Modulo 13 Organización Perceptual PDF
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This document provides an overview of perceptual organization, focusing on Gestalt principles and how we actively organize sensory information. It explores how our past experiences, expectations, and motivations shape our understanding of visual stimuli. It also discusses concepts like figure-ground relationships, proximity, similarity, and closure.
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MODULO 13. ORGANIZACIÓN PERCEPTUAL Considere el jarrón que se muestra en la figura 1a por algunos momentos. ¿O acaso no es un jarrón? Mírelo de nuevo y quizá vea los perfiles de dos personas.Ahora que se le ha señalado una interpretación alterna, tal vez cambie de una a otra interpretación. De igual...
MODULO 13. ORGANIZACIÓN PERCEPTUAL Considere el jarrón que se muestra en la figura 1a por algunos momentos. ¿O acaso no es un jarrón? Mírelo de nuevo y quizá vea los perfiles de dos personas.Ahora que se le ha señalado una interpretación alterna, tal vez cambie de una a otra interpretación. De igual modo, si examina las formas en la figura 1b el tiempo suficiente, lo más probable es que experimente un cambio en lo que ve. La razón de estas inversiones es la siguiente: debido a que cada figura es bidimensional, el significado habitual que empleamos para distinguir la figura (el objeto percibido) del fondo (el segundo plano o los espacios dentro del objeto) no funciona.El hecho de que veamos la misma figura en más de una forma ilustra un aspecto im-portante. No respondemos de manera pasiva a los estímulos visuales que inciden sobre nuestra retina por casualidad. Más bien, tratamos de organizar y dar sentido activamente a lo que vemos.Ahora nos concentraremos en la respuesta inicial a un estímulo (sensación) y luego a lo que nuestra mente hace de ese estímulo (percepción). La percepción es un proceso cons-tructivo por medio del cual vamos más allá de los estímulos que se nos presentan y tratamos de construir una situación significativa.Las leyes de la organización según la GestaltAlgunos de los procesos perceptuales más elementales pueden describirse por medio de una serie de principios que se concentran en cómo organizamos fragmentos o piezas de infor-mación en conjuntos significativos. Estos principios, conocidos como leyes de la organi-zación según la Gestalt los presentó a principios del siglo xx un grupo de psicólogos alemanes que estudiaba patrones, o gestalt (Wertheimer, 1923). Estos psicólogos descubrieron muchos principios importantes válidos para los estímulos visuales (y auditivos) ilustrados en la figura 2: cierre, proximidad, semejanza y simplicidad.La figura 2a ilustra el cierre: solemos agrupar los elementos para formar figuras cerradas o completas en lugar de abiertas. Tendemos a ignorar los espacios abiertos en la figura 2a y concentrarnos en la forma general. La figura 2b demuestra el principio de proximidad: percibi-mos los elementos que están más cercanos entre sí como agrupados. En consecuencia, vemos pares de puntos en lugar de una hilera de puntos individuales en la figura 2b. Percibimos los elementos que son semejantes entre sí como si estuvieran agrupados. Vemos, así, hileras horizontales de círculos y cuadrados en la figura 2c en lugar de columnas verticales mezcladas. Por último, en un sentido general, el principio de la Gestalt primordial es el de simplicidad: cuando observamos un patrón lo percibimos en la forma más elemental y sencilla posible. Por ejemplo, la mayoría de nosotros vemos la figura 2d como un cuadra-do con rectas a ambos lados, más que como la letra W sobre la letra M. Si tenemos opción de hacer interpretaciones, optamos por la más sencilla.Aunque la psicología de la Gestalt ya no desempeña una función destacada en la psico-logía contemporánea, su legado perdura. Uno de los principios fundamentales de la Gestalt que sigue ejerciendo influencia es el hecho de que dos objetos que se consideran juntos forman un todo que es distinto de la simple combinación de ambos objetos. Los psicólogos de la Gestalt sostenían que la percepción de los estímulos en nuestro ambiente va mucho más allá de los elementos individuales que percibimos. En efecto, representa un proceso constructivo activo que se realiza dentro del cerebro (Wagemans et al., 2012; Chiu, Lo y Hsieh, 2017) (figura 3).Procesamiento arriba-abajo (descendente) y abajo-arriba (ascendente)¿Pu-de -ee- es-e en-nc-ad- al -ue -e fa-ta -ad- te-ce-a l-tr-? Con toda seguridad, no tardará en descifrar que esto dice: "¿Puede leer este enunciado al que le falta cada tercera letra?" Si la percepción se basara principalmente en una descomposición de un estímulo en sus componentes más elementales, resultaría imposible entender el enunciado, lo mismo que otros estímulos ambiguos. El hecho de que probablemente haya podido reconocer un estímulo así de impreciso ilustra que la percepción procede siguiendo dos vías diferentes, denominadas procesamiento arriba-abajo (o descendente) y procesamiento abajo-arriba (o ascendente).En el procesamiento arriba-abajo, la percepción se orienta en función de los cono-cimientos, la experiencia, las expectativas y las motivaciones de orden superior. Usted fue capaz de determinar el significado del enunciado de las letras faltantes debido a su expe-riencia anterior con la lectura, y porque el español escrito contiene redundancias. No es necesaria cada letra para decodificar su significado. Además, sus expectativas desempeñaron una función importante para que fuera capaz de leer el enunciado. Probablemente esperaba que tuviera algo que ver con la psicología, y no con una letra de Lady Gaga.El procesamiento arriba-abajo queda ilustrado por la importancia que tiene el contexto para determinar cómo percibimos los objetos. Observe, por ejemplo, la figura 4. La mayoría de nosotros percibimos que la primera hilera consta de las letras A a F, mientras la segunda contiene números de 9 a 14. Pero observe con más cuidado y verá que la B y el 13 son idénticos. Es evidente que en nuestra percepción influyeron nuestras expectativas sobre ambas secuencias, aun cuando los dos estímulos sean idénticos.No obstante, el procesamiento arriba-abajo no ocurre por sí solo. Aunque el procesa-miento descendente nos permite salvar las brechas en los estímulos ambiguos y descontex-tualizados, seríamos incapaces de percibir el significado de tales estímulos sin el procesamiento abajo-arriba. El procesamiento abajo-arriba consiste en reconocer y proce-sar progresivamente la información sobre los componentes individuales de un estímulo, y pasar a la percepción del conjunto. No haríamos ningún progreso en nuestro reconocimien-to del enunciado sin ser capaces de percibir las formas originales que conforman las letras. Cierta percepción, entonces, sucede en el plano de los patrones y las características de cada una de las letras por separado.Los procesamientos arriba-abajo y abajo-arriba ocurren en forma simultánea e interactúan entre sí cuando percibimos al mundo que nos rodea. El procesamiento abajo-arriba nos per-mite procesar las características fundamentales de los estímulos, mientras que el procesa-miento arriba-abajo nos brinda la posibilidad de integrar nuestra experiencia para influir en nuestra percepción. A medida que vayamos aprendiendo más sobre los procesos complejos que intervienen en la percepción, desarrollaremos una mejor comprensión de cómo inter-preta continuamente el cerebro la información de los sentidos y nos permite emitir respues-tas apropiadas al entorno (Westerhausen et al., 2009; Falasca et al., 2015; Reiner, 2019).Percepción de la profundidad: traducción de 2-D a 3-DPor más sofisticada que sea la retina, las imágenes proyectadas en ella son planas y bidimen-sionales. Sin embargo, el mundo que nos rodea es tridimensional y así lo percibimos. ¿Cómo hacemos la transición de 2-D a 3-D?La capacidad para ver al mundo en tres dimensiones y percibir la distancia ---habilidad conocida como percepción de la profundidad--- se debe en buena medida al hecho de que poseemos dos ojos. Dado que hay cierta distancia entre los ojos, a cada retina llega una imagen ligeramente diferente. El cerebro integra ambas imágenes en una vista compuesta, pero también reconoce la diferencia entre cada imagen y las utiliza para estimar la distancia a la que se halla un objeto de nosotros. La diferencia entre las imágenes que ven el ojo izquierdo y el derecho se conoce como disparidad binocular. A fin de tener una idea de la disparidad binocular, sostenga un lápiz a un brazo de distancia y obsérvelo, primero con un ojo y luego con el otro. Hay muy poca diferencia entre las dos vistas respecto del fondo. Ahora, acerque el lápiz a solo 15 cm de su rostro y trate de hacer lo mismo. Esta vez percibirá una mayor diferencia entre las dos vistas.La discrepancia entre las imágenes que nos proporcionan ambos ojos nos ofrece una forma de determinar la distancia. Si vemos dos objetos y uno está considerablemente más cerca de nosotros que el otro, la disparidad retiniana será relativamente grande y tendremos una mayor sensación de la profundidad entre los dos. Sin embargo, si dos objetos están a distancia similar de nosotros, la disparidad retiniana será menor, y percibiremos que están a una distancia simi-lar de nosotros.En algunos casos, ciertas claves nos permiten obtener una sensación de la profundidad y distancia con un solo ojo. Estas pistas se conocen como claves monoculares.Una clave monocular es el paralaje de movimiento, en el que el cambio en la posición de un objeto en la retina se debe a un movimiento de su cuerpo en relación con el objeto. Por ejemplo, suponga que usted es un pasajero en un auto en movimiento y enfoca su vista en un objeto estable, como sería un árbol. Los objetos más próximos que el árbol pa-recerán moverse hacia atrás, y cuanto más cerca esté el objeto, más rápido parecerá moverse. En contraste, los objetos que están más allá del árbol parecerán moverse una velocidad mucho más lenta, pero en la misma dirección en la que usted está viajando. Su cerebro es capaz de utilizar estas claves para calcular las distancias relativas del árbol y los demás ob-jetos.De manera similar, la clave monocular del tamaño relativo refleja la suposición de que, si dos objetos tienen el mismo tamaño, el que forma una imagen más pequeña en la retina está más alejado que el que ofrece una imagen más grande. Pero no es solo el tamaño de un objeto lo que proporciona información sobre la distancia; la calidad de la imagen en la retina también nos ayuda a juzgar la distancia. La clave monocular del gradiente de textura ofrece información sobre la distancia porque los detalles de las cosas que están más alejadas son menos claros (Proffitt, 2006).Por último, cualquiera que haya visto cómo las vías férreas parecen unirse a la distancia sabe que los objetos alejados parecen estar más cerca entre sí que los que están más cerca, fenómeno llamado perspectiva lineal. La perspectiva lineal es un tipo de perspectiva en la que los objetos a grandes distancias parecen converger. Utilizamos la perspectiva lineal como clave monocular para estimar las distancias, lo que permite que la imagen bidimensional en la retina registre el mundo tridimensional. Constancia perceptualConsidere lo que sucede cuando termina de platicar con una amiga y ella empieza a alejarse de donde usted se encuentra. A medida que la ve alejarse por la calle, la imagen que se proyecta en su retina se hace cada vez más pequeña. ¿Acaso se pregunta por qué su amiga se está encogiendo?Por supuesto que no. A pesar del cambio tan real en el tamaño de la imagen en la retina, la constancia perceptual integra en su pensamiento el conocimiento de que su amiga se está alejando de usted. La constancia perceptual es el reconocimiento de que los ob-jetos físicos son consistentes y no varían, aunque cambien las entradas sensoriales relaciona-das con ellos.La constancia perceptual nos permite percibir que los objetos tienen tamaño, forma, color y brillantez invariables, incluso aunque la imagen de nuestra retina se altere. Por ejem-plo, cuando un avión se acerca, vuela sobre nosotros y después de aleja, a pesar de las va-riaciones en el tamaño o la forma de las imágenes proyectadas en la retina, no lo percibimos como distinto en cuanto a su forma o tamaño. La experiencia nos ha enseñado que el ta-maño del avión permanece igual (Garrigan y Kellman, 2008; Sachse et al., 2017; Sato, Matsuo y Kitazaki, 2019).No obstante, nuestra aplicación de la constancia perceptual puede engañarnos en algunos casos. Un buen ejemplo de esto es la salida de la Luna. Cuando aparece inicialmente por la noche, cerca del horizonte, se ve enorme; mucho más grande que cuando está en lo alto del cielo posteriormente por la noche. Quizá haya pensado que el cambio aparente en el tamaño de la Luna se debió a que estaba físicamente más cerca de la Tierra cuando apareció inicial-mente. De hecho, no sucede así en absoluto: la imagen real de la Luna en nuestra retina es la misma, ya sea abajo o en lo alto del cielo. Hay varias explicaciones para la ilusión lunar. Una sugiere que la Luna parece más gran-de cuando está cerca del horizonte principalmente por la constancia perceptual. Cuando la Luna está cerca del horizonte, las claves perceptuales del terreno y los objetos que se cruzan en el horizonte, como los árboles, nos producen una engañosa sensación de distancia, y nos hacen percibirla erróneamente como un objeto mucho más grande.En contraste, cuando la Luna está en lo alto del cielo, la vemos sola y no tratamos de compensar su distancia de nosotros. En este caso, entonces, la constancia perceptual nos hace percibirla como un objeto relativamente más pequeño. Para experimentar la constancia perceptual, intente ver la Luna cuando esté relativamente baja en el horizonte a través de un tubo de cartón de toallas de cocina; la Luna de pronto parecerá "reducirse" a su tamaño habitual (Kaufman, Johnson y Liu, 2008; Rogers y Naumenko, 2015; Francis et al., 2019).La constancia perceptual no es la única explicación para la ilusión de la Luna y, de hecho, sigue siendo un misterio para los psicólogos, pues quizá existen diversos procesos perceptuales involucrados en la ilusión (Gregory, 2008; Kim, 2008).Percepción del movimiento: mientras el mundo giraCuando un bateador intenta conectar una bola, el factor más importante es el movimiento de la pelota. ¿Cómo es capaz el bateador de juzgar la velocidad y ubicación de un objetivo que se desplaza a unos 145 kilómetros por hora?La respuesta radica, en parte, en varias claves que nos ofrecen información relevante sobre la percepción del movimiento. Por un lado, el movimiento de un objeto por la retina suele percibirse en relación con cierto fondo inmutable y estable. Además, si el estímulo se dirige hacia nosotros, la imagen en la retina se ampliará en cuanto al tamaño, llenando cada vez más el campo visual. En tales casos, asumimos que el estímulo se está aproximando; no que es un objeto que se expande a una distancia constante.Sin embargo, no es solo el movimiento de las imágenes en la retina lo que provoca la percepción de movimiento. Si así fuera, percibiríamos el mundo en movimiento cada vez que giráramos la cabeza. En cambio, una de las cosas cruciales que aprendemos sobre la percepción es a integrar la información sobre los movimientos de nuestra cabeza y ojos con aquella relativa a los cambios en la imagen retiniana.En ocasiones percibimos movimiento aun cuando no existe. ¿Alguna vez ha estado en un tren estacionado y percibido que se mueve hacia atrás porque el tren en las vías de junto se está moviendo lentamente hacia adelante? ¿O ha estado en una proyección de cine IMAX donde siente como si cayera cuando pasa una imagen enorme de un avión sobre la pantalla? En ambos casos la experiencia de movimiento es más que convincente. El movi-miento aparente es la percepción de que un objeto estacionario se mueve. Ocurre cuando distintas áreas de la retina se estimulan con velocidad, lo que nos conduce a interpretar que hay movimiento (Lindemann y Bekkering, 2009; Brandon y Saffran, 2011; Luo et al., 2019).Ilusiones perceptuales: los engaños de la percepciónSi observa con detenimiento al Partenón, una de las construcciones más famosas de la anti-gua Grecia, todavía de pie sobre una colina de Atenas, verá que se construyó con una pro-tuberancia en uno de sus lados. Si no la tuviera ---y algunos otros "trucos" arquitectónicos parecidos, como columnas que se inclinan hacia adentro--- se vería como si estuviera torcido y a punto de derrumbarse. En cambio, parece estar erigido completamente derecho, en ángulos rectos en relación con la base.El hecho de que el Partenón parezca estar perfectamente derecho es el resultado de una serie de ilusiones visuales. Las ilusiones visuales son estímulos físicos que producen consistentemente errores en la percepción. En el caso del Partenón, el edificio parece alzar-se en ángulos perfectamente rectos, como se ilustra en la figura 5a. No obstante, si se hu-biese construido así, la veríamos como se ilustra en la figura 5b. La razón de esto es una ilusión que hace que parezca que los ángulos rectos ubicados por encima de una recta están doblados. Para compensar dicha ilusión, el Partenón se construyó como en la figura 5c, con una curvatura ligeramente ascendente.La ilusión Müller-Lyer (ilustrada en la figura 6) ha fascinado a los psicólogos por décadas. Aunque las dos líneas son de la misma longitud, la que tiene las flechas apuntando hacia afuera, alejadas de la vertical (figura 6a, izquierda) se ve más corta que la que tiene las flechas apuntando hacia adentro (figura 6a, derecha).Aunque se han sugerido toda clase de explicaciones para estas ilusiones visuales, la ma-yoría se concentra ya sea en la operación física del ojo o en nuestra interpretación equivoca-da del estímulo visual. Por ejemplo, una explicación a la ilusión de Müller-Lyer es que los movimientos oculares son mayores cuando las puntas de la flecha apuntan hacia adentro, lo que nos hace percibir que la línea es más larga de lo que es cuando las puntas de flecha apuntan hacia afuera. En contraste, una explicación diferente a la ilusión señala que atribuimos en forma inconsciente un significado particular a cada una de las líneas (Gregory, 1978). Cuando vemos la línea de la izquierda en la figura 6a, solemos percibirla como si fuera la esquina externa, relativamente cercana, de un objeto rectangular, como la esquina externa de la habitación que se muestra en 6b. Por el contrario, cuando vemos la línea de la derecha de la figura 6a, la percibimos como la esquina interna relativamente más distante de un objeto rectangular, como la esquina interna de la habitación de la figura 6c. Debido a que la expe-riencia previa nos hace suponer que la esquina externa está más cerca que la esquina interna, suponemos además que la esquina interna debe ser, por tanto, mucho más grande.A pesar de la complejidad de la explicación anterior, hay una buena cantidad de evi-dencia que la sustenta. Por ejemplo, los estudios transculturales demuestran que las personas criadas en regiones donde hay pocos ángulos rectos, como los zulúes de África, son mucho menos susceptibles a esta ilusión óptica que quienes crecen donde la mayoría de las estruc-turas que se construyen tienen ángulos rectos y rectángulo. PERCEPCIÓN SUBLIMINAL¿Los estímulos de los que no somos conscientes plenamente modifican nuestro comporta-miento? En algunos sentidos, sí.La percepción subliminal se refiere a la percepción de mensajes sobre los que no somos conscientes. El estímulo podría ser una palabra escrita, un sonido o, incluso, un aroma que active al sistema sensorial, pero que no es lo suficientemente intenso como para que la persona informe haberlo experimentado. Por ejemplo, en algunos estudios, se expone a la gente a un rótulo descriptivo, denominado facilitador, sobre una persona (como la palabra inteligente o feliz) tan breve que no manifiestan haber visto el rótulo. Sin embargo, después se forman impresiones en las que influye el contenido del facilitador. De algún modo, se han visto influidos por el facilitador que dicen no haber visto, lo que ofrece cierta evidencia en favor de la percepción subliminal (Kawakami y Miura 2015; Lucini et al., 2019).Aunque los mensajes subliminales (que los psicólogos sociales denominan facilitación) influyen en el comportamiento en formas sutiles, hay pocas evidencias de que generen cambios importantes en las actitudes o la conducta. La mayor parte de las investigaciones señalan que no es así. Por ejemplo, las personas que se ven subliminalmente expuestas a la imagen de una Coca-Cola y a la palabra sed sí informan sentirse más sedientas después y, de hecho, beben más cuando se les da la oportunidad para hacerlo. Sin embargo, no les impor-ta gran cosa si beben Coca-Cola o alguna otra bebida para saciar su sed (Dijksterhuis, Char-trand y Aarts, 2007; Parkinson et al., 2017).En resumen, aunque somos capaces de percibir al menos algunas modalidades de infor-mación de las que no estamos conscientes, hay pocas evidencias de que los mensajes sublimi-nales cambien nuestras actitudes o comportamientos de manera sustancial. Al mismo tiempo, la percepción subliminal tiene, aunque sea, algunas consecuencias. Si nuestra motivación para realizar alguna acción ya es elevada y se presentan los estímulos apropiados de manera subli-minal, la percepción subliminal puede tener al menos algún efecto en nuestro comportamien-to. PERCEPCIÓN EXTRASENSORIAL (PES)Los psicólogos se sienten particularmente escépticos respecto a los informes sobre la percep-ción extrasensorial, o PES; la percepción en la que no participan nuestros sentidos. Aunque la mitad de la población de Estados Unidos en general cree en su existencia, la mayoría de los psicólogos rechaza su existencia, pues afirma que no hay documentación sólida que avale el fenómeno (Moore, 2005).No obstante, un debate en una de las más prestigiadas revistas, el Psychological Bulletin, a principios del siglo xxi, aumentó el interés en la PES. Según sus partidarios, existen evi-dencias confiables de un "proceso anómalo de transferencia de información", o fenómeno psi. Estos investigadores, revisaron exhaustivamente muchas evidencias, argumentaron que un conjunto acumulado de investigaciones demuestra que la existencia de los fenómenos psi tiene un sustento confiable (Storm y Ertel, 2001; Parra y Argibay, 2007; Storm y Rock, 2015).Al final de cuentas, su conclusión fue puesta en tela de juicio y, en términos generales, terminó desacreditada por una variedad de razones. Por ejemplo, los críticos señalan que la metodología de investigación era inadecuada y que los experimentos que sustentaban los fenómenos psi estaban viciados (Kennedy, 2004; Rouder, Morey y Province, 2013).En razón de las dudas que hay sobre la calidad de la investigación, lo mismo que la falta de cualquier explicación teórica probable sobre cómo podría darse la percepción extra-sensorial, la mayoría de los psicólogos afirmaría que siguen creyendo que la PES no cuenta con sustento científico confiable. De todos modos, el tema sigue inspirando investigaciones, que es la única forma en que el tema se aclarará de una vez por todas.