaciones. Psychologe erlebt das Konzentrationslager. Viena, Madrid, Revista de Occidente, 1967. Verlag für Jugend und Volk,1946. 76 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond Arendt. Su principal controversia se situó en el Durante los años setenta surgieron las tesis que hipotético colaboracionismo de algunos valoraron el Holocausto como hecho sin consejos judíos con las autoridades nazis27. No parangón frente a otros episodios de violencia, era una tesis en absoluto original. Pero generó y como fruto de una “psicopatología colectiva” una intensa reacción periodística y publicística, enraizada con el antisemitismo secular29. Esta en un contexto caracterizado por la perspectiva presentó el genocidio como mediatización del nazismo en el imaginario episodio final en la “guerra contra los judíos”, y popular, tanto gracias al cine como a la con frecuencia lo asoció con una dimensión historiografía divulgativa28. escatológica. Su máxima expresión se reflejó en la sentencia de Elie Wiesel de que “Auschwitz La monumentalización pública del Holocausto no puede visualizarse ni explicarse. Culminación se produjo desde los años setenta, en el o aberración de la historia, el Holocausto contexto de la segunda generación de trasciende la historia”30. Los riesgos ligados a memoria. En este hecho influyeron factores esa estimación totalizadora de la Solución Final culturales, políticos y de tensión internacional, eran evidentes. En un repaso historiográfico, así como la sensación de acoso en la sociedad Ian Kershaw partía de distinguir entre aquellos israelí, en particular en el período que medió que defendían la visión “inexplicable” frente a entre la guerra de los Seis Días (1967) y la de los interesados en entender los factores que Yom Kipur (1973). Además, esa progresiva hicieron posible el Holocausto, por mucho que monumentalización facilitó otorgar entidad en esta perspectiva hubiese enfoques académica al genocidio y honrar el recuerdo de diferenciados (intencionalistas frente a las víctimas, en un momento en que producían funcionalistas)31. los envites más tendenciosos del negacionismo. Holocaust reflejaba el consenso social en la En esas coordenadas tuvo lugar la transferencia Alemania de Hitler. Esa imagen chocaba con del Holocausto del cine a la televisión, y con ello ciertas líneas de trabajo interesadas por al prime time y a las audiencias millonarias. Bien explorar la historia de la vida diaria es cierto que alguna serie documental, como la (Alltagsgeschichte), y el universo de opiniones británica The World at War (Jeremy Isaacs, ciudadanas –de apoyo, resistencia o 1973), había dedicado atención monográfica al indiferencia– ante el poder político32. La tema. Pero fue la ficción norteamericana cuestión de si podía concebirse la cotidianeidad Holocaust (Marvin J. Chomsky, 1978) quien le prescindiendo de la Solución Final sirvió de eje dio definitiva presencia pública (se ha calculado para el debate epistolar entablado en 1987 por en más de cien millones de espectadores la los historiadores Martin Broszat y Saul audiencia cosechada sólo en Estados Unidos). Friedländer33. El primero fue miembro de las Esta producción reorientaba las claves de Juventudes Hitlerianas, mientras que los padres significación sobre el III Reich, invirtiendo los de Friedländer fueron asesinados en Auschwitz. términos clásicos: la óptica no era ya mostrar Se trataba, pues, de una discusión académica, un régimen represivo y en guerra donde podía pero inevitablemente tamizada por la insertarse, como apéndice, la persecución judía; sino mostrar un exterminismo desde el cual se 29 desplegaban la represión, el expansionismo, las Friëdlander, S., ¿Por qué el Holocausto? Historia esencias nazis y, como corolario reactivo, la de una psicosis colectiva. Barcelona, Gedisa, 2004 afirmación identitaria judía. (1971), 10-14. 30 Wiesel, E., Et la mer n´est pas remplie. Mémoires, 2. París, Gallimard, 1996, 164. 31 Kershaw, I., La dictadura nazi. Problemas y perspectivas de interpretación. Buenos Aires, 2004, 27 Arendt, H., Eichmann en Jerusalén. Barcelona, 131-132. 32 Lumen, 1999 (1963), 70-186. Broszat, M. y Fröhlich, E. (eds.), Bayern in der NS- 28 La polémica, en Novick, P., Judíos, ¿vergüenza o Zeit. Múnich y Viena, Herrschaft und Gesellschaft im victimismo? El Holocausto en la vida americana. Konfliktt, 1979-1980; Kershaw, I., Popular Opinion Madrid, Marcial Pons, 2007, 143-163. Recuérdese el and Political Disent in the Third Reich. Bavaria, 1933- best seller de Shirer, W. L., The Rise and Fall of the 1945, Oxford, University Press, 1983. 33 Third Reich. Nueva York, Simon & Schuster, 1960. Yad Vashem Studies, 19 (1988). Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 77 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria experiencia personal. Para Broszat, normalizar cultural y generacional (intelectuales el tratamiento del III Reich no conllevaba una anglosajones de origen judío nacidos entre “falsa normalización de la conciencia histórica”, 1934 y 1953). Sus perspectivas oscilaron entre y, menos aún, una relativización de los el rechazo y el análisis crítico de las crímenes. Era, por el contrario, un intento por dimensiones teleológicas o anacrónicas comprender desde el “distanciamiento crítico” asociables al tratamiento público de la Shoah. y no sólo desde el juicio moral. Desde esta La posición más polémica la encarnó Norman G. óptica situaba su interpretación sobre Finkelstein, hijo de prisioneros en Auschwitz y autonomía relativa de la vida social frente a la Majdanek, en un durísimo alegato contra lo que esfera criminal nazi. Friedländer destacó, por el definió como “representación ideológica” del contrario, que esa “dimensión criminal” lo Holocausto dirigida a mercantilizar el empapó todo, invalidando la normalización, sufrimiento. Una postura mucho más matizada imposibilitando cualquier distanciamiento fue la de Peter Novick en su ensayo sobre los objetivo e, incluso, incapacitando la narración factores que, desde finales de los sesenta, lo histórica. Al evocar el ahorcamiento de una habrían llevado al centro de la conciencia judía veintena de niños judíos en Bullenshuser norteamericana, entre los que resaltó la Damm, Friedländer estimó que ante tal creciente identificación con Israel. Por su parte, “escenario de horror ninguna descripción es Charles S. Maier explicó la inauguración del posible”. Museo del Holocausto de Washington (1993) como síntoma de la “adicción (contemporánea) Este argumento debe relacionarse con otro tipo a la memoria” y de la crisis de las perspectivas de implicaciones en el discurso histórico. En de progreso, al encarnar un modelo 1985 se estrenó el documental Shoah, del conmemorativo luctuoso, de eco nacionalista y antiguo miembro de la Resistencia Claude “etnicidad estrecha”. Finalmente, Tony Judt Lanzmann. Constituyó la mejor expresión por apuntó problemas como que el insistente evidenciar los límites de representación en el recuerdo del genocidio nazi desplazase a otras tratamiento del Holocausto. Según su autor, el memorias traumáticas, los “riesgos de film trascendía toda narrativa interpretativa y sobrecompensación” o su uso desde intereses documental, erigiéndose en “obra de arte” de presente36. desligada de la descripción histórica. Semejante consideración ha sido entendida como mirada Estas tesis coincidieron con la eclosión en Israel posmoderna y posestructuralista34. La película de un grupo de “nuevos historiadores” evidenció un clima intelectual definido por la (HaHistoryonim Hahadashim), una etiqueta que fractura de los paradigmas clásicos y por la pretendía evidenciar un sentido de segunda duda sobre la capacidad del trabajo generación. La corriente se identificó con un historiográfico para aprehender la realidad. enfoque post-sionista. Se centró en revisar Shoah llamaba la atención sobre la crisis de los polémicamente la Guerra de Independencia modelos tradicionales de “constructividad del desde una óptica donde no faltaron ni las pasado”, dando estatus de plena autoridad al denuncias a los “viejos historiadores” (los testigo testimonial35. La era de la historia cedía coetáneos a 1948, acusados de formular una el paso a la era de la memoria. versión oficial sobre la fundación nacional contaminada de experiencias personales), ni Pero la década de los noventa no supuso el fin de la historia, y desde la historiografía se reprochó, aunque con diferentes graduaciones, lo que se percibía como abuso de memoria. 36 Finkelstein, N. G., La industria del Holocausto. Pueden mencionarse algunas manifestaciones Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento de autores coincidentes en su adscripción judío. Madrid, Siglo XXI, 2002 (2000); Novick, P., Judíos, ¿vergüenza o victimismo?...; Maier, Ch. S., “A 34 LaCapra, D., Historia y memoria después de Surfeit of Memory? Reflections on History, Auschwitz. Buenos Aires, Prometeo, 2009, 115 y ss. Melancholy and Denial. History & Memory (1993), 35 Baer, A., El testimonio audiovisual. Imagen y 136-151; Judt, T., “Demasiado Holocausto mata al memoria del Holocausto. Madrid, CIS, 2005, 119- Holocausto”. Le Monde Diplomatique, 154 (2008), 125. 12-13. 78 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond tampoco ácidas colisiones con otros críticos de una intensa campaña editorial41. En (polémica Finkelstein-Benny Morris, 1991)37. Alemania fue un éxito de ventas y alimentó varios debates en prensa y televisión. Todas estas tensiones deben situarse, a su vez, Goldhagen explicó la actitud de los “alemanes en un contexto más amplio caracterizado por el corrientes” ante el genocidio en términos de ensanchamiento del Holocausto como intensa colaboración activa, cuando no de referente de memoria, pero también por la despiadada ejecución directa. De este modo diversificación en sus estrategias de Goldhagen, frente al personaje singular de interpretación, valoración y representación. Los Schindler, contra-leía al sujeto colectivo. Insistió años noventa supusieron la institucionalización en que no proponía una tesis sobre la de los estudios académicos, lo cual se reflejó en culpabilidad colectiva, pero sí habló de “extensa la multiplicación de publicaciones –Holocaust culpa individual”. Su interpretación superaba el and Genocide Studies comenzó a editarse a estricto círculo de responsabilidad de las altas finales de los ochenta, y poco después lo haría instancias que ordenaron o planificaron la la colección Yad Vashem Publications–, o de Shoah. En tales coordenadas, Hitler y su elite de visiones de conjunto que evidenciaban la poder habrían actuado como catalizadores de creciente amplitud de sub-temas de trabajo38. una prolongada cultura antisemita que culminó Otra variable provino de la proliferación de en el proyecto exterminador. Estas tesis narrativas audiovisuales. Un título clave fue movilizaron a numerosos historiadores y Schindler´s List (Steven Spielberg, 1993). Las periodistas, como Christopher R. Browning, críticas al film en Alemania fueron positivas. Se Gordon Craig, Hans-Ulrich Wehler o Hans le estimó como terapia contra la amnesia Mommsen42. Las críticas no se centraron en la colectiva capaz de armonizar las posiciones del idea de Goldhagen de colaboración consciente colaboracionismo pasivo y el rechazo moral39. de alemanes corrientes en la violencia, sino en La resolución de la trama mostraba una catarsis sus argumentos sobre el antisemitismo última al oponer el destino de los generalizado como factor unívoco que condujo protagonistas: el nazi militante (Amon Leopold al Holocausto. Otro argumento que salió a Goeth) era ejecutado, mientras que el civil relucir fue la vinculación del estadounidense alemán (Oskar Schindler) era reconocido como con su objeto de estudio, ya que su padre fue Justo entre las Naciones. Una conclusión que, un superviviente del gueto rumano de en todo caso, corría el riesgo de confundir Czernowitz. excepción con norma, si el espectador caía en el error de apreciar a Schindler como prototipo de El eco social logrado por este libro se ha las actitudes dominantes entre el empresariado interpretado en clave generacional, alemán en 1933-194540. considerándose que proponía una visión clara y contundente para un público acostumbrado “al La respuesta a Spielberg procedió de la silencio de sus abuelos y a la ambigua actitud historiografía. En 1996 se publicó un estudio del de sus padres”43. De este modo, Goldhagen, un estadounidense Daniel J. Goldhagen precedido epígono de la segunda generación de memoria (nació en 1959), habría sacudido la memoria 37 Como textos opuestos, Morris, B (ed.)., Making colectiva de la tercera generación de alemanes, Israel. University of Michigan Press, 2007, y Karsh, los menores de cuarenta años. En cualquier E., Fabricating Israeli History: The “New Historians”. caso, debe destacarse que desde inicios del Londres, Frank Cass, 2000. siglo XXI, y tanto en la historiografía como en 38 Cfr. con Berenbaum, M. y Peck, A. J. (eds.), The Holocaust and History. Indiana University Press, 41 1998. Goldhagen, D. J., Los verdugos voluntarios de 39 Olmo Rodríguez, Mª. F., “El recuerdo colectivo del Hitler. Los alemanes corrientes y el Holocausto. Holocausto a través del cine y la televisión. Sus Madrid, Taurus, 1997 (1996). 42 implicaciones para el historiador”, en C. Forcadell y Estos argumentos, en La controversia Goldhagen. otros autores, Usos de la historia y políticas de la Los alemanes corrientes y el Holocausto. Valencia, memoria. Zaragoza, Prensas Universitarias, 2004, Edicions Alfons el Magnànim, 1997. 43 131. Moreno Luzón, J., “El debate Goldhagen: los 40 Sand, S., El siglo XX en la pantalla. Barcelona, historiadores, el Holocausto y la identidad nacional Crítica, 2004, 353-354. alemana”. Historia y Política, 1 (1999), 153-154. Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 79 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria las narrativas mediáticas, ha continuado Israel en documentales como el discutiéndose la tesis de la culpabilidad. El estadounidense The Long Way Home (Mark J. debate académico sobre las actitudes sociales Harris, 1997). Esta visión choca, a su vez, con la durante el nazismo ha seguido centrado entre interpretación historiográfica que ha explicado los enfoques de “indiferencia letal” (Ian la construcción nacional prescindiendo del Kershaw) y “complicidad pasiva” (Otto Dov Holocausto, y que ha fijado su atención en el Kulka), previos a la obra de Goldhagen. En esta Yishuv, el asentamiento judío en Palestina lógica se ha estudiado cómo las actitudes ante anterior a 194847. la represión judía se situaron en un marco más general de percepción definido por la sensación Schindler´s List ha sido estimado como muestra de eficacia del régimen nazi entre sus de “americanización” del Holocausto, aunque conciudadanos frente al desempleo o la ha inspirado adaptaciones para otros contextos, delincuencia44. como el telefilm italiano El Consul Perlasca (Alberto Negrin, 2002) o el español El Ángel de Respecto a los relatos televisivos no han faltado Budapest (Luis Oliveros, 2011)48. En ambos producciones que han seguido más la estela de países han tenido lugar, además, prácticas de Schindler´s List que la de Goldhagen. En apropiación desde prismas opuestos. En Alemania cabe mencionar el thriller político España, en relación con el discurso crítico de Stauffenberg (Jo Baier, 2004), el melodrama izquierda sobre memoria histórica, Dresden (Rolan Suso Richter, 2006), o el más formulándose una visión de la represión ambiguo biopic Rommel (Niki Stein, 2012). Son franquista como holocausto nacional49. Y en ficciones que aludían a la idea de autonomía – Italia, en correspondencia con las ficciones militar, ciudadana o personal– frente al católicas de Lux Vide, una productora creada nazismo. En paralelo, otros documentales por el democratacristiano y miembro del Opus divulgativos impulsaron una versión nacional Dei Ettore Bernabei. Esta firma promovió un sobre el III Reich. Entre ellos destacan los hagiográfico y controvertido biopic sobre Pío XII trabajos del periodista Guido Knopp, en (Sotto il cielo di Roma, Christian Duguay, 2010), particular su serie Holokaust (2000), que ha sido figura a su vez tildada de ambiguo interpretada como ejercicio de infotainment colaboracionista con el nazismo por que “despertaba más simpatía por los Goldhagen50. perpetradores que por las víctimas”45. 5. PAUTAS DE REPRESENTACIÓN Y DEBATE Pero pueden observarse otras escalas en SOBRE LA TRANSICIÓN paralelo al rango que ha ido adquiriendo el Holocausto en las coordenadas de la memoria La monumentalización de la transición española cosmopolita. Esta noción alude a su re- tuvo lugar desde los años ochenta, e, igual que territorialización en el contexto de globalización se ha mencionado respecto al Holocausto, la mediática46. La Shoah sigue ocupando una historiografía y los medios jugaron un papel posición fundamental en las políticas de activo en dicho proceso. Lo que se ha llamado conmemoración israelíes como eje de memoria el “relato oficial” compondría una variante de inclusiva y ha sido rememorada como premisa dicha monumentalización. Tal derivación ha necesaria para la construcción del Estado de estado vinculada fundamentalmente con 44 47 Gellately, R., No sólo Hitler. La Alemania nazi entre Mayer, A. J., El arado y la espada. Barcelona, la coacción y el consenso. Barcelona, Crítica, 2002 Península, 2010. 48 (2001). Flanzbaum, H., “The Americanization of the 45 Elm, M., “The Holocaust and Infotainment. An Holocaust”. Journal of Genocide Research, 1, 1 Analysis of Guido Knopp´s Television Series (1999), 94-97. 49 Holokaust”, en Brinks, J. H. y otros autores (eds.), Armengou, M. y Belis, R., Las fosas del silencio National Myths and Modern Media. Londres, IB ¿Hay un holocausto español? Barcelona, Plaza y Tauris, 2006, 161. Janés/TVC, 2004. 46 50 Levy, D. y Szneider, N., The Holocaust and Memory Goldhagen, D. J., La Iglesia Católica y el in the Global Age. Filadelfia, Temple University, Holocausto. Una deuda pendiente. Madrid, Taurus, 2006. 2003 (2002). 80 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond ciertas narrativas de tono institucional político, Estos datos deben enmarcarse en una y en menor grado con la historiografía, que ha conciencia generalizada sobre mala calidad mostrado desde sus orígenes un perfil plural y democrática que cabe relacionar con diversificado. Es en las ficciones y en algunos momentos anteriores. Uno de los más documentales televisivos donde puede relevantes correspondería a 1979-1980, un observarse, de modo más evidente, un discurso contexto de creciente tensión sociopolítica basado en claves reiterativas: apreciar a la (problemas internos en UCD, desgaste del transición como resultado desde arriba, desde liderazgo de Adolfo Suárez, dificultades en el la acción de unas elites providenciales; el cariz proceso autonómico, malestar militar, violencia pacífico y consensuado del proceso; su entidad terrorista, crisis económica e incremento del como proyecto nacional español; su sentido paro). Aquellos meses conformaron un entorno modélico, o su plena vigencia en términos de crítico en la estabilización del sistema y presente. Por el contrario, los “relatos trazaron un escenario de desencanto. Ese alternativos” se han centrado en discutir tales leitmotiv estuvo presente en varios relatos principios. Con frecuencia han partido de un audiovisuales concebidos como crónicas del prisma reivindicativo y reparador de memoria tiempo presente, como el documental Después antifranquista, reflejando una percepción crítica de… (Cecilia y Juan José Bartolomé, 1981 y de izquierda frente a lo que se ha considerado estrenado en 1983) y la ficción Y al tercer año, como propaganda orgánica del sistema. Su resucitó (Rafael Gil, 1980). alcance ha sido comparativamente menor que el de los relatos oficiales si atendemos a su Fueron dos filmes situados en las antípodas presencia en el conjunto de medios ideológicas. Después de… recogía un amplio generalistas. registro testimonial sobre los logros y los costes del cambio, y por sí solo rebate la idea simplista Como se indicó antes, se ha señalado una de olvido generalizado en la transición. contradicción generacional como factor ante los Mostraba, por ejemplo, la tensión en el seno de cambios de memoria. Este hecho ha podido la izquierda. Las secuencias iniciales de su constatarse en algunos estudios de opinión. En primera parte destacaban la simbología noviembre de 2008 el barómetro del CIS republicana presente en el 1 de mayo de 1979 reflejaba que la transición constituía un motivo en Madrid, mientras que, en otros pasajes, se de orgullo para el 75´7% de los encuestados, recogía la argumentación a favor del pacto con aunque sólo un 1´4% estimaba que su valor los sectores reformistas defendida por Santiago provenía de la actuación de Adolfo Suárez o del Carrillo. La película concluía contraponiendo las Rey, frente a otros aspectos, como su carácter variables de la acción desestabilizadora (ETA y pacífico y consensuado o que permitiese sus bases sociales) y la reacción (extrema reconocer las libertades. El barómetro de abril derecha), sugiriendo el riesgo del golpismo de 2013 evidenció la erosión de las militar. instituciones políticas. La confianza en la Monarquía –en una escala de 0 a 10– se situó Y al tercer año resucitó adaptaba, por su parte, en un 3´68 (desde 2011 venía obteniendo un best-seller literario de Fernando Vizcaíno menos de 5), mientras que la que recibían los Casas. Era una sátira que ofrecía un retrato partidos se hundió hasta el 1´83. También en apocalíptico de la transición como logro de la abril de 2013, y según una encuesta de izquierda caracterizada por el terrorismo, la Metroscopia, existiría un gap generacional en la violencia callejera, la división de España, la actitud ante la monarquía: en el grupo de más erosión de la moralidad y el chaqueterismo. edad la calificación (diferencia entre los que Bastaría con el rumor de la resurrección de aprobaban y los que desaprobaban cómo Franco para que Adolfo Suárez –personaje por ejercía sus funciones) se situó en 55, mientras primera vez representado en la ficción que entre los menores de 34 años fue de –4151. audiovisual– rescatase de su armario el uniforme de secretario general del Movimiento. O que se produjese una confusión entre maniobras militares y golpe de Estado, para que 51 “El apoyo al rey se desploma, sobre todo entre los en cualquier pueblo de España la gente se jóvenes”. El País, 7 de abril de 2013. Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 81 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria lanzase a la calle en apoyo a las fuerzas indispensable apoyo social, por muy tácito que armadas. éste fuese. Ambas películas coincidieron en radiografiar Desde los años noventa estos enfoques se una actualidad definida por la superación –pero amoldaron a la interpretación historiográfica56. también la presencia– de la memoria inmediata Sin embargo, es necesario recalcar la rápida sobre la dictadura. Ese mismo prisma estuvo conformación de tesis multifactoriales, así presente en la historia divulgativa. Un número como la coexistencia entre visiones con extraordinario de 1980 de la revista Tiempo de matizaciones diversas: la que privilegiaba la Historia hizo balance del cambio bajo el importancia de la dimensión política (en parte, epígrafe del posfranquismo52. Por su parte, en consonancia con el impulso que gozó la diversos análisis sociológicos coetáneos Nueva Historia Política), o la que resaltó el valoraron el agotamiento del franquismo como plano social (explicando, por ejemplo, las claves proyecto colectivo para entender cómo era que imposibilitaron el mero continuismo o la posible la transformación que estaba implantación traumática de la ruptura)57. Y, ya aconteciendo. La evolución de la estructura sobre todo desde la primera década del siglo social se resaltó como ítem decisivo en el XXI, se ha resaltado a la movilización en cuanto Informe Foessa de 1975. Esa tesis fue recogida y “proceso de lucha y recuperación de la desarrollada, entre otros, por Víctor Pérez Díaz democracia” como vector a tener en cuenta, en su influyente ensayo sobre retorno de la tanto como elemento de presión (forzar a las sociedad civil53. Asimismo se indicó que la elites reformistas a avanzar), como de desmovilización potenciada por el régimen socialización democrática58. facilitó la desafección ciudadana ante la posibilidad del franquismo sin Franco, Una senda paralela, entrecruzada en ocasiones ayudando a la acción política reformista54. O se con la reflexión historiográfica, fue la trazada habló de subsistencia generacional de una por la monumentalización de la transición. Ahí cultura democrática enraizada en el recuerdo cabe situar distintos ejercicios divulgativos, de la II República, que habría permanecido como las primeras colecciones de fascículos que latente en ciertas áreas sociológicas55. historiaron el período privilegiando el protagonismo de la clase política59. No Muchos de estos argumentos –que, por obstante, el nacimiento del relato oficial se ligó supuesto, no eran incompatibles entre sí– sobre todo con las lecturas inmediatas acabaron acoplándose en los dos grandes realizadas a raíz de la actitud de Juan Carlos I modelos explicativos sobre la transición ante el 23-F, y se reforzó gracias al discurso configurados en los años ochenta: el sobre modernidad colectiva que surgió entre la estructural-funcionalista sobre modernización adhesión a la CEE (1985) y los eventos de 1992. social y el que resaltó la función activa de las elites políticas. En este último caso se 56 Cfr. con Ortíz Heras, M., “Historiografía de la diferenciaron dos variantes. Bien que dichas Transición”, en La transición a la democracia en elites actuaron en el objetivo de desmantelar el España. Historia y fuentes documentales. entramado franquista por criterios de coste y Guadalajara, Anabad, 2004, 223-240. 57 opción racional, bien ejerciendo una capacidad Como muestras de ambas orientaciones, Tusell, J., de liderazgo. No obstante, en cualquiera de los “La transición a la democracia como fenómeno de dos casos habrían disfrutado de un Historia política” y Juliá, S., “Orígenes sociales de la democracia en España”, en Redero, M. (ed.), La transición a la democracia en España. Ayer, 15 52 Tiempo de Historia, 72 (1980). (1994), 55-75 y 156-187. 53 58 Pérez Díaz, V., El retorno de la sociedad civil. Saz, I., “Y la sociedad marcó el camino. O sobre el Madrid, IEE, 1987. triunfo de la democracia en España (1969-1978)”, en 54 Cfr. con López Pina, A. y Aranguren, E. L., La Quirosa-Cheyrouze, R. (ed.), La sociedad española en cultura política en la España de Franco. Madrid, la Transición. Los movimientos sociales en el proceso Taurus, 1976, o Sastre, C., “La transición política en democratizador. Madrid, Biblioteca Nueva, 2011, 29- la España desmovilizada”. REIS, 80 (1977), 33-68. 42. 55 59 Cfr. con Maravall, J. M., La política de la transición. 10 años que cambiaron España. Historia de la Madrid, Taurus, 1982. transición. Madrid, Diario 16, 1983-1984. 82 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond En su proyección colectiva los medios jugaron posteriores. Entre ellos, en los de naturaleza un papel decisivo, ya fuese desde la conmemorativa sobre la figura del rey, como información televisiva o desde la prensa, por Juan Carlos I. 25 años de reinado (Victoria Prego ejemplo en relación con el ensalzamiento de la y Elías Andrés, 2000)63. imagen del soberano como guardián y garante del sistema democrático. En este entorno La emisión de La Transición coincidió con las cabría añadir alguna semblanza biográfica sobre primeras interpretaciones académicas el rey, que partía del hecho de la popularidad culturalistas dedicadas a aquel período. Este de la institución monárquica para terminar punto de vista debe enmarcarse en la alimentando tal reconocimiento60. multiplicación de enfoques orientados a explorar las conexiones entre míticas de Este tipo de evocaciones acabaron ligándose pasado, memoria inclusiva y fomento simbólico con otro formato de historia pública: los de la idea de ciudadanía. En el caso concreto de documentales televisivos. Un título pionero fue la transición española, este prisma explicativo Operación tránsito (Baltasar Magro y Soledad relacionó las políticas de memoria de los años Alameda, 1985). Establecía una perspectiva setenta con las de los ochenta y noventa, finalista de la transición, resaltando la fractura destacando su continuidad en el discurso que se habría producido, aún en el franquismo, público. Según dicha tesis, habría existido un entre el Príncipe Juan Carlos y la inercia acoplamiento entre tres referentes simbólicos continuista de la dictadura. Ese mismo enfoque (reconciliación, europeización y fue recogido y amplificado en la serie La democratización). La significación de tales Transición (Victoria Prego y Elías Andrés, postulados sería complementaria: socializar la confeccionado entre 1987-1993, y emitido en idea de superación de los lastres endémicos de 1995), desde un tratamiento que debe la historia española (violencia, aislamiento y advertirse como contra-mirada a Después de… autoritarismo), sirviendo así de base donde o a Y al tercer año, resucitó. fundar un modelo de identidad colectiva cara al presente y a su continuidad futura64. La Transición ha sido enjuiciada como propuesta divulgativa orientada a erigir aquella La estabilización del relato oficial sobre la etapa en matriz fundacional del tiempo transición se vio favorecida en torno a 1995 por presente61. Su trama ofrecía una crónica otros aspectos, en paralelo al agotamiento del pautada por el liderazgo personal, gobierno socialista. Cabe mencionar el particularmente del rey Juan Carlos y de Adolfo creciente homenaje a Adolfo Suárez. O la Suárez. Paralelamente, constataba una cooptación de la idea de transición por el PP, selectividad de memorias individuales: contó encarnada en un ensayo de José María Aznar con los testimonios de numerosas figuras que encubría un programa electoral basado en reformistas o de la oposición, mientras que la el objetivo de “recuperar el centro”65. Ya memoria nostálgica del franquismo sólo estuvo durante la segunda mitad de la década, el PCE encarnada en los comentarios de José Utrera protagonizó un tránsito opuesto de Molina. La Transición se readaptó en forma de recuperación de la identidad republicana y literatura divulgativa62, pero, sobre todo, denuncia del consenso constitucional. Tal influyó en numerosos documentales 63 Sobre estas producciones, Rueda, J. C., “Una 60 Powell, Ch., El piloto del cambio, Barcelona, utopia retrospectiva? Memòria i nació en el Planeta, 1991 y Juan Carlos. Un rey para la documental sobre la Transició democrática”. Afers, democracia. Barcelona, Ariel, 1995. 28, 75 (2013), 329-351. 61 64 Hernández, S., “Historia y memoria audiovisual de Edles, L. D., “Rethinking Democratic Transitions: A la reforma política en España. Los valores culturalist critique and the Spanish Case”. Theory democráticos postulados por la serie de TVE La and Society, 24 (1995), 370-384, o Morán, M. L., “La Transición”, en J. Guillamet (coord.), Venticinco años cultura política y la interpretación de las transiciones de libertad de expresión. Barcelona, Universidad a la democracia (Notas sobre el caso español)”. Pompeu Fabra, 2004. Política y Sociedad, 20 (1995), 104-110. 62 65 Prego, V., Así se hizo la Transición. Barcelona, Aznar, J. M., España. La segunda transición. Plaza & Janés, 1995. Madrid, Espasa Calpe, 1994. Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 83 José Carlos Rueda Laffond Monumentalización del pasado, historiografía y memoria actitud coincidió con el primer sustrato Tampoco han faltado querellas entre reivindicativo sobre memoria histórica. historiografía y estudios culturales. Ahí se sitúan las críticas a los estudios de Paloma Durante la primera década del siglo XXI se ha Aguilar, estimando que confunden memoria en asistido a una dinámica hasta cierto punto afín la transición con memoria hegemónica o que a la indicada sobre el Holocausto: al obvian otras prácticas de recuerdo alternativas ensanchamiento de la transición como vector que circularon en el espacio público70. Por el de memoria generalista, pero también a una contrario, Santos Juliá ha polemizado diversificación de prácticas de memoria o abiertamente con los enfoques culturales que contra-memoria, de enfoques historiográficos y han insistido en todo lo contrario: en ver la de estrategias de evocación audiovisual. Tales transición como una fase de amnesia71. En este fenómenos se emplazaron, además, en un mismo sentido, Carme Molinero ha recalcado el entorno caracterizado por la maduración de la sentido instrumental de las “renuncias” segunda generación de recuerdo, la de los hijos asumidas por la izquierda en 1975-1977, de la transición. subrayando que la resultante del cambio político acabó pareciéndose muchísimo más al La monumentalización se ha reforzado, proyecto de futuro de esa misma izquierda que paradójicamente, gracias a la proliferación de al que manejaban los programas aperturistas interpretaciones críticas. La expresión “mito de de la derecha72. la Transición” ha servido como confluencia para distintas acepciones. Entre ellas, para discursos La retórica de la transición ejemplar ha servido que han denunciado al relato oficial como de munición política para justificar desde 2012 mecanismo de reproducción ideológica de un el blindaje constitucional en el discurso del PP. sistema caduco66. De ahí su implementación en También desde algunas prácticas de memoria la nueva izquierda fermentada tras el 15-M y la mediática se ha amplificado el relato oficial de movilización contra el gobierno Rajoy67. Pero la transición. Cabe considerar diversos biopic aquella expresión ha sido reutilizada emitidos por cadenas nacionales, como 20-N. igualmente por la historiografía, por ejemplo Los últimos días de Franco (Roberto Bodegas, para resaltar el peso de las sombras 2008), 23-F. El día más difícil del rey (Silvia tardofranquistas en el proceso de reforma68. En Quer, 2009), Adolfo Suárez, el presidente otros casos, se ha criticado la visión de una (Sergio Cabrera, 2010), Tarancón, el quinto transición inmaculada, resaltándose la mandamiento (Antonio Hernández, 2010) o importancia que tuvieron las violencias Sofía (Norberto López Amado, 2010). Todos (terroristas de distinto signo, socio-laboral o compartieron ciertos estándares dramáticos: la (para)estatales). Han sido interpretadas como personificación y simplificación histórica; el condicionantes del tránsito político y como liderazgo político como protagonismo heroico; coadyuvantes en la idea oficial de reconciliación la invisibilidad de la base social; el juego entre nacional, una clave que debe observarse como realismo e invención; la empatía emotiva con el pieza en la política de memoria y como retórica espectador, o el objetivo de actualizar el en la gestión gubernamental de esos mismos pasado. Estas ficciones pueden observarse focos de tensión69. como última generación en las estrategias de representación histórica televisiva. Engarzaron con propuestas previas formalizadas desde la 66 información en directo o el documental, al André-Bezzana, B., Mitos y mentiras de la Transición. Madrid, El Viejo Topo, 2006. 67 70 Monedero, J. C., La transición contada a nuestros Druliolle, V., “Memory as the Return of the padres. Nocturno de la democracia española. Repressed for Social Research: a Critical Discussion Madrid, Libros de La Catarata, 2013. of Paloma´s Aguilar Work”. Journal of Spanish 68 Gallego, F., El mito de la Transición. La crisis del Cultural Studies, 13, 2 (2012), 113-127. 71 franquismo y los orígenes de la democracia (1973- Juliá, S., “Cosas que de la transición se cuentan”. 1977). Barcelona, Crítica, 2008. Ayer, 79 (2010), 297-319. 69 72 Baby, S., Le mythe de la transition pacifique. Molinero, C., “La transición y la renuncia a la Violence et politique en Espagne (1975-1982). recuperación de la memoria democrática”. Journal Madrid, Casa de Velázquez, 2012. of Spanish Cultural Studies, 11, 1 (2010), 33–52. 84 Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 Monumentalización del pasado, historiografía y memoria José Carlos Rueda Laffond tiempo que proporcionaban al espectador nuevos ángulos de visión. En algunos documentales cabe apreciar un juego de refuerzos generacionales. Las vivencias compartidas y el homenaje vertebraron El legado de la quinta del rey (Jenaro Castro, 2013), realizado tras el deterioro en la imagen del monarca por el caso Urdangarín y el accidente en Bostwana. Por su parte, las tesis de continuidad y renovación sirvieron de leitmotiv para Los 40 del príncipe (Pilar G. Bartolomé, 2008), dedicado a Felipe de Borbón. Y la reproducción generacional de memoria para Adolfo Suárez, mi historia (Ángel Navarro, 2014), un documental programado a raíz de la muerte del ex presidente basado en el testimonio de su hijo. Suárez Illana se ha trastocado, además, en guardián de memoria de su progenitor ante las acusaciones de implicación del rey en la Operación Armada, una polémica presente en el espacio público en mayo de 2014, el momento de concluir estas líneas73. 73 Urbano, P., La gran desmemoria. Barcelona, Planeta, 2014. Historia Actual Online, 38 (3), 2015: 71-85 85

Use Quizgecko on...
Browser
Browser