Gobierno de López Contreras (1936-1941) en Venezuela PDF
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This document details the López Contreras government (1936-1941) in Venezuela. It discusses significant events, protests, strikes, and the emergence of early modern political organizations during this period. The impact on Venezuelan society and the economy is also mentioned.
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GOBIERNO DE LÓPEZ CONTRERAS (1936-1941) La presencia femenina en los hechos ocurridos durante el 14 de febrero de 1936. Fuente: Memorias de Venezuela. N° 10. Agosto, 2009. p. 61. Tras la muerte de Juan Vicente Gómez, el 17 de diciembre de 1935, el Congreso encargó de la presidencia al ministro de Gu...
GOBIERNO DE LÓPEZ CONTRERAS (1936-1941) La presencia femenina en los hechos ocurridos durante el 14 de febrero de 1936. Fuente: Memorias de Venezuela. N° 10. Agosto, 2009. p. 61. Tras la muerte de Juan Vicente Gómez, el 17 de diciembre de 1935, el Congreso encargó de la presidencia al ministro de Guerra y Marina, el general Eleazar López Contreras. El 19 de abril de 1936, el Congreso eligió a López Contreras presidente constitucional para un período de siete años; pero debido a la reforma constitucional de julio de 1936, su mandato se redujo a cinco años, que culminó en 1941. Sucesos del 14 de febrero Como las políticas y la composición del Gobierno seguían siendo gomecistas, una gigantesca manifestación recorrió las principales calles de Caracas, pidiendo la destitución del gobernador y de los ministros gomencistas, el 14 de febrero de 1936. Ese día, la policía disparó contra los manifestantes congregados en la plaza Bolívar, con saldo de varios heridos y muertos, entre ellos el estudiante Eutimio Rivas. En la tarde, los manifestantes se reagruparon y encabezados por el rector de la Universidad Central de Venezuela y algunos veintiocheros se dirigieron hacia el Palacio de Miraflores, donde exigieron el enjuiciamiento a los culpables de la masacre de la plaza Bolívar, la restitución de las garantías constitucionales suspendidas, la destitución de los funcionarios gomecistas, la liberación de los presos políticos y la plena libertad de prensa. Ante estas demandas, López Contreras presionado por la multitud, restituyó las garantías, destituyó al gobernador del Distrito Federal y a algunos ministros y presidentes de estados. El programa de Febrero El presidente López Contreras necesitado de un plan que desarticulara a la oposición de orientación de izquierda que había ganado la calle exigiendo mayores cambios, presentó al país el llamado Programa de Febrero, que era el primer programa de gobierno que se le presentaba al país en su historia. Este programa de gobierno contemplaba la aprobación de una nueva Constitución que redujera el período presidencial de siete a cinco años y prohibiera la reelección inmediata. Incluía además, la ejecución de un plan nacional educativo, de higiene y salud públicas, la reorganización del sistema bancario nacional y el reconocimiento de derechos laborales y sociales a los trabajadores. La aplicación de este Programa de Febrero redujo el clima de oposición existente y evitó que se produjeran cambios radicales. Pero el pueblo dejó de ser un espectador del acontecer nacional. La lucha continúa Cuando López Contreras asumió la Presidencia, la situación del campo era deplorable, porque hubo una disminución de las exportaciones de cacao y café que acentuó la pobreza del campesinado. Por otra parte, las condiciones de trabajo de los obreros urbanos eran muy deficientes: les pagaban bajos salarios y cumplían largas jornadas de trabajo. Ante aquella situación laboral las ligas campesinas y los sindicatos recién creados exigieron reivindicaciones económicas y sociales. En el año 1936 se produjeron varias huelgas de trabajadores de las ciudades y protestas del campesinado. Para reprimir estos movimientos, el Gobierno preparó una ley que produjo malestar en la población. Se trataba de la Ley de Orden Público que había introducido al Parlamento el ministro de Relaciones Interiores (Alejandro Lara Nuñez) que restringía los derechos de manifestación y otras libertades. En junio de 1936, dirigentes de diversos partidos, sindicatos y gremios, convocaron a una huelga para evitar que el Congreso aprobara dicha ley. Durante tres días se paralizaron los tranvías, la prensa, las pulperías y otros servicios en Caracas, Maracaibo, Maracay y Cumaná. La huelga fracasó, sus dirigentes y otros implicados fueron encarcelados, y la Ley Lara se aprobó. A pesar de que López Contreras había pedido “calma y cordura”, las exigencias de cambio de “Juan Bimba” continuaron. ¿Te imaginas qué simbolizaba la expresión “Juan Bimba”? Desde el 14 de febrero las calles parecían una colmena de hombres y mujeres de todos los sectores sociales, luchando para cambiar el país. Reapareció el semanario humorístico Fantoches, donde Leoncio Martínez “Leo” publicaba sus caricaturas, se fundó el diario Ahora y otros periódicos en el Interior del país. Por primera vez la radio transmitía informaciones diarias sobre los principales sucesos nacionales y las alocuciones del presidente de la República. Se reorganizó la Federación de Estudiantes de Venezuela (F.E.V.) que junto a gente del pueblo recibieron a los exiliados políticos que regresaban. La voz de la mujer que se había hecho presente en las movilizaciones del 14 de febrero no se calló en adelante: se constituyó la Junta Patriótica Femenina en la sede del Ateneo de Caracas para luchar, junto a la Agrupación Cultural Femenina (de orientación izquierdista) y la Asociación Venezolana de Mujeres (creadas con anterioridad), por los derechos de la mujer trabajadora y la erradicación del analfabetismo. La Agrupación Cultural Femenina abrió campañas a favor del voto femenino (lo cual se logró parcialmente despues durante el gobierno de Medina). La primera huelga petrolera de 1936 En aquel año (1936), en la prensa se denunciaba la explotación a la que estaban sometidos los obreros petroleros y la exagerada ganancia de las empresas extranjeras en comparación con lo que recibía el Estado por concepto de renta petrolera. De esta manera se había formado una opinión pública adversa al régimen de explotación de las empresas petroleras extranjeras. A partir de diciembre de 1936, 60 mil trabajadores paralizaron la industria petrolera durante 43 días exigiendo aumento de salario y mejores condiciones de trabajo, previo cumplimiento de los requisitos exigidos en la recién promulgada Ley del Trabajo para que el Gobierno no tuviera posibilidad de declarar ilegal a la huelga. Estaban coordinados por un comité de huelga integrado por Isidro Valles, Juan Bautista Fuenmayor, Aníbal Mestre Fuenmayor, Felipe Hernández y José Antonio Mayobre. A pesar de la excelente organización y de la solidaridad masiva del pueblo, los resultados de la huelga no fueron favorables para los obreros. Representantes de las empresas extranjeras presionaron al Gobierno para que pusiera fin a la huelga. A tal efecto, el Gobierno dictó un decreto en enero de 1937 que ordenó la inmediata reanudación de faenas y el aumento de apenas un bolívar diario de salario. Los obreros y el comité de huelga recibieron con desagrado el citado decreto, pero no tuvieron otro recurso que acatarlo y suspender la huelga. 88 89 Fuente: Biblioteca Nacional. ¿Qué interpretas de la caricatura de Leoncio Martínez “Leo”? Relaciónala con el siguiente documento bibliográfico, referido al decreto que ordenó suspender la huelga. “Al conocerse el decreto, la indignación general cubrió los campos petroleros y todas las zonas que seguían con su apoyo y solidaridad el desarrollo de la huelga. Las discusiones, comentarios, lamentos, blasfemias, se expresaban en todos los lugares: la calle, la bodega, la plaza, el bar… — ¡El decreto es un acto de traición! — Mire, amigo, eso significa, sencillamente y llanamente, la venta del territorio nacional. — ¡No puede ser! ¿Cómo el Gobierno va a dictar un decreto de esa naturaleza? — De ser así, el Gobierno no es más que un lacayo del imperialismo. ¡Un traidor a la labor de Bolívar! — Y entonces pues, ¿es que acaso Gómez no murió?” Villegas, Luis Enrique. ”La huelga petrolera”. En: Historia del Movimiento Obrero Venezolano, N° 1. Caracas: Publicaciones El Pueblo, 1986, pp. 22-23. Después de la huelga petrolera de 1936 sus dirigentes fueron expulsados del país, la miseria de los obreros siguió igual y el desequilibrio entre las altas ganancias de las empresas y lo que recibía el Estado se mantuvo igual que en tiempos de Gómez. López Contreras intentó modificar la Ley de Hidrocarburos en 1938 para aumentar los impuestos, pero ante las presiones de las petroleras, la reforma quedó sin efecto. Primeras organizaciones políticas modernas Los primeros en crear una organización política moderna fueron los comunistas en 1931, con el nombre de Partido de la Revolución Venezolana (PRV), durante la férrea dictadura gomecista. Las primeras células comunistas en Venezuela fueron constituidas por los hermanos Fortoul (Aurelio y Mariano), junto a Víctor García Maldonado, Juan Bautista Fuenmayor, Francisco José Delgado (Kotepa), Ramón Abad, José Antonio Mayobre, Rodolfo Quintero, Fernando Key Sánchez y Horacio Mena, entre otros. Estas células comunistas actuaron activamente en los sucesos del 14 de febrero y en acontecimientos posteriores, pese a la represión del gobierno contra el movimiento popular y los comunistas. La represión contra los trabajadores, la disolución de los partidos y la expulsión de dirigentes de la huelga petrolera de 1936, no detuvieron las luchas antilopecistas. Continuaron clandestinamente dentro del país y los expulsados trabajaban con la misma finalidad desde el exilio. Además, quedaron a escondidas en el país algunos de los incluidos en la lista de expulsados por el Gobierno, entre ellos Rómulo Betancourt y Juan Bautista Fuenmayor. Rómulo Betancourt, quien junto a Jóvito Villalba había creado el movimiento Organización Venezolana (ORVE) en 1936, se dedicó clandestinamente a reorganizar el Partido Democrático Nacional (PDN) en 1937. En un mitin organizado por el Partido Democrático Nacional en el Parque Carabobo (Caracas) en 1936, Miguel Otero Silva había dicho que :“Frente a la ambición imperialista, frente a los latifundistas, frente al peligro de la conspiración gomecista para apoderarse del gobierno debemos unificarnos… Obreros y campesinos, intelectuales, profesionales y estudiantes honrados, pequeños comerciantes e industriales progresistas, todos debemos ver en el Partido único de izquierda el campeón de la lucha de sus intereses económicos y políticos comunes: liberación nacional del yugo imperialista, democracia efectiva, elecciones generales.” También, en el estado Zulia, se fundó el Bloque Nacional Democrático (BND). Entre sus organizadores hubo socialdemócratas como Valmore Rodríguez y marxistas como Olga Luzardo e Isidro Valles, quienes años atrás con otros habían creado clandestinamente en Caracas y en Maracaibo las primeras células comunistas. Más tarde fueron miembros del Partido Comunista de Venezuela. En agosto de ese año (1937), una reunión de comunistas dispuso separarse del PDN y nombró secretario general del clandestino Partido Comunista de Venezuela (PCV) a Juan Bautista Fuenmayor. Significaba un deslinde doctrinal entre comunistas y socialdemócratas. En diciembre de 1937, en otro intento de unión de los partidos opositores al lopecismo, se fundó el Partido Democrático Venezolano (PDV) con el general José Rafael Gabaldón como presidente, acompañado en la directiva por Andrés Eloy Blanco, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Luis Beltrán Pietro Figueroa y otros. Este partido también fue acusado de tener comunistas entre sus miembros para justificar su ilegalización. También se fundó el Partido Republicano Progresista (PRP), promovido por Rodolfo Quintero y Ernesto Silva Tellería. Logo de la primera organiza Realizaciones del gobierno Cuando López llegó a la presidencia, Venezuela transitaba hacia una economía rentística petrolera y tenía todavía más del 80 % de población rural. Su población estaba afectada por enfermedades como el paludismo y la fiebre amarilla, padecía por los anquilostomos y otros parásitos intestinales, por la tuberculosis, por enfermedades endémicas y epidémicas, que ocasionaban un alto índice de mortalidad. Aproximadamente, el 80 % de los 3.364.347 habitantes que tenía el país en 1936 eran analfabetos o semianalfabetos. Para enfrentar esta situación, el Gobierno creó el Instituto de Higiene, encargado de la formación de técnicos sanitaristas. Por primera vez se realizaron campañas permanentes para la erradicación del paludismo y otras enfermedades. Las principales ciudades comenzaron a abastecerse de agua potable y al campesino se le enseñó a construir letrinas junto a sus ranchos, para evitar la parasitosis. Eminentes profesionales aceptaron cargos para llevar a cabo esta labor, como el caso del doctor Arnoldo Gabaldón, quien fue jefe de la división de Malariología del Ministerio de Sanidad (hoy de Salud). Bajo su dirección se inició una campaña contra el paludismo mediante la distribución gratuita de quinina, la construcción de canales de cemento para la circulación de las aguas estancadas y otras medidas para eliminar los criaderos de mosquitos. ¿Qué haces para evitar criaderos de mosquitos? Mariano Picón Salas gestionó y trajo al país una misión de profesores chilenos, quienes se encargaron de la preparación del profesorado en el Instituto Pedagógico Nacional, creado en 1936. También surgieron nuevas escuelas normales para formar educadores y educadoras y las llamadas Escuelas Experimentales que comenzaron a funcionar en modernos edificios construidos para ellas. Se le encomendó la modernización de la educación en esas escuelas al maestro uruguayo Sabás Olaizola. Puedes observar la foto de una de esas escuelas en esta página. Por otra parte, se reconocieron derechos sociales y laborales de los trabajadores con la reforma a la Ley del Trabajo que consagraba el derecho a huelga, y la creación de la Oficina Nacional del Trabajo. Además, se reorganizó el Ministerio de Agricultura para el reconocimiento de los suelos existentes, se mejoraron puertos y carreteras y se reglamentó el tránsito automotor. Se reorganizó el sistema bancario nacional, bajo la dirección del Banco Central de Venezuela y el empresariado recibió apoyo crediticio a través del Banco Industrial de Venezuela (creados ambos bancos en 1937). Culminación del período de gobierno Cercana la culminación del gobierno, López Contreras propuso a su ministro de Guerra y Marina, el general Isaías Medina Angarita, como candidato a la presidencia de la República; y la gente del PDN propició la candidatura del escritor Rómulo Gallegos. Gallegos tenía apoyo mayoritario de los venezolanos, pero el Congreso Nacional era el que elegía al presidente y allí Gallegos apenas contaba con trece votos, mientras que Medina Angarita contaba con más de cien votos de los representantes lopecistas. Por tanto, el Congreso eligió al general Medina Angarita presidente para el período comprendido entre 1941 y 1946. En aquel tiempo se fundó la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), organización socialcristiana dirigida por el estudiante Rafael Caldera. A comienzos de mayo (1936), la FEV sufrió una importante escisión. Por enfrentamiento con la corriente señalada como “izquierdista” y “anticlerical” y por divergencias frente al Anteproyecto de Instrucción Pública, renunciaron casi doscientos estudiantes (a la FEV) encabezados por Rafael Caldera, Pedro José Lara Peña y Eduardo López de Ceballos, para constituir la Unión Nacional de Estudiantes (UNE). La represión legalizada Presionado por los sucesos de febrero, López Contreras puso en libertad a los presos políticos, autorizó el regreso de los exiliados y permitió la libertad de prensa. Pero, en su plan de gobierno (Programa de Febrero) fue enfático en afirmar que “…el Gobierno tiene el firme propósito de hacer efectivo, por todos los medios que esté a su alcance, el funcionamiento de un régimen legal... La Constitución es nuestra ley fundamental. En ella están previstas las garantías de los venezolanos, y el Gobierno está dispuesto a respetarla y a hacerla respetar...” Entre las disposiciones constitucionales estaba el inciso 6 del artículo 32 de la Constitución gomecista que establecía la prohibición de las ideas comunistas y anarquistas: “los que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados traidores a la patria y castigados conforme a las leyes”. Además, la ley autorizaba al gobierno a expulsar del país a cualquier individuo que estuviera afiliado a esas ideas: “en todo tiempo el Ejecutivo Federal, háyanse o no suspendidas las garantías constitucionales, debe impedir la entrada al territorio de la República o expulsarlos de él, por el plazo de seis meses a un año si se tratase de nacionales o por tiempo indefinido si se tratase de extranjeros, a los individuos afiliados a cualquiera de las doctrinas antedichas, cuando considerare que su entrada al territorio de la República o su permanencia en él pueda ser peligrosa o perjudicial para el orden público o la tranquilidad social”. En febrero de 1937, López Contreras, quien no había legalizado los partidos, sometió a juicio a numerosos líderes políticos, sindicales y estudiantiles, en cumplimiento del decreto que ordenaba la disolución de la Federación Venezolana de Estudiantes y de todos los partidos políticos. Un mes después, el 13 de marzo, un nuevo decreto dispuso el destierro por un año de 47 dirigentes de los partidos y organizaciones disueltas. Agarraron presos a algunos y junto a otros que ya estaban detenidos fueron sacados de la cárcel del Obispo de Caracas bajo fuerte custodia, para trasladarlos a La Guaira donde fueron embarcados rumbo a Panamá y México. La historiografía tradicional de Venezuela califica al gobierno de López Contreras como el inicio de la transición hacia la democracia en la historia política del siglo XX. Veamos lo que dice un historiador al respecto: “Es difícil dar una calificación concreta al régimen del general López Contreras… Trata de poner ciertas restricciones a los consorcios extranjeros, pero luego se quedan sin efecto... Permite un margen de acción a la oposición y expulsa al mismo tiempo a sus dirigentes... Da ciertas garantías, denegadas hasta entonces y después las restringe. Todo era contradicción... pero es de justicia reconocer que si no podemos presentarlo como un símbolo de la democracia, tampoco llegó a los tenebrosos procedimientos del gomecismo… Muchos críticos consideran su período transicional, como puente que había de franquear para pasar de un cenegal a una orilla segura”. Gallegos Ortiz, Rafael. La historia política de Venezuela, Caracas, 1960, p. 185. GOBIERNO DE MEDINA ANGARITA (1941-1945) El general Isaías Medina Angarita fue electo presidente por el Congreso para el período 1941-1946. La historia lo ha reconocido como un gobernante democratizador y con características diferentes a todos los que le antecedieron y a muchos de los que le siguieron en la conducción del país. Cuando Medina Angarita asumió la presidencia, estaba en pleno fragor la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas del mundo estaban divididas en dos tendencias: el eje nazifascista (Alemania, Italia y Japón) y los aliados antifascistas formados por Inglaterra, Francia, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS). Al pueblo venezolano le preocupaba que el candidato electo hubiera sido acusado de tener tendencias fascistas y ser admirador de Mussolini. También preocupaba su condición de militar. Venezuela tenía un doloroso pasado de dictaduras militares. Mucha gente desconocía que desde que era cadete, Medina Angarita había mantenido amistad con intelectuales progresistas como Andrés Eloy Blanco y el célebre “Leo”. Inmediatamente después de asumir la presidencia, Medina dio demostraciones de lo contrario. Mantuvo durante sus funciones una actitud claramente antifascista: apoyó a los países aliados; rompió relaciones diplomáticas y comerciales con los países del eje nazi-fascista. En los últimos tiempos de la guerra, Venezuela suscribió la Carta de las Naciones Unidas y estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. En asuntos de política interna, Medina Angarita legalizó los partidos políticos, permitió el funcionamiento de sindicatos y gremios, dio libertad de prensa y respetó los derechos civiles establecidos en la Constitución. Fuente: historiadevenezuelaubv.blogspot.com. Legalización de los partidos políticos y disfrute de libertades ciudadanas Poco después de haberse encargado Medina Angarita de la presidencia, el candidato perdedor –Rómulo Gallegos– y un numeroso grupo de personas dispusieron fundar un nuevo partido político con el nombre de Acción Democrática en septiembre de 1941. Aglutinó personas de orientación socialdemócrata que habían pertenecido a las organizaciones ORVE y PDN, como Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios y muchos otros. Acción Democrática fue desde el comienzo un partido de oposición al gobierno medinista, al que acusó de mantener mecanismos heredados del gomecismo y de permitir la malversación de los fondos públicos. Sin embargo, sus miembros no fueron perseguidos, encarcelados ni exiliados. En 1942 se legalizó el Partido Acción Nacional, que agrupó a muchos socialcristianos pertenecientes a la Unión Nacional de Estudiantes (UNE). Años después, al caer Medina en 1945, esos socialcristianos fundaron el partido Copei. En 1943 los partidarios de Medina fundaron el Partido Democrático Venezolano (PDV) que tuvo entre sus miembros a destacados intelectuales demócratas vinculados al medinismo, como Arturo Úslar Pietri, Mario Briceño Iragorry, Mariano Picón Salas y muchos otros. Los comunistas sabían que no podían aspirar a la legalización de su partido porque lo prohibía el todavía vigente inciso sexto de la Constitución. Actuaron a través de organizaciones legalizadas llamadas Unión Popular, Unión Municipal y Liga de Unificación Municipal. Pero cuando en 1944 se eliminó de la Constitución el citado inciso sexto, gestionaron y consiguieron la legalización del Partido Comunista de Venezuela, que había venido funcionando clandestinamente desde 1931. El Partido Comunista de Venezuela siempre respaldó la gestión del gobierno de Medina Angarita. ¿Hubo realmente apertura democrática? Lo cierto fue que durante el gobierno medinista hubo libertad de expresión. La prensa y la radio informaban libremente al pueblo e incluían críticas al Gobierno sin que estas ocasionaran prisiones ni persecuciones políticas como hasta entonces había ocurrido. Además de los periódicos que ya existían se fundaron los diarios Últimas Noticias (1941) y El Nacional (1943), donde escribían partidarios y adversarios del gobierno; y el semanario humorístico El Morrocoy Azul (1941), que tenía una posición a favor de Medina en términos generales pero éste no se salvaba de su crítica satírica y en muchos casos la atendió. El presidente expresaba año tras año en su mensaje de fin de año: “... me enorgullezco con decirle al país que no hay ni un preso ni un desterrado”. En efecto, por primera vez en nuestra historia republicana no había presos políticos ni desterrados. Los trabajadores organizaron numerosos sindicatos. En 1941 se creó la Unión Sindical Petrolera y en 1944 la Unión Sindical de Venezuela que representó a más de 150 sindicatos de todo el país. El presidente Medina expresó en un discurso ante los obreros petroleros de Lagunillas: “... Mi gobierno defiende los derechos de los sindicatos y, como obreros, os aconsejo que dentro de los sindicatos conservéis siempre vuestra condición de obreros, es decir, la defensa de vuestros intereses gremiales.” También se organizaron los patronos. En 1944, debido a la crisis comercial producida por la Segunda Guerra Mundial, la Cámara de Comercio de La Guaira propuso la creación de un organismo nacional que agrupara a todos los empresarios del país en la Federación de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras). Esta organización empresarial fue la respuesta al fortalecimiento de la neonata burguesía nacional que exigía mayores beneficios del Estado rentístico petrolero. Realizaciones del gobierno de Medina Medina continuó la ampliación y modernización de la educación pública. Se fundaron escuelas rurales y en las ciudades se construyeron grupos estudiantiles, donde se implantaron algunas de las innovaciones de las escuelas experimentales del tiempo de López; entre ellas la “república escolar”; mediante la cual niñas y niños asumían cierto nivel de autogobierno que les iba formando conciencia ciudadana: los y las estudiantes elegían con su voto al presidente o presidenta de la república escolar y otros funcionarios. Se crearon liceos y para “velar por el aspecto humano de los estudiantes” universitarios, se creó la Organización de Bienestar Estudiantil (OBE). El gobierno de Medina Angarita completó los planes contra el paludismo y otras obras de saneamiento. Constituyó acueductos y cloacas en muchas localidades. Entre las obras de urbanismo en la capital de la República la más importante fue la reconstrucción de El Silencio, con un proyecto ideado y realizado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva: Se construyeron allí siete modernos edificios todavía considerados como la obra habitacional mejor adaptada a las necesidades humanas. Brindó viviendas cómodas y baratas a muchas familias y locales comerciales a pequeños empresarios, a través del Banco Obrero. El derrocamiento del presidente Medina El presidente Medina postuló la candidatura presidencial del doctor Diógenes Escalante, quien tuvo buena acogida del expresidente López Contreras y sus seguidores, de los dirigentes de Acción Democrática que era el partido opositor y de los comunistas. Pero el doctor Escalante enfermó inesperadamente y el presidente Medina propuso entonces al doctor Angel Biaggini, pero no tuvo la misma aceptación, sino que provocó disgusto tanto a la gente de López Contreras y de Acción Democrática como a grupos de jóvenes militares. Esto acentuó fricciones en las fuerzas políticas: los lopecistas recriminaban al medinismo su alianza con los comunistas, pretendieron lanzar la candidatura de López Contreras y los dirigentes del partido medinista (PDV) acusaban al lopecismo de oponerse a las libertades democratizantes. Por su parte, los accióndemocratistas arreciaron su antimedinismo al oponerse a la elección del presidente por el Congreso y comenzaron a exigir la elección directa y universal del presidente de la República. Además el gobierno de Estados Unidos estaba en contra de la Ley de Hidrocarburos. La descomposición fue aprovechada por la Unión Patriótica Militar, fundada por un grupo de jóvenes militares que habían realizado cursos de Estado Mayor y otras especialidades en Perú u otros países donde militares latinoamericanos que hicieron esos cursos tomaron el poder. Los oficiales conspiradores hicieron contacto con algunos dirigentes de Acción Democrática, pues les interesaba contar con respaldo político de civiles. El 18 de octubre de 1945 estalló el golpe: en Caracas se sublevaron el cuartel San Carlos y la Escuela Militar, y en Maracay se sublevó una guarnición. Medina tuvo ofrecimientos para hacer frente al golpe, pero comprobó la fuerza de los sublevados y resolvió entregar el gobierno “para evitar derramamiento de sangre”, pese a que contaba con apoyo popular, demostrado por la cantidad de personas que rodearon el Cuartel San Carlos, pidiendo armas para defender al gobierno depuesto. De inmediato, se creó una junta de gobierno, presidida por Rómulo Betancourt. Medina encomendó a Carlos Raúl Villanueva los planos de la Ciudad Universitaria para que la Universidad Central tuviera instalaciones adecuadas a la nueva Venezuela Petrolera, y de esta manera pudiera “ampliar su matrícula y modernizar sus actividades.” Esta obra y otras que quedaron proyectadas o en ejecución, fueron concluidas posteriormente por la dictadura perezjimenista. En relación con la gestión del gobierno de Medina Angarita, Mariano Picón Salas dice: “La nueva Caracas que comenzó a edificarse es hija –no sabemos todavía si amorosa o cruel– de las palas mecánicas. El llamado “movimiento de tierras” no sólo emparejaba niveles de nuevas calles, parecía operar a fondo entre las colinas cruzadas de quebradas y barrancos que forman el estrecho valle natal de los caraqueños...” Tres leyes de vital importancia fueron sancionadas: 1. La Ley de Impuesto sobre la Renta, que permitió una mayor y justa recaudación de impuestos. 2. La Ley del Seguro Social Obligatorio, que perseguía garantizarle a los trabajadores un “remedio contra las causas generadoras de la necesidad” de asistencia médica odontológica y protección a la vejez. 3. La Ley de Hidrocarburos de 1943, que aumentaba las regalías que debían pagar las empresas petroleras por cada barril producido y la obligatoriedad de pagar el Impuesto sobre la Renta. Las reformas al Código Civil introdujeron beneficios a la familia y protección a la infancia. “No pueden olvidarse los tres aspectos de la actitud del presidente Medina ante la mujer venezolana. Uno, el sensible mejoramiento social y jurídico de la mujer en la vida familiar: la mujer casada con una protección eficaz a sus derechos y patrimonio; la mujer no casada con el reconocimiento y protección de sus intereses económicos y familiares. El segundo fue el establecimiento constitucional, en la reforma aprobada en 1945, del derecho de la mujer al voto, que se inició por el voto, municipal y del derecho de la mujer al ejercicio de cualquier cargo público. El tercero fue la designación por primera vez, de eminentes mujeres venezolanas para funciones delicadas como la actuación exterior de la República. Polanco, Tomás. En El Nacional, Caracas, 6 de julio de 1997, p. 3-23. En 1945 el Congreso aprobó una reforma parcial a la Constitución Nacional. Se estableció un régimen electoral nuevo, según el cual los diputados del Congreso serían elegidos por el voto directo y secreto de los hombres, en tanto que los concejales serían elegidos por votación de hombres y mujeres. ¿Te diste cuenta? Por primera vez en la historia de nuestro país se otorgaba a la mujer el derecho al voto, vale decir, el derecho de ciudadanía. No fue una reforma radical, pues dejó la elección del presidente de la República al Congreso. Los medinistas opinaban que el voto popular directo y universal debía extenderse progresivamente. Isaías Medina Angarita Fuente: www.radiocomunaelhatillo.blogspot.com Diario El Nacional, 20 de octubre de 1945, p. 1. Fuente: www.elhatillo.blogspot.com. Construcción de la Ciudad Universitaria 1945 Fuente: www.bicentenario.gob.ve. LECTURA ILUSTRATIVA ISAÍAS MEDINA ANGARITA TRAS LA REFORMA PETROLERA … En enero de 1943, Isaías Medina Angarita, buscando condiciones favorables para implementar la reforma a la Ley de Hidrocarburos, realiza una visita a los estados de Occidente (principal zona petrolera del país), consiguiendo el apoyo de los sindicatos petroleros. A esto se sumará la negociación del petróleo venezolano que se llevará a cabo durante la Segunda Guerra Mundial. Estos esfuerzos del gobierno –que se tradujeron en indiscutibles logros ante la presión de las compañías petroleras, las cuales debieron aceptar medidas contrarias a sus intereses, principalmente porque EEUU en un contexto de guerra internacional no tenía la capacidad de hacer retroceder al Estado venezolano– tuvieron detractores que, como el partido Acción Democrática, se opusieron abiertamente a la ley, aunque no pudieron impedir su aprobación por el Congreso Nacional, el 13 de marzo de 1943. Fuente: Memorias de Venezuela, N° 5. Septiembre-octubre, 2008, p. 49. JUNTA CÍVICO-MILITAR Y GOBIERNO DE RÓMULO GALLEGOS (1945-1948) Primeras medidas de Betancourt Una vez instalados en el poder, el gobierno de Acción Democrática dio muestras de sectarismo en su relación con resto de las organizaciones políticas. No supo diferenciar las posiciones de extrema derecha y las posiciones de avanzada de otros partidos y personalidades. Llegó a controlar todos los poderes del Estado. Acción Democrática formó bandas armadas para arremeter contra los actos y manifestaciones de sus opositores. A ello se agregaban los señalamientos de incorporación de miembros de las Fuerzas Armadas al partido de Gobierno. Estas acusaciones allanaron el camino para el enfriamiento y posterior ruptura de la unión cívico-militar que había privado desde 1945. Betancourt mandó a constituir el Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, que se encargó de establecer responsabilidades por el presunto enriquecimiento ilícito de funcionarios gomecistas, lopecistas, medinistas y de sus allegados. Se le siguió juicio a 166 funcionarios, incluyendo a los expresidentes López Contreras y Medina Angarita; a Ángel Biaggini, Arturo Uslar Pietri (ministro de Relaciones Interiores de Medina), Antonio Álamo, Pedro Tinoco, Pedro Manuel Arcaya y Tomás Pacanins, a quienes se les expulsó del país y se les exigió declarar todos sus bienes. Como muchos de ellos no pudieron hacer la declaración ni pudieron defenderse ante el tribunal, les fueron confiscados sus bienes. Los periódicos La Esfera y El Heraldo fueron censurados y sus directores detenidos por permitir la publicación de un remitido de Uslar Pietri que denunciaba la improcedencia legal de la actuación de los juicios por peculado. Esos juicios fueron supervisados por el que cumplía funciones de procurador general de la nación, Rafael Caldera. En diciembre de 1946 el Gobierno suspendió las garantías constitucionales, detuvo a numerosos lopecistas, comunistas y urredistas, entre estos a Jóvito Villalba. En víspera de la instalación de la Asamblea Constituyente, en 1947 fueron restituidas las garantías. Labores cumplidas por la Junta La Junta reemprendió a partir de 1946 la campaña de alfabetización iniciada por los gobiernos López y Medina. Se dictó el decreto 321 sobre “Calificaciones y Promociones en Educación Primaria, Secundaria y Normal” que eximía de presentar exámenes finales a los estudiantes de institutos oficiales que hubieran obtenido calificaciones superiores a 15 puntos duranDel golpe militar del 18 de octubre de 1945, surgió una junta cívico-militar presidida por Rómulo Betancourt. Lo acompañaron en esa junta los civiles Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Prieto Figueroa (todos dirigentes de AD) y Edmundo Fernández; y los militares Carlos Delgado Chalbaud y Mario Vargas. Su falta de visión de convivencia democrática, lo llevó por la senda del sectarismo como veremos más adelante. Miembros de la Junta Cívico-Militar presidida por Betancourt (en el centro) A su derecha Carlos Delgado Chalbaud y a su izquierda Mario Vargas. Fuente: Memorias de Venezuela. N° 5. Septiembre-octubre, 2008, p. 49. te el año escolar. El decreto 321 tuvo excelente acogida por estudiantes y educadores de institutos oficiales y contó con el apoyo de la Federación Venezolana de Maestros y el Colegio de Profesores de Venezuela. Pero fue rechazado por estudiantes y directivos de institutos privados (particularmente los religiosos). Hubo grandes manifestaciones, tant-o de los que apoyaban el 321 como de los que lo adversaban. La Junta temerosa de que se desestabilizara el régimen modificó el decreto. Lo cierto es que desde entonces la Iglesia católica desconfió de la Junta y de AD. En 1947, se creó la policía llamada Seguridad Nacional, se promulgaron las leyes de Hacienda Pública, del Ejército y de la Armada y una nueva Ley del Trabajo. Se creó el Ministerio de Comunicaciones, la Escuela Náutica y el Instituto Autónomo Administración de Ferrocarriles del Estado para la administración de los ferrocarriles expropiados a las empresas inglesas y alemanas. El sistema ferrocarrilero nacional, en manos del Estado, fue desmantelado para darle paso a las comunicaciones por carreteras y al uso del transporte automotor de carga y de personas. La Junta, interesada en el fomento de la industria manufacturera nacional, creó la Corporación Venezolana de Fomento (CVF) para transferir grandes recursos provenientes de la renta petrolera a los empresarios. Se crearon en 1947 como empresas estatales el Centro Simón Bolívar, que actuaba como agente de renovación urbana del casco central de Caracas y sus adyacencias, y el Instituto Autónomo Diques y Astilleros Nacionales, suprimido en 1975 por otro gobierno acciondemocratista. Desde el Gobierno, Betancourt terminó de establecer acuerdos con el Departamento de Estado de Estados Unidos, inscribiéndose en la órbita estadounidense de lucha anticomunista en el continente: convirtió a su gobierno en sociopolítico de los estadounidenses, e hizo una alianza económica con ellos, a partir de junio de 1947, cuando invitó al magnate estadounidense Nelson Rockefeller al país. En diciembre de ese mismo año, Betancourt tuvo conocimiento de un memorándum del presidente estadounidense Truman en el que se informaba de la ejecución de “acciones encubiertas en apoyo a la política anticomunista americana”. En ese mismo año, permitió la intromisión de la misión militar norteamericana en el Palacio de Miraflores y apoyó una coalición militar anticomunista firmando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Actuando en consecuencia, en 1948, en un discurso en la recién fundada Organización de Estados Americanos (OEA), Betancourt expresó su “repudio a las prácticas del comunismo internacional”. Asamblea Nacional Constituyente y elecciones generales La Junta promulgó un estatuto electoral para elegir a los representantes de la Asamblea Nacional Constituyente que debían elaborar una nueva Constitución nacional y fijó la elección para el 27 de octubre de 1946, en la que podían participar todos los venezolanos y venezolanas mayores de 18 años. La Constituyente se instaló el 17 de diciembre de aquel año, presidida por Andrés Eloy Blanco, y en 1947 se sancionó una Constitución que le otorgó el derecho al voto a todos los venezolanos y venezolanas mayores de 18 años para elegir el presidente de la República. Ese mismo año se realizaron elecciones generales, en las que resultó electo presidente Rómulo Gallegos. El 74 % de los votos constituyó un contundente respaldo que con creces lo alejó de sus contrincantes: Rafael Caldera, por el recién nacido partido Copei, y Gustavo Machado, por el Partido Comunista de Venezuela. Hasta adversarios y adversarias de Betancourt y de Acción Democrática le dieron el voto con la esperanza de que iba a cambiar la situación del país. De esta manera, el 15 de febrero de 1948 llegaba al poder Rómulo Gallegos, primer presidente electo a través del sufragio universal, directo y secreto por los venezolanos para gobernar durante el quinquenio 1948 -1953. Gobierno de Gallegos Todo sugería un sólido estreno del gobierno de Rómulo Gallegos, apuntalado por el control que obtuvo AD sobre el Congreso y las Asambleas Legislativas del país. Cuando tomó posesión del cargo, Gallegos leyó un hermoso y esperanzador discurso de salutación al pueblo, citando fragmentos. de su propia novela Doña Bárbara. En su primer mensaje ante el Congreso, en abril de 1948, enumeró los proyectos iniciados por la Junta de Gobierno que continuaban en construcción: autopista Caracas -La Guaira, autopista del Este, avenida Bolívar, Instituto de Electrificación, Ciudad Universitaria y otras construcciones en el interior del país (quedaron sin concluir porque fue derrocado muy pronto y después las concluyó el dictador Pérez Jiménez). Gallegos terminó su mensaje con un angustioso mensaje ambientalista: “Estamos talando y quemando a Venezuela como para entregarse cuanto antes al yermo de la erosión y es menester que la mano imprevisiva no pueda continuar preparando como herencia del porvenir: campo de esterilidad y muerte carbonizado”. De acuerdo con tu opinión, ¿la actual Misión Árbol y otras contribuyen a evitar la premonición del maestro Gallegos? En julio de 1948, el presidente Gallegos viajó a Estados Unidos invitado por el presidente Truman. Cuando Gallegos regresó al país, le informaron que circulaban rumores de golpe de Estado y de un distanciamiento entre él y Rómulo Betancourt. Estos rumores fueron desmentidos y expresó que de las Fuerzas Armadas sólo había recibido “promesas de lealtad”, y respecto a Betancourt dijo que ellos no se disputaban “retazos de poder”. En Tribuna Popular, periódico del Partido Comunista de Venezuela, se denunció que existían presiones para convertir al presidente Gallegos en un instrumento del sector militar. Por lo que exhortó a sus lectores a fortalecer la unidad de las fuerzas civiles, porque consideraba que estaba en gran riesgo el mantenimiento del régimen constitucional. Realizaciones del gobierno de Gallegos Durante la corta presidencia de Rómulo Gallegos se constituyó la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), bajo control del partido Acción Democrática, y se puso el ejecútese a una nueva Ley de Reforma Agraria. Del 17 al 21 de febrero de 1948, en el Nuevo Circo de Caracas y bajo de dirección de Juan Liscano, se realizó el Festival de “Cantos y danzas de Venezuela” que permitió mostrar por primera vez la diversidad cultural de las diferentes regiones del país. En 1948, Rómulo Gallegos, asistió a la Conferencia de Bogotá, donde se constituyó la Organización de Estados Americanos, propuesta por los Estados Unidos, bajo el pretexto de “fortalecer la paz y seguridad, consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico y promover el crecimiento sostenible en América”. Este pretexto aparentemente cargado de buena fe, expresaba la concepción panamericanista contraria a la visión anfictriónica que intentó levantar Bolívar Fuente: www.renovablesverdes.com. Rómulo Gallegos en Estados Unidos. en 1826, sobre la base de la unidad de las recién nacidas repúblicas, antes colonias españolas, sin la presencia de Estados Unidos. En materia petrolera, Gallegos no otorgó nuevas concesiones petroleras y promulgó una ley que se conoce con el nombre de fifty-fifty, porque colocaba la participación del Estado venezolano en el negocio petrolero en un 50 %. El golpe de Estado contra Gallegos El momento culminante del golpe de Estado contra el gobierno de Rómulo Gallegos fue el ultimátum del 19 de noviembre de 1948, en el que los militares condicionaron la lealtad de las Fuerzas Armadas a la salida del país de Rómulo Betancourt (se pensaba que él era quien realmente gobernaba el país, pero en realidad había ocurrido un distanciamiento entre Betancourt y Gallegos), el desarme de las milicias adecas, la incorporación de independientes al Gabinete, etc. Este ultimátum fue rechazado de forma enérgica por Gallegos, y el 24 de ese mes tuvo lugar, sin mayores obstáculos, el golpe de Estado que desalojó a Gallegos por obra de los mismos militares que, tres años atrás, habían hecho lo mismo con Medina Angarita: el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, el mayor Marcos Pérez Jiménez y el mayor Julio Vargas, entre otros. Lo sorprendente de la rápida salida de Gallegos no fue sólo la nula reacción popular, sino la desbandada de los dirigentes acciondemocratistas, quienes en vez de intentar organizar a sus bases para impedir el derrocamiento del presidente, lo que hicieron fue ir a las embajadas buscando asilo. El presidente derrocado escribió desde su prisión: “Salgo del país expulsado por las Fuerzas Armadas que se han adueñado del gobierno de la República y de las cuales he sido prisionero desde la mañana del 24 de noviembre de 1948. No he renunciado a la presidencia de la República a la que me llevó el voto del pueblo... Es necesario reconocer que el proceso que acaba de culminar comenzó desde la primera noche del 19 de octubre de 1945, cuando se organizó la Junta Revolucionaria de Gobierno con mayoría de hombres de Acción Democrática.” Rómulo Gallegos desde el exilio Lo realmente interesante, y que ha quedado en la historia, son las candentes declaraciones del desalojado presidente al llegar a La Habana, en las cuales acusó directamente nada más y nada menos que a los Estados Unidos de Norteamérica. Gallegos declaró desde el exilio en La Habana: “¿Qué significa la presencia, constatada por personas que me merecen fe absoluta, de un agregado militar de Embajada de potencia extranjera con ajetreos de cooperador o consejero en uno de los principales cuarteles de Caracas, mientras se estaba desarrollando la insurrección militar contra el gobierno constitucional de puro y legítimo origen popular que yo presidía?”. El agregado militar de Estados Unidos en Venezuela era el coronel Adams, se encontraba en Miraflores el día del golpe. En relación con el personaje, existen dos versiones sobre su presencia en el Palacio de Gobierno: una era que estaba buscando entradas para una corrida de toros y la otra que estaba realizando gestiones para obtener noticias de un avión de la Fuerza Aérea de EE.UU. que se había perdido en la Gran Sabana. Esta última fue la versión oficial del gobierno estadounidense. Pero a Gallegos ninguna de las razones anteriores le merecía credibilidad. Era muy difícil pensar que el agregado militar yanqui estuviera en Miraflores, el día de un golpe de Estado, buscando unos pases de cortesía para una corrida de toros. De modo que Gallegos asignó a Estados Unidos y a las compañías petroleras la responsabilidad de su derrocamiento. Gallegos continuó diciendo desde La Habana: “Poderosas fuerzas económicas: las del capital venezolano sin sensibilidad social, y acaso también las del extranjero explotador de la riqueza de nuestro subsuelo, y del cual no era dable esperar que aceptase de buen agrado las limitaciones que le hemos impuesto, en justa defensa del bienestar colectivo, con el aumento de sus tributaciones al fisco nacional y con la determinación de no continuar prodigando nuevas concesiones petroleras, que han de ser reservas de la riqueza del porvenir de Venezuela…”. En contraposición, y dando muestras de sus intenciones de volver al poder en el futuro, se encontraba Rómulo Betancourt, quien se dedicó a desmentir a Gallegos. Betancourt se cuidó mucho de asignar cualquier responsabilidad a los estadounidenses y se encargó de dejar claro que él no pensaba como Gallegos, que éste “es un hombre honesto y sincero pero frecuentemente desinformado y en este momento lo está. El partido AD está satisfecho porque las compañías petroleras americanas en Venezuela no estuvieron involucradas en el golpe (…) esto trataré de explicárselo a Gallegos cuando lo vea”. Posteriormente, Rómulo Gallegos por disciplina partidista se vio en la obligación de retractarse. Lo que queda claro es que Betancourt se abocó prontamente a llevarle la contraria a Gallegos, con el propósito nada velado de congraciarse con el gobierno de Estados Unidos. Muestra de ello fue la petición de entrevista que le hiciera al embajador de los EE.UU. en Caracas, en diciembre de 1948, mientras se encontraba asilado en la embajada de Colombia. Allí, como lo revelan las fuentes de la época, Betancourt se encargó de alejarse de Gallegos ante los ojos del diplomático norteamericano. A partir de entonces, quedan claras las aspiraciones de retorno al poder de Betancourt, así como su abierta alineación con EE.UU. en el marco de la Guerra Fría. En adelante, Betancourt siguió mostrando sus servicios a los intereses estadounidenses, y su marcado anticomunismo, que se evidenció inmediatamente en la política de segregación de los comunistas en las luchas de resistencia contra el dictador Marcos Pérez Jiménez (orientación que afortunadamente fue desoída por las bases adecas de la resistencia). ¿Cuáles consideras creíble: las argumentaciones dadas por Rómulo Gallegos o las dadas por Rómulo Betancourt sobre la presencia estadounidense en el golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948? La Junta Militar (1948-1950) Los oficiales que derrocaron al presidente Gallegos en 1948 crearon una Junta Militar integrada por los coroneles Carlos Delgado Chalbaud, quien la presidió, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. A pocos días de haberse formado la Junta Militar fueron convocados a una reunión los dirigentes de los partidos URD y Copei. Delgado Chalbaud, quien había sido ministro de Defensa del gobierno de Gallegos, les garantizó que la Junta por él presidida no tomaría un rumbo dictatorial y que en corto tiempo se convocaría a elecciones para una Constituyente que daría paso a un gobierno constitucional. Pero la realidad fue otra: la Junta Militar disolvió el Congreso Nacional, las Asambleas Legislativas, los Concejos Municipales, las Juntas Departamentales y Comunales, el Consejo Supremo Electoral, e ilegalizó al partido Acción Democrática, la Confederación Venezolana de Trabajadores (CTV) y en 1950 al Partido Comunista de Venezuela. ¡Ahora tetoca a ti! Elabora en tu cuaderno una línea de tiempo en la que representes las tres etapas de la década de dictadura donde anotarás los principales hechos que leerás en la páginas siguientes. DÉCADA DE DICTADURA (1948 -1958) A partir de 1948 muchos países latinoamericanos estuvieron gobernados por dictaduras militares (Colombia, Perú, Argentina, Guatemala, Cuba y otros), auspiciadas y financiadas por la política estadounidense de contención del avance de los movimientos de liberación nacional y a la lucha por el poder popular. Venezuela no quedó fuera de esa tendencia. La dictadura que se inició con el derrocamiento del presidente electo Rómulo Gallegos se divide en tres etapas sucesivas: Junta Militar de Gobierno (1948-1950); Junta de Gobierno de Estados Unidos de Venezuela (1950-1952); dictadura personal de Pérez Jiménez (1952-1958). Pero en las tres etapas el hombre fuerte fue Marcos Pérez Jiménez. Diez años de constante lucha contra la dictadura, desembocó en un movimiento cívico-militar que derrocó a Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Marcos Pérez Jiménez, Delgado Chalbaud y Luis Felipe Llovera Páez. Fuente: www.bicentenario.gob.ve. En 1949 se derogó la Constitución de 1947, argumentándose que: “… si bien contiene principios progresistas, tiene vicios encaminados al ejercicio abusivo del poder”, y en el año siguiente el Gobierno buscó un acuerdo con los partidos políticos legales para convocar a elecciones presidenciales. Uno de los candidatos sería Carlos Delgado Chalbaud, pero estos planes se vieron truncados cuando el 13 de noviembre de 1950 fue asesinado en extrañas circunstancias el coronel Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar (quien aparentemente se oponía a que el Gobierno se transformara en una dictadura unipersonal). Las circunstancias que rodearon el primer magnicidio de nuestra historia republicana no quedaron aclaradas. Rafael Urbina, el sospechoso de ser el autor material del hecho fue “abatido” días después durante un presunto enfrentamiento con las autoridades. Entre las especulaciones que rodaron entonces está la que señaló a Marcos Pérez Jiménez como autor intelectual del delito. Nueva Junta de Gobierno Al morir Delgado Chalbaud, surgió una nueva Junta con la incorporación de un civil. En adelante se denominó Junta de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, constituida por los coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, y por el doctor Germán Suárez Flamerich, quien la presidió. La represión contra los opositores de la dictadura se hizo todavía más agresiva: aumentaron las torturas, las prisiones y los exilios. En 1951, se abrió el campo de concentración de Guasina, un islote insalubre en el delta del Orinoco, donde fueron torturados y sometidos a trabajos forzados casi setecientos estudiantes, obreros y profesionales, en su mayoría miembros de Acción Democrática y del Partido Comunista. En 1951, el Gobierno allanó con militares la Universidad Central de Venezuela e instaló un Consejo de Reforma, presidido por Julio García Álvarez, que sustituyó a los miembros del Consejo Universitario, los decanos de las facultades y los directores de cada una de las escuelas. El 30 de marzo de 1951, más de 3.500 mujeres se congregaron en el cine Buenos Aires de la población de San Rafael del Moján en el estado Zulia para exigir sus derechos civiles. Lourdes de Parra, presidenta del comité de organización femenina de Unión Nacional en el Zulia, dio apertura al evento en el que el derecho al sufragio, el ejercicio político y la igualdad de género fueron los temas que más destacó. En ese mismo año, fue apresado el dirigente obrero y secretario general del PCV, Jesús Farías, dirigente que permaneció preso hasta 1958 y fue asesinado Leonardo Ruiz Pineda, secretario general de AD. En 1952 se nombró una comisión, integrada entre otros por Rafael Caldera y Jóvito Villalba, para la redacción de un nuevo Estatuto Electoral, que estableció el voto obligatorio para los ciudadanos y ciudadanas mayores de 21 años y se convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente. Para la participación en los comicios, el Gobierno creó el Frente Electoral Independiente (FEI). Como los dos partidos que funcionaban legalmente (URD y Copei) tendrían derecho a participar en aquellas elecciones, Unión Republicana Democrática acordó incorporarse al proceso electoral porque consideró que ese era un camino para lograr el posible retorno a la vía democrática. Así lo participó a los dirigentes de Copei, que también decidieron participar, y a los otros dos partidos que funcionaban en la clandestinidad: AD y PCV. Los dos partidos clandestinos e ilegales acordaron apoyar a URD. La fórmula electoral propuesta por URD incluyó entre sus candidatos a la Constituyente a su máximo dirigente Jóvito Villalba y a valiosos independientes, como el escritor Mario Briceño Iragorry. Las elecciones se efectuaron el 30 de noviembre de 1952, y el pueblo votó mayoritariamente por la tarjeta amarilla de URD. Cuando el Gobierno comprobó su fracaso electoral en el conteo de los votos de las primeras urnas escrutadas, procedió a alterar las actas donde se asentaban los resultados de las mesas electorales a fin de proclamar al FEI como partido ganador y dejar apenas algunos votos amarillos de URD. Nunca se supo con exactitud el resultado de aquella votación; sin embargo, presentamos las siguientes cifras: URD 1.198.000 62,82 % FEI 403.000 21,13 % Copei 306.000 16,04 % El pueblo estaba indignado por el fraude en los escrutinios. URD no se arriesgó a encabezar un movimiento nacional contra la usurpación de la voluntad del pueblo, supuso que se podrían lograr acuerdos. El ministro de Relaciones Interiores (Vallenilla Lanz) convocó a los dirigentes de URD a una reunión en su despacho. Allí acudieron los urredistas citados, pero en realidad no hubo reunión alguna: fueron detenidos y expulsados del país. La maniobra electoral fue tan burda que los miembros del Consejo Electoral pusieron su renuncia y poco después el civil Germán Suárez Flamerich, quien presidía la Junta, manifestó su deseo de retirarse. Dictadura personal de Pérez Jiménez El anuncio de Suárez Flamerich respecto a su retiro fue aprovechado por los militares de la Junta y el Alto Mando Militar, para entregar el poder a Marcos Pérez Jiménez. Posteriormente, el gobierno convocó a los supuestos delegados electos pertenecientes al FEI para instalar la Asamblea Constituyente que proclamó a Pérez Jiménez, presidente constitucional de Venezuela y eligió a los miembros de los Poderes Públicos y demás funcionarios. Adiós a la libertad de expresión Durante los diez años de dictadura hubo una estricta censura de prensa: antes de salir al público, cada periódico debía mostrar el material a una junta de censura. Por sutiles críticas o veladas denuncias fueron suspendidos varias veces El Gráfico (órgano de Copei), El Morrocoy Azul (semanario humorístico), y otros periódicos de Caracas y de la provincia. Los periódicos de los dos partidos disueltos fueron clausurados, pero circularon clandestinamente: Resistencia de AD y Tribuna Popular del PCV. Nuevas torturas y asesinatos políticos Volvió lo que se creía ya superado. No hubo grillos ni tortol como en el gomecismo; pero hubo torturas psicológicas “refinadas” y nuevos estilos de torturas físicas: paraban al preso sobre la orilla de un rin de carro, sin permitirle bajar de él; lo sentaban por largo tiempo sobre una panela de hielo; le conectaba electricidad;lo hacían correr dentro de un círculo de esbirros que le daban planazos; los hogares de sus familiares eran allanados por agentes de la Seguridad Nacional y algunas de sus esposas fueron torturadas también. Hubo otras torturas que por grotescas es mejor omitir. Nada de eso podía informar la prensa. Sólo se enteraban los muy allegados a familiares de torturados de modo que, igual que en todas las dictaduras, muchos ciudadanos vivían dentro de ella sin saber qué hacía esa tiranía contra miles de compatriotas. El siguiente fragmento puede darnos una idea de lo que ocurría. La obra de donde se extrajo es una fuente testimonial: “... Comenzaron a golpearme con los puños, con los pies, con los blackjacks. La furia se había desatado. Los golpes me caían por todo el cuerpo. Eran las primeras gotas de la tormenta. Matute entró con las peinillas. El jefe de interrogatorios tomó una. Toma “indio”… Dio vueltas a mi alrededor y de improviso en un movimiento repentino descargó la peinilla de plano sobre mi espalda. Un golpe oficial, de la más pura ortodoxia de la S.N.... Un segundo de oscuridad me llenó los ojos... Sentí las rodillas fatigadas. Las lágrimas casi se asomaban a mis ojos. Sin darme tiempo de recuperar el aire, un golpe seco debajo del anterior. Y otro, y otro, y otro, para ablandar. Fuertes los últimos golpes, pero no los sentía: tenía las carnes dormidas, insensibles.... Algunos llegaban... Lamentaban mi situación y me aconsejaban la delación como única salida (...) Ya entrada la mañana llegó el jefe de la Brigada Política. Muy alto, muy grueso... Grandes pasos y grandes voces... Más de diez esbirros lo escoltaban. — ¿Éste es el que no quiere hablar? Aquí no hay machos, ¿entiende? Aquí los únicos machos, somos nosotros, ¿entiende? Y comenzó a descargar sus puños en mi rostro. Uno de los golpes me lanzó contra la pared y me di en la cabeza... Me levantó por los cabellos y me descargó el puño con todas sus fuerzas entre la nariz y los ojos. Caí al suelo sin sentido. ¿Vale la pena decir cuántas veces caí? A patadas me despertó. Mareado, como un borracho, apenas sentí cuando me arrancaba el bigote, mientras me sostenía por los cabellos”. (José Vicente Abreu: Se llamaba S.N., pp. 43-51). En marzo de 1954 se realizó en Caracas la Décima Conferencia Interamericana, que condenó la “expansión del comunismo”, en busca de apoyo a Estados Unidos en el continente para la intervención en Guatemala y el derrocamiento del democrático presidente Jacobo Arbenz, en junio de ese año. En 1955 fue reprimida una manifestación estudiantil en Caracas con resultado de 60 heridos, tres de gravedad, dos muertos y un centenar de detenidos. En la manifestación participaron estudiantes de los liceos Fermín Toro, Miguel Antonio Caro, Andrés Bello, Santa María, Aplicación, Independencia y Luis Ezpelosín. Política económica de la dictadura Política agraria La dictadura desechó la Ley de Reforma Agraria promulgada y reformada en los gobiernos anteriores. La Junta Militar dictó un Estatuto Agrario en 1949 según el cual funcionó el Instituto Agrario Nacional (IAN). Ese estatuto y ese organismo rigieron la política agraria durante la dictadura: no desarrolló planes para dotar de tierra propia al campesinado. Retomó los planes de colonización del campo que había iniciado años atrás el desaparecido Instituto de Inmigración, para traer campesinos de países europeos devastados por la Segunda Guerra Mundial. Entre 1949-1951 el IAN coordinó 16 colonias. La que alcanzó mayor importancia fue la colonia Turén (Portuguesa), constituida mayoritariamente por inmigrantes europeos. Esta colonia recibió la mayor inversión de capital. En 1957 tenía 942 casas bien dotadas, carretera, aeropuerto, acueducto, canales de riego, maquinaria agrícola, etc., pero no se les otorgó ningún título de propiedad de la tierra; sin embargo, a pesar de la disciplina férrea impuesta por el régimen de Pérez Jiménez a los colonos, se produjeron protestas. En el resto del país, la mayoría del campesinado se mantuvo dentro de las tradicionales formas de tenencia de la tierra y utilizando técnicas agrícolas rudimentarias. La obra agrícola de verdadera trascendencia fue la construcción de la represa del Guárico y su infraestructura (canales de riego, etc.), que benefició tanto a la ganadería llanera como el cultivo tecnificado de arroz, frijol y otros productos. UN BUEN DÍA: 23 DE ENERO DE 1958 La construcción de obras públicas había sido un recurso para producir ganancias sustanciosas a funcionarios corruptos y a una parte de la burguesía nacional que se ocupaba de empresas constructoras, finanzas, materiales de construcción, importaciones y servicios. Este sector de la burguesía no expresó durante mucho tiempo insatisfacción con el régimen; en cambio, la burguesía industrial manufacturera empezó a tomar posiciones antigubernamentales más o menos desde 1956, por los perjuicios que le ocasionaba la política oficial a esa rama de la industria. En 1957, la situación económica se hizo complicada. Las obras suntuarias y las de verdadera utilidad pública eran ambiciosas y muy costosas, porque mientras más caras fueran, mayor porcentaje de ganancias obtenían los gobernantes y los contratistas allegados. Tan altos fueron los compromisos de pago, que el Gobierno empezó a tener dificultades para cumplirlos, a pesar del elevado ingreso de la nación: gran parte de la burguesía vinculada a las negociaciones del gobierno sintió los efectos del retraso en el pago de sus productos, empréstitos y servicios; entonces empezó a distanciarse del gobierno y, poco a poco, creció su insatisfacción. Por otra parte, el Gobierno estadounidense no veía con buenos ojos algunas políticas soberanas que había tomado Pérez Jiménez en los últimos tiempos en materia petrolera y financiera, explicadas en el tema anterior. Así surgieron las condiciones para que diferentes sectores de la sociedad se decidieran a apoyar la lucha contra la dictadura que, durante diez años, había mantenido el grupo de oposición. Tiene la palabra un historiador Rodríguez Campos analiza ese proceso así: “A fines de 1957, una gran parte de la burguesía nacional tenía una posición antigubernamental, igual ocurría con el clero y grupos de militares jóvenes, por lo que en el momento dado, apoyaron planes de opositores del régimen para derrocar al dictador. De ese modo surgieron las condiciones internas para que prosperara el movimiento cívico-militar que derrocó a Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958 (…) El 19 de abril de 1957 el arzobispo de Caracas envió a todas las iglesias una pastoral que fue leída a la feligresía, donde se denunciaba la miseria que padecía el pueblo como consecuencia del despilfarro y de la desigual distribución de la riqueza. Decía la pastoral de monseñor Arias: “Nuestro país se va enriqueciendo con impresionante rapidez. Según un estudio económico de las Naciones Unidas, la producción per cápita en Venezuela ha subido al índice de 540 dólares… Ahora bien, nadie osará afirmar que esa riqueza se distribuye de manera que llegue a todos los venezolanos, ya que la inmensa mayoría de nuestro pueblo está viviendo en condiciones que no se pueden calificar humanas” (…) La iglesia había asumido ya su posición pública, los partidos políticos movilizaban sus cuadros y buscaban una fórmula unitaria que les permitiera realizar una oposición vigorosa capaz de enfrentar la dictadura y vencerla. El Partido Comunista había llamado desde febrero a constituir un frente político (…) que debía estructurarse sobre tres puntos básicos: 1. La lucha por la amnistía política para todos los secuestrados, desterrados y perseguidos. 2. La elaboración de un estatuto electoral que permitiera, mediante el voto directo, universal y secreto, la elección popular del presidente de la República. 3. Retornar a Venezuela un gobierno constitucional respetuoso de los derechos ciudadanos y las libertades democráticas (…) Esa fue la idea inicial, a cuyas resultas fueron celebradas consultas con otros partidos, de las cuales surgió la Junta Patriótica…” Rodríguez Campos, Manuel. Venezuela 1948-1958, Caracas, pp. 241-243. Surgimiento de la Junta Patriótica En junio de 1957 se fundó la Junta Patriótica para “luchar por la celebración de elecciones y por el establecimiento de un gobierno democrático”. Sus miembros fundadores fueron: Guillermo García Ponce del Partido Comunista de Venezuela y tres urredistas: Fabricio Ojeda, Amílcar Gómez y José Vicente Rangel. Posteriormente, se incorporaron Silvestre Ortiz, Bucarán y Moisés Gamero por Acción Democrática; Pedro Pablo Aguilar y Enrique Aristiguieta Gramko por Copei y Héctor Rodríguez Bauza del PCV, quien sirvió de enlace entre la Junta y un Comité cívico-militar. La Junta Patriótica fue presidida por Amílcar Gómez y luego por el periodista Fabricio Ojeda. Amílcar Gómez y Pedro Pablo Aguilar habían sido detenidos, pero la acción de ese organismo lejos de cesar, se intensificó. Conjuntamente, actuaron la Junta Patriótica Femenina coordinada por Argelia Laya del PCV, y Rosa Ratto Ciarlo de URD; un frente estudiantil y varios núcleos obreros. Trabajó tan clandestinamente, que quienes respaldaron sus planes y se incorporaron a las acciones sólo conocieron esos nombres cuando el 23 de enero se anunció la caída del régimen. Desde su fundación hubo en todo el país una constante actividad. Imprentas y multígrafos imprimían a escondidas los mensajes que se distribuían al pueblo a través de curiosos medios: caían desde techos de los edificios y de los campanarios de las iglesias; se distribuían a la salida de cines, fábricas, liceos, en las paradas de autobuses, en mercados y hospitales; se enviaban por correo. La gente los leía ávidamente y atendía sus orientaciones. La unión cívico-militar se hizo presente en las calles con un mismo objetivo: derrocar a la tiranía. Fuente: www.bicentenario.gob.ve. Guillermo García Ponce 120 121 Un plebiscito impulsó la rebelión El Gobierno dispuso realizar un plebiscito, es decir, una consulta para que los venezolanos dijeran con un voto si querían o no que Pérez Jiménez continuara gobernando para el próximo período constitucional de cinco años (1958-1963). El 2 de diciembre de 1957 se efectuó el plebiscito. Las mesas de votación las integraron funcionarios del gobierno vigilados por militares. Como era de esperarse, el Consejo Electoral anunció el triunfo de Pérez Jiménez quien ejercería la presidencia durante el período 1958-1963. A pesar de la abstención evidente, el falso resultado del plebiscito favoreció a Pérez Jiménez con 2.342.000 votos positivos en contra de 680.000 votos negativos. ¿Qué opinas de esa farsa? La farsa alentó el ánimo del pueblo, el ímpetu de la Junta Patriótica y del Comité cívico-militar. ¡Insurgen jóvenes militares! El 1º de enero de 1958 estalló una rebelión militar en Caracas encabezada por el teniente coronel Hugo Trejo en coordinación con el alzamiento de la Fuerza Aérea de Maracay. El coronel Trejo y otros militares fueron apresados y expulsados del país. El 9 del mismo mes se produjo una rebelión de las fuerzas navales y gran parte de las Fuerzas Armadas manifestaban su descontento. El Gobierno dominó los movimientos militares, pero no destruyó la decisión de luchar contra el dictador. Pérez Jiménez reestructuró su gabinete porque ya no confiaba en quienes habían sido los pilares de su régimen. Destituyó al ministro de Defensa y asumió él mismo esas funciones (creyó que él sí podría controlar la subversión militar). Destituyó a Vallenilla Lanz, ministro de Relaciones Interiores y a Pedro Estrada, jefe de la Seguridad Nacional, quienes pocos días después salieron hacia el exterior. ¡La lucha es justa y de todos! A comienzos de enero de 1958 circula un manifiesto de la Junta Patriótica: “…no pasará mucho tiempo sin que se conquiste definitivamente, por la lucha unida de todos los venezolanos, la aniquilación total de la dictadura (…)” Al hacer estas consideraciones la Junta Patriótica, hace un llamado a todos los sectores de la colectividad: civiles, militares, estudiantes, sacerdotes, industriales, comerciantes, obreros, periodistas para permanecer unidos en acciones conjuntas hasta lograr la victoria final. El 10 de enero de 1958 circuló el “Manifiesto de los intelectuales” respaldado por más de mil firmas de personas de diferentes sectores: empresarios como Oscar Machado Zuloaga, sacerdotes como Manuel Montaner y destacados profesionales de todas las áreas de la ciencia y las artes. El 12 del mismo mes circuló el “Manifiesto del estudiantado”. Los estudiantes el 21 de noviembre del año anterior habían manifestado en las calles de Caracas, desafiando la represión (por eso, en recuerdo de aquellos estudiantes aguerridos, los 21 de noviembre de cada año se celebra el Día del Estudiante). Igualmente, circularon manifiestos de gremios e instituciones, todos expresaban los anhelos de elecciones libres y el cese a las restricciones de la libertad. Diariamente hubo manifestaciones estudiantiles, de mujeres, de obreros. La represión de que eran objeto no les detenía, el pueblo había perdido el temor y estaba dispuesto a luchar hasta lograr la victoria. ¡Huelga general! Cuando la Junta Patriótica convocó a una huelga general para el 21 de enero, el fin de la dictadura estaba cerca. Ese día los venezolanos no leyeron periódicos porque la paralización de la prensa era el primer paso previsto para la huelga general. Los periodistas, técnicos y obreros tuvieron buen cuidado de quitar alguna pieza clave a las maquinarias, para impedir que el Gobierno utilizara algún medio para imprimir por su cuenta los periódicos. A las 12 del medio día un ruido ensordecedor anunció el inicio de la huelga. Sonaron las campanas de las iglesias, las cornetas de los carros, las sirenas de las fábricas y el trabajo cesó. El pueblo se lanzó a las calles en casi todas las ciudades del país y en Caracas se reunió una gran multitud en la Plaza del Silencio: “El pueblo unido, jamás será vencido”, fue el grito general. El día 22 continuó la huelga: en muchos barrios de Caracas y de las principales ciudades de la provincia hubo enfrentamientos entre el pueblo y las fuerzas del Gobierno. No fueron pocos los muertos y heridos en aquellas jornadas del 21 y 22. El pueblo unido no pudo ser vencido Algunos personeros del Gobierno comenzaron a refugiarse en embajadas, temerosos de las consecuencias del final que veían cercano. Al anochecer, el dictador recibió la información de que se había sublevado la Marina bajo la conducción de Wolfgang Larrazábal y que otros comandos no atendían órdenes. A medianoche, el dictador había comprobado que las Fuerzas Armadas no le obedecían y por tanto no contaba con ellas para contener al pueblo. Sin ocuparse siquiera de entregar el gobierno, huyó con su familia y sus más cercanos colaboradores en la madrugada del 23 de enero, dejando olvidada una maleta que se hizo célebre porque al abrirse se constató que estaba llena de billetes (parte de la riqueza que ilícitamente había sustraído a la nación). El derrocamiento de la dictadura el 23 de enero de 1958 fue una victoria de la unidad nacional. El pueblo, que no dormía, se echó a la calle hasta el amanecer para celebrar el triunfo de la unidad popular y para evitar que se perdiera lo que había conquistado. Varias de las instalaciones del órgano policial y represivo del régimen perezjimenista (la Seguridad Nacional) fueron asaltadas. En algunas de las ciudades más importantes del país se produjeron linchamientos y persecuciones a los funcionarios de la seguridad nacional. Sobre la caída de la dictadura, el historiador Mario Briceño Iragorry dijo: “El funesto perezjimenismo ha desaparecido de Venezuela como una pesadilla (…) quedará el recuerdo sombrío de las prisiones, de los asesinatos, de las torturas, de los destierros, del pavor puesto en ejecución a medida que se alzaban los rascacielos y se construían pistas de patinaje (…) La iglesia, los intelectuales, los estudiantes, los oficiales, los partidos, las mujeres y el pueblo formaron una unidad para derrocar al tirano. JUNTA DE GOBIERNO PROVISIONAL (1958) Cuando amaneció el 23 de enero, ya los militares habían organizado una Junta de Gobierno en el Palacio de Miraflores, sin incluir a algún representante de la Junta Patriótica que había coordinado las acciones que hicieron posible el derrocamiento de la dictadura. En los siguientes días, la presión del pueblo en las calles y la de dirigentes políticos a través de la prensa, logró una rápida recomposición de la Junta con la incorporación de dos civiles, que para el desconcierto del pueblo trabajador eran representantes del empresariado. Fueron miembros de la Junta de Gobierno provisional tres militares y tres civiles: el contralmirante Wolfgang Larrazábal (quien la presidió), los coroneles Carlos Araque y Pedro Quevedo, el doctor Edgar Sanabria (secretario de la Junta), y los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. Con excepción del contralmirante Larrazábal, ninguno de los otros estuvo vinculado con la Junta Patriótica, directa ni indirectamente. Las primeras medidas de la Junta fueron: liberación de los presos políticos y garantía de la libertad de prensa, regreso de las exiliadas y los exiliados; legalización de los partidos políticos y nombramiento de una “Comisión de Notables” para adecuar la Ley Electoral de 1946 a la realidad del momento. Regreso de los exiliados El regreso de exiliados se inició con la llegada a Maiquetía de Jóvito Villalba e Ignacio Luis Arcaya, de URD. Después fueron llegando el doctor Gustavo Machado del PCV, Rómulo Betancourt y Rómulo Gallegos de AD, y el doctor Rafael Caldera de Copei. Todos fueron recibidos por numerosas personas, no solamente militantes de sus respectivos partidos sino también de los otros e independientes, porque en el pueblo había surgido un sentimiento de unidad en la etapa final de la lucha por derrocar al dictador que se conoció como “el espíritu del 23 de enero”. El espíritu del 23 de enero Aquel espíritu de unidad logrado al final de la lucha contra la dictadura fue traicionado. La Junta Patriótica, que contaba con la simpatía del pueblo y era garantía de la verdadera unidad nacional para formar gobierno, fue apartada de la composición de la Junta de Gobierno provisional. En lugar de incorporar a miembros de la Junta Patriótica en el gobierno provisional recién creado, la burguesía presionó para que incluyeran a dos de sus representantes (Eugenio Mendoza y Blas Lamberti); de tal manera que la mayoría del pueblo trabajador no tuvo representación en la Junta. Rómulo Betancourt jugó un papel determinante en el rompimiento de aquel espíritu unitario. Betancourt desplazó a los jóvenes, hombres y mujeres que habían luchado contra la dictadura y reorganizó el partido bajo su dirección. Con instrucciones del Departamento de Estado de EE.UU. se propuso romper la unidad, segregando a los comunistas y disolviendo la Junta Patriótica. Bentancourt, Caldera y el vacilante Villalba frustraron aquel espíritu unitario. Un pacto que viajó de Nueva York a Caracas Antes de la caída de Marcos Pérez Jiménez, el 20 de enero de 1958, en presencia de Maurice Bergbaum, jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los EE.UU., se suscribió el Pacto de Nueva York en esa ciudad estadounidense. Los participantes en el pacto fueron Rómulo Betancourt (AD), Rafael Caldera (Copei) y Jóvito Villalba (URD). Estos dirigentes habían regresado al país después del derrocamiento de la dictadura, con planes en el bolsillo, que meses después materializaron en Caracas. En efecto, el 31 de octubre de 1958, los tres dirigentes citados se reunieron en la vivienda de Caldera en Caracas, la quinta Punto Fijo, de allí el nombre Pacto de Punto Fijo. En esa reunión concretaron acuerdos políticos para actuar unificadamente en el proceso electoral. Acordaron no postular un candidato único, sino que elaboraron un “Programa mínimo común”; y los tres partidos políticos quedaban comprometidos a que, en caso de ganar las elecciones el candidato de cualquiera de los tres partidos que suscribieron el Pacto de Punto Fijo, al asumir la presidencia de la República incluiría en su gobierno a miembros de los tres partidos. Aunque los dirigentes de esos partidos habían expresado al regresar al país, la tesis de mantener la unidad de las fuerzas políticas que habían cooperado en el movimiento que derrocó la dictadura, el Partido Comunista de Venezuela no fue invitado a la reunión que acordó el citado pacto y quedó excluido de sus decisiones. Hecho que recibió críticas negativas a través de los medios de comunicación. De esta manera proyectaron la instauración de un sistema político de partidos con respaldo de la alta oficialidad de las Fuerzas Armadas, los empresarios nacionales y extranjeros, la alta jerarquía eclesiástica y el Gobierno de los Estados Unidos. Otro espíritu del 23 de enero: antiimperialista y revolucionario El espíritu antiimperialista del pueblo caraqueño se puso de manifiesto el 13 de mayo de 1958, cuando el vicepresidente de Estados Unidos, Richard Nixon, se trasladaba de Maiquetía a Caracas. En la avenida Sucre (Caracas), una muchedumbre intersectó la limosina Cadillac en la que lo transportaban, abucheó y apedreó el vehículo del vicepresidente de la nación imperial más poderosa y guerrerista que ha conocido la historia de la humanidad. El contralmirante Wolfgang Larrazabal en su primera alocución al país. Llegada de Rómulo Gallegos al Aeropuerto de Maiquetía. Signatarios del Pacto de Nueva York (1958). 124 125. Esta acción del pueblo caraqueño creó una gran tensión por la amenaza que hubo de invasión a nuestro suelo patrio por marines estadounidenses. En estas circunstancias, Larrazábal se vio obligado a ir a la embajada norteamericana a recibir a Nixon. En respuesta contraria, la llegada de Fidel Castro a Venezuela, el 23 de enero de 1959, emocionó a todos los caraqueños, quienes se volcaron a los alrededores de El Silencio para escuchar en un mitin al héroe de la Sierra Maestra. Fue atendido por figuras del acontecer político nacional como Fabricio Ojeda, Wolfgang Larrazábal, Jóvito Villalba y Gustavo Machado, entre otros. El líder de la revolución cubana visitó el Congreso Nacional (hoy Asamblea Nacional), y también visitó el Aula Magna de la UCV, donde fue recibido por las autoridades universitarias y un nutrido grupo de estudiantes. Allí realizó un llamado a la unidad continental y a la continuación de la lucha por la liberación de los pueblos. Problemas confrontados y realizaciones de la Junta de Gobierno En el país había grupos perezjimenistas, algunos de ellos infiltrados en el gobierno y otros descontentos por la traición al espíritu unitario y de cambios radicales esperados a partir del 23 de enero de 1958. Por otra parte, había en Caracas un grave problema de vivienda y desempleo en los sectores populares que exigían solución a su situación. Frustrado golpe militar A mediados del año 1958 el general Castro León, siendo ministro de Defensa, tramó junto con un grupo de oficiales perezjimenistas un golpe de Estado. Pudo ser aplastado por la rápida intervención de las Fuerzas Armadas leales a la Junta y por la masiva presencia del pueblo en las calles de Caracas y en algunas ciudades cercanas. Según la investigación del caso, el golpe militar pretendía imponer un gobierno militar interino, aplazar las elecciones presidenciales por tres años e ilegalizar al Partido Comunista y a Acción Democrática. Plan de emergencia En los últimos años de la dictadura, hubo intensas migraciones hacia Caracas. Gente pobre del interior de la República, atraída por el auge de la construcción de obras públicas en la capital, abandonó el pueblito campesino o la ciudad donde había nacido para buscar empleo en Caracas. En efecto, fue esa gente de provincia la que constituyó la mayor parte de la mano de obra en la construcción de autopistas y edificaciones de todo tipo. Los recién llegados construían ranchos en quebradas y cerros. Es cierto que para resolver esa problemática la dictadura construyó edificios de apartamentos, como la urbanización 2 de Diciembre (hoy, 23 de Enero), entre otras, pero resultaban insuficientes; y los más pobres que eran desalojados formaron nuevos barrios en otros lugares de la capital. La situación se agravó porque a partir del 23 de enero de 1958 continuó llegando gente a Caracas. Como ese contingente humano exigía solución a sus problemas, no sólo mediante peticiones a organismos del Estado sino también con manifestaciones callejeras que alteraban el orden público, la Junta de Gobierno provisional encargó a un equipo la ejecución del Plan de Emergencia. El plan consistió en el reparto gratuito de láminas de zinc, bloques de cemento y otros materiales de construcción, que la gente utilizó para construir ranchos en las quebradas y en los cerros. A diario se veían largas colas de personas que iban en busca de los materiales y luego salían contentas con láminas de zinc en la cabeza y sacos de otros materiales en los hombros. Durante la ejecución del Plan de Emergencia, algunos barrios obtuvieron calles pavimentadas. En tu opinión, ¿ese plan fue una solución al problema de la vivienda? ¿Era concebido como un plan temporal o con el tiempo se consolidó la “ranchización” urbana? Para dar respuesta a estas preguntas, consulta a familiares y vecinos mayores. Luego, comparte en clases lo que investigaste. ¿Qué pasó con la Comisión de Notables? El proyecto presentado por dicha comisión se convirtió en Ley Electoral ese mismo año 1958. Comenzó entonces la preparación de las siguientes elecciones presidenciales. Candidatos a la presidencia de la República El contralmirante Wolfang Larrazábal en el poco tiempo de ser presidente de la Junta de Gobierno, ya era un hombre de prestigio y se había ganado la simpatía del pueblo caraqueño. Esto lo animó a postular su candidatura presidencial. Con este propósito se retiró de la presidencia de la Junta y en su lugar asumió el cargo Edgar Sanabria. Una organización electoral llamada Movimiento Electoral Nacional Independiente (MENI) lanzó su candidatura, la cual obtuvo apoyo del PCV y de URD. Richard Nixon abucheado en la avenida Sucre (Caracas). Fuente: www.bicentenario.gob.ve. Llegada de Fidel Castro al aeropuerto de Maiquetía. Fuente: www.bicentenario.gob.ve. Sabías que En Venezuela no había existido el rancho urbano hasta que empezaron a aparecer a finales de la dictadura perezjimenista y durante la democracia puntofijista. Antes, la gente pobre vivía en humildes casitas de bahareque y de adobe con techo de palma, caña y tejas o en las llamadas casas de vecindad que eran pequeñas viviendas construidas a lado y lado de un estrecho callejón. ¿Sabías que el poeta Aquiles Nazoa nació y pasó su juventud en una casa de vecindad de El Guarataro, en Caracas? Lastechos decartón Qué triste, se oye la lluvia en los techos de cartón. Qué triste vive mi gente en las casas de cartón. Viene bajando el obrero casi arrastrando sus pasos por el peso del sufrir. ¡Mira que es mucho el sufrir! ¡Mira que pesa el sufrir! Arriba deja la mujer preñada. Abajo está la ciudad y se pierde en su maraña. Hoy es lo mismo que ayer: es su vida, sin mañana. (recitado) “Ahí cae la lluvia, viene, viene el sufrimiento. Pero si la lluvia pasa, ¿cuándo pasa el sufrimiento?, ¿cuándo viene la esperanza?” Niños color de mi tierra con sus mismas cicatrices, millonarios de lombrices. Candidatos a la presidencia de la República El contralmirante Wolfang Larrazábal en el poco tiempo de ser presidente de la Junta de Gobierno, ya era un hombre de prestigio y se había ganado la simpatía del pueblo caraqueño. Esto lo animó a postular su candidatura presidencial. Con este propósito se retiró de la presidencia de la Junta y en su lugar asumió el cargo Edgar Sanabria. Una organización electoral llamada Movimiento Electoral Nacional Independiente (MENI) lanzó su candidatura, la cual obtuvo apoyo del PCV y de URD. GOBIERNOS DE BETANCOURT Y LEONI (1959-1969) Rómulo Betancourt, candidato de AD, obtuvo casi la mitad del total de los votos emitidos en las elecciones de diciembre de 1958. Asumió el cargo en febrero de 1959 y organizó su equipo de gobierno con gente de su partido, urredistas, copeyanos y algunos independientes, cumplió lo acordado en el Pacto de Punto Fijo. En su juramentación como presidente, Betancourt dijo: “En el transcurso de mi campaña fui muy explícito en el sentido de que no consultaría al Partido Comunista para la integración del gobierno… Es el hecho que la filosofía política comunista no se compagina con la estructura democrática del Estado venezolano…” Entonces, ¿con cuál filosofía política (y política económica) estaba de acuerdo Betancourt? La conocerás enseguida, durante el estudio de este tema. Se había iniciado un nuevo período en la historia política de Venezuela: la democracia puntofijista, que existió durante los siguientes cuarenta años. Pronta salida de URD del Pacto de Punto Fijo y hegemonía de AD y Copei La coalición de los tres partidos ya referidos fue de corta duración, debido a que URD tuvo divergencias con la política interna y exterior del gobierno. El conflicto se hizo más agudo cuando el ministro de Relaciones Exteriores Ignacio Luis Arcaya de URD, asistió como representante de Venezuela a la VII Reunión de Cancilleres de la OEA, los días del 22 al 29 de agosto de 1960, en la ciudad de San José de Costa Rica, en la cual se acordaron medidas contra el proceso revolucionario cubano. El canciller Arcaya se opuso a cualquier tipo de intervención en asuntos internos de Cuba, ni de otro país y se negó a firmar la Resolución de la OEA, posición que sustentaba su partido pero que era contraria a la posición del presidente Betancourt. Al regresar, el canciller Arcaya renunció a su cargo y poco después se retiraron del gobierno todos los urredistas. La coalición quedó reducida a AD y Copei. El partido URD pasó a la oposición. ¿Puedes imaginarte por qué en esa ocasión, a Ignacio Luis Arcaya lo llamaron “el canciller de la dignidad”? Desde la salida de URD del Pacto de Punto Fijo, se conformó dentro del juego político venezolano que se ha denominado bipartidismo, por el predominio exclusivo de dos partidos políticos: Acción Democrática y Copei. Ellos, además de turnarse la presidencia de la República, constituyeron durante cuatro décadas la primera y la segunda fuerza política en el Congreso (hoy Asamblea Nacional) y en la vida política del país. Alineación de Betancourt a los intereses estadounidenses El vínculo de Betancourt con el Pentágono no era nuevo. Recuerda lo estudiado en el tema de la Junta Cívico-Militar y el gobierno de Gallegos (1945- 1948): la introducción de la Misión militar estadounidense en el Palacio de Miraflores, que se mantuvo en el país desde entonces hasta el 2002. Recuerda, también, que poco antes de asumir la presidencia Betancourt, había triunfado la Revolución cubana (1° de enero de 1959) y cuando Fidel Castro visitó a Venezuela fue masiva y calurosamente recibido por el pueblo caraqueño, el 23 de enero de 1959. Pero ya se habían fortalecido los sentimientos contrarrevolucionarios de Betancourt y de algunos de sus compañeros de partido. La política del gobierno de Betancourt desde entonces estuvo más marcada por su anticomunismo y así actuó en consecuencia en contra de los trabajadores y campesinos sedientos de justicia social y de democracia popular, como veremos más adelante. En junio de 1959, militares del Comando Sur del ejército estadounidense comenzaron a dictar cursos a los alumnos de la Escuela de Artillería y Blindados, según lo publicado en la revista Elite de la época: “El teniente coronel Celis Noguera está satisfecho de la moral de la tropa y también lo están el mayor Esperlin y el sargento Miller, militares norteamericanos que actúan como asesores”. Esta actitud hostil de Estados Unidos hacia Cuba fue denunciada por Fidel Castro en una concentración pública frente al edificio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, el 28 de septiembre de 1960: “…Es importante que nos demos cuenta de que nuestra Revolución se ha enfrentado al imperio más poderoso del mundo. De todos los países colonialistas e imperialistas, el imperialismo yanki es el más poderoso, en recursos económicos, en influencias diplomáticas y en recursos militares. Es, además, un imperialismo que no es como el inglés más maduro, más experimentado; es un imperialismo soberbio, enceguecido de su poder. Es un imperialismo bárbaro, y muchos de sus dirigentes son bárbaros, son hombres bárbaros que no tienen que envidiarles absolutamente nada a aquellos trogloditas de los primeros tiempos de la humanidad. Muchos de sus líderes, muchos de sus jefes, son hombres de colmillo largo. Es, sin duda de ninguna clase, el imperialismo más agresivo, más guerrerista y más torpe (…) Y nosotros estamos aquí en esta primera línea: un país pequeño, de recursos económicos escasos, librando, de frente, esa lucha digna, decidida, firme y heroica por su liberación, por su soberanía, por su destino (…) Y es lógico que el imperialismo quiera destruir nuestra Revolución, para poder decirles a los demás pueblos: “Si hacen lo que hicieron los cubanos, les hacemos como a los cubanos(…) y, para nosotros, el saber el poder del imperio que tenemos delante, no nos desanima; al contrario, eso nos da ánimo (…) Estamos haciendo tantas universidades, tantas ciudades escolares, están surgiendo tantos técnicos, hemos elevado tanto nuestra producción, hemos elevado el per cápita de producción nacional, hemos elevado el número de nuestras fábricas, hemos elevado nuestra producción agrícola, hemos elevado el rendimiento en nuestro trabajo, estamos haciendo una gran patria…” Era el reclamo de un país pequeño de Nuestramérica al derecho a su autodeterminación, consagrado en la carta fundacional de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Carta dela ONU (Fragmentos) Mantener la paz y la seguridad internacionales y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz y para suprimir actos de agresión y otros quebrantamientos de la paz; lograr por medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos. Esta posición anticomunista del gobierno de Betancourt se acentuó aún más al asumir Jhon Kennedy la presidencia de los EE.UU. en 1961. Kennedy en la campaña electoral del año anterior había dicho que daría “impulso y lugar a los Estados Unidos a nuevas fronteras”. Y en este mismo orden de ideas dijo que evitaría “la propagación del comunismo en América Latina”, amenaza latente a los intereses del imperialismo estadounidense a partir del triunfo de la Revolución cubana, y que recrudecería la invasión militar en Vietnam. En 1961, el gobierno de Betancourt rompió relaciones diplomáticas con la República de Cuba y mostró beneplácito por la decisión del Gobierno estadounidense de bloquear económicamente a la isla. Posteriormente, apoyó la resolución de la OEA que acordaba la expulsión de Cuba de este organismo, el 31 de enero de 1962. Estas resoluciones fueron adoptada por el voto de catorce países a favor, uno en contra (Cuba) y seis abstenciones (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México, y se excluyó a la República de Cuba de participar en la OEA. ¿Tú sabes en qué consiste el bloqueo económico y si todavía se aplica a Cuba? ¿Qué te sugiere la siguiente imagen? Surge la violencia social y política En agosto de 1959 se produjeron concentraciones y movilizaciones de desempleados, porque Betancourt había eliminado el Plan de Emergencia, y quedaron sin trabajo miles de trabajadores de la construcción. Una de las concentraciones de desempleados fue violentamente atacada, dejando un saldo de cuatro muertos, muchos heridos y centenares de detenidos. En enero de 1960 siguieron las manifestaciones, con resultados de nuevos muertos, heridos y presos. 97 de los detenidos fueron enviados a El Dorado, en las cercanías de Santa Elena de Uairén, estado Bolívar. En los meses siguientes, los campesinos sin tierras emprendieron la invasión de latifundios y fueron reprimidos por la Guardia Nacional. En los tres últimos meses de 1960, las luchas reivindicativas de los trabajadores, estudiantes y campesinos ascendieron a tal punto que el Gobierno creyó que se trataba de un movimiento insurreccional: los obreros de la CANTV paralizaron la empresa el 21 de noviembre (Día del Estudiante) los universitarios, liceístas y habitantes de los barrios de Caracas se enfrentaron con las fuerzas policiales en las calles. En respuesta, el Gobierno suspendió las garantías constitucionales y envió a las fuerzas policiales y militares leales a sofocar las protestas. En los primeros meses del año siguiente, las tomas de tierra, las huelgas obreras, las luchas de los barrios y la intensa movilización estudiantil reapareció de nuevo. Ante aquel cuadro de luchas populares, los militantes del MIR y algunos comunistas decidieron sumarse a las luchas del pueblo antes de que el Partido Comunista de Venezuela decidiera en su III Congreso (marzo de 1961) tomar las riendas de la lucha armada. En diciembre de 1961 estalló la huelga del transporte en el estado Táchira, que llegó a tener alcance nacional. El partido de gobierno se divide Debido a las claras posiciones de alineamiento de Betancourt a las políticas estadounidenses en el continente y a las políticas económicas del Gobierno que se explicarán más adelante, sectores de la juventud de Acción Democrática se retiraron en abril de 19 60 y fundaron el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Luego, en 1963, surgió el ARS (también llamado AD-Oposición), como producto de una segunda división de Acción Democratica. “Disparen primero y averigüen después” La frase que has leído fue la orden que el presidente Betancourt le dio a la policía, como medida para reprimir las manifestaciones de protesta y perseguir a sus opositores políticos. El principal encargado de hacerla cumplir era el ministro de Relaciones Interiores: Carlos Andrés Pérez. Orden que cumplieron las fuerzas policiales uniformadas y también la policía política no uniformada (Digepol), así como las fuerzas militares y el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA). Desde entonces, oficiales de las FAN recibieron entrenamiento en la Escuela de las Américas, en Panamá. La juventud y especialmente el estudiantado revolucionario entendió que la orden “disparen primero y averigüen después” no garantizaba la lucha pacífica, decidieron realizar acciones armadas en Caracas para llamar la atención y para que el mundo se enterara de lo que ocurría en Venezuela. Como muestra presentamos dos : Una de las primeras acciones ocurrió el 1º de noviembre de 1961, cuando un pequeño grupo de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela resolvió atacar una casa que albergaba a cubanos anticastristas en la urbanización La Florida (Caracas), entraron al jardín de la casa gritando consignas y amenezas que no pudieron efectuar porque desde la casa los enfrentaron con balas y la joven Livia Gouverneur resultó herida, por lo que fueron en busca de auxilio. La joven murió y en su honor le dieron su nombre a esta acción. El día 26 del mismo mes y año, fue secuestrado un avión de Avensa por tres estudiantes y dos jovenes obreros. Los aguiluchos, los llamó la prensa. Al aterrizar fueron capturados y sometidos a un juicio militar, pero habían logrado su objetivo: las primeras páginas de los periódicos del mundo entero divulgaron la noticia y la represión que se vivía en Venezuela. La lucha armada organizada En el tercer congreso del Partido Comunista de Venezuela (PCV), celebrado en marzo de 1961, se decidió organizar la lucha armada, como estrategia de oposición a la democracia antipopular y con el sueño de implantar el poder popular (pero no se divulgó ese año). Empezaron a organizarse mejor los frentes guerrilleros de Falcón, del Oriente, los llanos y otras áreas del campo venezolano. Como ya existía el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) desprendido de AD, este nuevo partido incorporó gente a la lucha armada en el campo y principalmente en la ciudad. En el contexto histórico de la presidencia de Betancourt se inicia la lucha armada en Venezuela. A partir de 1962 la población conoció la existencia organizada de la lucha armada: el Frente de Liberación Nacional (FLN), organismo de dirección política y las Fuerzas Armadas de Liberación (FALN), como brazo armado para actuar en las montañas con guerrillas y en las ciudades con las Unidades Tácticas de Combate (UTC). Contaba, además con un aparato de apoyo colaborando en la logística: recabar armas, buscar y transportar alimentos, medicinas, ropa y otros insumos para guerrilleros y guerrilleras. Militares patriotas y civiles se levantaron El 4 de mayo de 1962 ocurrió el levantamiento civico-militar conocido como el Carupanazo; y el 2 de junio del mismo año se produjo el levantamiento de la Infantería de Marina de Puerto Cabello (el Porteñazo). Fueron prontamente sometidos por las Fuerzas Armadas leales al Gobierno. A los comprometidos capturados los sometieron a juicios militares y fueron sancionados con prisión. Ante tales hechos, Betancourt volvió a suspender las garantías constitucionales, acusó al PCV y al MIR de estar involucrados en la sublevación y expidió el decreto número 752, ilegalizando a ambos partidos políticos y allanando la inmunidad parlamentaria a los congresistas de esas organizaciones políticas. Aún cuando fracasaron estos alzamientos cívicomilitares, fueron atacadas con feroz represión las protestas populares y s