Breve Historia de la Biblia PDF

Summary

Este documento proporciona una breve historia de la Biblia, incluyendo información sobre los diferentes materiales utilizados en la creación de manuscritos antiguos, como la piedra, la madera, el papiro y el pergamino. También cubre los idiomas originales (hebreo y griego) y las copias antiguas.

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BREVE HISTORIA DE LA BIBLIA En este capítulo se aborda la historia de las Santas Escrituras, compuesta por 66 libros escritos durante 1500 años (desde el siglo XIV a. C. hasta el siglo I d. C.) por más de 40 autores de diferentes contextos sociales. La redacción y form...

BREVE HISTORIA DE LA BIBLIA En este capítulo se aborda la historia de las Santas Escrituras, compuesta por 66 libros escritos durante 1500 años (desde el siglo XIV a. C. hasta el siglo I d. C.) por más de 40 autores de diferentes contextos sociales. La redacción y formación de la Biblia demuestran la providencia de Dios, desde la inspiración de los escritores hasta la preservación de sus escritos. Jesús afirmó que sus palabras perdurarán a pesar de que el cielo y la tierra pasen. Mar. 13:31). LOS MANUSCRITOS ORIGINALES Dios ordenó a los hombres escribir Sus palabras en manuscritos originales, diferentes a las Biblias actuales lujosas en español. Estos manuscritos se escribieron con materiales simples y en idiomas desconocidos. Los materiales originales Autores bíblicos usaron varios materiales para preservar la Palabra divina bajo dirección del Espíritu Santo. Piedra Las tablas con los Diez Mandamientos fueron grabadas en piedra por Dios (Éxo. 24:12; 31:18; 32:15-16; 34:1, 28; Deu. 4:13; 5:22). y conservadas con cuidado en aquella época. Madera Las palabras se grababan en tablas con un cincel y cera, permitiendo limpiarla y escribir un mensaje nuevo. (Isa. 8:1; 30:8; Hab. 2:2; Luc. 1:63). Papiro El papiro se producía con tiras de caña prensadas, creando un material similar al papel. Se escribían palabras con tinta en rollos de unas veinte páginas, mencionados en escritos antiguos. 2 Juan 12, 2 Timoteo 4:13 y Apocalipsis 5:1. Pergamino El pergamino, hecho de piel de cabra u oveja, reemplazó al papiro en la escritura de las Escrituras alrededor del año 200 a. C. Hacer un Nuevo Testamento en pergamino era costoso.. En 2 Timoteo 4:13 se hace referencia al pergamino. LOS IDIOMAS ORIGINALES La Biblia en español es una traducción de los manuscritos originales escritos en hebreo (A.T.) y griego (N.T.) por sus autores. Hebreo El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo, con algunas partes en arameo. El hebreo es un idioma semítico con 22 consonantes. Originalmente no tenía vocales, pero los masoretas las añadieron entre los siglos VI y X. Para permitir una mayor claridad en la pronunciación y el significado de las palabras con una gramática sencilla, descriptivo y atrayente. Ejemplo: Salmos 23:1. Griego El Nuevo Testamento fue escrito en griego koiné, un dialecto común en la época grecorromana. Este dialecto se caracteriza por su sencillez, precisión y claridad. Juan 3:16 es un ejemplo de cómo se ve en griego koiné. Esto demuestra cómo era el idioma utilizado para los escritos del Nuevo Testamento, siendo accesible para el hombre común en esa época. La forma original Los libros de la Biblia no tenían capítulos ni versículos originales. En 1228, Steven Lanton los agregó. En 1551, Robert Estienne publicó la primera Biblia con diviones modernas. El propósito era facilitar la lectura. COPIAS ANTIGUAS Los manuscritos originales de la Biblia ya no existen, por lo que nos basamos en copias antiguas. La pregunta es cómo sabemos que estas copias son fieles a los originales. La respuesta incluye la soberanía de Dios para preservar las Escrituras en las copias, y la comparación de más de 2000 copias del Antiguo Testamento, 5000 del Nuevo Testamento y 10 000 de las primeras versiones, que demuestran que la Biblia que tenemos hoy es fiel a los originales. Copias antiguas del Antiguo Testamento Los antiguos judíos tenían gran reverencia por la Palabra de Dios, lo que llevó a una cuidadosa reproducción del Antiguo Testamento por parte de los escribas. Se conservan más de 2000 copias antiguas completas y parciales. Aunque hay variaciones mínimas, es posible reconstruir el texto original comparando copias antiguas y estudiando citas en el Nuevo Testamento y otras fuentes. Los Rollos del Mar Muerto En 1947, se descubrieron cientos de manuscritos hebreos en Qumrán, cerca del Mar Muerto, probablemente escondidos por los esenios en los siglos II o I a. C. Contienen fragmentos del Antiguo Testamento, excepto Ester, datados en el mismo período. A pesar de su antigüedad, son similares a las copias posteriores, demostrando su fidelidad a los originales. La Septuaginta (LXX) La Septuaginta es una traducción griega del Antiguo Testamento hebreo realizada por 70 eruditos judíos en Alejandría, Egipto, entre el 280 y 150 a. C. Su objetivo era proveer las Escrituras a judíos que no hablaban hebreo. Era ampliamente utilizada en la época de Jesús y en la Iglesia primitiva, y la mayoría de las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento provienen de la Septuaginta. El Texto Masorético El Texto Masorético fue creado por los masoretas, eruditos judíos, quienes añadieron vocales y acentos a los manuscritos hebreos entre los siglos VI y X para preservar la pronunciación correcta. También incluyeron variaciones textuales en los márgenes. Fecha y material Las copias antiguas del Nuevo Testamento se dividen en dos categorías según fecha, material y similitudes/características comunes. 1. Papiros: manuscritos griegos de los siglos II y III escritos en papiro. 2. Unciales: Manuscritos griegos del siglo IV al IX se escribieron en mayúsculas, sin espacios ni signos de puntuación. Ejemplo de escritura es Juan 1:1. ΕΝΑΡΧΗΗΝΟΛΟΓΟΣΚΑΙΟΛΟΓΟΣ 3. Minúsculos: Los manuscritos griegos copiados entre los siglos IX y XV utilizaban letras mayúsculas y minúsculas. Se muestra un ejemplo en Juan 1:1. («En el principio era el Verbo, y el Verbo... »): Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος, καὶ ὁ Λόγος Similitudes o características comunes En la Iglesia primitiva, se enviaban copias de Epístolas o Evangelios a diferentes congregaciones, lo que provocaba pequeñas variaciones entre los manuscritos. Estas diferencias eran principalmente errores de los escribas o intentos de aclarar el significado de un texto. Con el tiempo, se formaron diferentes familias de manuscritos basadas en las similitudes de las copias utilizadas en diferentes zonas eclesiásticas. Los eruditos ahora pueden agrupar los antiguos manuscritos en familias distintas al comparar las citas bíblicas de pastores y teólogos de diferentes iglesias. 1. El Texto Bizantino El Texto Bizantino, también conocido como Texto Mayoritario, Antioqueno o sirio, se destacó por su claridad y detalle. Fue ampliamente difundido desde el siglo VII hasta la invención de la imprenta en el siglo XV. Fue la base del Textus Receptus de Erasmo y la versión King James. 2. El Texto Alejandrino: este texto se caracteriza por su brevedad y concisión. Se utilizó en la traducción de la New American Standard Bible, la English Standard Version y la New King James Bible. 3. El Texto Occidental: El Texto Occidental se difundió en diferentes regiones y fue utilizado por prominentes padres de la Iglesia. Se destaca por su extensión y el empleo de paréntesis, con modificaciones para mejorar su contenido. 4. El Texto Cesáreo (también llamado Texto Egipcio): El texto probablemente se originó en Egipto y fue llevado a Cesarea por Orígenes. Posteriormente, fue utilizado por Eusebio y otros en Jerusalén, siendo clasificado como un punto intermedio entre textos alejandrinos y occidentales. EL MEJOR TEXTO Los eruditos determinan qué texto se acerca más al original basándose en consideraciones exigentes y meticulosas con las siguientes consideraciones: 1. La fecha del texto: Se prefiere un texto más antiguo debido a menor potencial de variantes. 2. Facilidad de lectura: Los antiguos escribas preferían adaptar textos difíciles para facilitar su lectura y comprensión. 3. La longitud del texto: Los antiguos escribas añadían palabras para clarificar textos; hoy se prefiere brevedad y concisión. 4. Aparentes contradicciones: Los textos con paradojas eran preferidos, pero algunos escribas antiguos tendían a modificarlos al no entenderlos, creyendo en contradicciones inexistentes en las Escrituras. 5. Armonía con el conjunto: se prefiere el texto que más armoniza con el vocabulario y el estilo de todo el documento y de otros posibles escritos del autor. EL CANON El término "canon" se refiere a la lista de libros inspirados de las Escrituras que deben ser aceptados como norma de fe y conducta cristiana. Los libros incluidos en la Biblia son considerados "canónicos", mientras que los que no lo son se denominan "no canónicos". Originariamente, la palabra proviene del griego /kanôn/, que significa vara de medir, norma o regla. El canon del Antiguo Testamento Las Escrituras del Antiguo Testamento fueron escritas entre el 1450 y el 400 a. C. La mayoría de los eruditos creen que hacia el 300 a. C. todos los libros estaban escritos y reconocidos por el pueblo judío. La Septuaginta, traducción al griego entre el 280 y el 150 a. C. , respalda esta teoría. Algunos creen que Esdras lideró el primer concilio que reconoció los libros del canon judío, y Jesús y los apóstoles reconocieron su autoridad. El canon del Nuevo Testamento Los requisitos para que un libro sea aceptado en el canon del Nuevo Testamento incluían su conexión con los apóstoles o testigos oculares de Jesús, su enseñanza coherente con la fe establecida, su uso continuo en el culto y la práctica de las iglesias, y su aceptación generalizada por las comunidades cristianas en todo el mundo conocido. A través de este proceso, se estableció finalmente el canon del Nuevo Testamento que conocemos hoy en día el libro tenía que cumplir ciertos requisitos dentro de las siguientes áreas: 1. Autoría: El autor tenía que ser un apóstol o alguien que estuvo en el círculo de su comunión (como Marcos, Lucas, y posiblemente el escritor de Hebreos). 2. Contenido: La enseñanza o doctrina del libro debía estar en armonía con los demás libros de la Sagrada Escritura. 3. Aceptación universal: El libro debía ser reconocido por toda la Iglesia. 4. Aceptación por parte de los Padres de la Iglesia: La opinión de los que estudiaron a los pies de los apóstoles fue crucial. ¿Aceptaron el libro como apostólico? ¿Citaron el libro en sus propios escritos? 5. Edificación personal: El libro debía tener la capacidad de inspirar, convencer y edificar a los cristianos en el conocimiento y la devoción. LOS APÓCRIFOS Los libros apócrifos La palabra "apócrifo" significa oculto en griego y se refiere a los 14 libros excluidos de los cánones del Antiguo y Nuevo Testamento. Fue en el Concilio de Trento en 1546 cuando la Iglesia Católica Romana los declaró canónicos. El Primer Concilio Vaticano confirmó esta decisión en 1826. Algunos de los libros apócrifos son Tobías, Judit, Sabiduría de Salomón, Baruc y Macabeos. Problemas con la canonicidad de los Apócrifos Los libros apócrifos no deben ser considerados iguales a las Escrituras por diversas razones fundamentales. 1. Los escritos apócrifos nunca se incluyeron en el canon hebreo. 2. La sinagoga judía nunca consideró los escritos apócrifos como inspirados. 3. Ninguno de los escritos apócrifos afirma haber sido inspirado por Dios. Algunos autores de los escritos apócrifos incluso niegan que sean inspirados.8 4. Los judíos nunca citaron los escritos apócrifos como obras inspiradas. 5. Jesús ni los apóstoles citaron nunca los escritos apócrifos como obras inspiradas. 6. El famoso historiador judío Josefo y el filósofo judío Filón no reconocieron los escritos apócrifos como inspirados. 7. Jerónimo, el traductor de la Vulgata Latina, declaró que los escritos apócrifos no eran inspirados. 8. Algunos de los escritos apócrifos contienen notables errores históricos, geográficos y doctrinales. 9. La calidad inferior de los escritos apócrifos se hace evidente al compararlos con los libros de la Escritura. 10. Ninguno de los escritos apócrifos se encuentra en una lista de libros canónicos compuesta durante los primeros cuatro siglos de la Iglesia. Incluso la Iglesia Católica Romana no reconoció oficialmente los escritos apócrifos sino hasta 1546 en el Concilio de Trento. RESUMEN Considerando la gran evidencia contra los escritos apócrifos, es mejor adoptar la opinión de La Confesión de Fe de Westminster (1643) y de La Confesión Bautista de Londres (1689): Los libros comúnmente llamados apócrifos, como no son de inspiración divina, no forman parte del canon (o regla) de la Escritura y, por lo tanto, no tienen autoridad para la Iglesia de Dios, ni debe ninguno de estos ser aprobado o usado de una manera distinta a como se hace con otros escritos humanos.9

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