Etapas Del Desarrollo In Utero PDF

Summary

Este documento presenta un resumen de las etapas del desarrollo embrionario incluyendo la fertilización, segmentación, mórula, blástula, blastocisto y gastrulación. Describe las etapas del desarrollo embrionario, desde la fecundación hasta la formación de las tres capas germinales, y también el desarrollo y la formación de los órganos del embrión, incluyendo imágenes gráficas.

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7.- ETAPAS DEL DESARROLLO IN ÚTERO 7.1 PERIODO EMBRIONARIO Etapas del desarrollo embrionario El desarrollo embrionario de cualquier animal comienza con la fecundación de un óvulo por un espermatozoide, que son las células sexuales (gametos) de las hembras y los machos, respectivamente. Semana 1. D...

7.- ETAPAS DEL DESARROLLO IN ÚTERO 7.1 PERIODO EMBRIONARIO Etapas del desarrollo embrionario El desarrollo embrionario de cualquier animal comienza con la fecundación de un óvulo por un espermatozoide, que son las células sexuales (gametos) de las hembras y los machos, respectivamente. Semana 1. Durante la primera semana de gestación se dan los procesos de fertilización y formación del cigoto. En este periodo también ocurre la segmentación de esta célula, produciéndose la mórula y la blástula. Fertilización. El proceso de fertilización consiste en una serie de eventos secuenciales que se describen desde el primer contacto de los gametos hasta la fusión de sus núcleos. Estos eventos pueden enlistarse como sigue: Paso de la célula espermática a través de la corona radiata: el espermatozoide debe atravesar una capa de células que rodea al óvulo maduro, conocida como corona radiata. Penetración de la zona pelúcida: entre la corona radiata y la membrana celular del óvulo existe una región llamada “zona pelúcida”, compuesta por glicoproteínas filamentosas y que también envuelve al gameto femenino. Los espermatozoides producen unas enzimas proteolíticas específicas para poder atravesar dicha zona. NOTA: una vez un espermatozoide logra “disolver” la zona pelúcida y llegar al óvulo, se forma lo que los embriólogos han denominado una “zona de reacción”, que hace que esta célula se vuelva impermeable a otros espermatozoides. Fusión de las membranas: cuando el espermatozoide finalmente entra en contacto con la célula gamética femenina, ambas membranas plasmáticas se fusionan y tanto la cabeza como la cola del espermatozoide ingresan a la región citosólica del óvulo. Culminación de la segunda división meiótica del óvulo y formación del pronúcleo femenino: el óvulo se encuentra en lo que se llama un “arresto meiótico” y sale del mismo por las cascadas de señalización que dispara la entrada del espermatozoide, formándose el pronúcleo femenino, que tiene una carga cromosómica haploide (n). Formación del cigoto: este proceso ocurre cuando se funden los dos pronúcleos para formar una célula con la mitad de los cromosomas de un progenitor y la otra mitad del otro, restituyendo la carga diploide (2n). En este punto, los cromosomas homólogos de ambos padres intercambian material, recombinándose. Segmentación del cigoto. Cuando el cigoto está formado, es decir, cuando la fertilización ha tenido lugar y la carga cromosómica ha sido restituida, se desencadenan unas divisiones mitóticas secuenciales que consiguen un incremento en el número de células (blastómeros). La división implica una reducción del tamaño de las células, pero no un aumento en el volumen, y ocurre a medida que el óvulo se mueve por las trompas de Falopio hacia el útero. Este proceso comienza alrededor de 30 horas después de la fertilización. Morulación. Cuando las divisiones mitóticas completan alrededor de 12 o 32 células (más o menos el día 3 después de la fertilización), estas se “compactan” gracias a eventos de adhesión mediados por glicoproteínas de superficie y forman una mórula (por su semejanza morfológica con la fruta). Esta mórula está rodeada por una línea de células, conocidas como células trofoblásticas, que son las que posteriormente formarán la placenta. Blastulación. Las divisiones consecutivas de los blastómeros de la mórula generan una suerte de cavidad, el blastocele, por lo que la estructura resultante se conoce como blástula o blastocisto. Esta estructura se forma el día 4 después de la fertilización y cuando la mórula alcanza el útero. Semana 2. Durante la segunda semana, en el blastocisto se comienzan a diferenciar dos líneas de células, cada una proveniente de las líneas celulares originadas a partir de las dos células producto de la primera división del cigoto. Una de las líneas celulares compone la periferia del blastocisto, la que luego dará lugar a la placenta. Esta capa se conoce como trofectodermo. La línea celular interna, que rodea la cavidad blastocélica, corresponde a las células formadoras de órganos del embrión en formación. Esta capa se conoce como embrioblastema o embrioblasto. Es entre el sexto y el décimo día cuando dicho blastocisto se adhiere al epitelio endometrial, en el útero, y allí el trofectodermo (o trofoblasto) prolifera y se diferencia en las capas citotrofoblasto (interna) y sincitiotrofoblasto (externa). Todos estos procesos vienen acompañados de abundantes divisiones y migraciones celulares, además de adhesiones o interacciones célula- célula que permiten la formación de las capas mencionadas. Formación de las estructuras “extraembrionarias”. La segunda semana del desarrollo embrionario es fundamental para la formación de las estructuras derivadas del trofectodermo, es decir, las estructuras “extraembrionarias”, que son: la cavidad amniótica, la vesícula umbilical y el saco coriónico. Semana 3. Sucede la diferenciación de las tres capas germinales del embrión durante la gastrulación, por el desarrollo del notocordio. Gastrulación. Los blastómeros del blastocisto continúan dividiéndose para formar la gástrula, a través del proceso conocido como gastrulación. En esta etapa del desarrollo embrionario comienzan a formarse las “capas” embrionarias fundamentales. La gastrulación también implica abundante migración de células, así como su agrupamiento y segregación. La gástrula se compone de una capa externa, el ectoblasto o ectodermo, de una capa media, el mesoblasto o mesodermo, y de una capa interna, el endoblasto o endodermo. Al final de la tercera semana, el embrión tiene la apariencia de un disco ovalado y aplanado, en el cual ya se ha formado el notocordio entre el ectodermo y el endodermo. El notocordio es el eje primordial del embrión, alrededor del cual se forma el esqueleto axial, es decir, es una “proto-columna vertebral”. Asimismo, en esta etapa se forma, en el ectodermo, la placa neural, los pliegues neurales y el tubo neural, que corresponden al primordio del sistema nervioso central. El primordio del sistema cardiovascular también se esboza durante la tercera semana. El periodo embrionario es la etapa en la que ocurre la formación de todos los aparatos y sistemas del embrión, proceso conocido como organogénesis; esta fase comprende de la cuarta a la octava semanas. La organogénesis es el conjunto de cambios que permiten que las capas embrionarias (ectodermo, mesodermo y endodermo) se transformen en los diferentes órganos que conforman un organismo. La embriología humana define como organogénesis el período comprendido entre la tercera y la octava semana de desarrollo. 7.2 PERIODO FETAL Aunque la progresión de embrión a feto ocurre gradualmente, la distinción es necesaria para afirmar que, en el feto, se reconocen las estructuras propias de un ser humano en crecimiento, pues ya se han formado los principales órganos y sistemas corporales. El periodo fetal inicia en la novena semana de gestación. Entre la novena y la doceava semanas se acelera el crecimiento del feto, pero se mantiene una relación desproporcionada respecto al cuerpo y la cabeza. Semanas 9 a 12. Durante la novena semana, los rasgos distintivos son: cara muy ensanchada, ojos muy separados, párpados fusionados y orejas “caídas”. Las piernas son cortas y los muslos son relativamente pequeños. Final novena semana. Hasta el final de la novena semana los genitales externos son indistinguibles entre niños y niñas. En un feto de nueve semanas, el hígado es el principal sitio de formación de glóbulos rojos (eritropoyesis) y durante este tiempo se comienza a formar la orina. Para el momento en que el feto alcanza la 12 semana, aparecen en él los centros de osificación primaria en el esqueleto del cráneo y los huesos largos. Además, en este periodo, los miembros superiores alcanzan sus longitudes definitivas relativas, pero aún le queda por desarrollarse a los miembros inferiores. Semanas 13 a 16. En estas semanas, el crecimiento se acelera aún más y se hace más evidente. Al final de las 16 semanas el cuerpo adquiere un tamaño más proporcional al de la cabeza y los miembros inferiores han alcanzado su longitud correspondiente. Comienza la verdadera osificación del esqueleto y en los ultrasonidos puede observarse el desarrollo de los huesos. Para la semana 14 pueden apreciarse movimientos oculares lentos y también se determina el patrón del cuero cabelludo. A partir de estas semanas se puede determinar el sexo, pues en las hembras se diferencian los ovarios y las células germinativas primordiales. Además, los ojos dejan de estar ubicados anterolateralmente y se disponen en la región anterior del rostro. Las orejas también se acomodan en sus posiciones definitivas a los costados de la cabeza. Semanas 17 a 20. La velocidad de crecimiento disminuye un poco a partir de la semana 17, pero durante este intervalo de tiempo comienzan a hacerse evidentes los movimientos fetales. En este lapso, la piel se recubre de una sustancia cerosa protectora llamada “vérnix cerosa”, y también de una capa delgada de vellos (lanugo) que contribuye a la adhesión de la vérnix a la piel. En este tiempo se hacen visibles las cejas y el cabello y comienza a depositarse la grasa parda, que participa en la producción de calor. Semanas 21 a 25. El feto, de piel arrugada y rosada, comienza a ganar peso. En él se observan movimientos oculares rápidos y en sus pulmones comienza a producirse el surfactante pulmonar. Las uñas de los dedos de las manos aparecen usualmente durante la semana 24. Semanas 26 a 29. Al final de estas tres semanas, el feto ya tiene un sistema pulmonar desarrollado, lo suficiente como para llevar a cabo el intercambio gaseoso. Los ojos están abiertos, el cabello se ha desarrollado y también se hacen visibles las uñas de los dedos de los pies. Además, el feto aumenta la síntesis de grasas blancas, lo que resulta en una ganancia de masa corporal. Al final de la semana 28, la médula ósea toma las riendas de la producción de glóbulos rojos, que antes ocurría en el bazo y antes de allí, en el hígado. Semana 30 a 34. En la semana 30 se ha documentado el desarrollo del reflejo pupilar o, lo que es lo mismo, el cambio en el diámetro de la pupila en respuesta a la luz. Para este momento el porcentaje de grasa corporal es superior al 7% y las extremidades del feto tienen un aspecto rechoncho. Semanas 35 a 38. Desde este punto se considera que la gestación está en un periodo de terminación. Los fetos nacidos prematuramente, desde la semana 26, tienen chance de sobrevivir con asistencia médica, pero desde la semana 35 en adelante corren menos riesgos. Características como la relación entre las circunferencias de la cabeza y el abdomen o la longitud de los pies son empleadas durante este período para determinar la edad del feto. En la semana 38 ya se considera un embarazo a término. Durante este tiempo el porcentaje de grasa corporal es de aproximadamente 16% y el pecho y los pectorales protruyen ligeramente tanto en niños como en niñas. 7.3 ETIOLOGIAS DE LAS MALFORMACIONES CONGÉNITAS ¿Qué son los defectos congénitos? Un defecto congénito es un problema que ocurre mientras se desarrolla el bebé en el cuerpo de la madre. La mayoría de los defectos congénitos ocurren durante los primeros tres meses del embarazo. Uno de cada 33 bebés en los Estados Unidos nace con un defecto congénito. Un defecto de nacimiento puede afectar la apariencia del cuerpo, su funcionamiento o ambos. Algunos defectos congénitos como el labio leporino o los defectos del tubo neural son problemas estructurales que pueden ser fáciles de notar. Otros, como los defectos cardíacos, se diagnostican usando pruebas especiales. Los defectos congénitos pueden variar de leves a severos. En general, la forma en que éstos afectan la vida de un niño depende de qué órgano o parte del cuerpo está involucrado y qué tan serio es el problema. ¿Qué causa los defectos congénitos? Para algunos defectos congénitos, los investigadores conocen la causa, pero se desconoce la causa exacta para muchos otros. Los investigadores piensan que la mayoría de los defectos de nacimiento son causados por una combinación compleja de factores, que pueden incluir: Genética: Uno o más genes pueden tener un cambio o mutación que les impide funcionar bien. Por ejemplo, esto sucede en el síndrome X frágil. Con algunos defectos, puede faltar un gen o parte del gen. Problemas cromosómicos: En algunos casos, puede faltar un cromosoma o parte de un cromosoma. Esto es lo que sucede en el síndrome de Turner. En otros casos, como el síndrome de Down, el niño tiene un cromosoma adicional. Exposición a medicamentos, productos químicos u otras sustancias tóxicas: Por ejemplo, el uso inapropiado del alcohol puede causar trastornos del espectro alcohólico fetal. Infecciones durante el embarazo: Por ejemplo, la infección con el virus del Zika durante el embarazo puede causar un defecto grave en el cerebro. Falta de ciertos nutrientes: No obtener suficiente ácido fólico antes y durante el embarazo es un factor clave para causar defectos del tubo neural. ¿Quién está en riesgo de tener un bebé con defectos congénitos? Ciertos factores pueden aumentar las posibilidades de tener un bebé con un defecto congénito, como: ❑ Fumar, beber alcohol o tomar ciertas drogas ilegales durante el embarazo. ❑ Tener ciertas afecciones médicas antes y durante el embarazo como obesidad o diabetes no controlada. ❑ Tomar ciertos medicamentos. ❑ Tener a alguien en su familia con un defecto congénito. Para saber más sobre su riesgo de tener un bebé con un defecto de nacimiento, puede hablar con un asesor genético. ❑ Ser madre tarde en la vida, generalmente después de los 34 años de edad. ¿Cómo se diagnostican los defectos de nacimiento? Los profesionales de la salud pueden diagnosticar algunos defectos congénitos durante el embarazo usando pruebas prenatales. Por eso es importante recibir atención prenatal regular. Puede que no se encuentren otros defectos de nacimiento hasta después del nacimiento del bebé, por ejemplo, a través de exámenes de detección de recién nacidos. Algunos defectos, como el pie zambo, son evidentes de inmediato. En otros, el profesional de la salud puede no descubrir un defecto hasta más adelante en la vida, cuando el niño tiene síntomas. ¿Cuáles son los tratamientos para los defectos congénitos? A menudo, los niños con defectos congénitos necesitan cuidados y tratamientos especiales. Debido a que los síntomas y problemas causados por estos defectos varían, los tratamientos también son distintos. Las posibles terapias pueden incluir cirugía, medicamentos, dispositivos de asistencia, fisioterapia y terapia del habla.

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