El Sistema Endocrino Humano PDF
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Este documento explica el sistema endocrino humano, describiendo las funciones de las hormonas y glándulas. Se analiza la coordinación entre el sistema nervioso y endocrino para mantener la homeostasis corporal y el funcionamiento de otros órganos.
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El sistema endocrino humano La coordinación hormonal La coordinación nerviosa es realizada por el sistema nervioso y la coordinación hormonal por el sistema endocrino. El sistema nervioso procesa toda la información que recibimos del entorno y de nuestro cuerpo y ordena las respuestas adecuadas....
El sistema endocrino humano La coordinación hormonal La coordinación nerviosa es realizada por el sistema nervioso y la coordinación hormonal por el sistema endocrino. El sistema nervioso procesa toda la información que recibimos del entorno y de nuestro cuerpo y ordena las respuestas adecuadas. Estas respuestas son normalmente inmediatas y de corta duración; por ejemplo, un movimiento, la dilatación de las pupilas, etc. El sistema endocrino se encarga de coordinar respuestas por medio de hormonas. En este caso, la coordinación es más lenta y duradera. Las principales glándulas y hormonas En el cuerpo humano, se producen cambios que no son instantáneos, sino que tienen lugar en periodos de tiempo más o menos largos e implican la actuación coordinada de muchos órganos distintos. Las hormonas influyen en el funcionamiento de otros órganos. Se conocen cerca de 200 hormonas en el cuerpo humano. Desde el punto de vista químico, las hormonas son sustancias muy heterogéneas, derivadas de ciertos aminoácidos (como la adrenalina y la tiroxina), proteínas (como la oxitocina o la insulina) o sustancias esteroideas (como las hormonas sexuales). Pueden producir cambios en el metabolismo, la conducta, el desarrollo, etc. Para saber más Las glándulas endocrinas pueden producir más de una hormona. En muchos casos, esta elaboración múltiple se refleja en la organización anatómica de la glándula. Así en las glándulas suprarrenales se observan dos partes, la corteza y la médula, cada una de las cuales está especializada en la producción de una hormona concreta Los órganos neurosecretores Las hormonas actúan en cantidades muy pequeñas, por lo tanto, el equilibrio entre secreción y eliminación debe ser muy preciso. El hipotálamo es una glándula neuroendocrina que segrega neurohormonas llamadas factores liberadores, los cuales actúan sobre la hipófisis o glándula pituitaria para que esta segregue, a su vez, hormonas. Las hormonas de la hipófisis son, asimismo, neurohormonas, puesto que son producidas por neuronas y actúan a distancia sobre las demás glándulas endocrinas del cuerpo, activando o desactivando en ellas la secreción de hormonas específicas. 1. En el hipotálamo, se sintetizan factores inhibidores o liberadores de hormonas que son transportados a través de la sangre hasta la adenohipófisis. 2. En el hipotálamo también se producen hormonas que son transportadas hasta la neurohipófisis, donde se almacenan. Retroalimentación, eje hipotálamo-hipófisis-glándula Los sistemas nervioso y endocrino se conectan entre sí en la base del cerebro, donde el hipotálamo actúa como parte de ambos sistemas. Como pertenece al sistema endocrino, el hipotálamo produce hormonas de liberación que afectan los tejidos y otras glándulas endocrinas, que liberan sus propias hormonas. Muchas de las hormonas de liberación del hipotálamo afectan la glándula hipófisis. Estas dos glándulas trabajan juntas para regular diversos procesos corporales. Cuando el sistema nervioso estimula el hipotálamo, se liberan hormonas, que viajan a la glándula hipófisis. El hipotálamo es responsable del funcionamiento correcto e integrado de la mayor parte de los procesos fisiológicos, por ejemplo: Regulación del equilibrio hídrico, donde actúa la hormona antidiurética, que a su vez recibe el estímulo por parte del hipotálamo. Regulación del metabolismo de la glucosa, de las grasas y de las proteínas; provoca la sensación de apetito. Regulación de la temperatura. Regulación del sueño. Regulación hormonal, controlando la producción de hormonas, influyendo en el crecimiento corporal y en las funciones sexuales. ¿Qué es el eje hipotálamo-hipófisis-glándula? Es la interacción que se presenta entre el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas endocrinas. Es uno de los principales sistemas de control y regulación hormonal. Este mecanismo regula cuándo deben ser secretadas las hormonas y cuándo debe detenerse esta secreción. ¿Qué procesos son regulados por el hipotálamo? El hipotálamo permite el funcionamiento de la mayor parte de los procesos fisiológicos: Equilibrio hídrico. Metabolismo de carbohidratos, grasas, proteínas y el apetito. Temperatura corporal. Ritmo circadiano. Regulación de hormonas que influyen en el crecimiento corporal y las funciones sexuales. Tiene un papel en algunas funciones psíquicas y psicomotoras, manteniendo el equilibrio. Funcionamientos del eje hipotálamo-hipófisis-glándula Las neurohormonas producidas por el hipotálamo regulan la secreción de hormonas en la glándula hipófisis, que actúan directamente sobre el metabolismo de células o tejidos blanco. A su vez, la hipófisis controla la secreción de hormonas en otras glándulas del cuerpo. Hipotálamo El hipotálamo es una estructura del sistema nervioso central que secreta neurohormonas. Estas sustancias químicas son vertidas a la sangre y controlan la secreción de hormonas en la glándula hipófisis. Las neurohormonas pueden ser de dos tipos: factores liberadores (estimulan la secreción de hormonas) o factores inhibidores (inhiben estas secreciones). Neurohipófisis La neurohipófisis se compone de los axones de las neuronas, cuyos somas están localizados en el hipotálamo. Estos axones terminan en una red capilar conectada a la circulación general. Las hormonas secretadas por la neurohipófisis son la oxitocina y la vasopresina u hormona antidiurética. Adenohipófisis La adenohipófisis está compuesta por un grupo de células epiteliales rodeadas por capilares sanguíneos. Los capilares reciben directamente las hormonas secretadas por estas células y las distribuyen por el cuerpo. Hormonas hipotalámicas Además de las hormonas liberadoras, que regulan el funcionamiento de la hipófisis, el hipotálamo produce dos hormonas que son almacenadas y liberadas en la neurohipófisis: La vasopresina u hormona antidiurética (HAD): estimula la absorción de agua en los riñones y, por lo tanto, controla el volumen de agua extracelular. La oxitocina (OTC): controla las contracciones del útero durante el parto y facilita la salida de leche en la lactancia en respuesta a la succión. Mecanismos de regulación hormonal Toda secreción hormonal comienza como respuesta a un estímulo, una vez la hormona realiza su función, su secreción debe ser controlada ya que su exceso o déficit a largo plazo pueden causar defectos en el cuerpo y culminar en la generación de alguna enfermedad. Esta regulación puede darse mediante dos mecanismos: Retroalimentación negativa Mecanismo que regula la mayor parte de las secreciones hormonales. Es la propia cantidad de hormona en sangre o la actuación de dicha hormona la que interrumpe su liberación. Funciona de manera similar a un termostato: si la temperatura es baja, el termostato desconecta la refrigeración; si la temperatura es alta, el termostato enciende la refrigeración. Retroalimentación positiva Mecanismo que se presenta ocasionalmente. La presencia de la hormona perpetúa su secreción en el cuerpo hasta que el estímulo inicial ceda o hasta que otra molécula inhiba el ciclo. Por ejemplo: durante el parto, la oxitocina estimula las contracciones del útero y estas contracciones provocan más liberación de oxitocina. En conclusión... Ante un estímulo (interno o externo) el sistema endocrino se encarga de secretar hormonas que cumplen un papel importante en la homeóstasis. Este sistema es controlado por la actividad del sistema nervioso, específicamente por medio del eje hipotálamo-hipófisis-glándula. La homeostasis Walter Cannon, fisiólogo estadounidense creó en 1929 el término homeostasis para referirse al mantenimiento de condiciones casi constantes del medio interno. Todos nuestros órganos, tejidos y células realizan sus funciones para mantener la homeostasis. Para lograr este equilibrio hay importantes sistemas de control. Aunque haya variaciones ambientales, enfermedades o lesiones, las células, tejidos, órganos y sistemas pueden realizar sus funciones normales. Mecanismos de regulación El sistema endocrino produce las hormonas que regulan los procesos que mantienen la homeostasis en el organismo; este sistema se coordina con el sistema nervioso para controlar las funciones de otros sistemas orgánicos. Regulación del metabolismo de la glucosa La insulina es una hormona fabricada naturalmente por el organismo y es indispensable en la construcción y el funcionamiento de las células. Su secreción aumenta después del consumo de los hidratos de carbono o glúcidos, con el fin de mantener el nivel normal de azúcar en la sangre. A nivel molecular, actúa facilitando el ingreso de las moléculas de glucosa a las células, atravesando la membrana celular. Por este motivo, esta hormona es imprescindible para la utilización de la energía que hay en los alimentos que consumimos. De esta manera, se obtiene la energía necesaria para las actividades que el cuerpo debe realizar como pensar, caminar o dormir. Para mantenerse sano, el cuerpo debe equilibrar los niveles de insulina y glucosa. Cuando hay muy poca insulina, la glucosa en sangre se mantiene a niveles mayores que los habituales, es decir, se produce hiperglucemia y, a pesar de esto, las células no cuentan con glucosa para obtener la energía que necesitan. En cambio, cuando hay mucha insulina, la glucosa en sangre disminuye. En ayunas, los depósitos de glucógeno del hígado se van degradando poco a poco para mantener los niveles de glucosa constantes. Si las reservas de glucógeno están llenas, la glucosa será transformada y almacenada en el tejido adiposo como grasa corporal. Regulación hídrica En el cuerpo, varios mecanismos trabajan juntos para mantener el equilibrio hídrico. Entre ellos se encuentran la sed, la interacción de la hipófisis y los riñones y la ósmosis. La sed es uno de los mecanismos más importantes para mantener el equilibrio hídrico. Cuando el cuerpo necesita agua, centros nerviosos profundos del cerebro se ven estimulados, lo que provoca sensación de sed. Esta sensación se vuelve más intensa al mismo tiempo que aumenta la demanda de agua del organismo, lo que motiva la ingesta del líquido necesario. La interacción hipófisis-riñones proporciona otro mecanismo. Cuando el cuerpo tiene poca agua, la hipófisis secreta vasopresina u hormona antidiurética en el torrente sanguíneo. La vasopresina estimula los riñones para que retengan agua y excreten menos orina. Cuando el cuerpo tiene un exceso de agua, la hipófisis segrega poca cantidad de vasopresina, de forma que los riñones puedan eliminar el exceso de agua por la orina. En la ósmosis, el agua fluye de forma pasiva desde una zona o compartimento del organismo hacia otra. Este flujo pasivo permite que el volumen (mayor) de líquido en las células y el área que las rodea actúe como reservorio para proteger el volumen (menor) y más crucial de líquido en los vasos sanguíneos de la deshidratación. Regulación de la temperatura En el hipotálamo se ubican los centros termorreguladores. Para que funcionen, se necesitan detectores de temperatura que indiquen el momento en que aumenta o disminuye por fuera de los valores normales. Tiene neuronas sensibles al calor y al frío, además, y de manera complementaria, existen receptores térmicos en la piel y en algunos tejidos internos. Así, si el cuerpo tiene mucho calor, los vasos sanguíneos se dilatan para transferir más calor, también aumenta la sudoración y disminuye la producción de calor. Si el cuerpo se enfría en exceso se producen la vasoconstricción y la piloerección, lo que conocemos como piel de gallina, que en nuestro caso no tiene importancia, pero en los animales con mucho pelo aumenta la capa de aire en ellos, creando un aislamiento que los protege de la baja temperatura. Aumenta también la producción de calor metabólico. La temperatura de la piel, a diferencia del resto de los órganos, aumenta y desciende con la temperatura del entorno. Su temperatura es muy importante, ya que a través de este órgano se libera calor al medio. La capa inferior de la piel está muy vascularizada. Cuando hace mucho frío, las zonas expuestas del cuerpo se ponen rojas indicando que existen mayor vasoconstricción y un menor flujo sanguíneo. Por lo tanto, se pierde menos calor. Enfermedades del sistema endocrino El funcionamiento normal de las glándulas que conforman el sistema endocrino puede verse afectado de dos formas básicas: por hipersecreción (producción de más cantidad de la necesaria de una o varias hormonas) y por hiposecreción (producción en menor cantidad de alguna hormona). Cualquiera de estas dos situaciones altera el funcionamiento del cuerpo, teniendo consecuencias en el crecimiento y desarrollo de la persona; en el metabolismo, en la función reproductiva y sexual, y en el estado de ánimo. Entre las enfermedades más comunes encontramos a la diabetes, el hipertiroidismo e hipotiroidismo y el síndrome de ovario poliquístico. Diabetes La diabetes es una enfermedad endocrina caracterizada por la falta de insulina en sangre, una hormona producida por el páncreas que se encarga de permitir que la glucosa (procedente de los alimentos) entre en las células y les suministre energía. Cuando la producción de insulina se ve afectada, la glucosa se encuentra circulando libremente por la sangre, lo que puede derivar en consecuencias graves para la salud. Algunos síntomas de esta enfermedad son: Pérdida de peso involuntaria Sed y hambre incontrolable Heridas que tardan en cicatrizar Infecciones recurrentes Fatiga, debilidad y visión borrosa Existen dos tipos de diabetes. La diabetes tipo I aparece en la infancia y se asocia a un trastorno genético en el cual el sistema inmune ataca a las células productoras de insulina en el páncreas. La diabetes tipo II (que es la más común) aparece alrededor de los 30 o 40 años y se asocia a problemas de sobrepeso. En este caso, las células se vuelven resistentes a la insulina haciendo que el páncreas no pueda producir la cantidad correcta de esta hormona haciendo que los niveles de glucosa en sangre se disparen. Hiper e hipotiroidismo El hipertiroidismo ocurre cuando la glándula tiroides produce demasiada cantidad de hormonas. Estas se encargan de mantener unos buenos niveles de energía durante el día, regular el ritmo circadiano, quemar el exceso de grasa, etc. Cuando los niveles de estas hormonas son demasiado altos, el metabolismo de todo el cuerpo se acelera. Suele ocurrir cuando el propio cuerpo incita la producción de tiroxina (la principal hormona tiroidea). El hipotiroidismo, en cambio, aparece cuando la tiroides no produce suficiente cantidad de hormonas haciendo que el metabolismo no pueda ser controlado adecuadamente. Suele ocurrir cuando el sistema inmune ataca a las células de la tiroides que producen hormonas, ya sea por un déficit de yodo en la dieta, estar sometido a radioterapia, por la presencia de tumores o por una extirpación de la glándula. Esta enfermedad hace que el metabolismo se ralentice. Síndrome del ovario poliquístico El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es un trastorno endocrino frecuente en mujeres que se encuentran en edad reproductiva y ocurre cuando la mujer tiene mayor cantidad de andrógenos (hormona masculina). Esto propicia el aumento de tamaño de los ovarios y la aparición de gran cantidad de folículos, unas pequeñas acumulaciones de líquido que impiden que los óvulos sean liberados de forma regular. Como consecuencia existirá un desorden en la aparición de los períodos menstruales: pueden desaparecer o ser prolongados. También aparecen señales físicas, como el exceso de vello facial y corporal (hirsutismo), acné grave y calvicie de patrón masculino.