Jos Evaristo Uriburu 1895-1898 PDF

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Summary

This document details the political history of José Evaristo Uriburu's presidency in Argentina from 1895 to 1898. It covers his background, political activities, and major events during his time in office, as well as the broader political landscape of the nation during that timeframe.

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José Evaristo Uriburu Antecedentes Nacido en Salta el 19 de noviembre de 1831, provenía de una familia con antecedentes en la independencia. Se graduó en jurisprudencia en 1854 y participó activamente en la política salteña, siendo elegido diputado y fundando el periódico El Comercio. Fue secretar...

José Evaristo Uriburu Antecedentes Nacido en Salta el 19 de noviembre de 1831, provenía de una familia con antecedentes en la independencia. Se graduó en jurisprudencia en 1854 y participó activamente en la política salteña, siendo elegido diputado y fundando el periódico El Comercio. Fue secretario de la legación argentina en Bolivia y ocupó varios cargos ministeriales, incluyendo el de ministro de gobierno en Salta. Su notable desempeño en el Congreso nacional le valió ser elegido vicepresidente y luego presidente de la Cámara de Diputados. Defendió la federalización de Buenos Aires y participó en varios debates sobre los derechos provinciales. En 1874, fue enviado como ministro a Bolivia y luego a París. Durante la guerra del Pacífico (1879), era embajador en Lima, donde ofreció asilo a quienes lo necesitaban. También actuó como árbitro en disputas entre Bolivia y Chile. Ascenso a la Presidencia Uriburu fue parte de la fórmula presidencial junto a Luis Sáenz Peña, que resultó triunfante. En su primer mensaje al Congreso, destacó que la transición presidencial se realizó dentro del orden constitucional, enfatizando la estabilidad institucional del país. El 22 de enero de 1895, el mismo día en que renuncio Sáenz Peña, asumió como presidente el doctor José Evaristo Uriburu, el nuevo mandatario tenia mejores vinculaciones políticas y tal vez mejor habilidad que su antecesor para resolver los problemas de estado. La Amnistía El nuevo presidente restauró la autoridad presidencial y estableció un gobierno ordenado con el apoyo de figuras clave como Mitre y Roca. Una de sus primeras acciones fue enviar al Congreso un proyecto de amnistía para los revolucionarios de 1893, que fue aprobado unánimemente. En su mensaje, el presidente destacó la necesidad de pacificar el país y permitir que todos los ciudadanos ejercieran sus derechos políticos sin coacciones. Los líderes del acuerdo, incluidos Mitre, Roca y Pellegrini, habían retirado su apoyo a Sáenz Peña y coincidieron en sus exigencias con el vicepresidente Uriburu. Las elecciones del 8 de marzo de 1896 reflejaron una victoria para los acuerdistas, aunque fueron criticadas por ser un "simulacro electoral". En este contexto, el partido socialista debutó con candidatos propios, pero fue ignorado por los caudillos electorales. Sin una oposición parlamentaria fuerte y con un orden público relativamente estable, Uriburu pudo gobernar con tranquilidad, algo inusual en años anteriores. 1895 A fines de enero, el presidente Luis Sáenz Peña renunció debido a la falta de apoyo político, siendo sucedido por su vicepresidente José Evaristo Uriburu. Durante su mandato, solo un diputado votó a favor de su permanencia. Se destacaron avances en materia estadística, como la creación de la Dirección General de Estadística y censos sectoriales previos. El 10 de mayo, se llevó a cabo el segundo censo nacional, 26 años después del primero. Este fue crucial para conocer el estado demográfico del país y se realizó bajo la administración de Uriburu. La demora en su realización se atribuyó a crisis económicas y a la resistencia política de senadores del interior que temían perder influencia. El censo incorporó preguntas sobre religión, matrimonio e hijos, y se establecieron sanciones para quienes falsearan información. Desde el censo de 1869, la población argentina se duplicó, con un notable aumento en los centros urbanos. La ciudad de Buenos Aires alcanzó los 664,000 habitantes. A pesar de los avances en educación, el 35% de la población seguía siendo analfabeta. La Ley 1.420 tuvo efectos limitados debido a la llegada de inmigrantes analfabetos. Uriburu ordenó la intervención en las provincias de La Rioja y Santiago del Estero, donde se produjeron cambios en el gobierno provincial tras revoluciones locales. 1896 En 1896, Argentina vivió un año marcado por eventos políticos significativos. La muerte de Aristóbulo del Valle, cofundador de la Unión Cívica Radical (UCR), y el suicidio de Leandro N. Alem, líder radical, dejaron un vacío en el liderazgo político. Estos acontecimientos coincidieron con el surgimiento del Partido Socialista Obrero Argentino, fundado por Juan B. Justo y otros socialistas, quienes buscaban representar los intereses de la clase trabajadora. El socialismo en Argentina fue introducido por inmigrantes europeos, especialmente alemanes. En junio de 1896, se formalizó la creación del Partido Socialista, que se presentó por primera vez a elecciones en marzo, obteniendo solo 138 votos. A pesar de este inicio modesto, el partido estableció un programa que abogaba por derechos laborales fundamentales como la jornada de ocho horas y la prohibición del trabajo infantil. La lucha por el sufragio libre fue un tema central tanto para Alem como para los socialistas. Alem dedicó sus últimos años a combatir el fraude electoral y promover la participación cívica. Su legado fue crucial para el desarrollo político posterior, destacando la importancia de los partidos políticos en una democracia. El año también estuvo marcado por problemas políticos en provincias como San Luis, donde se convocaron elecciones para resolver crisis institucionales. En el ámbito educativo, se creó la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, reflejando un avance hacia una educación más laica e ilustrada. El desarrollo del capitalismo generó una creciente organización entre los trabajadores, quienes comenzaron a exigir derechos básicos. Los movimientos anarquistas y socialistas jugaron un papel fundamental en esta lucha, mientras que la Iglesia Católica intentó contrarrestar estos movimientos con iniciativas como los Círculos Obreros, que buscaban mejorar las condiciones de vida de los trabajadores desde una perspectiva religiosa. El año 1896 fue crucial para el desarrollo político y social en Argentina, sentando las bases para futuros movimientos que buscarían reformar el sistema político y mejorar las condiciones laborales. Entre los aspectos destacados se encuentran la defensa de la clase obrera mediante reivindicaciones como la jornada laboral de ocho horas y la prohibición del trabajo infantil; la búsqueda de un sufragio libre que garantizara el derecho al voto y representara a las minorías; y conflictos como la crisis política en San Luis, que llevó a solicitar intervención federal ante tensiones crecientes relacionadas con las elecciones. También se inauguró el Hospital Pirovano en Belgrano para atender enfermos durante epidemias y se firmó un nuevo tratado con Chile para resolver conflictos limítrofes, con Gran Bretaña como posible árbitro. Además, se intensificó la instalación de centrales eléctricas en Buenos Aires y se inició el uso de monedas de níquel. 1897 En 1897, el Partido Autonomista Nacional (PAN) logró consolidar su poder tras la inestabilidad de la gestión de Luis Sáenz Peña. José E. Uriburu asumió su presidencia, lo que permitió cierta normalización política. La figura de Julio A. Roca se convirtió en símbolo del orden recuperado, a pesar de la oposición que generaba su reelección. El Partido Radical y la Unión Cívica Nacional (UCN) comenzaron a forjar una alianza para enfrentar la candidatura de Roca en las elecciones. Sin embargo, las tensiones internas en el radicalismo, especialmente entre los sectores liderados por Hipólito Yrigoyen y Lisandro de la Torre, dificultaron esta unión, evidenciando divisiones profundas que amenazaban con fracturarlo. El 6 de septiembre de 1897, Yrigoyen y De La Torre se enfrentaron en un duelo a sable debido a diferencias políticas. Yrigoyen, a pesar de su inexperiencia en esgrima, resultó ileso mientras que De La Torre sufrió múltiples heridas, simbolizando así las tensiones internas del radicalismo. Con el apoyo de Carlos Pellegrini, el PAN se mantuvo fuerte y Roca parecía tener asegurada su reelección, ya que los mecanismos de control electoral favorecían al oficialismo, haciendo improbable que las fuerzas opositoras lograran un cambio significativo. A pesar del aparente cierre del ciclo revolucionario iniciado en 1890, persistían reclamos sociales que se manifestaban en actos públicos como el mitin en Buenos Aires, donde se exigía transparencia electoral. Esto subraya la importancia de la participación ciudadana como medio para interpelar al poder. 1898 En 1898, finaliza el gobierno de José Evaristo Uriburu. Su gestión se caracterizó por el fraude electoral y la falta de oposición, lo que permitió el regreso de Julio Argentino Roca al poder. Durante este año, se llevó a cabo el Primer Congreso del Partido Socialista Argentino en Buenos Aires, donde se discutieron las condiciones de explotación de la clase trabajadora. Diversas agrupaciones políticas y gremiales participaron y se aprobaron estatutos que abogaban por una sociedad con propiedad colectiva de los medios de producción. Uriburu también enfrentó problemas limítrofes con Chile, derivados del Tratado de 1881, lo que llevó a Argentina a prepararse militarmente, invirtiendo en la Armada y el Ejército ante la preocupación por la superioridad naval chilena. A pesar de algunos indicadores positivos hacia el final de su mandato, como un aumento en las exportaciones, no logró una recuperación económica significativa; la deuda pública aumentó debido a gastos militares y las inversiones en infraestructura fueron escasas. Las elecciones del 12 de octubre estuvieron denotadas por denuncias de fraude, permitiendo que Roca asumiera nuevamente la presidencia junto a un vicepresidente que había sido parte del mismo esquema político que había dominado el país. Se realizaron reformas constitucionales que aumentaron el número de ministerios y se implementaron cambios necesarios para adaptarse al crecimiento demográfico y político del país. En el ámbito cultural, la creación de la revista Caras y Caretas marcó un hito, reflejando la modernización y crecimiento demográfico de Buenos Aires. Además, se destacó la apertura de escuelas evangélicas y el desarrollo del Colegio Nacional de la Capital. En resumen La presidencia de José Evaristo Uriburu, que se extendió desde el 23 de enero de 1895 hasta el 12 de octubre de 1898, fue un periodo marcado por esfuerzos de modernización y centralización en Argentina. Asumió el cargo tras la renuncia de Luis Sáenz Peña y enfrentó un contexto político tenso, caracterizado por la oposición radical y las demandas sociales crecientes. Durante su mandato, Uriburu implementó una reforma constitucional en 1898 que buscaba fortalecer el poder ejecutivo y modificar la organización del gobierno. Se expandió el número de ministerios y se promovieron obras públicas significativas, como la construcción del edificio del Congreso y la creación de instituciones educativas, incluyendo la Facultad de Filosofía y Letras y el Museo Nacional de Bellas Artes. En el ámbito económico, su gobierno se benefició del crecimiento agrícola e industrial, aunque también tuvo que lidiar con la deuda externa y las tensiones sociales derivadas de las condiciones laborales. La amnistía a los participantes de revoluciones radicales fue un intento por reconciliar a la sociedad tras años de conflictos. Uriburu también enfrentó desafíos internacionales, especialmente en sus relaciones con Chile y Brasil, donde se llevaron a cabo negociaciones para resolver disputas territoriales. Sin embargo, su estilo autoritario y las intervenciones en provincias generaron críticas y tensiones políticas. Al final de su mandato, Uriburu dejó un legado mixto: logró avances en infraestructura y modernización, pero también dejó un país dividido políticamente y con desafíos sociales sin resolver. Su fallecimiento en 1914 marcó el cierre de una etapa significativa en la historia argentina. Lo malo Uno de los principales problemas fue su estilo autoritario, que se manifestó en la represión de la oposición política, incluyendo radicales, comunistas y anarquistas. Su gobierno aplicó medidas drásticas, como la ley marcial, para silenciar a quienes se oponían a sus políticas. Además, Uriburu utilizó la intervención federal en varias provincias, lo que generó tensiones con los gobiernos locales y evidenció un centralismo que limitó la autonomía provincial. Esta práctica contribuyó a un clima de inestabilidad política y desconfianza hacia el gobierno central. Su administración también estuvo marcada por acusaciones de corrupción y favoritismo, especialmente en el manejo de recursos públicos y en la administración de elecciones. Aunque promovió obras públicas y reformas educativas, estas iniciativas no lograron mitigar las críticas sobre su falta de transparencia y su tendencia a favorecer a ciertos sectores económicos. Finalmente, su legado se vio empañado por la percepción de que su gobierno no abordó adecuadamente las crecientes desigualdades sociales y económicas del país, lo que generó descontento entre amplios sectores de la población.

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