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Las células germinales, que se originan en la pared del saco vitelino durante la segunda semana de gestación, migran hacia las gónadas en desarrollo.
La cantidad de células germinales aumenta a través de divisiones mitóticas durante su migración.
La preparación para la fecundación implica gametogénesis, que consiste en meiosis (reducción del número de cromosomas) y citodiferenciación para completar la maduración.

Los humanos poseen 46 cromosomas, 23 heredados del padre y 23 de la madre.
lo que permite la recombinación genética y asegura la diversidad en la descendencia. Cada par está compuesto por un cromosoma heredado de cada progenitor, facilitando el intercambio de material genético durante la meiosis. lo que resulta en un número diploide de 46.
Hay 22 pares de autosomas y un par de cromosomas sexuales.
Si el par sexual es XX, el individuo será femenino; si el par es XY, el individuo será masculino.
Un cromosoma de cada par proviene del gameto materno (óvulo) y otro del gameto paterno (espermatozoide).
Cada gameto contiene un número haploide de 23 cromosomas.
La unión de los gametos durante la fecundación restablece el número diploide de 46 cromosomas.

Es un proceso de división celular que produce dos células hijas con carga genética idéntica a la célula progenitora.
Cada célula hija tiene 46 cromosomas.
Antes de que una célula inicie la mitosis, el ADN se duplica.

Es una división celular que ocurre en las células germinales para generar gametos masculinos (espermatozoides) y femeninos (óvulos).

Formación de gametos femeninos (óvulos) en los ovarios, las gónadas femeninas.
La ovogénesis inicia antes del nacimiento en las mujeres.
Las ovogonias, que se originan en la segunda semana del desarrollo embrionario desde el epiblasto, se convierten en células germinales.
El epiblasto y el hipoblasto forman el disco embrionario bilaminar.
Las células del epiblasto dan origen a las tres capas de tejido embrionario: ectodermo, mesodermo y endodermo.
La ovogénesis se inicia durante el periodo fetal, permanece latente durante la infancia y se reinicia en la pubertad para formar un óvulo maduro en cada ciclo sexual.

Las células germinales primordiales se diferencian en ovogonios una vez que llegan al ovario.
Estas células experimentan varias divisiones mitóticas.
Hacia el tercer mes de desarrollo, algunas ovogonios continúan dividiéndose por mitosis, mientras que otras detienen su división celular en la profase de la primera división meiótica, dando origen a los ovocitos primarios.
La profase de la primera división meiótica puede durar 40 años o más, terminando cuando la célula inicia su maduración final.
Los ovocitos primarios poseen 46 cromosomas de estructura doble.
El número de ovogonios aumenta rápidamente durante los siguientes meses de desarrollo.
Cerca del quinto mes de desarrollo prenatal, el número total de células germinales en el ovario alcanza su máximo, calculándose en 7 millones.
Hacia el séptimo mes, muchas ovogonios y ovocitos primarios degeneran, reduciendo el número a 40.000.
Solamente alrededor de 400 óvulos serán ovulados desde la pubertad hasta la menopausia.
Los ovocitos primarios supervivientes se encuentran en la primera división meiótica y la mayoría están rodeados por una capa de células del epitelio folicular plano.
El ovocito primario con las células epiteliales planas que lo circundan conforman el folículo primordial.

En la pubertad, entre 5 y 15 folículos primordiales comienzan a madurar con cada ciclo ovárico.
El ovocito primario empieza a crecer y las células foliculares que lo rodean cambian de forma plana a cúbica, proliferando para formar un epitelio estratificado de células de la granulosa.
En esta etapa, el folículo se denomina folículo primario.
A medida que continúa el desarrollo, aparecen espacios ocupados por líquido entre las células de la granulosa.
La coalescencia de estos espacios forma el antro y el folículo se denomina folículo secundario.
Al principio, el antro tiene forma semilunar, pero aumenta de volumen con el tiempo.
Una vez alcanzado la madurez, el folículo puede medir 10 mm o más y se le llama folículo terciario, vesicular o de Graf.
En cada ciclo ovárico, varios folículos comienzan a desarrollarse, pero solo uno alcanza la madurez; los demás degeneran y se tornan atrésicos.

Cuando el folículo madura, el ovocito primario reanuda la meiosis 1, dando lugar a la formación de dos células hijas de diferente tamaño, cada una con 23 cromosomas de estructura doble.
Una de las células, el ovocito secundario, recibe la mayor parte del citoplasma, mientras que la otra, el primer cuerpo polar, recibe casi nada de citoplasma.
El primer cuerpo polar se ubica entre la zona pelúcida y la membrana celular del ovocito secundario.
La primera división meiótica ocurre poco después de la ovulación.
Una vez finalizada la meiosis 1, antes de que el núcleo del ovocito secundario vuelva a su estado de latencia, entra en la meiosis 2.
La ovulación expulsa el ovocito del ovario.
La meiosis 2 se completa solo si el ovocito es fecundado; de lo contrario, la célula degenera en 24 horas después de la ovulación.

La ovogénesis consta de varias fases, incluyendo la multiplicación de las ovogonios por mitosis, el crecimiento y diferenciación de los ovocitos y la maduración meiótica.
La ovogénesis culmina con la formación del óvulo, una célula haploide que puede ser fecundada por un espermatozoide.