Definición de Acceso a la Salud

Asumiendo la definición de acceso como la **oportunidad de identificar las necesidades de atención de la salud**, buscar los servicios adecuados, **alcanzar y utilizar** dichos servicios, y **satisfacer efectivamente la necesidad** de atención, se proponen cinco dimensiones clave de la accesibilidad...

Asumiendo la definición de acceso como la **oportunidad de identificar las necesidades de atención de la salud**, buscar los servicios adecuados, **alcanzar y utilizar** dichos servicios, y **satisfacer efectivamente la necesidad** de atención, se proponen cinco dimensiones clave de la accesibilidad: 1) Accesibilidad; 2) Aceptabilidad; 3) Disponibilidad y alojamiento; 4) Asequibilidad; 5) Adecuación, junto con las cinco habilidades correspondientes de las poblaciones: 1) Capacidad para percibir; 2) Capacidad de búsqueda; 3) Capacidad de alcance; 4) Capacidad de pago; 5) Capacidad de participación. **Accesibilidad** se refiere a la capacidad de los individuos para identificar la existencia de servicios de salud que puedan satisfacer sus necesidades. La accesibilidad depende de diversos factores, como la transparencia y la disponibilidad de información sobre los servicios ofrecidos, así como la implementación de actividades de divulgación dirigidas a diferentes sectores de la población. Asimismo, la capacidad de percibir las necesidades de atención es crucial y está influenciada por el nivel de alfabetización en salud, el conocimiento general sobre salud y las creencias relacionadas con la enfermedad. **Aceptabilidad** involucra los factores culturales y sociales que condicionan la disposición de los individuos a aceptar los servicios de salud. Aspectos como el género o el grupo social de los proveedores, y las creencias tradicionales sobre la medicina, influyen en la percepción de los pacientes sobre la idoneidad de la atención. En algunas sociedades, las normas culturales podrían limitar la búsqueda de atención, como en el caso de mujeres que, por restricciones de género, enfrentan barreras adicionales si los proveedores de salud son en su mayoría hombres. La capacidad de buscar atención médica está asociada con el conocimiento de las opciones disponibles y la autonomía personal, que determinan la disposición para buscar atención médica. Ejemplos de esto incluyen la discriminación de género o el temor a recibir un trato injusto que afecta a minorías étnicas y otros grupos vulnerables. **Disponibilidad y alojamiento** hacen referencia a la presencia física y oportuna de los recursos de salud. Esto abarca tanto la existencia de instalaciones y profesionales, como la capacidad para prestar servicios de manera adecuada y distribuida equitativamente. Las barreras de acceso pueden surgir de la distribución desigual de recursos, así como de la centralización de servicios especializados en detrimento de la atención primaria. La capacidad para alcanzar los servicios, por su parte, está relacionada con la movilidad de los pacientes, la disponibilidad de transporte y la flexibilidad laboral para acceder físicamente a los proveedores de salud. **Asequibilidad** mide la capacidad económica de los individuos para costear los servicios de salud, tanto en términos de gastos directos como de costos indirectos asociados a la pérdida de ingresos o al tiempo invertido en obtener la atención. Los estudios económicos del acceso a la salud incluyen variables como el costo de los servicios, el tiempo de desplazamiento y la percepción de la calidad de los cuidados. Además, la capacidad de pago está condicionada por factores económicos individuales como el ingreso, el acceso a ahorros o la capacidad de adquirir préstamos sin comprometer el bienestar financiero de los hogares. **Idoneidad** se refiere a la adecuación entre los servicios ofrecidos y las necesidades de los pacientes, incluyendo la calidad técnica e interpersonal de la atención brindada. Este concepto incluye tanto la adecuación de los servicios (qué servicios se prestan) como la calidad de su prestación (cómo se prestan). El acceso a servicios de baja calidad puede considerarse una forma de restricción al acceso. Además, la capacidad para participar en la atención se relaciona con la implicación del paciente en la toma de decisiones, lo que depende de su habilidad para comprender y gestionar su atención de manera activa, así como de la calidad de la comunicación con el proveedor.