Quiz sobre la dinámica y deconstrucción de la masculinidad

La construcción de la masculinidad se refiere a una categoría social, una organización más o menos coherente de significados y normas que sintetizan una serie de discursos sociales que pretenden definir el término masculino del género.

Los modelos de masculinidad son construcciones sociales pre-discursivas en continua reformulación, constituidas antes del nacimiento, es decir, no son intrínsecas de las personas.

La masculinidad hegemónica es una versión dominante de la masculinidad, que se jerarquiza en función de los valores imperantes en las sociedades y que sigue siendo sexista.

No ser mujer y no ser homosexual.

Aquella que es instaurada por los regímenes de género y compartida por un amplio entorno.

Una posición de autoridad y liderazgo culturales, en la que persisten otras formas de masculinidad.

El reconocimiento colectivo y la identificación con el modelo.

Explicación: Una de las razones clave que explican que la masculinidad no es un proceso acabado son las posibles fisuras y contradicciones que generan en la propia construcción del género.

Explicación: La masculinidad puede sufrir variaciones, es decir, es dinámica puesto que se constituye históricamente y, por tanto, puede deconstruirse, modificarse o reinventarse.

Explicación: El elemento clave para el mantenimiento de este modelo de masculinidad hegemónica deriva de su 'naturalización' sobre lo que debe ser un hombre, construido para legitimar el dominio masculino y la desigual distribución genérica de poder.

Explicación: La Nueva Masculinidad Alternativa es el único tipo de masculinidad que contribuye a la superación de la dominación y la desigualdad basada en el género. Son masculinidades que combinan atracción e igualdad y que generan deseo sexual en las chicas sin renunciar a valores como estabilidad, cariño, respeto...

Un modelo alternativo de atracción, según Gómez (2004), sólo puede explicarse y configurarse a través de los procesos de socialización.

Según Duque (2006), el modelo masculino que se considera atractivo es el modelo de hombre no romántico, más bien frío e insensible, que sigue el modelo masculino hegemónico, duro, inaccesible, difícil de "llegar a su corazón".

Según Duque (2006), el modelo masculino denominado "buitre" es aquel chico cuyo deseo principal en una discoteca es establecer relaciones afectivo-sexuales sin utilizar estrategias de seducción, se dirige a la chica como si se tratara de una "presa de caza".

Según Duque (2006), los modelos masculinos identificados mayoritariamente como el modelo de atracción dominante son el modelo masculino denominado "mujeriego" y el modelo masculino denominado "invisible".

La masculinidad hegemónica es un modelo dominante de masculinidad que establece los valores y comportamientos considerados como ideales en una determinada sociedad.

Según Bonino, la masculinidad hegemónica es un modelo de masculinidad que domina el universo de las definiciones de lo que significa ser hombre.

Las prescripciones de género son normas y expectativas sociales que canalizan y sitúan la capacidad de las personas en unos cauces de discusión, pero no la determinan.

Significa que puede sufrir variaciones y modificaciones a lo largo del tiempo.

Su 'naturalización' sobre lo que debe ser un hombre, construido para legitimar el dominio masculino y la desigual distribución de poder.

Es un modelo de masculinidad dominante que actúa como un poderoso estructurador de identidades masculinas, basado en la legitimación del dominio masculino y la desigualdad de poder.

Masculinidades Tradicionales Dominantes (DTM), Masculinidades Tradicionales Oprimidas (OTM) y Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM).

La masculinidad hegemónica es aquella que se impone como dominante en un contexto determinado, estableciendo relaciones jerárquicas con otras formas de masculinidad y otorgando privilegios a los hombres sobre las mujeres.

Uno de los aspectos fundamentales de la masculinidad hegemónica según Badinter es la demostración de no ser mujer y no ser homosexual, es decir, se define por su oposición hacia algo.

Según Connell, la hegemonía en relación a la masculinidad indica una posición de autoridad y liderazgo culturales, en la cual la masculinidad dominante establece un orden de género que otorga privilegios a los hombres sobre las mujeres.

Cuando se ponen en práctica las masculinidades y feminidades se activan como constructos y se constituyen como identidades a través de las prácticas sociales y culturales.

Según el texto, hablar de modelos alternativos o emergentes de masculinidad significa hablar de modelos que transgreden la norma hegemónica y producen nuevas formas de relacionarse afectiva y sexualmente, incorporando ética y deseo al mismo tiempo.

Según Gómez (2004), una de las claves para construir un modelo alternativo de atracción radica en la reflexión en torno a determinadas cuestiones sobre los modelos de atracción hegemónicos.

Según Duque (2006), el modelo masculino denominado 'buitre' es aquel chico cuyo deseo principal en una discoteca es establecer relaciones afectivo-sexuales sin utilizar estrategias de seducción, se dirige a la chica como si se tratara de una 'presa de caza'.

Según Duque (2006), en su estudio sobre las relaciones afectivas en las discotecas, identifica los siguientes modelos masculinos: 'buitre' (chico que busca relaciones afectivo-sexuales sin usar estrategias de seducción), 'mujeriego' (chico que liga por sus estrategias de seducción), 'invisible' (chico atractivo físicamente pero que pasa desapercibido) y 'no hegemónico' (chico que rompe con los patrones de masculinidad dominante).

Un modelo de masculinidad emergente se caracteriza por ser un constructo con entidad, peso referencial y en ciertos casos influencia normativa que incorpora nuevos significados y valores, nuevas éticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones. Se considera transgresor de los regímenes de género porque rompe con la norma hegemónica y produce nuevas formas de relacionarse afectiva y sexualmente.

Según Gómez (2004), se puede construir un modelo alternativo de atracción a través de los procesos de socialización. La reflexión juega un papel fundamental en este proceso, ya que nos permite cuestionar los modelos de atracción hegemónicos y modificar nuestros propios modelos femeninos y masculinos hacia modelos más igualitarios.

Según Duque (2006), las consecuencias de considerar como modelo de éxito el patrón tradicional de masculinidad son: 1) No ver como sujetos de deseo a aquellos chicos que presentan modelos de masculinidad más alternativos, y 2) Los chicos tienen como modelo de éxito un patrón tradicional que perpetúa las asimetrías de poder.

Según Duque (2006), el modelo masculino denominado "mujeriego" es aquel chico que liga más por sus estrategias de seducción que por su físico. Utiliza estrategias de seducción para establecer relaciones afectivo-sexuales, y es identificado mayoritariamente como el modelo de atracción dominante por las chicas.