El proceso de poblamiento PDF

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Este documento describe el proceso de poblamiento de Argentina, comenzando desde la presencia de grupos aborĆ­genes hasta la colonizaciĆ³n espaƱola. Se detallan las diferentes formas de asentamiento y las actividades de las diversas comunidades que habitaron el territorio.

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Ā”El proceso de poblamiento En el territorio argentino residen alrededor de 45 millones de personas: de ese total, la mayor parte se concentra en ciudades de distinto tamaƱo. Otra parte de la poblaciĆ³n vive agrupada en pequeƱos pueblos y caserĆ­os o dispersa en el campo, en casas solitarias, en pues...

Ā”El proceso de poblamiento En el territorio argentino residen alrededor de 45 millones de personas: de ese total, la mayor parte se concentra en ciudades de distinto tamaƱo. Otra parte de la poblaciĆ³n vive agrupada en pequeƱos pueblos y caserĆ­os o dispersa en el campo, en casas solitarias, en puestos de estancias, etcĆ©tera. Estas distintas formas de asentamiento se distribuyen, a Su vez, de manera desigual en el territorio. Esto se debe a diversas causas, entre las que se destacan, por ejemplo, el tipo de recursos naturales valorizados en diferentes Ć”reas y el modo en que se transformaron y ocuparon esos espacios. En un mapa o en un cuadro de datos de poblaciĆ³n se puede obtener informaciĆ³n sobre cĆ³mo varĆ­a la distribuciĆ³n de la poblaciĆ³n y de los asentamientos; por ejemplo, podemos ver que algunas Ć”reas estĆ”n mĆ”s pobladas que otras o que tienen un mayor nĆŗmero de ciudades. El proceso de poblamiento nos permite comprender que la sociedad argentina no surgiĆ³ de un dĆ­a para el otro, sino que se fue formando a medida que distintas poblaciones, en diferentes momentos, ocuparon y poblaron determinados lugares. En estos espacios las familias crecieron, intercambiaron aspectos de su cultura, realizaron actividades, transformaron y crearon nuevos ambientes, tuvieron proyectos, conflictos y tambiĆ©n intereses comunes que compartieron con otros tantos habitantes. Hace algo mĆ”s de quinientos aƱos esta parte de AmĆ©rica del Sur, entre la Cordillera de los Andes y el ocĆ©ano AtlĆ”ntico, era bastante diferente de lo que es hoy. No habĆ­a divisiones polĆ­ticas como las actuales, ni territorios pertenecientes a paĆ­ses. El espacio estaba ocupado por grupos aborĆ­genes con culturas muy distintas. A partir de la llegada de los conquistadores espaƱoles, las culturas europeas impusieron sus formas de organizaciĆ³n de la sociedad y del espacio. Se pueden distinguir varias etapas en el proceso de poblamiento en esta parte de AmĆ©rica, en la que se fueron formando una sociedad y un territorio argentinos. Cada etapa tuvo protagonistas y formas de asentamiento que dejaron su herencia para la etapa siguiente. Hasta que comenzĆ³ la colonizaciĆ³n espaƱola, en esta parte de AmĆ©rica habitaban poblaciones que hablaban diferentes lenguas, tenĆ­an costumbres distintas y vivĆ­an y se gobernaban de manera diversa. A travĆ©s de su cultura y organizaciĆ³n social se adaptaban a los medios naturales de determinadas Ć”reas; por ejemplo, algunos vivĆ­an en las selvas, otros en valles montaƱosos muy secos, etcĆ©tera. En las extensas llanuras del este, en el Chaco \*, la Pampa\*, y en el sur mĆ”s frĆ­o y Ć”rido, donde predomina el paisaje de mesetas, estaban las comunidades que obtenĆ­an su alimento de la caza, de la recolecciĆ³n de frutos y de la pesca. No tenĆ­an residencia fija, es decir, eran nĆ³mades. Se movilizaban periĆ³dicamente en busca de aquellos lugares donde pudieran encontrar una oferta de recursos naturales variada y abundante. Otras comunidades se habĆ­an asentado en forma mĆ”s permanente y realizaban cultivos, entre los que se destacaba el maĆ­z. Estas poblaciones agrĆ­colas habitaban en las costas de los rĆ­os de las llanuras (principalmente en el Pilcomayo, el Bermejo, el Paraguay, el ParanĆ”, el Dulce y el Salado del Norte), en los valles de las sierras centrales (sierras de CĆ³rdoba y San Luis) y en los rĆ­os de las planicies de Cuyo\*, al pie de la Cordillera de los Andes. Hacia el noroeste, en los valles y altiplanicies de la zona montaƱosa, habĆ­a poblaciones agrĆ­colas sedentarias cuya organizaciĆ³n social era mĆ”s compleja. HabĆ­an desarrollado diversas tĆ©cnicas para construir sus poblados y para realizar los cultivos en los valles y en las laderas de las montaƱas. Estos diversos pueblos tenĆ­an algunas caracterĆ­sticas comunes. Eran comunidades en las que las personas compartĆ­an la utilizaciĆ³n del territorio que ocupaban y el uso de los recursos naturales. Las actividades tenĆ­an como objetivo prioritario abastecer a sus miembros, es decir, la subsistencia o autoconsumo. Algunos pueblos se desconocĆ­an entre sĆ­; otros, por lo general vecinos, intercambiaban productos a travĆ©s del trueque o estaban en guerra. Los nuevos pobladores espaƱoles llamaron indios, aborĆ­genes o indĆ­genas a estos habitantes nativos; a su vez, los euro- peos y sus descendientes se constituyeron en la poblaciĆ³n "blanca", que dominarĆ­a desde entonces esta parte de AmĆ©rica. Ā”El poblamiento colonial Buscando riquezas, especialmente minerales, los espaƱoles penetraron esta Ć”rea, llamados patagones por noroeste, otra del oeste y otra del este). No encontraron yacimientos como los espaƱoles. el del cerro de PotosĆ­ (en la actual Bolivia), pero valorizaron otros recursos. Fundaron ciudades y desde ellas organizaron las zonas rurales para obtener productos agrĆ­colas y ganaderos. Gran parte de esa producciĆ³n estuvo destinada a abastecer a las ciudades y asentamientos mineros del Ć”rea de PotosĆ­; algunos productos tambiĆ©n se exportaban a Europa y a otras ciudades de AmĆ©rica. Las ciudades coloniales y sus zonas rurales ocuparon principalmente los lugares que estaban habitados por poblaciones aborĆ­genes sedentarias. Los espaƱoles se apropiaron de sus tierras, establecieron haciendas e incorporaron a los aborĆ­genes como trabajadores. Esto ocurriĆ³ sobre todo en el noroeste, en Cuyo y en las sierras centrales. En las llanuras, los asentamientos se ubicaron preferentemente en los lugares donde podĆ­a funcionar un puerto; por eso los principales asentamientos estaban Los aborĆ­genes constituyeron el sector de trabajadores rurales y los espaƱoles y sus descendientes, el sector de propietarios de la tierra, comerciantes, administrativos y gobernantes, que residĆ­an principalmente en las ciudades. La poblaciĆ³n espaƱola y los aborĆ­genes se fueron mezclando y aumentĆ³ la proporciĆ³n de poblaciĆ³n mestiza, especialmente en el noroeste. Los espaƱoles ocuparon y poblaron los lugares que pudieron o que les interesaron. Grandes extensiones de tierra, si bien se las consideraba parte de la colonia y aparecĆ­an en los mapas como formando parte del territorio colonial de los virreinatos, no estaban efectivamente ocupadas. En ellas, denominadas Ć”reas de frontera, dominaron por mĆ”s tiempo las comunidades aborĆ­genes. En el noreste se encontraba la frontera del Chaco; la frontera sur estaba formada por gran parte de la llanura pampeana y la Patagonia\*. Ā”Una etapa de transiciĆ³n La etapa colonial durĆ³ poco mĆ”s de tres siglos desde el siglo xvi hasta 1810; a partir de entonces. l== ciudades del virreinato del RĆ­o de la Plata fuero= rompiendo los lazos que las unĆ­an al poder colonia espaƱol. Algunas dieron origen a nuevos estados, como AsunciĆ³n, a partir de la cual se formĆ³ un paĆ­s: ParAguay. Otras ciudades se vincularon con el gobierno constituido en Buenos Aires, que se habĆ­a independizado de EspaƱa. Estas ciudades mantuvieron sus propios gobiernos, fueron delimitando sus territorios + formaron provincias. Pero pasaron varias dĆ©cadas antes de que las autoridades de este conjunto de provincias se pusieran de acuerdo para organizar un estado nacional. Durante esta etapa de transiciĆ³n se diferenciaban dos grandes Ć”reas las ocupadas y pobladas por la sociedad criolla (integrada por los descendientes de espaƱoles y mestizos) y las extensas Ć”reas de frontera aborĆ­genes. En la primera se identifican las provincias del interior (Jujuy. Salta, TucumĆ”n, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, CĆ³rdoba y San Luis), las del litoral (Corrientes, Entre RĆ­os y Santa Fe y Buenos Aires. DespuĆ©s de la Independencia, las provincias del interior dejaron de estar conectadas con el mercado de PotosĆ­. En general, sus producciones agrĆ­colas y artesanales se estancaron y sĆ³lo se expandiĆ³ la ganaderĆ­a organizada en grandes propiedades de tierra, denominadas estancias. En el litoral tambiĆ©n se expandiĆ³ la ganaderĆ­a en estancias, pero donde mĆ”s prosperĆ³ esta actividad fue en los campos de la provincia de Buenos Aires. Las estancias bonaerenses fueron avanzando sobre el Ć”rea de frontera; se fundaron fuertes y fortines para afianzar ese avance sobre la llanura templada. AdemĆ”s, el Ć”rea prosperĆ³ por su cercanĆ­a al puerto y la Aduana de Buenos Aires, por donde entraban y salĆ­an mercaderĆ­as y se realizaba la mayor parte de las conexiones con el mercado exterior, en particular con los mercados europeos. En las Ć”reas de frontera las poblaciones aborĆ­genes no estaban tan desconectadas de la poblaciĆ³n blanca. En la frontera sur, por ejemplo, las comunidades habĆ­an organizado el comercio de ganado en pie con Chile y realizaban intercambios con la poblaciĆ³n de los fortines. Ā”Un territorio nacional En 1861, los grupos dominantes de las provincias del interior, del litoral y de Buenos Aires acordaron reconocer una constituciĆ³n nacional y organizar un estado nacional. Paralelamente a la organizaciĆ³n polĆ­tica y a la definiciĆ³n del territorio nacional, se reorganizaron las actividades econĆ³micas, incentivadas sobre todo por la demanda del mercado externo. La llanura pampeana presentaba excelentes condiciones para responderĆ” esa demanda; el clima, los suelos y los ricos pastizales permitĆ­an una producciĆ³n agropecuaria (de carnes y cereales) de bajo costo, favorecida ademĆ”s por la cercanĆ­a y accesibilidad de los puertos de exportaciĆ³n. En la regiĆ³n se llevaron a cabo importantes inversiones -especialmente de compaƱƭas britĆ”nicas--- para dotarla de los medios de transporte (sobre todo de ferrocarriles) y de la infraestructura necesaria en los puertos para despachar la producciĆ³n agropecuaria. TambiĆ©n se propiciĆ³ la inmigraciĆ³n de mano de obra, en especial del sur de Europa, y el poblamiento y la ocupaciĆ³n de nuevas Ć”reas aptas para la agricultura, la ganaderĆ­a, o para la obtenciĆ³n de productos para exportar. Los ejĆ©rcitos nacionales se apropiaron de las Ć”reas de frontera y las incorporaron como territorios nacionales. En el Ć”rea chaqueƱa se iniciĆ³ la explotaciĆ³n del bosque para producir tanino para su exportaciĆ³n, y maderas y leƱa para el consumo interno. En la Patagonia se establecieron estancias ganaderas que producĆ­an lana para exportar directamente a travĆ©s de los puertos patagĆ³nicos. En las provincias, las Ć”reas productivas tradicionales no pudieron desarrollar sus actividades con igual Ć©xito; esto se debiĆ³ a que competĆ­an con los productos manufacturados provenientes de Europa, que entraban por el puerto de Buenos Aires. SĆ³lo los productores de vino en Mendoza y San Juan, y los de azĆŗcar en TucumĆ”n, Salta y Jujuy pudieron prosperar, porque estos productos se podĆ­an vender mejor en el mercado interno (especialmente en el que crecĆ­a en el Ć”rea pampeana) y porque el gobierno nacional impuso trabas a su importaciĆ³n. La red de ferrocarriles, que se extendiĆ³ sobre todo entre las Ćŗltimas dĆ©cadas del siglo xix y las primeras del xx, muestra cĆ³mo se conectaron las diferentes Ć”reas del paĆ­s, es decir, cuĆ”les fueron las mĆ”s valorizadas en esa etapa. Las lĆ­neas troncales convergĆ­an en Buenos Aires, que tenĆ­a el puerto mĆ”s importante, era la ciudad mĆ”s grande y, desde 1880, fue designada como Capital Federal. La red de ferrocarriles hacia el aƱo 1914. Ā”El poblamiento del territorio argentino Hasta el siglo xv, los asentamientos del noroeste y el oeste habĆ­an concentrado, en conjunto, mĆ”s poblaciĆ³n que los del litoral. Los datos proporcionados por el recuento de poblaciĆ³n ordenado por el virrey VĆ©rtiz en 1778 mostraron que representaban el 80 % de la poblaciĆ³n. Otro dato importante es que la ciudad de Buenos Aires era la que tenĆ­a mayor nĆŗmero de habitantes. Hacia mediados del siglo xix, en coincidencia con la etapa de expansiĆ³n agropecuaria, comenzaron a llegar cada vez mĆ”s inmigrantes y este hecho, junto a las transformaciones de las actividades econĆ³micas, produjo cambios en la composiciĆ³n y distribuciĆ³n de la poblaciĆ³n. Si bien desde la colonizaciĆ³n espaƱola fue constante el arribo de espaƱoles y otros europeos, el nĆŗmero mĆ”s importante de inmigrantes del Viejo Mundo llegĆ³ a la Argentina entre las Ćŗltimas dĆ©cadas del siglo xix y las primeras del xx. La mayorĆ­a se radicĆ³ en la ciudad de Buenos Aires y en la llanura templada; allĆ­ se fundaron gran cantidad de ciudades. Un volumen menor se dirigiĆ³ a los oasis agrĆ­colas de Mendoza y poblĆ³ las nuevas Ć”reas productivas de los territorios nacionales (la Patagonia, el Chaco y Misiones); los asentamientos del noroeste fueron los que recibieron una proporciĆ³n menor de estas corrientes de poblaciĆ³n extranjera. En la etapa de mayores migraciones se registraron las mĆ”s altas tasas de crecimiento, tanto de poblaciĆ³n urbana como rural, en la historia argentina. Gran parte de los migrantes formaban familias numerosas, cuyos hijos tuvieron otros tantos descendientes en estas tierras; esto contribuyĆ³ al aumento del crecimiento vegetativo o natural de la poblaciĆ³n en su conjunto. Si bien las actividades rurales constituyeron un gran incentivo para las migraciones, una parte importante de esta poblaciĆ³n se radicĆ³ en las ciudades, en particular en las ciudades-puertos. El censo nacional de poblaciĆ³n de 1914 demostrĆ³ cuĆ”nto habĆ­a aumentado la poblaciĆ³n urbana y rural del paĆ­s; tambiĆ©n mostrĆ³ que el nĆŗmero de habitantes en los asentamientos urbanos ya era superior al de los rurales, y que el Ć”rea mĆ”s poblada era la llanura pampeana. Ā”El poblamiento a lo largo del siglo xx Aproximadamente a partir de la dĆ©cada de 1930 se produjeron algunos cambios en las actividades econĆ³micas del paĆ­s. La expansiĆ³n agropecuaria se detuvo durante algunas dĆ©cadas, en gran parte porque disminuyĆ³ la demanda de productos del mercado ex- terno. Por otro lado, la actividad industrial destinada a cubrir las necesidades del mercado interno (es decir, de la poblaciĆ³n del paĆ­s), comenzĆ³ a adquirir mayor importancia. Las industrias se localizaron sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, en las ciudades con puerto entre Rosario y La Plata y en la ciudad de CĆ³rdoba. Estas ciudades, que habĆ­an crecido mucho en la etapa anterior, concentraban un gran nĆŗmero de consumidores y contaban con la infraestructura necesaria para la instalaciĆ³n de fĆ”bricas. AdemĆ”s de las industrias, crecieron diversas actividades comerciales y de servicios. En los centros urbanos aumentaron las oportunidades de empleo, y esto atrajo a la poblaciĆ³n de otras ciudades y Ć”reas productivas del paĆ­s, e inclusive de los paĆ­ses limĆ­trofes, donde las actividades econĆ³micas no ofre- cĆ­an las mismas oportunidades. En algunas provincias crecieron las actividades primarias, como la agricultura, la extracciĆ³n de petrĆ³leo, etcĆ©tera, cuyos productos se destinaban al mercado interno o a proveer de materias primas a las industrias. AdemĆ”s de ser una etapa de industrializaciĆ³n, tambiĆ©n continuĆ³ el proceso de urbanizaciĆ³n, es decir, cada vez fue mayor la proporciĆ³n de personas que vivĆ­an en asentamientos urbanos. Entre los aƱos 1940 y 1970 se produjo una gran migraciĆ³n hacia las ciudades de personas que vivĆ­an y trabajaban en el campo. Este despoblamiento rural tuvo diversas causas, entre las que se destaca el abandono de la actividad agraria por falta de tierra suficiente recursos econĆ³micos; en la llanura pampeana, en especial, la introducciĆ³n de maquinarias hizo que disminuyera el nĆŗmero de trabajadores necesarios para realizar las tareas agrĆ­colas. Los procesos hasta aquĆ­ mencionados explican en gran medida cĆ³mo se distribuye actualmente la poblaciĆ³n en las distintas Ć”reas del territorio. No obstante, en las Ćŗltimas dĆ©cadas se han producido nuevos cambios en lo que respecta a las actividades econĆ³micas del paĆ­s y a los procesos de distribuciĆ³n de la poblaciĆ³n. Ā”La distribuciĆ³n de la poblaciĆ³n La forma en que se distribuye la poblaciĆ³n en el territorio es el resultado de mĆŗltiples procesos; ya hemos mencionado algunos de los mĆ”s importantes en las pĆ”ginas anteriores. En tĆ©rminos generales, podemos reconocer tres grandes Ć”reas: \+ En el oeste y el noroeste se encuentra el poblamiento del Ć”rea de montaƱas y planicies. En la etapa colonial el Ć”rea concentrĆ³ la mayor parte de la poblaciĆ³n; las ciudades mĆ”s importantes fueron fundadas entonces. Esta distribuciĆ³n es caracterĆ­stica de las zonas secas o que no reciben lluvias suficientes; la poblaciĆ³n se concentra en ciertas Ć”reas donde puede aprovechar el agua de los rĆ­os, es decir, en valles y oasis. La actividad principal en estos asentamientos es la agricultura de riego, que permite obtener importantes cultivos en extensiones de tierra relativamente pequeƱas. En las ciudades mĆ”s grandes se destacan las industrias que procesan los productos de la agricultura. Fuera de los oasis, la poblaciĆ³n es menos numerosa y se asienta en forma dispersa; por lo general se dedica a criar un pequeƱo nĆŗmero de cabezas de ganado que puede ser alimentado con las escasas pasturas naturales. \+ En el este se encuentra el poblamiento de las llanuras, que alcanzĆ³ su mayor expansiĆ³n a fines del siglo xix, con el desarrollo de la actividad agropecuaria. La poblaciĆ³n se concentra sobre todo en una franja entre la ciudad de CĆ³rdoba y el litoral del RĆ­o de la Plata y el rĆ­o ParanĆ”; se destaca el Ɓrea Metropolitana de Buenos Aires, el centro urbano mĆ”s grande del paĆ­s. En gran parte del Ć”rea la poblaciĆ³n se distribuye en forma bastante regular, lo que se debe, entre otras razones, al relieve llano y a la disponibilidad de agua, aspectos que favorecen el desarrollo de las actividades agropecuarias. Se practica principalmente la agricultura de secano (la que se realiza sin riego, sĆ³lo con el aporte del agua de las lluvias), que cubre vastas extensiones de tierra. La disposiciĆ³n de los fortines, y en especial de las numerosas estaciones de ferrocarril, que dieron origen a gran parte de las ciudades, tambiĆ©n contribuyĆ³ a la distribuciĆ³n regular de los asentamientos. Desde la latitud donde se encuentra la ciudad de Santa Fe podemos distinguir hacia el sur la llanura templada, el Ć”rea mĆ”s poblada del paĆ­s, y hacia el norte la llanura cĆ”lida, menos poblada. Canal de riego que cruza los campos cultivados en el Ć”rea del Alto Valle del rĆ­o Negro. Los primeros asentamientos del Alto Valle fueron los fuertes que dejĆ³ la campaƱa al desierto. Luego llegĆ³ el ferrocarril y los inmigrantes, que organizaron cultivos con riego. \+ Al sur de la provincia de Mendoza y al sudoeste de la provincia de La Pampa se inicia el Ć”rea sur del paĆ­s, tambiĆ©n denominada Patagonia; al igual que las otras Ć”reas de frontera, fue la Ćŗltima en incorporarse al estado nacional. En la actualidad, aunque sigue siendo el Ć”rea menos poblada del paĆ­s, es la que ha tenido un continuo crecimiento debido a las migraciones provenientes de otras provincias. La poblaciĆ³n se concentra en pocos asentamientos; la mayorĆ­a se encuentra en los valles de los rĆ­os, donde se han formado oasis de riego, y en la zona costera. Entre las ciudades mĆ”s importantes se destacan NeuquĆ©n (en la zona del Alto Valle del rĆ­o Negro) y Comodoro Rivadavia; en los valles cordilleranos del oeste, la ciudad de Bariloche. Densidad de poblaciĆ³n La densidad de poblaciĆ³n es la relaciĆ³n entre el nĆŗmero de habitantes y una unidad de superficie; se expresa en habitantes por kilĆ³metro cuadrado. Consideremos el siguiente ejemplo: La ciudad de Buenos Aires tiene 2.965.503 habitantes y su superficie es de 200 kilĆ³metros cuadrados. La densidad de poblaciĆ³n de esta ciudad es, entonces, de 14.827,5 habitantes por kilĆ³metro cuadrado y se expresa: 14.827,5 hab./km?". 2.965.503 habitantes \_14.827,5 hab./km\* 200 km? (aprox) La densidad de poblaciĆ³n alude a una distribuciĆ³n ideal, como si en cada kilĆ³metro cuadrado habitara la misma cantidad de poblaciĆ³n. No refleja la distribuciĆ³n real de la poblaciĆ³n dentro de la unidad de superficie tomada. Es importante tener esto en cuenta en Ć”reas donde la poblaciĆ³n se encuentra muy concentrada, como es el caso de los oasis. La relaciĆ³n entre la poblaciĆ³n de RĆ­o Negro y la superficie total de la provincia (2,5 hab./km?) no refleja la alta concentraciĆ³n poblacional del Alto Valle del rĆ­o Negro, cuya densidad es de 435 hab./km. La densidad de poblaciĆ³n, si bien no representa la realidad, permite realizar comparaciones entre las poblaciones de diferentes Ć”reas; en general, se interpreta como indicador de mucha o poca poblaciĆ³n en un territorio. La cantidad de diputados nacionales estĆ” relacionada con el nĆŗmero total de habitantes del paĆ­s. La proporciĆ³n es de uno cada 33 000 habitantes (o fracciĆ³n mayor que 16 500). Gracias a los censos de poblaciĆ³n, se puede actualizar la cantidad de representantes que se elegirĆ”n. Con esos datos, se puede aumentar -pero no disminuir- la cantidad de diputados. La organizaciĆ³n polĆ­tica del territorio argentino La forma en que se organizĆ³ polĆ­ticamente el territorio de nuestro paĆ­s se relaciona con el sistema polĆ­tico imperante en cada etapa histĆ³rica y con las posibilidades que el Estado tuvo para implementar la organizaciĆ³n institucional mĆ”s conveniente. Luego de la reforma de la ConstituciĆ³n nacional de 1994, se produjeron cambios significativos en la organizaciĆ³n polĆ­tica, ya que se otorgĆ³ autonomĆ­a a la ciudad de Buenos Aires. La Ciudad AutĆ³noma de Buenos Aires es una entidad jurĆ­dico-administrativa independiente, con facultades para dictar su constituciĆ³n y la legislaciĆ³n local, y que cuenta con su propia jurisdicciĆ³n. Como la ciudad de Buenos Aires conservĆ³ su carĆ”cter de Capital Federal del paĆ­s, el Ć”mbito espacial en que se asienta no forma parte del territorio polĆ­tico-administrativo de la provincia de Buenos Aires, a pesar de que existe continuidad en los rasgos paisajĆ­sticos y urbanos entre la Ciudad AutĆ³noma y las localidades del Gran Buenos Aires que la rodean. La organizaciĆ³n polĆ­tica nacional La Argentina estĆ” conformada polĆ­ticamente, en el Ć”mbito nacional, por veintitrĆ©s provincias y la Ciudad AutĆ³noma de Buenos Aires, que es la Capital Federal de la NaciĆ³n. La ConstituciĆ³n nacional establece para el Estado argentino la forma representativa, republicana y federal, y organiza su gobierno en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Poder Ejecutivo estĆ” representado por el presidente de la NaciĆ³n, al que acompaƱan el vicepresidente y los ministros. El Poder Legislativo es el Congreso nacional, que estĆ” compuesto por la CĆ”mara de Diputados y la de Senadores. Su principal funciĆ³n es elaborar y aprobar las leyes que serĆ”n aplicadas en todo el paĆ­s. Los diputados son elegidos por el voto directo del pueblo; su nĆŗmero se determina en funciĆ³n de la cantidad de habitantes que tiene cada una de las jurisdicciones. Los senadores representan a las provincias y a la Ciudad AutĆ³noma de Buenos Aires. La cifra establecida es de tres senadores por cada provincia, y otros tres por la Ciudad AutĆ³noma. El Poder Judicial estĆ” constituido por la Corte Suprema de Justicia y los tribunales inferiores. Su funciĆ³n es aplicar las leyes a los casos de litigio. La organizaciĆ³n polĆ­tica provincial En un Estado federal, como el nuestro, el Estado nacional se divide en entidades polĆ­ticas menores, llamadas provincias, Estados o departamentos. En cada unidad menor existe el mismo esquema de divisiĆ³n de poderes que en el gobierno central, es decir que cada provincia tiene un Poder Ejecutivo, un Poder Legislativo y un Poder Judicial. AdemĆ”s, las provincias tienen su propia constituciĆ³n, de acuerdo con los principios enunciados en la ConstituciĆ³n nacional. Las autoridades del gobierno provincial tienen su sede en la capital de la provincia. Los gobernadores cumplen con variadas funciones, algunas independientes y otras que responden a los requerimientos del gobierno nacional. Es atributo de los gobiernos provinciales subdividir el territorio de sus jurisdicciones en unidades polĆ­ticas menores, denominadas departamentos o, en el caso de la provincia de Buenos Aires, partidos. La organizaciĆ³n polĆ­tica departamental y municipal Los departamentos o partidos constituyen subunidades polĆ­tico-administrativas que dependen del gobierno provincial. En algunas provincias, los departamentos coinciden territorialmente con los municipios, mientras que, en otras, los municipios son subdivisiones del territorio que pertenece a A un departamento. Esto estĆ” establecido en la constituciĆ³n de cada provincia. Las constituciones tambiĆ©n determinan las caracterĆ­sticas del alcance territorial de cada uno de los municipios y la cantidad que puede haber en cada departamento o partido. El gobierno de cada municipio sigue el modelo de las unidades mayores y se divide en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La competencia de los poderes municipales se limita a los temas vinculados exclusivamente al Ć”mbito comunal.